Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Unirse para resistir en tiempos de separación: la fusión de tres clubes de fútbol base ilusiona a un barrio de Madrid

El presidente de la A.D. Gigantes, la presidenta de la nueva U.D. Arganzuela, el de la A.D. Parque Arganzuela y el del C.D. Pasillo Verde Arganzuela. Todos ellos reunidos en el polideportivo Marqués de Samaranch.

Guillermo Hormigo

Madrid —
29 de enero de 2025 22:02 h

2

“En este mundo en el que lo normal es querer separarse, y en un fútbol donde cada uno siente tanto sus colores, nosotros entendemos que la unión hace la fuerza”. Charo Lapausa, presidenta de la Unión Deportiva Arganzuela, presume así del proyecto que lidera: tres equipos de fútbol base, con un espíritu formativo no exento de gen competitivo, se han unido en este distrito madrileño para formar una nueva entidad.

Charo no pierde la sonrisa en ningún momento mientras recorre las instalaciones del Centro Deportivo Municipal Marqués de Samaranch. Es hora punta y tanto el campo de césped artificial como los vestuarios están repletos de niños, adolescentes y jóvenes (la falta de espacio y la reclamación de mayores dotaciones para la práctica del fútbol copan la conversación).

Hasta la temporada pasada esta instalación fue la casa de la Asociación Deportiva Gigantes, el Club Deportivo Pasillo Verde Arganzuela y la Asociación Deportiva Parque Arganzuela. En esta se unió el club recién fundado, asumiendo las categorías de menor edad y el fútbol femenino, antes de que los otros tres se integren definitivamente en él a partir de junio.

La máxima directiva unionista se disculpa por lo difícil que ha sido concertar el encuentro. Pero recalca que, precisamente por el valor de esa misma unión, llevarla a cabo requiere mantener un frágil equilibrio de fuerzas. Que todas las entidades estén presentes y aporten su punto de vista. Aunque en realidad tienen muchas cosas en común, casi todo de hecho. “Llegamos a la conclusión de que todos íbamos en la misma dirección y luchamos por lo mismo en el barrio. Tener que compartir el campo para los entrenamientos y los partidos del fin de semana tenía cada vez menos sentido”, asegura.

La cordialidad es la palabra más repetida por los presidentes de la A.D. Gigantes, Jesús Bonilla; el de la A.D. Parque Arganzuela, Manuel García y el del C.D. Pasillo Verde Arganzuela, Carlos Martínez. Los tres cederán su cargo a Charo (esposa de Jesús) en pocos meses, pero en su conversación con Somos Arganzuela queda patente que no les duele en prendas. “Aquí todos nos dedicamos a esto de manera altruista, en el rato que nos dejan nuestros trabajos. Precisamente la integración del nuevo equipo viene para garantizar la viabilidad de cada equipo”, dice Jesús. Admite que es “duro” desprenderse del arraigo de un nombre, un escudo o unos colores. No obstante, se muestra confiado en que “va a ser positivo para todos”.

Algo más compleja fue la reacción de las familias y, especialmente, de algunos de los jugadores (sobre todo los de categorías como cadete, juvenil o sénior). “Se hizo una reunión y es cierto que al principio los colores (y la rivalidad) tiraban mucho, pero acabó siendo fácil. Es un proyecto que nos va a permitir hacer más cosas y así se entendió. Al final muchos chavales de distintos equipos van juntos al instituto o viven en el mismo edificio”, cuenta Charo. “Hicimos un campus en Navidad para que se fueran mezclando y salió muy bien. Al final a los chavales todo les da igual cuando les pones un balón de por medio”, apostilla su esposo.

Hicimos un campus en Navidad para que se fueran mezclando y salió muy bien. Al final a los chavales todo les da igual cuando les pones un balón de por medio

Jesús Bonilla Presidente de la A.D. Gigantes

De por sí no es fácil actualizar la situación de las alrededor de mil fichas y más de medio centenar de equipos que manejan las tres entidades. Tampoco conseguir que el nuevo ente conserve la categoría más alta de entre los tres anteriores en cada escalón de edad (facilitar este proceso explica que la Unión haya echado a andar un año antes de la absorción definitiva).

Y pese a ello, señalan que la principal traba fue todo lo que no dependía directamente de los tres clubes. Apuntan que lo complica todavía más la burocracia y los costes de algunos trámites que deben presentar ante la Junta Municipal de Arganzuela (a la que agradecen su disposición) o, especialmente, la Federación Madrileña de Fútbol.

Confían en que la nueva etapa, bajo el ala común de la U.D. Arganzuela, les facilite distintos trámites como estructurar los horarios de los entrenamientos o afrontar el alquiler del polideportivo. Fue precisamente la convivencia en el Samaranch lo que inició la chispa de la coordinación entre los clubes, especialmente con la llegada de la directiva actual al C.D. Pasillo Verde hace tres años: “Nada más entrar y conocerles lo dejé en el aire”, recuerda Carlos. Compartir espacio y comprobar de primera mano las ventajas pero también las limitaciones que ello supone les lleva a tomar ahora esta decisión.

Mientras la charla avanza, jugadores de unos y otros equipos van saludando a sus presidentes. “Como ves aquí valoramos y potenciamos mucho esa cercanía, ese espíritu colectivo desde el respeto”, destaca Jesús. “Más del 90% de chavales son del barrio, de Arganzuela”, añade Carlos. Es uno de los sellos de los tres clubes y ya lo es del nuevo.

Otra característica inconfundible es el enfoque altruista y desinteresado: “La directiva no gana nada. Las cuotas de los chavales repercuten en ellos mismos, en el alquiler de los espacios, el pago por voluntariado de los entrenadores o el coste del material”, recalca Jesús. Eso les diferencia del que ya se atisba como su principal rival, con el que previsiblemente protagonizarán el gran derbi de Arganzuela. Se trata del Club de Fútbol Madrid Río, creado en 2011 y que sí cuenta con una inversión privada más contundente por parte de sus propietarios, que a su vez esperan de la explotación de la entidad un retorno económico.

Directiva por amor, presidenta por consenso

Manuel, Jesús y Carlos coincidían en que ninguno de los tres liderase el nuevo proyecto unionista. Buscaban equilibrar fuerzas y, además, preferían que asumiera el cargo una mujer (la apuesta de la U.D. Arganzuela por el fútbol femenino, tanto sénior como base, es ya una de sus señas de identidad). “A Charo la engañamos”, bromea su marido.

Ella explica cómo empezó su relación con Gigantes y ahora con la nueva entidad: “Yo he estado muy involucrada desde que Jesús es presidente de Gigantes. Él pasaba muchos fines de semana fuera y llegó un momento que pensé que era o el fútbol o nosotros. Al final decidí que fueran las dos cosas y me metí en la directiva”. Ahora está muy contenta con su paso al frente: “Para mí son todos como mis niños”, dice sobre los jugadores y jugadoras. Y a Jesús “le toca ser el consorte”.

Para este matrimonio de Plaza de España, Gigantes y ahora la Unión ha sido todo un proyecto común. Se implicaron en el fútbol de Arganzuela ante la falta de dotaciones para ello en el distrito Centro. Carlos y Manu en cambio sí son vecinos del distrito. Manu vive en el barrio oficioso de los Metales, en la zona de Delicias. Con 15 años en el cargo, se trata del presidente más longevo en el puesto, un hecho que no merma su predisposición para iniciar esta nueva etapa. “La única manera de crecer era juntarnos”, sintetiza para acabar la conversación. La directiva tiene una reunión para seguir trazando las líneas maestras de la Unión. La estrategia con la que demostrar que en su proyecto, como en el fútbol, vale más saber combinar que intentar destacar con individualidades.

Etiquetas
stats