Pastas de dientes blanqueadoras, ¿de verdad pueden aclarar tus dientes o es solo un reclamo?
El deseo de tener una sonrisa blanca no es nuevo. Desde la antigüedad, los humanos han buscado formas de limpiar y blanquear sus dientes. Se sabe que los egipcios usaban una pasta blanqueadora con piedra pómez molida mezclada con vinagre de vino. Los antiguos romanos se blanqueaban los dientes con orina, mientras que los árabes antiguos utilizaban ramas del arbusto Arak. Estas prácticas rudimentarias reflejan el deseo humano por unos dientes blancos, un atributo evolutivo asociado con salud y belleza.
Por eso, no es de extrañar que veas en tu supermercado una amplia selección de pastas de dientes blanqueadoras, con nombres como blanco total, blanco óptico, efecto blanco o algún otro argumento de venta que te haga pensar que, cepillándote todos los días con ese producto, tendrás una sonrisa propia de una estrella de cine.
Sin embargo, la realidad es que ninguna pasta de dientes puede blanquear los dientes de forma profunda y duradera. El color de los dientes está determinado principalmente por la dentina, una capa interna que tiene un tono naturalmente amarillento o grisáceo, y por la transparencia del esmalte, la capa externa dura y translúcida que la cubre.
El esmalte no tiene color propio, pero su grosor y calidad influyen en la intensidad del color de la dentina subyacente. Factores externos como las manchas causadas por alimentos, bebidas, tabaco y la acumulación de placa bacteriana también pueden oscurecer el color de los dientes. Además, con el tiempo, el desgaste del esmalte debido al envejecimiento o la abrasión puede hacer que la dentina sea más visible, intensificando el tono amarillento natural.
Pastas blanqueadoras y tratamientos blanqueadores
Aunque no lo parezca, los dientes son porosos y pueden absorber el color de las sustancias a las que están expuestos. Esta es la forma en la que el vino tinto, el café o el tabaco pueden oscurecerlos. El blanqueamiento verdadero de los dientes solo se logra mediante tratamientos profesionales en los que se utiliza peróxido de hidrógeno (agua oxigenada concentrada) en concentraciones elevadas para descomponer las moléculas responsables del color en el interior del diente.
Este compuesto penetra en el esmalte dental y llega a la dentina, donde las moléculas responsables de las manchas internas (como las derivadas de alimentos, bebidas, tabaco o el envejecimiento) son descompuestas y cambian de color. El peróxido de hidrógeno libera radicales libres que rompen los enlaces químicos de las moléculas de cromóforos, que son las que producen el color amarillento o marrón en los dientes. Al fragmentarse estas moléculas, se vuelven más pequeñas y reflejan la luz de manera diferente, dando como resultado un tono dental más claro.
Este procedimiento, realizado bajo supervisión profesional, utiliza concentraciones más altas de peróxido que las disponibles en productos comerciales, lo que permite un resultado más rápido y efectivo. Además, el uso de luz LED o láser en algunos tratamientos acelera el proceso al activar el peróxido y potenciar su acción.
Los tratamientos blanqueadores con peróxido para usar en casa funcionan mediante el mismo principio de oxidación que los tratamientos profesionales, pero utilizan concentraciones más bajas de peróxido de hidrógeno o de peróxido de carbamida, lo que los hace más seguros para uso sin supervisión. El gel blanqueador, que contiene el agente activo, se aplica generalmente mediante férulas o moldes que se ajustan a los dientes para garantizar un contacto uniforme, y algunos ofrecen una pequeña luz LED para potenciar el efecto. No obstante, lo recomendable siempre es consultar acerca de este tipo de tratamientos con un profesional de la salud bucodental.
Tipos de pastas blanqueadoras
Las pastas de dientes blanqueadoras comerciales actúan mediante una combinación de mecanismos diseñados para reducir manchas superficiales en los dientes o, al menos, mejorar su apariencia. Una de las principales estrategias es el uso de agentes abrasivos suaves, como la sílice hidratada o el bicarbonato de sodio, que pulen la superficie del esmalte para eliminar manchas superficiales causadas por alimentos, bebidas o tabaco. Estos abrasivos son efectivos para las manchas externas, pero no penetran en las capas internas del diente.
Otras fórmulas incluyen agentes químicos como el peróxido de hidrógeno o el peróxido de carbamida, usados en los tratamientos profesionales. Por desgracia, las pastas de dientes que contienen peróxido no son más efectivas para blanquear los dientes en comparación con las que no contienen este ingrediente, o con los kits blanqueadores caseros.
Otro enfoque es el uso de enzimas, como la papaína o la bromelina, que descomponen proteínas en las manchas adheridas al esmalte. Estas enzimas ofrecen una acción más suave y no abrasiva, aunque suelen requerir más tiempo para mostrar resultados. De nuevo, se trata de un tratamiento superficial que no penetra en la dentina que da el verdadero color al diente.
En algunos productos también se emplean agentes ópticos como el azul covarina, que depositan un ligero tinte azul sobre los dientes, generando un efecto visual que hace que parezcan más blancos al neutralizar las tonalidades amarillas del interior. Este efecto es temporal y desaparece con el enjuague.
Finalmente, algunos ingredientes como el fluoruro o la hidroxiapatita ayudan a fortalecer el esmalte debilitado. Si bien no blanquean directamente, al mejorar la calidad y la uniformidad del esmalte, contribuyen a que los dientes reflejen mejor la luz, aumentando la percepción de blancura.
El color de los dientes y la salud
Así pues, el concepto de “blanqueamiento” en pastas de dientes está más relacionado con la eliminación de manchas superficiales. Una parte importante para el mantenimiento de los dientes blancos es la prevención de la acumulación de sarro, un material amarillento y duro que se forma cuando la placa bacteriana se endurece. Aunque no causa caries directamente, el sarro indica que el proceso de desmineralización ya ha comenzado. Una vez formado, el sarro solo puede ser eliminado mediante un curetaje profesional en el dentista.
Sin embargo, ingredientes como el pirofosfato o el hexametafosfato de sodio pueden prevenir la acumulación de sarro al reaccionar con el calcio y formar un compuesto soluble que se puede enjuagar. Por su parte, el flúor en la pasta se incorpora en la estructura del diente y reduce la tasa de desmineralización. Mantener los dientes sanos los mantendrá, además, más blancos.
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