Presentadora de televisión, pionera en los programas de decoración en antena, fundadora de la productora D'Home Productions, especialista en periodismo de lifestyle, profesional de la radio...
Y Cendrine Domínguez también es consejera municipal de Les Contamines-Montjoie, un cargo que no sorprende teniendo en cuenta que tanto ella como su marido, Patrice, gran figura del tenis en Francia, han amado desde siempre esta pequeña población de la Alta Saboya.

Durante años pasaron sus vacaciones en casas de alquiler, hasta que le ofrecieron un terreno a pie de pistas. No lo dudaron ni un segundo: "¡nos lanzamos a por él!", recuerdan ambos sonriendo. Y entonces empezó para ellos la aventura.

Una cabaña de lujo
Recurrieron al especialista en construcciones de madera Bruno Mattel para concebir este chalé que se convirtió en su bebé. Y el parto llevó su tiempo: dos años de obras y de mucha paciencia para concebir la casa de sus sueños.

Además, acudieron a los artesanos de la zona para la construcción, pero el esfuerzo mereció la pena, ya que los acabados de esta construcción, elevada frente al gran pico del Mont-Blanc, son perfectos, así como la disposición e iluminación de las estancias que, de una a otra, ofrecen unas vistas privilegiadas a la montaña.
Para lograr estos acabados, la elección de los materiales fue primordial, especialmente la madera, ya que quería conseguirse el aspecto rústico que ofrecen las viejas casas del entorno, construidas con una madera que toma un color grisáceo o granatoso según su exposición al sol.

Sin embargo, el interior es claro y luminoso, gracias a unas planchas de madera dispuestas de manera horizontal, para jugar con la perspectiva de "ir en el sentido del paisaje", explica Cendrine.

Desde la sala de estar se ve el salón principal, presidido por una chimenea restaurada. El sofá (a medida) es de Caravane; la mesa baja, de AM-PM La Redoute, y la alfombra, de Lesage.
Un paisaje por el que confiesa sentir gran debilidad, como demuestra su cargo como presidenta del Montblanc Photo Festival, que cada año expone el trabajo de doce fotógrafos y su peculiar visión de la montaña.
Única, respetuosa y casi amorosa, igual que Cendrine y Patrice al construir este moderno y luminoso nido de pistas en pleno monte que, sin embargo, se integra y camufla perfectamente en el entorno. Es el escondite perfecto para una pareja enamorada de la montaña, de la naturaleza y sus encantos.