Si eres de las que odia la lluvia y le da pereza salir cuando hace tan mal tiempo, quizá te lo pienses cuando leas la historia de Laura y Mario. Los dos se conocieron en un pub hace 14 años una noche en la que caían chuzos de punta y no había mucho ambiente. Ella estaba allí, y él llegó para 'tomarse la última' antes de irse a casa. Ella cree que fue casualidad que sus caminos se cruzaran, y él agradece al destino. Sea como fuere, el resultado de ese fortuíto encuentro terminó con un 'si quiero' en la iglesia del Sagrario de la catedral de Jaén, una capilla pequeña pero con mucho encanto en la que Laura siempre había querido casarse y al que continuó una gran fiesta en un cortijo andaluz a 30 minutos de Jaén.

Para este enlace maravilloso Laura necesitaba la pieza clave de todo enlace, el vestido de novia. "Elegí el atelier de Lorena Formoso porque creo que sus diseños son diferentes y bonitos, con un toque de empoderamiento". Y no le falta razón, pues la diseñadora gallega afincada en Madrid ha demostrado con creces (y con sus virales creaciones a Ana Peleteiro y la cantante Soraya) que sus diseños nupciales aúnan como ningún otro bases clásicas con toques de tendencia con los que marca la diferencia. Así, aunque se probó algún vestido de la colección, sabía que quería que su vestido fuera hecho y diseñado a medida. "Tenía muy claro lo que quería y tenía la idea del drapeado en la cabeza, pero Lorena Formoso y su equipo supo hacer magia y literalmente sacar lo que tenía en la cabeza", añade Laura.

¿El resultado? Un precioso vestido de corte recto, sin cola y con un cuerpo drapeado que se eleva hasta el cuello. Una parte especial y única de la pieza, ya que este drapeado de delante va hacia atrás fundiéndose con la tela, también drapeada, de la espalda. Esta cuenta con una leve apertura natural y detalle de botones hasta el final del vestido. Y, si hay algo imprescindible en todo vestido nupcial es el velo que, aunque cada vez es menos habitual o se luce a modo cola, sigue siendo una pieza imprescindible del diseño. "En un principio no quería velo, pero Lorena me recomendó llevarlo y la verdad es que fue todo un acierto, me daba un toque de estilo y elegancia", cuenta la novia.
Para completar el estilismo entero, Laura escogió unos zapatos de Salo Madrid hechos a medida, elaborados en tweed y en un tono blanco roto que iba ideal con el vestido.


Detalles de una boda especial
Las flores, la finca, los regalos de los invitados... para que una boda sea especial no necesita grandes lujos nidistinciones, pero sí para que deje huella entre todos los asistentes, incluidos los novios. Por eso, para este día tan importante, ambos deben escoger los detalles con cuidado, esos que hagan más mágico aún el enlace. Así, en el caso de Laura, los pendientes que escogió fueron una réplica más grande de los de su abuela, ya que "estos eran un poco pequeños y estaban desgastados, y tras mucho buscar encontramos unos muy parecidos", cuenta. En cuanto al ramo, decidió hacer un guiño a la finca donde se celebró la boda al escoger la flor del madroño, árbol que da nombre al lugar. Sin embargo, una confusión hizo que se decantara por las craspedias, unas bonitas flores amarillas que significan 'buena salud'.


El gesto más bonito estuvo en el regalo a los invitados, un precioso neceser con flores y la inicial bordada de cada una de las invitadas hecho, durante un año, por su madre, su hermana y ella. Dentro, una cerveza artesanal, @cerveza_mudita, que colabora con la investigación de enfermedades como la esclerosis múltiple, el cáncer de mama y la ELA.
Todos estos detalles fueron el toque a una boda de ensueño que terminó en 'El madroño', un precioso cortijo andaluz en el que empezaron a divertirse desde el momento en que llegaron.
