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La autora Pilar Eyre seduce al lector con una cercana, divertida, irónica y reflexiva novela sobre uno de los males de la sociedad actual: el paso del tiempo. 'Señoras bien' (Planeta) es una historia de entretenimiento y reflexión sobre la madurez de la mujer con la que escritora catalana demuestra que la edad no es un límite, sino una ventaja.
'Señoras bien' no es solo una novela sobre mujeres de 60 y 70 años de edad, sino sobre una etapa de desafío, plenitud y reinvención con todo el glamour y la sofisticación de la burguesía catalana que tan bien conoce la periodista barcelonesa, porque ser una señora bien no es cuestión de edad, sino de actitud.
La propia Pilar Eyre demuestra a sus 73 años tanto que la edad no es un límite y sí una ventaja, como que ser una señora bien no es cuestión de edad, sino de actitud, en la entrevista que ha concedido a Tiramillas, la web de ocio de Marca, con motivo de la presentación de 'Señoras bien' en una imponente sala de reuniones situada en la quinta planta del edificio del Grupo Planeta en el número 17 de la madrileña calle de Juan Ignacio Luca de Tena.
PREGUNTA. Sin destripar la novela, ¿qué encuentra el lector en 'Señoras bien'?
RESPUESTA. Es un poco el libro que yo siempre he querido leer, porque es un libro sobre mujeres de mi edad, pero que tienen ganas de vivir, son jóvenes, se divierten... Quería reflejar un poco lo que es el ambiente de los grupos con los que yo salgo y, muchas veces y cuando yo salía por ahí con ellas y nos íbamos de copas, yo siempre pensaba que ahí había una novela. Y con todas esas historias entremezcladas, todas mis experiencias, también experiencias personales, he escrito un libro que creo que es amable y divertido, que también tiene un trasfondo y un poco de 'thriller' en medio, y pienso que cuando uno acaba de leerlo querría volver a leerlo porque quiero estar con el grupo de las amigas de Andrea para siempre.
P. ¿Por qué ese giro hacia una novela divertida e irónica?
R. Tenía ganas de divertirme, porque la última novela que escribí, que era una novela de amor y de guerra muy dura con un marco histórico muy complicado, eran varias novelas en una y había sufrido muchísimo para hacerla. Entonces, cuando acabé, quería pasármelo bien. Y a veces me reía yo sola escribiendo el libro. Y muchas veces me ha pasado de estar en una conversación y ir un momento al lavabo para apuntar una anécdota o una frase porque la verdad es que la vida puede ser muy divertida también.
P. La novela es ficción, pero incluye experiencias y vivencias reales. ¿Cuánto hay de ficción y cuánto de realidad en 'Señoras bien'?
R. Yo creo todo es real. La novela es de ficción, los personajes son de ficción, pero todo lo que pasa es real, son experiencias propias mías. De hecho, tengo miedo a que haya gente que se reconozca, aunque el libro acaba de salir y no lo ha leído mucha gente, pero cuando vaya por la calle no sé si me van a pegar un bofetón o me van a dar un abrazo. Bueno, la verdad es que me he acostumbrado a mentir, entonces cuando viene alguien y me dice: 'Pilar, que has sacado aquella anécdota que te conté'. Yo digo: 'No, me la contó no sé quién. Ah, tú también me la habías contado, ¿no?'. Entonces, finjo que no me acuerdo, no engaño a nadie, pero también es verdad que estoy rodeada de buenas personas y, de momento, nadie me ha dado un bolsazo ni me ha dicho nada.
P. Andrea, Nieves, Loti, Ignacio... ¿Cómo ha sido la construcción de los personajes?
R. Lo de la construcción de los personajes es curioso, porque empiezas con una idea de los personajes, pero si están bien construidos, los personajes después tienen vida propia. Y a lo mejor un personajes que no querías que fuera protagonista, se va metiendo en la trama y llega un momento en el que te das cuenta de que tenía que haber desaparecido antes y está ahí dando guerra y se está convirtiendo en el protagonista. Si la novela está bien construida, los personajes tienen vida propia, se desenvuelven casi ellos solos y, bueno, yo no vivo sola con mi perro, sino que vivo con todos los personajes de mis libros, mi casa está llena de gente, mi mundo es el mundo de Andrea, las amigas de Andrea son mis amigas. Yo no quiero despegarme de mis personajes, sino que quiero tenerlos allí y jugar y divertirme con ellos.
P. La trama de la novela transcurre entre Barcelona, Madrid y Sitges, pero 'Señoras bien' es un canto de amor a la Ciudad Condal y sus calles, llegando a ser un personaje más de la misma. Usted nació allí, ¿qué significa Barcelona para Pilar Eyre?
R. Yo conozco mucho España, porque con mis libros he viajado mucho, también conozco el extranjero, pero conozco más España y me encantan Madrid, Santiago de Compostela, Andalucía, Zaragoza... No quiero olvidarme de ninguna, pero yo no podría vivir en otro sitio que no fuera Barcelona. Mi autor favorito es Juan Marsé. Y Juan Marsé habla de una Barcelona que no es la mía, pero lo hace tan bien que a mí me parece que he vivido en la Barcelona de Juan Marsé también. Y mi Barcelona es una Barcelona de clase alta, de las Tres Torres, de Sarriá, de la iglesia de San Gregorio Taumaturgo... Toda esa Barcelona que no tiene literatura, pero que también tiene mucha personalidad y es un elemento más de todos mis libros. También sale Madrid, porque hay una cosa que me llama mucho la atención de Madrid y que dicen todo el rato mis personajes que es: 'Tú acostúmbrate cuando vayas a Madrid a decir fenomenal, porque están todo el rato diciendo fenomenal'. A los que son de Madrid no les llama la atención, pero a los de fuera nos hace mucha gracia que todo sea fenomenal siempre.
P. ¿Qué diferencia hay entre la gente bien de Barcelona y la de Madrid?
R. La diferencia entre Barcelona y Madrid no es tanta porque en todas las ciudades del mundo hay los mismos estratos sociales. La gente bien es igual en Barcelona, Rabat y, supongo, que en cualquier otra ciudad porque es una clase social determinada que realmente es igual en todas partes. Lo que sí diría es que la burguesía catalana es muy tacaña, cosa que la burguesía madrileña no lo es, pero la burguesía madrileña, por ejemplo, es muy ostentosa. Yo recuerdo que Paco Umbral, que era muy amigo mío, siempre me decía que los catalanes éramos fanfarrones pero al revés. Y es verdad, los catalanes siempre ocultamos la riqueza que tenemos. Tengo amigos que tienen un yate de 50 metros de eslora y te dicen que tienen una barca o te dicen que viven en una casita y viven en un palacio en la avenida Pearson. O sea, el catalán oculta lo que tiene y, sin embargo, el madrileño es más de aparentar. No dejan de ser tópicos, pero los tópicos a veces son verdad.
P. Andrea es la protagonista de la novela. ¿Qué tiene la personaje principal de Pilar Eyre?
R. La protagonista se llama Andrea y yo me llamo Pilar Andrea, así que desde luego tiene mucho de mí, pero lo curioso es que muchas de mis amigas que han leído el libro me dicen que se sienten reflejadas en Andrea y que les pasan las mismas cosas. Y yo creo que no es una cuestión de decir es que eres mayor o eres joven, sino que el amor, el deseo de que te amen, el deseo de triunfar en tu profesión, estar ocupada o sentirte importante es transversal y nos afecta a todas las mujeres.
P. 'Señoras bien' es un alegato de que la edad no es un límite, sino una ventaja.
R. A mí, desde que tengo 40 años, me dicen: 'Vieja, jubílate'. No lo entiendo, porque a un hombre de mi edad no he escuchado jamás que le digan: 'Viejo, jubílate'. Y, sin embargo, he visto que a las mujeres se les dice continuamente. Yo me acuerdo que a la pobre María Teresa Campos, que yo he trabajado mucho con ella, no en los últimos tiempos, sino 30 años antes de irse, ya le decían: 'Vieja, jubílate'. O sea que realmente es un arma que se utiliza para humillar a las mujeres. La verdad es que ahora no me afecta, porque lo he oído tantas veces que ya no le doy importancia. Y, bueno, los jóvenes a mí también me dan pena, porque los mayores somos tan buenos y sabemos tanto que si nos empeñáramos en dejarles sin trabajo, les dejaríamos sin trabajo. Nosotros nos hacemos un poco los viejos porque queremos dejarles sitio a ellos, pero si quisiéramos, dominaríamos el mundo.
P. ¿Cuál es la actitud necesaria para ser una señora bien?
R. Yo hablo de señoras bien porque pertenecen a una clase social determinada. La burguesía catalana, que es la clase social de la que yo procedo, la conozco muy bien porque yo provengo de ahí por mi familia, pero yo siempre me he sentido ajena. Y esta mirada ajena me ha permitido siempre escribir sobre ellos. Entonces, yo creo que conozco muy bien sus tips y sus formas de comportarse. Hay otras clases sociales de las que se ha escrito mucha literatura, pero de esta clase social se ha escrito poca literatura por parte de alguien que ha estado dentro y eso es lo que aporta mi libro, pero todo con una visión irónica y divertida, pero también con un trasfondo porque también quiero enviar un mensaje contra el edadismo. Tampoco es un libro clasista, porque yo quiero que la gente se ría y se identifique con las mujeres de mi vida.
P. La protagonista de 'Señoras bien', Andrea, conoce con sesenta y pico años a su gran amor. ¿Cómo tiene que ser un hombre para que llame la atención de Pilar Eyre y se fije en él?
R. Si encontrara un hombre como Ignacio, desde luego... A mí me encantaría enamorarme porque el estado de enamoramiento es un estado casi enfermizo, te sientes una supermujer, eres capaz de todo, te sientes guapa, poderosa, bondadosa... O sea, te da una serie de cosas que solamente te da el amor. A mí me gustan los hombres de mi edad, no me gustan los hombres jóvenes, que hay muchas mujeres de mi edad a las que les gustan los hombres jóvenes, pero el problema es que a los hombres de mi edad les gustan las mujeres jóvenes, con lo que me estoy quedando un poco en tierra de nadie, así que a ver si nos invaden pronto los extraterrestres y hay algún extraterrestre a la que le parezco atractiva, pero todavía mantengo la confianza.
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