- Opini�n de Elena Medel Umbral inventa su infinito
- La Lectura La leucemia mira a los ni�os como un gato amarillo y lamedor
- Aniversario El 'kil�metro cero' de la escritura �ntima de Umbral
El �ltimo libro de Francisco Umbral (1932-2007) est� todav�a por escribir. Se podr�a titular Pincho y yo: memoria de todos los hijos que fuiste. O, mejor incluso, Mar�a Espa�a, Francisco Umbral y Pincho: una galaxia entera. El t�tulo es lo de menos. Lo de m�s es lo que dicho libro contar�a sobre el amor infinito y el dolor inabarcable. Sobre el milagro diario de aupar la vida entre risas de parvulito. Sobre el vac�o que deja la existencia rota de un ni�o. Sobre los momentos �nicos que caben en un folio con monigotes. Sobre los silencios que flotan para siempre en un hogar destruido por la ausencia.
�Todo est� negro, hijo, cargado de inminencia, obcecado de fatalidad�, anot� el padre en la penumbra del duelo. Umbral public� Mortal y rosa, su t�tulo m�s desnudo y esencial, hace justo 50 a�os. Buen momento para insistir en su vigencia de testimonio literario y humano. Tambi�n para reivindicar su atemporalidad de rel�mpago mientras indagamos en el autor que lo comparti� con el mundo. En sus c�mos y sus porqu�s: Mortal y rosa fue, en origen, un proyecto celebratorio -el diario en prosa po�tica del nacimiento y crecimiento del �nico hijo que tuvo el autor con la fot�grafa Mar�a Espa�a- y acab� llegando a los lectores con tono testamentario, tras el fallecimiento de Francisco P�rez Su�rez (1968-1974) por una maldita leucemia.
El peligro en aniversario tan redondo es abundar en lo ya dicho, pero peor. Cronista, articulista, columnista, cuentista, ensayista, novelista y poeta, el Premio Cervantes 2000 y uno de los m�s geniales juntaletras en espa�ol del siglo XX escribi� pr�cticamente de todo y de todos. Su perfil con bufanda, su estilo antican�nico y su bibliograf�a sin fin han sido abordadas de forma igualmente torrencial. Mortal y rosa, de hecho, ha llenado estanter�as de an�lisis y rese�as.
�Tambale�ndose en los territorios de la calamidad, rebotando contra los paredones de un destino completamente despiadado, descifrando con los ojos desamparados el abecedario de lo absolutamente indescifrable, habitante ya para siempre en el abismo al que abraz� cuando resolvi� convertir en palabras su humillaci�n y su pena de nacido en este planeta desalmado, le dice a la ausencia de un ni�o: 'Qui�n eras, qui�n eres, a qui�n hablo, qu� escribo...'. Estaba tan aturdido de dolor que no se daba cuenta de que escrib�a un monumento a la literatura�, glos� F�lix Grande en el pr�logo del ejemplar incluido en la colecci�n Las 100 joyas del milenio, que EL MUNDO puso a la venta en 1999.
�No es un padre desolado el que habla, reflexiona y crea, aunque tambi�n: es el ser solitario e indefenso, el escritor tembloroso, el intelectual que filosofa atormentado por el dolor de un ni�o. El poeta. Atormentado, sobre todo, por ese enigma doloroso del dolor y de la muerte. P�ginas l�ricas, oscuros brillos que despide el hombre lacerado, la humanidad doliente y perpleja�, observ� Javier Vill�n, cr�tico de libros y toros en esta casa, que tambi�n lo fue de Umbral.
Mortal y rosa es ya tan inmortal como la lluvia. Y va a serlo m�s, si es que eso es posible, gracias a nuevas aproximaciones y formatos. La directora de documentales Sonia Tercero acaba de sonorizar y etalonar un cortometraje de 27 minutos basado en el libro. �Me cautiv� por la sensiblidad con la que Umbral habla de y a su hijo. Me encant� el juego que plantea de estar en el presente y en el pasado de un mundo on�rico�, reconoce. �Adem�s de po�tico, te acerca a un personaje sin filtro. Cualquiera que haya sufrido la p�rdida traum�tica de un ser querido entiende la sensaci�n que �l describe: estar como si te hubieran dado un mazazo en la cabeza y buscar una justificaci�n a la p�rdida�.
Rodado como encargo de la Fundaci�n Francisco Umbral de cara a la efem�ride y con su estreno previsto para la pr�xima Feria del Libro de Madrid, la pieza incorpora material sonoro al que pocas personas han tenido acceso. �Paco y Pincho ten�an la costumbre de llegar a casa y ponerse a jugar con el magnet�fono. En esas conversaciones, padre e hijo son tan c�mplices que parece que est�n poniendo voces de dibujos animados�, enfatiza Tercero, que aclara: �Aunque estamos contando una historia triste, la idea del corto es homenajear a Pincho 50 a�os despu�s con fuerza y alegr�a�.
La directora trenza un relato que mezcla pasajes en color y blanco y negro, protagonizado por un padre y un hijo reales (Carlos y Gael Alc�ntara) y con la aportaci�n extra de las palabras de Espa�a, apenas sugerida en el texto original. �Estuvimos rodando en la dacha, la casa de Paco y Mar�a en Majadahonda. Gael ten�a el mismo corte de pelo de nuestro querido Pincho, con el flequillo largo y liso a la altura de las cejas�, comparte. �Como hab�a un momento en el que se iban a encontrar, le fui hablando a ella de �l y a �l de ella. De hecho, como no sab�a c�mo iba a reaccionar Espa�a cuando por fin coincidiesen, le dije al ni�o: 'T� dale un abrazo muy fuerte'. Fue muy bonito verles interactuar a los dos�.
Lorenzo Montatore define Mortal y rosa como �un libro incre�ble que a�n hoy tiene la capacidad de sorprenderte y cambiarte�. El ilustrador e historietista public� en 2021 una biograf�a en vi�etas de su autor fetiche: La mentira por delante (Ed. Astiberri). En ella, y previamente en La muerte y Rom�n Tesoro (DeHavilland Ediciones) a modo de ensayo, perfilaba a Umbral con los c�digos visuales de la escuela Bruguera y el cari�o de un coleccionista por su figura pop favorita.
�El ni�o y yo somos irreales, tibios, en el d�a sin horas, en la luz sin sol, en el cielo sin d�a, jugando por pasillos blancos...�, reproduc�a un fragmento mientras el �lter ego garabateado del escritor se echaba al peque�o al hombro. Un enfoque minimalista que incid�a en esa ternura contra la que, parad�jicamente, Umbral fabric� una armadura: poco se parece el ser dom�stico que inventa sobre la marcha viajes c�smicos para que su cr�o r�a o sue�e al individuo altanero y tronante (�He venido aqu� a hablar de mi libro�) que rula por YouTube y TikTok con categor�a de protomeme.
�Lo que m�s me ha interesado siempre de Umbral, claro, es su escritura, su latido, su ritmo. No es s�lo juntar palabras muy hermosas, es la manera de juntarlas, esa sintaxis que no se puede explicar. Como en esa cita de Paul Val�ry que a �l tanto le gustaba: 'La sintaxis es una cualidad del alma'. Es un poco hipn�tico, me fascina. Leas un art�culo suyo sobre Felipe Gonz�lez o sobre los impuestos, hay una poes�a, un lirismo, una m�sica que no encuentras en nadie. Y adem�s se te pega, no sales indemne de su lectura. Cuando leo a Umbral, si luego escribo algo, me sale un poco Umbral�, confiesa Montatore. �Tengo como 50 libros suyos y aunque no voy persigui�ndolos, cada vez que entro en una librer�a de segunda mano o de viejo, no me voy de all� sin pasar por la U y casi siempre encuentro algo que no tengo. Es muy bonito pensar que Umbral nunca se me va a acabar, como si siguiera frente a la Olivetti eternamente�.
De alguna manera, as� es. Renacimiento publicar� a lo largo de este a�o, en fecha todav�a por concretar, El coraz�n y la Luna. Art�culos in�ditos publicados en la revista Jano, medicina y humanidades I, de Francisco Umbral, con edici�n y pr�logo de �lex Prada. Y tambi�n Yo, Umbral. Art�culos in�ditos publicados en la revista Jano, medicina y humanidades II, con edici�n de B�n�dicte de Buron-Brun. Renacimiento ya se posicion� como plataforma postumbraliana el a�o pasado con el lanzamiento de Francisco Umbral. Manual de instrucciones, el ensayo en el que el periodista y escritor Jos� Besteiro le cog�a medidas al mito con buen ojo de sastre.
�Como ser humano, no tuvo suerte. A partir de ah� es cuando decide convertirse en el ogro del cuento, si bien yo tuve la suerte de conocer a Shrek�, matiza el autor de la gu�a, en la que se hace eco de los dos dramas que sufri� el escritor: ser hijo de madre soltera -que al principio tampoco lo reconoci�- y la muerte de su �nico descendiente. �Mortal y rosa es una de las obras que m�s me ha emocionado en mi vida, pero la entend� en toda su extensi�n cuando fui padre. �Por qu� no explorar lo m�s cercano que tengo y que suele ser lo m�s desconocido?, dec�a Montaigne. Umbral lo hab�a le�do, claro�, a�ade Besteiro.
�Es muy posible salir de Mortal y rosa con los ojos secos, aunque conmocionado interiormente�, admite el cr�tico literario Santos Sanz Villanueva, quien firma el pr�logo de la edici�n 50� aniversario que Austral pondr� en circulaci�n en mayo. �Umbral no quiso escribir una obra lacrim�gena ni sentimental. Habla de sus momentos de felicidad y plenitud con el ni�o sano y luego del terrible padecimiento de la enfermedad de hijo y de su muerte. Pero remata con un cuento que ya hab�a publicado antes que remite a la alegr�a infantil. El diario �ntimo tiene, por tanto, un car�cter circular y se abre, desde el inmenso dolor de la p�rdida, a encarar con energ�a el futuro. La muerte de Pincho tuvo efectos devastadores en Umbral, pero en el tratamiento literario evit� las truculencias�.
Iba a titularse Estoy oyendo crecer a mi hijoy el original mecanoescrito seguramente se ha perdido para siempre: no consta ni en los fondos de la Fundaci�n Francisco Umbral ni en los del Grupo Planeta (que adquiri� Destino en 2001). �Hay algo m�s de Mortal y rosa que siga siendo desconocido 50 a�os despu�s? Sanz Villanueva apunta a la correspondencia in�dita y �sumamente c�lida y entra�able� dirigida por Umbral a �la triponcilla y al pinochito incluso meses antes de que naciera el hijo�. �M�s que contado, hay algo que no est� lo suficientemente escuchado y que aparece en el documental Anatom�a de un dandy (2020)�, interviene de nuevo Besteiro. �Est� grabado en una de aquellas cintas de casete que se rebobinaban con un bol�grafo BIC: Umbral, habl�ndole a su hijo con voz tierna, como de papa�to�.
Los directores Charlie Arnaiz y Alberto Ortega son los art�fices de la pen�ltima resurrecci�n del escritor total. En uno de los pasajes m�s conmovedores de Anatom�a de un dandy (Dad� Films), adem�s de las mencionadas conversaciones padre-hijo, transformadas m�gicamente en un microrrelato animado, aparecen los dibujos que hizo Pincho en cuartillas con el membrete de la Fundaci�n Jim�nez D�az mientras se somet�a a tratamiento. Tambi�n la receta de un antibi�tico (cefalexina) y su pauta. Y una imagen del ni�o con la cabecita calva, como la que acompa�a este texto. Umbral comparece brevemente en su versi�n m�s volc�nica en el cap�tulo 3 del documental a prop�sito de un incidente en el ascensor del hospital. ��No sab�a yo que era tan hijo de puta Dios!�, le respondi� a una se�ora despu�s de que �sta vinculara la agon�a del menor con el designio divino.
�En los visionados, cuando lleg�bamos a estos momentos, se hac�a un silencio sobrecogedor: cualquiera se puede poner en la piel de quien pasa por un trance semejante. Pone los pelos de punta�, explican Arnaiz y Ortega. �Para nosotros era muy importante colocar ese cap�tulo donde est� porque lo que persegu�amos es que la gente entendiese por qu� despu�s de ese suceso, por qu� despu�s de una infancia tan dolorosa, por qu� despu�s de convertirse en un hijo sin padre y en un padre sin hijo, Umbral se vuelca en la literatura para tratar de sobrevivir�.
-�C�mo fue para Espa�a volver a su dolor m�s �ntimo?
-Quedamos con ella en la productora para ver el documental. Vino acompa�ada. Despu�s de 90 minutos de silencio sepulcral y del �ltimo cr�dito, le preguntamos qu� le hab�a parecido. Pens�bamos que precisamente el cap�tulo del ni�o le iba a remover, porque no hab�a vuelto a escuchar la voz de Pincho desde su muerte. Pero, curiosamente, lo primero que dijo fue: 'Hay un plano al final en el que se ve a Umbral y tiene el bajo del pantal�n roto...'. Nos impact�, porque la pel�cula es un carrusel de emociones. Luego nos cont� que lo que m�s le emocion� fue ver a Paco tan mayor.
En 2027 se cumplir�n dos d�cadas de su deceso. Teresa Garc�a, veterana Secretar�a de EL MUNDO, recuerda que el �ltimo gran narrador de la vida social, cultural y pol�tica de Madrid enviaba cada d�a su columna a la redacci�n por fax. Ella o alguna compa�era la picaba para encajarla en la maqueta de la contra del diario e incorporarle sus famosas negritas. �Cada vez que lo llam�bamos por tel�fono para consultarle algo, nos respond�a: 'Dime, cielo'�. Garc�a conserva el mensaje que el departamento envi� a la viuda. �Hoy tambi�n estamos un poco m�s solas...�, rezaba.
�Y ahora? Est� previsto que los Teatros del Canal (Madrid) recuperen este oto�o Mortal y rosa: eleg�a por el dolor de un ni�o, estrenada en 2011 con selecci�n de textos y dramaturgia de Javier Vill�n y direcci�n de Mariano de Paco, actual consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid. La direcci�n correr� ahora a cargo de Ainhoa Amestoy.
Besteiro est� convencido de que Umbral es capaz de atraer a los m�s j�venes a sus luces de galaxia. �Es el autor-selfi por experiencia, de manera que en su actitud exhibicionista tiene mucho que ver con las nuevas generaciones, que son el �Hola!, de s� mismos. Con su facilidad para los titulares y su humor afilado, hubiera sido hoy el rey de X (antes Twiter). Fue influencer antes de que existieran estos y las redes sociales�.
Sanz Villanueva se saca del bolsillo una an�cdota casi a la altura de su celeb�rrima intervenci�n televisiva en el Queremos saber de Mercedes Mil� (1993). Tuvo lugar en un ciclo de escritores que el cr�tico organiz� en Torrelodones. �Cuando iba a comenzar su intervenci�n, dijo que ten�a hambre y pidi� un bocadillo de tortilla francesa. Se lo llevaron reci�n hecho y dio la charla a la vez que lo com�a y le resbalaba el aceite�, rememora. �Se enfad� mucho porque a los asistentes no le hizo ninguna gracia la perfomance�.
Finalmente, la intrahistoria de Mortal y rosa incluye un desv�o a Barcelona. Un desv�o inesperado y, por desgracia, luctuoso. Hasta el punto de que puede interpretarse como una caprichosa simetr�a con el c�nit de la producci�n umbraliana: Joan Teixidor, el hombre que lo public� en 1975, hab�a perdido a su primog�nito Ignasi 20 a�os antes que Umbral a Pincho. Tambi�n por una leucemia a una edad temprana. Y tambi�n hab�a decantado su dolor en un libro: el poemario El pr�ncipe (1954).
�He conocido a mucha gente que ten�a una visi�n negativa de Umbral y, al leer Mortal y rosa, ha pasado a verlo como un creador extraordinario�, aporta Andreu Teixidor, segundo v�stago del cofundador de Destino -ten�a dos a�os cuando falleci� su hermano- y su sucesor al frente del sello, lo que le permiti� tener una relaci�n fluida y cordial con el autor, sobre todo a partir de la concesi�n del Premio Nadal a Las ninfas (1975). �Es importante que se entienda que la literatura no consiste en contar un cuento, sino que remite a algo m�s profundo. Una obra como la que ahora cumple 50 a�os descubre la inmensa potencia que tiene la palabra cuando est� bien utilizada. Es una gran lecci�n�.
Hay mil razones para (re)leer Mortal y rosa. Sirva de incentivo el deseo del padre en pleno �xtasis de vida: �Estoy oyendo crecer a mi hijo y quisiera para �l un mundo mejor, m�s justo; m�s libre. Cuando yo me haya muerto entre estos dos retratos verdes y amarillos, cuando ellos den ya toda la amargura de mi vida ida, quisiera que los hombres, hijo, hubiesen dejado de matar ni�os, que los ni�os hubiesen dejado de pensar en matar hombres el d�a de ma�ana, que hubiera en el mundo m�s justicia y m�s libertad�.