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NECROAGENDA v5

El documento explora la noción de la defecación y la muerte como elementos interrelacionados en la existencia humana, utilizando conceptos filosóficos de Aristóteles, Derrida y otros. Se argumenta que la 'inertia faecalis' representa un ciclo de vida y muerte que desafía la percepción negativa de lo inerte, sugiriendo que tanto la economía como la vida misma están intrínsecamente ligadas a estos procesos. La obra propone una 'necroeconomía' que revaloriza lo despreciado, enfatizando la importancia de reconocer la fecalidad como parte esencial de la experiencia humana.
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El documento explora la noción de la defecación y la muerte como elementos interrelacionados en la existencia humana, utilizando conceptos filosóficos de Aristóteles, Derrida y otros. Se argumenta que la 'inertia faecalis' representa un ciclo de vida y muerte que desafía la percepción negativa de lo inerte, sugiriendo que tanto la economía como la vida misma están intrínsecamente ligadas a estos procesos. La obra propone una 'necroeconomía' que revaloriza lo despreciado, enfatizando la importancia de reconocer la fecalidad como parte esencial de la experiencia humana.
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Óscar Moreno

Pinceladas fecales

LA NECROECONOMÍA
COMO DISCIPLINA
Y COMO MECANISMO.
NECROMIERDAS N/ A

n/a

Tendemos a pensar la defecación como una potencia cuya


exclusividad es gozada por la circunferencia anal, pero ella se
toma en muchas acepciones.

Un único átomo fecal puede reproducirse hasta el infinito y


convertirse así en Algo por medio de la inertia faecalis.
Aristóteles, aun refiriéndose meramente a los coprofactores
llamados humanos, afirmó que «tan pronto han salido, lanzan
un grito y se llevan las manos a la boca. Evacúan también
excrementos […] y la cantidad de excrementos es superior a
lo que corresponde por el tamaño del niño»1.

El mundo es cagado a cada segundo, y la historia no es más


que una colección de frenazos que le han sido usurpados.
Todos los procesos que nos degradan constan de fases
estercológicas y coprolíticas, cagadas así tanto la mierda
como la Lágrima, tanto el pus como la regla. El cuerpo se
pierde de y en infinitas formas. También hablar es cagar; el
cerebro se nos caga en la boca y la boca en los demás. Sin ir
más lejos, somos cagados al nacer, y en ese mismo momento
comienza la coprólisis.

La coprólisis descascarilla y disemina al coprofactor. Le son


sustraídos trozos de sí que jamás le serán devueltos, ni
tampoco sustituidos. Se podría decir que nacemos ya
matados, ya señalizados y manipulados por terceros, puestos
a recaudo de nosotros mismos y de la crueldad 2 que supone
actuar en «ese espectáculo de la carne pura y todas sus

1
Aristóteles, Investigación sobre los animales, libro VII.
2
Antonin Artaud, El teatro y su doble, “Cartas sobre la crueldad” (primera
carta a J. Rivière): «Desde el punto de vista del espíritu, crueldad significa
rigor, aplicación y decisión implacable, determinación irreversible, absoluta.
El determinismo filosófico más corriente es, desde el punto de vista de
nuestra existencia, una imagen de la crueldad».

3
NECROMIERDAS N/ A

consecuencias en los sentidos, es decir, en el sentimiento» 3.


Digo, junto a Derrida, que naces, vives y mueres por Algo,
para Algo, en Algo4.

Derrida expone también esa separación que se da al nacer:


«Desde que tengo un cuerpo, no lo soy, así pues no lo tengo.
Esta privación instituye e instruye mi relación con mi vida. Mi
cuerpo me ha sido robado, pues, desde siempre». Robado por
Algo que, para impedirme ser, «se ha introducido en mi lugar
en el vientre de mi madre, si no ha nacido en mi lugar, si yo
no he sido robado en mi nacimiento»5.

No sólo nacemos perteneciendo a una familia, un país,


etcétera, si no que nacemos perteneciéndonos a nosotros
mismos. Hay que burlarse a uno para ser, en lugar de seguir
siendo. Tan pronto se nos entrega el cuerpo nos es arrebatado
por su doble, que dice yo6.

Mi mierda es mi cuerpo, pero no puedo reconocerla como tal


más que cuando la he perdido. Cuando esa vocecilla, en
nombre de la mierda, nos espeta: «¡eh, que estoy aquí!».
Cabría preguntarse: ¿por qué digo que huele a mierda y no a
mí? Y con mierda no me refiero sólo a las heces: me refiero a
perder un trozo de ti que se convierte en un trozo de Algo,
especulando a tu alrededor.

Se dijo que en las imágenes de Francis Bacon «unas manchas


representan vómitos, excrementos, que resultan de los
espasmos que se escapan del cuerpo humano. Y esas
manchas no sólo se escapan, se dejan ir, se desbordan, sino

3
Antonin Artaud, Posición de la carne, publicado en La Nouvelle Revue
Française, Nº 147, diciembre de 1925.
4
Jaques Derrida, La escritura y la diferencia, “La palabra soplada”: «La
muerte es una forma articulada de relación con el otro. Yo no muero sino del
otro: por él, para él, en él».
5
Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, “La palabra soplada”.
6
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, “De los despreciadores del
cuerpo”: «Dices «yo» y estás orgulloso de esa palabra. Pero esa cosa aún
más grande, en la que tú no quieres creer, – tu cuerpo y su gran razón: ésa
no dice yo, pero hace yo.».

4
NECROMIERDAS N/ A

que forman parte del cuerpo del hombre, son sus pujos, su
prolongación en cierta forma»7.

Derrida, a través de Freud y Artaud, profundiza en esos pujos:


«La defecación —“separación cotidiana de las materias
fecales, partes preciosas del cuerpo” (Freud)— es, como un
nacimiento, como mi nacimiento, el primer robo que a la vez
me deprecia y me mancha. Por eso la historia de Dios como
genealogía del valor se relata como la historia de la
defecación. “Conocéis algo más ultrajantemente fecal / que la
historia de Dios...”»8.

Por volver a Aristóteles: su motor inmóvil puede ser


reinterpretado como el determinismo al que hace referencia la
noción de crueldad en Artaud. Pero ese determinismo que
imprime movimiento no está quieto: es el propio movimiento
determinado, que no puede hacer otra cosa que la que hace.
No es sólo potencia, sino sólo acto. Esa inmovilidad, esa
determinación, es lo que llamamos movimiento y libertad.

En La revolución electrónica, William Burroughs defiende que


«un virus es una unidad muy pequeña de palabra y de
imagen». El poder de la representación es tal que, dice
Burroughs, «con frecuencia he observado que esta simple
operación —grabar y sacar fotos de algún lugar que uno
desearía desacomodar o destruir, luego reproducir las
grabaciones y sacar más fotos— causará accidentes,
incendios, desplazamientos»9. El motor inmóvil, entendido tal
y como lo planteaba Aristóteles, es decir, como impresora de
movimiento, es el parásito que nos sustrae de nosotros y nos
fuerza a perpetuarnos en la repetición de Algo que no somos.

R-12/12/23
RR-13/12/23

7
Franck Maubert, El olor a sangre humana no se me quita de los ojos, “Bacon
& Bacon”.
8
Jacques Derrida, La escritura y la diferencia, “La palabra soplada”.
9
William Burroughs, La revolución electrónica, “Retroalimentación de
Watergate al Jardín del Edén”.

5
NECROMIERDAS N/ A

RR1-03/02/24
RR2-24/02/24
RR3-05/05/24
RR4-15/05/24

6
ENTREVISTA 1

Tanta teoría fecalista, y aún no hemos sentado las bases. Por


eso publicamos esta entrevista que hicimos para una revistilla
de académicos. Al final se rajaron y no hicieron nada con ella
por ser un mensaje “radical” y “farragoso”, pero no os
asustéis, nuestro equipo coincidió unánimemente en que eran
gilipollas perdidos. Ahí va el documento:

1. Hemos leído los escritos que nos hicisteis llegar, y nos ha


sorprendido la compleja terminología que utilizáis para tratar
temas tan desagradables. ¿Por qué os interesa tanto la
muerte y las heces?

Partimos de los conceptos despreciados «muerte» y «mierda»


para tratar de hacerle justicia a lo inerte. Esta visión negativa
de ellos, como si su única cualidad fuese la no-vida, resulta
rara vez cuestionada. Encontramos excepciones, por ejemplo,
en las expresiones «matar a besos» y «mucha mierda», así
como en algunas filias. Lo inerte es el estado de reposo de la
inertia faecalis, y la vida su movimiento. Pero uno es
posibilitado por el otro y no es necesario seguir animando a la
vida para que pisotee a la muerte.

2. Vale… ¿Entonces defendéis lo inerte por encima de lo vivo?


¿Qué papel juega en todo esto lo que llamáis “inertia
faecalis”?

Pensar en morirse jode porque supone dejar de ser Yo para


devenir Algo, pero se aprende a decir Algo antes que Yo.
Creemos que la muerte es tabú debido a su vinculación con la
nada. Lo mismo con la mierda. Para nosotros, los ciclos
comer-cagar/vivir-morir son símbolos de lo mismo: rotación de
la inertia faecalis. En pocas palabras, podría considerarse al
fecalismo como una escatología materialista, siendo la
necroeconomía nuestra herramienta.
3. Entendemos que todas esas referencias al excremento se
deben a la cualidad de inerte y despreciado que comparte
con la muerte, pero ¿qué tiene esto que ver con la economía?
¿Lo vinculasteis para despistar?

Sí y no. Hablamos de cuerpos no-vivos, que a ojos de la


mayoría no valen una mierda, pero que a los nuestros hacen
valer la mierda. Para un fecalista, no hay impulso vital que
supere en dinamismo a la intertia faecalis. El comercio de
protones, de identidades y de muchas otras cosas se da de
forma inercial y progresiva: de lo muerto a lo vivo y de lo vivo
a lo muerto atravesando infinitos umbrales y estados de
ambigüedad. Además, la economía es la ciencia que más
coquetea con la nada; no sólo eso, produce a partir de ella y
la infla como le da la gana.

4. Ya veo… Al comparar lo que llamáis “inertia faecalis” con el


impulso vital, ¿no dejáis de lado el materialismo? Me resulta
una noción demasiado espiritual, no le encuentro lugar en
vuestro sistema.

El llamado espíritu es anal y hace siglos que murió, pero su


mecanismo, por inerte, es inmortal: caga y hace cagar, nada
más. La mierda osificada y podrida es lo que nos mueve, y a
nosotros no nos da miedo dejar de notarnos ni cagarnos en
los pantalones.

R-16/12/23
RR-03/02/24
RR1-04/02/24
RR2-24/02/24
RR3-11
«Todas las cosas vivas aguantan y sufren pues esa clase de
tormento concebido por Mezentius: 10 a saber, que lo vivo
perece con el abrazo de la muerte».

Franck Maubert, El olor a sangre humana no se me quita de


los ojos.

10
En el libro original se encuentra, también en una nota al pie, la siguiente
aclaración: «Rey mítico de los etruscos que ataba personas vivas a cadáveres
y las abandonaba a su suerte en esas condiciones».
17

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