La estructura principal del Tema 4: Política de Empleo se organiza en torno a las
siguientes secciones clave:
1. Consideraciones teóricas sobre el mercado de trabajo
Se exploran diferentes perspectivas económicas sobre el funcionamiento del
mercado de trabajo:
o Perspectiva clásica: Basada en el equilibrio entre oferta y demanda de
trabajo, y salarios flexibles.
o Perspectiva keynesiana: El desempleo es resultado de una baja
demanda agregada y no se ajusta automáticamente.
o Otros enfoques teóricos: Incluyen el análisis del desempleo friccional y
el desempleo estructural.
2. El empleo y clases de empleo
Tipos de desempleo:
o Desempleo estacional: Asociado a variaciones en la demanda según la
época del año.
o Desempleo friccional: Por el tiempo necesario para cambiar de empleo.
o Desempleo estructural: Debido a cambios tecnológicos o económicos.
o Desempleo cíclico: Relacionado con las fases de recesión en el ciclo
económico.
3. La importancia del problema del desempleo
Costes del desempleo:
o Monetarios: Pérdida de ingresos.
o No monetarios: Efectos psicológicos y sociales.
o Costes macroeconómicos: Pérdidas de producción.
4. El contenido de la política de empleo
Políticas macroeconómicas: Abordar la insuficiencia de la demanda agregada.
Políticas de empleo específicas: Ajustar el mercado laboral con medidas sobre
la oferta de mano de obra (jubilación anticipada, trabajo a tiempo parcial) y
acciones sobre la demanda de mano de obra (fomento del empleo en sectores
intensivos en mano de obra).
5. La eficacia de la política de empleo
Condiciones necesarias para que las políticas de empleo sean eficaces, como
acelerar la creación de empleo, ajustar los mercados laborales, y promover la
flexibilidad en el empleo.
6. El objetivo del pleno empleo en relación con otros objetivos de la política
económica
Relación entre el pleno empleo y la estabilidad de precios. Se analiza cómo la
inflación puede afectar temporalmente el empleo y cómo las políticas
económicas deben equilibrar estos factores.
Esta estructura cubre las diferentes dimensiones del problema del empleo, desde las
teorías económicas hasta las políticas prácticas, abarcando los efectos del desempleo y
las soluciones propuestas.
Detalle del Punto 1: Consideraciones Teóricas sobre el Mercado de Trabajo
El mercado de trabajo se refiere a la interacción entre la oferta y la demanda de
trabajo. En términos simples, es donde los trabajadores buscan empleo (oferta) y los
empleadores ofrecen trabajo (demanda). Esta sección se centra en las explicaciones
teóricas clásicas y keynesianas, además de otros enfoques que estudian el
comportamiento del mercado laboral.
1.1 Perspectiva clásica:
La visión clásica del mercado de trabajo se basa en la idea de que este funciona
como cualquier otro mercado competitivo. La demanda de trabajo por parte de
las empresas depende de los salarios reales (ajustados por inflación) y la
productividad marginal del trabajo.
Según esta perspectiva, el desempleo es voluntario, ya que si los salarios son lo
suficientemente flexibles, siempre se ajustan para equilibrar la oferta y la
demanda de trabajo.
Salario real: Es un incentivo clave para los trabajadores. Cuando aumenta, los
trabajadores están más dispuestos a ofrecer su trabajo, pero esto puede reducir la
demanda de las empresas si los costos laborales son altos.
1.2 Perspectiva keynesiana:
Contrario a la visión clásica, los keynesianos sostienen que el desempleo es
involuntario, y ocurre cuando hay una insuficiencia de demanda agregada en la
economía.
En esta perspectiva, el mercado de trabajo no se ajusta automáticamente para
alcanzar el equilibrio entre oferta y demanda. La demanda de bienes y servicios
debe ser estimulada para reducir el desempleo.
La intervención del gobierno, a través de políticas fiscales y monetarias, es
necesaria para incrementar la demanda agregada y reducir el desempleo.
Otros enfoques:
Enfoques como el desempleo estructural destacan la importancia de cambios
económicos y tecnológicos. Este tipo de desempleo surge cuando las habilidades
de los trabajadores no se ajustan a las necesidades del mercado.
Salarios de eficiencia: Algunas teorías sostienen que las empresas pagan
salarios por encima del nivel de equilibrio para aumentar la productividad de los
trabajadores, lo que puede generar rigideces en el ajuste del mercado.
Conclusión:
El mercado de trabajo es fundamental para entender cómo las economías asignan
recursos humanos. Mientras que la teoría clásica apuesta por la flexibilidad salarial para
equilibrar oferta y demanda, la visión keynesiana sugiere que la intervención estatal es
esencial para evitar el desempleo involuntario. Otros enfoques, como el desempleo
estructural y los salarios de eficiencia, aportan perspectivas adicionales sobre las
complejidades del mercado laboral.
1. Consideraciones teóricas sobre el mercado de trabajo
El mercado de trabajo es el espacio económico donde se encuentran la oferta
(trabajadores que buscan empleo) y la demanda (empresas que necesitan empleados).
Como parte esencial de la economía, su funcionamiento y equilibrio son clave para
entender fenómenos como el empleo, el desempleo, y la fijación de los salarios.
Existen diferentes teorías económicas que explican cómo funciona este mercado. Aquí
analizaremos dos de las más importantes: la perspectiva clásica y la perspectiva
keynesiana, junto con otros enfoques teóricos sobre el desempleo.
1.1 Perspectiva clásica del mercado de trabajo
La teoría clásica del mercado de trabajo se basa en la idea de que este opera como
cualquier otro mercado de bienes o servicios, donde el precio (en este caso, el salario
real) se ajusta automáticamente para equilibrar la oferta y la demanda. Los principios
clave de esta teoría son:
1. Demanda de trabajo: Las empresas demandan más trabajadores cuando el
costo de emplearlos (salario real) es bajo, porque así se vuelve más rentable
contratarlos. A medida que los salarios reales disminuyen, la productividad
marginal del trabajo (el valor adicional que un trabajador aporta) aumenta, lo
que incentiva a las empresas a contratar más empleados.
2. Oferta de trabajo: Los trabajadores ofrecen su trabajo en función del salario
que se les paga. A medida que los salarios aumentan, más personas están
dispuestas a trabajar. Sin embargo, cuando los salarios son lo suficientemente
altos, algunos trabajadores pueden optar por trabajar menos o no buscar empleo
adicional, ya que ya han alcanzado un nivel adecuado de ingresos.
3. Equilibrio en el mercado de trabajo: La teoría clásica asume que el mercado
de trabajo siempre tiende al pleno empleo, es decir, no debería haber desempleo
significativo. Si el salario es demasiado alto y genera desempleo, este se corrige
automáticamente con una reducción de los salarios, lo que aumenta la demanda
de trabajo y reduce la oferta. Por lo tanto, el desempleo en esta visión es
considerado voluntario y de corto plazo.
4. Pleno empleo: En la teoría clásica, el pleno empleo es el estado en el que todo
el que quiere trabajar puede encontrar empleo a los salarios de mercado. El
desempleo que puede existir en este escenario es voluntario, porque los salarios
están alineados con las decisiones de las empresas y trabajadores.
1.2 Perspectiva keynesiana del mercado de trabajo
La perspectiva keynesiana, formulada por John Maynard Keynes, desafía la idea
clásica de que el mercado de trabajo se ajusta automáticamente. Keynes argumenta que
el mercado laboral no tiende necesariamente al equilibrio y que el desempleo puede ser
involuntario, debido a insuficiencias en la demanda de bienes y servicios en la
economía.
1. Demanda efectiva: Para Keynes, el empleo depende de la demanda agregada
o "demanda efectiva". Si la demanda de bienes y servicios es baja, las empresas
no tendrán incentivos para producir más ni para contratar trabajadores
adicionales, sin importar cuán bajos sean los salarios.
2. El papel del gobierno: La perspectiva keynesiana sugiere que el mercado por sí
solo no siempre puede solucionar el problema del desempleo. Por lo tanto, es
necesario que el gobierno intervenga a través de políticas fiscales (gastos
públicos) y monetarias (control de la oferta de dinero y tasas de interés) para
aumentar la demanda agregada, promoviendo así un mayor nivel de empleo.
3. Desempleo involuntario: Según esta visión, el desempleo no es voluntario sino
involuntario. Esto significa que muchas personas están dispuestas a trabajar al
salario vigente, pero no pueden encontrar empleo porque las empresas no están
demandando suficientes trabajadores debido a la baja demanda de sus productos
o servicios.
4. Política fiscal como herramienta: Keynes defendió el uso de la política fiscal,
es decir, el aumento del gasto público o la reducción de impuestos, para
estimular la demanda agregada. Al aumentar la demanda de bienes y servicios,
se generarían más oportunidades de empleo y se reduciría el desempleo
involuntario.
1.3 Otros enfoques teóricos
Además de las teorías clásicas y keynesianas, existen otros enfoques que profundizan en
la naturaleza del desempleo y el funcionamiento del mercado de trabajo:
1. Desempleo estructural: Este tipo de desempleo ocurre cuando las habilidades
de los trabajadores no coinciden con las necesidades de las empresas. Es el
resultado de cambios tecnológicos o económicos, que pueden hacer que ciertos
trabajos o industrias se vuelvan obsoletos. Por ejemplo, la automatización en la
manufactura ha reducido la demanda de algunos tipos de trabajos.
2. Salarios de eficiencia: Algunas teorías sugieren que las empresas pagan salarios
más altos de lo que el mercado dicta para incentivar una mayor productividad y
lealtad por parte de los trabajadores. Aunque estos salarios más altos pueden
reducir el empleo disponible, las empresas creen que los beneficios de mantener
empleados más eficientes y motivados compensan el costo adicional.
3. Desempleo friccional: Este tipo de desempleo es temporal y ocurre cuando las
personas cambian de empleo o están en transición entre un trabajo y otro. Es
considerado parte natural de una economía en funcionamiento.
4. Rigidez salarial: Algunas teorías, como la de los "salarios de eficiencia" o las
que involucran la presencia de sindicatos, argumentan que los salarios no se
ajustan rápidamente a las condiciones del mercado, lo que provoca desempleo.
Estas rigideces pueden deberse a contratos laborales a largo plazo, leyes que
impiden reducciones salariales, o simplemente al deseo de las empresas de evitar
disminuir la moral de los trabajadores.
Conclusión
En resumen, las teorías económicas ofrecen diferentes explicaciones sobre cómo
funciona el mercado de trabajo y por qué existe el desempleo. La perspectiva clásica
sostiene que el mercado se ajusta por sí solo a través de la flexibilidad salarial, lo que
lleva al pleno empleo, mientras que la perspectiva keynesiana propone que la
intervención del gobierno es necesaria para estimular la demanda agregada y reducir el
desempleo involuntario. Además, otros enfoques, como el desempleo estructural y los
salarios de eficiencia, nos ayudan a comprender las complejidades adicionales que
influyen en el mercado laboral.
Este enfoque teórico es clave para desarrollar políticas que promuevan el empleo y
minimicen el desempleo en la economía real.
2. El empleo y las clases de empleo
En este punto, analizamos las diferentes formas en que el desempleo puede clasificarse
según sus características y causas. Cada tipo de desempleo tiene implicaciones
particulares para la economía y requiere enfoques específicos en términos de políticas
de empleo.
2.1 Tipos de desempleo
1. Paro estacional: Este tipo de desempleo ocurre debido a la naturaleza
temporal de ciertas industrias. Algunos sectores, como el turismo o la
agricultura, experimentan fluctuaciones en la demanda de trabajo durante el
año. Por ejemplo, en las zonas turísticas, la demanda de trabajadores aumenta
durante la temporada alta, mientras que disminuye en la baja. Este tipo de
desempleo es previsible y suele desaparecer con el cambio de temporada.
2. Paro depresivo: Surge en economías que están atravesando por una profunda
recesión o deflación prolongada, cuando la actividad económica ha disminuido
tanto que no se espera una recuperación en el corto plazo. En este escenario, la
demanda de trabajo se reduce drásticamente, y el desempleo puede volverse
crónico hasta que se restablezca la actividad económica.
3. Paro friccional: El desempleo friccional se refiere al tiempo que toma a los
trabajadores cambiar de empleo o buscar uno nuevo. Es un fenómeno natural
en el mercado laboral, ya que las personas cambian de trabajo por diversas
razones, como mejorar sus condiciones o debido a que su empleo anterior
finalizó. No se considera un problema grave porque suele ser temporal y es
parte del proceso de ajuste de la oferta y demanda laboral.
4. Paro estructural: Este tipo de desempleo ocurre cuando hay un desajuste entre
las habilidades de los trabajadores y las necesidades del mercado. Los cambios
tecnológicos y las transformaciones económicas son las principales causas del
desempleo estructural. Un ejemplo clásico es la automatización, que ha reducido
la necesidad de mano de obra en algunos sectores mientras que aumenta en otros
más tecnificados. Es uno de los desafíos más difíciles de resolver porque
implica la recalificación de los trabajadores afectados.
5. Paro cíclico: Este tipo de desempleo está relacionado con las fases del ciclo
económico. Durante las fases de recesión o crisis, la demanda de bienes y
servicios disminuye, lo que lleva a una reducción en la demanda de trabajo.
Cuando la economía entra en la fase de expansión, la demanda de trabajo vuelve
a aumentar y el desempleo cíclico tiende a desaparecer.
Conclusión
Cada tipo de desempleo tiene diferentes causas y soluciones. Mientras que el
paro estacional y friccional suelen ser temporales y parte del funcionamiento
normal del mercado laboral, el desempleo estructural y depresivo requieren
políticas específicas de recalificación y estímulo económico.
Para mitigar el paro cíclico, es importante aplicar políticas contracíclicas que
estabilicen la economía en momentos de recesión, mientras que el desempleo
estructural necesita inversión en educación y formación para que los
trabajadores puedan adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
3. La importancia del problema del desempleo
El desempleo es un problema crítico tanto a nivel nacional como internacional debido a
sus amplios impactos económicos, sociales y políticos. Su relevancia no solo se limita al
número de personas afectadas, sino también a los costes asociados que repercuten en
toda la sociedad. Vamos a desglosar los elementos clave que hacen del desempleo un
desafío significativo:
3.1 Impacto cuantitativo del desempleo
El desempleo tiene una relevancia cuantitativa importante en todas las economías,
tanto desarrolladas como en desarrollo. Las tasas de desempleo elevadas, en algunos
casos persistentes, justifican la necesidad de políticas activas de empleo. Además, el
desempleo no afecta de manera uniforme a todos los grupos de la sociedad; su
distribución desigual impacta con mayor fuerza a ciertos grupos vulnerables, como:
Mujeres
Personas jóvenes buscando su primer empleo
Trabajadores de ciertas regiones o sectores económicos específicos
3.2 Costes del desempleo
El desempleo conlleva costes elevados que se manifiestan en varias dimensiones, y que
pueden agruparse en las siguientes categorías:
1. Costes monetarios:
o Para los trabajadores desempleados, el principal coste es la pérdida de
ingresos. Aunque en algunos países existen sistemas de seguro de
desempleo, estos rara vez igualan el salario previo del trabajador, lo que
genera un descenso significativo en su calidad de vida.
2. Costes no monetarios:
o El desempleo genera costes psicológicos y sociales que afectan la salud
mental y el bienestar del trabajador. Estos incluyen:
Desmoralización
Pérdida de autoestima
Aislamiento social
3. Costes para la hacienda pública:
o Los subsidios de desempleo representan una carga importante para el
presupuesto estatal, y su gestión implica costos fiscales elevados en la
mayoría de los países.
4. Pérdidas de producción o costes macroeconómicos:
o El desempleo significa que una parte de la población no está
contribuyendo a la producción económica, lo que genera una pérdida
directa en el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
5. Costes sociales:
o Las consecuencias del desempleo no se limitan al plano económico.
También generan problemas sociales que pueden ser difíciles de
cuantificar, como el aumento en la inseguridad ciudadana o el deterioro
de la salud pública.
6. Costes políticos:
o El desempleo elevado puede disminuir la legitimidad del sistema
económico y generar tensiones políticas internas y entre países,
afectando la cooperación económica internacional.
Conclusión
El desempleo es un fenómeno con múltiples aristas, que no solo afecta a los individuos
que lo sufren, sino que tiene repercusiones a nivel económico, social y político. Para los
gobiernos, la gestión del desempleo es crítica, ya que los costes son elevados y las
consecuencias, tanto a corto como a largo plazo, pueden ser severas. La adopción de
políticas que reduzcan el desempleo y sus impactos es esencial para asegurar el
bienestar económico y social de un país
4. El contenido de la política de empleo
La política de empleo abarca todas las acciones y medidas implementadas por los
gobiernos para reducir el desempleo y mejorar el funcionamiento del mercado de
trabajo. Se divide en dos grandes áreas:
4.1 Políticas macroeconómicas
Estas políticas están orientadas a corregir los problemas derivados de una insuficiente
demanda agregada. Incluyen medidas de carácter general que buscan estimular la
economía, tales como:
Política fiscal expansiva: Incremento en el gasto público o reducción de
impuestos para aumentar la demanda de bienes y servicios, lo que, a su vez,
fomenta la creación de empleo.
Política monetaria expansiva: Reducción de las tasas de interés o aumento en
la oferta monetaria para estimular la inversión y el consumo.
El objetivo de estas políticas es incrementar el nivel general de actividad económica,
promoviendo un ambiente que permita la creación de empleo en diversos sectores.
4.2 Políticas de empleo propiamente dichas
Estas políticas tienen como objetivo mejorar el funcionamiento del mercado de
trabajo mediante ajustes más directos sobre la oferta y demanda de empleo. Incluyen
medidas específicas para corregir los desajustes estructurales y las deficiencias en el
mercado laboral. Las acciones principales son:
4.2.1 Acciones sobre la oferta de mano de obra
Estas medidas buscan influir directamente en la disponibilidad de trabajadores o en
cómo se distribuye el empleo existente. Entre ellas se encuentran:
Jubilación anticipada: Permitir que los trabajadores mayores se retiren antes de
tiempo para liberar vacantes a nuevas generaciones.
Prolongación de la escolaridad obligatoria: Extender el tiempo de estudios
formales para retrasar la entrada de jóvenes al mercado de trabajo y reducir la
presión sobre el empleo.
Reducción de la jornada laboral: Reducir el número de horas trabajadas para
repartir el empleo entre más personas, aunque esta medida tiene el inconveniente
de aumentar los costos laborales.
Fomento del trabajo temporal y a tiempo parcial: Promover la contratación
bajo estas modalidades para flexibilizar el mercado laboral y permitir una mayor
adaptación a las condiciones cambiantes de la demanda.
4.2.2 Acciones sobre la demanda de mano de obra
Las acciones sobre la demanda se centran en incentivar a las empresas para que generen
más empleos. Estas pueden incluir:
Subvenciones a empresas que contraten trabajadores en sectores intensivos en
mano de obra.
Programas de empleo público temporal: Creación de empleos por parte del
Estado para combatir el desempleo en momentos de crisis.
4.2.3 Acciones en colocación y formación
La política de empleo también incluye acciones para mejorar la formación y facilitar la
colocación de los trabajadores. Entre ellas:
Programas de formación continua: Mejorar la cualificación de la mano de
obra, adaptando sus habilidades a las demandas del mercado.
Servicios públicos de empleo: Fortalecimiento de las agencias de empleo para
facilitar la búsqueda de trabajo y la movilidad laboral.
Conclusión
Las políticas de empleo son diversas y abarcan tanto medidas macroeconómicas para
estimular la economía general, como acciones específicas para mejorar el
funcionamiento del mercado laboral. Las políticas macroeconómicas buscan estimular
la demanda agregada, mientras que las políticas más focalizadas apuntan a ajustar la
oferta y demanda de mano de obra y a mejorar la eficiencia del mercado de trabajo.
Un enfoque integral que combine estas medidas puede ser la clave para reducir el
desempleo y promover un mercado laboral más dinámico y flexible, capaz de
responder a los cambios económicos y tecnológicos.
5. La eficacia de la política de empleo
La eficacia de las políticas de empleo se mide por su capacidad para generar puestos
de trabajo estables y mejorar las condiciones generales del mercado laboral,
especialmente en situaciones de desempleo elevado. En este punto, se destacan tres
objetivos fundamentales para que las políticas de empleo sean eficaces:
5.1 Aceleración de la creación de empleos
Un aspecto clave para mejorar la eficacia de las políticas de empleo es impulsar un
crecimiento económico rápido que facilite la creación de nuevos puestos de trabajo.
Para lograrlo, es fundamental cumplir con los siguientes requisitos:
Moderación en el crecimiento de los salarios reales: Los salarios no deben
crecer más rápido que la productividad, ya que un aumento desproporcionado
puede desincentivar la contratación.
Fomento de la inversión: Las políticas deben estimular la inversión, tanto
pública como privada, para incrementar el stock de capital y promover el
crecimiento de la economía.
Reducción de las rigideces del mercado laboral: Esto incluye flexibilizar los
contratos de trabajo, reducir los costos de contratación y despido, y facilitar la
movilidad de los trabajadores.
5.2 Ajuste para ayudar a los parados más desfavorecidos
Es crucial que las políticas de empleo no solo se enfoquen en crear empleos, sino
también en ayudar a los desempleados más vulnerables a encontrar trabajo. Los
grupos más afectados, como los jóvenes, las mujeres, y los desempleados de larga
duración, necesitan medidas específicas de apoyo, tales como:
Programas de formación y reciclaje profesional: Proporcionar las habilidades
necesarias para que estos grupos puedan reincorporarse al mercado laboral.
Políticas preventivas: En lugar de centrarse solo en corregir el desempleo, es
importante implementar medidas que prevengan su aparición, como la mejora de
la educación y la orientación profesional desde una edad temprana.
5.3 Aumento de la flexibilidad en los mercados laborales
Un mercado laboral flexible es clave para adaptarse rápidamente a las nuevas
oportunidades de empleo. Para mejorar la flexibilidad, se necesitan reformas que
permitan a los trabajadores y empleadores ajustarse a los cambios en la demanda de
trabajo. Esto incluye:
Flexibilización de los horarios de trabajo: Permitir horarios más adaptables
según la necesidad del mercado, como el trabajo a tiempo parcial o temporal.
Políticas de rentas moderadas: Mantener un control sobre los aumentos
salariales, para evitar que se desincentive la creación de empleo.
Conclusión
La eficacia de las políticas de empleo depende de su capacidad para acelerar la
creación de empleos, apoyar a los sectores más desfavorecidos de la población y
fomentar un mercado laboral flexible. Para lograr un impacto positivo y sostenible, estas
políticas deben estar alineadas con un crecimiento económico que no sacrifique la
estabilidad de precios ni la competitividad de las empresas. La combinación de
formación adecuada y reformas estructurales permitirá una mayor adaptabilidad del
mercado laboral, asegurando una mejor respuesta a los cambios económicos y
tecnológicos.