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La Misericordia Del Venerable Luis Amigó

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difusión
Este libro pertenece a

Colegio

Curso

Edad

Con este libro conoceré mejor la vida y obra del Padre Luis Amigó.

Producción: lgnasi Ametlla


Texto y actividad ea: Anna Martorell
Dibujot: Luis filella
Maquetadón: Susanna Tabemer
Correctora: Mercedes Tabuyo

e Difusión Publiuc•ones y Videos


correo•chfus•onpv.com

lmpreaión: Cevagra(, SCCL


Depóaito Legal: B-17560-2012
Primera edición; mayo 2012
Segunda ed1ción: octubre 2018
Print~d in Spain
vivió imitando a Jesucristo, y confirmó el bien que hizo en la tierra, declarándolo
Venerable.
En este cuaderno encontrarás el resumen de la vida de Luis Amigó. Él vivió si-
guiendo el ejemplo de San Francisco de Asís. Se distinguió por la pobreza, la austeri-
dad, la caridad y el servicio a los demás. Siempre confiando en la Divina Providencia,
es decir, en la bondad de Dios, fundó dos congregaciones. A sus Religiosos Terda-
rios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores -también llamados amigonianos-
los animó a ser ayudantes del Buen Pastor entre los jóvenes con problemas, y quiso
que se preocupasen sobre todo por los más necesitados, como un pastor que sale a
buscar la oveja perdida. A sus Religiosas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia
les encomendó la misión de imitar a María, la madre de Jesús, para cuidar con cari-
ño a los enfermos en los hospitales, a las niñas en los asilos y a la juventud con pro-
blemas. La fortaleza de Luis Amigó era su fe. Vivía cogido de la mano de Dios y todo
lo esperaba de Él. Era prudente en sus acciones, porque buscaba la respuesta en el
recogimiento, en el silencio y en la oración, para hacer siempre la voluntad de Dios.
El lema de Luis Amigó fue «Doy la vida por mis ovejas». ¡Que su preocupación
por recuperar a la infancia y a la juventud marginada y educarlas sea un ejemplo
para todos los cristianos!
Hoy en día, la misión de Luis Amigó la continúan sus dos congregaciones y los
hombres y mujeres que se sienten atraídos por su ejemplo. Ellos se preocupan
actualmente de ayudar a los niños y jóvenes con problemas y de dar continui-
dad al carisma de Luis Amigó, que supo llegar a los más sencillos y
acogió a los más pobres .

-
-
.'2' -
1
••
Infancia y juventud :
osé María Amigó y Ferrer, que así se llamaba Luis antes de ser reli-
gioso, nació el17 de octubre de 1854 en Massamagrell, un pueblo valen-
ciano de labradores. Al día siguiente fue bautizado con el nombre de José
María en homenaje a San José y la Virgen María, padres de Jesús.
Sus padres, don Gaspar Amigó y doña Genoveva Ferrer, educaron cristiana-
mente a sus hijos. Luis era el cuarto de siete hermanos. Vivió un ambiente de
acogedora vida familiar en la que sus padres le dieron el ejemplo de fe y vida
cristiana. Se ocuparon de su formación escolar pero, sobre todo, de su formación
cristiana. Recibió el sacramento de la confirmación cuando tenía tres años, y la
primera comunión el13 de mayo de 1866, a los 12 años, junto a su hermano
mayor, Julio.
Sus padres se trasladaron a Valencia y ese mismo año comenzó a estudiar en
el seminario de Valencia como alumno externo. Allí comulgaba cada día e iba
conociendo a Jesús.
Cuando era pequeño le gustaba jugar a hacer altares y decir misas, sobre todo
las solemnes, en las que él actuaba de sacerdote. Tenía muchos amigos y con ellos
jugaba a la pelota, peonza, al escondite etc.
Cuando era adolescente, José María descubrió que el amor es el mandamiento
principal de un cristiano y decidió que tenía que repartir a los demás ese amor
que él recibía de Dios. Era muy piadoso y no quería que nadie sufriera si él podía
evitarlo. Él y sus amigos se dedicaban a ir por las alquerías, que eran un grupo de
casas en medio de la huerta. También iban por los barrios pobres de Valencia a
visitar a la gente de las barracas para enseñarles las primeras letras. Organizaban
clases de catequesis para los niños de primera comunión y visitaban a los enfer-
mos para ayudarlos. Les gustaba, sobre todo, ir a la cárcel a visitar a los presos.
Con ellos compartían su tiempo, les trasmitían cariño y comprensión y les habla-
ban de un Dios que los quería como un padre.
IJ Vamos a conocer a Luis Amigó: rellena el "carnet" de Amigó y el tuyo .

Nombre Luis Amigó Ferrer Nombre _ .._._ ......._ ...__.....- .....- .....- ..-
Fecha de nacimiento _ .._ ..__ ......- ....- ....·-
Fecha de nacimiento .....- ..- .....- ....·-·- -··-
Tengo - ·- ·- años
Nació en _~···-·--···--·--·-·-··-··- Vivo en _ ._._.._ .._ ..__.._ .._ _
Luis era el ··------·-·- -···.Qe 7 hermanos Yo tengo _,_..... hermanos y - · - hermanas

B deCuando era pequeño, a Luis le gustaba jugar a hacer un altar y decir misas; él actuaba

11 ¿A sacerdote.
qué te gusta jugar a ti?

¿Juegas solo o prefieres jugar con otros niños y niñas? ¿Por qué?

El Señala con una cruz las frases que explican por qué Luis Amigó era un joven piadoso.
11 Visitaba a la gente de Organizaba clases
11 las barracas de Valencia de catequesis para
para explicarles cosas los nlños de primera
de Jesucristo. comunión.

Salía de fiesta con sus Sólo pensaba en ganar


amigos. mucho dinero para
comprarse ropa.
a Luis Amigó era muy generoso. Sentía que Dios le amaba, y no se quedaba ese amor
para él, sino que lo repartía cuando cuidaba a los enfermos y charlaba con los presos.
11 Quería repartir ese amor a los demás, y esto es ser generoso.
¿Conoces a alguien que sea generoso con sus cosas? ¿Y a alguien que
comparta con los demás alguna cualidad de su carácter, como su alegría o su buen
humor?

Y tú, ¿Eres generoso con tus hermanos o con tus compañeros?

¿Qué repartes?

lJ Une con una línea las dos partes de la frase y sabrás las actividades que hacía Luis
11 Amigó cuando era joven.
Los domingos iba a los niños de
al hospital primera comunión

Daba clases de
los presos.
catequesis

Compartía su que pudieran


tiempo con conocer su Amor.

para ayudar a los


enfermos.
Fray Luis de Massamagrell~ _,
r.
osé María oyó la llamada del Señor a seguirlo imitando
· - , llamados
así por llevar una capucha unida a la túnica, igual que el hábito original
que usaba San Francisco de Asís.
Se encontró con dos dificultades para ser religioso: la primera era que, al morir
sus padres, él se había hecho responsable de cuidar a sus tres hermanas menores,
y la segunda, que los frailes capuchinos españoles se habían marchado a Francia,
ya que en España no permitían entonces que hubiesen conventos. El problema
de José María para seguir su vocación era, pues, grave. Tenía que irse lejos y no
tenía con quién dejar a sus hermanas.
Todo se solucionó cuando un sacerdote amigo se comprometió a cuidarlas
como un padre. Y, además, este mismo sacerdote le aconsejó también que se hi-
ciera capuchino. Con ligero equipaje embarcó José María hacia Francia y llegó al
convento de los capuchinos de Bayona.

8
~~
~lUIS
Aquí, pocos días después de llegar, vistió su hábito de capuchino el12 de abril
de 1874, y desde este día se llamó Fray Luis de Massamagrell. Con este cambio
de nombre manifestaba su intención de cambiar de vida.
Al año siguiente, el18 de abril de 1875, Fray Luis realizó su profesión religiosa,
a través de la cual se comprometía solemnemente a seguir a Cristo en pobreza,
obediencia y castidad y a imitar a San Francisco de Asís, el fundador de la orden.
A partir de entonces vivió pobremente, sin lujos ni dinero, y confió siempre en
que Dios le daría todo lo que necesitara. Imitando a Jesús y a San Francisco de
Asís en el amor y el cariño a los más pobres y necesitados.

9
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Después de dos años en Antequera fue al convento de San Sebastián de Mon-
tehano, en Escalante (Cantabria), donde se ordenó sacerdote el29 de marzo de
1879. Celebró su primera misa el4 de abril, Viernes de Dolores (el viernes ante-
rior al Domingo de Ramos), día de la Virgen de los Dolores. Este día era impor-
tante para Fray Luis, porque desde pequeño había tenido mucha devoción a esta
Virgen, de la que aprendió a sufrir por los más necesitados.
El primer bautizo que celebró como sacerdote fue en la parroquia de Escalan-
te. Una mañana, un fraile del convento acudió para avisar de que en la puerta
de la iglesia habían dejado, dentro de una cesta, a un niño recién nacido. Entre
sus ropas había una nota que decía que no estaba bautizado y que se le pusiese
el nombre de Jesús María José (los nombres de la Sagrada Familia). Fray Luis
lo bautizó, dando al acto la mayor solemnidad, y luego llevaron al niño al hospi-
cio. Años más tarde, Fray Luis comprendió que el hecho de haber puesto aquel
nombre al niño y de que hubiese sido abandonado fue una señal de Dios para la
fundación de la Congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia,
que tiene como uno de sus fines el cuidado y la educación de niñas huérfanas y
desamparadas.
A menudo, Fray Luis se preguntaba: «¿Qué quiere Cristo de mí? ¿A quién ten-
go que amar especialmente y trasmitirle el mensaje cristiano?».
Desde el convento de Escalante, Fray Luis visitaba con frecuencia a los encar-
celados de la prisión de Santoña (Cantabria). Iba allí lleno de ilusión, recordando
sus visitas a los presos de Valencia, cuando era más joven. Los presos de Santoña
no entendían al principio qué iba a hacer Fray Luis en la prisión y no le hacían
caso. Fray Luis compartía con ellos su tiempo, y poco a poco los ayudaba a sen-
tirse mejor como personas. Les mostraba que Dios es un padre bueno que los
perdonaba. Los presos aprendieron de él, y él descubrió que Dios le llamaba a
trabajar con los jóvenes marginados y presos.
Desde entonces, Fray Luis fue como un padre para los jóvenes marginados
que necesitaban que alguien los quisiera y los orientase por el camino del bien.
Siempre tenía abiertas las puertas de su corazón a todos ellos.

j.
11 Los
Marca la respuesta correcta:

11 Hermanos Capuchinos son llamados así por:


O Llevar una capucha unida a la túnica,
JI igual que San Francisco de Asís.
O Tener dos capuchas en la túnica.
O No tener mangas en la túnica.
Luis Amigó tuvo que partir hacia Bayona para ser capuchino:

O Porque no le gustaban los conventos españoles.


O Porque en España no se permitía que hubiese
conventos.
O Para viajar y conocer Francia.
Antes de ser Hermano Capuchino, Fray Luis se llamaba

O Francisco O José María O Julio


Al morir sus padres, Luis se había hecho responsable de cuidar a:

O Sus abuelos.
O Toda su familia.
O Sus tres hermanas menores.
EJ Luis Amigó vivió imitando a un santo amando a los más pobres y necesitados.
11 Encuentra y pinta al santo escondido entre estos dibujos:
.----------------,---------------.-,
S
F
A

12
Se han caído algunas palabras. Escríbelas para completar el texto y descubrirás la
señal de Djos en el primer bautizo de Luis Amigó.

Sagrada · iglesia · Dios · Jesús Maria José · cesta · bautizado

En la puerta de la _ _ ____ del convento habían dejado, dentro de


una , un n iño recién nacido. Entre la ropa había una nota que
decía que el niño no estaba _______ pero que se llamaría
___ ____________ - los nombres de la ____ ___
Familia. El nombre del niño y que estuviera abandonado era una señal
de para la fundación de las Terciarias Capuchinas de la
Sagrada Familia.

1

Fray Luis notaba el amor de Dios y quería repartir ese amor que él sentía. Une con
una linea a Fray Luis con los necesitados a los que Dios quería que amase .

~~

:··• -~~~_.....,¡¡¡a

B llamaba
Luis Amigó visitaba a los presos de la prisión de San toña. Allí descubrió que Dios le
a trabajar con:
11
1!

13
Convento de la Magdalena '
ray Luis se puso enfermo y lo enviaron al convento de la Magdale-
na, en Massamagrell (Valencia), su pueblo natal. La gente de Esca-
lante fue a despedirle con lágrimas en los ojos. Estaban tristes porque se
marchaba, y también agradecidos por todo lo que había ayudado a los jóvenes del
pueblo. Él también estaba triste de dejarlos, pero pensaba que Dios le llevaba a
Valencia para que pudiera estar cerca de sus tres hermanas.
En Massamagrell, Fray Luis ayudaba al maestro de los novicios del convento.
Él comprobaba que los novicios estuvieran preparados para ser religiosos, les
decía que tenían que ayudar a los demás, guiándolos hacia Dios. Salían muy bien
formados, pero sobre todo con ganas de agradar cada vez más a Dios. También
se encargó de los franciscanos seglares - hombres y mujeres- que querían vivir
como cristianos, al estilo de San Francisco de Asís. Inició y formó muchos gru-
pos en todos los pueblos de la huerta de Valencia. Muchos jóvenes, se sintieron
atraídos por Fray Luis Amigó y le acompañaban cuando Fray Luis iba a ayudar a
los pobres o a visitar a los encarcelados. Una vez al mes los reunía a todos en el
Convento de la Magdalena. Cada uno iba desde su pueblo vestido de marrón con
la capucha y un cordón. En aquella época les gustaba mucho ir así a las reuniones
mensuales, era una manera de expresar la alegría de pertenecer a este grupo de
amigos de San Francisco de Asís.
Un día, el Padre Luis se encontraba visitando a los seglares franciscanos de
Alboraya (Valencia), al celebrar la eucaristía sintió que en el sermón tenía que
hablar del perdón de los enemigos. Desde hacía mucho tiempo el cura y el alcalde
del pueblo estaban peleados y la gente no sabía qué hacer para que volvieran a ser
amigos. También el pueblo estaba dividido en dos bandos, uno a favor del cura
y otro a favor del alcalde. El padre Luis pidió al cura y al alcalde que asistieran a
misa y, en el sermón, les habló del perdón de los enemi-
gos. El alcalde y el cura se arrepintieron al oírle y se
levantaron para darse un abrazo delante del altar.
La gente que lo vio se alegró y todos empezaron
a abrazarse, pidiéndose perdón unos a otros.
Aquella noche, mucha gente del pueblo fue
a buscar a sus enemigos para reconciliarse.
Las palabras del Padre Luis fueron las que
Dios puso en su boca, y así llegaron alcora-
zón de la gente.
Cerca de Massamagrell se encontraba el
Santuario de Nuestra Señora del Puig, y los
seglares franciscanos organizaron una gran
peregrinación desde la parroquia de Massama-
grell hasta el santuario. Más de tres mil seglares
franciscanos acudieron a las ocho de la mañana.
Fueron cantando, por caminos de la huerta, entre campos de naranjos, hasta lle-
gar al Santuario. Por la tarde, el Padre Luis agradeció a todos los participantes su
asistencia y les recordó lo importante que era dar ejemplo de vida alegre, sencilla
y entregada a los demás.
En aquel tiempo, la comunidad del convento de la Magdalena era muy nume-
rosa, contaba con más de ochenta religiosos. Un día era casi la hora de comer y
el cocinero avisó al Padre Luis de que no tenía aceite para cocinar. Fray Luis iba a
enviar a un hermano a Massamagrell a casa de una familia que siempre les pres-
taba ayuda, para que les diera un poco de aceite. Cuando este hermano estaba a
punto de salir, llegó el portero diciendo que había un hombre con dos garrafas de
aceite para el convento y que no podía decir quién lo regalaba.
En otra ocasión, hacía muchos días que llovía y los hermanos encargados de ir
por los pueblos a pedir comida y limosna para el convento no podían salir, pues
los caminos estaban llenos de barro. Al enterarse de la situación, un señor del
pueblo que tenía una fábrica de harina pensó: «Los capuchinos de la Magdalena
no deben de tener pan», y dio un saco de harina a la hornera para que cociera pan
en seguida. 'L'omó su carrito y, sin pensar en lo peligroso que era ir por los cami-
nos encharcados, se fue al convento y entregó el pan recién hecho. Llegó justo a
la hora de comer.
En Sl!l.S 0mciones, el Padre Luis daba las gracias a la Divina Providencia p.orque
siempre estaba atenta a las necesidades @.el convento y les enviaba aceite, pan o
necesitasen en cada momento.

00
o

on o
salir ni entrar en él y se paralizaba todo: se cerraban los talleres, los comercios,
las fábricas, las escuelas, no funcionaban los transportes ... Mucha gente se
quedaba sin empleo y no podía comprar comida. Esto hacía que estuvieran más
débiles y enfermaran con más facilidad.
El Ayuntamiento de Massamagrell pidió auxilio al Padre Luis. La situación
del pueblo era muy grave. Los que no estaban enfermos tenían miedo de con-
tagiarse y dejaban a los enfermos de su familia y huían del pueblo asustados.
Los enfermos se quedaban solos, sin nadie que los cuidara. Entonces, el Padre
Luis pensó que las religiosas que acababa de fundar podrían ayudar a estos
enfermos abandonados. Y así lo hicieron. Cuatro Terciarias Capuchinas fueron
a cuidar a los enfermos de cólera en sus casas, porque sentían que Dios las en-
viaba a amar a las personas más necesitadas, y esos eran, en ese momento, los
enfermos de cólera. Tres de ellas murieron contagiadas y por eso son un testi-
monio de amor sin medida. Un amor como el que Dios nos tiene, amándonos
sin condiciones.
Cuando pasó la epidemia, se vio que en Massamagrell quedaban muchos
niños y niñas huérfanos porque se habían muerto sus padres. Entonces, el Pa-
dre Luis tuvo la idea de recogerlos en una casa y que las Hermanas Terciarias
Capuchinas los cuidaran y educaran. Alquilaron una casa para convertirla en
asilo y, como no tenían mucho dinero, el Padre Luis, con las hermanas llegadas
desde Montiel y con otras personas buenas, salió por el pueblo a recoger mue-
bles usados que la gente les regalaba. También hubo gente del pueblo que les
dio dinero. Compraron sábanas, mantas y cosas necesarias para el asilo, que
se inauguró el 9 de agosto de 1885. El Padre Luis les dijo a sus religiosas que
tenían que ser como unas madres para los huérfanos y debían crear con ellos
una familia, al estilo de la familia de Jesús.
Pero la tarea de las Terciarias Capuchinas no terminó en el asilo de Mas-
samagrell, sino que continuó después en el Hospital de Ollería y en otras casas
dentro de España ... Con el tiempo se dedicaron también a educar niñas y jóve-
nes con problemas familiares y de conducta en Bilbao y en Madrid.

,, 1' ...
,,,,...
- r-
En 1905 viajaron cinco religiosas a Am érica. primeras misioneras
de la congregación. Los misioneros de La Guajira, C............ u~'"""'""' ' pidieron al Padre
Luis que las religiosas Terciarias se ocuparan de la ed . .'"'·""''-H.J~
en la misión que allí tenían.
Actualmente son más de mil quinientas religiosas T
chinas. Están en treinta y dos países de Europa, Am érica, África y

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--
=:======::-:::::=::-:::=:::=---=!:=--=-..:=:....:=-===--====- - .
f ¡.
Y hoy en día continúan la misión comenzada por el Padre Amigó: en centros de
protección, casas de acogida, hospitales, barrios marginados, cuidando a ancia-
nos y enfermos, educando a niñas huérfanas y a jóvenes con problemas que ne-
cesitan comprensión, amor y afecto. Viven imitando a Cristo Buen Pastor, que se
cupa de sus ovejas.
D En 1885, Luis Amigó fundó la Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas.
111 Si quieres saber cuál era la misión de la nueva fundación lee este texto con un espejo.
01 IVJ132 Y JIOMA J3
2' 30 20J
Misión
-----------------------------------------------------

EJ LaMarca
epidemia de cólera afectó a muchos pueblos de Valencia.

111 con una V si es verdadero o una F si es falso:


111 () En la epidemia de cólera
murió mucha gente.
( las hermanas Terciarias
Capuchinas no querian
O En Massamagrell no ir a las casas de los
enfermos de cólera para
habia gente enferma de
cólera. no contagiarse.
e la gente que no estaba
enferma huia del pueblo
C las hermanas Terciarias
Capuchinas cuidaron a
asustada. los enfermos de cólera.
G los enfermos se
quedaban solos.

EJ Utiliza el siguiente código y descubrirás qué hicieron las Hermanas Terciarías Capuchinas
111 cuando terminó la epidemia en Massamagrell:
l=a 2=e 3=i 4=0 S=u
...,
Abr n n S 1 p r 1s n n y S
...,
n n S qu h n qu d d
S h érf n S.

L S d e n y e d n e m S f r n
n fm 1
~·~~...
~, , ,
a Sigue la línea y ordena las letras. Encontrarás el país al que viajaron las primeras
misioneras de la congregación.
11

D Pinta
Las religiosas viven imitando a Cristo Buen Pastor que se preocupa de sus ovejas.
las «ovejas perdidas» con las que trabajan actualmente las Hermanas Terciarias
11 Capuchinas.
Fundación de los • •
Terciarios Capuchinos,•
1 Padre Luis se había dado cuenta de que las cárceles no eran el lugar
más adecuado para la educación de los niños y jóvenes que cumplían en
ellas su condena. Convivían con los mayores y estos eran un mal ejemplo
para ellos. Además, dentro de la cárcel no había escuela y tampoco aprendían nin-
gún oficio, y los jóvenes, al terminar su condena, no encontraban trabajo porque
no tenían estudios. Luis Amigó que había visitado, desde muy joven, a los presos
de las cárceles de Valencia y Santoña, tenía claro que la mejor manera de ayudar a
los niños y jóvenes con problemas era que estudiasen y aprendiesen algún oficio
para poder encontrar así un puesto de trabajo digno. Y esto es lo que encomenda-
ría a la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de
los Dolores, que fundó en Massamagrell el12 de abril de 1889.
La nueva Congregación comenzó con tan pocos recursos que no tenía ni casa
para el noviciado. Pero el Padre Luis rezaba y le pedía a Dios que le ayudara.
Confiaba en que Dios le ayudaría, y así fue, pues la gente le dio dinero para
comprar la tela de los hábitos, los muebles ... y los alojaron en la Cartuja del
Puig.
Ese mismo año, el Obispo de Madrid, Ciriaco María Sancha, pidió al Padre
Luis que le ayudara en la Escuela de Santa Rita (Madrid) que era un centro cons-
truido por un grupo de personas importantes (políticos, abogados, profesores,
médicos ...) preocupadas por los jóvenes con dificultades con la ley y no encontra-
ban a nadie que se hiciera cargo de los chicos. Para ello solicitaron la colaboración
del Padre Luis.
En 1889 en España ni siquiera existían centros o escuelas destinados a recoger
a estos niños y jóvenes, a los que se recluía directamente en la cárcel de adultos,
y Santa Rita fue el primer centro en España que lo evitó.
En 1899 se nombra a Luis Amigó padre provincial de los capuchinos de Va-
lencia, y participa en una peregrinación a Roma para celebrar que el Papa León
XIII celebraba sus veinticinco años de papado. Tres años después, este Papa
aprobó la Congregación y pidió a los Religiosos Terciarios Capuchinos que imi-
taran a Cristo en la caridad. Luis Amigó estaba muy contento con lo que les
pedía el Papa, pues su gran deseo al fundarlos había sido que ellos fueran un
claro ejemplo del amor y cariño que Dios tiene a todos y en particular a los más
necesitados.
Los amigonianos, con su trabajo, ayudaron a los niños con problemas de con-
ducta y participaron, junto a los políticos, en la elaboración de la primera ley de
Protección de la Infancia y de la Juventud que defendió en España los derechos
de los niños desamparados y de los jóvenes con problemas familiares o sociales.
Esta ley sirvió, por ejemplo, para vigilar que todos los niños estuvieran bien cui-
dados, limpios, que comieran, que jugasen y que recibieran una educación ade-
cuada a su edad. Era la manera de garantizar el derecho de los niños a la vida y a
la dignidad como seres humanos y de evitar que estuvieran abandonados en la
calle con riesgo de caer en la delincuencia.
Algunos amigonianos fueron a Francia y Bélgica a estudiar Pedagogía, Psico-
logía y Psiquiatría para poder ayudar mejor a los jóvenes con problemas. Gracias
a estos estudios aprendieron a tratar y a comprender cada vez mejor el compor-
tamiento de los jóvenes con problemas.
Luis Amigó descubrió que el amor de Dios cambiaba a las personas y pensó
que ese era el camino para redimir a estos jóvenes excluidos de la sociedad. Igual
que Jesucristo buscaba que los hombres cambiaran y se convirtieran en personas
buenas, los religiosos trataban de ayudar a los jóvenes sin alegría ni ilusión y que
habían pasado muchas necesidades y habían tenido que trabajar antes de hora.
Los religiosos pretendían devolver a estos chicos la ilusión de vivir, la capacidad
de sentirse queridos y valorados por Dios y por las personas que los rodeaban.
Luis Amigó decía a sus religiosos que debían comportarse como zagales del Buen
Pastor, que tenían que conocer a los niños y jóvenes que educaban, compartien-
do con ellos su vida, que debían jugar con los chicos y comer con ellos, que tenían
que estar pendientes de ellos en todo momento y atenderlos con cariño en sus
necesidades y que debían ser un ejemplo para los muchachos. Además les decía:
«Amad más al más marginado, porque ese es el que más lo necesita para poder
cambiar».
Los amigonianos fueron extendiendo poco a poco el trabajo desarrollado en la
Escuela de Santa Rita a otros muchos lugares de España. También llevaron su ca-
risma a otros países, comenzando por Italia, Colombia y Argentina. Actualmente
están presentes en diecinueve países del mundo. En todos ellos trabajan a favor
de los niños y jóvenes marginados o más necesitados de ayuda.
¿Qué hacen hoy en día los Amigonianos para continuar con la tarea que les
encomendó su fundador, Luis Amigó? Trabajan en los centros a los que llegan
los chicos que tienen problemas. Educan en el respeto y la dignidad de las perso-
nas. Los jóvenes que tienen problemas conviven con otros chicos y chicas de su
edad y con los educadores y aprenden a vivir felices y a tener amigos, estudian,
juegan, empiezan a ser responsables, a trabajar por su cuenta para poder un día
vivir solos. Además de trabajar en estos centros,
los amigonianos viven en barrios pobres
para ayudar a los jóvenes a mejorar la con-
vivencia. También acuden a las cárceles a
compartir su tiempo y a que los jóve-
nes presos conozcan que Dios los
ama. Corno se dieron cuenta de que había muchos jóvenes que tenían problemas
con la droga, decidieron ayudar también a estos jóvenes dándoles ejemplo de que
se puede vivir feliz sin ella. Cuando llegaron gentes de otros países, sin dinero ni
trabajo, los amigonianos empezaron a acogerl~s en pisos hasta que conseguían
un trabajo y podían vivir con el dinero que ganaban. Asimismo, tienen, en Espa-
ña colegios donde los niños y las niñas aprenden también lo importante que es
tener amigos y preocuparse de los demás, sobre todo del que tiene dificultades.
Ep estos colegios hay grupos de amigos de Luis Amigó que se llaman Zagales.
Para poder hacer todos esos trabajos, los religiosos arnigonianos cuenta con
la ayuda de los laicos arnigonianos que son personas que trabajan con ellos en

-==;;::¡¡¡,;::::-
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~·.
o o
- -
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--
--
-
l
[E] 1

la educación de los niños y los jóvenes. También ayudan a los chicos a buscar
trabajo, visitan sus familias ... Estos laicos amigonianos no son religiosos, son
educadores, maestros, pedagogos, psicólogos, médicos, algunos son voluntarios,
personas que dedican su tiempo con los jóvenes, imitando a Luis Amigó.
El Padre Luis se dio cuenta de que los chicos que estaban en la cárcel podían mejorar
su vida si conocían a Jesús y además estudiaban o aprendían un oficio, por eso fun-
dó la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos.
Pinta los dibujos que mejor representan la misión de los Amigonianos:

Busca las seis palabras que están encadenadas y descubrirás cuál fue la primera fun-
dación de la congregación destinada a acoger a los jóvenes con problemas.

ESCUELADESANTARITADEMADRID
IJ con
El Papa León XIII pidió a los religiosos amigonianos que amasen a los necesitados
caridad. Luis Amigó estaba contento con lo que pedía el Papa.
Escribe el nombre del Papa actual.

a En la escuela, ¿Cómo te sientes si alguien te grita?

¿A quién escuchas mejor, a alguien que te habla amablemente y te explica las cosas o
a alguien que te grita y te castiga?

Los religiosos amigonianos tratan a los chicos con cariño y respeto. ¿Cómo crees que
se sienten si los tratan así?

Los amigonianos cuentan con la ayuda de las personas voluntarias que colaboran
con ellos en la educación de niños y jóvenes. Son los «Colaboradores amigonianos».
¿Qué significa para ti colaborar?

Piensa y dibuja qué haces tú para colaborar en casa o en la escuela.


-~
Obispo,•
1 9 de Junio de 1907, a sus cincuenta y dos años, Luis Amigó fue
nombrado Obispo de Solsona (Lerida). Tuvo que viajar a Madrid
para ser ordenado allí y fue acompañado por los provinciales de la con-
gregación, numerosos religiosos y religiosas, sus hermanas, cuñados y
algunos sobrinos.
El nombramiento de Obispo es un cargo muy importante y de
mucha responsabilidad, pero esto no hizo que el carácter del
Padre Luis Amigó cambiara. Continuó siendo una persona
sencilla, de trato agradable con la gente y sobre todo siguió
cuidando a los más necesitados.
Uno de los frutos de sus años en Solsona fue la instala-
ción del Museo Arqueológico Diocesano, donde se recogen
obras de arte de las iglesias de esa diócesis. Se encargó de
que las imágenes, los cuadros y los monumentos de las igle-
sias se mantuvieran en buen estado de conservación y restau-
ró los monumentos que estaban deteriorados.
Pero lo más importante es que dejó entre la gente un recuerdo cariñoso por su
cercanía, sencillez y generosidad.
En 1913, Luis Amigó fue nombrado nuevo Obispo de Segorbe (Castellón).
Este traslado le alegró mucho, pues así tendría ocasión de estar más cerca de las
dos congregaciones que él había fundado.
Cuando llegó a esta ciudad observó que las paredes de la catedral de estaban
muy sucias, y Luis Amigó quería limpiarlas y pintarlas, pero no tenía dinero para
hacerlo. La Divina Providencia le ayudó una vez más. Unos señores muy ricos
se hicieron cargo de pagar la mitad de todo lo que costara arreglar la iglesia, y
durante los seis años que duraron las obras, pagaron la mitad del sueldo de los
trabajadores y la mitad de lo que costaba el material.
En la ciudad de Segorbe había otra iglesia que se había convertido en un hostal
y en unas cuadras para guardar animales. Luis Amigó estaba muy disgustado,
porque pensaba que esto era una falta de respeto. Compró la iglesia para volver
a utilizarla como templo. La nueva iglesia se llamó iglesia de Santa María, y en
1925 se celebró en ella la primera misa, tras su restauración.
Muchos años antes de que Luis Amigó fuese obispo de Segorbe, un pastor en-
contró una imagen de la Virgen María en una cueva, en la montaña, que a pesar
de que llevaba enterrada más de cien años estaba muy bien conservada. Hicieron
una capilla en este lugar y se llamó la Cueva Santa. La gente de los pueblos les
gustaba rezar a la Virgen de la Cueva Santa porque les parecía milagroso que se
hubiese conservado tan bien.
Siendo Obispo de Segorbe, Luis Amigó organizó una peregrinación desde la
Cueva Santa hasta Altura, que es un pueblo de Castellón, para pedir a la Virgen
que lloviera, y al empezar a caminar, el cielo se nubló y empezó a llover. Todos
dieron las gracias a la Virgen por la lluvia, ya que hacía muchos meses que no caía
una gota.
Mucha gente visitaba el Santuario de la Cueva Santa, por eso Luis Amigó que-
ría que alguien se hiciera cargo de atender el santuario y a los peregrinos que
acudían para rezar ante la Virgen.
Durante sus años como Obispo de Segorbe, Luis Amigó también construyó
una iglesia en el Asilo de Nuestra Señora de la Resurrección, donde sus Reli-
giosas Terciarias Capuchinas acogían, cuidaban y educaban a niñas huérfanas.
También se encargó de escribir unas nuevas normas para el seminario. Además,
arregló el Archivo Diocesano, donde se guardaban los papeles y documentos de
todas las iglesias de la diócesis, que estaban desordenados y medio estropeados.
Luis Amigó, Obispo sencillo y amable que con su vida daba ejemplo de la mise-
ricordia, el perdón y el amor de Dios, que transforma el corazón de los hombres,
celebró el4 de abril de 1929 cincuenta años de su primera misa corno sacerdote.
Lo festejó con una misa solemne en la catedral de Segorbe, a la que asistieron
muchos sacerdotes de la diócesis, el alcalde y muchas personas del pueblo y de
otros pueblos cercanos a Segorbe. Por la tarde, los seminaristas le regalaron una
alegre función de música y poesía, porque sentían que Luis Amigó era para ellos
un buen pastor que los cuidaba .

... _

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a Une con una línea las dos partes de la frase:

11
- El Obispo cuida e aun siendo Obispo.
En Solsona instaló e de la Diócesis.
Luis Amigó no cam- e elgicoMuseo Arqueoló-
Diocesano.
bió su carácter

EJ Recuerda qué hizo Luis Amigó siendo Obispo de Segorbe. Márcalo con un círculo.
111 Limpiar y pintar las
11 Construir la iglesia del
Asilo de Nuestra Señora
paredes de la catedral.
de la Resurrección. Escribir nuevas normas
para el seminario.
Arreglar el archivo
Diocesano. Celebrar muchas
fiestas.

Regalar Hbros.

EJ Luis Amigó cuidaba de los seminaristas como un pastor cuida de sus ovejas.
- Escribe el nombre de alguna persona que cuida de ti:

¿Por qué crees que te cuida?


a11 Busca en esta sopa de letras las cuatro palabras relacionadas con el carácter
del Obispo Luis Amigó.

SENCILLO - AMABLE - GENEROSO - MISERICORDIOSO

ey N o R T M A F L o N A N
M 1 S E R 1 e o R o 1 o S o
p E e E z R B A A T T F T X
G E N E R o S o F A o p wM
e L e R E T 1 A N M S u V L
L R 1 A o R N B A A T z B V
A V L M z H y R L B o Q X z
N S L o o E A A o L R E N G
V E o N z J o R J E G B o o
lJ Une los números y descubrirás al protagonista de este libro:
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¿Sabes quién es?

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17
ra verano de 1934 cuando Luis Amigó se puso enfermo . Faltaban
pocos meses para que cumpliera ochenta años. Viendo que no mejora-
ba su salud, los Religiosos Terciarios lo llevaron a la casa que la congre-
gación tenía en Godella. Allí, los amigonianos cuidaron con cariño a su anciano
fundador, hasta su muerte.
Luis Amigó había perdido la vista y lo que más le preocupaba era que así, sin
ver, no podía decir misa, y para él era muy importante la misa diaria. Pero a pesar
de esta preocupación, se encontraba tranquilo porque sabía que su vida estaba
en las manos de Dios. Estando enfermo, seguía rezando para que todos los jóve-
nes con problem as pudieran cambiar su vida. Como el Buen Pastor, que salva a la
oveja perdida de los peligros, él fue un gran Obispo que se ganó el cariño de todas
sus ovejas. En su enfermedad esperó sereno. «Hágase la voluntad de Dios», decía
a los que le cuidaban, dando así ejemplo de su verdadera fe .
Luis Amigó, como muchos buenos cristianos, comulgaba cada día, y cuando vio
cerca el final de la vida, pidió recibir la eucaristía para prepararse mejor a la muer-
te. El día de esta última comunión estuvo rodeado de muchos religiosos y religio-
sas de las dos congregaciones fundadas por él. Con lágrimas en los ojos, perdonó y
pidió perdón a todos y les dio la bendición. Al terminar el acto, el Obispo Auxiliar
de Valencia se acercó a Luis Amigó para animarle. Le dijo que estuviera tranquilo,
que Dios le estaba esperando en el Cielo porque había hecho mucho bien y había
ayudado a muchas personas a conocer a Cristo. Luis Amigó, con humildad, le con-
testó que él solo era un hombre sencillo que también había tenido fallos. El Obis-
po auxiliar de Valencia, emocionado, salió diciendo: «Es un santo, es un santo».
Ell de octubre, el Padre Luis Amigó, Obispo de Segorbe, murió serenamente
rodeado de sus hijas e hijos terciarios, que estaban muy tristes por la pérdida de
su fundador. Incluso muerto, la bondad de Luis Amigó se reflejaba en la sonrisa
que iluminaba su rostro, que ni siquiera la muerte había logrado borrar.
Enterrado el 4 de octubre en la casa de las Terciarias en Massamagrell, los Ter-
ciarios y Terciarias y todos los que le conocieron fueron a despedirse del entraña-
ble Padre Luis Amigó que todo lo dio por Cristo y por la salvación de la juventud.

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