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EL MÉTODO E.P.L.E.

R1

Para mejorar nuestra capacidad de comprensión lectora existe un método


minucioso y detallado de la lectura, que es propiamente un verdadero método
de estudio.

Se lo conoce como método EPLER, tomando las iniciales de sus cinco pasos.
Exploraremos ahora cada uno de esos cinco pasos:
1) E: EXPLORACIÓN O PRELECTURA
2) P: PREGUNTAS
3) L: LECTURA
4) E: EXPOSICIÓN
5) R: REVISIÓN Y REPETICIÓN

1) E: EXPLORACIÓN O PRELECTURA: hay un proverbio popular que dice


que ‘para armar un rompecabezas se necesita primero la imagen
completa’. Y una frase utilizada en la estrategia militar dice que ‘no hay mejor
aprovechamiento del tiempo que el invertido en el reconocimiento previo’.

Cuando consultamos un plano para localizar la intersección de una calle con


otra, no hacemos otra cosa que mirar el dibujo de una fotografía aérea. Es
decir, nos ayudamos con la representación de una visión realizada desde
arriba.

El valor del reconocimiento previo estriba en que no recibimos la información “gota


a gota” mientras leemos, si no que ya contamos con una visión de conjunto.

Como ocurre a menudo en la lectura convencional, cuantos más hechos, detalles


y otra información intentamos cargar, menos asimilamos y recordamos.

La prelectura está basada, por lo tanto, en un principio importante: el aprendizaje


eficaz se realiza ‘del todo hacia las partes’.

La prelectura es un vistazo de reconocimiento. Con ella ganaremos tiempo


evitando regresiones innecesarias, y lo que es muy importante, adquiriremos
una visión global de todo el material.

Es increíble la cantidad de personas que olvida detenerse en las numerosas


indicaciones que el autor, los redactores y el editor ponen en el libro para facilitar
el recorrido de la lectura, para indicar las intenciones y las distintas
direcciones y usos del texto. En general, el lector poco experto se lanza de lleno
a la lectura como el conducto novato que, al tener miedo del tráfico, es presa del
pánico y no ve las señales, no para en el STOP, sino que sigue adelante,
empujado por el fluir de los coches y sin saber exactamente adónde va. Para
cualquier excursión por la montaña usted confiaría en un mapa para estudiar los
senderos más cortos o más interesantes que le llevasen a su destino. ¿Por qué
no hacer lo mismo antes de afrontar esa tierra desconocida que es un libro
nuevo?

Tratemos de descubrir ahora cuáles son esas señales que nunca hay que pasar
por alto antes de decidir si leer o no un texto. Atención a:
· Los títulos
· Los subtítulos
· El índice
· La disposición de los párrafos
· La longitud de los párrafos
1
http://www.tecnicas-de-estudio.org/tecnicas/tecnicas17.htm

1
· El uso de la negrita o la cursiva
· Los esquemas o recuadros de recapitulación
· Las ilustraciones
· Las acotaciones
· La información sobre el autor que pueda figurar en la solapa
· La información en la contratapa
· Las notas a pie de página

Todos ellos son espías luminosos que es absolutamente necesario aprender a


interpretar y utilizar, para poder obtener más ventajas con menor esfuerzo. En
efecto, en estas sencillas operaciones se invertirá pocos minutos, después de
los cuales sabrá qué contiene el libro y qué le es útil, mientras que sería poco
práctico ese cuarto de hora invertido en leer precipitadamente el primer capítulo,
que le podría desorientar y no darle un panorama de la obra.

Al mismo tiempo, este trabajo preliminar permitirá acopiar los elementos,


materiales complementarios y los libros de consulta que pueden necesitarse.
Conviene también apreciar si se trata de un tema nuevo, o es continuación de otro
ya estudiado. La toma de contacto debe durar sólo unos poco minutos, los
suficientes para hacerse una idea del terreno que se va a explorar, y para
completar la preparación del trabajo.

Será un recorrido ágil de la materia de estudio, en su totalidad, con el fin de


localizar los conceptos e ideas fundamentales y las áreas de dificultad. Debe
ser la ocasión para identificar las palabras desconocidas, así como los
conocimientos que se dan por sabidos y, en principio, se tienen dudas sobre ellos.
Hay que ir anotando unas y otros en un papel, para aclararlos luego. Esto es muy
importante puesto que cada autor basa su exposición en unos conocimientos
previos que supone en posesión del lector, y si éste no los posee, difícilmente
entenderá lo que le están explicando. La primera lectura será rápida y de corrido,
sin detenerse aunque algo no se entienda. En tal caso, conviene dejar al margen
una señal a lápiz, por ejemplo, un signo de interrogación.

Inmediatamente después de la primera lectura, hay que aclarar las palabras


desconocidas con ayuda del diccionario, y estudiar o repasar los conceptos que el
autor da por sabidos. En ningún caso debe pasarse a la segunda lectura sin
haber completado dicha labor, y ese será el fruto más valioso obtenido de la
primera lectura.

2) P: PREGUNTAS:

En esta fase nos planteamos una serie de preguntas fundamentales acerca del
texto que consideramos o creemos necesario saber responder después de la
lectura. Podemos transformar en preguntas los encabezamientos y los títulos.

Desde que se lee el título del capítulo o tema, o incluso en la etapa de exploración,
se puede hacer una detención de un minuto para preguntarse: ¿Cuál será
precisamente el contenido del tema que lleva este título?’, y conforme se vaya
desarrollando la prelectura, formular algunas preguntas que puedan ser
contestadas mediante una cuidadosa lectura del material.

El poder de las preguntas estriba en que proporcionan objetivos inmediatos que


hay que investigar, y no precisamente una idea general de lo que se va a percibir
al leer toda la obra. Las preguntas pueden indicar lo que se debe buscar en cada
tema, subtema o párrafo. También facilitan concentrar la atención en lo que se lee,
ya que indican lo que hay que precisar a lo largo del estudio.

Esta formulación de preguntas, además de despertar la curiosidad, estimula al


lector a compenetrarse debidamente del texto. Son de mayor valor las

2
preguntas formuladas por nosotros mismos, mucho más que las preguntas
elaboradas por otra persona.

Los párrafos tienen su estructura interna, representada en la cohesión de sus


acciones. Las principales "estructuras ejes" se pueden resumir así:
1) Estructura del asunto = E. A. Es la estructura para dar informes o para hacer
narraciones o descripciones.
¿Cuál? = Hecho
¿Cómo? = Desarrollo de los hechos
¿Conclusión? = De los hechos

2) Estructuras de dificultades y soluciones = E. Di. S. Se presentan los


siguientes elementos: Una tesis (idea, concepto, problema); una discusión
(desarrollo, pros y contras); y una solución (conclusiones, moralejas, etc.).
¿Cuál? = Problema
¿Por qué? = Análisis
¿Discusión? = Pros y contras
¿Qué conclusión? = Solución
3) Estructura de proposición y presentación = PROPRE. Expresa una
afirmación clara y firme que el autor tratará de demostrar a fin de persuadir.

¿Qué? = ¿Cuál es la idea?


¿Cómo? = ¿Cómo la demuestra?
¿Implicación? = ¿Convence?

3) L: LECTURA:
Conocida ya la extensión del texto y su grado de dificultad, se podrá decidir la
manera de leer el material, si en forma rápida o más bien lenta, de acuerdo con
la finalidad y la situación. Lo indispensable es no sacrificar la comprensión a fin de
obtener el máximo provecho.

Esta es la fase propia de la lectura, que debe ser con el ritmo propio de acuerdo a
la finalidad, haciendo una lectura general y buscando el significado de lo que se
lee. En una sesión de estudio aquí introduciríamos el subrayado, las notas al
margen, etc.

Esta es también la fase de la comprensión propiamente dicha. Todo lo realizado


previamente ha tenido como objeto dotarse de los medios e informaciones
necesarios para facilitar la tarea. Se ha explorado el terreno en su totalidad y
ya se sabe dónde van a encontrarse las dificultades. Ahora es el momento de
enfrentarse abiertamente a ellas. La lectura debe ser concienzuda, pero sin perder
de vista que el objetivo en esta fase es entender, por lo que no será necesario
prestar demasiada atención a lo que esté perfectamente claro. Es conveniente
tratar de adivinar el pensamiento del autor, es decir, lo que pretende explicar, su
sistema de enseñanza, lo que considera más importante, etc. A tal fin, hay que
fijarse bien en todo aquello que subraya, enfatiza o repite. Debe prestarse
atención especial a los comienzos de los capítulos y apartados, en los que
suelen plantearse las ideas clave. Y también a los finales, donde es frecuente que
figuren resúmenes y conclusiones.

La segunda lectura es una buena ocasión para poner en práctica todas las
estrategias apuntadas (hacerse preguntas, explicar las cosas con expresiones
propias, investigar todos los detalles, no dar nada por seguro hasta verlo con
claridad, etc.). Para la señalización de los conceptos fundamentales, debe hacerse
uso de las medidas apropiadas, como subrayados, encuadres, notas marginales,
etc., pero sin abusar de ellos para que no pierdan efectividad. También es
conveniente la lectura en voz alta, ya que facilita la asimilación.

En la segunda lectura se irán aclarando sobre la marcha algunas cuestiones


dudosas. Otras, en cambio, requerirán volver sobre ellas para una

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consideración más profunda. A veces, leyendo más adelante, se aclara algo
que antes no se entendía. Finalmente, quedarán algunos puntos sin aclarar, no
siendo aconsejable porfiar demasiado en ellos en esta fase ,aunque sí dejarlos
perfectamente localizados.

EL SUBRAYADO
El objetivo del subrayado es destacar las ideas esenciales de un texto.
Posteriormente, al leer únicamente lo subrayado se puede recordar el contenido
de dicho texto.

Las principales teorías psicológicas de la percepción humana fundamentan esta


técnica, ya que está demostrado que la memoria se fija y recuerda más y mejor
aquellas cosas que se resaltan.

¿Por qué es indispensable subrayar un libro para leerlo?


· En primer lugar, porque así nos mantenemos despiertos, totalmente
despiertos y no sólo conscientes.
· En segundo lugar, leer, si lo hacemos activamente equivale a pensar, y el
pensamiento tiende a expresarse en palabras, escritas o habladas.
· En tercer lugar, el subrayado evita tener que leer de nuevo todo el texto.

UN BUEN SUBRAYADO NOS COLOCA EL TEXTO EN


TELEGRAMA, ahorrándonos tiempo y esfuerzo para la captación de su esencia
significativa.

1. ¿CUÁNDO SUBRAYAR?
Inmediatamente después de captar el texto. Si no, no sabrás qué remarcar.
2. ¿QUÉ SUBRAYAR?
Los puntos más importantes, los argumentos de mayor fuerza. Las ideas
centrales, las Palabras-Clave. (Mucho más en lo humanístico que en lo técnico).
3. ¿CÓMO SUBRAYAR?
Con remarcador:
· Líneas ondulantes debajo, para lo esencial;
· líneas llenas, para lo secundario pero significativo.
Si quieres subrayar un documento que tengas en la computadora, en lugar de usar
líneas ondulantes para resaltar lo esencial, puedes apelar (ya que los
procesadores de texto no tienen la opción de líneas ondulantes) a la opción doble
línea.
· Puedes numerar en orden los subrayados, para guiarte en el Resumen o en la
confección del Mapa Mental.
· Marcar las definiciones con flechas.

 LO QUE NO DEBE HACERSE:


Terminar subrayando media página o la mayor parte de la página.
Tampoco subrayar en la primera lectura, sin haber leído el índice, el
prólogo, la bibliografía y la introducción.

La persona que aprende tiene que plantearse preguntas y planteárselas al


autor, e incluso tiene que estar dispuesta a discutir con éste una vez que ha
entendido lo que dice.

Existen diversas formas de anotar un libro de forma inteligente y fructífera. A


continuación ofrecemos algunos recursos:
 Como alternativa al subrayado de colores (que no es conveniente porque
confunde más de lo que orienta), pueden utilizarse los siguientes códigos o
símbolos:
 ? PARA SEÑALAR MATERIAL DIFÍCIL O DUDOSO: Se puede utilizar el
signo de interrogación en el margen izquierdo.

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 N LO QUE NO SE DEBE VOLVER A LEER: Con el fin de no perder el
tiempo leyendo informaciones erradas o ya superadas, utilizamos una N en
el margen izquierdo, que significa negación (NO).
 F LAS IDEAS PARA FICHAS: Las ideas que se desean conservar, las
definiciones y demás datos textuales, se pueden señalar con una F (Ficha)
en el margen derecho.
 R PARA RESUMIR DESPUÉS: Para tener en cuenta las partes que se van
a resumir, marcamos con una R (Resumir) al margen derecho.
 C CONSULTAS: Para indicar las ideas que se deben consultar en
diferentes fuentes se puede utilizar una C (Consultar), e indicar a
continuación el material preciso para consultar.
 ! ÉNFASIS: Un signo de exclamación para el acuerdo o la importancia.
 + PARTES A PROFUNDIZAR: Un ‘signo más’ para volver a ese punto y
explayarlo con otros materiales, etc.
 LÍNEAS VERTICALES EN EL MARGEN:
· Para destacar un argumento concreto ya subrayado.
· Para destacar un párrafo demasiado largo como para ser subrayado.
 **** ASTERISCOS U OTROS SIGNOS AL MARGEN:
· Para destacar los argumentos o párrafos más importantes del libro
 TIRAS DE PAPEL ENTRE LAS PÁGINAS:
· Se pueden colocar una o varias tiras de papel (aun de distintos colores);
especialmente útiles son las que traen un pegamento débil. En cualquiera
de estos casos, se podrá sacar el libro de la estantería y, al abrirlo por la
página señalada, refrescar la memoria.
 NÚMEROS EN EL MARGEN:
· Para señalar una secuencia de puntos realizada por el escritor, o por el
propio lector, en el desarrollo de un argumento.
 NUMERACIÓN DE OTRAS PÁGINAS EN EL MARGEN:
· Para indicar donde señala los mismos puntos el autor, u otros puntos
referidos a los ya señalados o contrarios a éstos, con el fin de unir las ideas
del libro que, aunque estén separadas por muchas páginas, pertenecen al
mismo grupo.
· Muchos lectores emplean las letras “cf” que significan “compárese” o
“referido a”, para indicar el número de las otra páginas.
 RODEAR CON UN CÍRCULO LAS PALABRAS O FRASES CLAVE:
· Cumple prácticamente la misma función del subrayado.
 ESCRIBIR EN EL MARGEN, O EN LA PARTE SUPERIOR O INFERIOR
DE LA PÁGINA:
· Para señalar las preguntas (y también las respuestas) que pueda plantear
un párrafo concreto.
· Para reducir una exposición complicada a un enunciado sencillo, para
dejar constancia de la secuencia de los puntos más importantes del libro.

4) E: EXPOSICIÓN:

El cuarto paso del método EPLER consiste en hablar para describir o exponer
los temas leídos. Cuando se termina de leer una página, conviene reformular la
información que se ha captado. Al dominar la ejecución de esta etapa, tal vez se
preferirá leer toda una sección o capítulo antes de detenerse para volver a repetir
lo que se ha leído, y puede ser útil, al haber leído varias páginas, mirar el título del
tema para recordar mentalmente lo que se ha mencionado en él. Si lo que se lee
no tiene temas con títulos, entonces es buena estrategia subrayar los puntos
importantes y éstos servirán para reconstruir el tema, en la imaginación y la
memoria, tan completamente como sea posible. Al terminar la exposición, será
conveniente volver a pensar en los puntos importantes para comprobar que se
recuerdan suficientes detalles que abarquen los hechos mencionados en la
descripción.

Conviene que este recordatorio se haga en forma verbal. Cada uno de nosotros
con seguridad ha tenido la experiencia de pensar en algo y decirnos: ‘sí es una

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buena idea, sé todo sobre eso’, y más tarde, cuando empezamos a explicar la
idea a otra persona, nos encontramos con no ser capaces de expresarla
correctamente. Una idea vaga e incierta, que no puede explicarse con palabras
efectivas y claras, tal vez no tenga ningún valor para nadie. Es claro que no se
puede hablar de un asunto, si sólo se tiene una idea indefinida o confusa sobre el
tema. Después de todo, la única forma de que disponemos para decir si podemos
expresar con palabras un tema –por estar suficientemente claro en nuestra mente
es, precisamente, ¡expresarlo mediante palabras! Por lo tanto, hagamos
precisamente eso.

En esta etapa de exposición también se pueden contestar las preguntas que


planteadas anteriormente, y si es necesario pueden formularse otras
preguntas más específicas, concretas o puntuales sobre el texto y su
contenido.

Incluso es aconsejable hacerlo por escrito; así este material se podrá utilizar más
adelante. Algunas personas las responden en voz alta, y las retienen porque su
memoria es auditiva; otras prefieren hacerlo por escrito.

Pero esta es una etapa a menudo descuidada, y sin embargo crucial, porque
como decía Sherlock Holmes: "no hay nada que aclare tanto un caso como el
exponérselo a otra persona..."

5) R: REVISIÓN Y REPETICIÓN:
La revisión consiste en hacer un repaso del material leído, días después del
trabajo realizado, cuando la mente se encuentra descansada. Dicha lectura debe
ser en forma de salteo. Se ven los puntos que no quedaron claros y se
completan las respuestas. Aquí, en una sesión de estudio, introduciríamos los
esquemas y resúmenes.

Esta fase consiste, precisamente, en realizar un último esfuerzo para aclarar


esos puntos oscuros que han quedado pendientes tras la segunda lectura.
Como ya el tema estará muy trabajado, las dudas que queden serán muy
concretas y podrá efectuarse una buena investigación acerca de ellas con ayuda
de otros libros e informaciones. Si, a pesar de ello y después de un tiempo
razonable, quedase todavía algún punto sin aclarar, es mejor dejarlo. A veces, el
subconsciente sigue trabajando y, más tarde, puede aparecer la solución.

Pero conviene recordar que el repaso debería basarse en la meditación sobre el


material que se está revisando, más bien que en pasar los ojos rápidamente sobre
él. Los mismos conceptos que se han mencionado sobre la actitud y sobre la
etapa que hemos llamado de Exposición, se aplican aquí. Cuando se repasa, se
graba en la memoria y se comprende determinado material no porque los ojos lo
vean por segunda o tercera vez, sino como resultado de lo que sucede cuando
el cerebro vuelve a examinar el material completamente por segunda o
tercera vez.

LA IMPORTANCIA DEL REPASO


Es un paso imprescindible para retener lo aprendido hasta usarlo, es decir, para
evitar el olvido. Para repasar, utilizaremos como material básico las síntesis
confeccionadas por nosotros y, ante un examen tipo test, el libro.

Para repasar, usa como estrategias básicas la relectura de los libros y el


recitado: expresar de viva voz y a nuestra manera lo estudiado, y luego
comprobar con el texto la exactitud de lo verbalizado.

De acuerdo con la curva del olvido, hay unos momentos óptimos para repasar.

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La programación de repasos secuenciales debe ser:
a) Repaso inicial: es el más importante de todos. Hay que hacerlo antes de que
transcurran 24 horas de la memorización de un tema. El momento ideal es antes
de irse a dormir el mismo día, procurando dejar unos minutos de descanso entre el
repaso y acostarse.
Seguiremos el siguiente procedimiento:
— Recitar lo estudiado durante el día.
— Comprobar en los libros la exactitud de lo expresado.
— Releer lo olvidado y lo no comprendido (lo que nos cuesta expresar) en el
original. No pierda tiempo releyendo lo sabido: insista, estudie lo suficiente hasta
saberlo todo.
b) Repasos intermedios: se trata de releer las síntesis y los libros, de utilizar
el material para evitar el olvido. Los momentos claves ideales son:
— a los 3 días del repaso inicial
— a la semana del anterior
— semanalmente hasta saberlo bien
— mensualmente una vez sabido.
c) Repasos finales: Cuando se acerca el examen hemos de repasar en
profundidad lo aprendido cuantas más veces mejor. Para ello, recite lo
estudiado, compruebe su exactitud y relea, escriba, dibuje, etc. lo no sabido.

De cara al éxito en el examen hay 3 puntos fundamentales: comprensión de la


materia, sintetización de la misma y repasos secuénciales; si estudia con
verdadero interés, entiende perfectamente (lo explica con sus palabras) lo que
estudia, lo sintetiza (asociando lógicamente las ideas) y lo repite en voz alta,
conseguirá un conocimiento perfecto de los temas.

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