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Sendero Milenario

Este documento trata sobre la geofísica actualizada y la historia de la región de Balzapamba en Ecuador. Explica los orígenes del universo según la ciencia moderna y también eventos históricos importantes como la batalla de Camino Real durante la independencia ecuatoriana. Además, habla sobre los descubrimientos arqueológicos en la zona y la vida de los primeros colonos.

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Sendero Milenario

Este documento trata sobre la geofísica actualizada y la historia de la región de Balzapamba en Ecuador. Explica los orígenes del universo según la ciencia moderna y también eventos históricos importantes como la batalla de Camino Real durante la independencia ecuatoriana. Además, habla sobre los descubrimientos arqueológicos en la zona y la vida de los primeros colonos.

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LA GEOFISICA ACTUALIZADA Y CONDENSADA

Esta segunda edición de SENDERO MILENARIO corregida y aumentada se inicia en la edad


más temprana de los albores del Universo. De acuerdo a la geografía actualizada con sus
conocimientos contemporáneos ese inicio hoy se llama “BIG BANG” este nombre, así como los
AGUJEROS NEGROS Y EL UNIVERSO EN EXPANSION despierta ahora enorme intereses
y expectativa científica.

Hoy sabemos qué hace 25 mil millones de años que nuestro mundo era tan solo UNA MOTITA
DE POLVO en la inmensidad del cosmo, fue en esa época que surgieron el tiempo y el espacio
que actualmente se puede medir y calcular, junto con lo que ahora percibimos como energía y
materia del Universo.

Lo anotado apareció en la tremenda e indescriptible explosión hoy denominada BIG BANG los
astrónomos han podido observar que las galaxias se están separando de nosotros y también una
de otras a gran velocidad, pero por otra parte la ciencia determina que no son las galaxias que se
mueven atreves del espacio entre ellas se expande.

Se sostiene que las galaxias estuvieron alguna vez todas agrupadas en aquel lugar donde se
produjo el BIG BANG, sin embargo, dicen, lo que alguna vez fue un punto ahora es la
inmensísima esfera que nos rodea.

Un ejemplo de la magnitud del fenómeno consiste en tomar como referencia la luz de la estrella
BANARD que tarde seis años en llegar al planeta tierra, por lo tanto, cuando miramos dicho
astro, lo que observamos es como aprecia hace seis años, entre tanto, Banard podría haber
estallado en polvo sin darnos cuenta sino luego de seis años de la explosión. Observamos con
radiotelescopio más allá de las estrellas Banard hasta el borde del universo los científicos
pueden volver a la vista atrás 15 mil millones de años, hasta el mismo BIG BANG.

1
Con mucho énfasis en el mundo científico, también se viene sosteniendo que una inmensa roca
espacial choco con la tierra hace 65 millones de años produciendo en el golfo de México un
cráter de unos 13 mil kilómetros cuadrados de profundidad, esta catástrofe muy posiblemente
extinguió a los dinosaurios y casi todos los seres vivientes sobre la tierra.

Los Científicos afirman, que según nuevas mediciones del impacto que formo el cráter
Chicxulunb este asteroide o cometa impacto en la tierra con una fuerza explosiva de unos 300
millones de megatones de TNT., el tamaño del asteroide debía haber sido aproximadamente el
del COMETA HALLEY y una velocidad de 160.000 kilómetros a la redonda.

La energía del impacto dio lugar a una temperatura de hasta 11.000 grados centígrados, olas de
130metros de cresta y terremotos de magnitud 12 en centenares de miles de kilómetros a la
redonda.

Una reciente teoría enunciada asegura que la violencia del impacto de hace 65 millones de años,
lanzo a la atmosfera polvo y residuos, arraso las áreas costeras con grandes marejadas y genero
incendios forestales por todas partes. La teoría es que el humo, polvo y vapor bloquearon el sol
durante meses, haciendo que la tierra se enfrié y los dinosaurios se extinguieran.

En el ecuador tenemos como una muestra irrefutable de esa época, el bosque petrificada de
Puyango que obstenta la edad entre 65 y 70 millones de años justamente la época de la muerte
de los dinosaurios y del 70% de los seres vivientes. En el museo “Bastión Andino” de la
parroquia de Balzapamba se conserva troncos quemados y fosilizados procedentes del bosque
Puyango como elocuentes testigos de remotas épocas.

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EUGENIO GLOOR WEBER

Eugenio Gloor Weber, de nacionalidad suiza, ingreso al Ecuador en el decenio de los años
treinta, eterno enamorado del paisaje, ríos y montañas dijo su domicilio definitivamente en la
Parroquia de Balzapamba, Provincia Bolívar, lugar en el cual contrajo matrimonio con Mélida
López de Gloor; este matrimonio es tronco de varias respetables familias de la Provincia
Bolívar.

Eugenio Gloor se halla dedicado a la agricultura y ganadería, pero sobre todo a la avicultura,
actividad de la cual es líder y pionero nacional.

Gloor es fanático apasionado de la historia y Antropología Ecuatoriana, y para el estudio e


investigación de esta ultima ciencia a logrado reunir en un museo cerca de mil piezas
arqueológicas, correspondientes especialmente a la Cultura Puruhá, cuyos limites culturales
abarcan y rebasan ampliamente los territorios de lo que hoy corresponde a las Provincias de
Bolívar y Chimborazo, y aun en partes, a las planicies de lo que pertenece a la Provincia de los
Ríos.

Sobre la colección arqueológica en referencia, y las investigaciones en referencia, y las


investigaciones llevadas a cabo por Eugenio Gloor han aparecido reiteradamente reportajes en
3
los mas importantes diarios nacionales, “El Comercio”, “El universo” y otros no menos
importantes órganos de difusión nacional.

Eugenio Gloor goza del respeto y admiración en el medio donde lleva acabo sus actividades, así
como en toda la Provincia Bolívar, En la Parroquia de Balsapamba es un entusiasta cooperador
del progreso y adelanto, habiendo servido al lugar desde diversos e importantes puestos
directivos; además, desde hace muchos años dirige una cooperativa de agricultores de escasos
recursos económicos compuesta de varios centenares de cooperados, y con cobertura cantonal.

El Señor Eugenio Gloor ha concretado su esfuerzo de investigación y estudios de la Historia y


antropología ecuatoriana, en la obra intitulada SENDERO MILENARIO que hoy, la Casa de la
Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Bolívar, entrega a sus lectores, con el Nº
31 de su Colección CULTURA POPULAR, habiendo auspiciado su publicación con la mayor
complacencia, por tratarse de un valioso aporte a la cultura provincial y nacional.

PROLOGO

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Pocas son las personas de edad madura, en quito y Guayaquil que no mantienen en sus recursos
algún episodio vivido al ascender por el CAMINO REAL DE BODEGAS, ya sea cabalgando o
caminando; si estas personas no han experimentado en carne propia la intrincada fragosidad de
este sendero, de seguro lo habrán oído referir a sus padres o abuelos.

Desde tiempos inmemorables para trasladarse entre la costa y la sierra se usaba con preferencia
esta vía, que partiendo desde Bodegas (Babahoyo), bordeaba ríos y pantanos para llegar a
Sabatena, lugar que distaba a una jornada de Balsapamba y Angas, este último, famoso Tambo
de la época colonial situado antes de la empinada subida al murallón andino, denominada
Cuesta de Angas o Cuesta de la Chima.

La importancia del Famoso Tambo de Angas lo Confirmo ya Don Pedro Vicente Maldonado en
su “CARATA O MAPA DE LA PROVINCIA DE QUITO”, sacada a luz (sic) por orden y a
expensas de Su Majestad, el año de 1.750.

Angas, indudablemente, fue testigo el paso de los más ilustres y distinguidos personajes de la
época colonial, durante la emancipación y los inicios de la naciente Republica; así también,
Angas fue escenario de una de las batallas más decisivas de la independencia ecuatoriana: La
Batalla de camino Real.

Fue en Angas, el 8 de noviembre de 1820, donde los patriotas establecieron su cuartel general, y
al siguiente día, 9 de noviembre, fecharon en ese mismo lugar el aviso del primer triunfo de las
armas libres.

Es reciente a fines del siglo pasado, cuando la estrella del tambo de Angas empieza a declinar
paulatinamente, cediendo paso a otro ente poblacional situado a corta distancia de él; la
población de Balsapamba; pintoresco paraje dueño de un clima paradisiaco, con sus ríos
cristalinos
5
Esta edénica ubicación fue descubierta tempranamente por los aborígenes prehistóricos; así lo
atestiguan las riquezas arqueológicas que posee el subsuelo del valle del Rio Cristal, material
ampliamente descrito en esta obra.

El paso por el milenario sendero a través del valle del Rio Cristal, fomento la colonización
blanca y mestiza proveniente del antiplano, muy tempranamente. Gente que desafiando la
jungla tropical se estableció con la finalidad de sembrar especialmente la caña de azúcar, como
también explotar económicamente la cascarilla roja, esta última crecía en forma espontánea en
esta tierra, tenía una demanda muy grande dentro y fuera del continente americano. Las plantas
de este lugar fueron adquiridas por el Reino Unido, para ser sembradas en las Indias Orientales.

El autor del Presente libro trata de rescatar, una y muchas veces, la primitiva, azarosa y
rudimentaria vida de los colonos del subtrópico, así como su convivencia intima con la
naturaleza: sus medicinas, supersticiones, accidentes, tradiciones y leyendas.

Al inicio de esta obra, como introducción, el autor enfoca brevemente las conclusiones
actualizadas de la Geofísica, ciencia cuyos descubrimientos en recientes lustros han progresado
a pasos agigantados; igual como pueda asegurarse en lo concerniente a los conocimientos
antropológicos, la presunta edad de la aparición del hombre sobre la tierra ha aumentado en
muchos millones de años, y la cuna de la humanidad se la sitúa en África y no en Asia, como
generalmente se creía.

En otro capítulo, el autor enfoca brevemente el proceso de la emancipación por ángulos menos
trillados si cabe el termino, resaltando la revolución francesa y su influencia sobre la
independencia de las Colonias Ibero americanas.

Finalmente, en la presente obra se destacan dos acontecimientos que conmocionaron a los


habitantes, al comienzo del presente siglo: la aparición del cometa Halley en 1.910 y la
6
irrupción del primer automóvil en la Provincia Bolívar. Acontecimiento – este último que sin
sospecharse inauguraba un nuevo método de transporte de carga y pasajeros; oficio este que ha
sido practicado por los hoy bolivarenses desde los tiempos del Corregimiento de Chimbo, como
una actividad principal y muy lucrativa.

Según acuerdan muchos historiadores, el portero o transporte de carga y pasajeros, ha sido – y


sigue siendo – desde hace centurias, una actividad que ha pasado como herencia, de padres a
hijos; consecuencia principal debido a la estratégica ubicación de esta provincia, pues enlaza la
costa con la Sierra.

La aparición del Cometa Halley en 1910 y su próxima reaparición en 1.986 es el tema final de
este multifacético libro, con un sensato anhelo del autor por mejores días para la humanidad
toda.

EL AUTOR

7
LA GEOFISICA ACTUALIZADA Y CONDENSADA

8
El avance arrollador e incontenible de la geofísica de este siglo, estima que la tierra tiene una
edad de aproximadamente 4.500 millones de años; cuando se obtuvo las rocas lunares, se pudo
comprobar que estas acusaban una edad igual o muy aproximada a las de la tierra lo que causo
mucho revuelo en el mundo científico.

Hace unos 25 años comenzó a tomar fuerza la teoría de “LOS CONTINENTES A LA


DERIVA”, algunos científicos creen que está demasiado bien confirmada para llamarla teoría,
el hecho de que, si se juntan las costas atlánticas de África y Sudamérica, y, de Norteamérica y
África noroccidental, encajan como pieza de un rompecabezas, el descubrimiento esos misterios
del mecanismo tectónico, sirvió para aclarar casi todos los grandes fenómenos que habría
intrigado a los hombres de ciencia durante muchos siglos; como se había formado los
continentes las cuencas oceánicas, las montañas, las islas; porque ocurren las erupciones
volcánicas y los terremotos, porque se encuentran fósiles marinos en las cumbres de las
montañas.

El mecanismo tectónico funciona así; la corteza terrestre esta compuesta por de 8 placas grandes
y más de 12 pequeñas, flotan en un manto caliente, y que se mueven en varias direcciones de
unos 15 centímetros por año, estas placas llevan a sus espaldas continentes y mares.

Las juntas donde las placas se separaron, chocan o rozan, producen los terremotos causados por
los solevantamientos; Hasta hoy todavía no se sabe con absoluta certeza que es lo que produce
el movimiento, pero hay quienes creen que el manto caliente que hierve como una olla.

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Lo mas espectacular debe haber ocurrido cuando chocaron los continentes; así se formaron los
Andes, cuando el continente choco con el africano, y europeo también con África, hace, según
estiman los científicos, 130 millones de años.

Los choques producían el arrugamiento de la tierra, elevando enormes cadenas montañosas y


también profundas zanjas, como la que existe frente a las costas sudamericana del Pacifico, y
que se llama propensa a terremotos.

No esta absolutamente bien denominado cuando tiempo han estado moviéndose las placas de la
corteza terrestre,

Según reconstrucciones geológicas, parece que hace 500 millones de años había solo tres
continentes espaciados a lo largo de la línea ecuatorial; luego, hace 400 millones de años, las
placas comenzaron a unirse en una sola masa inmensa, que los científicos llaman “PANGEA”
palabra griega que significa “Tierra total”

La unión de los continentes fue violenta, creando en muchas partes grandes montañas; durante
la mayor parte de del PANGEA, el clima de la tierra era muy cálido, y de seguro los hielos de
los casquetes polares que en algunas partes tienen kilómetros de espesor, se derritieron, y el
agua del mar inundo las playas y planicies, y hubo una exuberancia tropical e incremento
extensiones de pantanos, ya que el agua cubrió todas las llanuras y planicies, y hubo una
exuberancia tropical e increíble extensión de pantanos, ya que el agua cubrió todas las llanuras
y planicies con poco nivel sobre el mar, enormes cantidades de plantas acuáticas y helechos
gigantes (Azanes) formaron la vegetación mas densa; estas plantas producirían después los
depósitos de carbón mineral existentes en la tierra.

Los animales mas numerosos durante la era del Pangea eran, como es de suponerse, los anfibios
o acuáticos, hoy casi extinguidos, excepción hecha de la rana, los sapos, salamandras y otros;
con su desaparición, el planeta fue dominado por los reptiles; de un polo a otro el mundo se
estremecía al paso de monstruosos Dinosaurios, y enormes Ictiosaurios sembraban terror en los
mares, mientras los Pterodáctilos, con su envergadura de hasta 15 metros, probablemente
superaban a las pocas veces de pluma; se cree que el hombre todavía no apareció en escena
durante otros 200 millones de años.

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Tal como afirmamos al principio de esta obra, existe mucha concordancia entre destacados
hombres de ciencia, acerca de la edad aproximada de la tierra: 4.500 millones de años.

Esta edad está en total y completo desacuerdo con las estimaciones anteriores; al respecto
nos dice la historia que, en el año 1.650, el obispo de Irlanda JAMES USSHER, publicó
un libro en el que afirmaba haber descubierto, mediante sus interpretaciones bíblicas que
la tierra había sido creada el año 4.004 antes de Cristo; posteriormen te, otro sacerdote fijó
hasta la hora, diciendo que en verdad era el año 4.004 antes de Cristo a las nueve de la
mañana.

Como notará el amable lector, existe un total desacuerdo entre estas aseveraciones y las
ciencias actualizadas; esto no quiere decir que la religión o las religiones sean malas, ni
mucho menos, simplemente las interpretaciones bíblicas hechas por los hombres deberán ser
revisadas y actualizadas.

Recuerde el amable lector, que Galileo Galilei, físico, astrónomo y matemático italiano, en
el año de 1.632 expuso al Papa sus estudios y comprobaciones, entre ellos la redondez de la
tierra, pero fue duramente emplazado por la Inquisición, y a los 70 años de edad, fue con -
denado a "abjurar"' semejantes ideas; hace algo menos de veinte años, el Santo Padre de
Roma retractó el proceder de la iglesia del año de 1.632, dándole la razón a la teoría de
entonces expuesta por Galileo. En vista del incontenible avance de nuevos conocimientos,
las iglesias han venido rectificando continuamente algún error del pasado.

LA APARICIÓN DEL HOMBRE SOBRE LA TIERRA

Igual que a la tierra, la aparición del hombre se estimaba en unos 4.000 años antes de
Cristo, teoría que hoy está totalmente erosionada; la aparición del hombre americano se
estimaba hace unos decenios, entre treinta y cincuenta mil años, y esta edad, en el
último decenio ha venido aumentando substancialmente, y con igual tendencia para el
futuro.
Al principio del presente siglo se encontró en las cavernas de Chu-kutien, cerca de Pekín,
restos humanos cuya edad se estima en 500 mil años; no me permite el espacio describir
otros hallazgos muy importantes

11
hechos en otras partes del mundo, sin embargo, es preciso hacer referencia al gran hallazgo
hecho por el Dr. Luis Leakey en 1.960 en Tanzania, en un desfiladero rocoso, de un diente
humano fósil, y luego pedazos de cráneo y huesos de dedo y de pie, junto con toscos utensi -
lios de piedra, se estima que estos vestigios tenían por lo menos UN MILLÓN
SETECIENTOS CINCUENTA MIL AÑOS; consecuentemente existe una diferencia de
más de un millón de años con el hombre de Pekín.

Estos hallazgos nos indican que, de acuerdo a los conocimientos actuales, aparentemente la
cuna del hombre no está en Asia, como generalmente se creía, sino en África.

Es increíble el avance arrollador de las ciencias antropológicas, especialmente de los últimos


dos decenios; cuando escribo el presente trabajo, el seis de abril de 1.984, U.P.I. difunde
por el mundo entero la siguiente noticia: " ¡Atención! última hora, desde Nairobi (Kenia)
una expedición conjunta de investigadores de Kenia y EE.UU., ha encon trado piezas
fósiles de hace 5 millones de años, pertenecientes al antecesor del hombre actual". Estas
noticias verdaderamente sensacionales, tendrán que ser confirmadas posteriormente.

Debo confesar que me siento molesto al escribir el presente trabajo, por cuanto todas mis
notas están expuestas a quedar anticuadas antes de entrar, en imprenta, ya que el día sábado
27 de octubre de 1.984, aparece en el prestigioso diario "El Universo", otra noticia, esta vez
de Moscú: "La Unión Soviética anunció un descubrimiento de un asenta miento humano en
Siberia de 2 millones de años de antigüedad, junto a instrumentos de piedra".

LAS ERAS GLACIARES

Es generalmente aceptado por las ciencias el hecho de que la última era glaciar se produjo
hace unos diez a once mil años, además se concuerda que este fenómeno tuvo carácter
mundial y total; la topografía por todas partes, es testigo irrefutable de dicho trastorno
climático cuyo origen aún no está bien aclarado; las causas de este drama de la tierra
las ha estudiado en el siglo pasado un gran sabio: Luis Agassiz, un c i e n t í f i c o europeo

12
que llegó a la conclusión de que los valles en forma de "U" debieron de ser
escopleados por el hielo, ya

que las corrientes de agua cortan los valles en forma de "V"; el gran científico en
mención, descubrió que los lagos se formaron por las acu mulaciones de barro y piedra
acarreados por el glaciar, y dejados allí al deritirse. Los glaciares suizos han ido
retrocediendo poco a poco, según datos históricos,

Luis Agassiz se propuso demostrar al mundo a qu é velocidad y de qué modo se mueven los
glaciares, y con ayuda de colegas entusiastas construyó una cabaña sobre el glaciar del Aar, y
utilizando aquel refugio—laboratorio como base de operaciones, realizó experimentos en
el transcurso de varios años. Una fila recta de estacas que había planteado sobre el glaciar, fue
gradualmente deformándose, los palos del centro se movían más rápido y con tendencias a
volcarse hacia adelante, lo cual dejaba ver que el movimiento dé hielo era más en el centro del
glaciar que en la superficie; también sabían ya los alpinistas, que si un individuo caía en una
grieta de los glaciares, al cabo de varios años predecibles, su cadáver se encontraría en la
extremidad de fusión del glaciar, o sea al pie de este.

Agassiz, para estudiar la glaciación por dentro y por fuera, descendió a peligrosas
hendiduras de hielo peregrino; hizo un viaje a Escocia encontró allá que las yermas tierras
altas, presentaban los costurones y abrasiones glaciares, y reflexionando sobre este
fenómeno, concibió la teoría de la GLACIACIÓN CONTINENTAL, esto es, la tesis de que,
remotas épocas, masas enormes de hielo polar descendieron sobre los
continentes y alteraron a su paso la superficie de la tierra.

Pero esta teoría cayó en un ambiente de desconfianza al principio del siglo pasado,
cuando fue enunciado por Agassiz; pero el sabio se mantuvo firme, publicó artículos y
libros sobre las glaciaciones; le movía una de las más elevadas formas de fe: la solitaria
devoción a una verdad Invisible que no aceptan todavía los demás; pero fue ganando terreno,
los geólogos ingleses se pusieron de su parte; Darwin se puso también a su lado, totalmente
convencido de su gran tesis.

En 1.846 Agassiz se embarcó para América, donde la naturaleza se mantenía todavía virgen, y
allí escudriñó el suelo del hemisferio norte, (Undantes huellas a lo largo de la costa del
Atlántico.

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Una excursión que efectuó al Lago Superior le convenció que los Gran-

des Lagos fueron escopleados por monstruosos glaciares viajeros; en un v iaje al Brasil,
Agassiz se convenció de la UNIVERSALIDAD DE LA GLACIACIÓN

Espero no cansar al amable lector, estimo absolutamente necesario que se entienda a


cabalidad el mecanismo de las glaciaciones para comprender la topografía de la tierra donde
vivimos, en la que los glaciares han escrito su historia sobre las montañas, planicies y lagos.

A continuación, me esforzaré en describir las posibles causas que un pasado remoto originó
las glaciaciones.

Efectivamente, el hombre no sabe exactamente que es lo que caus ó la última era glacial, que
azotó al mundo hace unos 10.500 años; hay quienes creen que la era glacial todavía no ha
terminado totalmente, ya que en Groelandia existe un enorme caparazón de hielo, que en el
centro posee un espesor de más de tres mil metros; la gran Barrera de Ross, en la Antártida,
tiene 900 kilómetros de longitud, una gran faja alrededor del Océano Glacial del Ártico
donde el hielo nunca se derrite, a través de Siberia, Alaska y el Canadá, se halla
permanentemente helado.

En algunas de las frías regiones descritas se ha encontrado, congelados, una increíble


cantidad de animales intactos y aún comestibles algunos, animales que hoy se
encuentra .especialmente en el continente africano o fuera de él; como son: mamuts,
rinocerontes lanudos, caballos salvajes, toros gigantes y una variedad enorme de tigres,
además de bisontes, lobos, castores y un león como los actuales, todos congela- dos, y aún
comestibles algunos, después de hallarse diez u once mil años bajo el hielo ártico.

La pregunta es: ¿cuándo y porqué esta gran variedad de animales quedaron fulminantemente
congelados?; el caso del mamut congelado en Siberia del norte, en una postura de cuclillas,
el cuerpo se hallaba en completo estado de conservación hace unos 80 años, y lo raro es que
entre los dientes del animal se halló yerbas tiernas congeladas y conser vadas, lo que indica que
los animales deben haber sido congelados instantáneamente; según todas las teorías posibles

14
tomados para este raro caso, se calcula que el frío debe haber pasado los 100 grados
centígrados bajo cero, para producir la congelación instantánea de estos enormes animales.

Según los científicos, las dataciones del Carbono 14 indican que al gunos de los mamuts
reposan en el hielo más de 10 mil años, pero en semejante clima del ártico no podía haber
pastos del hallado en la boca y estómago de los mamuts; según aseveran, el elefante indio es
pariente muy cercano del mamut, y tiene que consumir diariamente muchos quintales de
alimento para poder subsistir, más en la tundra ártica no podría conseguir dicha ración ni en
seis meses al año; sin embargo, se establece que allí vivían decenas de millares de mamuts.

Veamos aquí lo increíble: enormes manadas de anímales bien alimentados pastando


plácidamente en soleados parajes, escogiendo los más exquisitos pastos, perecen súbitamente
sin señal de violencia y sin tragar por completo el bocado entre dientes, esto es, hace más
de 10 mil años; este dato concuerda que la última era glacial que soportó el mundo,
ocurrió hace diez u once mil años; como ya se dijo, muchos científicos están totalmente de
acuerdo con estas dataciones, inclusive concuerdan ya que las glaciaciones fueron totales, y
aún más, repentinas.

Se cree que algún cambio climático súbito debe haber causado estos trastornos; algunas
personas han esbozado la siguiente teoría:

Una súbita e inesperada erupción volcánica que instantáneamente ocultó al sol; los volcanes en
erupción no sólo vomitaron lava, cenizas y gases tóxicos; se cree además que la erupción pudo
haber sido tan concentrada que ocultó por completo al sol durante meses,, y aún años; como
el sol es el elemento calentador de la tierra, la erupción impidió la penetración de sus
rayos, y bien podría haber descendido la tempera-lura más de 100 grados centígrados bajo
cero, sin sustentarnos en teorías más complicadas, que no es la finalidad de esta obra.
Con las descripciones expuestas, entendemos que, a través de la larga existencia de la tierra,
han ocurrido fenómenos verdaderamente fantásticos; y digo sin temor a equivocarme, el
hombre recién está tratando de descifrar los múltiples interrogantes, que cada vez que se

15
soluciona uno de los secretos del mundo, saltan decenas de nuevas incógnitas, r etando al
hombre a darles solución.

16
LA APARICIÓN DEL HOMBRE EN EL CONTINENTE AMERICANO

Con mucha cautela me permito abordar un tema muy discutido y a la vez difícil; desde el
siglo pasado se ha venido sosteniendo con insistencia la relación del hombre americano con
los mongoloides de Asia, y que estos emigraron por el estrecho de Behring para poblar
América, en fecha cercana a la última era glacial o algo después: de hecho existen señales
evidentes de semejanza entre el Americano y el Mongoloide, pero en Sur y Norteamérica
hay pruebas concluyentes que el hombre ya existió en este continente entre 30 a 40 mil años
antes de la última glaciación.

Algunos científicos han reforzado sus teorías en un argumento muy respetable,


aduciendo que en ¡a era glacial, gran parte del agua de los mares debe haber quedado en la
tierra en forma de hielo y nieve, a cuya consecuencia los mares descendieron, quizás cientos
de metros, y aparecieron llanos y cerros en el mar, por donde emigraron los asiáticos
fácilmente.

A continuación me permito esbozar mi propia teoría; El america no autóctono


regularmente es de un color cobrizo; el asiático, amarillo; si se mezclaron el asiático con
el africano, obtuvimos exactamente el color del americano autóctono; en refuerzo de la
teoría expuesta hay que añadir lo siguiente: si hombres pudieron venir de Asia, de lo cual
estamos completamente seguros, también pudieron venir de África, continente que de cierta
manera está situado aún más cerca que el asiático; siempre apoyándonos en la baja de los
mares por las glaciaciones ampliamente expuestas.

No podemos pasar de largo, sin mencionar que hoy existen ciertas corrientes de teor ías
muy respetables que sostienen que la población americana se efectuó de sur a norte, y no de
norte a sur, como generalmente se ha venido sosteniendo, por la supuesta emigración por
el tantas veces nombrado Estrecho de Behring.

17
Herramientas de procedencia
Puruha

18
Patas de recipientes de trípodes en sus múltiples formas.

Existen muchísimos indicios que, en el Ecuador, el hombre acusa una existencia muy temprana,
esto puede deberse al clima más benigna la línea ecuatorial, durante las glaciaciones totales.

En el año de 1.957, fue hallado cerca de Otavalo, un cráneo a 12,5 metros de profundidad, e!
cráneo se hallaba en estado de "petrificación", llegándose a la conclusión, luego de los análisis y
exámenes hechos en Inglaterra, que este tenía una antigüedad de unos 28.000 años; inclusive se
aseguraba que podía tener 40 mil años; igualmente se asevera que en ¡a Península de Santa
Elena, existen culturas cuyas edades se ha estimado en más de 30 mil años.

En 1.925, Menéndes Correa, que había estudiado la craneología americana, se encontraba


perplejo ante rasgos de carácter australoide y melanesio, que aparecían en algunos de los
materiales, en consecuencia, lanzó la hipótesis según la cual, América se habría poblado por el
sur, desde Australia.

Prosiguiendo con otras hipótesis, Grenman trató de demostrar, en 1.963, el poblamiento de


América con gente llegada de Europa occidental, durante el paleolítico superior, que navegaban
en embarcaciones esquimales; en verdad, nadie puede negar la posible llegada de Asia, Europa,
Australia o África.

En el Ecuador, Emilio Estrada Icaza estableció la teoría del arribo a las costas, de una nave
japonesa, de la cultura JAMÓN hace aproximadamente 3 mil años.

Se dice que existen arqueólogos que, en su pasión desmedida por sostener una tesis, confunden
datos y materiales para alcanzar su meta; de esta manera se ha querido establecer una cronología
de hallazgos desde Alaska hasta el Ecuador, confirmando así la teoría del poblamiento de norte
a sur, comenzando desde el estrecho de Behring, hace 30 mil años, y escalonadamente, en
escala descendente, así: Canadá, hace unos 30 mil años; California, 27 mil; México, 22 mil;

19
Venezuela, 14 mil; Perú, 18 mil; Chile, 11 mil; Patagonia, 9 mil; para el Ecuador, 10 a 12 mil.
Salta a la vista que esta teoría no funciona ni remotamente,

ya que, en el cráneo de Otavalo, antes descrito, tenemos dataciones de 40 mil años o más;
además tenemos dataciones radiocarbónicas y de hidratación de la obsidiana de Alangasí,
también de 38.000 — 40.000 años.

Se aplica la voz PALEOINDIO al hombre americano que vivió al final del Pleistoceno, cuando
aún sobrevivían los grandes animales hoy extinguidos, como el mastodonte, el caballo andino y
otros, cuando estos animales fueron presas del hombre y formaron parte de su sustentó mediante
la cacería; se usa el término precerámico, cuya edad se estima 9.000 a 3.500 años antes de J.C.

En el Ecuador no tenemos aún pruebas, como por ejemplo en San Bartolo, México, donde se
encontró la osamenta de un gran mamut, que había sido aprovechado o cazado por el hombre,
ya que entre su osamenta se encontró flechas de pedernal, inconfundible señal de presencia del
hombre.

Entre los años de 1.954, surgió en la costa ecuatoriana, la gran figura del ya mencionado
EMILIO ESTRADA ICAZA, hombre excepcional en la arqueología nacional, especialmente en
lo que concierne a la costa; Estrada, en unión de otros investigadores, llamados "Grupo de
Guayaquil", investigaron las regiones del norte de la Península de Santa Elena, entre sus más
destacadas investigaciones figura el descubrimiento de ciertos nexos con la cultura Olmeca, de
Mesoamérica.

Se puede afirmar que los estudios de la cultura Valdivia, indican que la cerámica de dicho lugar,
es LA MAS ANTIGUA DE AMÉRICA, junto con la de Puerto Hormiga, de Colombia.

Existen también nexos en la cultura Valdivia con la Precerámica de la costa norte del Perú; la
cultura de Valdivia duró apenas unos 2.000 años, llegó a su fin alrededor del 1.800 antes de
Cristo.

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La Cultura Valdivia se transforma armoniosamente en la Machalilla, la que a su vez se
convierte en la Cultura Chorrera.

LA CULTURA TUNCAHUÁN Y PURUHA

La Cultura Tuncahuán, término usado por primera vez por Jacinto Jijón y Caamaño, el mismo
que estableció la cronología siguiente:
Proto - Panzaleo I
Proto - Panzaleo II
Tuncahuán
San Sebastián
Elén - Pata
Huavalac, y
Puruhá.
Según Jijón y Camaño, estas culturas ocupaban una zona geográfica central en los valles y
hoyas, que pertenecen al sistema fluvial del Río Chimbo, en la provincia de Bolívar; y del Río
Chambo en la provincia de lo que hoy se llama Chimborazo; Jijón, muy cauteloso en cuanto a
estimar edades, no lo hizo referente a la cultura Tuncahuán tampoco señaló nexos con otras
culturas cercanas a los lugares en referencia.

Jijón y Caamaño describió admirablemente la cerámica Puruhá, nombre que tenemos que
conservar por tener evidencias etno-históricas, ya que así se llamaban los pobladores de esta
región, antes de la llegada de los INCAS.

La cerámica Puruhá es de formas sencillas, podría decirse, hasta cierta manera tosca; un
recipiente típico que se encuentra con mucha frecuencia tanto en Bolívar como en
Chimborazo, es de tipo ovoide, un cuello de paredes rectas, en el que se destaca generalmente
una decoración aplicada de figura humana; las falsas esas son las orejas, adornadas con
zarcillos, la boca y la nariz están modeladas de tal manera, según el ángulo de observación, que
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las narices a su turno se convierten a su vez en orejas para el rostro siguiente, teniendo cada
vasija de tres a cuatro caras; también muy típico en las zonas de influencia Puruhá, es una
compotera cuyos bordes superiores están inclinados hacia adentro.

Según Jijón y Camaño, los linderos del idioma (y seguro también

de la raza), deben haber sido así: por el norte, más o menos por Mocha por el occidente, debe
haber llegado hasta las tierras bajas de la Provincia de Bolívar; y por el oriente, sin dudas,
llegaba o sobrepasaba la cordillera Oriental.

LA RELIGIÓN DE LOS PURUHAES.

Los cerros totémicos de los Puruhaes fueron el Chimborazo y Tungurahua, siendo el primero el
varón, y el segundo, la hembra. Según el soldado español Cieza de León, los Puruhaes adoran al
sol, hablan con el demonio; y entre ellos escogen a los más idóneos para caso, y aún tienen otros
ritos y abusos. Dicen algunos historiadores posiblemente la adoración al sol fue una
manifestación tardía introducida por los Incas.

La dualidad de los dioses corno los del Chimborazo, varón, y Tungurahua, hembra, subsiste
también en otras partes como por ejemplo en Balsapamba; he oído con insistencia, asegurar a
personas de mucha edad, que el cerro Changuil, en las noches de tempestad, juega a la "bola" de
fuego con el cerro Tiandiagote, tal como los Puruhaes creía, lo hacían sus cerros tutelares: el
Chimborazo y el Tungurahua, según el historiador Albornoz.

El Tungurahua, en la mitología, fue considerado deidad femenina esposa del Chimborazo;


muchas personas sostienen que, en el folclore de la Provincia del Chimborazo, todavía subsisten
estas creencias; lo mismo al respecto del arco iris, al pasar este por el arco visual del
observador, sobre una casa, esto trae mala suerte para sus habitantes, o por lo menos un mal
blanco, cuya curación corresponde al limpiador o brujo del lugar.

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La agricultura que sustentaba a los Puruhaes, era principalmente el maíz, papa, fréjoles y
hortalizas. Los utensilios agrícolas: el hacha de piedra, para la tala de árboles y arbustos; una
azada o punta de piedra asegurada en un madero, para roturar la tierra.

Prosiguiendo con los ritos de los Puruhaes, nos dice Monseñor Federico González Suárez: "Los
aborígenes tenían su manera de adorara sol, levantando columnas de piedra de diversos
tamaños, o adoraban piedras u objetos de formas raras de diversos tamaños, estos se llamaban

“uznos”, en lengua quechua; de estos había innumerables en toda la extensión del imperio, y
servían para hacer sacrificios”.

Los sacrificios los hacían de la siguiente manera: derramando un poco de Chicha al pie de elfos
en día y lunas determinadas, cada tribu, cada parcialidad o familia, tenía su objeto peculiar de
adoración, el cual era su numen tutelar; además, cada individuo se escogía o fabricaba P ira sí,
un ídolo suyo determinado, el Dios de cada familia se recibía en herencia por el principal de
ella, y así iba trasmitiéndose de padres a hijos, y se conservaba con todo cuidado; y si la familia
llegaba a extinguirse, el último que quedaba con vida pasaba al ídolo a un pariente cercano en
quien tenía confianza, o lo llevaba al sepulcro de sus mayores, y allí lo enterraba con el mayor
esmero y cuidado.

Con estos dioses domésticos practicaban un culto lleno de ceremonias menudas y prolijas, que
se cumplían escrupulosamente; cada individuo tenía en su casa dos ídolos lares o pensantes, si
así se quiere, el |uno de figura humana o cualquier objeto real o fantástico, y a este se llamaba
"Cúnchur"; el otro era, por lo regular, una piedra pequeña con algún adorno o señal, y se le daba
el nombre de "Chanca" o también "cúnchur"; cuando un aborigen se hallaba en algún trabajo o
dificultad personal, le consultaba pidiéndole ayuda y amparo.

La ceremonia que observaban consistía en lo siguiente: tanto el "cúnchur" como el "chanca" los
conservaban el natural, envueltos en un trapo; los desenvolvían poniéndoles al descubierto en el
suelo, para consultarlos.

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Tenían para esto, guardados en atadillos o bolsitas de cuero, un poco de coca, algunos tantos de
polvo o tierra amarilla, y otro poco de polvo carmesí; unas cuantas conchas marinas molidas, y
otras enteras; un poco de oro, de plata, y por fin, dos o tres piedras redondas y lisas. Y
principiaba la ceremonia colocando el cúnchur y la chanca sobre una brizna de paja limpia;
delante de ellos, puesto el oficiante en cuclillas, acomodaba las piedras sobre las que derramaba
luego el polvo amarillo, ti carmesí, y el de las conchas molidas, formando 3 ringleras paralelas;
después con el pedacillo de una hoja de plata, recogía los polvos y ras-liaba despacio las
piedras, cuidando, empero, de que una porción determinada bien mezclada, caiga sobre las
mismas piedras.

A esta primera ceremonia seguía la deprecación, hablando el aborigen con el cúnchur, decía
pronunciando el nombre propio del ídolo: Cúnchur mío, vos sois mi taita cúnchur, mi señor a
quien yo y toda mi familia estamos encomendados, ruego que me libréis de este trabajo
(exponiendo la necesidad que tenía), interceded por nosotros con el Dios que me lo ha causado,
y avísame, cuáles, para desenojarle.

Tomando luego el chanca, para echar suerte, y alzándolo decía antes de aflojarlo al suelo: padre
mío, cúnchur, si el sol está enojado conmigo (por ejemplo), que esta chanca caiga por tal lado
(nombrando el lado), y tiraba el chanca a! suelo; si el chanca caía y se asentaba pon el lado
indicado, el aborigen no se daba por satisfecho, sino que recogía! el chanca y tomaba a pedir al
cúnchur, que para mayor confirmación de lo preguntado, hiciera que el chanca cayese por el
otro lado opuesto, y lo arrojaba en alto para que viniera con fuerza al suelo. Esta operación se
repetía tantas veces cuantas era menester para lograr la respuesta que se pretendía; la ceremonia
terminaba con el sacrificio de uno o varios cuyes, algunas veces cuando el asunto era de gran
importancia, una llama u otro animal de tierra.

La sangre del sacrificado se derramaba sobre el cúnchur, pero después de haber soplado encima
los polvos sagrados, dispuestos en ¡as piedras de que hablábamos antes; y se concluía
derramando sobre el cúnchur, y en el suelo, un vaso de Chicha, un poco de ticte, y un puñado de
coca. El ticte es una colada de maíz molido muy finamente.

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Venía luego lo más importante del sacrificio, el descubrir si el cúnchur había aceptado o no, y
esto se deducía de ciertas señales que se presentaban en las entrañas del cuy sacrificado; lo
rasgaban con las uñas pólices de entre ambas manos, el pellejo de la barriga del animal, estando
este todavía vivo, y le soplaban luego por la boca. Si de la inspección de las entrañas se deducía
un agüero favorable, todo estaba concluido y no había más que hacer sino desenojar al Dios
irritado ofreciéndole sacrificios; pero si las entrañas de la víctima estaban "mudas", los
sacrificios se renovaban sin término, hasta arrancar una respuesta definitiva.

El sacrificador, así que descubría cual era el Dios enojado, inmediatamente tomaba una de las
piedras con los polvos de colores, y las soplaba en dirección en que se suponía a la deidad
irritada.

Como deducirá el lector, las ceremonias descritas, de cierto modo y manera se practican hasta
nuestros días en las "limpiadas" y esto no solo entre indígenas, sino de toda clase de gente, y
aquí está, pues, el origen de tales curas.

Prosiguiendo lo que escribe Federico González Suárez: los tuertos, los jibosos, los cojos y todos
aquellos que tenían algún defecto físico, que lo hubiera puesto feo y deforme, ejercía el oficio
de adivinen-pata esto empleaba, por lo regular, las arañas grandes; y, poniéndolas en una manta,
las hacían correr, después de haberles quitado una o más patas, y apretándolas al andar con un
palito que tenían para el efecto. Algunos tenían dentro de una olla de barro un sapo vivo, o
también una culebra viva, a la cual se daban maña de amansar de tal manera, que se complacía
en lamerles el cuerpo. Otros tenían para el mismo objeto, pelos de difunto, muelas de los que
habían muerto ahorcados, y ciertas figurillas trabajadas al propósito, de madera, piedra, en
hueso o en barro.

Estaba tan arraigada en los aborígenes la superstición, que, en todo, hasta en lo más sencillo,
veían la intervención de un poder sobrenatural, casi siempre malévolo y propenso a hacerles
daño; por lo cual, a cada instante trataban de aplacarlo y de volvérselo propicio. Si le temblaban
los párpados, si tropezaban si veían una culebra o una mariposa grande, se ponían a temblar
creyendo que les iba a venir males y desgracias.

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Los graznidos de la lechuza y los aullidos de los perros, principalmente de noche, se tenían
como muy siniestros augurios.

Si una mujer daba a luz mellizos en un parto, se creía que aquel año habría de ser malo y estéril,
por lo que en la zona no llovería donde tal cosa había sucedido; por este motivo, las indias
siempre mataban a uno de los recién nacidos, para evitar la mala voluntad del pueblo.

Al pasar un río, al atravesar un arroyo, al subir un cerro, hacían ceremonias supersticiosas.

Llegados a la parte más alta o elevada de la cordillera, o al lugar que se bifurcaba el camino,
tiraban una piedrezuela, una paja, un bocado de coca, u otra cosa cualquiera; y los más
fervorosos, se descalzaban las usutas o sandalias y las ofrecían al cerro, para que los aliviara del
cansancio y no les hiciera daño.

Toda la naturaleza estaba animada para el aborigen, en todos los objetos había una divinidad
oculta que vivía dentro de ellos, silenciosa y muda al exterior, pero atenta a castigar al que, aun
inadvertidamente, cometiera el más leve desacato contra ella.

Aquí vengo señor, decía el sacerdote al presentarse la ofrenda o el sacrificio a la Huaca o ídolo,
aquí te traigo estas cosas que te ofrecen tus hijos, recíbalas y no estés enojado con ellos y dales
vida y salud y buenas cosechas; y diciendo esto, derramaban las ofrendas al suelo; el
sacrificador tenía los ojos bajos y no se atrevía a mirar al ídolo, y los demás se quedaban
siempre a prudente distancia.

Su manera de orar era hincar ambas rodillas en la tierra, agachar la cabeza y alzar los hombros,
levantando la mano izquierda; en otras ocasiones daban repetidos besos en el aire; era también
práctica supersticiosa, la que usaban conservando el pellejo de la cara de sus enemigos muertos,
de los cuales hacían máscaras para sus bailes, danzas y ceremonias.

Los ritos que practicaban en las cosechas de maíz consistían en colocar una mazorca de piedra,
que era sin duda la deidad tutelar del maíz, y se llamaba Sara Mama; y en las cementeras se
clavaba una piedra grande y delgada, y esta, con el nombre de Huanca, era adorada para que no
le faltasen las lluvias."

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("Hay que puntualizar que en la zona de Balsapamba se ha encontrado la mazorca de piedra
mencionada, y que reposa en la colección Arqueológica del Cristal".)

Aseveran algunos historiadores, que los aborígenes del Ecuador practicaban sacrificios
humanos; los Cañaris degollaban niños sobre un ara de piedra con cuchillos también de
pedernal; en Guayaquil, entre Sucre y Malecón, existe una piedra en forma de lagarto, con una
cavidad en el centro, lugar donde se ubicaba la cabeza de la víctima para triturarla con otro
instrumento de pedernal; esta piedra había traído, de la Isla de Puna, Carlos Guevara Moreno,
cuando desempeñaba la Alcaldía de Guayaquil.

Cabe decir que no está totalmente comprobado que los antiguos habitantes de lo que hoy es
Ecuador, practicaban dichos sacrificios,

Los Puruhaes formaban en tiempos de la cosecha de maíz una pirámide con las masorcas y en la
parte alta de dicho montículo colocaban una piedra alargada en forma de masorca y danzaban
alegremente pidiendo a su deidad buenas cosechas en el futuro.

también huesos dispersos de esqueletos humano, se habían encontrado en la Cultura Valdivia, lo


que podría ser un índice de tal práctica.

Los antiguos mexicanos, los Mayas y Aztecas, si practicaban el sacrificio humano; los segundos
mencionados ofrendaban a sus Dioses, los enemigos tomados prisioneros, y en un esplendoroso
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templo en forma piramidal, a cuya parte superior se asciende por una impresionante escalera, y
en la parte superior se halla una especie de mesa donde ubicaban a las víctimas, a las que se les
abría el pecho con un cuchillo de piedra para arrancarles el corazón palpitante todavía, para
ofrecerlo a los horribles Dioses Aztecas; alrededor de la Pirámide había una serie de canales
perfectamente dispuestos para la evacuación de la sangre de las VR limas.

Cuando Hernán Cortés, conquistador de México, venció a los aztecas, subió los 110 escalones
de un templo donde había una horrible figura de serpiente que era adorada por todo el pueblo;
cuando vio y percibió la enorme cantidad de sangre salpicada en el piso, techo y paredes, sangre
de las víctimas, muchas de ellos españoles capturados por estos salvajes aborígenes, no resistió
la indignación y desenvainó su gloriosa espada, partió en pedazos al horrible Dios Azteca
cubierto de costras de sangre humana, y de inmediato hizo limpiar el recinto y coloco en lugar
de la Serpiente, un altar para celebrar una misa.
Esto lo hizo Hernán Cortés en presencia de Moctezuma, emperador Azteca, el mismo que,
hondamente conmovido, dijo: "No vengáis a ultrajar a nuestros dioses, que nos han socorrido en
todas nuestras necesidades, sin duda vuestro Dios será muy grande y portentoso, pero os
prohíbo sigáis ultrajando nuestros Dioses".

La actitud de Cortés, su falta de paciencia, hallándose el tan solo con un reducido grupo de
españoles, en medio de cientos de miles de aborígenes salvajes, pudo en un momento dado,
llevar a los españoles al total fracaso; la precipitación del conquistador acarreó acontecimientos
insospechados; los aztecas enfurecidos por el vil ultraje a sus dioses, declararon una guerra sin
cuartel, una guerra que hoy se diría "guerra santa"; una guerra en la que, despreciando la
muerte, se lanzaron en oleadas incontenibles contra los conquistadores, los mismos que
atrincheraron en unos edificios públicos, a los que convirtieron en fortaleza.

Tun, tun, tun, sonaron los enormes tambores revestidos con piel de serpientes, noche y día,
emitiendo señal de reunión de los guerreros aztecas, que convergían a la capital de todos los
lugares del Imperio; al día siguiente Hernán Cortés se vio rodeado de miles de guerreros, que se
hallaban listos para efectuar su ataque, en defensa de su honor, de su religión y de sus dioses.

Cortés, confiado de su estrategia, y más que nada, de su astucia, hizo aparecer al Emperador
Moctezuma, preso, en un balcón y ofreció entregárselos a cambio de que ellos permitan salir a

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los españoles. "Moctezuma ni vivo ni muerto, clamaron los aztecas, y una certera pedrada de los
aborígenes, puso fin a su vida.

Cortés evaluó su grave situación, y como jefe aguerrido y astuto que era, urdió un plan de fuga,
consistente en fabricar un puente portátil que tendería en la madrugada, sobre uno de los canalés
que circundaban al recinto fortificado.

Para buena suerte de los conquistadores, los aborígenes iniciaron la celebración de una de sus
tradicionales y ruidosas fiestas, dejando de ejercer mucha presión sobre los sitiados, lo que les
dio tiempo de trabajar aceleradamente en el plan de fuga.
En una de las madrugadas, en que parecía que todo estaba en silencio y en completa calma, los
guerreros cansados o dormidos; los sitiados tendieron su puente de decenas de metros de largo y
se aprestaban a
atravesarlo, pero cundió la alarma de los indios, y los gigantescos tambores de piel de serpiente,
comenzaron a alarmar a toda la ciudad; y aparecieron los indios por legiones, por todos los
ámbitos, en canoas, en balsas, a nado, por tierra y por agua; los conquistadores cargados sus
armas, víveres y lingotes de oro que habían obtenido en su conquista, despreciándolos por peso
inútil lo abandonaban, lo tiraban; más valía la vida que todo el oro que en sus conquistas habían
acumulado; el oro abandonado por cortos instantes, detenían a los perseguidores. Cientos de
españoles murieron ahogados, atravesados por lanzas, y otros, tomados prisioneros, para con su
sacrificio aplacar a los dioses aztecas, que ávidos clamaban por más sangre española.

Hernán Cortés, el valiente conquistador de México, herido gravemente, pudo ponerse a salvo
junto con un puñado de sus compañeros; maltrechos y diezmados, lograron aunirse bajo un
enorme árbol, Cortés lo llamó: La Noche Triste; El árbol, bajo cuyo follaje lograron reagruparse
aún existía hasta 1.983, año en que según un artículo de prensa se estaba muriendo.

Conocida es la historia final de la conquista de México, un sobrino del extinto Emperador


Moctezuma, tomó las riendas del poder azteca; Cortés sitió a la ciudad de México de nuevo, y
CUAUHTEMOC, el nuevo Emperador, resolvió pelear hasta morir antes que rendirse. Durante
dos meses y medio, sitiadores y sitiados combatieron encarnizadamente, finalmente, agotados
los víveres y las armas arrojadizas, diezmados por las pestes, aniquilados los defensores, y
reducida la ciudad totalmente a escombros, Cortés lanzó su último ataque, y en el fragor de la

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lucha, los españoles divisaron una canoa en la que el Emperador Cuauhtémoc venía parado,
pidió lo tomen prisionero.

El Emperador fue llevado en presencia de Hernán Cortés, y con altiva dignidad de guerrero
vencido, dijo: "he luchado, he hecho todo lo que he podido, y pido que me des muerte en este
instante", pero Cortés lo abrazó, acogiendo con muestras de respeto al héroe en desgracia.

Pero regresemos junto a nuestros Puruháes, que poblaban como ya lo dijimos, todo lo que
actualmente comprende la Provincia de Chimborazo y Bolívar y en especial en la región del
sistema fluvial del río Chimbo y del río Chambo, en lo que hoy es Chimborazo; como se ha
dicho, por desgracia aún no existen dataciones del Carbono 14, ni otras pruebas, como la
hidratación de la obsidiana, mineral que se encuentra en toda la Provincia de Bolívar,
diseminado por los aborígenes.

LOS INCAS

La mayoría de los historiadores del pasado concuerdan que la influencia inca en la costa
ecuatoriana, fue muy débil, y no alcanzó a modificar apreciablemente las costumbres; un
recipiente que es exponente típico de los Incas, el Arivalo, no se ha encontrado en la zona
subtropical de Bolívar, ni en la zona de Balsapamba; todo, o casi todo, pertenece a las culturas
Tuncahuán o Puruhá. jacinto Jijón estimó que Tuncahuán ocupaba una posesión cronológica
tardía.

En la parroquia de Balsapamba, se ha encontrado, y reposa en la colección Arqueológica del


Cristal, varios fragmentos del llamado asa estribo, ciara prueba de la existencia de nexos con las
culturas "Machalilla" y "Chorrera", que era la mayor innovación del progreso hechos por estos
grupos étnicos; igualmente, en esta zona poseemos muestras de existir orejeras de "aro de
servilleta", también exponente de la Cultura Chorrera; este detalle se cree tiene nexos
mesoamericanos, y está ausente en el Perú; Ecuador recibió este detalle, no aportó.

En lo que hoy es la Provincia Bolívar, dos son las tribus que hicieron más resistencia a los
Incas, o a su vez, se portaron indómitos con los invasores del sur; me refiero a los Asancotos, y
Chapacotos; en consecuencia, estos grupos fueron reemplazados por Huamachucos, y los
Asancotos, por Huambos, procedentes de las cercanías de Cajamarca, Perú (Mitimaes).
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Estas medidas extremas y crueles aplicadas por los Incas, son analizadas por todos los
historiadores en completa frialdad, y desprovisto de todo sentir humano, puede el lector
imaginarse un éxodo de aborígenes sacados violentamente de su terruño, y conducidos a viva
fuerza a través de miles de kilómetros, cruzando desiertos y páramos, por tierras inhóspitas y
desconocidas, con sus ancianos y enfermos a, cuestas, quedando en el camino muertos y
rezagados seres o familiares queridos, de seguro caminaban en medio de llanto y protestas.

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Para el dolor humano no existen medidas ni parámetros, las lágrimas mas no se pueden juntar y
medir; las frustraciones del hombre atormentado por un pesar, no puede ser aquilatado; el dolor
humano no tiene escalas ni intensidades.

Tupac – Yupanqui usaba medidas extremas para hacer acatar su autoridad a las tribus vencidas.

Huayna – Capac mato a miles de Caraquis rebeldes contra su poder; con los Cochasquis,
Pueblos y Cayambis, sostuvo guerra larga y cruel, porque no querían abandonar sus tierras para
ir a formar población en otros lares, cediendo sus tierras a los Mitimaes traídos de otros lugares.

Tribus hubo como la de Pintac, que prefirieron irse voluntariamente a las inhóspitas breñas del
Antisana, donde se hizo fuerte antes de someterse a Huayna- Capac

El cronista español Cabello Balboa, describió a Huayna—Cápac así: "Era un hombre de no muy
gran cuerpo, pero muy bien hecho de buen rostro y muy grave, de pocas palabras, de muchos
hechos era justiciero y castigaba sin templanza".

Así eran los Incas; aplicaban mutilaciones feroces, destierros masivos, matanzas colectivas.
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Los indios paltas hicieron heroica resistencia al Inca, pero una vez vencidos, trataron de engañar
al Inca teniéndole una emboscada para matarlo. Pero este, gracias a sus espías, descubrió la
trama, y al llegar los emisarios para invitarlo, los hizo reventar los ojos con punzones de cobre y
les corto narices y orejas; los desdichados se dispararon por todos los lados, aullando; y al resto
de la tribu la desterró al sur del continente.

Hubo ocasiones, según historiadores de las indias, que se llegó a la eliminación total de algunas
tribus, mediante grandes masacres.

Una conspiración de los Punaes, fue castigada con una invasión de asesinos a la isla, con la
consigna de no dejar vivo uno solo.

Conocido es que en Yaguarcocha (lago de sangre), degollaron como treinta mil Caranquis,
inclusive a los no combatientes.

Cuando Tupac-Yapanqui se lanzó contra la Confederación Puruhá, con unos 250 mil guerreros,
la resistencia fue épica; los Puruháes exhibieron un coraje y temeridad inusitada; en el primer
encuentro, en Tiocajas y luego en Tixán, detuvieron a los ejércitos del inca casi 6 meses, en el
combate murió Epiciachíma; Hualcopo se retiró a Mocha, y allí, resistió al invasor, negándose a
rendir. "Sólo con la muerte perderé mi reino y mi libertad", fue su respuesta al Inca Túpac —
Yupanqui, cuando este le intimó rendición.

Poco tiempo de haberse retirado Túpac—Yupanqui al Cuzco, los pueblos confederados, y en


especial nuestros Puruháes, se alzaron contra los opresores, y de manera sorpresiva y con gran
heroísmo, reconquistaron las tierras arrebatadas por el Inca usurpador, los Puruháes estaban al
mando de su valeroso jefe Cacha Duchicela; se apoderaron de Mocha y Liribamba, capital de
los Puruháes.

Pero los Incas, mediante numerosísimos refuerzos reclutados en el sur del Continente,
avanzaron de nuevo a las tierras de los Puruháes; Cacha organizo la resistencia, y ayudados por
Calicuchima, Naxacota Puento, Muntana, Cantú, Pintac y otros.

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Feroces combates se libraron en Achupallas y Tiocajas, inclinándose la victoria del Inca, el
mismo que le intimó la rendición a Cacha, pero su altiva respuesta fue: "he nacido libre y Señor
de mi reino, y quiero morir como señor y como libre, con las armas en la mano".
Luego en la lucha que tuvo que sostener Huayna—Cápac, en una de las lineas contra los Caras,
sobre Atuntaqui, una de las principales plazas fuertes, murió valerosamente el glorioso Shyri
Cacha, sin que los Incas consigan vencer; pero estos, con la muerte de Cacha, creyeron haber
delegado a los Puruháes, pero el sacrificio de Cacha más bien sirvió para encender más la
guerra, y la princesa Paccha, hija de Cacha, fue proclamada soberana el mismo día de ¡a muerte
de su padre.

En otro ataque contra los Caranquis, el propio Inca fue derribando por tierra y se escapó de
morir, salvándose milagrosamente; pero en su retirada perdió la gran fortaleza de Pesillo.

Cuando llegaron los españoles a las costas ecuatorianas, los Incas habían conquistado ya el
norte de Perú, y en el Tahuantinsuyo habían conquistado los últimos reductos de resistencia en
el altiplano del norte, de lo que hoy es Ecuador.

Herramientas y adornos de cobre son en su mayoría


incaicos así como el Aribalo de la parte baja.

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Armas aborígenes
Las piezas más pequeñas (4)
Son ganchos de la estorica

LA RUTA DE PEDRO DE ALVARADO

La finalidad de la presente obra, no es reeditar la historia del territorio es Ecuador, sino más
bien resaltar aquello que tiene que ver territorio que hoy es Provincia de Bolívar, y aún más, lo
que atañe a la región de la Parroquia de Balsapamba; tal como se hizo en el capítulo anterior,
correspondiente a las principales batallas de los Puruhaes, siendo esta tribu la que pobló
antiguamente estos territorios.

Pedro Alvarado, Gobernador de Guatemala, llegó a la costa de Bahía de Caráquez a mediados


de 1.534, con 10 embarcaciones, 500 españoles y más de 2.000 mil indios; dejando una
guarnición, tomó resueltamente rumbo al interior del país, necesitaba guías, pero no lo
consiguió sino a viva fuerza, amenazando y martirizando a los Yumbos. Pero la desacertada
violencia, el martirio y el asesinato, que en la captación de Guatemala habían tenido éxito, en la
expedición a Quito no dio fruto, es más resultó totalmente ineficaz y contraproducente; a los
indios despavoridos se ocultaron y huyeron a lo profundo de la selva, dejando a los invasores en
el más completo abandono. Sin guías, sin alimento, tuvo Alvarado que hacer cálculos,

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conjeturas; al principio tomo una ruta Norte—Sur, hasta llegar a la parte alta del río Daule, y de
aquí tomo dirección hacia el Este.

Hay muchísimas probabilidades que Alvarado pasó por la provincia de Bolívar; se cree y se
especula que pasó muy cerca de la parroquia de Balsapamba, esto es, por el norte de la
Cordillera de Tiandiagote, perdiéndose en la inmensidad de la jungla tropical, donde todo le fue
adverso: el clima húmedo y caliente, la vegetación totalmente cerrada, los bichos, las víboras, la
falta de alimentos, y las enfermedades.

En la ruta se iban quedando, según los historiadores antiguos, cadáveres de hombres y mujeres
de España, indios, acémilas y bagajes.

Abriéndose camino con machetes y sables, llegaron por fin a la cordillera; el calor y los
esfuerzos producían sed terrible, pero el agua corría muy adentro, en el hondo de la quebrada; se
acabaron los alimentos, los españoles se comieron los correajes de las monturas y a los caballos
que, imposibilitados de avanzar, quedaban en el camino a trocha.

El oro y las esmeraldas recogidas en México y Guatemala valían poco para un sabroso riñón de
un perro; muchas armas quedaron abandonadas para avanzar con menos dolor.

Así llegaron a la sierra, desorientados y como perseguidos por un destino fatal y maldito;
tomaron direcciones equivocadas, tocándoles pasar por las nieves del Chimborazo de la
Cordillera Occidental, que hoy es Provincia del Tungurahua; los indios, negros y blancos se
diezmaron en este paso; muchos quedaron ciegos por la reflexión de la luz en la nieve.

Cuando Alvarado llegó al poblado indígena de Quisapincha, su ejército era, según Osear Efrén
Reyes: "Una hueste de fantasmas, desmembrados, indefensos y tristes; desde la selva hasta los
nevados, se habían perdido para siempre unos 85 españoles, inclusive mujeres, unos mil indios,
muchos negros; y, un número crecido de caballos que vivos o muertos, constituían por aquel
tiempo una verdadera fortuna. EL propio Don Pedro de Alvarado narraba estos episodios al Rey
de España: "A causa de haber perdido los bastimentos, padecimos hambre, tan solo comíamos

36
palmitos cocidos; y si alguna yegua paria se vendía el potro para comer, en dos mil castellanos;
y, si algún caballo se mataba, valía la carne de él para comer otro tanto.

Y para colmo de la desventura, cuando llegaron al callejón interandino, los territorios de sus
codicias ya estaban ocupados, los soldados de Francisco Pizarro, dirigidos por Sebastián de
Benalcázar, habían pasado y repasado por estas tierras, sin dejar nada por conquistar una barra
de oro por recoger.

Por un momento parecía inminente el choque armado entre los dos grupos, pero el instinto de
conservación se interpuso, ya que una guerra entre los conquistadores, rodeados de aborígenes
en pie de guerra habría sido verdaderamente suicida; consecuentemente, optaron por un

Sagaz y oportuno arreglo entre las dos partes en pugna, consistente en que Alvarado
abandonaría el territorio, a cambio de una indemnización de 100 mil pesos, y los barcos y
caballos sobrantes de Alvarado, pasarían a Pizarro.

Así culminó una de las aventuras más fantásticas e infructuosas que con gran probabilidad, fue
testigo el territorio que hoy son Provincias de Los Ríos Bolívar.

EL CAMINO REAL Y EL CACICAZGO E ANGAS

En la zona central de Balsapamba, así como por todos sus territorios aledaños, encontramos
vestigios arqueológicos en gran número, lo que denota una densa población aborigen del
pasado; claro está, los sitios preferentes de los asentamientos se hallan en lugares de topo-grafía
más o menos aceptable, y se localizan donde, ni la erosión ni los derrumbes, han ocultado los
centenarios y milenarios vestigios.

Debo puntualizar que, en Balsapamba, no se halla un metro de terreno sin que tenga algún
vestigio arqueológico, como es un pedazo de arcilla cocida, o una lasca de piedra procedente de
los talleres líticos, que los hubo en abundancia.

37
Continuamente encontramos sitios o lugares excavados o aplanados, que denotan haber sido
trabajados ex profesamente, para allí edificar las viviendas; es curioso que estos sitios los
encontramos hasta en los cerros más elevados que circunda este lugar, a pesar que su tamaño va
decreciendo con la altura, y de topografía más escabrosa; en estos últimos sitios, las
manufacturas de arcilla y las herramientas son visiblemente más toscas que en la parte baja de la
zona.

Puede pensarse que algunos sitios pequeños podían servir talvez a ^hordas de aborígenes
nómadas, cazadores y recolectores, que ocasionalmente invadían la zona, en busca de su
sustento temporal.

En cuanto a la parte baja del valle del río Cristal, hay pruebas concluyentes de haber existido
asentamientos de aborígenes que fabricaban sus propias herramientas; en la colección
arqueológica del Cristal, tenemos un taller completo de fabricación de hachas de piedra, en
diferentes etapas de manufactura.

En los sitios aplanados para las construcciones aborígenes, se denota que existía el sistema de
mingas, ya que piedras de gran tamaño y peso han sido movilizados para retener la tierra
excavada, pero no se encuentra muros, donde la piedra haya sido dispuesta o colocada
ordenadamente, formando un muro digno de llamarse tal. En algunos lugares se ha podido
descubrir una fila de piedras perfectamente alineadas, cuya utilidad seguramente consistía en
facilitar la entrada y salida de la choza, en tiempo de invierno.

En varios lugares de esta zona Balsapambeña, se ha descubierto piedras con inscripciones, si así
se puede llamar; más bien se trata de pequeños hoyos y huecos de unos dos o menos centímetros
de profundidad, dispuestos en línea, la perforación central es algo más profunda que las
laterales, estas señales, aparentemente son hechas con un buril de piedra, y su utilidad no está
determinada, posiblemente se trata de algo de uso ceremonial.

En los cerros que circundan a Balsapamba, y en especial en las cuchillas descendentes, se


denota que hubo por lo menos unos seis caminos de entrada al valle del río Cristal; claro está, el
de mayor importancia era el de Angas, antiguo tambo del tiempo de los aborígenes, que con
38
segundad fue el centro del Cacicazgo que ejercía su influencia sobre toda esta zona, compuesta
con seguridad por más de 20 parcialidades o ayllus.

La fertilidad o abundancia arqueológica de la zona, estriba en su ubicación junto al milenario


camino Real, cuyo tráfico y comercio, fue intenso, tanto hacia el sur como hacia el norte.

En Balsapamba hemos encontrado las hachas de cobre, que denota comercio con el sur del
continente; tenemos lascas de obsidiana que denotan comercio con el norte de lo que hoy es la
República del Ecuador; además encontramos, como ya se ha puntualizado, el "asa estribo", que
sugiere contactos comerciales o culturales con la Cultura Chorrera y otras civilizaciones.

Federico González Suárez, en su historia del Ecuador, refiere: "Las tribus de la costa o
ribereñas, practicaban el comercio en gran escala, y sabían beneficiar la sal marina
reduciéndola a pasta, y la vendían no sólo a las tribus del litoral, sino, subían en canoa o balsa
por los ríos,

Fragmentos ceramicos

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Un taller litico completo inclusive las herramientas y piezas en proceso de fabricación

agua arriba, y su comercio llegaba hasta la tierra de los Chimbus; y de los indios de la
sierra recibían a cambio, algodón hilado, oro, plata, chaquira, obsidiana, y otras muchas
mercaderías".

Indudablemente el Cazicazo de Angas fue un asiento indígena de mucha importancia;


su autoridad debe haber estado subordinada al reino de los Chimbus, ya que su
ubicación de enlace, entre sierra y litoral, es indiscutible. El mismo historiador,
Federico González, asegura en su historia: "Los Chimbus ocupaban las cabeceras de la
costa, y llegaban hasta muy dentro de la planicie".
La riqueza en fragmentos de arcilla de la región, atestiguan la afirmación de la
importancia del Cazicazo Angeño; los vestigios a todo n ivel, son abundantes, y aún se
encuentran en los arrollos que descienden de los cerros circundantes, habiendo los tiestos
sido depositados allí, por la erosión muy aguda de esta zona.
En verdad, estos vestigios cerámicos, constituyen para el arqueólogo el índice de más
alto valor en su tarea de fijar áreas, secuencias, interferencias culturales; la expansión de los
pueblos la seguimos con oda facilidad a través de su característico cerámico.

La Cerámica reúne en sí, elementos de técnica, económica, artísticos y religiosos.

Ningún producto hecho por la mano del hombre, refleja el espíritu y la esencia de una
cultura, más rica y variadamente, que en la cerámica.

En las arcillas halladas en la zona del valle del río Cristal, por reiteradas ocasiones hemos
encontrado impresiones de tejidos; esto es de suma importancia para investigar el grado de
progreso alcanzados por los aborígenes de este lugar; los tejidos en referencia, varían mucho
40
de uno al otro, tenemos uno muy fino (fino para aquella época), que posee unos 15 hilos
por centímetro cuadrado; otra de 9 hilos por centímetro, y otras más ordinarias, talvez de
fibras de cabuya o de vegetales como lilianas, cascaras de árboles, u otras que no conocemos.

Las improntas de telas en fragmentos de arcilla, lo hemos obtenido gracias a una técnica
aborigen consistente en fabricar recipientes de ba

rro sobre un molde, o alma de tela; seguramente este molde lo rellenaba con tierra o arena, para
luego revestirlo de masilla de barro; una vez seca la arcilla, retiraban o vaciaban la arena,
extrayendo el molde de tela para que así sirva una y otra vez para dicha finalidad.

Esta técnica singular de los aborígenes de este lugar, nos ha permitido obtener muchos
fragmentos de arcilla con este testimonio irrefutable de la impronta de telas.

Es así como en México, se encontró una vasija de barro que ostentaba una pequeña
imperfección en el asiento; sucede que este recipiente, involuntariamente, fue sentado sobre un
grano de maíz estando aun la arcilla fresca; este grano penetro en el recipiente, cuya edad, según
el Carbono 14, fue de más de 10 mil años; es así como la ciencia arqueológica obtuvo un dato
muy importante que produjo noticias internacionales, aseverando que “ había prueba
concluyente que los aborígenes de México cultivaban maíz, hace más de 10 mil años”.

En 1.973, el arqueólogo Dr. Jorge G. Marcos, presento un pegote en barro cocido, con la
evidente impresión de una tela; esta tela, se decía, tiene que proceder de un telar, el más antiguo
de América. Esta noticia o descubrimiento, tuvo resonancia continental, pero sepa el continente,
sepa el mundo, que en la Parroquia de Balsapamba, se ha encontrado, no uno, sino unos diez
pedazos de tiestos con la palpable y positiva impresión de diversos tejidos de antaño.

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El descubrimiento de la existencia de Telas, es doblemente importante, por cuanto en Ecuador
es muy raro hallar pedazo de tejido prehistórico, por la gran humedad existente en la tierra; no
así en el Perú, donde el clima desértico ha conservado admirablemente profusión de tejidos,
para el deleite de los estudiosos de las ciencias arqueológicas.

Debo aclarar, que la muestra de improntas de tejidos, se han hallado en estratos de poca
profundidad, hay que diferenciar ya que en esta zona no ha vivido una sola civilización; hasta
aquí se ha podido diferenciar

La obsidiana fue muy usada como herrsamienta y se la encuentra desperdigada


por todo el valle del Rio Cristal

42
Fragmento de arcilla con imponta de tejido

14, y otros, para poder llegarse a una pauta más cercana a la de los c onocimientos en
referencia,

Generalmente se ha venido sosteniendo y repitiendo con insistencia , que el nombre


etimológico del recinto de ANGAS, viene de Angas, que en quichua significa "gavilán", y
otros van aún más lejos, y repiten aquello de que los aborígenes angenios, eran "salteadores"
del camino real, y se precipitaban sobre sus víctimas como un gavilán, para robarlos.

Nada de lo anterior está confirmado, y el autor del presente libro, no da fe en ello, ni


siquiera el nombre Angas es de origen Quechua, más fajín es un término españolizado; el
nombre propio del lugar seguramente era ANKAS, que bien puede venir de Anka, que a
más de gavilán quiera decir "maíz tostado”, producto que los ankeños tal vez ofrecían a
los forasteros, sembrándolo en abundancia en la región, ya que era, y aún es, la base de la
alimentación indígena.

Referente a mi opinión de la palabra del recinto de Angas, que de bía ser ANKAS, me
permito hacer la siguiente exposición: El congre-indigenista interamericano, que se reunió
en la ciudad de La Paz, Bolivia, el año de 1.954, estableció una modalidad para la
expresión di los fonemas quichuas, en cuyo alfabeto, que no debe denominarse tal por
carecer de fonemas, de las letras que lo representan o componen, por carecer de las
consonantes D, F, G, sustituidas por la H aspirada, y Otras muchas novedades que en esta obra
no cabe profundizar.

Es así que la palabra aborigen es ANKAS, y no Angas; para el tutor de este libro, la
palabra Ankas mis bien deriva de ANKU, que en quechua significa valle, explanada; cuando
el viajero descendía por el abrupto camino real, sorpresivamente llegaba a una parte de

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topografía totalmente diferente, llegaba al valle, explanada; justamente esto significa Anku,
valle o esplanada, de cuya etimología desciéndela palabra Ankas o Angas.

Los Ankeños antiguos deben haber aprovechado su situación geográfica, junto a la


milenaria vía real, importantísima arteria de comunicación entre sierra y costa, cuyo
privilegio comercial y estratégico, fueron descollantes.

Los habitantes, a más de tribus cazadoras, recolectores y pescadores, eran agricultores; así lo
aseveran las piedras de molde o metatos, que se encuentran profundamente en la zona.
La caza era muy abundante y se perseguía el venado e innumerables' especies de animales
silvestres y aves que es capaz de sostener la selva i subtropical; cada especie de animal tiene
su preferencia por ciertas especies de frutos o pepas, que cada ave frecuenta en ciertos períodos
o tiempos de cosechas; el indígena conocía estos cazaderos por ancestro; entre las muchas aves
de la región tenemos, ¡a tórtola, pavo del monte, torcaza, el tucán o diostedé, el purraga, loros
de diferentes especies, y muchísimos más.

Igualmente existen en la zona innumerables frutos silvestres de con-sumo directo, para cuya
cosecha se trasladaban los indígenas agrandes distancias por temporadas de cosechas.

No puedo vencer la tentación de describir aquí unos episodios ocurridos al conquistador Alvar
Núñez Cabeza de Vaca, cuando en sus conquistas se perdieron y tuvieron que buscar amparo
juntó a unas tribus salvajes que les recibieron con simpatías; hago esta exposición para que el
lector pueda formarse una mejor y más cabal idea de la vida de una tribu aborigen.

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Alvar Núñez se extravió con pocos compañeros, pero por fortuna han encontrado un grupo de
indios amistosos; "y después que se acabaron las ceremonias de bienvenida, comenzaron a hacer
sus areitos, y a bailar hasta otro día que el sol salió y la fiesta duró tres días por haber venido
nosotros, y al cabo de ellos les preguntamos por las tierras de más adelante y la gente que en
ellas vivían, y por los mantenimientos que en ellas había. Respondieron que por toda aquella
tierra había muchas tunas, mas ya se habían terminado las cosechas, y que ninguna gente había,
porque todos habían ido ya a sus casas por haberse cosechado todas las tunas; y que la tierra era
muy agria y en ella había pocos cuerdos.
Nosotros, viendo esto, y que ya el invierno uy el tiempo frio venia, acordamos de pasarlo con
estos aborígenes. Al cabo de cinco días que allí habíamos llegado, se partieron en busca de otras
tunas, donde había otra gente y lenguas; y andando cinco jornadas con muy grande

Hambre, porque en el camino no había tunas ni otro fruto alguno, llegamos a un rio, donde nos
quedamos haciendo refugio, y fuimos a buscar una fruta de unos árboles que es como hieros, y
como por toda esta tierra no hay caminos, yo me detuve más a buscarla; la gente se volvió y yo
me quede solo; y viniendo a buscarlos aquella noche, me perdí, y gracias a Dios halle un árbol
ardiendo, y al fuego del pasé aquella fría noche de páramo; y a la mañana me cargué de leña y
tome dos tizones y volví a buscarlos; y anduve de esa manera 6 días, siempre con los tizones y
carga de leña, porque sin el fuego, donde se apagaría, donde no tuviera leña, me moriría de
noche con el frío, por andar desnudo como nací; y por las noches me iba a las cercanías del río y
en la noche un hoyo, y alrededor del hoyo hacía 4 fuegos en cruz, y de noche, de rato en rato los
avivaba, para no sentir frío, me cubría con unas gavillas de paja larga; una noche cayó el fuego
en la paja que yo estaba cubierto en aquel hoyo, y por mucha prisa que me di en salir, se me
quemo gran parte del cabello.

En todo este tiempo no comí bocado ni halle cosa alguna que comer como traía los pies
descalzos, corríame mucha sangre, y Dios uso conmigo misericordia, que todo ese tiempo no
llovió ni ventó norte, de otra manera ningún remedio había yo de vivir; y al cabo de 8 días,
llegue a la ribera de otro río, donde hallé a mis indios, y me avisaron que ellos y también los
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cristianos, me contaban ya entre los muertos, siempre creían que alguna víbora me habría
mordido.

Todos tuvieron gran placer de verme, principalmente los cristianos, y me hasta allí habían
caminado con mucha hambre, y esta era la principal causa que no me habían buscado más; y esa
noche me dieron de las tunas que tenían; y al otro día partimos de allí, y fuimos donde hallamos
muchas tunas, con que todos satisficieron su gran hambre dimos gracias a Dios nuestro señor,
porque nunca nos faltaba su remedio.

Toda esta indígena no conocía los tiempos ni por el sol, ni por el sol, ni por la Luna, ni tomar en
cuenta del mes, o del año, más entienden y saben las diferencias de los tiempos: cuando los
frutos empiezan a madurar, y el tiempo que hay las apariciones del pescado, y del aparecer de
las estrellas, en esto son muy diestros y ejercitados.

Con estos siempre fuimos bien tratados, aunque lo que habíamos de comer lo cavábamos, y
traíamos nuestras cargas de leña y agua.

Las casas de los indios y su mantenimiento, son como de sus antepasados, aunque tienen muy
mayor hambre porque no alcanzan maíz, ni bellotas, ni nueces.

Anduvimos siempre desnudos como ellos, y de noche nos cubrimos con cueros de venado.
De ocho meses que con ellos estuvimos, los seis padecimos mucha hambre, tampoco alcanza el
pescado.

Al cabo de este tiempo, ya las tunas comenzaron a madurar, y sin que de ellos fuimos sentidos,
nos encaminamos a otras que más adelante estaban, llamados malicones; estos estaban una
jornada de allí; donde el negro y yo llegamos; al cabo de tres días mandé a que trajese a Castillo
y Dorantes, y. venidos, nos partimos todos juntos con los indios, que iban a comer frutilla de
árbol, la que se mantenía 10 o 12 días, en tanto que las tunas maduran; de allí se juntaron otros
llamados Arbados".

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La aventura de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, descrita con realismo y crudeza, nos hace vivir
momentos de suspenso y al mismo tiempo nos da una idea más cabal de la vida de una tribu en
estado natural, que en algunos aspectos podía tener semejanza con los antiguos anguenos, si
quiera en mínima parte.

Posiblemente la vida de los antiguos Puruháes era menos difícil, ya que la alimentación era más
diversificada, y además de la vegetariana, hubo una considerable posibilidad de obtener una
alimentación animal por la abundante caza, que no falta en los bosques tropicales subtropicales,
que es el caso de Angas y todo el valle del río Cristal.

En la zona descrita existe un ancestral método de pesca que consiste en secar un brazo o estero
del río, viéndose el pescado privado su elemento natural, es cogido con la mano; este método
precisa llevarse a cabo con la concurrencia de grupos de personas para que tenga bue| éxito; hoy
se lo practica por diversión y es una distracción sana y refrescante; el mismo estero es
susceptible a ser secado varias veces en verano. Hace unos cuarenta años, la pesca en estos ríos
era muy abundante, de esto podemos deducir como sería hace cuatrocientos años] más;
posiblemente esta es una de las claves de la abundante tiestologia
En las riberas y valles del río Cristal y sus afluentes.

Otros alimentas de consumo aborigen, constituyeron los llamados chusucos o gusanos que se
posesionan de diferentes vegetales y maderas en descomposición; estos gusanos aún hoy en día
son muy apetecidos por algunas personas que los consumen fritos o asados; igualmente son
comestibles las larvas de las hormigas y comejenes, y toda clase de lombrices de tierra,
caracoles y churos.

Según la historia de Federico González Suárez, los Puruháes, la raza a la que se pertenecían
los Ankeños o Angeños,, tenían como distintivo de su tribu, atarse a la frente la Honda o
Huaraka, de cuyo manejo era diestrísimos, pues derribaban los frutos de los árboles, y mataban
los pájaros en vuelo; cada tribu usaba algún distintivo, y el de los Puruhaes era algo más que
eso, ya que debe haber facilitado mucho su vida, especialmente a los Ankeños, que vivían en un
bosque que era una verdadera despensa para el sustento diario,

Como todos sabemos, el principal alimento del aborigen era el maíz, llamado en quechua
“Sara", vegetal del que se conocía, en lo que hoy es Ecuador, unas cuatro clases; este grano en
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el Brasil, se ha encontrado en estado salvaje o silvestre. Consumían los aborígenes la yuca, los
zapallos, el camote, el maní, muchas clases de fréjoles, el nabo, y otros muchos vegetales
comestibles, además hay en la zona, unas nadas "Col del Monte", inclusive cogollos tiernos de
varias plantas, cocinado, crudo, convertido en ensalada, colada, o caldo, servían para el
sustento.

Herramientas puruhas e Incas


Hay otras innumerables plantas silvestres que
son consumida todavía por la gente del campo, con instinto ancestral; diferentes especies de
palmitos y otras palmeras, son aún un bocado exquisito al paladar más exigente; también existen
una variedad de raicitas consumible como el llamado Chirisique; las pepas de los árboles
llamados matapalos, producen unos pequeños frutos comestibles, algunas de ellos en forma y
sabor del higo, que dan hasta tres cosechas al año; la pepa llamada Guión, es de un sabor y
aroma muy exquisito, y su cosecha es en invierno.

Las diferentes clases de Guabos, árbol leguminoso de la zona, produce abundancia de frutos.

Además, hay gran variedad de frutos: bayas, bellotas, y raíces casi desconocidos, que servían de
sustento a los aborígenes.

Como se desprende de la presente relación, las probabilidades de sobrevivir, aún en tiempos de


penurias de los antiguos Ankas, eran mu| superior al de los indios del relato de Alvar Núñez
Cabeza de Vaca, por los años 1.527, por Centroamérica.

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Los vestigios de una población de. alta densidad, exteriorizado por los restos arqueológicos
hallados profusamente en la zona del valle del río Cristal, hasta las alturas de las montañas que
lo circundan, son pruebas fehacientes que el lugar ofrecía un sustento singular a sus pobladores.

Además, podría existir una constante ¡migración bajo las siguientes circunstancias:

Las frecuentes erupciones volcánicas en el altiplano, aterrorizaban a los aborígenes,


produciendo éxodos masivos hacia el sur, ya que pavorosos ruidos subterráneos y el espectáculo
de los volcanes en erupción, sembraban el pánico entre los indígenas; aun en el siglo pasado
hubo esta clase de inmigraciones, en San Vicente hay una familia que deciende de un
antepasado que vino por estas tierras cuando la erupción del Tungurahua, hace más o menos
unos 110 años, no he podido obtener el año preciso de dicha erupción volcánica, según datos
historia y científicos, obtenidos al respecto, recién en las últimas centurias la corteza terrestre
de los Andes ha venido enfriándose y estabilizando

considerablemente; es conocido que el Ecuador es uno de los países de mayor


actividad volcánica, especialmente en el pasado. El Ecuador tiene corno cien volcanes
entre activos e inactivos, y la cordillera bordea el cinturón de fuego del Pacífico.

Últimamente científicos de Estados Unidos y de Colombia, que asis tieron a una


reunión de Coloquio Americano de Sismología e Ingeniería Sísmica, el año pasado,
han destacado la evidencia sobre la existencia de una gran falla tectónica que
comienza en el golfo de Guayaquil, y cubre, básicamente, Ecuador, Colombia y
Venezuela, y determinada área del Caribe; asistió a esta reunión el Ing. Ottón Lara
Montiel, único experto ecuatoriano de Ingeniería Sísmica que tiene el Ecuador.

Esta falla comienza en Guayaquil, y conocida como Falla de Dolores, penetra por la
zona del austro y alcanza la Cordillera Oriental de los Andes, y sube por territorio
ecuatoriano para entrar a Colombia, en donde se la conoce como la Gran Falla del
Romeral; y bordeando la Cordillera Andina, penetra a Venezuela, donde la
conocen como la Falla del Bonocó, de ahí penetra al Caribe y da la vuelta
bordeando la placa tectónica del Caribe, y se introduce por el Istmo de Panamá; y

49
siguiendo por la costa del Pacífico, regresa al Golfo de Guayaquil, donde termina.
Esta es una Microplaca Tectónica (vea capítulo sobre las placas tectónicas).

Apuntan los científicos y expertos, que este descubrimiento significa que los tres
países nombrados, y especialmente Guayaquil, están bajo un riesgo sísmico muy
elevado; pero aún se requiere más investigación para llegar a una pauta certera sobre
el peligro real que reviste el Caso en referencia.

Por incluir situaciones actualizadas sobre los problemas telúricos y volcánicos,


nos hemos apartado demasiado del verdadero fin de este Capítulo que referenciaba las
inmigraciones de grupos autóctonos hacia el subtrópico de lo que hoy es Provincia
de Bolívar y en especial a Balsapamba.

La Región que actualmente corresponde al territorio de la República del Ecuador, ha


sufrido continuamente grandes catástrofes, a causa de los trastornos climatéricos tan
frecuentes y pronunciados, que unos años llueve hasta tres y cuatro veces el
término medio establecido en una veintena de años.

Según los libros de los Cabildos de la Real Audiencia de Quito el siglo XVI hubo una
prolongada sequía, de tanta magnitud ( murieron muchos miles de indios de hambre, y
el ganado con raíces secas de los arbustos y vegetales, para luego perecer sin a alimentos; de
seguro entonces, mucha gente buscaban nuevas para no perecer; y siguiendo por la via más
transitada, llegaban al subtrópico de la zona o valle del río Cristal, que es la región, a pesar
de mucha sequía que asolé el territorio, permanece un oasis de verdor, o por lo menos, no
se secan los ríos y arroyos que alimenta sistema fluvial más grande de Sudamérica, en la
costa del Pacifico: la cuenca del río Guayas, en cuya parte superior se enseñorea el río
Cris

tal; valle siempre verde que ha sido refugio cuando la indolente e impasible naturaleza ha
negado al hombre de otros lares, el prodigio líquido vital.

Consecuentemente, el motivo de la densidad poblacional de esta zona en la antigüedad,


pudo haber existido por los éxodos masivos hombres del ínterande hacia esta región
subtropical, húmeda y de pujante verdor.
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Otro motivo de la densidad poblacional, pudo consistir en LOS SI guientes motivos
coyunturales; si del norte recibían una constante inmigración por los motivos tratados; por
el sur tenían la costa con su clima de entonces muchos más riguroso, además de los
animales las enfermedades y tribus salvajes, que posiblemente incursarán o sionalmente en
estos territorios; todo esto frenaban una e hacia el sur de las tribus autóctonas de este
lugar, manteniendo densidad poblacional.

Muchas veces, con la habitual curiosidad de las personas que interesa la prehistoria, he
observado detenidamente algunos movimientos de tierra, que para efecto de construcciones
y vías, se hace en Quito sin que pueda apreciar una fertilidad arqueológica abundante,
como debería tener la capital del REINO DE QUITO.

En la zona que circunda a Guaranda y Chimbo, especialmente en la segunda, debería


haber muchos vestigios, pero tampoco es así, según

he podido apreciar por reiteradas ocasiones, en lo que a las dos últimas ciudades se
refiere; pero hay motivos para que no existan dichas mani-

festaciones, por haber desaparecido en los grandes movimientos sísmicos que dichos lugares
soportaron repetidamente, pero en cuanto a Quito se refiere, esa ciudad, en los últimos
500 años o más, no ha sufrido un terremoto de gran escala, prueba de ello son los famosos
templos, que fueron construidos en los albores de la Colonia.

El Cacicazgo de Ankas y su zona de influencia, tuvo un gran comercio de intercambio, ya


que, del norte, según se ha dicho, encontrarnos lascas de obsidiana por todos los ámbitos
del lugar, señal inequívoca de comercio con el ínterande; no sabemos exactamente con que
mercadería pagaban los lugareños a los productos venidos del altiplano, puede que a su
cambio daban ANKA, o sea maíz tostado, y talvez por eso

Su derivación etimológica de Ankas. Las posibilidades de intercambio eran múltiples,


corno son: cueros de venado, plumas de aves, alimentos y hachas de piedra; la existencia
de dichos talleres en la zona, está totalmente comprobada.

Hemos dicho ya anteriormente, que las hachas y narigueras de cobre , delatan un


comercio con el sur del continente; además, en la zona hay abundantes fragmentos de

51
barro que no posean la típica pirita, que tienen todas las arcillas de este lugar; eso
también constituye una prueba del intercambio comercial de los Ankas.

La principal arma de los ankas indudablemente, fue la honda o huaraca, muy útil para
la guerra y la caza, cuyos proyectiles los tenemos en la colección tantas veces nombrada;
algunas de fabricación ordinaria y otras labradas artísticamente, seguramente de uso en
ocasiones muy especiales, o también como distintivo jerárquico.

Otra arma algo exótica usada por los aborígenes en todo el territorio nacional, antiguamente,
es la Estólica, usada en la caza y aún más, en la guerra; la estólica, o lanzador de dardos
con punta silvadora, existía en este lugar, ya que se ha encontrado más de un proyectil de
esta arma, que consistía en un bastón, a veces primorosamente labrado o revestido de
oro, ya que al mismo tiempo constituían símbolos de jerarquía; este bastón cerca de su
terminación o punta, tenía una para colocar el proyectil, una piedrecilla labrada de
cuatro puntas, que al ser lanzada al aire, mediante la impulsión del bastón, además de
mortífera, emitía un subido muy agudo que infundía terror a sus enemigos, además de su
capacidad de romper huesos y cráneos con su gran velocidad.

Otras armas usadas profusamente eran, según historiadores antiguos las porras y macanas
de madera, y una especie de rompecabezas de piedra; dado el clima, no se ha encontrado
ningún arma de madera; seguramente las lanzas de chontas deben haber constituido el
arma de guerra preferida, y para su pulimento, de seguro, usaban mucho la obsidiana
que es un vidrio volcánico que se encuentra especialmente en el Antisana.

Indudablemente, el asiento o Cacicazgo de Ancas, tuvo mucha y gloria en la prehistoria,


y aún durante siglos en la Colonia, pero su

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estrella fue declinando paulatinamente; sin embargo, a ún en 1.740, el tambo de Angas
tuvo capital importancia, de no ser así, don Pedro Vicente Maldonado no lo habría
hecho constatar en su mapa o carta de la Provincia de Quito, y adyacentes, que fue
sacada a luz "por orden de su majestad" el Rey de España.

En el año 1,750, en dicho mapa Angas consta igual que Chimbo, San Miguel y
Guaranda. En este mapa Angas consta el margen derecho del río del mismo nombre, río que
hoy se llama Jorge.

He aquí un curioso dato; el río Cristal, que baña las playas de Balsapa mba y del valle del
mismo nombre, en el mapa de Maldonado consiste con el nombre de río Cristóbal; he aquí
la gran incógnita, ¿será posible que al río Cristal se le llamaba Cristóbal?, o es que el
gentil hombre de la Cámara de su Majestad y Gobernador de la Provincia de Esmeraldas,
confundió Cristal con Cristóbal.

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El autor del presente libro cree que se trata de una equivocaci ón, errar el hombre es
algo natural; de seguro Don Vicente, al recorrer estos territorios haciendo apuntes y
tomando notas, haciendo planos y manuscritos, debía soportar las inclemencias del
tiempo; con sus papeles tuvo que subir la empinada cuesta de Angas; atravesar el callej ón
andino subir al páramo para bajar a Riobamba, montado en una acémila, cayendo 50 veces;
recibió cuantos aguaceros; y así los manuscritos y p l a n o s deben haber llegado a su
destino deshechos o por lo menos borrosos, dando lugar a que se confunda alguna palabra
por otra, esto es Cristal por Cristóbal.

Además, creo, de haberse llamado Cristóbal, de seguro se habría antepuesto el Santo, esto
es, San Cristóbal; además, en aquella época, poner los nombres calendarios era una
costumbre mucho más acentuada que hoy está la muestra en los nombres de los pueblos de
la provincia; San José de Chimbo, San Sebastián, San Lorenzo, San Pablo, San Antonio Santa
Fe, etc., etc., consecuentemente, puede asegurarse que el Rio Cristal se denominaba así
hace más de 250 años.

Consta en los libros de los Cabildos de Quito, entre 1.548 a 1.551, o sea los albores de la
Colonia: 'Todos los artículos de la costa, de los pueblos del Pacífico y los de España, se
concentraban en Guayaquil, y de allí partían al interior por el camino real de las Bodegas;
por las

mismas vías bajaban los cereales y más productos para el comercio del litoral; al
principio de la Colonia era la espalda del indio el medio de transporte más ideal o
usual; el Cabildo de Quito, el año de 1.549 fijó los precios de la cargada desde Bodegas
a Chimbo, en un peso medio; y de un Peso cuatro tomines, desde Chimbo a Riobamba.

El estado de las vías de entonces, con sus increíbles caravanas de traficantes, consistían en
kilómetros y kilómetros de camellones; cuestas resbaladizas; hondos cangilones;
derrumbes y árboles caídos motivaban dar largos rodeos; vegetación exhuberante, que en
largos trechos formaba una especie de túnel donde apenas penetraban rayos solares.

Enormes filas de indios taciturnos con su carga a cuestas ascendiendo la pendiente,


agarrándose a veces en raíces y matas para no precipitarse a la peña, donde indolente rugía
el río enfurecido y espumante.

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Estoicamente los viandantes circulaban en fila india; algunos con un palo puntón, abrían una
especie de grada o simple hueco para que las acémilas puedan fijar sus patas, para no
precipitarse dando botes vacíos como sucedía con no poca frecuencia.

Presidente de la Real Audiencia, Obispos, oidores, corregidores, y generales de la Colonia y de


la República y miles de famosos personajes que transitaron por este obligado sendero; deben de
haber disfrutado de un refrescante baño en esta cascada de aguas límpidas y cristalinas situada
justamente en el paso por el Río Angas antes del ascenso de la famosa cuesta de la Chima o
cuesta Angas.

Según antiguos viajeros, la trocha a momentos quedaba en silencio, silvestres emitían sus
exóticos graznidos y a veces cadenciosos y melódicos trinos; la milenaria selva subtropical
guardaba en su seno secretos indescifrables, y las fieras, serpientes y más animales ponzoñosos,
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daba cuenta de más de un viajero que imprudentemente penetraba a la jungla por alguna
necesidad corriente.

El calor, el sudor y el esfuerzo desplegado para subir las pendientes, producía agotamiento y sed
desesperante, pero el agua rugía muy profundo, dentro de la quebrada, y los viajeros deliraban y
a veces maldecían la dura condición impuesta por la naturaleza.

Según Oscar Efrén Reyes, en el siglo XVII advino el incremento del caballo, asno y mulares. Y
apareció el arriero mestizo, y los Reales Caminos de entonces, ya no eran transitados solamente
por taciturnas caravanas de indígenas, sino también por recuas conductoras en grande de las
mercaderías lejanas; la sal, el aguardiente, que provocaron el surgimiento de aquel tipo de
extracción popular y campesina, aventurero y

comerciante, y a la vez fue noticiero y punto de contacto entre I dispersos pueblos de la época.
Este tipo de comerciante arriero perduro hasta mitad del siglo XX, y puede decirse que subsiste
aún en puntos apartados, o sobrevive por lo menos, en la memoria de mucha gente
contemporánea.

Hasta el decenio del 50 del presente siglo, caravanas de 40, 80 o más mulas, circulaban por el
Torneado; procedentes de las Provincias de Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi, bajaban a
Babahoyo, de donde traían especialmente el cacao, el café y frutos tropicales.

Balsapamba era un importante punto ubicado a una jornada de Babahoyo; pero más que
Balsapamba, lo eran los puntos situados en la subida del Torneado, el Cristal, San Vicente,
Santa Lucía, Tamboloma, Las Palmas, Gualasay, e intermedios.

En los lugares nombrados se acostumbraba tener cargas de pasto cortado, especialmente donde
no había espacio para soltura de acémilas por lo fragoso del terreno; en otras partes había
Potreros bien asegurados, cercano a la vía; en estos últimos se hospedaban las recuas de mulas
de consideración.

Regularmente las recuas partían ya a las 2 de la madrugada y en especial en las noches claras o
de luna, ya que la siguiente jornada era "las Herrería", situado ya en el frígido e inclemente
paramo andino. Pero sigamos con nuestra imaginación y nuestros recuerdos; al recuante que ya
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en el "primer canto del gallo" se apresta a reunir los animales sacándolos de su letargo y
entumecimiento por el esfuerzo de su anterior jornada con un vigoroso latigazo, acompañado de
un autoritario grito; los animales se aprestan a salir a la vía, y en un segundo latigazo
acompañado de imprecaciones, una mula grande sale arrancando fulgurante chispas de las
piedras del camino empedrado, y luego de "cargar" todos los animales, la recua emprende el
ascenso dando alcance a otros "paisanos" madrugadores que van silbando alegremente un son
de sabor andino.

Los primeros resplandores de la aurora destacan ya claramente la configuración de la alta


montaña, y por encima de ella titilan aún tímidamente algunas estrellas; una brisa leve
impregnada de olor a bosque desciende de los cerros vecinos acariciando a los sudorosos
viandantes,

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Recordándoles el calor, los sufrimientos y penurias que venían pasando en los días pasados en
su estadía en la tierra tropical, con su secuela de insectos, enfermedades y más peligros.

Uno de los arrieros rezagados, por un instante se detiene y mira hacia la hondona; los gallos
cantan ya con más insistencia, titilantes luces de candil aparecen en las rancherías; los
campesinos se aprestan para afilar su machete para iniciar su jornada. En alas de una leve brisa,
a momentos nos llega el rumor del lejano río; y sus blanquecinos espumarajos, ya se distinguen
claramente a través de la difusa luz del triunfante amanecer.

La recua su camino ascendente y tortuoso —hay que aprovechar la frescura del amanecer —,
tratando de rebasar la cordillera antes de que los rayos sol inclemente torturen a hombres y
bestias en su sudoroso bregar para dominar las últimas y empinadas pendientes; el

rocío nocturno ha impregnado los polvos del camino, haciéndolos menos volátiles, ya
que las polvaredas fastidian y dificultan el avance; todavía en la quebrada de "Osohuaico",
porfiadas sombras mantienen el señorío de ¡a noche; atrincherados contra el cerro
Bunqueloma. Sigue avanzando resueltamente la recua, siempre ascendente; recios
latigazos, reforzados con vigorosos gritos, parecen dominar las últimas y huidizas sombras
de la noche, que se hallan en franco huida hacia la profunda e inexplorada quebrada del
cerro grande, dando paso a la claridad cada vez más dominante.

Inesperadamente los primeros rayos del sol iluminan la c úspide del cerro de Tiandiagote;
innumerables aves silvestres comienzan a ensayar sus trinos alegres y cadenciosos; otros,
con pausado y grave ritmo, tratan de imponer su melodía.

El bosque subtropical, que a poco estaba oscuro y misterioso, ha cobrado vida claridad y
alegría, que parece contagiar a todas las criaturas vivientes. El amanecer en los cerros del
subtrópico balsapambeño es algo como una misteriosa y salvaje belleza; inolvidable para
quien lo haya vivido una vez, y sepa aquilatar las exhuberantes manifestaciones de la
Madre naturaleza.

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LA PRIMERA MISIÓN GEODESICA
VENIDA A LA REAL AUDIENCIA

DE QUITO EN EL AÑO 1736

En 1.736 vino al territorio, hoy Ecuador, la primera COMISIÓN GEODESICA FRANCESA:


gracias a ella tenemos una descripción sumamente prolija del estado de las vías, del clima y
la vida en general de lo que era el Corregimiento de Chimbo, Guaranda y otros lugares, de lo
que hoy comprende la Provincia de Bolívar.

El Rvmo. Antonio Bermeo, en su obra relativa a la Comisión, nos relata con realismo las
peripecias que los viajeros tuvieron que enfrentar para subir a la meseta andina de la Real
Audiencia de Quito.

"En 1.736, subir de Guayaquil a Quito era una proeza; necesitábase cabalgar una semana
entera y exponerse a gravísimos peligros. Las enfermedades del litoral, pintadas con vivos
colores por cuantos habían estado en climas cálidos; las fatigas que aguardaban al viajero
durante un centenar de leguas españolas; los salteadores de los caminos que hacían su
agosto en los parajes deshabitados, no dejaban de oponer serias dificultades a los que
trepaban por las faldas de las montañas, como a quienes bajaban de la meseta andina.

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Erales forzoso meter las piernas dentro de altas botas de cuero; envolverse pecho y
espalda en amplio capote impermeable; cubrirse la cabeza de ancho sombrero de
toquillas; encajarse sólidamente en la montura; dormir poquísimas ho ras en "tambos"
incómodos, en las que más de una vez "desnudaban al viajero"; soportar el helado cierzo de
los páramos; bordear las agrias crestas de la cordillera; aguantar lluvias torrenciales.
Además, era menester llevar machete al cinto para despejar arbustos y carrizales; el jinete
debía ser un tanto equilibrista para no golpearse en los troncos y ramas que cegaban el
sendero; además, precisaba de tener buena estrella para no caer cincuenta veces en los
torrentes de lodo al tropezar las mulas".

Por esto, muchos viajeros prudentes, antes de ponerse a viajar, acostumbraban a hacer su
testamento.

El Coronel Daniel Florencio O'Leary, en carta dirigida desde Babahoyo al Libertador Simón
Bolívar, le decía; "Desde Guaranda para acá es muy peligroso, la montaña es una guarida de
bandidos".
Todavía existen en la Provincia de Bolívar anécdotas de los criminales que infestaban la cuesta
de San Antonio de Tarigahua. Cuentan que un famoso salteador perdió de vista a su víctima, o
su presa, y llegó a afilar el puñal sobre la misma piedra que había logrado refugiarse un infeliz
viajero.

A pesar de las penurias y asechanzas del sendero, los Coreístas hacían viajes casi regulares entre
Quito y Guayaquil; acostumbrados a las peripecias de los caminos, dueños de excelentes
mulares, conocedores de los más fáciles atajos, y rentados con sesenta y cinco patacones anua-
les, salían de Quito los miércoles por la tarde, llegaban a Guaranda el sábado por la noche, y el
lunes a medio día entraban a Babahoyo; de modo que las comunicaciones de la capital de la
Real Audiencia de Quito, tardaban tan sólo una semana para ser leídas en la ciudad de
Guayaquil.

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Un viajero de la época Colonial describe así un viaje; "De la llanura, entra el camino en uno de
los valles que bajan de la cordillera, el valle al principio es ancho, la gradiente suave, el río
bastante manso; pero poco a poco el piso, antes arenoso y lodoso, se presenta por trechos
bastante cascajo más o menos grueso; las montañas se acercan al curso del río; y entramos en la
región húmeda, en la que llueve casi todo el año, o a lo menos todas las noches.
Aquí principian las dificultades, el valle va angostando; la gradiente va siendo cada vez más
fuerte; por camellones se sube a las angostas mesetas; siguen una sobre otra a ambos lados del
río.
El viajero ya se entierra con su cabalgadura en lodazales hediondos y llenos de sustancias
pútridas; ya corre peligro de resbalar y caer en el precipicio de una quebrada, o de quedarse
clavado en una angostura de las rocas que cubren el camino, y entre las cuales, las bestias
torcién-

Por este lugar existía la antigua trocha del Camino Real hoy vía carrozable.
dose y halándose, apenas pueden pasar su propio cuerpo".
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Iguales a los descritos eran los caminos por el Corregimiento de Chimbo; en los seis meses de
invierno era casi imposible subir desde las Bodegas Reales de Babahoyo hasta la Capital de la
Real Audiencia de Quito; los senderos de Suyo, empinados en verano, en invierno se volvían
intransitables a causa de los desbordamientos de los afluentes del río Babahoyo, convirtiendo
las proximidades del río del mismo nombre en horripilantes atascaderos y lodazales.

La vía que, desde Caracol, Catarama, Zapotal, Guanujo, se llamaba Chazo Juan; Don Miguel
Agustín de Olmedo, padre del poeta Olmedo, decía; la vía de Balsapamba era la única que
merecía convertirse en camino más breve, más cómodo y más franco para todas las estaciones.

Este camino, mucho más traficado que el de Chazo Juan, pasaba por Sabaneta, Chaupiaco,
Balsapamba, Angas, la Chima, San Miguel y San José de Chimbo.

Por este camino, según el Rvmo. Antonio Bermeo, anduvieron los más ilustres personajes del
tiempo de la Colonia. Por él se transportaron pieza por pieza no pocos de los monumentos,
estatuas y maravillas que embellecen la ciudad de Quito. Por el se trasladaron a las poblaciones
interandinas, los primeros aparatos científicos, los libros, revistas y folletos de la ciencia
europea, y las armas para las gestas heroicas de la independencia. Por él se transportaron hasta
Tulcán y Colombia, los productos extranjeros que consumían españoles y criollos: el vino, el
arroz, el azúcar, la sal, el aceite, el cacao, el achiote, el añil, la zarzapaparrilla, el algodón, el
pescado, pasaron por la histórica cuesta de Angas; y por ella bajaron en cambio, los productos
de la sierra: el trigo, maíz, pactas, cebada, tejidos de lana, paños y géneros que iban a abastecer
los mercados de Lima, Chile, y Centroamérica.

El Corregimiento de Chimbo fue el brazo derecho del comercio Colonial, gracias al camino del
Guapo y a las numerosas recuas de acémilas que poseían los habitantes del Corregimiento, que
traficaban de Quito a las Bodegas de Babahoyo.

Teodoro Wolf escribe en 1.892: "a todas ¡as dificultades del camino, se agrega una cerrada y
tupida vegetación, demasiada exhuberante; abajo las raíces enredan las patas de las bestias, y los
árboles caídos los obligan a dar saltos mortales o rodeos muy largos. De arriba amenazan al
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jinete las mil clases de enredaderas, bejucos, espinos, ramas pendientes, árboles inclinados, y
por añadidura, todo está goteando humedad, porque rara vez los rayos solares penetran en estas
selvas húmedas, y no hay tiempo para evaporar tanta agua que cae todas las noches de nuevo.

Un silencio profundo reina en todos estos bosques primitivos, sólo de vez en cuando
interrumpido por el bramido de los monos, o la algarada de los loros; el grito de un arriero que
de lejos anuncia la llegada de una recua de burros. Es un consuelo.... bañados en sudor, trepan
hombres y animales las primeras gradas de la Cordillera.
En la altura de 600 a 800 metros, comúnmente en un punto de reunión de algunos valles y ríos,
el camino abandona la playa o valle del rio, toma |a ladera de un estribo de la Cordillera alta, y
sube en forma de zig zag sobre una cuchilla q cresta que es la línea divisoria de dos Valles...

Kilómetros y kilómetros de cuestas encarpadas con sus típicos camellones caracterizaban los
ascensos a la cordillera.
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Aquí llegan los camellones, aunque no faltan en los llanos ni en la montaña superior al mayor
grado de perfección o perversión, y completan en mal tiempo la desesperación del viajero. Los
camellones son inseparables en los caminos de la sierra, y consisten en unas lomas de tierra
paralelas o sendas zanjas transversales que se forman con la pisada de las, bestias, muchas veces
estos tienen dos y tres pies de profundidad y están llenos de agua y lodo".

Lo que no han descrito los visitantes famosos que hemos nombrado, al igual que los
historiadores antiguos, son las zanjas profundas que las bestias han erosionado, a través de los
siglos, de hincar su casco en la tierra delesnable, donde no se forma el "camellón", por cuanto
siendo la gradiente muy pronunciada y el terreno suave, en cada lluvia el camino se profundiza
más, erosionando al sendero que por tal motivo alcanza 3 o 4 metros de profundidad y en
algunos trechos, aún muchos

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El milenario trajinar por el famoso Camino Real produjo el desgaste de la roca nativa y el
consiguiente ahondamiento de la Trocha.
más; pero teniendo estas zanjas en muchas partes muy poca anchura, las bestias quedaban
algunas veces prácticamente aprisionadas a la altura de los bultos de carga.

La gravedad reside en la obstrucción que produce un animal así inmovilizado, causando un


embotellamiento de muy difícil solución. Los animales que descienden rápidamente de la parte
superior por estas pendientes, prácticamente se precipitan sobre el animal en dificultades,
complicando el problema. Un anciano de la zona, que hace muchos años traficaba por la cuesta
de Angas, atribuía el abandono del nombrado camino, precisamente a esa dificultad que según
se cree, ha surgido en el último siglo.

Añadía el informante, que los recuantes de salida estaban obligados a gritar en todo el trayecto a
voz en cuello para prevenirlos a los que descendían en estampida de la cordillera alta, y
viceversa. La única

solución en estos casos consistía en la dura tarea de descargar al animal aprisionada, y sacarlo
en peso de la zanja; indudablemente el abandono de la cuesta de Angas por los arrieros fue por
la dificultad del tránsito a causa de los motivos detalladamente analizados.

Pero prosigamos el tema relacionado con la Misión Geodésica Fran-cesa venida a la Real
Audiencia de Quito.

En el mes de mayo de 1.736 los Geodésicos salieron no por Cachan, Sabaneta, sino por Caracol
y Playas de Ojivar; este último río es navegable hasta el mes de mayo y permite subir con
facilidad más arriba de Catarama. Los sabios anduvieron muy bien informados al preferir el
Caracol a los otros ríos, el Palmar y el Clementina, porque evitaron así, extensiones
considerables de pantanos de los dos caminos nombrados.

Luego que los indios despachados por el Corregimiento de Chimbo llegaron a Caracol,
ayudaron eficazmente a los sabios a sortear las peripecias del sendero; anduvieron cuatro leguas
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por cacaotales, sabanas y platanales antes de acercarse a las orillas del Ojivar; continuaron la
jornada por los márgenes del río nombrado, vedeándole nueve veces con harto peligro por su
mucha rapidez, peñascos, profundidad y anchura.

A las tres y media de la tarde hicieron alto en una casa próxima a la orilla, cuyo sitio se
denominaba "Puerto de los Mosquitos".
El camino del Caracol hasta las riberas de Ojijvar, escriben los explora dores es tan cenegoso,
"que siempre caminábamos por pantanos y lodazales donde se hunden las mulas hasta más
arriba de las rodillas; pero desde las orillas del río, en adelante, el camino era más firme, el
nombre del paraje daba a entender lo que era la casa. En efecto, no solo se hallaba tan
desamparada, como la del trayecto de Guayaquil a las Bodegas del Rey, donde se refugiaron la
primera noche, sino que estaba cubierta por un enjambre de mosquitos de todas las especies;
fue tanto el ataque de los mosquitos, que algunos nos metimos en el río creyendo librarnos de
ellos de este modo, pero eran tantos que acudían a la cara, lo único descubierto, que en breve
nos hicieron abandonar nuestro intento para que el martirio se repartiese por todo el cuerpo.
El 15 de mayo, los viajeros en su segunda jornada, atravesaron espe-
sos montes del Chonta—Pata; recorrieron las faldas del Samama y salieron a la plaza de Pita,
con no menor peligro que en las jornadas anteriores; cuatro veces atravesaron a vado este último
rio y también el Sámama, el Santa Ana y el Guayabal, en los que se reúnen rápidos torrentes
que bajan de las regiones del sureste, y a las cinco de la tarde ganaron las risueñas márgenes del
río Caluma; en aquel paraje no había casa donde poder alojarse ni en todo lo que caminamos ese
día.
Las riberas del Caluma, tan habitadas al presente, estaban en aquel entonces completamente
despobladas; en 1.736 eran una jungla atestada de exhuberante vegetación, de panteras, reptiles
e insectos. Aquí los indios que acompañaban a los sabios entraron con presteza en la selva,
cortaron palos y hojas de bijao, y con ellos fabricaron varias chozas que sirvieron a todos de
defensa contra los aguaceros; en menos de una hora estuvieron concluidas con bastante
amplitud y tan bien techadas, que no les pasó agua, aunque llovió.

El camino de esta jornada fue menos favorable, mucha molestia causó la espesura del bosque;
había que tener sumo cuidado para no lastimarse con las malezas, pero a pesar de toda nuestra
atención eran inevitables los golpes en las rodillas y piernas, en los troncos; con la cabeza, en
las ramas gruesas; y muchas veces enredándose las mulas o los jinetes, entre los bejucos que

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atravesaban de unos árboles a otros, o caían quedando tan enredados en ellos, que no era fácil
salir de aquel embarazo sin mucho trabajo y con la ayuda de los otros.

El jueves 16 de mayo experimentaron clima algo más fresco, y prosiguiendo el viaje por
Tzarquiyacu Guamacpungo y Pacaná contemplaron el majestuoso paraje denominado "Mama
— Rumi", cuyo sitio está embellecido con una catarata de agua muy vistosa. El peñasco de
donde se precipita el agua, tendrá más de 116 varas de cortado a nivel, y adornada de frondosas
arboledas. Los indios llaman a la catarata, Pacha; y los otros, Chorrera.
Continuamos por este paraje, y después de haber vuelto a pasar el río otras dos veces sobre
puentes no menos peligrosos que aquellos vados, llegamos a las dos de la tarde a un sitio
llamado Tarigahua, en donde se concluye la jornada; y hallamos una casa de madera y bijao
muy bien fabricada, de intento para que descansásemos de las fatigas del camino, no menos
molestas que los antecedentes; porque en unas

partes eran frecuentes los precipicios y en otras tan estrecho el paso que a veces no cabían las
mulas con los jinetes, de lo que resultaban varios golpes contra los árboles y peñascos, de modo
que todos llegamos lastimados a la posada.
Los puentes eran tan peligrosos como los vados, porque siendo de madera y muy largos,
cimbraban al pasarlos, y todo su ancho se reducía a tres pies, sin ningún resguardo por los
costados; así, la bestia que tropezaba caía al agua y se perdía ella y su carga; como nos dijeron,
sucede con frecuencia.

Fabricábanse estos puentes todos los inviernos, para con su medio transitar; en el verano es
vadeable el río y no se necesitan; su duración es corta, lo que precisa hacerlos cada año de
nuevo; en estos climas se pudre la madera muy fácilmente. Se nota la despoblación que existía
en aquel tiempo en la región del subtrópico.

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Siempre que alguna persona de importancia tenía que subir desde Babahoyo por Caracol, el
Corregidor mandaba indios para que fabriquen las chozas necesarias para el hospedaje, esto es,
cuando se trataba de Presidentes, Obispos, Oidores o semejante; después, estas instalaciones
quedaban abandonadas y servían para los pasajeros comunes.

A las nueve de la mañana del día 17, los transeúntes empezaron a subir la empinada y famosa
"Cuesta de San Antonio", que principia en Tarigahua; a la una de la tarde llegaron al sitio que
los indios llaman Guamac y los españoles "Cruz de Caña"; en este sitio hay un pequeño llano
aunque pendiente y, según nos dijeron, es la mitad de la subida, en el que fue preciso hacer alto
para descansar de la fatiga del camino.

No es fácil describir lo asperoso de esta cuesta que empieza en Tariguahua, ni la maleza puede
compararse con la de las jornadas anteriores; su pendiente es tanta, que apenas pueden
mantenerse las mulas; en partes son tantas las estrechuras, que no cabe bien el bulto de la
cabalgadura, y en partes tan continuos los precipicios, que a cada paso
se encuentra uno.

Todo lo largo de aquellos caminos o estrechas sendas, de paso a paso están llenos de camellones
de tres cuartas de profundidad, y a

veces, más, dentro de los cuales las mulas van metiendo pies y manos, de modo que a veces
arrastran las barrigas y los pies del jinete, por el suelo.

Si es arriesgado y penoso aquel camino por los camellones, mucho más peligroso es en los
parajes donde no los hay, porque siendo la cuesta sumamente empinada y resbaladiza, por ser la
tierra gredosa y estar siempre mojada con las continuas lluvias, cada recuente de mulos tiene la
precaución de ir adelante de las muías, abriendo zanjas pequeña para que puedan ascender con
más facilidad; este trabajo se repite por cada recua que haya de pasar, porque las continuas
lluvias deshacen el trabajo del día anterior.

El sábado 18 de mayo, antes de proseguir el viaje, tomóse la temperatura de Guamacruz, que


llegó a 110 grados. Continuaron subiendo por Pinllupata y Yanasllapa, es decir, por un camino
igual al de la víspera. Al medio día llegaron al sitio denominado Pucará, final de la famosa
cuesta de San Antonio, que en cada subida da la impresión de haberse prolongado más.
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De las alturas de Pucará comenzaron a descender por la vía de Chaquiragra; y aquí fue a dar a
los viajeros afectuoso recibimiento, saludo y bienvenida al General José de Unda y Luna,
Corregidor de Guaranda, acompañado de las principales autoridades eclesiásticas y civiles del
señorío guarandeño y de algunos cholos a pie. La Indumer del General Corregidor llamó la
atención de los Geodésicos, En especial la casaca de chamelote gris y los pantalones de bayeta
de Castilla. Las recias espuelas que calzaba Don José, la silla de montar estaba chapeada de
plata, metal del que estaban hechos tanto el pretal como el jaquimón y los estribos de la briosa
mula en que estaba cabalgando el señor Corregidor.

Los caciques e indios formaban el séquito de la primera autoridad del Corregimiento, vestidos
de poncho azul oscuro, apretados con bandas de cinturón, cubiertos de turbante la cabeza, y en
las manos portando banderolas; divididos en dos o en tres compañías iban danzando delante de
los sabios, a su estilo.

Si el Sr. Corregidor se mostró caballeroso y benévolo con los viajeros, no menos lo fue la noble
población de Guaranda. Todos querían

conocer y saludar a los emisarios europeos que al cabo de tan penoso viaje, hicieron por fin su
ingreso a la floreciente ciudad de Guaranda el 18 de mayo de 1.736, al son de pífanos y
cornetas, entre los vítores y las aclamaciones de la entusiasta muchedumbre. Así dispensó
Guaranda cordial acogida a los comisionados por Felipe V, y por la Academia de Ciencias de
París.

Cuando Codín y los marinos españoles estuvieron hospedados en Guaranda, la verdadera capital
del Corregimiento, se encontraba todavía en Chimbo, de fundación española, el Corregidor,
empero residía en el pueblo de Guaranda.

El edificio del cabildo de Chimbo de 1.736 medía veinte y dos varas de frente por veintiocho de
fondo.

Las obligaciones del Corregidor residían en conservar en paz y justicia a los pueblos sometidos
a su jurisdicción, a defender y amparar a los indígenas como personas expuestas a las injurias de
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los demás, y a refrenar sus vicios, idolatrías y borracheras. Según los anhelos de los "solícitos"
monarcas españoles, el Corregidor debía ser personaje "aprobado en cristiandad, bondad y
cuerdo", y no de los que posesionándose de su cargo, degeneraban en sus obligaciones para
entregarse a sólo sus deleites, dejándose arrastrar de la codicia para hacinar dinero y regresar
rico a España.

Los soberanos se mantuvieron incansables en expedir ordenanzas e instrucciones para contener


a los Corregidores dentro de sus límites de sus deberes, asignándoles Reales Rentas de los
tributos de Indios y más ingresos: anualidades proporcionadas a las labores y categorías de cada
Asiento. Sólo los Corregidores de Riobamba, Latacunga y Esmeraldas, percibían anualidades
mayores que el de Chimbo, a quien, según Don Juan Pío Montúfar y Fraso, se entregaba mil
ducados de pensión anual.

Todas las sumas que el Corregidor cobraba por concepto de tributos, empleábalos en negocios
lucrativos, hasta diciembre, mes en que estaba obligado a enviar a las Cajas de la Real
Hacienda, el fruto de sus cobranzas.

El Corregidor era Presidente del Cabildo, Corporación que anual-

mente nombraba a las autoridades, casi todas nombradas entre habitantes de Chimbo y
Guaranda. Tan sólo duraban las Autoridades o empleados, un año, con el fin de evitar que sean
menos nocivos caso de salir malos.

Los Corregidores estaban obligados a la residencia, pero se conjetura que en 1.736 vivía ausente
de la cabecera, previo permiso de la Real Audiencia, a quien competía otorgárselo, según
legislación de indias.

En la población de Guaranda de entonces sólo había unos mil habitantes entre indios, mestizos,
criollos y españoles. Según testimonio de Jorge Juan, Sa gente de Guaranda, los españoles y
mestizos, consistían en unas 80 familias dedicadas al lucrativo trabajo del porteo (transporte de
carga); muy notable era el comercio, por ser el Corregimiento dientel, paso obligado de todo lo

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que entraba por Guayaquil, de Lima, Chile, Panamá y Centroamérica. (Tome nota el lector que
la gran mayoría del comercio descrito pasaba por Balsapamba y el Tambo de Angas).

La mayor parte de la población que según cálculos hechos por procedimientos estadísticos
basados en los libros bautismales, los habitantes de Chimbo, Guaranda, San Miguel, San
Lorenzo, Asancoto, Chapa-coto, Guanujo, Pallatanga y Tomavela (Salinas), sumaban unos 19
mil habitantes.

El Padre Juan de Velasco, en 1.779, incluía seis pueblos en el Corregimiento de Chimbo. El


autor de "Descripción del Obispado de Quito", pone en el Corregimiento de Chimbo los 8
pueblos siguientes: San Lorenzo, San Miguel, Ansacoto, Chapacoto, Guaranda, Pallatanga y
Tomavela.
Los pueblos señalados, según los historiadores, formaban una especie de corona en derredor
o asiento del Corregimiento de Chimbo. El Corregidor de Chimbo nombraba un Lugarteniente
en cada uno de -los pueblos mencionados, el mismo que entraba a ejercer su cargo pre-^B vía
la fianza de algunos vecinos del luegar.

El Corregidor de Chimbo tenía fama de suma estrictez en cuanto a la fianza de sus


Lugartenientes; una Cédula Real expedida desde Madrid a la Audiencia de Lima, decía:
"Ordeno y mando que cualquiera de los

Corregidores que fuere alcanzado en alguna suma, sea condenado a perpetua privación del
oficio y desterrado por seis años a la guerra de Chile".

Establecido el Tenientazgo, el Corregidor estaba obligado a remitir mensualmente las


cantidades cobradas por concepto de los tributos; si el Lugarteniente no cumplía con su
compromiso, nada iba perdido, porque los fiadores estaban obligados a pagar el faltante.

La prolijidad de detalles los tenemos gracias a los ilustres visitantes del año de 1.736, los
Geodésicos de hace casi 250 años atrás. De haber pasado esta misión por el territorio de
Balsapamba y el Tambo de Angas, mejores detalles habríamos tenido sobre estos lugares en la
Colonia; como recordará el amable lector, la Comisión salió por Chazo—Juan aquel mes de

71
mayo, para subir más arriba por el río Catarama—Playas de Ojivar, evitando así los pantanos en
gran trecho.

Una y otra vez diferentes historiadores nos han legado la información que la gente del
Corregimiento y sus pueblos aledaños, se ocupaban en el transporte de carga y comercio entre
Babahoyo y Quito.

Según historiadores, rodeaba a Guaranda, Guanujo y San Miguel, grandes dehesas de


abuntantísimos pastos. El Capitán Juan Sánchez Barragán, de Chimbo, era dueño de grandes
yeguadas de renombre, en que se criaba y corrían mulares de fina sangre; fallecido el Capitán en
mayo de 1.697, sus herederos proporcionaron las cabalgaduras para los Geodésicos; los Sánchez
Barragán vencían cada mulo, en 30 patacones; y los alquilaban "para abajo y para arriba", en un
peso de ocho reales.

En el cuaderno "Historia, Cuento y Leyenda", editado en Chimbo el año de 1.965 por cumplirse
430 años de su fundación, hay un dato curioso que concuerda con la existencia del Capitán Juan
Sánchez Barragán, en el aludido cuaderno dice: "hasta nuestros días ha llegado un acuerdo de
aquellos guerreros descendientes de españoles, cuya fe ha traspasado el tiempo con lozanía
hasta el momento actual.

Todos hemos sido testigos de aquella escritura grabada en la roca con elegantes caracteres. Se
trata nada menos de una cruz compuesta de dos sólidos brazos romboidales; el más pequeño
atraviesa en el cuarto superior al más largo, formando de esta manera la cruz en mensión.
El bloque perpendicular mide alrededor de dos metros treinta y cinco centímetros, y el bloque
horizontal mide un metro, terminada en forma de una media esfera con un pequeño apéndice
que sobresale.

Las circunferencias están engastadas en un estuche. Las aristas, elegantemente esculpidas sobre
granito compacto y sólido, formado de una sola pieza, revela la calidad del artista que diseñó
esta magnífica obra. La cruz fue partida por un rayo en dos partes, pero Sos moradores del lugar
mandaron a poner una pieza metálica por dentro, asegurándola con cemento, Cuando la cruz
estaba intacta, ocho medias hojas se repartían a cada uno de los lados formando una especie de
corona, la semicircunferencia de los brazos.

72
Varios expertos en el arte decían que se trataba de un bloque único tallado en una sola piedra,
pues parecía que la pericia del artista no dejó huellas de unión.

Posteriormente con el tiempo, iban asomando ligeras rayas en la unión de los brazos de la Cruz.
El pedestal en forma de prisma de sección cuadrada de los brazos de la cruz, sigue
prolongándose del eje mayor de este monumento que descansa sobre piedra labrada en el suelo".

Como ya se dijo, esta cruz la mandó a trabajar el Capitán Don Juan Sánchez Barragán, hermano
de don Lorenzo, y el Dr. Antonio Sánchez Barragán, cuya firma está en los libros matrimoniales
del archivo eclesiástico de Chimbo, el mismo que fue también hermano de don José Sánchez
Barragán, que fue mayordomo y síndico de la Iglesia Matriz del lugar (de Chimbo), según el
documento histórico del año 1.768.

La inscripción en el prisma cuadrangular dice: "Trazó esta Santa Cruz el Capitán don Juan
Sánchez Barragán, rueguen a Dios por él a 2 de Mayo de 1.697". Varias personas han leído
también y han interpretado a su manera, ya que una cuantas palabras representan signos, y leen
en esta otra forma: "Aviso está muerto el Capitán don Juan Sánchez Barragán, ruegue a Dios
por él a 2 de Mayo de '1692" pues el último número del año parece 7 y parece 2

Este importante monumento histórico y artístico, no se repite en lo que hoy es Provincia de


Bolívar.
De los pastos del difunto Capitán, salían gran número de mulares para el transporte de carga
desde las Reales Bodegas de Babahoyo a la Capital de la Real Audiencia de Quito. Tan sólo en
una festividad, la de la Virgen del Carmen, se vendieron cerca de setenta mulares, por mil
novecientos cincuenta patacones de nueve reales.

73
LAS GRANDES CATÁSTROFES
EN EL TIEMPO DE LA
COLONIA

En la provincia de Bolívar y aún en Balsapamba, se ha podido comprobar que existen dos capas
o estratos de cenizas volcánicas, las dos vetas se hallan separadas entre sí por más o menos unos
40 centímetros (esto es muy relativo); estos vestigios nos demuestran que las grandes
erupciones volcánicas si han alcanzado también esta zona en el pasado. Entre las capas o
acumulaciones existen muchos vestigios de civilizaciones aborígenes desaparecidas; las capas
de cenizas se las encuentra en sitios donde la erosión, lo mismo que la sedimentación, no han
he-cho sus efectos en los últimos tres siglos, pero su existencia está plena-mente ubicada en el
sector del valle del río Cristal, en Balsapamba.
74
Tenemos que buscar estas capas siempre en terrenos de poco declive, en algunas partes los
sedimentos del río lo han cubierto y conserva-do casi en perfecto estado; tengo la evidencia de
que este descubrimiento nos conducirá hacia la solución de muchos enigmas, y más que nada, a
una pauta verdadera de los abundantes vestigios aborígenes de esta zona, faltando se obtenga
dataciones de Carbono 14 y otros, para llegar a una conclusión absoluta.

Mientras tanto, dada la profundidad de la capa en mención, estimo como algo hipotético que la
veta de más profundidad debe proceder del año de 1.698, cuando por un terremoto según la
historia, se produjo el hundimiento del Carihuairazo y tres prósperos y ricos territorios, lo que
ahora es Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo, con sus pueblos, aldeas, fincas y haciendas que
fueron destruidas y barridas

De Ambato primitivo no quedó ni el sitio, y solamente en las partes pobladas desaparecieron


bajo los torrentes de lodo, 556 españoles y 1.200 indios; la población tuvo que hacerse en otro
lugar. La capa de ceniza situada más a la superficie, que también es mudo testigo de trágicas
épocas, puede datar del 4 de febrero de 1.797, cuando en toda la extensión entre Popayán y Loja
se inició un espeluznante terremoto que duró 30 días consecutivos.

Provincias enteras quedaron arruinadas, pues lo que ocurrió en aquella época es un verdadero
hundimiento de la cordillera; dice González Suárez: "Llanuras enteras quedaron convertidas en
hondonadas; los valles se transformaron en cerros, y hubo cerros que, desquiciándose de sus
cimientos, cayeron sobre los llanos y los cubrieron variando por completo el aspecto de la
topografía. La elevada colina del Cuica descendió sobre la ciudad de Riobamba y sepultó, bajo
una enorme loma de tierra, gran parte de la población; rasgóse el suelo dejando abiertas hondas
75
quebradas en unos sitios, tragando árboles, huertos, casas y ganado en otros, al mismo tiempo
que se inflamó el Altar, el Tungurahua, el Quilotoa y el Igualata.

La laguna de Quilotoa arrojó llamaradas, y se propagaron al contorno emanaciones tóxicas que


mataron a los ganados que pacían en los lugares próximos. Algunas fuentes de agua y
manantiales se perdieron del todo, y otros brotaron en lugares donde antes no los había".

Indudablemente la Cordillera de los Andes se desequilibraba por un momento, y hundiéndose


cambiaba de nivel disminuyendo su enorme elevación; la catástrofe fue precedida por una
temporada de muchos calores y de una sequía general. Pocos momentos antes del primer
terremoto se oyeron ruidos subterráneos espantoso, como si trozos gigantescos de la gran
cordillera andina se hundieran cayendo a los abismos del globo, o como si ríos caudalosos y
cataratas secretas, corrieran a estrellarse con ímpetu en las rocas que forman la corteza sólida
del planeta.

Guaranda, Alausí, aldeas y campos de esas zonas, se convirtieron en montones de polvo; y


añade el historiador: "Y solamente en esas comarcas y de Riobamba y Ambato, se calcula por
entonces que se habían extinguido como 20.000 personas, en medio de las más pavorosa de las
tragedias".

El Corregimiento de Chimbo de entonces, según el historiador Ángel T. Barrera, tuvo los


siguientes linderos: al norte, Latacunga; al sur, Cuenca; el este, Riobamba; y al oeste, el
Gobierno de Guayaquil.

El 29 de Agosto de 1.674, hubo el terremoto que causó la completa destrucción del


Corregimiento de Chimbo; ni el terremoto de 1.645 que destruyó Riobamba, ni el de 1.697 que
sepultó Guaranda, afectó mayormente el Asiento del Corregimiento de Chimbo.

Aseguran muchos historiadores que muchas personas, con la esperanza de salvarse de la muerte,
salían en busca de refugio y sólo encontraron un fin horrible; todo temblaba, y en la catástrofe

76
se destruyeron 8 pueblos casi totalmente. Era de tal magnitud la catástrofe, que la corona
española exoneró al Corregimiento del pago de muchas obligaciones por muchísimo tiempo.

Algunos historiadores afirman que con este terremoto finalizó el Corregimiento de Chimbo, y
otros creen, y con mucha razón, que fue el terremoto de 1.775 el que terminó y arrasó, dejando
sólo un montón de escombros, lodo y tembladeras. Es verdad sí, que el terremoto de 1.674
terminó en gran parte con el progreso del asiento de San Joséf del Chimbo, pero no perdió su
autoridad como cabecera de la administración del Corregimiento; en consecuencia, seguían en
el lugar las autoridades correspondientes. Pero con el terremoto de 1.775 quedó totalmente
arruinado el asiento del Corregimiento de Chimbo; y el año de 1.776, se trasladó la autoridad a
Guaranda.

Cuentan los antiguos chimbeños, y lo han acogido algunos historia-dores, que unos días antes
del terremoto de 1.775, los chimbeños estaban de fiesta, había toros y muchas otras
distracciones; todo el mundo se divertía a su gusto, y se comentaba que este evento había
superado a todas las anteriores festividades. En el último día de la fiesta, por la mañana, de
repente asomó sobre el cielo una gran ave de rapiña de aspecto misterioso y desconocido. Gran
alboroto y nerviosismo cundió entre los habitantes, y un grupo de jóvenes armados de escopetas
y carabinas, prestamente se organizó con la intención de dar caza al raro y enorme águila, que
luego de sobrevolar varias veces las ciudades, se posó en el cerro Susanga sobre un giantesco
árbol, destacándose su figura claramente desde la plaza de Chimbo.

El grupo de cazadores ascendió resueltamente hacia el espeso bosque, y luego de corta


persecusión lograron dar caza al ave, a la que colocaron sobre unos palos en forma de cruz
abiertas sus alas, y así lo pasea-ron por calles y plazas triunfal mente; diversos comentarios
suscitáron se entre los espectadores, arguyendo la crueldad de los cazadores contra el indefenso
ave, y otros condenaban la forma de colocar al ave en un madero en cruz; y no pocos veían en el
acontecimiento un mal presagio que pendía sobre el futuro de la ciudad.

Ese mismo día, ya entrada ¡a tarde luego que todos se retiraron a sus casas, el pueblo quedó en
completa calma luego de los días festivos; por la ciudad se extendió una densa y espesa neblina
cubriéndola por completo y de súbito comenzó a temblar el suelo, cada vez con más fuerza se
77
retorcía la tierra y el terror y pánico cundió en el ánimo de toda la gente, Por todos los ámbitos,
gritos de dolor y desesperación, confundíanse con espantosos ruidos subterráneos que ahogaban
los estertores de la muerte de cientos de víctimas atrapadas, trituradas o enterrados vivos.
Algunos de los sobrevivientes enloquecieron, otros corrían sobre los montones de escombro a
través de quebradas y cerros, llamando a sus seres queridos a grito destemplado y lastimero, sin
encontrar respuesta ni consuelo.

Dice Basantes: "El desprendimiento de la media parte austral de la enorme mole de! cerro
Susanga, a cuya base se extendía la antigua Chimbo Colonial, se había asentado sobre la ciudad
sepultándola casi por completo. Los pocos sobrevivientes tuvieron que alejarse del lugar
cubierto de fangoso limo, buscando refugio en campos y pueblos aledaños, agobiados por el
amargo dolor de llevar en su mente la horrorosa imagen de un suelo que no les parecía el suyo,
sino que manos infernales lo hubieran descompuesto como para que ningún ser en el pudiera
existir. Campos que en otro tiempo fueron de alegría, quedaron borrados de su faz risueña,
transformados en siniestros rostros de terrorífico mirar, cuya tradición ha llegado hasta
nosotros".

El historiador Ángel T. Barrera dice: En el año de 1.789 se verificó el traslado del


Corregimiento de Chimbo a Guaranda; también indica que el sábado 4 de febrero de 1.797,
Guaranda y Riobamba fueron arruinadas totalmente por un terremoto, y esto fue causa para que
sus principales familias emigren a otros lugares. En 1.802, Guaranda fue azotada por un furioso
incendio que redujo a cenizas casi todos sus edificios, el fuego comenzó en una herrería del sur
de la ciudad.

78
Muy claramente se aprecia en esta fotografía la media parte austral del cerro Susanga que cayó
sobre la antigua Chimbo Colonial.

Aseveran algunos historiadores que, una vez trasladado el Corregimiento de Chimbo a


Guaranda, esta autoridad se dio a establecer tambos y hospederías a lo largo del camino de
Guaranda a Babahoyo, para fomentar el tráfico obligado por este camino, arteria de comercio y
principal fuente de riqueza del Corregimiento.

El. Corregimiento de Guaranda tuvo una vida corta, por cuanto esa época se hallaba ya en los
albores de la emancipación del dominio es-pañol.
Los grandes movimientos telúricos no llegaron con fuerza desvastadora al litoral; son las
mesetas andinas las que han sufrido su impacto a través de siglos, especialmente en tiempo de la
Colonia. Los principales flagelos en la costa y el litoral, lo constituyeron los incendios, así como
los asaltos de los piratas.

Según la historia, Guayaquil a través de sus tres siglos de vida colonial, y especialmente de
1.577 a 1.591, los piratas tuvieron en permanente zozobra a la ciudad; entre ellos se destacaron
Francisco Drake y Tomás de Cavendish. En 1.624, el holandés Jacobo L'Hermite Clerck, asedió
duramente a Guayaquil, aunque rechazado en titánica lucha por los vecinos en duros combates
de cuerpo a cuerpo, a la larga la ciudad

quedó asolada y fue habitada algún tiempo por una sola familia.

Estos ataques a Guayaquil eran concebidos en un plan de guerra contra España, por parte de
Inglaterra, Francia y Holanda; y estas naciones premiaban con honores y dignidades a los
asaltantes.

Otro asalto al puerto perpetró el francés Groignet, quien encerró a sus habitantes como rehenes
y exigió rescate personal, a más de la entrega de 400 sacos de harina y un millón de pesos de
79
oro que debía dar la Real Audiencia de Quito, so pena de pasar por "cuchillo" a todos los
habitantes guayaquileños presos.

Además, los piratas se llevaron la mercadería de los almacenes, la vajilla de oro y plata de las
casas, y 100 mujeres "escogidas"; y Guayaquil quedó arruinado y pestilente; los cadáveres se
pudrían en las callas y las playas; el aire era irrespirable, y la ciudad quedó desierta; los cerdos y
los perros hollaban los cadáveres y los ganados se remontaron a los manglares.

En cierta época los piratas se llevaron a la Isla Puna gran número de hombres y mujeres, y en
esa isla se instalaron por algún tiempo pidiendo rescate por los rehenes, además cada día
Guayaquil tenía que abastecer con dos canoas grandes de víveres.

En 1.705 hubo en Guayaquil un formidable incendio que destruyó gran parte de la ciudad;
cuatro años después vinieron otra vez los pira-tas.

Otro incendio, el de 1.764, dejó a la ciudad a pavesas, y se calcula-ron que las pérdidas
ascendían a 1 '500.000 pesos.

Por todas estas desgracias y desventuras que sufrió Guayaquil en aquella época, sus constantes
servicios a la Corona, siendo Guayaquil un importante astillero en la costa del Pacífico, esta
ciudad fue recompensada por el gobierno español con muchos e importantes privilegios muchos
de ellos de capital importancia—, como aquel de permitir el comercio con México a pesar de
una prohibición anterior; la concesión del monopolio para la construcción de barcos pequeños y
grandes; además de la facultad de elegir de entre sus propios vecinos distinguidos, los altos
funcionarios del Corregimiento, como Contador y Tesorero, etc. También recibió la ciudad, el
título de NOBLE Y LEAL, según eran las principales ciudades de España e Indias.

80
PRIMERAS MANIFESTACIONES

CONTRA EL COLONIAJE ...

ESPAÑOL

Ya en el año de 1.592, Quito dio muestras de un inusitado fervor libertario y de airada oposición
a las autoridades peninsulares. Aquel año la Corona Española emitió por Cédula Real, un nuevo
tributo, LA ALCABALA, un impuesto de dos por ciento sobre todo lo que se vendía en los
81
mercados: los alimentos, hasta el maíz y más frutos de la tierra, con el pretexto de la creación de
una flotilla de barcos para defender a los puertos del Pacífico, contra los constantes ataques de
los piratas; este decreto colmó la paciencia de los quiteños que se encontraban ya muy
descontentos con la administración colonial.

El cabecilla de la insurrección, Moreno Bellido, fue apresado, pero el pueblo quiteño se lanzó
como una gigantesca ola humana sobre la cárcel, y liberó a su caudillo y lo paseó en hombros
por las plazas y calles de la ciudad.

El Presidente de la Real Audiencia, de apellido Barros, sorprendido por la inusitada actitud del
pueblo suspendió la aplicación del decreto, y simulaba doblegarse a los requerimientos del
populacho, y este a su vez creía haber triunfado en su oposición a la creación del impuesto. Pero
el Presidente Barros secretamente pidió al Virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, tropas
para sofocar y castigar a los insurrectos; y a fines del año de 1.592, llegó a Quito la alarmante y
sorpresiva noticia que las tropas del Virrey se hallaban ya en Chimbo, siendo inminente su
avance a la capital de la Real Audiencia. Estas tropas venían al mando del Capitán Pedro de
Arana, conocido como cruel y despiadado en su oficio.

Moreno Bellido denunció en el Cabildo la traición del presidente Barros, y las campanas de las
iglesias tocaron a rebato convocando al pueblo de Quito; se recogió hasta el último pedazo de
bronce y plomo para fundir balas de cañón; y por primera vez so hablo ya de una total
independencia de España, inclusive proyectaban un viajo a Inglaterra en busca de auxilios.
En la noche del 28 de diciembre de 1.592, sonaron los primeros disparos en la Plaza de la
Independencia; Moreno Bellido al frente de los insurrectos atacó el Palacio de Gobierno, pero
cayó de un tiro disparado por los defensores; la multitud enardecida tomo el Palacio, el mismo
que había abandonado pocos minutos antes el Presidente Barros medio desnudo, saltando por
una ventana. Los sacerdotes pudieron calmar al pueblo, y Barros pudo salir de su escondite,
82
pero hubo de guardar prisión en la casa del fiscal, y se le arrancó la promesa de no proseguir en
el cobro de las Alcabalas.

Pero en Enero de 1.593, Arana había avanzado ya a Riobamba y allí se mantenía a la espectativa
en miras a los acontecimientos en la capital. Los historiadores de la época no nos han dado
ninguna información que trasluzca el motivo que tuvo Arana en detenerse en Riobamba;
posiblemente lo hizo por su escaso número de tropas consistentes en tan solo 60 hombres, o
talvez intuía que la presencia de su tropa podía empeorar la tensa calma reinante por momentos,
en la capital de la Real Audiencia de Quito.

Sabiéndose en Quito del avance, el pueblo nuevamente salió a las calles al toque de las
campanas a rebato, con un nuevo jefe p caudillo llamado el "campanero"; pero como era de
esperarse, a la postre el pueblo y su rebelión fue dominada, y algunos de sus cabecillas ejecuta-
dos, siendo cobrado el nuevo impuesto de todos modos. Así llegó a su término uno de los
primeros intentos hispanoamericanos con miras a la emancipación; y sólo 200 años después se
llevó a efecto el viaje en bus-ca de ayuda en Inglaterra.

Cuando ocurría la Revolución de las Alcabalas, Chimbo tan sólo era Asiento, pero este pueblo
tuvo un papel relevante en dicha rebelión. Según González Suárez, Arana detúvose allí para dar
descanso a sus

tropas, situación que aprovechó e! Sr, Cura de Chimbo, Hernando de Villanueva, para dar aviso
a los insurrectos de Quito de la presencia ingrata de esta tropa en el Asiento de Chimbo; este
Cura, extraordinariamente sagaz y valiente, inclusive en un acto de peligrosa temeridad, - hizo
capturar o "desandar" a un posta enviado por Arana a Quito, con un oficio al Presidente de la
Real Audiencia; abriendo ¡a comunicación se interpuso de su contenido y dio detallada
información a los insurrectos.

El Cura Vicario Hernando Miguel de Villanueva, debe haber sido un personaje muy importante
en una ciudad igualmente descollante, para que en franco desafío contra las tropas enviadas por
el Virrey del Perú, ose cometer semejante acto de rebeldía; se cree que la situación del Sr. Cura,
83
al regresar otra vez las tropas de Arana a Chimbo, debe haber sido muy embarazosa, o mejor
dicho peligroso, pero no hay noticias sobre alguna represalia tomada contra el religioso, por
Arana.

El acto del Sr. Cura Vicario de Chimbo, nos demuestra que también en este asiento reinaba el
descontento y la oposición al cobro del impuesto de la Alcabala; de igual modo se trasluce, que
el clero no era incondicional servidor y sostenedor del coloniaje español, como se ha pretendido
afirmar continuamente.

Los historiadores chimbeños sostienen que la estadía de Arana en Chimbo durante algún
tiempo, demuestran la importancia de esta ciudad como para abastecer de vituallas a los 60
efectivos de tropa del General Pedro de Arana; y efectivamente, el Asiento de Chimbo fue
elevado a la categoría de Corregimiento poco tiempo después de los acontecimientos en
referencia, igual que Riobamba y otras ciudades de la Real Audiencia.

Este libro conlleva la finalidad de enfocar los acontecimientos que propiciaron la emancipación
desde ángulos menos trillados, si cabe el término, y desde luego destacando facetas y hechos
acaecidos en lo que hoy es Provincia de Bolívar, que han coadyuvado a la independencia
ecuatoriana. Además, se trata de sacar a consideración hechos, que fuera de la Real Audiencia,
han acelerado el proceso de emancipación de esta región; estos acontecimientos encontraremos
tanto en América como en Europa.

Siguiendo los hechos de una manera cronológica, tenemos que, en 1.765, unos 55 años antes de
la emancipación total, se produjo un levantamiento — protesta por la creación del Estanco de
Aguardiente y la Aduana de víveres. Estos acontecimientos fueron otra demostración de la viril
rebeldía de los quiteños contra la tiranía española.

Sintetizando los hechos más importantes contra el colonizaje español en América,


destacamos el levantamiento de TUPAC AMARU II, indio que puso sitio a las ciudades de
Sorata y La Paz. Reuniendo 1 más de 10.000 hombres, comenzó su rebelión dando muerte a un
Corregidor en tierras del Perú, y no hubo perdón ni cuartel para español que cayera en sus
manos. "Mi causa es la de los Indios y de los Criollos", proclamaba Tupac Amaru. Pero a la
84
postre fue derrotado, y en la Plaza Principal del Cuzco, en presencia de su mujer e hijos, le fue
cortada la lengua el 18 de mayo de 1.781, y después fue descuartizado por cuatro caballos; pero
antes de sufrir el suplicio, gritó al Jefe español: "tú y yo somos culpables únicos, tu por explotar
al pueblo y yo por quererlo liberar de tanta tiranía".

La muerte de TUPAC AMARU CÓNDOR CANQUI. desalentó en gran manera a los


independentistas de Quito.

Por aquel tiempo, Eugenio de Santa Cruz y Espejo, hombre de espíritu mordaz y combativo —
explicaba— refiriéndose a la opresión española: "vivimos en la más grosera ignorancia y la
miseria nías deplorable". Espejo, hombre de ciencias, escritor y literato elemento popular y de
origen humilde, propagó un plan de emancipación y de independencia republicana.

Decía de él, el Conde de Selva Alegre: "Este joven más ilustre por sus virtudes patrióticas que
por el esplendor de su cuna, me honra con su amistad desde su niñez".

En el año de 1.792, Espejo con ayuda de sus protectores, publicó un periódico llamado
"PRIMICIAS DE LA CULTURA DE QUITO". El Presidente de la Real Audiencia comenzó a
sospechar de Espejo, y en 1.795 fue apresado; de la Biblioteca Pública que era Director, pasó a
una celda húmeda y pestilente, donde pronto enfermó, y en la más espantosa miseria, falleció
pidiendo a sus acreedores que "le perdonen por amor de Dios".

De un larguísimo proceso que se le había instaurado, se dedujo que muchísimos hombres


notables de Quito y de varios países de América española, trataban de propiciar una
insurrección —este este era el término que se usaba entonces—, y poco eran los que entendían a
cabalidad el significado de "Revolución".

Cuando en ¡a Revolución Francesa informaron al Rey Luis XVI que el pueblo se había tomado
la Bastilla, este reaccionó diciendo: "Pero esto es una rebelión"; No sir —le contestaron— ¡es la
Revolución!; término difícil de entender y que los Reyes estaban reacios a aceptar. Hasta en los
tiempos modernos se creía de origen divino a los monarcas.

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En la Revolución Francesa, fue la nobleza la que dio inicio a la rebelión, pero poco a poco
fueron incorporándose las masas populares, y finalmente este movimiento quedó en la mano de
la "hez" del pueblo. Las estatuas imponentes de los Luises fueron derribadas de sus pedestales y
en su lugar se ubicó la Guillotina; la tumba de Luis XV fue demolida y sus restos esparcidos por
calles y plazas; Luis XVI ascendió las gradas del pedestal de los Luises y fue guillotinado; poco
tiempo después lo siguió María Antonieta, Archiduquesa de Austria, Reina de Francia, y todos
los días el pueblo pudo disfrutar viendo rodar las cabezas de la nobleza francesa.

Una revolución no puede detenerse, y si lo hace se extingue; los que la iniciaron ya no la pueden
detener la revolución es como una gigantesca roca que una vez que inició su raudo descenso por
una montaña, ya no hay nadie quien la detenga.

Para entender a cabalidad los motivos de la independencia americana, tenemos que buscar en las
raíces de la Revolución Francesa, que indudablemente dio al traste con el "origen divino" de los
monarcas.

Napoleón Bonaparte era un oscuro oficial francés egresado de la escuela militar de París, pero
una feliz coyuntura permitió al ambicioso militar ascender vertiginosamente. El año de 1.793, el
gran puerto de Tolón, poderosamente defendido por españoles a ingleses que lo ocupaban, iba a
ser atacado por el ejército francés. Napoleón Bonaparte fue nombrado comandante provisional
de la Artillería, y se apresuró a proponer un audaz plan de ataque, que fue aceptado y permitió
ocupar la Plaza, rápida y eficazmente.

El joven oficial de sólo 24 años, fue ascendido en el acto a General de Brigada; Pero juego de la
caída de los Jacobinos, fue destituido; pero Barros, el hombre fuerte del momento, lo llamó de
nuevo para que se hiciera cargo de la Artillería, y la insurrección fue aplastada con feroz e
increíble celeridad. La recompensa fue el ascenso a General de División.

Veinte días más tarde ¡legaba Bonaparte a Niza, cuartel general del ejército de Italia, y pusieron
a su mando tropas mal equipadas e indisciplinadas. De inmediato planeó, construyó y organizó
con indomable energía, y de seguido conquistó a los soldados con su personalidad y los sedujo
con sus promesas de riqueza y gloria: ''Soldado del ejército, ten coraje".

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Las tropas cruzaron los Alpes, aniquilaron a los Piamónteses; derrotaron en varías batallas a los
austríacos; y ocuparon Genóva, Parma, Módena, Milán y Roma. Los austríacos tuvieron que
firmar el Tratado de Farmio. Cuando Sos ejércitos de Napoleón se. hallaban a 120 kilómetros de
Viena, el Rey de Cerdeña se vio obligado a solicitar un armisticio.
Cuando Napoleón regresó a París, fue recibido triunfalmente; con 14 batallas y 80'combates,
había extendido el poder francés desde Bélgica hasta Lombardía,

Pero las intrigas se multiplicaron a la sombra de las envidias, los celos; el joven General era
demasiado famoso y poderoso. El directorio decidió alejarlo, nada mejor que encomendarle una
misión imposible: encargándole una expedición contra los ingleses. Napoleón comprendió los
móviles, pero no perdió la serenidad convencido de que "Francia caería en sus manos tarden
temprano, como un fruto maduro".

Con un ejército de 50.000 hombres, Napoleón desembarco en Alejandría y después de una


brillante batalla "De las Pirámides", se rindió el Cairo. Pero la poderosa flota británica aniquiló
navíos franceses en Abukir; Napoleón midió por primera vez el poderío naval inglés y se
percató que su expedición en un continente aislado estaba al borde del fracaso; sin más, dejó en
su lugar a Kléber, su hombre de confianza; y logrando burlar el bloqueo inglés, otra vez ¡legó
triunfalmente a París.

El pueblo, cansado del inepto gobierno del directorio, intuía que el glorioso General era el único
capaz de poner orden en el caos Napoleón aprovecho el desorden y mediante golpe de estado, el
9 de noviembre de 1.799, disolvió el Directorio y creó un Gobierno al que llamó Consulado;
después de poco tiempo fue nombrado Primer Cónsul, asumiendo poderes casi dictatoriales.
Después de poco tiempo atacó otra vez a Italia; los austríacos vigilaban todos los pocos pasos en
los Alpes, menos el de San Bernardo que se creía infranqueable, pero Napoleón lo cruzó con su
enorme ejército, ocupó Milán, y se enfrentó en el llano de Marengo; al cabo de una enconada
batalla logró imponerse en forma decisiva. Los austríacos firmaron la paz en Luneville, y los
ingleses el Tratado de Amiens.

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Entre tanto la expansión francesa proseguía, Italia quedó convertida en república anexada a
Francia, pero Inglaterra, eterna enemiga, se puso al frente de una nueva coalición contra
Bonaparte; los puertos franceses fueron bloqueados y la presión se hizo intensa.

Mientras Napoleón preparaba un enorme ejército para invadir Inglaterra, hizo que se le otorgara
el poder Imperial; la proclamación fue realizada el 1 8 de mayo de 1.804.

El 2 de Diciembre de 1.804, en medio de un esplendor inusitado, el mismo Papa Pío VII


coronaba en París, al nuevo Emperador y su esposa Josefina. El Emperador se ciñó la corona
con sus propias manos.

Pero el ataque al ejército coaligado no se dejó esperar y las tropas listas que estaban para hacer
la guerra a Inglaterra, tuvieron que marchar hacia el Rin, donde iniciaron una serie de batallas.
Llegaron hasta el Danubio, aniquilaron a los austríacos en Um ocuparon Viena; y derrotaron a
las tropas austro—rusas en Austerlitz, el mismo día que el imperio cumplía un año de
existencia.

Diez meses después, los prusianos eran derrotados en Jena; otros ocho meses después, los rusos
caían abatidos en Friedland. Sólo Gran Bretaña, señora de los mares, permaneció erguida. Lord
Nelson, el gran marino que en 1.798 frustró la campaña francesa de Egipto, volvió a dar un
golpe mortífero a la Armada Francesa en Trafalgar, en 1.805.

A pesar de estos contratiempos, el Imperio de Napoleón Bonaparte había llegado a su mayor


gloria; pertenecían a Francia: Holanda, Bélgica, Coracia, Dalmacia y parte de Italia; además,
tenía poder sobre Varsovia, la Confederación del Rin y España, donde colocó a su hermano
José, en el trono peninsular.

Indudablemente, las noticias de todos estos hechos llegaron a la América Hispana como un
reguero de pólvora, e impactaron hondamente del sentir y pensamiento americano: los reyes
"ungidos por Dios", depuestos, apresados, decapitados. Cuando antes algún patriota atentaba
contra la vida de los monarcas o sus allegados, los castigos eran el suplicio, el tormento de la
rueda, que consistía en romper todos Sos huesos de la víctima, para así poder tejerlo en los
88
rayos de una rueda de carreta; o la horca, que en tales casos consistía en colgar por el cuello a la
víctima y antes de morir completamente lo descolgaban, lo revivían y lo volvían a colgar; así
indefinidamente, con la consigna que tenían los verdugos de ''hacerla sufrir mil muertes”.

El hombre, con su prodigiosa inteligencia ha dado Inusitado bienestar a la humanidad, y ese


mismo saber es capaz de Inventar y descubrir torturas y horrorosos suplicios contra sus
semejantes. Todavía en el Oriente Medio, en algunos estados se practican métodos como cortar
la mano al ladrón; y aún peores e increíbles métodos, como el de introducir a la víctima una
estaca por el colon hasta los intestinos; este palo con su víctima lo plantan en la plaza principal
del lugar donde agoniza muchas veces durante algunos días.

Pero volvamos a los acontecimientos que impactaron profundamente en el ánimo de los pueblos
subyugados de la América Hispana. Los Reyes Franceses depuestos y decapitados; España bajo
el dominio de Napoleón; la abdicación de Carlos IV, y el cautiverio de su hijo y heredero
Fernando Vil. Estas increíbles noticias circularon por las colonias produciendo sus efectos, que
no se dejaron esperar. Un núcleo de antiguos amigos de Espejo no esperaba más que este
pretexto, y en diciembre de 1.808, en una hacienda de Chillo del Marqués de Selva Alegre, se
formó la primera Junta; pero el movimiento fue descubierto y apresados sus autores. Pero un
audaz robo de los expedientes impidió proseguir el juicio, y una vez libres de nuevo, se pusieron
a conspirar; en Agosto de 1.809 tenían a su favor buena parte de la guarnición, además del Clero
con el Obispo a la cabeza.

El 10 de Agosto de 1.809, Antonio Ante conducía personalmente un oficio de la Junta Soberana


de Quito para el Presidente de Sa Real Audiencia, Conde Ruiz de Castilla, explicándole que
había cesado en sus funciones. Lo admirable es que todo el movimiento se lo hacía todavía en
nombre del "Monarca legítimo Fernando VII", aduciendo que se hallaba preso e impedido de
gobernar. Era tal el temor a actuar en contra del Rey —un temor ancestral— por cierto muy
justificado, que algunos de ellos sabrían sentir dormidos, en sueños, la soga al cue- lio,
despertando tragando ansiosamente saliva. Todos conocían lo que esperaba a los usurpadores de
los derechos sagrados del Rey, por eso nada se hacía de manera frontal y directa contra el
Monarca; inclusive en los documentos públicos y hasta los nombramientos que extendía la
Junta, eran todos en nombre del Rey Fernando VII.
89
El Presidente de la Real Audiencia informaba al Virrey Abascal, de Lima, en diciembre de
1.810: “EI verdadero término a que aspiran es su soñada independencia, fruto de la semillas que
dejó sembrado un vecino llamado Espejo". Aquí, una vez más se trasluce la influencia decisiva
que tuvo Espejo en la emancipación de la Presidencia de Quito.

Los Gobernadores de Popayán, Cuenca y Guayaquil, como españoles que eran, rechazaron
coléricamente a la J unta de Quito; pero lo inesperado, lo inaudito y sorpresivo, fue el rechazo
por parte de los criollos y mestizos.

El Ilustre Cabildo de Cuenca también se pronunció adverso al movimiento quiteño, diciendo:


"Hemos mirado con horror el delito de los quiteños"; y aún más, se presentaron como 14.000
voluntarios, con escopetas, rejones y cuantas armas tenían. Guayaquil prestó el auxilio de 100
hombres, lanzas y cincuenta fusiles con mucha pólvora y metralla-. Loja también dio 100
lanzas, pocos fusiles y 200 hombres; y un delegado salió hacia Lima donde el Virrey, cuyo
auxilio consistió en 2.000 hombres con el propósito de reconquistar Quito.

Lo que acabamos de leer lo escribió el Dr. Hilario Chica, de Cuenca, al patriota Ignacio de León
y Carcelén, el mismo que lo había invitado a secundar el movimiento; agregaba Chica: "E!
movimiento de Quito ha causado, por una parte, asombro, y por otra parte risa". . .
El Virrey de Lima urdió un plan político y militar para estrangular

y ahogar el pronunciamiento de los patriotas de Quito; mandó de Lima directamente a Quito, un


cuerpo de mulatos y mestizos al mando del Coronel Manuel Arredondo, sujeto tiránico e
imperioso. Este ejército, reforzado con centenares de Cuenca y de Guayaquil, puso un cerco a
Quito por el oeste, de tal manera que ni armas ni auxilio extraño podían introducirse por el
Pacífico.

De tal suerte que se le cerraron a Quito todas las vías, y perdido entre los Andes y bloqueada
por los cuatro puntos cardinales sin medio u para hacerse oír de América y del Mundo, sin
dinero y sin ejército, su viril acto del 10 de Agosto de 1.809 iba rápidamente a la capitulación. Y
el 28 de Octubre la Junta, por intermedio del Conde de Selva Florida, devolvió el poder,
obteniéndose la promesa de no ser juzgado ni acusado por lo que habían hecho como políticos,
90
o como gobernantes; pocos días después, el Conde Ruiz de Castilla ratificaba mediante solemne
bando que "todo quedaba en olvido", y que confiaba que el "Clemente Soberano" ratificaría esta
disposición.

Transcurrido un mes del solemne bando, entraron a Quito 480 fusileros del Real de Lima, 80
dragones de Guayaquil con una gran dotación de artillería; varios batallones del norte, aparte de
290 reaccionarios que se alistaron en la propia capital.

Y como 5.700 hombres perfectamente armados ocupaban escalonadamente las cercanías de


Quito, listos a acudir al llamado del Presidente de la Real Audiencia, de inmediato se comenzó
una despiadada persecusión de patriotas; 84 de los principales pasaron a ocupar los calabozos;
la persecusión no se ¡imitaba sólo a la ciudad, hasta por los cerros se perseguía a los
complotados. El mismo día que se comenzó la persecusión y captura de los patriotas, se
promulgó otro bando para advertir que se aplicaba la pena de muerte a todo aquel que
conociendo el paradero del insurrecto no lo denunciaran.

Aseveran los historiadores que la persecusión alcanzó entonces la miserable Choza del
Labrador, igual que la suntuosa Morada del Patrón. De inmediato se instauró un aparatoso
proceso que alcanzó a llenar seis resmas de papel; el fiscal Arrechaga pidió la pena de muerte
para 46 acusados, y el destierro perpetuo para los restantes.

Una situación desesperante advino sobre la ciudad por la actitud

que asumieron las tropas que sitiaban a la capital, saqueando, violando y atropellando
diariamente; también en el campo se violentaba y saqueaba.

De repente, la reacción multitudinaria se produjo como una explosión; el resentimiento popular


estalló sin encubrimientos; y con una actitud temeraria, áspera y violenta, el pueblo heroico de
Quito asumió una postura verdaderamente insospechada, menospreciando los miles de soldados
que sitiaban a Quito, dispuestos escalonadamente a sus alrededores.

De repente tocaron las campanas de la Catedral a rebato, y grupos populares asaltaron las
cárceles donde se encontraban el elemento popular primero, para luego ir a aquellos donde se
hallaban los próceres del 10 de Agosto.
91
Llenos de valor y coraje, armados tan sólo de palos y cuchillos, rindieron a la guardia y llegaron
a los presos, quitándole los fusiles a los soldados. Pero el Cuartel principal, el Real de Lima
donde se hallaban las fuerzas de Arredondo, el trabajo de forzar y romper las puertas y quitar
¡as cadenas fue demasiado laborioso; este contratiempo favoreció la reacción militar, los jefes
acudieron a los cañones y barrieron ¡as primeras fuerzas de la insurrección, y los españoles
procedieron a una matanza general de los prisioneros que no habían logrado escapar. Un gran
número de estos fue asesinado por un zambo cocinero que entró a la celda portando un hacha;
así murieron los más importantes patriotas de aquella época.

De pronto los cuarteles quedaron vacíos, las tropas habían salido a la ciudad; la refriega
sangrienta entre la muchedumbre y la soldadesca alcanzó magnitudes de espantosa carnicería; el
pueblo armado tan solo de piedras y palos contra fusiles y cañones, asumió actitudes
verdaderamente temerarias.

En dos horas, la lucha se había trabado feroz y sin cuartel, y habría seguido largo hasta
exterminarse mutuamente de no intervenir personalmente el Obispo con una corte de sacerdotes,
que recorrieron las calles de la ciudad, revestido con los ornamentos sagrados y un Cristo en
alto, implorando misericordia y cese del combate.

Muchísima gente había muerto; tan solo de la expedición enviada por Santa Fe de Bogotá, su
comandante reconoció faltarle como 200 hombres, cuya sepultura eran las quebradas.

Dos días después de los luctuosos acontecimientos, las autoridades civiles y militares
convocaban una Asamblea de Notables Vecinos; la altanería y arrogancia de los españoles se
había esfumado; el presbítero Rodríguez Soto levantó su grave y conmovida voz, y en nombre
del heroico pueblo de Quito, recordó en airada y vibrante protesta, el mostruoso delito de la
soldadesca asesina, pidiendo su inmediata expulsión de la ciudad. Ya nadie tuvo valor y fuerza
de mandar a la cárcel a estos patriotas, oradores temerarios.

92
Pero aun otra vez más las fuerzas peninsulares habrían de teñir de sangre a la Audiencia de
Quito; el más implacable enemigo que tuvo la revolución de Quito era el Virreynato del Perú y
sus fuerzas militares mestizas. Amenazada la nueva Junta, acordó emprender la guerra
defensiva; Carlos Montúfar asumió la dirección de ¡as fuerzas y enfrentó las tropas peruanas de
Arredondo en Alausí, y les puso en espectacular fuga, al extremo de abandonar en el campo
gran cantidad de armamento consistente en: fusiles, municiones, caballos y hasta víveres, que
urgentemente necesitaban las fuerzas de Montúfar.

Por el norte, Pedro Montúfar invadió Popayán arrollando las fuerzas realistas; entraron a Pasto y
de aquí sacaron 14 arrobas de oro que buena falta hacía para continuar la guerra. Pero
sorpresivamente comenzaron a cambiar los designios de la suerte, hubo días que s-e presentaron
hasta 8.000 reaccionarios en la Plaza de Cuenca, protestando "contra" el ejército libertador en
nombre de su fidelidad "al Rey" de España; una paradoja que trasluce la tremenda confusión
reinante en esa difícil época.

Hubo necesidad de emprender una retirada desastroza para las armas libres; la tropa
desmoralizada, abandonó hasta las armas, y los indios los atacaban en forma de guerrilla,
haciendo más trágica la situación. Y para completar o agravar el cuadro difícil, apareció en el
litoral el General Toribio Montes, enviado por el Virrey Abascal, quien lo proveyó de
abundantes fusiles, pólvora y suficiente dinero, 100.000 pesos; esperaba el Virrey que el
veterano Montes aplastaría los levantamientos de Quito de una vez por todas.

El fin se acercaba otra vez para los patriotas aceleradamente; sin embargo nadie pensó siquiera
en rendirse sin luchar; las fábricas de pólvora de Latacunga rápidamente aumentaron su
producción, y muchas campanas fueron a parar a la fundición; los indios de Guanujo, dirigidos
por el cura del lugar, fabricaron lanzas y flechas de chontas para los patriotas, y los niños de la
escuela preparaban y buscaban piedras para metralla de cañón, ¡Sacrificios estériles!, Montes
entró a Quito el 8 de noviembre, la ciudad había sido abandonada, y el Obispo Cuero y Caicedo
a la cabeza, se dirigía hacia el norte, y en Ibarra, el primero de diciembre de 1.812 se daba la
batalla final; los que no murieron con las armas en la mano, fueron fusilados en el acto.

93
Cuando se supo en Europa el trágico fin de la revolución de Quito, fue enorme la conmoción
sufrida por los espíritus liberales.

Dispersos, muertos o desterrados los principales hombres de la revolución, castigados hasta los
elementos de tropa sobre la sangre y el agotamiento; el General Montes pudo extender el
dominio español por 10 años más en esta ensangrentada y heroica ciudad de Quito, Luz de
América.

En el Cabildo Abierto del 4 de julio de 1.811, se levantaron protestas, era tiempo que el
Comisario Regio sustituya el título en "Comandante de las fuerzas de Quito". Y el presbítero
Viscaíno de Riobamba, habió aún más claramente: "si viese al Rey, le pegaría un tiro de
pistola".

A pesar de las mil penurias que han traído al pueblo los movimientos ("en~pr^1 de la
independencia, de haberse derramado la sangre patriota a raudales, a pesar de los fusilamientos,
destierros, confiscación de bienes y un diluvio de padecimientos, siguió la idea libertaria,
aparentemente abonada con la sangre heroica de la que parece nutrirse.

En 1.812, el populacho de Quito efectuó un linchamiento de españoles; entre los sacrificados se


encontraba Felipe Fuertes Amar, compañero de Arrechaga; y también le llegó el turno al propio
Ruiz de Castilla a quien golpeó el populacho en medio de feroces insultos, aunque
no murió de contado, dejó de existir días después; el pueblo jamás olvidó su culpabilidad en los
hechos del 2 de agosto de 1.810.

Pero ya nos hemos pasado del año de 1.809, en el que toda la Amé-rica española ardía en la
fiebre de la revolución. Caracas, el 19 de abril; Buenos Aires, el 25 de mayo; Bogotá, el 20 de
julio; México el 16 de setiembre; y Chile, el 18 del mismo mes y año, obtuvieron su
Independencia.
Por el año de 1.819, Sos chilenos al mando de Lord Cochrane, atacaron con éxito a las fuerzas
realistas de todo el Pacífico, inclusive llegaron al río Guayas; en este asedio el Inglés Juan
lllingworth lo secundó eficazmente con su célebre corbeta "Rosa de los Andes", así la presión
realista sobre Guayaquil estuvo muy menguada.

94
Estos hechos sumados a los titánicos y persistentes levantamientos en Quito; más las noticias de
los triunfos de Simón Bolívar en Nueva Granada y Venezuela, que culminaron con la Batalla de
Boyacá en agosto de 1.819; además las noticias del glorioso avance de José de San Martín por
el sur, dieron aliento y estímulo para ¡a heroica gesta del 9 de Octubre de 1.820, día en que la
juventud y las tropas acantonadas en la Plaza, se pronunciaron por la emancipación política.

Gran parte de los acontecimientos aquí descritos desde la parte correspondiente al 10 de Agosto
de 1.809 son tomados de "BREVE HISTORIA DEL ECUADOR" del insigne escritor e
historiador: ÓSCAR EFREN REYES.

LA GESTA HEROICA DEL 9 DE OCTUBRE Y SU CULMINACIÓN EN LA BATALLA


DE CAMINO REAL

Los principales gestores del movimiento fueron José de Villamil y el oficial venezolano Febres
Cordero; este último era ¡a encarnación del movimiento, el que todo lo preveía y calculaba.

Ya desde los primeros momentos de la toma del poder, hubieron de someter por la fuerza a
algunos destacamentos, sofocar en rápidos combates los brotes de resistencia, y hasta fue
necesario encarcelar y fusilar conspiradores. Un Cabildo Abierto convocado el mismo día 9 de
95
octubre, confirmó el movimiento, encargando las funciones militares a cargo de la "junta de
Guerra", e inmediatamente partieron comunicaciones a Quito, Cuenca, dando informes e
invitando a ¡a adhesión; por otra parte, fue enviado Francisco de Paula Lavayen para informar a
Simón Bolívar sobre los acontecimientos de Guayaquil.

Días más tarde, José Joaquín de Olmedo, convocó una Asamblea para que aquella decida sobre
la forma de Gobierno, ya que la Junta de Guerra iba inmiscuyéndose en demasía en las
funciones administrativas y políticas, cometiendo a pretexto de persecuciones de españoles, toda
clase de excesos que más bien desprestigiaba ante los vecinos, la revolución. El día 8 de
noviembre se reunió la Asamblea con 57 Diputados nominales.

Sin intentarlo nos hemos adelantado otra vez, a los acontecimientos en Guayaquil, por cuanto el
4 de noviembre las tropas de la División llamada "Protectora de Quito", ya se habían embarcado
en las, hoy, calles de Malecón y Roca, en canoas y balsas, en medio de los vítores de los
guayaquileños que les fueron a despedir; aprovechando la subida de la marea, partieron a
Babahoyo donde se les unió una compañía de voluntarios al mando del Capitán Antonio
Elizalde; luego de pernoctar allí, continuaron resueltamente hacia la cordillera.

Pero en el trayecto a Sabaneta sorprendieron al Cura Francisco Javier Benavides,


un realista irreductible, que había obtenido del Cabildo Guarandeño, lo comisionaron
para ir a Guayaquil y tratar de contener la expedición, según él, con el fin de evitar los
horrores de la guerra y el derramamiento de sangre.

Detenido el Cura, fue conducido de regreso a Sabaneta, donde el Coronel Luis


Urdaneta redactó una contestación al Corregidor de Guaranda, Víctor Félix San Miguel,
que en parte decía así:

"En consecuencia de las instrucciones que tengo del Supremo Gobierno de Guayaquil
contesto que la suspensión de la expedición de mi mando no puede tener efecto,
respecto a que las mismas propuestas que U.S. hace, fueron las que propuso el
Ayuntamiento de Quito y a las cuales se ha faltado abiertamente con los preparativos
de guerra que se han hecho en esa provincia, y la suspensión del correo.

96
La expedición no lleva por objeto oprimir a los pueblos ni derra mar la sangre de
sus ciudadanos como U.S. lo supone, sino librarlos del yugo español tiránico que les
oprime, como esos habitantes tanto lo desean, así como castigar a los que se opusieran a
este fin sagrado, respetándose las personas y ¡as propiedades de los americanos aun
cuando hayan sido criminales, y lo mismo de los españoles europeos que no sean
temerarios y quieran adherirse a nuestra causa, acreditándolo con servicios señalados a la
Patria.

Estas son las intenciones del presidente de Colombia y del General San Martín, con
quienes obra de acuerdo el Gobierno que tengo el honor de depender. Lo que participo
a usted, para su inteligencia, salud y libertad.— Sabaneta, noviembre 7 de 1.820.— Luis
Urdaneta.—"
Entregada la carta al Cura Benavides este fue despachado de inme diato para que la
entregue al Corregidor de Guaranda, Víctor Félix San Miguel.

Como notará el lector, esta carta constituye una virtual declaratoria de guerra.

Mientras tanto, las autoridades superiores de Quito, ya alertadas oportunamente de la


presencia de las tropas guayaquileñas en el Corregimiento de Guaranda, despacharon
inmediatamente fuerzas al mando

97
Armas de la Batalla de Camino Real.

del comandante Antonio Forminaya con la finalidad de reforzar la plaza de Guaranda; pero al
recibirse aviso del inminente avance de las tropas libres, de noche y en marcha forzada,
avanzaron a Bilován, donde en una pequeña planicie situada sobre el Camino Real, se comenzó
a excavar trincheras en forma escalonada, ya que este lugar está situado ventajosamente sobre el
milenario Camino Real, presunto paso obligado de las tropas libertadoras.

Las trincheras dispuestas escalonadamente se hallaban flaqueadas por cañoncitos de montaña


(pieza de una libra), atrás del sitio fortificado; Forminaya dispuso la caballería donde actuaría
sin mayores obstáculos, ya que la zona es montañosa, agreste y cubierta de espesos breñales. El
sitio, además de la magnífica disposición, proporcionaba a Forminaya indiscutibles ventajas
tácticas; más como veremos adelante, el jefe del ejército realista dejóse engañar por las tropas
libertadoras; abandonado su privilegiada ubicación, dirigió se en descenso por el Camino Real,
lugar en el que los guayaquileños simulaban combatir para luego retirarse, tentando, seduciendo
y atrayendo al enemigo hacia abajo, hasta conseguir que este abandone el fuerte y sus
trincheras.

El 8 de noviembre llegaron las tropas libertadoras al recinto Angas, importante Tambo de la


época situado antes del ascenso a la cordillera; sin pérdida de tiempo los guayaquileños
comenzaron a explorar los terrenos y especialmente el Camino Real, inclusive reconocieron las
posesiones realistas, entrando brevemente en contacto con el enemigo, pero decidieron atacarlo
el día siguiente.

En la madrugada del 9 de noviembre, en el Tambo de Angas reinaba una tensa caima; una garúa
nocturna había refrescado el ambiente; blancas nubes navegaban raudas en alas de una leve
brisa mañanera; los altos picachos y colinas dejaban entrever sus contornos con los primeros
rayos de la naciente aurora; varios grupos de soldados habían dispuesto fogatas que cumplían
98
eficientemente el propósito de abrigar los entumecidos y adoloridos miembros de los
guayaquileños habituados al clima costeño. Alrededor de una rústica mesa se hallaba la
oficialidad junto a los hermanos Tobar, conocedores del lugar, que contestaban preguntas sobre
la topografía, distancia y atajos y más caracteres del terreno; además, en un papel se dibujaba
una especie de mapa donde constaban los caminos, accidentes geográficos y la situación del
enemigo.

Uno de los hermanos Tobar, Pedro, que tenía el lucrativo negocio de extraer trozos de hielo del
Chimborazo para comerciar, ¡os en Babahoyo, Pueblo viejo, Vinces, Sabaneta y aún en
Guayaquil. Había logrado enamorarse de una muy bella chiquilla llamada Josefina Barba, hija
de un rico español que tenía una hacienda en Bilován donde a la sazón pasaba sus vacaciones,
ya que él era Alguacil Mayor del Corregimiento de Guaranda. Pedro Tobar, al despedirse a
principios de noviembre de su bienamada Josefina, confió le el secreto de su intempestivo viaje
para enrolarse en el ejército patriota, confesión que causó honda consternación en el ánimo de
Josefina; la despedida tuvo visos de dramatismo, abundaron las lágrimas, promesas de amor
eterno y pronto retorno.

Después de pocos días, Josefina vio con horror como llegados las tropas de los ejércitos de
Forminaya a Bilován, montaban una gigantes-ca celada que trituraría a las fuerzas patriotas que
llegarían por el Ca-mino Real.

El comandante Forminaya hospedase en la casa vacacional de los Barba, e intimó confianza con
Josefina, la que no desaprovechó ninguna oportunidad para conocer más detalles sobre el plan
táctico de los realistas, y por la misma fuente supo que los patriotas se hallaban ya en Angas y
que el combate se llevaría a cabo el día siguiente, 9 de noviembre.

Josefina al percatarse del inminente peligro en que se hallaba Pedro y con él las tropas patriotas,
conmoviese hondamente, optando por poner en sobre aviso su entrañable amigo como de lugar,
y sin medir las consecuencias de los grandes peligros que la podían asechar, resolvio ir al
encuentro del ejército patriota; y a media noche sigilosamente abandonó su casa paterna, burló
la guardia, y por senderos secretos tan sólo conocidos por ella, penetró en el milenario bosque
99
lleno de obstáculos, raíces, espinos y toda ciase de peligros, alumbrado tan sólo por débiles
rayos lunares que a momentos venciendo nubes errantes, penetraban en el tortuoso sendero
dándole alguna orientación cuando a momentos se sentía perdida totalmente. Las aves
nocturnas, con funestas y a veces escalofriantes chillidos, la hacían estremecer, pero finalmente
el cansancio y la fatiga la tenían como embotado los sentidos; en su mente tan sólo tenía una
meta: la de llegar más cerca de Pedro; con cada paso, cada resbalón, cada caída, cada tropezón,
la conduciría más cerca de su ser amado.

El paisaje que los bravos guayaquileños vieron al llegar al Tambo de Angas en 1.82

Al aclarar el alba, Josefina llegó al río Jorge, al que trató de vadear, pero un sorprendido
centinela dio nerviosamente el ¡Alto!, al ver que una hermosa mujer de rubios cabellos
revueltos, la ropa hecha jirones, los zapatos despedazados, y toda ella sangrando, trataba de
cruzar el río animosamente. Josefina pidió ser llevada ante el jefe patriota, pero antes que este
pueda cumplir su cometido, ya Pedro la descubrió<§ corriendo a su encuentro, confundióse con
ella en un fuerte y prolongado abrazo, lo que fue suficientemente elocuente para no precisar de
más explicaciones.
Josefina, sangrante y físicamente agotada, comenzó a relatar a la oficialidad del ejército
patriota, con lujo de detalles la ubicación del ejército realista, disposición de la artillería,
caballería, cantidad de hombres, armamentos, trincheras y más datos importantes.

100
Por los datos adquiridos mediante el oportuno aviso, los patriotas se percataron de la
superioridad que en todo punto de vista poseían las fuerzas de Forminaya, que, fortificados y
parapetados, ocupaban la parte alta del Camino Real en una posesión aparentemente
inexpugnable, que, de no contarse con los datos aportados por Josefina, habría, triturado a las
huestes libertarias.

Los patriotas optaron por dividir a sus tropas en tres grupos: el primero atacaría por el centro,
esto es, por el Camino Real, distrayendo al enemigo y atrayéndole hacia abajo sin presentar
mucho combate; el segundo grupo, subiría por el camino de "El Salto" de modo de intentar caer
en la retaguardia; y el tercer grupo ascendería por la Cordillera de Sandalán, con iguales
propósitos envolventes.

Atraídos los españoles por el ardid del grupo central del Camino Real, abandonaron su
privilegiada situación fortificada, para lanzarse en persecusión del grupo central patriota, que
simulaba retirada; hasta que sonaron los primeros disparos en la retaguardia española hechos
por el grupo que avanzaba por El Salto, y simultáneamente copaba^ también el grupo que salía
por Sandalán, produciéndose total confusión en las líneas de Forminaya, al extremo que
soldados y oficiales se disputaban los caballos a sablazos para ponerse a salvo de los bravos
guayaquileños, que con arma blanca y fuego graneado, aniquilaron a gran cantidad de españoles
que huían desaforadamente hacia arriba y hacia abajo, sin encontrar una salida para ponerse a
salvo.

Según se desprende de la carta que dirigió José Gabriel Ordóñez al presidente Escobedo, el
Cuartel general estuvo ubicado en Angas, lugar donde seguramente se hizo hospital de sangre
después del combate; la carta dice así:

Ciudadano
Gregorio Escobedo, presidente de la Junta de Gobierno

No puedo menos que adelantar la plausible noticia del triunfo de las armas de la Patria en el
punto Camino Real, donde se hallaban situados los enemigos en el número de 280 hombres; los
que hoy, a las dos de la tarde, fueron derrotados por las dos compañías.
101
Es cuanto sabemos en este punto por avisos que llegan a cada momento.

Salud, Independencia y Libertad


Angas noviembre 9 de 1.820
(f) José Gabriel Ordóñez

De este documento se deduce y confirma que el cuartel general de los patriotas, antes y después
del combate, estuvo situado en Angas. Otro documento en el que el comandante Luis Urdaneta
propone el ascenso, dice así:

"Ciudadanos de la Junta de Gobierno:

El valor y patriotismo que en la gloriosa jornada del día 9 de Octubre, han demostrado los
ciudadanos que contiene esta Relación, los hace acreedores a toda la consideración de U.S., y
me persuado justamente de que aprobaran el justo premio de sus servicios, que como un
estímulo proporcionado y a nombre de U.S., les he consignado. Por lo que, animado con la
confianza del delicado modo de pensar de U.S., propongo:

Para el grado de Capitán, a los ciudadanos Tenientes José Manuel Quevedo, Flugencio Rocha,
Antonio Salazar y Antolín Bustinza; a quienes acompaño después de un valor conocido, la más
recomendable decisión por nuestra justa causa.

Para el grado de teniente, a los ciudadanos Subtenientes Manuel Salcedo, Mariano Soto y
Abdón Calderón, no menos que los anteriores.

Para el grado de Subtenientes, a los Sargentos Primeros: José López y Francisco Tejada,
quienes se desempeñaron con tal bizarría, que, siendo los primeros en asaltar las trincheras,
salieron heridos, el primero en la cara, de bala de metralla; y el segundo, de fusil, en una pierna.

Cuartel General en Guaranda, noviembre 16 de 1.820, Urdaneta".

102
Mientras en Camino Real se peleaba a muerte con los realistas, en esos mismos instantes en
Guayaquil, ¡os diputados electos discutían el Reglamento Provisorio que sugirió Olmedo en su
discurso de inauguración.

Al día siguiente del primer triunfo de los patriotas, Guaranda, en solemne Cabildo Abierto,
declaraba su independencia de España, preparándose en seguida a recibir triunfalmente a las
tropas libertadoras.

El 10 de noviembre, al atardecer, hicieron su entrada en Guaranda en medio de vítores, flores y


laureles que desde las calles, puertas y ventanas lanzaban a los vencedores. Las campañas del
único templo le echaron al vuelo, tocando a rebato por el inusitado acontecimiento; Guaranda
era libre, y así lo dijo Urdaneta parado en el atrio de la Iglesia. Un toque de atención dio el
corneta, y de inmediato sé escuchó la Proclama:

"Guarandeños:

A costa de fuego, sangre y de grandes sacrificios, los guayaquileños, babahoyenses y los


mismos guarandeños, entre los que contamos a vuestros paisanos, la heroica Josefina Barba y
los Tobar, que han puesto al servicio de la causa todo su ingenio y valentía, hemos conquistado
la Libertad que hoy os entrego para que siempre. y siempre hagáis uso de ella.

Tened presente que, durante y cerca de tres siglos, los aventureros de la Península la han
mantenido entre cadenas. . . entonces amadla y conservadla. Haced por ella cuanto podáis para
su engrandecimiento, que será el vuestro y el nuestro. Sin embargo, nuestra obra para todo

este suelo no está terminado aún. Tenemos que seguir adelante luchando para dar libertad a los
pueblos del centro, del norte y del austro, que contra su voluntad vienen soportando aún el duro
y denigrante peso de las cadenas del coloniaje más atroz y sanguinario que ha existido en el
mundo.

Coloniaje impuesto por la sucesión de una Corona derrotada por Napoleón Bonaparte. Sed
siempre unidos y continuad siendo valientes y patriotas como lo habéis demostrado en el campo
de batalla, así, solamente así, nadie intentará ya más hollar este suelo que sólo lo hicieron los
103
porqueros peninsulares, empleando la traición contra nuestros aborígenes gobernados por
ese sabio entre los sabios Atahualpa".

El 10 de Noviembre es para Guaranda, fecha de memorable recordación, siendo ésta la cuarta


ciudad proclamada libre después de Quito, Guayaquil y Cuenca; y es en el hoy suelo
Bolivarense, donde se obtuvo el primer triunfo de la Independencia.

La Batalla de Camino Real nunca ha sido valorada ni aquilatada debidamente por los
guayaquileños. Los revolucionarios del 9 de octubre dominaron a los españoles mediante un
cuartelazo, que, a no dudarlo, necesitó de gran valentía y sacrificio por parte de sus actores; pero
recién en Camino Real se puso a prueba la solidez de dichas actuaciones.

Recuerde el lector que también en Quito se sorprendió a las autoridades españolas por más de
una vez, deponiendo al presidente de la Real Audiencia de sus funciones; pero lamentablemente
este hecho no pudo ser respaldado con la fuerza de las armas, resultando a la postre un sacrificio
inútil, que sólo alcanzó sus propósitos con la Batalla del Pichincha.

Es así como en Camino Real se forjó, consolidó y ganó la verdadera independencia de


Guayaquil, de perderse la batalla de Camino Real, el Comandante Forminaya, luego de
recibir refuerzos de Quito, se habría lanzado hacia la reconquista de Guayaquil, sometiendo y
castigando a los pueblos del Litoral.

En consecuencia, el más importante monumento de la independen

cia guayaquileña debería descollar en las alturas del CAMINO REAL, donde sus hijos, en un
acto de gran heroísmo, asaltaron las trincheras españolas en medio de una topografía, clima y
vegetación extraña para ellos; consolidando, y ratificando el pronunciamiento del 9 de Octubre,
en Guayaquil, y evitando que los españoles marchen sobre el Puerto.

104
BALSAPAMBA CHIMBO Y SAN MIGUEL
EN LOS ALBORES DE LA REPÚBLICA

Causa perplejidad el hecho de que los primeros colonizadores procedentes del altiplano, no
hayan encontrado al indígena autóctono, como por ejemplo había existido en la Chima,
Ansacoto, Chaptecoto, nombrando los lugares más cercanos a esta parroquia. Por mucho que
haya investigado el autor de la presente, no ha podido comprobar la existencia de un núcleo
aborigen en este lugar, cuando los primeros colonizadores blancos y mestizos osaron asentarse
en esta entonces tierra bravía.

105
En la zona de Angas y adyacentes, tampoco ha existido un autóctono, aunque si se puede ver un
tipo de hombre diferente al inmigrante procedente del altiplano, más bien se nota un mestizaje
de razas que predominan en el litoral, producto del intenso tráfico colonial.

El baisapambeño actual procede especialmente de San Miguel y Chimbo, y es de pronunciada


raigambre española, con un significativo número de Chazos (españoles no cruzados); gente que
sintiendo la estrechez de los pueblos serranos, llenos de coraje y sedientos de aventuras, se
encaminaron y adentraron a la selva inhóspita, despreciando los rigores del clima, los animales
ponzoñosos, las enfermedades tropicales y en especial el paludismo; las fieras y serpientes, la
vegetación cerrada y lleno de corpulentos y milenarios árboles, que con hacha y machete había
que talar.

Cuenta la historia que cuando hubo la destrucción de Chimbo del año 1.755, se pasó la capital
del Corregimiento de Chimbo a Guaranda; el Corregidor se ocupó de inmediato a establecer
hospederías a lo largo del camino de Guaranda a Babahoyo, con miras a fomentar seguramente,
el tráfico y comercio, principal fuente de riqueza del Corregimiento. Con seguridad, si de
entonces no existían viviendas o hos

pederías de Angas hacia Babahoyo, se las instaló en esa época, como por ejemplo, en los sitios
que hoy están Balsapamba, Chaupiaco, Sabaneta y otros.

La falta de historiadores de la antigüedad, nos obliga a pescar en la oscura noche del pasado
algún dato que pueda conducirnos hacia ¡a verdadera historia. Hasta que alguien compruebe lo
contrario, yo man-tendré la hipótesis del asentamiento de la primera familia blanca o mestiza,
en el lugar que hoy es Parroquia de Baisapamba, entre los años de 1.700 y 1.775, en
cumplimiento de lo dispuesto por el Corregidor.
106
Ya en esa época, el Dr. Francisco Eugenio de Santa Cruz y espejo, escribía: "Guaranda era
paraje donde abundaban la cascarilla"; vegetal muy usado en medicina para combatir el
paludismo. ¿De dónde habría de proceder la cascarilla? De Balsapamba, único o casi único
paraje subtropical con vía de penetración; seguramente buscadores de este vegetal habrían de
establecerse en el lugar para explotar este producto que se producía ya en forma natural y
espontánea, en sus diversas especies en esta región.

En el año de 1.861, la Convención Nacional creó la Provincia de Los Ríos, compuesta por los
Cantones de Guaranda, Zapotal y Baba-hoyo se refiere, pertenecían a Guayaquil. El año de
1.824 Guaranda, en la nueva Ley de División Territorial, fue anexado como Cantón de Rio-
bamba; pero prontamente, en el año 1.826, debido a la penuria económica, los Cantones de
Riobamba y Guaranda fueron refundidas en la Provincia, de Pichincha, esto es inclusive
Chimbo, San Miguel. Todo lo que antiguamente era Corregimiento de Chimbo, se hizo luego
Cantón de Guaranda, territorio que Simón Bolívar, por los motivos expuestos, anexó a
Pichincha cucho año de 1.826.
Gabriel García Moreno, en sus dramáticas y violentas campañas del año de 1.859 sobre
Guayaquil, contra el General Guillermo Franco, trajinó, pasó y repasó por estos caminos de
gloria, incontables ocasiones. Su genio de gran organizador y estadista dividió al Cantón
Guaranda en dos, para facilitar la administración en consideración de sus vastos territorios; y el
3 de Marzo de 1.860, escribió en San José de Chimbo, con su letra y puño, el Decreto de
Cantonización, compuesto por las parroquias siguientes: Chimbos, Asunción, Magdalena, San
Antonio, Telimbela, San Miguel, Santiago, Chillanes y Bilován.

Hay indicios de que en aquella época el Cantón de Chimbo comenzó ya a rematar las montañas
del cerro de Tiandiagote, llamadas así todas las tierras al norte del río, hoy Cristal, llamado
entonces río Tiandiagote, en algunas escrituras muy antiguas.

Pero recordemos cómo y porqué García Moreno insistió sobre la Cantonización de Chimbo:

107
Después de la derrota del General Franco en Mapasingue, y la toma del poder de García
Moreno, en agradecimiento por la ayuda prestada por los chimbeños a su victoria y más aún,
por la ayuda prestada por ellos en la Batalla de Tumbuco, el Presidente quiso tratar con
magnanimidad a los chimbeños y entrevistándose con el Teniente Político del lugar Don Juan
José Sánchez, a quien entre otras cosas le dijo:

"Por una deuda de gratitud para Chimbo, voy a canonizarlo, haga Ud. conocérselo al pueblo"; a
lo que el Teniente Político respondió: "A pesar que no hace falta, bien estamos así nomás".
Contestación que dejó perplejo a Su Excelencia.

El Teniente Político reunió a los chimbeños para consultar y auscultar las diferentes opiniones;
y una vez constituidos en Asamblea, muchos chimbeños estuvieron en contra de la
Cantonización, aduciendo la falta de personas aptas para desempeñar las funciones propias de la
administración Cantonal; otros alegaban que sería menester crear innumerables impuestos; pero
una vez aclaradas las cosas, desvirtuando las supuestas dificultades. Su excelencia resaltó las
ventajas que obviamente facilitaran el progreso del Cantón con una administración más
eficiente y ágil.

Es así como se dividió el Cantón de Guaranda en dos, haciendo al pueblo de San José de
Chimbo en Cabecera Cantonal. Tal como se apuntó más arriba, el Dr. Gabriel García Moreno,
con su propio puño y letra dejó escrito el Decreto de Cantonización el día 3 de marzo de 1.860.
El Decreto reza así:

República de Ecuador.— Jefatura Suprema —Chimbo a 3 de marzo de 1.860.

Al Señor Jefe Político del Cantón Chimbo.— En esta fecha digo al señor Gobernador de la
Provincia, lo que sigue:

En virtud de las facultades que me ha delegado S.E. el Supremo Gobierno Provisorio, en razón
de poderosas consideraciones para el mejor servicio de la República y de !a defensa de su
integridad, he resuelto que el antiguo Cantón de Guaranda forme dos en lo sucesivo, que serán
108
el de Guaranda, compuesto de la Parroquia del mismo nombre, y de las de Guanujo, Simiatug,
San Lorenzo y Santiago; y el de Chimbo, compuesto por las Parroquias de San losé, San
Miguel, Ansacoto, Chapacoto y Chillanes".

Notará el lector, que en este decreto no constan Angas ni Balsapamba.

En actas que reposan en los archivos del Municipio de Chimbo, consta el informe que presenta
el Secretario General del Gobierno Provisorio, consultadas las ventajas de una mejor división
territorial, han erigido las nuevas Provincias de Los Ríos y la de Ambato, compuesta esta última
de los Cantones de Pillaro, Pelileo y Ambato; y la primera, de Guaranda, Chimbo, Quevedo,
Zapotal y Babahoyo. Ha reestablecido los Cantones de Pujilí y Píllaro creados por la Asamblea
Nacional de 1.852, y ha erigido los nuevos, de Pillaro y Chimbo.

Ya en el año de 1873, los sanmigueleños habían solicitado al Gobierno Nacional, la


cantonización de San Miguel, lo que fue negado pretextando la penuria fiscal y la poca distancia
entre Chimbo y San Miguel.

El pueblo de Sari Miguel tenía un vehemente deseo de ser canonizado; al revés de los
Chimbeños, que se mostraban escépticos, y sólo a insistencia de García Moreno, se
constituyeron en Cantón.

El año de 1.876, cuando gobernaba Antonio Borrero y Cortázar, designó Comandante General
del Distrito de Guayaquil, al General Ignacio de Veintimilla, quien, de paso por San Miguel
para hacerse cargo de dicha Comandancia, permaneció un día en este lugar con la finalidad de
agradecer al pueblo el haberle salvado la vida después del combate de Tumbuco, el 5 de junio
de 1.859. Hay que aclarar que cuando García Moreno fue derrotado en dicho combate, pudo
salvarse tan solo gracias a que un joven oficial, gentilmente le cedió su caballo, con el que pudo
dispararse por quebradas y cerros. Este Oficial no era menos que el futuro General Ignacio de
Veintimilla, que después de este acto

109
generoso, seguramente quedó en muy precaria situación, de la que le salvaron los
Sanmigueleños.

Como explicábamos, el General Veintimilla, muy grato con el pueblo, permaneció en él, donde
los moradores le prodigaron muchas atenciones. Cuando llegó Veintimilla a Dictador, los
Sanmigueleños formaron la Columna Veintimilla, con trescientos hombres que se incorporaron
a las tropas guayaquileñas, para luego salir hacia Guaranda, donde se hallaban las tropas del
Gobierno a las que dieron alcance en Los Molinos, y en la Hacienda Galte; los combates eran
encarnizados y la lucha a muerte favoreció a los revolucionarios, que entraron triunfantes en
Quito, donde Veintimilla asumió el Supremo Gobierno de la República.

Pero Veintimilla, una vez asumido el poder, se olvidó de sus amigos y favorecedores; aduciendo
pretextos aplazaba una y otra vez su ofrecimiento. Pero el 21 de diciembre de 1.876 se reunió en
San Miguel una * Asamblea con el propósito de formar una Comisión conformada con las
siguientes personas representativas del lugar: Don Juan Pío Mora, Manuel Yánez, y el cura
párroco Antonio Domínguez, que viajaron a la ciudad de Quito para pedir al Dictador dé
cumplimiento a su ofrecimiento.

La Comisión fue tratada despóticamente, y al darse a conocer los resultados de la gestión, el


pueblo enardeció por la negativa del Dictador, y proclamó la Cantonización por sí mismo, en
franco desafío al Gobierno; el pueblo por sí mismo nombró sus propias autoridades, y comunicó
su determinación al Gobierno Central.

La respuesta no se hizo esperar. Cuando el Ministro de Gobierno, ilustre guayaquileño Don


Pedro Carbo, supo de la actitud de los Sanmigueleños, exclamó: "PUEBLO QUE ASÍ SE
PORTA, MERECE TODA CONSIDERACIÓN Y APOYO".

Para el autor de estas crónicas, la frase de don Pedro Carbo, tan repetida, cantada y esculpida en
bronce y piedra, tiene un trasfondo diferente del que la generalidad de los sanmigueleños le
atribuyen. La frase de don Pedro Carbo constituye una hábil y olímpica salida, para camuflar la
aplastante derrota que los sanmigueleños le infringieron mediante su desacato, en franco desafío
a su autoridad.

110
Los Sanmigueleños, que 17 años antes probaron su temeridad de bravos guerreros, en esta
ocasión estaban prestos, y talvez ansiosos, de bajar sus ya "oxidadas armas" de la chimenea,
para actualizar sus gloriosas hazañas, de ser necesario, en caso de una eventual negativa del
Dictador de cumplir su ofrecida cantonización. Esto lo sabía el Dictador; esto lo sabía el pueblo
de San Miguel, y desde luego don Pedro Carbo, quien inventó tan célebre frase que tan bien
disimuló la impotencia del Gobierno, que, por incumplir un ofrecimiento, tuvo a la postre que
humillarse ensalzando al pueblo que desafiaba su autoridad, en un viril y justo pedimento.

El decreto de cantonización no se hizo esperar, el 10 de Enero de 1.877, el General Ignacio de


Veintimilla lo firmó. Y quedaron como autoridades del flamante Cantón de San Miguel de los
Ríos (que entonces pertenecía a la Provincia de los Ríos), erróneamente dicen algunos
historiadores: "Así quedó establecido el Cantón de San Miguel de Bolívar":

Primeras Autoridades del Cantón de San Miguel de Los Ríos, fueron:

Jefe Político: Juan Pío Mora


Presidente del Concejo: Don Luis Yánez
Primer Vocal: Coronel Mariano saltos Alban
Segundo Vocal: Don Jesús Gaibor
Tercer Vocal: Don Manuel Zavala
Cuarto Vocal: Dr. José A. Domínguez Mariño, Cura Parroco
Síndico Municipal: Don Fernando Cárdenas
Secretario Municipal: Don Manuel Gaibor

DECRETO DE CANTONIZACIÓN DE SAN MIGUEL DE LOS RÍOS


EL 10 DE ENERO DE 1.877 IGNACIO DE VEINTIMILLA, JEFE SUPREMO DE LA
REPÚBLICA Y CAPITÁN GENERAL EN JEFE DEL EJERCITO.

CONSIDERANDO:

111
1. Que los vecinos de la Parroquia de San Miguel de Chimbo, han prestado importantes
servicios a la causa de la libertad y regeneración de la Patria;

2. Que dicha parroquia, unida a otra de sus colindantes posee los elementos para constituirse en
Cantón; y,

3. Que la dilatada extensión de Chimbo, los intransitables caminos que la atraviesan a la espesa
selva y cordilleras que So cruzan, perjudican el buen servicio público, impidiendo además el
progreso de estos pueblos dignos de mejor suerte, he venido a decretar y,

DECRETO:

Art. 1.- Eríjase en Cantón de la Provincia de Los Ríos, las Parroquias de San Miguel de
Chimbo, Bilován, Chillanes, Telimbela, Santiago y sus anexos y límites respectivos.

Art. 2.- La Villa de San Miguel será la cabecera del Cantón. El Ministerio queda encargado de
la ejecución de este Decreto.

Dado en Quito, a 10 de Enero de 1.877

f) Ignacio de Veintimilla por el Ministerio General

f) José M. Noboa Subsecretario del Interior

Hemos trascrito el Decreto de Cantonización de San Miguel de Los Ríos, para que el lector lo
tenga a su disposición posteriormente, cuando se lo requiera para ciertas verificaciones que
haremos más adelante.

112
CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE BOLÍVAR Y LOS CAMINOS DE ANTAÑO

Vencida la dictadura del General Ignacio de Veintimilla, en la Convención de 1.883 a 1.884,


fueron elegidos los Señores Dr. Ángel Polibio Chávez y Gabriel Ignacio Veintimilla, diputados
por la Provincia de Los Ríos.

113
En vista de las grandes distancias y las enormes dificultades administrativas, de inmediato los
electos Diputados de Guaranda comenzaron a luchar para dividir la Provincia de Los Ríos,
creando una nueva, la que sería Provincia de Bolívar.

Los Ríos tomaría para sí, toda la sección plana; y Bolívar, todas las estribaciones de la
Cordillera Occidental de los Andes. Los diputados, en su énfasis para obtener la creación de
Bolívar argumentaron que Guaranda tenía un colegio Nacional; ventaja que carecía Babahoyo;
además sostuvieron que Guaranda tenía excelentes condiciones higiénicas y hasta la naturaleza
de su suelo, y la solidez de sus construcciones, le daban cierto carácter de solidez que no la
puede discutir Babahoyo, en gran parte asentada en terrenos anegadizos y formada por
comerciantes establecidos en forma transitoria, siendo muy pocos los que en ella fijaban
definitivamente sus hogares.

A más de lo dicho, también se alegaba "la completa incomunicación entre Guaranda y


Babahoyo durante la larga estación invernal, y a eso se agregaba que el transeúnte no puede
hacer dichas jornadas sino -. descolgándose por breñas y atravesando torrentes". Además, se
insistía en la autosuficiencia de la Provincia a crearse, diciendo:

"En la ramificación de los Andes, en que se asientan los pueblos de los tres cantones, hay
valiosísimas fincas y haciendas que pagan por contribución general sumas que no desmerecen;
luego en el descenso occidental de la cordillera, hay multitud de trapiches cuyo producto fiscal
de aguardientes, es mucho mayor que el de todas las demás provincias juntas.

Agregase las otras contribuciones de carácter personal en una población compacta y laboriosa, y
se verá que aún por el lado económico, la nueva provincia tendrá elementos de estabilidad,
como cualesquiera otra de las ya establecidas. Fácil es deducir que la multitud de trapiches que
alegan los señores diputados, eran los de la zona de Balsapamba, Tiandiagote, Tronador,
Telimbela, así como en el sector central y aledaño de lo que hoy es Parroquia de Balsapamba.
114
Así las cosas, y el 23 de abril de 1.884, el Presidente José María ** Plácido Caamaño, sancionó
la ley de división territorial del Ecuador, en la que constaba la nueva Provincia de Bolívar,
dejando de pertenecer a Los Ríos, con sus incompatibilidades y dificultades de comunicaciones.

Si queremos escribir la Historia, tenemos que investigar incansable-mente, tenemos que


formular un millón de preguntas, tenemos que visitar los más remotos lugares, encontrar cientos
de textos de todo lo que ya se ha escrito sobre el tema. Cuando se escribe la historia de un
pueblo, no es suficiente la buena voluntad de hacer algo por el pueblo, tal como aducen algunas
personas que han escrito sobre el tema, por cuanto lejos de hacer un beneficio a la colectividad,
lo confunden y lo desorientan.

Tal es el caso, por ejemplo, en la revista que se publicó por motivo del centenario de fundación
de Balsapamba, en noviembre de 1.979, en la página 29, en la parte "Descripción Urbanística"
dice, refiriéndose a un "sitio" denominado Angas:

"Durante un fuerte y prolongado invierno, los deslaves producidos por las turbulentas aguas del
Río Cristal arrasaron aquel poblado cuyos habitantes despavoridos huyeron en busca de refugio,
para no ser víctimas de este fenómeno natural; y al siguiente día prefirieron no regresar a ese
lugar, y viajando hacia abajo escogieron una pequeña explanada cubierta de árboles de Balsa,
que en aquellos tiempos la gente conocía como Balsapamba".

Con el mayor respeto de las distinguidas personas que con un gran 4> esfuerzo hicieron dicha
publicación; igualmente es muy reconocido el gran esfuerzo de dichas notas que sobre la
Parroquia de Balsapamba ha publicado el Sr. Don Leónidas Gaibor del Pozo.

Debo aclarar en primer lugar que el río que pasa por un costado de Angas, se llama Río Jorge,
podría llamarse también río Angas, pero no Río Cristal, por cuanto así consta en el mapa de Don
Pedro Vicente Maldonado, sacado a luz por orden de Su Majestad, el año de 1.756.

115
En segundo lugar, Angas nunca ha sido amenazado de río alguno, por cuanto dicho poblado, el
antiguo o el presente, están situados suficientemente altos como para poder ser afectados por
dicho río.

Tercero; cuando un poblado se halla amenazado por un río, irremisiblemente sus habitantes
buscarán refugio en un lugar alto y no como asevera dichos autores, en una parte baja del río.

Hay posibilidades de que exista cierta confusión con el pueblo de Sabaneta (antiguo Montalvo);
éste si fue amenazado por un río, por cuyo motivo fue trasladado al lugar que hoy es Playas de
Montalvo, cabecera del flamante Cantón del mismo nombre.

Importantes notas publicadas por el Prof. Rafael Bazante, en la revista Misceláneas por el año
de 1.934, que fueron luego reeditadas por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Bolívar;
en una parte referente a las vías de comunicación en aquella época, el prof. Bazantes nos dice:

"La vialidad del Cantón Chimbo mejoró bastante desde el año que funcionó la Junta de Fomento
Agrícola, creemos fue por el año de 1.921; hasta entonces en invierno los caminos eran tan
malos que las acémilas morían hundidos en los fangos, tembladeras o baches, continuamente;
esto ocasionaba el encarecimiento y alza del precio de los víveres en el día de la feria.

Para ir y venir a Guaranda especialmente, era tan penoso el viaje a caballo como a pie, que
ninguna ponderación cabe como expresión de lo real; basta decir que si el caballo era pequeño,
se hundía en los tremedales, dejando fuera de la superficie del lodo solamente las orejas, y había
que hacer minga para extraerlo del hueco; si era grande, ser volteaba con jinete y todo al fondo
del fango, y entonces el peligro era mayor.

Tres y cuatro horas mortales duraba un viaje a Guaranda en época

116
Añosos muros no se insinúan un
pasado de ignotas glorias
del en otra hora famoso
Tambo de ANGAS.

de
En un trecho de sendero
selvático y estrecho. García
Moreno de súbito se encontró
con un carnavalero que lo
instó a tomar un trago de
aguardiente.

invierno. Solamente desde el Gobierno de Dr. Isidro Ayora, se cooperó eficazmente el arreglo
de la vía Flores, haciéndola carrozable con el trazo por Cochabamba" (antes era por el Tambo
de Gobierno, y por allí salió el primer carro).

Al Presidente García Moreno, según Bazantes, le ocurrió el episodio siguiente en ¡a vía de la


Chima:

En uno de ¡os trechos selváticos y fangosos, el negro asistente de García Moreno se había
atrasado en el camino, pero el Presidente, sin reparar en aquel, continuaba su camino; de repente
en un lodoso recodo del camino, se atascó un hombre a caballo, todo el tiznado la cara,

117
cantando el Carnaval al son de un tamborcito que lo traía a mano, estrechó el paso, y difícil para
cruzarlo por dos jinetes.

El caballo del tiznado, era brioso; en tanto que el del otro se man-tuvo quieto. Con todo, el
hombre del tambor desmontase, y agarrando la brida del caballo del frente con la mano, con la
otra levantó en alto una botella con licor, cantando a la vez la siguiente estrofa:

Lo que seáis caballero para pasar adelante se toma un trago primero que así manda Carnaval
García Moreno resistió tomar, pero ante la segunda estrofa del carnavalero asaltante, sonrió
benévolamente, y se espetó su trago:

En el pobre mundo bonito bebe el pobre, bebe el rico, bebe el cura, bebe el Papa, ni el
presidente se escapa.

El asaltante hizo repetir el trago a García Moreno, desde luego sin -saber con quién se las había.
En seguida el carnavalero ayudó al caminante poniendo a su caballo en buena parte, y se
hicieron cumplidos muy ligeros, y cada uno siguió su marcha por su frente. Pero a poco de
andar el carnavalero, se encontró con un negro que traía un lanzón, quien preguntóle ¿Dónde
había encontrado a Su Excelencia García Moreno?; el carnavalero, de apellido González, en ese
instante perdió

el buen humor y voló en alas del arrepentimiento, a ocultarse en la soledad de las montañas".

Los caminos de Balsapamba, como ¡os de toda la Provincia, hoy Bolívar, fueron testigos del
paso de huestes guerreras. Una señora muerta ya muchísimo tiempo, en la edad de más de 100
años, relataba como ^ sus difuntos padres, la ocultaban junto con las demás hermanas cada vez
que había grupos de soldados de paso por el lugar, ya que estos con frecuencia cometían toda
clase de atropellos, en especial el referente al pudor de las muchachas.

También gente de considerable edad y de buena memoria, han referido vivamente como
caminantes con la fiebre amarilla se hospedaban en ¡os caseríos de Balsapamba, San Vicente y
118
San Cristóbal, amaneciendo algunos de ellos en los corredores, "tiesos", según el vocablo usual
para señalar al muerto.

También morían soldados; en una excavación de tierra por estos lugares, se encontró un pedazo
de bayoneta con vestigios de huesos, señal de. que algún soldado herido hospedase en el lugar, y
murió para ser sepultado por los vecinos; y existiendo temor por "las cosas del difunto", se
incluyó en su tumba las armas que portaba, (existe la creencia que el sepultado puede salir a
"penar" por sus pertenencias).

Es difícil rescatar muestras del pasado; tenemos que estar atentos a sus débiles manifestaciones
para captar cualquier, casi imperceptible, señal de su existencia.

Había en el camino hacia la sierra un viejito, Luciano Bosques, que murió de considerable edad
hace muchos años; algunas veces que tomaba licor, ya en estado de embriaguez, cantaba una
canción de inconfundible procedencia "Grancolombiana", cuya letra en una parte decía: "no
quiero pagar tributos a estos fieros negros colombianos". Canto que debe venir de entre 1.830 o
antes, cuando el Ecuador pertenecía y pagaba tributos a la Gran Colombia.

También se ha trasmitido a través de generaciones, que en un lugar cercano a Balsapamba, una


señora poseía un negro esclavo que trabajaba en unos cañadulsales; un día la patrona lo llamó
para "hacer las cuentas" y saber cuánto debía; el esclavo puso toda atención , y luego

que la señora nombró la suma total, el esclavo dijo: "En este momento lo pagaré señora", y con
un inconmensurable salto cayó en la paila donde el dulce, según la expresión popular
"zapateaba", y en medio de gritos terroríficos y estertores de la muerte, se hundió en el dulce
elemento.

Aseguran vecinos del lugar que, en noches de torrenciales lluvias, con tormentas de rayos y
truenos, y siempre que coincida luna tierna, puede oírse el grito desgarrador del esclavo, luego
de verse en medio de un relámpago segador, el mortal y suicida salto.

119
Hasta nuestros días ha llegado el relato del "gringo" o alemán como lo llamaban la gente,
también lo cuenta Bazantes, referente al llamado específico Gaibor, consistente en una cura para
los ofendidos de las culebras, o mordidos por la culebra, que es el término correcto no como
algunas personas dicen "picado" por la culebra; son los insectos los que generalmente pican.

El relato que ha llegado hasta nuestros días, y que mucha gente del lugar, especialmente de San
Vicente y San Cristóbal, conocen muy bien, con insignificante variante, es el siguiente:

A mediados del siglo pasado, salía por la vía Flores a Torneado, un alemán en plena estación
lluviosa, todo él mojado, enlodado y exhausto por las fatigas del duro viaje; hospedóse el
viajero en la casa de la Señora Petrona Benavides, en el punto San Cristóbal, recinto de la
Parroquia de Balsapamba; la señora atendió muy amablemente al huésped tal como era su
costumbre, inclusive hizóle cambiar de ropa, con la de su esposo, José María Delgado.

Llovía torrencialmente, las acémilas se atascaban en los lodazales y el extranjero se vio


impedido de seguir adelante, teniendo que esperar unos días hasta que mejore el temporal; el
huésted se puso cómodo 0f en su posada, inclusive comenzó a observar la flora y la fauna tan
interesante en estos parajes; indudablemente era botánico, médico o naturalista, todo lo
observaba, estudiaba y coleccionaba, y sin perder realmente el tiempo en lamentaciones.

Un día mordió una culebra equis de montaña a un trabajador de la Sra. dueña de la posada;
grande fue la contrariedad y las lamentaciones

pues dicho peón constituía la mano derecha de la señora, proveyéndola de leña, agua y
alimentos del campo en general; era un servidor excelente, pero ahora yacía en su lecho,
trasluciendo ya la muerte por su asustado semblante; era cuestión de horas o talvez minutos;
nadie se había salvado jamás con la mordedura de tamaña serpiente; en medio de lágrimas, la
señora mantenía en sus temblorosas manos e! libro de rezar, la Oración de los moribundos,
único recurso de entonces en la mayoría de accidentes y enfermedades.
120
El alemán huésped, de inmediato y con gran prisa, desprendió el machete que estaba clavado en
e! pilar del corredor, y se marchó monte adentro; a poco regresó con una carga de montes,
bejucos y afanosamente los machacó y dosificó, para luego preparar un brebaje que dio de beber
a! moribundo, que tenía ya muy remordidas las mandíbulas, su administración, en consecuencia,
fue trabajosa, a tiempo que el moribundo parecía exhalar ya su último respiro.

La señora y los vecinos observaban con los ojos nublados de llanto, todos los movimientos del
''gringo", pero con total escepticismo e incredulidad. ¿Cuántas veces habían visto morir a sus
vecinos en medio de pavoroso sufrimiento, sin que ninguna medicina obre un milagro? Y como
era costumbre, con la cooperación de la gente del lugar, se reunió algunas tablas; y el serrucho,
el cepillo, el martillo, lo traía ya Don Manuel al hombro; con la ayuda de todos se improvisó
una especie de banco de carpintero donde se dispuso los materiales y herramientas, para iniciar
el complicado trabajo de la caja. . .

Pero sorpresa; al penetrar don Manuel al cuarto, con la finalidad de tomar la medida al muerto,
o moribundo, este le plantó la mirada con tal insistencia, que más que eso parecía una protesta. .
. Don Manuel, sin cumplir con su propósito, salió rápidamente del aposento, y para sorpresa de
sus comedidos oficiales, no traía la esperada medida; más bien se sentó en el banco
pensativamente sin proferir palabra al-guna, para luego decir; ¡está mejor!

Grande fue la sorpresa de los dueños de casa y vecinos del lugar, ver que el enfermo inició una
franca mejoría, y luego de tranquilizarse durmió algunas horas profundamente; al siguiente día
su mejoría era notoria. El huésped ¡e administraba la bebida periódicamente, y en el

sitio de la herida o mordedura, colócale una especie de cataplasma, que renovaba en lapsos
determinados.

El alemán, en gratitud de las atenciones recibidas, no sólo curó al enfermo en mención, sino que
descubrió y enseñó, a la señora Benavides, los secretos de ¡a cura con los varios vegetales, pero
no sin antes recabar la solemne promesa y juramento de no revelar el secreto a nadie; tan solo
avisaría en agonía de la muerte a otra persona de su confianza. Y así, la señora Petrona de

121
Benavides pasó el secreto a su hijo, Miguel Gaibor; y este aparentemente lo confió a Don
Anselmo López; y este a su vez, a su hijo Julio López, hoy también difunto.

El secreto actualmente está distribuido sobre algunos descendientes de ¡a familia nombrada;


debemos reconocer que esta cura se practicó durante innumerables decenios con muy buen
éxito, inclusive se lo aplicaba en mordeduras a caballares y bovinos con excelentes resultados.
Hoy en día está prácticamente en desuso esta cura, por el descubrimiento de los sueros
antiofídicos, que tan buen resultado han dado en esta clase de accidentes. En otro capítulo de
este libro, se describirá más ampliamente todo lo concerniente a serpientes.

122
LOS PRIMEROS COLONIZADORES DEL SUBTRÓPICO

Ya recordábamos en otro capítulo, que Los primeros colonizadores debían ser hombres
excepcionales, de una valentía rayando en la temeridad, despreciando los peligros y asechanzas
que les esperaba, conquistaban a la selva milenaria, para someterla al provecho del hombre, esto
costó esfuerzos descomunales y sufrimientos indescriptibles, ya olvida-dos y perdidos con el
incontenible paso del tiempo, ¿cómo era aquello?
123
Con los primeros y tímidos anuncios del nuevo día, los Albán traspasaron la cima de la
cordillera que separa La Sierra del Yunga promisor, y se adentraron resueltamente por la senda
bordeada de ásperos carrizales. La señora María, bien acomodada entre dos bultos de carga
sobre la muía, famosa por su cauteloso andar, iba mentalmente repasando la lista de los enseres
que traían a la Finca o retazo de bosque virgen, que habían obtenido por remate del Municipio
de Chimbo.

La sal, la manzanilla, el tarro con el café molido, el tiesto de barro que lo traía en el regazo, el
alcanfor para las fiebres; los ramos benditos de la Semana Santa, para sujetarlos en el pilar de la
chocita que fabricarían, para que Dios les proteja de toda mala suerte; el mechero de sebo de
res, para el alumbrado; aparte venía una cantidad de dicho combustible; mala memoria —pensó
María—, se quedan las piedras de hacer candela y la yesca, pero no importa, en la última casa
de! tambo pediría una guala, y como en la montaña hay demasiada leña, jamás dejaría extinguir
la braza, costumbre usual del subtrópico.

Penoso avanzar del grupo de hombres y animales; continuos camellones dificultaban el avance
de ¡a recua donde toda la familia venía; los más pequeños y las mujeres, a caballo; los vecinos y
amigos, a pie; siempre hacia adelante, sin detenerse, sin hacer caso del dolor producido por el
continuo roce de la pierna contra las ásperas monturas, menospre

ciando el azote de las ramas contra la cara; el estrujamiento del pie contra un tronco, el lodo y la
arena que, saltando al estribo y al pie, escoriaban la piel.

124
Al medio día comenzó el sol a castigar con sus rayos verticales a los cansados viajeros. Luego
de salir de un recodo del camino, apareció un hermoso sitio cubierto de menuda grama, lugar en
el que Don José, que iba guiando o encabezando la caravana, levantó su machete en señal de
parada, oportunidad que todos esperaban con ansiedad, para dar cuenta del fiambre, que aún
algo tibio, despedía olores verdaderamente provocativos. Sobre un gran mantel se iban juntando
diversas comidas, y cada uno de los amigos acompañantes, colocó su fiambre junto al que
estaba ya en las hojas de puse sobre el mantel, haciéndolo más abundan-te; los animales dieron
a su vez buena cuenta del tierno pasto, pero igual que los hombres, extrañaban el agua, que aquí
no se manifestaba en ningún lugar.

Ya a la media tarde ¡os emigrantes llegaron a la playa y unión de dos ríos, donde hombres y
animales hicieron un breve alto; sólo lo suficiente para saciarse del líquido elemental y
proseguir prestamente por un sendero hacia el oeste, que ya bien entrada la tarde, les condujo
por un tortuoso camino hacia la meta: Un pequeño sitio ya desmontado donde en días pasados
Don José, con sus vecinos de la sierra, hicieron previamente un pequeño rancho de hojas de
cade, que serviría de refugio en "los primeros días, hasta hacer una construcción más adecuada,
con la-ayuda de toda la familia.

Los viajeros desmontaron y pasearon la vista a los alrededores, especialmente los que habían
venido por primera vez. La futura finca despertaba una gran curiosidad, la qué les dará el
sustento con el sudor de la frente; trabajarían desde el alba hasta el anochecer; así lo hizo el
primo de Don José hace 10 o 11 años, y hoy está bien acomodado, tiene un buen hato de
ganado, vacas con leche, y una recua de mulares, mediante ¡a que conduce semanalmente hacia
la sierra, buen cargamento de panelas; esa carga disimuladamente conducía también, unos litri-
tos de aguardiente que su comadrita Josefina, le encargaba para distribuirlos en el pueblo; estos
eran en síntesis los planes de la familia.

Comenzó la descargada de los animales alegremente, no dejando de explorar con la vista el


ambiente tan diverso del acostumbrado en la sierra; el aire tibio y cargado de sutil perfume; las
aves con sus peculiares reclamos; el rumor del río de montaña cercano; el zumbido de los
mosquitos voraces que hicieron sus estragos en los serranitos, apenas pusieron pie a tierra.

125
Una vez todos los equipajes descargados, los hombres extrajeron de una envoltura de sacos
viejos, el instrumento universal del agricultor de la selva: el machete, arma ofensiva y
defensiva; la herramienta sin la cual el colono y hombre de campo no da un paso fuera de su
casa; la herramienta que el agricultor afilo con los primeros rayos del amanecer, y pone bajo su
cama al acostarse. Aquí están las hachas que no va atrasen importancia para talar los enormes
árboles, que desafiantes les esperan sin intuir que su milenario reino en breve será hollado, y sus
maderas, puestas a merced de las necesidades del hombre y su civilización.

La pequeña ramada de 6 varas por cuatro, se hallaba repleta de maletas, monturas y aparejos; las
calderas de hierro enlozado ya estaban dispuestas alrededor del fogón hecho rápidamente con
dos piedras alargadas atraídas del cercano arroyo, y dispuestas de manera que las dos láminas de
sinchón de hierro queden equilibradas, para soportar los recipientes y ollas. La leña no
constituía problema, tan solo había que extender la mano: era una plaga —decía la dueña de
casa, en son de broma.

Al anoche, la María con sus dos hijas, de 9 y 12 años, se ocupaban afanosamente de sacar la
coraza o caparazón del armadillo que despreocupadamente osó atravesar el campamento, siendo
acorralado por los perros y por sus propios esfuerzos, el animal entró a la cocina, siendo
inmovilizado con un certero garrotazo que le asestó uno de los acompañantes de la familia, no
con fines culinarios sino más bien por la repulsión o susto al animal, para él desconocido.

Llegó la noche encarnada en multitud de voces que animaron al cerrado bosque, pero oprimían
el corazón de los desmonteros; el chillar de la cigarra; el croar de ranas; graves y acompasados
rugidos de desconocida procedencia; miles de luciérnagas revoloteando en todo el ambiente,
pugnando por dar un poco de luz en un ambiente de oscu

ridad, incertidumbre y desolación.

Toda la familia y los fieles compañeros y vecinos del altiplano que los habían venido a "aviar" y
ayudarles en algo en la dura tarea de instalarse en su nuevo y fascinante ambiente, se
acomodaron en la choza, de la que colgaba un plato de barro con una mecha de trapo, en medio
de unos trocitos de cebo. El más usual de los alumbrados campesinos del siglo pasado,
126
alumbraba a ratos, débilmente la cara de los cansados viajeros, que sólo tenían deseo de asir
cuanto antes una presa del enorme y gordísimo armadillo, que despedía elocuentes olores e
igualmente hervía la caldera del típico mote, que haría acompañamiento excelente dentro de
poco rato.

En la mente de Doña María, revoloteaban sin orden, temores y malos presagios, que no los
podía ocultar del todo; la determinación de venir a la montaña compartía la con su marido, y fue
ella la que más apremiaba en tomar la drástica resolución en exponer a su familia a los rigores y
peligros del Yunga. Fue talvez ese el pensamiento de Don José cuando miraba a su mujer con
cierta insistencia, como un reproche por la innegable complicidad que ella tenía en esta empresa
de inciertos e impredecibles resultados; con las guaguas expuestos a los mil y un peligros y
azares de la jungla tropical.

Menos mal que el terrenito, herencia de sus padres en la sierra, no \o vendieron a pesar de la
insistencia del José, que quería comprar más ganado, herramientas y enseres; pero a la postre se
resignó y le dio la razón: no-se debía quemar los barcos; debíamos estar preparados para un
eventual fracaso y el consiguiente regreso a la tierra, en la que reposan los restos de sus
mayores.
Don José, que sentado junto a sus vastagos trataba con su vista penetrar en la penumbra de la
noche oscura, quizás para auscultar los designios del futuro destino, luego de largo silencio dijo
en voz alta "que se cumpla la voluntad de Dios", y seguidamente revolvió la brasa y echó más
leña al fuego; y toda la familia se aprestaba a disponer una gran cama general que serviría para
pasar la primera noche en la montaña.

Al día siguiente muy de mañana, todos en pie y descansados, iniciaron la exploración de las
cercanías de la choza; los muchachos con sus

bodoqueras, otro con flecha, y el Leónidas, armado de la escopeta abatió una pava de montaña,
que se delató por su chillido lastimero y montara.

127
El grupo atravesó el arroyo y liego a las orillas del hermoso río que descendía de la alta
montaña, cuyas cristalinas aguas se deslizaban a saltos y borbotones por medio de las rocas y
vegetación adyacente.

Él grupo de exploradores llegó hasta la loma que corona la vertiente del cerro, y desde allí
pudieron contemplar extasiados toda la propiedad que a ellos les pertenecía. Al regreso bajaron
por el lindero del costado y de lejos pudieron precisar, por la columna de humo, la ubicación de
la cabaña que les servía de albergue.

Al pasar los años, la propiedad de Don José, con la ayuda de sus hijos, se transformó en una
envidiable finca, una de las mejores de la zona. Había un buen hato de ganado, así como
yeguarizos y más que todo grandes canteros de caña de azúcar, y una fábrica de aguardiente,
industria que de entonces era la aspiración máxima de un finquero de esta zona.

Don José personalmente trabajaba juntamente con sus peones, siempre vigilante a cualquier
accidente de trabajo que pueda ocurrir, ya que el año pasado, cuando él viajó a la sierra, uno de
sus obreros murió violentamente mordido de una culebra; y él siempre comentaba: de estar él,
no habría sucedido tal percance, por su habitual prevención en los trabajos.

La desgracia sucedió así: Al estar socolando el grupo de trabajado-res, un retazo de monte alto,
atrás en la quebrada del Cuchucho, el Miguel exhaló un grito —casi fue un chillido—. ¿Qué
pasa? preguntaron en coro los que estaban más cerca de él. "Me muerde una culebra en el
brazo". En verdad todos vieron una enorme "equis de montaña" que yacía en la tierra, y Miguel
con el machete se aprestaba a rematar a su espeluznante atacante, que con sus fauces abiertas
lanzaba nuevos y furibundos ataques; pero con rápidos movimientos, el ofendido le cortó,
separándole la cabeza del tronco; pero el reptil aun así abría las fauces desmesuradamente,
mostrando sus ensangrentados colmillos. El cuerpo del ofidio, de color pardo con escamas
cenicientas y vibrantes fajas negras, infundía terror a los demás trabajadores de origen serrano;
seguidamente el aire se impregnó de un olor acre, fuerte y típico de las serpientes enfurecidas.

Don Miguel, el ofendido, intuía instintivamente que sus minutos estaban contados, ya otra vez
había visto como su amigo y compadre Juan, indígena igual que él, traspasó el umbral de la
muerte rápidamente y en medio de pavorosos sufrimientos.

128
Don Miguel, con Sos ojos horriblemente desorbitados, dilatadas |j las pupilas, suplicaba
lastimeramente que le ayuden; su cara, el cuello, las manos y los brazos, rápidamente se le
hincharon, y comenzó a salirle sangre por los ojos, la nariz, por todos los poros y de la herida de
la ^ mordedura. Preso de una fuerte convulsión, se derrumbó a tierra, su cuñado, que se
encontraba entre los peones rápidamente se acercó a sostenerlo y levantarlo, con la ayuda de los
atemorizados compañeros; pero los temblores y violentas convulsiones no le permitían tenerse
en pie de nuevo; los amigos, impotentes ante tanta desgracia, lo depositaron en la tierra, donde
el moribundo comenzó a arañar desesperadamente con sus pálidas manos, la tierra y los
arbustos cercanos. Algunos de los trabajadores se alejaron rápidamente, ya no resistiendo el
horroroso cuadro de dolor y desesperación; pero con remordimiento de conciencia optaron
regresar para ayudar en algo, de ser preciso.

Al regreso encontraron a sus compañeros arrodillados en la tierra fangosa, rezando la oración


del moribundo junto al agonizante que con los ojos fijos y ya sin convulsiones, veía algo que
sus compañeros no percibían: la Eternidad, que vino hacia él traicioneramente en la flor de su
juventud.

El instante que el moribundo exhalaba su postrer suspiro, sobrevolaba la selva una partida de
loros; son las cuatro de la tarde, —dijo uno de los peones—, estas palabras volvieron en sí a los
que yacían extasiados junto al cadáver del compañero trágicamente fallecido.

En el momento que el grupo de hombres empezó a cortar unos palos para hacer una camilla y
conducir al cadáver a casa, en el matapalo grande del lindero de los Verdesoto, la Valdivia
inició sus lamentos con voz agorera, grave y pausada: ¡hueco va! - ¡hueco va!; predicando con
insistencia a los cuatro vientos: ¡hueco va hueco!; a ratos con voz autoritaria y vaticinadora:
¡hueco va! — ¡hueco va!, como que los recordara: los advertí desde que comenzaron a hollar y
talar el virgen bosque, los avisé: ¡hueco va! - ¡hueco va!

Sin duda alguna la deidad del bosque milenario, en venganza contra el hombre depredador de la
naturaleza, de cuando en cuando exige sanguinario holocausto como ineludible tributo a su
osadía.
129
La vida y azares de los primeros colonizadores del Subtrópico tiene visos de hondo dramatismo;
dura, muy dura, era la supervivencia de los Colonos, especialmente de los pioneros que
incursionaron estas tierras en siglos pasados.

A fines del siglo pasado había buena cantidad de fincas productoras de aguardiente y panelas en
el sector de Tiandiagote, Tronador y sectores aledaños; esto lo confirman los diputados por
Guaranda el año de 1.884, cuando pedían la separación de lo que hoy es Bolívar, de la Provincia
de Los Ríos. Esta industria, o agroindustria, que se dice hoy día era muy próspera en los
sectores en referencia y rendían buenos réditos al fisco; su evasión era un negocio más que
próspero. Pero el campesino simplemente consideraba que el producto de su esfuerzo le
pertenecía por completo, y nadie, menos el Gobierno, debía interferir el fruto de su trabajo.

El sector de Gualasay, donde existe la entrada del camino a Tiandiagote y Tronador, fue en un
tiempo escenario de grandes combates entre guardas de Estanco y contrabandistas, ya que allí
había un destacamento de Guardas, y a su vez también de policías fuertemente armados, y con
razón sobrada.

Los contrabandistas de aguardiente urdían toda clase de estrategias para burlar a los guardas del
Estanco, inclusive atravesaban a veces por quebradas, montes y cerros casi imposibles, para
eludir a los representantes de la Ley.

Otras veces unían se gran número de finqueros, cada quien, con sus animales cargados de
botijas y capachos del codiciado licor, y prevalidos de su número y fuertemente armados, de
manera frontal y directa, pasaban frente del destacamento sin que sean molestados por los
guardas, en vista de la prepotencia abrumadora exhibida por los transgresores de la Ley.

Los contrabandistas eran hombres recios y esforzados, templados entre las agrestes montañas de
los cerros Tronador y Tiandiagote, de

cuyos caminos y ásperos parajes, con sus inviernos interminables, no podía menos que
evolucionar hombres extraordinarios.

130
Pero el paso fácil para Sos contrabandistas, no era rutina, al contrario, los estanqueros disponían
de más y mejor armamento mediante el cual recibían a tiros a las recuas y a sus arrieros
contrabandistas, los que de inmediato respondían con sus armas de menor calidad; pero
manejados por hombres que no solían desperdiciar la pólvora que era escasa y costosa, y sabían
manejar el machete, que los hacía temerarios.

Pero no faltaba la traición de alguna persona que daba aviso al Estanco, delatando la fecha del
proyectado paso de los recitantes contrabandistas; entonces los guardas se respaldaban con gran
número de policías completamente armados, y se armaba las de Caín: verdaderas batallas con
muertos y heridos se suscitaban; algunas veces los contrabandistas heridos eran eliminados
luego por los elementos policiales, en venganza de algún compañero muerto.

Otras veces los recuantes heridos huían hacia la montaña donde desamparados e imposibilitados
perecían lamiendo sus heridas como un animal montaraz.

Cuando arreciaba la fabricación y distribución del aguardiente de contrabando, con las


consiguientes escaramuzas armadas, la "superioridad" disponía que fuertes grupos de policías y
empleados de Estanco, penetren en las zonas montañosas, donde mayor Incidencia el ilícito se
presumía, que eran las ya nombradas zonas de Tronador y Tiandiagote.

Estas incursiones, en cierta época dieron su esperado fruto, pudiendo los guardianes de la Ley,
capturar gran número de contrabandistas "in fraganti"; el resultado era la captura de gran
número de familias juntamente con los trabajadores, yuntas de bueyes, vacas, cerdos, pailas,
trapiches, alambiques, trastos de cocina. Todo lo que tenía valor era encaminado en enormes
éxodos hacia Guaranda, inclusive mujeres y niños; la ley de esa época era implacable y sin
contemplaciones ni miramientos, se confiscaba hasta la propiedad raíz del transgresor de la Ley.

Pero luego los contrabandistas reaccionaron violentamente, y colo-

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carón vigías en sitios de penetración, Sos que mediante cachos (cuernos de ganado), daban la
seña! de alarma convocando a decenas de finque-ros, que alguna vez Llegaron a linchar
horriblemente a los guardianes de la Ley.

Indudablemente, es la evolución la que en una región determinada facilita la multiplicación del


más apto; creo firmemente que no todas las personas son aptas para caminar tras de una recua
de mulas desde las cuatro de la mañana, hasta el medio día, conduciendo, por ejemplo, un
cargamento de panelas u otra cosa.

No creo que todas las personas sean suficientemente fuertes para trabajar 8 o 10 horas con
machete, aguantando torrenciales aguaceros, y/o sol de 6 a 6, con una dieta casi vegetariana,
tomando agua de cualquier arroyo en una hoja o el cuenco de la mano. No todos los hombres
son suficientemente fuertes como para sobrevivir a una amigdalitis, cuya curación consistía en
aplicar hojas de llantén "sancochadas" tres veces al día; enfermedad que a la larga perforaba el
cuello, por donde drenaba el pus libremente para luego sanarse.

No todas las estirpes humanas son suficientemente aptas y hábiles para en invierno, cuando
llueve de costado —como suele acontecer en las alturas— revestirse rápidamente con hojas de
Puse (el Puse es una hoja grande de helécho, de consistencia dura y resistente), para guarecer su
ropa de la lluvia, inclusive la cabeza.

Si una persona de la ciudad, o aún del pueblo cercano, de pronto encontrara con un ejemplar
humano así, revestido de vegetales, de seguro emprendería precipitada carrera.
Así eran los esforzados hombres del Tronador y Tiandiagote; aún -. hoy sus bravos
descendientes tienen un tipo de "hombre recio", y dispuestos a la dura lucha de la vida; su
carácter difiere al del que poseen m los hombres de otros lares.

Cuentan personas de alguna edad, y lo he podido oír por diversas fuentes, que, en una época a
fines del siglo pasado, en el recinto Tiandiagote, cundio de pronto el crimen y el robo sin que
las autoridades pue-il.in i» quieran intervenir eficientemente. Sucedió entonces que un miembro
de la comunidad obtuvo del Gobernador de la Provincia, una

carabina, además la autorización para eliminar de uno en uno a los mal-hechores, hasta sanear la
zona totalmente.
132
Se asegura que el exterminador era de apellido Peñafiel, que tenía fama por su "honradez y
rectitud". Ei mismo hombre, pasado unos años de los acontecimientos descritos, se extravió en
la extensa y dilatada montaña o jungla, donde toda búsqueda resultó infructuosa; pero luego de
unos meses, varias personas lo avistaron repetidas veces; había perdido la razón y huía de los
hombres, con el mismo empeño con el que los buscaba al principio.

Al llegar a este punto del hombre enloquecido, convertido en salvaje en la montaña; no


podemos menos que traer al caso, a un individuo casi mítico en el folclor de nuestro pueblo,
llamado SACHARUNA.

Tan arraigada está en nuestro pueblo este ser real o fantástico llamado "Sancharuna"; y lo
curioso del caso es la casi universalidad de este individuo. En las solitarias alturas del Himalaya
también habita un ser igualmente extraño, esquivo y gigantesco; criatura cuyas características
humanas han dado motivo de discutidas controversias en los últimos 20 o 30 años.

La Academia de Ciencias Soviética, ha explorado en años pasados, la meseta de Pamir, el Tibet,


la Mongolia y el desierto de Gobi. Otra misión costeada por particulares científico, alpinistas
estadounidenses, ingleses, irlandeses, suizos e indios, han explorado los profundos valles de
Nepal, al pie del Everest.

Generalmente en el mundo científico, a esta gigantesca criatura se ha dado en llamar "El


abominable hombre de las nieves", también es llamado Yeti, Meti, Shookpa, Mi—go o Kang—
mí, según el habla de cada nación o tribu. En la búsqueda está profundamente involucrada la
cien¬
cia de la Antropología, de ser cazado vivo se resolvería uno de los enigmas más fascinantes de
esa ciencia.

Los habitantes de los valles del Himalaya, llamado también "El techo del Mundo", venían
hablando desde siglos atrás de la existencia del Yeti como de hecho cierto y positivo; más sólo
en 1.887 cobró la extraña criatura, visos de realidad para el mundo occidental, cuando el
Coronel W.A. Waddell, alpinista inglés, tropezó con un rastro que lo

133
dejó asombrado; eran huellas de un hombre gigantesco, que hubiera vagado completamente solo
en parajes donde difícilmente se aventurase un ser humano, y menos descalzo.

Siguiendo los hechos cronológicamente, puede decirse que en 1.906 el notable botánico Henry
Elwes, explorador del Himalaya, no solamente encontró huellas de un Yeti, sino que vio un
corpulento hombre velludo, que salió huyendo y desapareció al virar una cumbre.

En 1.921, cuando por primera vez se intentó subir la cima del Everest, el teniente coronel CK.
Howard—Bury, divisó a gran distancia hacia abajo, la figura de lo que parecía ser un hombre
completamente desnudo, cubierto de espeso vello, que cruzaba andando despacio, un campo de
nieve. Con voz temblorosa, los cargadores Sherpas, nativos del lugar, dijeron que lo acabado de
ver no era un hombre, era un "falso hombre" llamado Yeti, que acecha los rebaños de yankes
(una especie de ganado del Himalaya), para hacer presa en la res que halle desprevenida, y aun a
veces al mismo cuidador.

En 1.925, el botánico Indio A.N. Tombazi, vio en las cercanías de su campamento un Yeti que
caminaba erecto, como un ser humano, y se detenía de cuando en cuando para arrancar raíces y
arbustos. A la mañana siguiente halló huellas que no eran de cuadrúpedo provisto de garras,
sino de un ser erecto cuyo pie, a juzgar por el rastro, tenía dedos y talón igual a los del hombre.

Ronald Kaulback, botánico inglés, halló pisadas parecidas en 1.936 a una altitud de 4.900
metros en territorio de Nepal. Un año después, el Capitán Johan Hunt halló a una distancia de
casi 350 kilómetros de Sikkim —a 5.800 metros de altitud—, una doble huella que serpenteaba
por un costado de un cerro. En 1.948, Aage Thorberg y Jan Frostis, noruegos buscadores de
uranio, encontraron el rastro del Yeti, y al cabo de varias horas de seguirlos viéronse frente a
frente con un par de gigantescos hombres monos; cuando intentaron enlazar a uno de ellos,
estos atacaron a Frostis magullándole un hombre malamente, y se salvó tan sólo porque su
compañero disparó al aire un tiro de escopeta que ahuyentó a ambos yetis.

Indudablemente los testigos oculares que más cercano viven a este fenómeno "Yeti", son los
naturales del Tibet; los vecinos de tres aldeas

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dijeron ser ciertos ¡os rumores de que, en los últimos cuatro años, no menos de 5 naturales de ¡a
región habían perecido a manos de este Yeti, que mataba golpeándolos contra un árbol o contra
una peña.

Aquí algo muy importante para los antropólogos: según particular método de matar, indica que
este ser corresponde a una elevada escala de evolución de las especies —cercano al hombre—.
Igual indicación constituye el orden de comerse sus presas, que son: los ojos, los dedos de las
manos y pies, y los testículos. De ningún animal se sabe que al devorar sus presas elige tan
cuidadosamente las porciones que son más de su agrado; y es de notar que los salvajes de África
y de las Islas del mar del sur, proceden de manera igual en sus ritos carnavalescos, porque creen
que, comiendo determinadas partes del cuerpo de la víctima, les robustece esos mismos órganos
de su propio cuerpo.

Sacharun a, tal como ya lo sabe el lector, significa "Falso hombre o hombre falso".
Coincidentemeríte los sherpas o cargadores del Everest, dijeron o mismo al Coronel Howard
cuando avistaron al Yeti: "es un falso hombre", que en quichua significa "Sacha Runa".
Que mejor cosa que traer a esta sección el artículo "El Sacha Runa" del libro de Augusto César
Saltos "En tierras de Bolívar", cuyos reía-tos de estampas y leyendas, tienen rival tan solo en
otras de sus obras, como "Taytamo".

"El marido a la mujer, el padre al hijo, la mujer al marido, el vecino a ¡a vecina, aconsejaban no
ir solos a la montaña. Si había mismo que ir, hacerlo en compañía y siempre armados de
machetes, escopetas o cualquier arma para defenderse. Nunca ir solo y con las manos vacías.

Ir solo a la montaña virgen y enmarañada Cachan', en la Provincia de Bolívar, entrañaba el muy


grave peligro de no retornar a la casa. Conversaban que otros que habían ido solos, o porque no
sabían o porque sabiendo desobedecieron la advertencia, no regresaron más a casa. Mucha
gente, hombres mayores, mujeres casadas o solteras, niños de ambos sexos, habían pagado con
la vida solo por no haber sabido oír el consejo que, apoyados en su gran experiencia, daban los
más ancianos del caserío.

Para penetrar allá, con el objeto de hacer desmonte descuajando la

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montaña, tenían que invitar a amigos y vecinos que acompañan. Se convocaba para un día tal;
reunidos todos, procedían a la salida; disparos de armas, toque del cacho, aullidos de perros,
redoblar de tambores, en fin, todo cuanto convenía para hacer ruido y ahuyentar adentro al
Sacha Runa.

Se conversaba en las moliendas, en los velorios, en los compadrazgos y en cualquier reunión,


que cuando cae luna tierna en días viernes, 0, se le oye bufar como un toro bravo. Agregaban
otros, hay que evitar que siquiera perciba el aliento del ser racional, porque siguiendo el rastro
iba tras él, y en cualquier lugar, al menor descuido lo hacía presa por atrás, para ¡levarlo a la
montaña donde lo devoraba con buen agrado.

Algunos aseguraban con juramento que lo habían visto; lo tenían perfectamente conocido, sin
poder saber por qué no llegó a apresarlos en esos momentos. Era ni más ni menos que un
hombre fornido, alto, eso sí, cubierto de pelos todo el cuerpo; algo pesado en sus movimientos,
esto quizá debido a la adiposidad del vientre; piernas y brazos musculados que le hacían
desarrollar mucha fuerza, acaso comparable a la de un león.

En aquel año, dada la reciedad de la estación veraniega que se había prolongado por tanto
tiempo, al extremo que no hubo invierno, produjese una fuerte sequía en la zona. Los bosques
estaban secos, leñosos y con mucha hojarasca en el suelo; cualquier chispa impulsada por el
viento que volara por allí, desde algún desmonte cercano que se quemaba, podía producir un
incendio de grandes proporciones, consumiéndose cuanto encuentre a su paso.

Llegó la quemazón a los más altos y lejanos bosques; casi no había quedado árbol en pie; que
decir de papas y frutos silvestres si todo se había convertido en una verdadera yesca.

Los animales salvajes que antes vivían remontados por ahí, dieron principio aprovechando la
obscuridad de la noche, en hacer verdaderas invasiones a las casas de los habitantes del lugar;
había que dormir bien armados y montando guardia para evitar acontecimientos fatales que
podrían producirse, en defensa de sus animales domésticos.

El cura del lugar aconsejó hacer rogativas al cielo pidiendo haga

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llover. Todos Sos moradores concurrieron a la capilla y desde allí, llevando en hombros al Santo
Patrón de la parroquia, recorriéronla única calle del lugar. Rezos, cantos a porfía, hasta cuando
dieron por terminada la ceremonia, que fue preciso asentarla con unos buenos tragos de
aguardiente.

Se bebió bastante; tanto, que hubo muchos embriagados y no faltaron hechos de sangre, que ni
el Teniente Político ni la Policía Rural pudieron evitar, pues la gente estaba impulsada por los
efectos del licor, el cual llegó a agotarse en la Consignación del Estanco. La gente como nunca
se hallaba presa del mal genio. Disparos por aquí, gritos de auxilio por allá: una verdadera ola
de furia humana cundía por doquier. Como una dulce esperanza de consolación, asomó por el
oriente el tenue resplandor del amanecer de aquella larga noche de solapada santidad y orgía.

Todos dormían; unos, la incontrolable borrachera por haber bebido sin medida alguna; y otros,
el cansancio que había agotado energías y paciencia. Y cuando nadie imaginaba lo que podría
venir, alguien gritó, presa de angustia, " ¡El Sacharun a!, El Sacharun a!, El Sacharuma!; cundió
el más grande desconcierto entre todos; los borrachos, del mismo miedo y susto, se despertaron
y pusieron en razón; tartamudeando de espanto corrían de uno a otro lado sin atinar que hacer;
un verdadero caos, llegando a los límites de desesperación, reinaba por todas partes.
Se escuchó otro grito que decía —Está en el río. Ante lo irremediable se armaron de valor, y
precedidos de una partida de perros resolvieron apresarlo.

Querían aprehenderlo vivo a toda costa, de ahí que no dispararan armas, cogiéndolo vivo
tendrían para tomarle cuentas, del sinnúmero de fechorías cometidas anteriormente. La furiosa
acometividad de los perros hizo que el Sacha Runa se diera por vencido; alguien solicitó
una beta para prenderlo. **

La madrugada se había aclarado definitivamente, y en tal forma, que hasta el sol brindaba sus
resplandores para poder actuar sin mayor trabajo. Acorralado como estaba, era seguro su
apresamiento, se esperaba solamente venga la beta que solicitaron, para proceder; unos momen

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tos más y sería prisionero de ellos el terrible Monstruo de la Montaña.

—Espera que yo voy —prorrumpió desde más arriba del puente e! Chonta Benavides, que
siempre comenzaba a fajarse el pantalón con correa de cuero de tigre, para tener mucha fuerza
y valor.
Así se le conocía al hombre aquel que nunca tuvo miedo a nada, pues vivía encariñado con la
selva; su existencia lo hacía tanto en invierno como en verano, por esos dominios que se le
creían eran para el Sacha Runa únicamente. Unos días antes había salido al pueblo con el objeto
de hacerse cortar el pelo y la barba, comprar sal y la panela de dulce, quizá también alguna
camisa. No tenía más necesidades para salir de allí, según conversaba a algún amigo que solía
brindar una copa.

—Es el Chonta Benavides. Esperemos que el venga a entenderse con este aborto del infierno. Es
hijo del demonio-comentaban- quienes conocieron la voz.

Momentos de gran expectación y nerviosismo fueron aquellos en que se vio que el montubio
cerrero, abriéndose paso por entre la multitud, se acercó al enemigo temido extendiéndole la
mano, como manifestación de ofrecerle su amistad y protección.

—Que gracia pes, si el Chonta ca, tiene pacto con el diablo.


— Si a lo mejor vive con él en la montaña. Debe ser su amigo y conocido.

-Mejor sería que les cojamos a los dos para quemarlos vivos. -Murmuraban de unos a otros,
temblando de miedo y espanto, sobre todo las mujeres que no dejaban de santiguarse y hacer
llorar a los niños, viendo como estrechamente abrazados, conversaban los dos.

—Un momento señores, un momento de serenidad —dijo el Chonta dirigiéndose a la multitud-


el Sacha Runa que vosotros llamáis y que teméis tanto, creyéndose un ser infernal, es un
hombre como-cuales quiera de nosotros. Hace tiempo fue un buen maestro de escuela que huyó
a la montaña víctima de la ingratitud y el egoísmo de los hombres. Él fue un hombre bueno,
él fue un hombre sabio, sin embargo, nadie le comprendió.

138
Lo estáis viendo así —continuó diciendo—, debido al medio en que vive; cuando salió a la
civilización para internarse en la montaña, fue resuelto a no retornar jamás a ella, por egoístas,
insana y despreciable.

Hoy, si ha venido a la parroquia —agregó el Chonta Benavides—, es por haber estado acosado
por el hambre que devoraba sus entrañas; el ayuno prolongado que ha venido soportando se
debe a la sequía de la montaña. No ha venido a devorar a nadie, ni a robar a nadie; él no come
gente, únicamente pide que le den de comer cualquier ración y lo traten bien en sus relaciones.

En cambio —insistió—, que se me oiga bien, conocedor como es de Sos grandes secretos de la
naturaleza, ofrece para ponerlos a disposición de todos nosotros; ya no tendréis necesidad de
médicos ni costosas medicinas para curar vuestras enfermedades, él os curará sin que gastéis un
solo centavo, y curará toda enfermedad".

Llega así a su término este tema que, a no dudarlo, posee raigambre muy honda en el folclore
nacional y cuya explicación científica tiene raíces dentro y fuera de este continente, al extremo
que no basta con darle aspecto fantástico solamente, sino más bien induce a investigar a fondo,
para que con el paso del tiempo se pueda llegar a una explicación satisfactoria de este
fenómeno.
Pocos son los viajeros ilustres que han hecho una descripción cabal y perfecta de Balsapamba,
como Luis A. Martínez, en las postrimerías del siglo pasado.

Luis A. Martínez captó la esencia de lo bello, agreste y salvaje, del paisaje sin igual de la bella
tierra Balsapambeña, para trasmitirlo a las generaciones presentes, cubriéndose de gloria con su
bella novela "A LA COSTA".

Luis A, Martínez, en su obra "A la Costa" —si bien se trata de una novela-, él vivió el paso por
Balsapamba, y no de otra manera pudo haber descrito vivamente a este lugar. Realmente poco
ha cambiado en lo que atañe a la salvaje belleza de este hermoso rincón, acunado entre verdes
cordilleras y cristalinas, frescas y límpidas aguas, que descienden por las hermosas frondas que
circunda el inigualable paisaje Balsapambeño.

139
Luis A. Martínez, en su obra nos dice:

"Ya bien entrada la tarde, Llegó el viajero a Balsapamba, el primer pueblo o más bien caserío de
tierra caliente, en el camino que conduce de Guaranda a Babahoyo.

Al fin del valle en que está encerrada la población, se ponía el sol, rojo de sangre, flotando entre
nubes de fuego; cerros, árboles, matorrales y peñascos, tomaron un tinte de color cobre
derretido y luego solo los cerros más altos y las cimas de algunas gigantescas palmeras,
brillaron con resplandor de hoguera; después, el cuadro quedó borroso, azulino, y la noche
llegó".

Notamos que el distinguido viajero se inspiró en la grandiosidad del paisaje y en el crepúsculo


de un atardecer Baisapambeño.

Luis A. Martínez se extasió en el agonizante sol poniente-, en los paisajes, montañas, ríos y
palmeras. Sigamos el relato:

"Desmontase el viajero delante de una casita llamada Hotel; el arriero que llevaba el equipaje en
un caballito flaco y lanudo, le descargó subiendo la empinada escalera pidió para el patrón
cuarto y comida; un hombre pálido y con las señales evidentes del paludismo, condujo al
huésped a un zaquizamí^ para que guardare el equipaje.

Esperando la anunciada comida, y sin tener ya de que otra cosa preocuparse, tendióse el
huésped en una hamaca suspendida entre dos postes del corredor que daba a la calle; la noche
era muy obscura; mil luciérnagas revoloteaban por todas partes; se oía el murmurallo del
cercano río; el incesante croar de los sapos, y la algarabía de los grillos, obligada armón en la
tierra caliente.

El aire era tibio y ligeramente perfumado por las emanaciones de un florido bosque de
floripondios, y por ese olor especial y propio, sólo de la tierra tropical; en la vecina cabana un
arriero arrancaba al rondador una tonada monótona y triste, trayendo sin duda a la memoria
recuerdos de las cosas idas, dejadas atrás.
140
Un confuso tropel anunciaba que llegaba al pueblo una nueva partida de viajeros;
efectivamente, delante de la posada, en la oscuridad

mal rota por un farolito que colgaba del pasamano, se dibujaron varias siluetas confusas de
jinetes y bestias de carga.

La noche era tibia, el aire se saturaba más de perfumes acres, y los mil ruidos del bosque
tropical rompían el augusto silencio.

En la calle se adivinaba el grupo de acémilas que comían el nocturno pasto produciendo un


acompasado run run; y una partida grande de mariposas de grandes alas, revoloteaban en
silenciosas danzas al ruedo del farol.

En la madrugada, tenue neblina envolvía en transparente velo el estrecho y montañoso paisaje,


las cimas más altas dibujábanse vagas y confusas, dejando adivinar borrosas siluetas de árboles
de anchas copas y de dentellantes palmeras. De las humedecidas hojas, caían algunas gotas de
agua depositadas por el rocío, y en todas las hierbas, brillaban a los primeros resplandores del
naciente día, infinitas partículas acuosas. De todas las casuchas del pueblo se leventaban ligeras
columnas de humo perezoso.

Emprendido el viaje por la cañada pintoresca y tortuosa, pasaron por el Ceibo colosal, orgulloso
monumento en el valle de Balsapamba; vegetal solitario, erguido, lanzando sus enormes ramas a
los cuatro vientos, como una cúpula elevada por los genios de la selva, para señalar algún lugar
de cita misteriosa.

La cañada a momentos se estrecha para luego abrirse, dando paso a la gran llanada; atrás
quedaba la bruma plomiza, la azul y triste cordillera, el gemido melancólico del viento entre
rocas, o en las pajas marchitas del páramo. Delante tenía un cielo azul y espléndido, la llanura
infinita, la brisa, suavemente acariciadora, que entona armoniosas magias al circular juguetona
por los bosques del inmenso trópico.". . .

141
ANGAS Y BALSAPAMBA SU COLONIZACIÓN, FLORA Y
FAUNA - PRODUCCIÓN AGRÍCOLA E INCIDENCIAS CLIMÁTICAS

El Señor Profesor Don José María de la Pared, ex—director de la Escuela "Manuel J. Calle", de
la parroquia de Balsapamba, distinguido educador y elemento de gratísima recordación para este
pueblo, es autor de la Bandera, Escudo e Himno de este lugar.

De la Pared, entusiasta historiador, incentivó y motivó la celebración de la fecha clásica de


Balsapamba, el día 8 de noviembre. El primer año de dichas festividades, en 1.963, se recordó
con solemnidad la Batalla de Camino Real. Desde Guayaquil vino el Colegio Seis de Marzo, en
solemne marcha recordatoria, siendo recibido por la primera banda de guerra de la parroquia,
para luego ascender por el histórico Camino Real, y recibir honores de las autoridades
provinciales de Bolívar.

José María de la Pared escribió la historia de Balsapamba, recientemente publicada con el


auspicio de Editorial del Pacífico, pero que desgraciadamente por mucho tiempo permaneció
inédita durante lo cual solamente fragmentos confusos de ellos han sido recogidos por
escritores de monografías de Balsapamba.

La Bandera de Balsapamba, según su autor, consiste en dos franjas paralelas, una de color verde
que significa los campos de Balsapamba; y la otra franja, amarilla — color naranja amarilla—,
que significa el color de la naranja balsapambeña.

La historia de Balsapamba, que en su época de director de la Escuela Manuel J. Calle enseñaba


a los educandos, fue más o menos como sigue:

"Gabriel García Moreno, Presidente de la República, en uno de sus pasos por el Camino Real
llegó a avanzadas horas de la noche a la Ha-

142
cíenda de Sa "Chirria", donde sus edecanes pidieron una posada; pero aparentemente todo
estuvo copado, y se les indicó una ramada del frente de la hacienda. . . ¡Para que se acomodasen
como puedan!, sin darse cuenta, desde luego, que se trataba de tan distinguido personaje.

Al amanecer del día siguiente, nerviosamente los allegados de la Sra. le comunicaron que los
viajeros de la noche, eran "gente de mucha importancia", y se hallaban escoltados de unos
soldados "negros y m fieros", según el decir de la servidumbre.

De inmediato la Señora se percató de la presencia de su Excelencia Gabriel García Moreno, y


sin más, acudió en su presencia para pedirle disculpas por la atención inadecuada, no
habiéndose percatado, ni avisado nadie de que estaría presente por esos lares.

García Moreno, visiblemente disgustado por el mal trato que se daba a los caminantes en
general, dio a entender que no importaba el trato recibido, pero advirtió que dentro de muy poco
tiempo su "negocio" terminaría, por cuanto ordenaría que se abra una vía por otro y mejor lugar.

Y efectivamente, llegado a Chimbo, García Moreno habló con el Jefe Político y lo requirió
sobre la posibilidad de abrir una mejor y más rápida vía. La primera autoridad chimbeña llamó a
su presencia a personas conocedoras de las vías y atajos del Cantón, y uno de ellos precisó:

—Como no Excelencia, saliendo de Mañanita por Ansacoto y Chapacoto, hay un sendero que
pasa por el "Putzo", (hoy Santa Lucía), y se llega yendo en "escoterito" — (sin alforjas o carga)
—, a la playa que unen Jos ríos aproximadamente al medio día.

Con esta información, García Moreno satisfizo su inquietud y ordenó al Sr. Jefe Político,
disponga que se efectúen mingas en dicha vía, para favorecer el tráfico y comercio por la
Provincia.

143
Y además, ordenó al teniente Político de Angas, que se traslade inmediatamente con sus
archivos al sitio denominado Balsapamba, donde improvisaría su despacho, ya que Angas
quedaba fuera de la ruta, en la nueva vía establecida. Esto se cumplió el 8 de Noviembre de
1.879.

Con pequeñas variantes, esta constituye la historia inédita del Sr. Prof. José María de la Pared.

El año de 1.977, el distinguido Licenciado Sr. Don Ñervo V. Vaca, en un positivo esfuerzo por
contribuir en algo a la tierra que lo vio nacer, publicó su "MONOGRAFÍA DE LA
PARROQUIA DE BALSA-PAMBA", con notable acierto; estimo que toda la colectividad de
Balsapamba debemos recordar esta contribución al mejor conocimiento de esta Parroquia, que
el Licenciado con mucho tino ha realizado.

En la parte referente; al traspaso de la parroquia de Angas pamba, el Lie. Vaca dice:

"Estando de Presidente de la República el Dr. Gabriel García Moreno, sucede algo extraño, se
dice que en cierta ocasión el Presidente subía de Babahoyo hacia la serranía cabalgando un asno
tan fachoso, que parecía un mendigo; al llegar a la Parroquia de Angas, nadie le dio importancia
—no sospechaban que fuera-García Moreno—; una señora de apellido Campaña, propietaria de
unos terrenos del lugar, se negó a darle una posada para que descanse de noche. El Sr. Teniente
Político del lugar, Vicente Estrada, fue el único que le brindó hospitalidad y atenciones.

Al despedirse el Dr. García Moreno del amable ciudadano, le dice que espere una comunicación
de la ciudad de Guaranda; el comunicado decía que se traslade inmediatamente junto con los
Archivos, a un sitio donde abundaba la balsa. Luego de la muerte del primer Magistrado,
cumpliendo al pie de la letra lo que dicho comunicado mencionaba, al amanecer del día 8 de
noviembre de 1.879 se trasladó a ese lugar, con todos los archivos que tenía en su poder. A esto
se suma que la mencionada Administración Nacional, se trazó, una nueva vía, alejada de la
parroquia de Angas, motivo por el cual este poblado quedaba en el abandono.

144
Ante los hechos —añade el Lie. Vaca—, algunos de los moradores de Angas le siguen al
Teniente Político, encontrando el generoso aporte del Sr. Felipe Verdesoto, que cedió sus
terrenos para que puedan los nuevos moradores, edificar sus habitaciones".

OTRA VERSIÓN: SÍNTESIS HISTÓRICA DEL CANTÓN DE SAN MIGUEL DE


BOLÍVAR

Hermoso libro publicado por el Sr. Ledo. Hermán Flores, el año 1.984; constituye un gran paso
adelante en lo que a la historia Cantonal se refiere; muy importantes y desconocidos datos sobre
el Cantón, los han esbosado el Ledo. Flores con gran realismo. Creo —sin temor a equivocarme
—, que esta obra merece los mejores elogios de todo cuanto a Historia se ha escrito, de este
hermoso rincón patrio: San Miguel de Bolívar. El Sr. Flores —lamentablemente—, en su libro
referente a Balsa-pamba, cita al libro del Lie. Vaca.

Hay otra versión referente al traslado de la Parroquia de Angas al sitio de Balsapamba, me


refiero a la versión aparecida en el cuaderno publicado en noviembre de 1.979, a propósito del
primer centenario de la parroquia de Balsapamba; artículo que sostenía que dicha parroquia fue
trasladada al actual (Balsapamba), por amenazas del río Cristal, habiendo sido suficientemente
aclarado el asunto en un capítulo anterior; no haré más referencia a ello.

Ahora me cabe la ingrata tarea de poner en tela de juicio a todo, o casi todo, lo que se ha escrito
sobre Angas y Balsapamba, concerniente a sus traslados y orígenes. Tengo que confesar, que
siempre la hermosa leyenda que consta en los folletos del Sr. Prof. José María de la Pared, me
ha impresionado profundamente; pero desgraciadamente, la historia de un pueblo no puede
sobrevivir si no se ciñe estrictamente a la verdad, a las fechas, y por supuesto, a los documentos
históricos convincentes que exhibiremos en el transcurso de esta exposición.

Si nosotros no lo hiciéramos hoy, mañana nuestros hijos, nuestros nietos, y en general las
futuras generaciones, descubrirán la verdad, y nos habrán de considerar ingenuos e ¡lusos, en
vista de que tales historias no resistirían el más somero análisis.
145
Comenzando por revisar la historia inédita del Sr. de la Pared, tenemos que en 1.879, año en el
que se asevera que García Moreno pasó por Chima, e inmediatamente ordenó trasladar los
archivos a Balsapamba, tenemos que decir que, García Moreno, en dicho año de 1.879, tenía ya
cuatro años durmiendo el sueño de los justos, atravesado de innumerables puñaladas, y bajo
siete palmos de tierra.
En todas las historias concernientes a la Parroquia de Balsapamba, se ha aseverado que la
"Parroquia de Angas" fue trasladada a Balsa-pamba, e implícitamente se ha dicho —o creído—,
que Angas tuvo la categoría de Parroquia desde el inicio de la República.

En este libro, a propósito de los presentes esclarecimientos, he trascrito el Acta de Fundación


del Cantón de Chimbo, hecho con puño y letra del presidente García Moreno, el 3 de Marzo de
1860, donde Angas y Balsapamba, dé seguro estuvieron incluidos como recintos, por eso no se
nombra como parroquia. Esto está totalmente claro. (Véase el Acta de Fundación del Cantón
Chimbo pag.: 107)

Cuando el día 10 de Enero de 1.877, el General Ignacio de Veintimilla creó el Cantón de San
Miguel, separando parte del Cantón Chimbo, lo hizo a base de 5 parroquia, que eran: San
Miguel, Bilován, Chillanes, Telimbela, Santiago y sus anexos. Estos son documentos
irrefutables de la inexistencia de Angas y Balsapamba como parroquias, ni del Cantón Chimbo,
ni del Cantón de San Miguel, por aquella época.

Pero he aquí una pregunta: si el año 1.877, ni Angas ni Balsapamba han sido parroquias, ¿A qué
parroquia pertenecían estos recintos? He aquí la contestación, igualmente respaldada de
documentos.

En mi poder se halla una Escritura Pública celebrada el año de 1.877, en la ciudad de Riobamba,
de la cual voy a transcribir la parte que tiene interés en esta investigación, y que es como sigue:

"El Señor Nicolás Cadena, heredero legítimo de la Sra. Doña Ana Pérez, desde el año de 1.875
ha tomado posesión legítima de las Montañas de Tiandiagote, situadas en BALSAPAMBA,
PARROQUIA DE BILOVAN, y ha venido vendiendo dichas tierras; y de la parte que aún tiene
reservado, vende, y da en perpetua enajenación, un retazo de dicho terreno en la suma de 125
pesos, al ciudadano Juan Manuel Castro”
146
Nada más explícito. Estos territorios pertenecían a la parroquia de Bilován, hasta el año de
1.879.

El primer documento de la existencia de Balsapamba que existe en esta provincia es el Decreto


de la creación de la Provincia de Bolívar, el

17 de abril de 1.884. Y el último documento que comprueba que la zona de Balsapamba


pertenecía a Bilován, está en la Escritura ya transcrita, o sea, el año de 1.877. Como conclusión
final, basándonos en estos documentos solamente, Balsapamba fue elevada a la calidad de
Parroquia, entre 1.877 y 1.884, es necesario aclarar que Angas perteneció a Bilován
posiblemente tan solo en lo eclesiástico, consecuentemente prosigue esta incógnita.

Hemos analizado exhaustivamente la historia o leyenda, del Sr. Prof. José, María de Ja Pared. Y
me permito cuestionar —si así puede llamarse esta rectificación—, la historia del Sr. Lcdo.
Nervo V. López Vaca, quien seguramente se asesoró con la versión de algún ex—alumno del
Sr. Prof. José María de la Pared, quien le contó algo, pero al revés, situando el lugar de la
pernoctada de García Moreno, en Angas. Pero —aparentemente—, lo que si cayó en cuenta el
Ledo., es que, en el año de 1.879, fijado como fundación de Balsapamba, García Moreno ya
estaba muerto; pero no queriendo descomponer su historia, trató de hacer un implante, o
simplemente "zurcir" en algo su historia de Balsa-pamba, para hacerla apta al público, pero con
tan mala suerte, que más bien confunde con su frase implantada. El caso es como sigue. . .

Según el Ledo. Vaca, siendo mal atendido García Moreno, le dijo al Teniente Político al
despedirse "que espere un comunicado de Guaran-da", y efectivamente recibió el comunicado,
que decía que se traslade inmediatamente al sitio donde abundaban las balsas. Y aquí va la frase
implantada por el licenciado, con tan mala fortuna, la subrayo:

"Luego de la muerte del Primer Magistrado; cumpliendo al pie de la letra lo que la


comunicación decía, al amanecer del 8 de noviembre de 1.879, se trasladó con todos sus
archivos que tenía en su poder".

147
Se entiende que "A García Moreno lo mataron en Guaranda después de enviar su mensaje al
Teniente Político de Angas, Sr. Estrada". O es que la noticia que García Moreno ofreció mandar
al Sr. Estrada, demoró cuatro largos años en llegar a Angas.

Es en extremo difícil escribir la historia de un pueblo cuando no. existen archivos ni datos
concretos. Una vez un Sr. teniente político de

Balsapamba, adjuntó gran cantidad de papeles "viejos" de sus archivos, e hizo una pira grande
en media plaza.

Es universalmente conocido y aceptado que la transmisión oral de los hechos históricos,


degenera en un total caos y desconocimiento de la verdad. He aquí el caso de la gran
civilización Maya con sus imponentes templos, fortalezas y extensos complejos ceremoniales,
que nos hablan de la más grande civilización de la América pre—Hispana. Hasta ^tuvieron su
escritura, que hoy se halla en proceso de desciframiento (jeroglíficos).

Empero, esta increíble cultura, por motivos aún desconocidos —muchos antes de la conquista
española—, desapareció; y la selva invadió plazas, fortalezas, palacios y templos. Los
descendientes de esa civilización increíblemente próspera, hoy humildemente pastan sus
ganados y tienen pequeños sembríos, junto a las imponentes ruinas Mayas; y no tienen la más
remota idea de quién pudo haber construido, o porqué desapareció tan grande y civilizada
nación. Ni siquiera tienen interés en saberlo. Nada se ha transmitido oralmente de sus señoriales
antepasados; sólo están las mudas ruinas que indolentes desafían siglos de existencia.

Existen monumentos megalíticos construidos con enormes bloques de piedra, aparentemente


hechos por gente proveniente del mar, pues abundan más en las costas. Los más famosos son los
de Carnac, en Gran Bretaña. También en Inglaterra existen miles y miles de piedras en forma
alargada, dispuestas a través de cerros y valles, sin que nadie sepa su utilidad; se cree que fueron
colocadas unos 2.000 años antes de Cristo, no se sabe por quién ni con que finalidad. La
tradición oral no nos dice nada confiable al respecto.

148
Pero no iremos muy lejos en distancia y tiempo. Tenemos las ruinas de Ingapirca. Templo del
Sol, construido sobre las ruinas de un Santuario Cañari (eso creen los arqueólogos según últimas
investigaciones efectuadas exhaustivamente). Pero los vecinos autóctonos del lugar, no tienen la
más remota idea de cuándo o quién construyó tan imponente fortaleza; nada nos ha legado la
tradición oral al respecto..

En la Isla de Pascua, situada a 3.700 kilómetros al oeste del Continente Sudamericano, existen
unas 525 estatuas de piedra, algunas de

más de 10 metros de alto y 200 quintales de peso; todas tienen figura humana, con rostros y
narices alargados. Los habitantes del lugar, de raza polinesia, viven principalmente de la cría de
ganado; son de aspecto y carácter sumiso, y no poseen la más remota idea de quién, para qué y
cuándo se construyeron estas monumentales estatuas.

Es así como la transmisión oral concerniente a la historia Balsapambeña, nos ha engañado en


sus aspectos más importantes respecto a su origen.

Cuando últimamente el Sr. Lie. Hernán Flores escribió su importante "SÍNTESIS HISTÓRICA
DEL CANTÓN DE SAN MIGUEL DE BOLÍVAR", no teniendo más recurso, echó mano a la
única Monografía de Balsapamba existente; claro está, al historiador cantonal no le competía
hacer investigaciones fuera de su alcance, y simplemente le cabía conseguir la monografía
existente al respecto, que es la del Sr. Ledo. Ñervo López Vaca, cuya reproducción en nada
esclarece o beneficia a la historia Balsapambeña.

Osear Efrén Reyes, en su "BREVE HISTORIA DEL ECUADOR", refiriéndose al General


Ignacio de Veintimilla, que se mantuvo en el poder de 1.876 a 1.883, dice:

"Era querido de las masas populares, a las que aduló con festines, bailes y espectáculos
públicos; mimado de su ejército, bien equipado y pagado, del que se llamó "Capitán General".

Coincidió su Gobierno —continúa narrando—, con una de las épocas de mayor prosperidad
económica del Ecuador, no por la acertada política financiera del Gobierno, no por los ahorros,
ni por la austeridad, sino porque la época, con sus necesidades internacionales, convirtieron al
149
Ecuador en fuente de aprovisionamiento. Por entonces, el Café, la Tagua, el Cacao, los Cueros,
la Cascarilla, alcanzaron altos precios en los mercados extranjeros; y hasta la guerra del
Pacífico, de 1.879 a 1.881, ocurrida entre Chile y las naciones coaligadas de Perú y Bolivia, *•
vino a promover una gran expansividad comercial ecuatoriana".

He allí la clave de la fundación de la Parroquia de Balsapamba. Si el Café, los cueros, la


Cascarilla, la Tagua, dieron gran prosperidad al Ecuador por 1.879, con total seguridad comenzó
a mirarse a esta zona,

como un filón de oro. El General Ignacio de Veintimilla no pudo menos que dar categoría
parroquial a esta importantísima zona proveedora de los artículos que en esa época
enriquecieron a la Nación Ecuatoriana.

Sin temor a equivocarme, aseguro que la inusitada valorización de los productos subtropicales,
con toda certeza promovió el gran aflujo de colonos serranos a esta tierra Balsapambeña y al
trópico en general, lleno de promesas, prosperidad y riqueza. Pero estas incógnitas de
Balsapamba y Angas no podían continuar intrincadas, y merecían el despliegue de todos los
posibles esfuerzos a mi alcance.

En cumplimiento de este propósito acudí sin tardanza al Palacio Obispal de Guaranda, capital de
la Provincia de Bolívar, con el fin de recabar más datos que puedan arrojar luz sobre este tema
ya que los libros bautismales y matrimoniales de la Parroquia de Bolívar reposan en dichos
archivos, y a la vez, Balsapamba y Angas correspondían a dicha feligresía o parroquia
eclesiástica. El libro de matrimonios en mención, data de 1.868 hasta pasado el año 1.900.

Monseñor Raúl López Mayorga, Obispo de la Diócesis de Bolívar a sabiendas que se trataba del
esclarecimiento histórico de este lugar de Balsapamba, me atendió con la gentileza y amabilidad
que le es característico; que tiene un sólo rival: su inteligencia y dinamismo
desplegados sin tregua en esta provincia correspondiente a su Diócesis.

Por las facilidades expuestas logré sacar algunas muy interesantes fotocopias, que en algo
esclarecen el pasado de estos pueblos, aunque no en la medida que yo esperaba.

150
Lo que más llama la atención en estos viejos libros, reliquias revestidas con piel de cordero, es
el laconismo de las partidas de matrimonio. A lo mucho, el sacerdote en unas siete escuetas
líneas cumplía con la obligación tic constatar un matrimonio en sus actas, omitiendo el anejo
lugar, pueblo, parroquia civil, cantón o provincia, de donde procedían los contrayentes del
matrimonio eclesiástico.
A continuación, presento la fotocopia del matrimonio de Felipe Berdesoto con María Castillo.
Creo conveniente escoger esta acta por tratarse do una persona que donó varios lotes de terreno
para las plazas, iglesia y edificios públicos de la Parroquia de Balsapamba.

En la siguiente página (sin número), encontramos que el sacerdote al margen de la foja de dos
actas de matrimonio, ha escrito Angas o de Angas; pero después, en medio siglo, ningún
sacerdote ha vuelto a hacer referencia a este pueblo, poblado o parroquia.

A continuación, inserto la fotocopia de la foja en la cual se menciona a Angas por dos veces;
notará el lector lo escueto de las actas firmadas por el Fr. José Nova (sic)

En
la

151
página número seis (6) del libro en referencia, constan 3 matrimonios; el primero, en una parte
dice:

"En la santa visita a este pueblo y previa confesión sacramental." etc., no se sabe a qué pueblo
se refiere el cura, pero posiblemente se trata de Balsapamba, ya que los dos matrimonios
siguientes —en la misma página— mencionan, en el margen del primero de ellos Felipe con
Juana (blancos) de Balsapamba; y en el segundo, Damacio con Teresa Bo. (blancos) de
Balsapamba. Estos matrimonios están fechados en agosto de 1.868

152
Otro interesante documento es el que expongo a continuación. Es una autorización del Sr. cura
de San Miguel de Los Ríos, José Antonio Domínguez, al Sr. Cura de Bilován, don Fermín
Gómez, para que pueda celebrar un matrimonio con suficiente validez i licitud; este documento
está fechado el primero de febrero de 1.878.

Seguidamente puede apreciarse la fotocopia del documento en mención.

153
En la página número treinta y nueve (39), por primera vez un documento matrimonial estipula:

"En la Vice parroquia de Balzapamba. "; fechado el día 18 de agosto de 1.878. Esto induce a
pensar que Balsapamba se constituyó en Parroquia Civil en aquel año, 1.878; inclusive por tal
época se construyó la iglesia.

La fotocopia de dicha acta matrimonial podemos observarla a continuación.

El mes de septiembre de 1.880, el sacerdote Rafael Fermín Gómez, celebró cuatro matrimonios,
dos de ellos en los días 19 y 22, y los otros dos el 23 de ese mes. Esto es señal inconfundible de
que el Sr. Cura de Bilován se constituía en el lugar durante algunos días, en atención a los
feligreses de la Viceparroquia.

En 1.881 el nuevo cura, Ramón Gómez, omite la palabra Viceparroquia y escribe simplemente:
La Parroquia de Balsapamba. Este cura celebró entre octubre dos de 1.881 y enero de 1.882, un
total de 8 matrimonios en Balsapamba.

154
Otra acta matrimonial del cura Ramón Gómez, en enero 19 de 1884 menciona:

"En la Parroquia de Balsapamba de Bilován..." combinación algo novedosa o un dato


confirmativo de que Balsapamba, en lo civil, perteneció a Bilován en aquella época.
Desde la última fecha arriba citada —según el libro de Actas—, ningún cura visitó la parroquia.
Recién en 1.886 el sacerdote José Camilo Gallegos celebra, el 28 de octubre de ese año, 4
matrimonios seguidos; posiblemente el sacerdote se quedó algún tiempo, ya que en las fechas 2
y 15 de setiembre, 20 y 28 de octubre, celebra otros matrimonios; y en el último de ellos
aparece otra novedad: el sacerdote Gallegos escribe:

". . . yo el Cura propio de esta parroquia, . . " (de Balapamba).

En el año de 1.887 el cura José Camilo Gallegos celebró 6 matrimonios en Balsapamba)


aparentemente siempre las visitas de los sacerdotes eran en setiembre y/o octubre.

155
El año de 1.888 el cura Gallegos celebró 29 matrimonios, lo cual constituye un verdadero
record; es muy posible que el motivo del inusitado numen, de matrimonios se haya debido a la
presencia de los padres Reden tomistas, que más tarde —según el libro— fueron a San Pablo.
Al año siguiente, 1.889, tan solo hubo un matrimonio, dato que corroboraría la aseveración
anterior.

Al final del año 1.890, el sacerdote Gallegos expone un resumen de matrimonios tic su
feligresía en Bilován y Balsapamba. Cerciórese el lector en la fotocopia adjunta.

El resumen de matrimonios de Bilován y Balsapamba en 1.890, que suman solamente cinco, es


otra prueba de la barrida de "mala vidados" y "amancebados" que los Padres Redentoristas
llevaron a cabo antes de 1.890.

156
Lamentablemente este libro de matrimonios, que se inició en el año 1.868, termina bruscamente
en 1.893 para dar paso al siglo XX, sin que yo pueda hallar los años faltantes, que talvez se
encuentren en algún tugar desconocido.

Como conclusión final puede afirmarse que estos libros de Actas Matrimoniales realmente no
arrojan mucha claridad sobre el principal móvil de esta investigación que consistía en probar la
existencia de Angas como parroquia civil en un momento dado del siglo pasado.

Como habrá podido notar el paciente lector en muy raras ocasiones el Sr. Cura se dio el trabajo
de señalar la procedencia de los contrayentes, esto es, el pueblo, añejo o caserío; pero, por otro
lado, no han dejado de señalar o diferenciar los grupos humanos, constatando indefectiblemente
si era indios, blancos o mestizos.

Con la finalidad de recabar más datos concernientes a esta investigación, fue menester acudir a
las siguientes Bibliotecas nacionales en Quito:

- Biblioteca Municipal de Quito;


- Biblioteca de la Casa de la Cultura;
- Biblioteca de la Universidad Central;
- Biblioteca de la Universidad Católica;
- Biblioteca de consulta del Palacio Legislativo; y,
- Biblioteca de Archivos de Palacio Legislativo;

Después de examinar cientos de tomos, y con la diligente ayuda de simpáticas personas, se pudo
obtener el material deseado. De manera cronológica vamos a examinar los tomos que más luz
arrojan sobre la investigación de este caso.

A continuación, puede apreciarse la fotocopia de la carátula del libro "Colección de las leyes
dadas por el CONGRESO CONSTITUCIONAL de la REPÚBLICA DE COLOMBIA en las
Sesiones de los años de 1.823 y 1.824".

El libro trata de las leyes de la GRANCOLOMBIA a la que pertenecía el Departamento del Sur,
hoy República del Ecuador.

157
COLECCIÓN

DE

LAS LEYES DADAS

POR LA

CONGRESO CONSTITUCIONAL

DE

REPÚBLICA DE COLOMBIA

EN LAS SESIONES DE LOS AÑOS


1823 y 1824

BOGOTÁ
IMPRENTA POR MANUEL MARÍA VILLER – CALDERÓN
AÑO DE 1926 – 1830

158
En este libro, en la página número 150, comienza la LEY SOBRE DIVISIÓN TERRITORIAL
DE LA REPÚBLICA GRANCOLOMBIANA; en la página número 155, de la que añado
fotocopia, dice en el artículo 11 Como notara el lector en esta época o que ahora es Ecuador
pertenecía a la Gran Colombia.
s
"El departamento del Ecuador comprende las provincias, T. de Pi-chincha, su capital Quito; 2.
de Imbabura, su capital Ibarra; 3. de Chimborazo, su capital Riobamba".
Había pues, tres provincias en el departamento de Quito; la hoy Provincia de Bolívar pertenecía
a Chimborazo.

El literal 3o. del Art. 11, en la página 155, dice:

"Los cantones de la provincia de Chimborazo y sus cabeceras son: 1o. Riobamba; 2o. Ambato;
3o. Guano; 4o. Guaranda; 5o. Alausí; y 6o. Macas.

En el Art. 12 se menciona que el departamento de AZUAY se dividía en las provincias de


Cuenca, Loja, Jaén de Bracamoros y Macas.

En la página siguiente efe I antes citado libro, número 156, en el Art. 13, se menciona que el
departamento de Guayaquil comprendía las provincias de Guayaquil (y no Guayas), y la de
Manabí.

En el Art. 12 se menciona que el departamento de AZUAY se dividía en las provincias de


Cuenca, Loja, Jaén de Bracamoros y Mainas.

En la página siguiente del antes citado libro, número 156, en el Art. 13, se menciona que el
departamento de Guayaquil comprendía las provincias de Guayaquil (y no Guayas), y la de
Manabí.

A continuación, presento al lector la fotocopia de las páginas 154, 155, y 157, del libro
mencionado.

159
160
161
162
163
Es muy lamentable que en la división territorial expuesta no consten las parroquias de cada
cantón.

Conocido es que Simón Bolívar, en 1.826, refundió a las ciudades de Guaranda y Riobamba a la
Provincia de Pichincha, debido a la penuria económica de aquella época.

Un libro de mucha importancia que vamos a examinar es el tomo I que contiene las leyes,
decretos, resoluciones, reglamentos y circulares de Poder Ejecutivo y Legislativo, desde 1.835
hasta 1.839, sin concentrarse nada sobre las parroquias de Angas y/o Balsapamba.

Prosiguiendo con la investigación encontramos el libro:


LEYES Y DECRETOS EXPEDIDOS POR LA CONVENCIÓN NACIONAL DE 1.86. de cual
adjunto una fotocopia de su caratula.

164
165
En la página 34 del mencionado libro, menciona lo siguiente:

“Considerando:

Que conviene dividir y desmarcar el territorio de la Republica para facilitar la administración,


tanto en lo político, como en lo municipal.

Decreta:
El territorio de la Republica se divide en las provincias de Pichincha, Imbabura, León,
Tungurahua, Chimborazo, Azuay, Loja, Los Ríos, Guayas, Manabí, Esmeraldas, Oriente y
Galápagos.

Transcribiendo solamente lo que tiene interés en este trabajo, pasamos a la página numero 36,
de la que adjuntamos fotocopia.

166
167
Como conclusión de la lectura de este documento nos informamos tal como constatara el lector,
que ni en el Cantón de Chimbo, ni en el de Guaranda, existen las parroquias de Angas y/o
Balsapamba; estos territorios pertenecían a la Provincia de los Ríos.

A continuación, adjunto una fotocopia de la sobretapa del libro, editado en Quito, “Constitución
de la Republica del Ecuador, dada por la Convención Nacional de 1.869”.

168
Hojeando el libro en mención, encontramos en la página número 133: TITULO I. LA
DIVISIÓN TERRITORIAL Para nuestra investigación solamente presentaremos la página
número 136, Art. 5o., que dice:

"El cantón de Chimbo consta de las parroquias de San José de Chimbo, Chapacoto, San Miguel,
Asancoto, Biloban, Chilfanes, San Antonio, Angay y Telimbela."

Fácil es deducir que Angay es Angas; el hecho de que está escrito mal, debe ser por un error de
imprenta. Tal es el caso, que por fin encontramos a Angas como parroquia civil en el año 1.869,
cuando algunos monografos de Balsapamba han asegurado que Angas, como parroquia civil,
fue creada "allá por el año 1.834", y que dicha creación fue confirmada "allá por los años 1.835
a 1.836, en el decreto de la primera división territorial expedida por el Dr. Vicente Rocafuerte".

A continuación, muestro al lector la fotocopia de la página mencionada (número 136).

169
El siguiente documento que mostraré, es un Tomo de Leyes y Decretos expedidos por la
CONVENCIÓN NACIONAL de 1.878; en la página número 52 de este, tomo encontramos la
parte pertinente a la jurisdicción del cantón de San Miguel de Los Ríos; me permito transcribir
el literal 7o. del Art. 9o.:

"'El cantón de San Miguel consta de las parroquias de San Miguel, Santiago, Bilován, Chillanes,
Angas, Telimbela y Balsapamba".

Este documento de división territorial expedido por el General Ignacio de Veintimilla en 1.878,
nos enseña que en tal año ya existían aquí dos parroquias civiles: la de ANGAS y la de
BALSAPAMBA.

El lógico admitir que estos documentos fidedignos merecen todo el crédito posible, pues si
dudamos ante esta evidencia escrita, es inadmisible creer en los monografos que no exhiben
documentación alguna, como es el caso de aquellos monografos de Balsapamba que han
repetido: "El teniente político de Angas, Vicente Estrada, bajó con sus archivos a una planicie
donde había Balsas" o algo similar. Esto es un mito que jamás se ha comprobado.

Además, vamos a comprobar con documentos, que Balsapamba es un pueblo muy antiguo,
Inclusive tiene raíces coloniales siendo fundado por un Corregidor de Chimbo.
Adjunto a continuación la fotocopia de la división territorial del cantón San Miguel, que hace
constatar simultáneamente a ambas parroquias civiles: Angas y Balsapamba,

170
La aseveración hecha de que Balsapamba tiene origen colonial se basa en el libro "Tradiciones y
Leyendas del Ecuador", de la Biblioteca ecuatoriana "Ultimas Noticias'1 Empresa "El
Comercio", editado en Quito — Ecuador, en 1.947. En la página número 130, de esta
publicación, aparece un artículo escrito por ÁNGEL POLIBIO CHAVES —considerado el
padre do la provincia de Bolívar—, intitulado "Una Flor que sentencia", artículo del cual me
permito transcribir unos párrafos:

"Chimbo era, en 1.745, el asiento floreciente y de bonito aspecto, no obstante que el terremoto
del año anterior echó a tierra las torres de San Francisco, la Matriz; y un lienzo del Hospital de
171
Betlemitas, amén de muchos edificios particulares; pues el Rey le había concedido favores y
muchos privilegios, deseoso de que hubiera una buena población en la garganta de la
Presidencia, para que sirviera de auxilio al comercio de la costa y de la sierra.

Todos los Corregidores habían sido personajes distinguidos señores de horca y cuchillo, los
cuales casi siempre traían comitiva de empleados de gente notables, así por la cuna como por
¡os vicios; pues los que no tenían esperanzas de mejorar en la Península y no podían resignarse
de su mala fortuna, se trasladaban a América, donde, por mal que les fuese, venían a ser
principales y primeros.

El Corregidor Don Pascual de Guevara Arrieta y Palamós, había dejado un hijo llamado
Manuel, quien, aun cuando de nobleza conocida por parte de sus cuatro abolengos, tenía la
desgracia de ser criollo, y esto, en los tiempos coloniales, equivalía casi a tener sangre africana
y era causa de menos valer, por mucho que fuesen las campanillas por los otros lados.

(El Corregidor) Don Eugenio González de Figueroa, EL QUE FUNDO EL PUEBLO DE


BALSAPAMBA, trajo consigo por secretario a Luis Paredes de Lara, joven de unos veintidós
años, buen mozo hasta no pedir más, tunante, jugador y malo, que no tenía el diablo talón en
que herirle. Desde que llegó a Chimbo se distinguía por sus saturnales, y se preciaba de no
haber hallado mujer que le resistiese".

Hasta aquí la parte del relato del artículo de Ángel Polivio Chaves. Faltaría averiguar en qué año
ejerció de Corregidor Don Eugenio González de Figueroa; pero de todos modos esto prueba que
la parroquia de Balsapamba es de origen colonial, pues Don Ángel Polivio Chaves nos cita el
año 1.745, un dato de absoluto crédito.

Cabe preguntarse ¿por qué Pedro Vicente Maldonado no hizo constar a Balsapamba en su
famoso mapa de 1.750?, posiblemente se deba a su menor importancia o por no ser tan populoso
como el Tambo de Angas, , que se hallaba justo en el ascenso de la famosa cuesta de Angas
(también conocida como cuesta de la Chima), para cuyo ascenso era menester un buen
172
descanso, ya que se trataba de vencer el tramo más empinado y agreste entre Guayaquil y Quito;
he allí la importancia del famoso Tambo de Angas.

Tenemos que precisar que la importancia de muchos pueblos del pasado residía justamente en el
hecho de encontrarse a una jornada de otra ciudad, pueblo o puerto; es así, como el Tambo de
Angas se hallaba a una jornada de Sabaneta, importante pueblo en el pasado, al cual hace
referencia Manuel Villavicencio en su libro "Geografía del Ecuador", en 1.850:

"Sabaneta es un pueblo compuesto de pocas casas, cercano a Baba-hoyo, y en el camino al


interior.

En el invierno toma un buen movimiento, puesto que, siendo cubierto por el agua, viene a ser el
puerto; así es que aquí llegan las canoas de Babahoyo y las recuas de muías del interior, y se
forman las bodegas de sal, que deben expenderse al interior durante el invierno o anegación de
Bodegas (debe referirse a Bodegas de Babahoyo); muchos comerciantes vienen a situarse en
este punto hasta que cambie la estación".

Sabaneta cambió su nombre y se trasladó a un sitio más alto, hoy Playas de Montalvo, el año
1.906; se aduce que su traslado lo motivó la crecida de un río; pero hay también el tradicional
motivo de que fue la vía Flores que causó ese traslado, pues se trazó lejos del pueblo de
Sabaneta.

Otro documento que ayuda a nuestra investigación es: LEYES Y DECRETOS EXPEDIDOS
POR LA CONVENCIÓN NACIONAL DE 1.883, del cual adjunto la fotocopia de su sobretapa.

173
En el libro antes citado, Leyes y Decretos de la Convención Nacional del Ecuador de 1.883, se
Decreta:
ARTICULO 1. El territorio de la República comprende las provincias de Carcho, Imbabura,
Pichincha, León, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar, Azuay, Loja, El Oro, Guayas, Los
Ríos, Manabí y Esmeraldas; y la región de Oriente y el Archipiélago de Galápagos.

174
En la página número 102, consta que al Cantón Chimbo pertenecen las parroquias de San José,
Ansacoto, Chapacoto, Telimbela y San Antonio; y al Cantón de San Miguel pertenecen las
parroquias de San Miguel, Santiago, Bilován, San Pablo, Chillanes y Balsapamba.

Esto puede observarse en la fotocopia adjunta de la página número

Cantones de Guaranda, Chimbo y San Miguel.


Al Cantón de Guaranda, cuya Capital lo es de la provincia,
corresponden las parroquias de Guaran -da, Guanujo, Salinas,
Simiatug, Santa fe, Yacoto y San Lorenzo.
Al de (Chimbo. las parroquias de San José, Asan-coto^
Chapacoto, Telimbela y San Antonio; y
Al de San Miguel, las de San Miguel, Santiago, Bilován, San
Pablo, Chillanes y Balsapamba, /
v
Art. 9? A te provincia de Cañar, cuya Capital es la ciudad de
Azogues, pertenecen los Cantones de Cañar y Azogues.

Al Cantón de Cañar, las parroquias de Cañar, Tambo, Suscal y


Gualleturo; y
Al (le Azogues, las de Azogues, Biblián, Taday, Pindilig, Déleg,
San Miguel, Uliuquipata y Cojitambo.

Habrá notado ya el amable lector, que para 1,883 la Parroquia Civil de Angas ha desaparecido,
y esto se debe posiblemente, a los motivos sospechados por los monógrafos de Balsapamba, que
es el trazado de una nueva vía fuera de la ruta de Angas, es decir, por el Torneado.
También propició el abandono de la Cuesta de Angas, los hondos cangilones, suelo erosionado
por el pie de los caminantes y las acémilas en su milenario trajinar, además de que la alta

175
pluviosidad de la zona coadyuvó poderosamente en su destrucción. Esto ya lo habíamos tratado
en otra parte de este libro.

La capilla en la plaza del soñoliento recinto de Angas, cuyos habitantes apenas saben de las
antiguas glorias de este famoso lugar.

La emigración desde el altiplano hacia el Subtrópico de Balsaparnba era muy promisor a fines
del siglo pasado; pero indudablemente los riesgos de contraer una enfermedad, especialmente el
paludismo, eran enormes. Sin embargo, la tentación para muchos era irresistible, en vista de
176
poderse adquirir grandes extensiones de tierra con muy poco dinero; además, la abundancia de
la caza constituía una atracción sin rival, por ese instinto ancestral que conservamos los
hombres, hacia la persecución de los animales montaraces.

La vida a fines del siglo pasado era infinitamente más complicada que la actual; puede decirse
que aquí el hombre vivía como los europeos de hace tres mil años. Cosas tan simples hoy como
son los fósforos, no existían en el campo; y si los había, constituían un artículo de lujo difícil de
obtener.

El alumbrado que generalmente se usaba era el "Mechero", que consistía en un plato de barro
con un trocito de sebo de res, al que se le añadía un trapito de lienzo que constituía la mecha. El
sebo se obtenía de reses y otros rumiantes y había que economizarlo, por tal motivo se lo usaba
en raras ocasiones, ya que generalmente las llamaradas del "fogón" alumbraban lo suficiente al
único cuarto, que a la vez hacía de sala, comedor y cocina. Además, la gente no acostumbraban
trasnochar injustificadamente; apenas bajaban las sombras de las cimas de las montañas, todos
los seres vivientes buscaban su refugio (con excepción de los nocturnos), para con los primeros
resplandores del nuevo día, iniciar la tarea cotidiana.

Las principales piezas de caza de la época, lo constituían en orden de importancia: el venado, la


guanta, las guatusas, el armadillo y la pava del monte, entre otros. El primero, por ser una pieza
de considerable tamaño, se lo faenaba como una res; y luego de regalar infaliblemente una presa
o un pedazo a cada uno de los vecinos, se "salaba" el resto; y ubicándolo sobre el tradicional
fogón, provisto de ganchos de madera, se lo ahumaba; siendo el humo uno de los mejores
preservantes de las carnes, que además le impregnaba ese sabor típico de "ahumado", que m hoy
las fábricas de embutidos tratan de crear artificialmente.

La guanta es un mamífero de América del Sur, con un extraordinario parecido al tapir,


mamífero paquidermo de los países intertropicales de América. La carne de la guanta es muy
exquisita, tierna y de un sabor agradable, difícilmente superada por otras carnes de procedencia

montaraz; es un animal muy tímido; no aparece de día por ningún motivo, inclusive sus
andanzas las realiza en noche oscura desprovista de luna, o por lo menos que la noche esté
cubierta por una espesa capa de nubes. La guanta es un animal pacífico y tímido; sus
177
perseguidores deben estar bien informados de la salida y puesta de la luna; la probable salida del
animal se efectúa inmediatamente después de ocultarse dicho astro, siempre que no haya lluvias
presentes ni cercanas. El sustento predilecto de este mamífero lo constituyen las taguas recién
eclosionadas de la palmera llamada Cade; estas se hallan en una envoltura harinosa—oleosa,
muy apetecida por la mayoría de los mamíferos, o si cabe el término, irresistible para todos los
animales del monte.

Antiguamente, uno de las mejores ayudas para cazar las guantas, lo constituían los perros; estos,
salidos al monte con su amo, rebuscaban afanosamente a las guaridas de estos animales, hasta
localizarlos mediante sus olfatos, y con insistentes ladridos propiciaban el abandono del muchas
veces seguro refugio, para precipitarse por la ladera en busca del río cercano, donde
infaliblemente e instintivamente se sumergía en una poza de agua en la orilla; camuflada con
alguna yerba acuática, sobresalía apenas la pequeña porción de su nariz, para cumplir su urgente
necesidad de respirar agitadamente.

Pero los canes implacablemente seguían su ruta, y por medio de su siempre empoderado poder
perceptivo de su olfato, lo ubicaban delatándolo por medio de sus insistentes ladridos, cuyo tono
apremiante el experto cazado; ya intuía el feliz desenlace. Tan solo es menester asestar un
certero machetazo al animal, mansamente inmovilizado en medio del agua, sin gasto de pólvora
ni mayores esfuerzos.

La pólvora en el siglo pasado, y aún a principios del presente, tenía un alto costo para las
limitadas economías del colono, consecuentemente no había que desperdiciarla en animales de
poco tamaño. El fulminante era aún más caro, siendo de procedencia extranjera; por eso se lo
sustituían; ¿cómo?, simplemente, el cazador portaba un tizón de leña consistente, en una "guala"
, y el momento de apuntar al animal, con la mano derecha aplicaba el tizón a la chimenea de la
escopeta, donde sobresalían unos granitos de pólvora. Infinitas complicaciones que hoy nos
parecen imposibles de realizar.

La caza nocturna era aún más complicada. Para eso el cazador

portaba una pequeña ollita de barro de boca ancha, en la cual conservaba unos carbones o brasas
de madera especial, así como otros materiales de fácil combustión. El instante que, por los
ruidos producidos por los dientes del animal al roer la pepa de tagua, percibía la presencia de la
178
víctima, con sus materiales producía una llamarada con la que prendía el mechero, para
inmediatamente tomar la escopeta, apuntar, aplicar la guala y disparar. Procedimientos tan
complejos, que hoy nos parece imposible efectuar; hay que añadir que esto se lo hacía
generalmente con la cooperación de otra persona.

Después, ya en el presente siglo, advinieron los fósforos y la mecha de queroseno; aditamentos


que facilitaron enormemente la cacería nocturna.

La caza del venado, muy practicada en la zona, constituía un importante renglón de utilidad en
el pasado, tanto la carne como el cuero; este último servía para muchos menesteres del
campesino, inclusive desde muy remotas épocas se lo exportaba.

Hace aproximadamente unos cuarenta años, estos animales existían en la zona abundantemente.
Recuerdo al Sr. Moisés Gaibor, de San Vicente, en cierta semana de entonces cazó 7 venados,
uno por cada día durante una semana; su casa, más que vivienda, parecía tercena de desposte de
ganado mayor.

El venado, cuando es acosado por los perros, infaliblemente huye hacia las alturas (contrario a
la guanta), tratando de burlar o cansar a sus perseguidores. Cuando el venado se encuentra
herido; el cazador conoce su grado de gravedad en la huella de sus cascos, o rastro dejado,
cuando estos se hallan abiertos o dilatados, constituye inequívoca manifestación de su próximo
colapso.

Regularmente los perros por sí solos no son suficientemente ligeros como para dar caza a los
venados, pero cuando estos se hallan heridos, su papel es importantísimo; ya que los canes,
olfateando sus pezuñas y ¿fe la eventual sangre que deja a su paso, los conduce inexorablemente
hacia la víctima, la cual, imposibilitada de proseguir, sucumbe invariablemente en su carrera
suicida. Muchas veces el venado, así herido y perseguido, irrumpe en el patio de alguna casa, o
en medio de un grupo de gente o trabajadores, donde a veces ha sido rematado a palazos o
machetazos por sus sorprendidos victimarios.

179
El venado regularmente, así como algunos felinos, tratan de aproximarse a su comedero contra
el viento, o la brisa, con el objeto de percibir —en su muy evolucionado sistema del olfato—,
cualquier señal de peligro que pudiera amenazar su existencia.

El cazador previamente —unos días antes—, ha colocado en sitio frecuentado por los cérvidos,
algunos gajos de tagua o una cabeza de plátano, observando luego de algunos días si estos
productos han sido sumidos por las presuntas víctimas; en caso afirmativo, el cazador se apresta
a construir una pequeña tarima, con capacidad para una o dos personas, en un árbol cercano al
comedero llamado "Seba", donde solo o acompañado, se apresta a esperar a su astuta víctima.

El cazador que ocupa la tarima, tiene necesariamente que someterse a una serie de disciplinas
rigurosas, como son: abstenerse de fumar, toser, rascarse —a pesar de la ferocidad de los
mosquitos—, no moverse a pesar de la incómoda postura, no conversar con el compañero. Hay
que escudriñar las tinieblas atentamente; el más leve ruido hay que analizarlo. A la luz de la
experiencia, con la intuición y con algún sexto sentido ancestral, se percibirá cuando el animal
está cerca.

De pronto, el cazador capta una señal claramente perceptible de ramas secas. estrujadas, pero
nada más; lentamente el cazador siente que los latidos de su corazón vuelven a la normalidad.
Lechuzas, cigarras y otras criaturas, a momentos perturban el augusto silencio del bosque;
luciérnagas con sus titilantes luces, a veces hacen adivinar claramente el contorno de la Seba; y
luego, la oscuridad y el silencio.

Muchos cazadores creen que existe, previo a la aparición de la víctima, diversas


manifestaciones naturales, como, por ejemplo: una suave brisa que estremece las copas de los
árboles, y luego un silencio total. No sé si dar crédito, pero creo firmemente que el hombre del
presente, algo deberá haber heredado de su antecesor cazador, a más del ^instinto de agradarle
la cacería.

Y efectivamente, luego de, una brisa suave y misteriosa, sobrevino un silencio total, y una nube
de mosquitos rodeó al cazador en un ataque masivo; el cazador de inmediato se percató que esta
última señal, junto con la brisa, eran la pauta del inconfundible aviso de la inminente presencia
del venado. Una ramita trizada, hojas secas movidas, confir-

180
man la proximidad de la presunta víctima; y el cazador se apresta a prender la lumbre, esto lo
hace rápidamente, y su compañero le pasa un tizón o guala. El venado, con su habitual
curiosidad, mira hacia la débil luz sin dejar de roer la tagua que mantiene en la boca; el animal
comienza a sospechar algo anormal y se prepara a para dar un salto; pero el cazador ya tiene en
su mira la tabla del cuello del venado; el tizón alcanza la pólvora y violentamente suena el
disparo. El venado instintivamente pega el salto a la maleza, pero es el último de su vida. Los
cazadores ágilmente se precipitan del árbol y se lanzan sobre su presa, que y sobre unos
arbustos, manándole la tibia sangre por diferentes agujeros producidos por las municiones. . . "

Ladridos de perros, voces de gente; es su mujer con algunos de sus hijos, que vienen a ayudar a
llevar la presa o a buscarla —según el caso— ya que no siempre el venado muere de contado;
en la mayoría de los casos es menester apelar a la habilidad de los canes para localizar a la
pieza. Regularmente el perro sabe muy bien que no le es permitido acompañar a su amo a la
tarima o seba; pero también sabe que, una vez sonado el disparo, es muy bien recibido, donde
acude para lamer ávida-mente la sangre de la presa.

Esta faena de caza, descrita a breves rasgos con sus detalles, azares y supersticiones, bien podría
llenar un grueso tomo, incluyendo los ritos y particularidades que observan los cazadores de
este lugar, y con pequeñas variantes, en otras regiones del Ecuador.

Es costumbre que el cazador de la pieza consuma la cabeza del animal: "la cabeza para el
cazador". Es una costumbre totalmente rigurosa, y he aquí la pasmosa similitud con las que
efectúan algunas tribus naturales de África y de los mares del sur, que eligen cuidadosa-mente
las porciones de su presa, porque creen que, comiendo determinadas partes del cuerpo de la
víctima, les robustece esos mismos órganos de su propio cuerpo; esto habíamos tratado en la
parte correspondiente a un capítulo anterior.

La comparación del cazador ecuatoriano con algunas tribus descritas no debe tomarse a lo
drástico, simplemente trato de hacer esta^ comparación, para demostrar que esta costumbre
tiene lazos muy antiguos con los primitivos y ancestrales aborígenes ecuatorianos, cuyas
prácticas, como la de servirse la cabeza de la víctima, para robustecer la

181
suya propia — la del cazador—, no es monopolio americano solamente, sino que lo practicaban
en otros continentes.

En esta zona Balsapambeña no se ha practicado la cacería como un oficio lucrativo, es decir


comercializando la carne, inclusive subsiste la ^adición de no venderla, por cuanto esto según
creen algunos traería mala suerte para el cazador. Consecuentemente se parte la carne de ca-, a
los familiares y amigos, que obran con reciprocidad cuando ellos tienen una pieza semejante.
No obstante, hoy, en algunas zonas del Ecuador, se practica la cacería lucrativa, por ejemplo, en
Santo Domingo de los Colorados existen grupos de cazadores que se internan en las
profundidades de la jungla, donde permanecen durante aproximadamente una semana.
Improvisando un campamento con hojas de palmeras, se dedican por entero a cazar, y otros
normalizan la carne mediante salado y fogatas de "leña verde"; curación que la preserva para
luego ser comercializada al final de la temporada —o semana—, en los mercados existentes.

Hace unos cuantos decenios, en las montañas altas de la zona de Balsapamba existían los saínos,
que constituían un azote para las chacras de maíz y otros sembríos; pero en aquella época había
en la región varios cazadores empedernidos, con muy buenas jaurías. Ellos, en poco tiempo,
dieron buena cuenta de las últimas manadas de este paquidermo, que también tiene gran
parecido —y parentesco— con el tapir ya descrito en estas páginas.

Indudablemente la desaparición o extinción del saíno, se debe también en gran parte, a la


indiscriminada tala de bosques naturales de la región. Con seguridad el hombre es y seguirá
siendo el mayor depredador de la flora y fauna, a cuya consecuencia la destrucción del
Ecosistema es inminente a corto plazo, inclusive en Ecuador, donde no se lo esperaba jamás.

Unos cuantos decenios atrás en ¡a zona balsapambeña, subsistían grandes bandadas de


Diostedés o Tucanes que son con un canto, o mejor diario lamento, "Dios te déi, Dios te dé!",
posados en la copa en la copa de añosos árboles, daban una característica típica a esta hermosa y
sin par zona subtropical. El reclamo que esta ave posee en su tono y ritmo, algo hipnótico y
alucinante, según el estado anímico de la persona que lo escuche. Es lamentable su extinción, lo
que constituye algo irreversible

182
Jamás se volverá a oír al Diostedé en la zona de Balsapamba, salvo que una guerra nuclear
destruya nuestra civilización, y con ella al mayor depredador de la naturaleza: el hombre.. .

El lamento del Diostedé se consideraba como anuncio de lluvia, e indudablemente a esta ave se
la oía con más frecuencia en la temporada invernal. Antaño en la zona balsapambeña,
circundada de altas cumbres montañosas y espesos bosques, en los inviernos interminables de la
época, se oía constantemente lloriquear a esta bella y vistosa ave, hoy extinguida por la voluntad
del hombre.

La Valdivia es otra ave típica de los subtrópicos, a la que el pueblo atribuye ciertos poderes de
"videncia", pues creen que anuncia la proximidad de lluvia o mal tiempo, e igualmente muchas
personas creen que anuncia alguna muerte de personas, con sus lamentos, pero esta' no parece
ser la palabra apropiada, sino predicas, ya su: ¡Hueco va!, ¡Hueco va!, ¡Hueco va!, de un tono y
manera agorera, con énfasis, pausadamente y con porfiada insistencia, sume al hombre en
profunda meditación, o aún desesperación, según el estado de ánimo. El refugio natural de esta
ave, son los bosques apartados, situados generalmente en lo alto de una cumbre, donde ejercen
su peligroso oficio de serpentaria, o de voladora de serpientes.

En lo que consciente al anuncio de mal tiempo, nadie ha hecho un estudio exhaustivo, pero la
casi totalidad de los hombres de campo, concuerdan que la Valdivia sí anuncia mal tiempo;
igualmente el autor de estos apuntes estima que muy pocas veces a la Valdivia le falla su
pronóstico.

Algunas ocasiones se ha podido comprobar que, en una temporada veraniega, ha hecho


magnífico tiempo durante algunos días; y sin que exista una sola nube en el firmamento, sin que
haya señal alguna que presagie mal tiempo, de pronto la Valdivia inició su anuncio, con un
canto a veces apremiante y estridente; y luego de pocas horas, el cielo se encapotó y la lluvia
llegó inexorablemente.

Generalmente el hombre de nuestro pueblo menciona que la Valdivia siempre tiene una de sus
patas secas. Y efectivamente, así lo he podido comprobar; para mí, este defecto físico de la
Valdivia no es congénito, pienso más bien que es producto de un accidente de su pe-

183
ngrosisimo oficio de serpentaria. Pero el lector preguntará ¿y porqué siempre está seca una pata
y no las dos?. Muy simple, cuando es ofendida en ambas patas, no podrá sustentarse, ni tendrá
capacidad de sobrevivir por falta de alimento, sucumbiendo rápidamente.

Otra de ¡as teorías difundidas y generalmente aceptadas por el pueblo, es aquella que, de
disparar contra la Valdivia, o también al gallinazo, "malea" la escopeta. Posiblemente a esta
"feliz" suposición del cazador común, se debe la supervivencia de estas hermosas aves.

A propósito de conservación de la fauna, es costumbre en este lugar que ver un ave, implica
matarla. Si en el río aparece una lagartija sobre una piedra, inmediatamente todo el que la ve,
trata de matarla instintivamente; y es más, piensa que eso es lo correcto y natural.

Todavía aquí, en esta zona que estamos describiendo, así como en el resto del Ecuador, existe
una hermosa fauna. Realmente son pocos los animales que se han extinguido por completo.
Estamos justo a tiempo para iniciar una campaña a nivel nacional para proteger a muchos
animales.

Algunos de esos animales son muy exóticos, como por ejemplo la lagartija que habita en las
playas de los ríos de este lugar, que la gente la Mamá escorpión. Algunos ejemplares tienen más
de treinta centímetros de largo; el macho —algo más corpulento— tiene una cresta dentada que
le da un aspecto feroz, a pesar de ser totalmente inofensivo. Este reptil es perseguido
implacablemente por grandes y pequeños, que le lanzan piedras a granel; igual que a todo
animal o pájaro que se les ponga por delante.

Ya es tiempo que el Ministerio de Educación emprenda una campaña tendiente a proteger


especialmente a las aves silvestres, importante eslabón del Ecosistema, y seriamente amenazado
en esta hermosa región, y en el Ecuador entero.

En muchos lugares del mundo, como Europa, Norteamérica, Japón o China, nadie se atreve a
tirar una piedra o flechazo aun pájaro. Están conscientes que generalmente las aves tienen la
misión de mantener un equilibrio en la naturaleza, como el de controlar los insectos a un nivel
suficiente, como para que no constituyan una seria amenaza para los cultivos.
184
Hoy en día, el mundo está seriamente amenazado por el uso indiscriminado que se ha dado a
los, insecticidas, especialmente en los lugares donde la agricultura es intensiva. Estas toninas ya
se han infiltrado a las capas profundas del suelo, de donde procede el agua potable de muchos
pueblos. Esta contaminación está ya llegando a límites intolerables, es decir, tóxicos.

Debido a esto, se estudia — y en algunos lugares se practica—, el control biológico.


Un ejemplo lo es Cuba, donde hace algunos años se desató una plaga en la Caña de Azúcar,
consistente en un minador del tallo —o polilla, como se dice aquí'—; plaga que tema seriamente
amenazado al principal cultivo de la isla. Pero del África se importó una avispa diminuta que
tiene como hábito, precisamente extraer esta clase de larvas de los vegetales. La plaga fue
controlada mediante esta técnica de Control biológico.

En la granja de mi propiedad, por la habitual abundancia de granos y alimentos disponibles, a


momentos se ha podido notar una gran proliferación de ratas y ratones, sin que tenga mucho
éxito ni el veneno, ni otro método alguno practicado por el hombre, para combatir esta plaga.
Pero en poco tiempo, entró en acción la "Sabia Madre Naturaleza", con su Autocontrol
Biológico. ¿Cómo lo hizo?

Comenzó a proliferar o aumentar inusitadamente, los chukuris (especie de comadrejas


americanas), que persiguieron implacablemente a dichos roedores, sin atacar las aves de corral
—a pesar de su innata afición a ellas, disminuyendo la nociva plaga.

Así se puede enumerar muchos casos similares, en donde la Naturaleza busca nivelarse o
estabilizarse, mediante el Control Biológico.
Un ave que en la zona de Balsapamba se ha extinguido completa-mente, es una especie de
gavilán de gran tamaño, que ejercía su dominio en las altas cordilleras del Murallón Andino, del
Noreste de la parroquia.

En días excepcionales de verano con mucho sol, se lo veía describir círculos a mucha altura; su
grito —o reclamo—, muy melodioso, ya no se lo ha escuchado en algunos decenios. Esta ave
tiene el aspecto típico de las de rapiña; se asegura que en ambos lados de la cabeza tiene
dispuestas unas plumas que le dan el aspecto de cuernos.
185
Es algo que duele y conmueve, el hecho que las venideras generaciones ya no tengan la
oportunidad de escuchar el grito melodioso y triunfal de esta bella y exótica ave, en esta sinigual
tierra subtropical.

Esta obra no pretende hacer una clasificación enciclopédica, ni mucho menos, de las diferentes
aves y animales de esta región, sino más bien describir sus rarezas, comportamientos y nexos
posibles con el hombre del campo.

Otra ave que visita periódicamente a las zonas subtropicales, y IU aparición no tiene períodos
fijos’ ni estaciones determinadas, es la Golondrina Gigante (o tijereta), cuyo origen no está
determinado, por no saberse de donde procede, ni para donde parte.

Su alimentación consiste en los polluelos de las aves silvestres, a las cuales sorprende en su
nido;
Y sacándolas con sus garras, eleva el vuelo y empieza a devorarlos en el aire, desechando las
partes incomibles, lo cual es posible observarlo desde el suelo.

Algunas veces los padres de los polluelos atacan al depredador con inusitada valentía; lo
persiguen con saña e inclusive le arrancan plumas. Aparentemente esta golondrina no tiene
mucha capacidad defensiva en el aire, y su estratagema para eludir al perseguidor, es lanzarse en
picada y volver a ascender velozmente, procurando mando alejarse del sitio.

A la larga vence la Golondrina Gigante, que inmediatamente busca otro desfiladero, donde
planeando muy bajo sobre la copa de árboles y arbustos, con ojo avizor descubre en fracciones
de segundo—, otro nido de pajaritos. Los polluelos emiten su reclamo típico —con los piquitos
abiertos—, pues la sombra les hace creer ¡instintivamente!, en la proximidad de sus padres con
el alimento. En vez de eso las garras de la golondrina los arranca violentamente de su nido.

La parte más difícil para la ladrona, es el despegue, pues sus enormes alas se enredan en las
ramas, y por tener las patas ocupadas con el fruto de su rapiña, no puede posarse en lado alguno.
Sin embargo, aleteando vigorosamente contra las ramas, se escurre por la parte inferior de la
186
copa del árbol. Este espectáculo se puede ver especialmente en primavera, cuando las aves
tienen sus crías.

La Golondrina Gigante en la zona de Balsapamba como ya habíamos dicho anteriormente-


aparece y desaparece por temporadas, y nadie ha podido dar una explicación que pueda
conducirnos a la solución de este enigma. Últimamente apenas se ve esta ave.

Las poderosas alas de la Golondrina Gigante, aquí llamada "tijerete", la sostienen en el aire con
la más leve brisa; de esta manera creo, que, sin apreciable gasto de energía, puede atravesar
mares y continentes.

Alguna vez he pensado que esta planeadora puede proceder del Oriente, pero más parece que
tuviera origen marino, pues tiene un parecido con la Gaviota de Mar, con igual poder de
sustentación que la Gigante. Los marinos han encontrado a la gaviota a miles de kilómetros de
la costa, señal que esta come y duerme con sus alas extendidas, dejándose llevar por las
corrientes de aire. Por tales razones, estas golondrinas —cabe pensar—, proceden quizás de las
islas del archipélago de Colón, y aún más, del Continente asiático. En ciertas épocas, cuando las
corrientes marinas les son favorables, luego de alimentarse durante días y semanas —hasta
meses—, en el mar, abordan al Continente Americano, donde aun ocasionalmente tienen a sus
crías, según se ha podido determinar.

Desgraciadamente no se ha podido obtener más detalles sobre estas incógnitas; pero ofrezco
seguir investigando. Quizá en algún otro trabajo pueda aportar algo más concreto; y espero la
cooperación de los lectores del presente libro, ya que no existe bibliografía sobre esta ave.

La golondrina común es una de las aves que tienen un instinto migratorio muy arraigado.
Muchas especies realizan anualmente largos viajes para construir sus nidos, e incubar en
regiones más frías, volviendo con sus crías en otoño para pasar el invierno en países cálidos. Es
conocido el ejemplo de las golondrinas que pasan el invierno en el norte de África, Antillas y
América Central; para ir en primavera a construir sus nidos en Europa.

La velocidad a la que realizan los vuelos varía mucho de una especie a otra; algunas aves -según
los ornitólogos-, hacen un promedio diario de unos cincuenta kilómetros; mientras otras

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recorren fácilmente 200 kilómetros; y las hay incluso, aquellas que franquean hasta 3.000
kilómetros en un solo vuelo.

La cigüeña de Europa inverna en África del Sur, y va a construir sus nidos en África del Norte,
tras un vuelo de hasta 10.000 Kilómetros, que realiza en numerosas jomadas.

En el Ecuador no son muy notables las migraciones de las aves. No sucede así en el Continente
Europeo, donde a fines del otoño —poco antes del fríe invierno—, puede verse un espectáculo
muy curioso.

En algún lugar, especialmente un árbol grande, comienzan a reunirse un gran número de aves de
la misma especie. De todos los confines van llegando las bandadas y hacen gran algazara;
aparentemente parecen dialogar en cuanto a la hora de partida o la ruta a seguirse. La verdad es
que, en el momento menos pensado, levantan vuelo como si alguien les hubiese dado la orden
de partida, emprendiendo el vuelo hacia la dirección previamente determinada, en perfecto
orden.
Hombres de ciencia han quedado perplejos ante el instinto de estos pájaros. Las aves de la
misma especie que se hallan en cautiverio, aisladas de la bandada silvestre, el momento que sus
congéneres parten, se ponen nerviosos y se posan en sus jaulas, en la misma dirección en que
sus semejantes emprenden el vuelo migratorio.

Este instinto todavía no está suficientemente explicado. Se cree que las aves se conducen por el
magnetismo de la tierra. Hay quienes consideran, que las aves vuelan mediante la observación
del sol y las estrellas; en la zona de los subtrópicos ecuatorianos, no existen migraciones; y en
caso de existir, serían muy disimuladas.

En el mes de diciembre, ya cerca de caer las primeras lluvias, en el cielo de Balsapamba


infaliblemente irrumpen bandas de una golondrina grande que emite un chillido típico;
aparentemente se trata de un ave migratoria que está de paso; su vuelo es de sur a norte. Talvez
esta ave proceda del cono sur del Continente, y se dirija a Centroamérica.

Observadores de este lugar han manifestado:

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"Cuando aparece esta golondrina grande en el mes de diciembre, por lo menos el verano se
prolongará ocho días más". Observación que muy pocas veces ha fallado. Puede ser que esta
ave, con todos sus portentosos instintos, bien pueda eludir masas grandes de nubes tormento-

sas cargadas de humedad, escogiendo una ruta más propicia para sus migraciones; de allí su
aparición tan solo en tiempo estable y sin probabilidad de tormenta.

Durante miles de años de evolución, esta ave ha escogido una zona desprovista de turbulencias
atmosféricas para avanzar con cielo despejado; detalle que precisó —para su orientación—, de
estos y otros enigmas. El hombre algún día los descifrará.

En los subtrópicos ecuatorianos existe un ave del tamaño aproximado de una gallina, llamada
"Pava de Monte", la cual ha sido pieza de caza muy perseguida; por tal motivo, hoy tan solo
sobrevive en las partes altas de la montaña.

Una de las causas de su desaparición es indudablemente, su reclamo, o mejor dicho, su lamento;


ya que apenas percibe algún peligro, se desata en un estridente y escandaloso graznido, que
sobrecoge el espíritu. Parecería que fuera la encarnación del bosque milenario, que suplica y
gime pidiendo al hombre depredador de la naturaleza, que no destruya sus últimos reductos.
Cuando oigo la voz de esta ave, siempre me ha recorrido un escalofrío por todo el cuerpo;
aparentemente la naturaleza ha dotado a esta criatura de esta arma: Su triste y sobrecogedor
lamento produce en sus enemigos habituales del bosque, estremecedora piedad, menos en el
hombre.

Ave típica de los trópicos sudamericanos, es indudablemente el loro, con su gran número de
especies y subespecies. El reducido espacio de esta obra, no permite hacer una descripción total
de sus importantes comportamientos y hábitos naturales.

Hace varios decenios, innumerables bandadas de loros sobrevolaban con mucha frecuencia la
zona subtropical. Estas aves tienen sus hábitos bien definidos; a cierta hora se dirigen a sus
comederos habituales, regresando —igualmente con precisión cronométrica— a sus
dormideros; i tal extremo, que el campesino del pasado (y aún algunos del presente, cuando ya

189
tarde pasa una partida de loros, es señal indiscutible de concluir el trabajo. Esto era
generalmente aceptado por trabajador y patrono, aunque fuera de una manera tácita.

Recuerdo que una vez, un patrón protestó por la prematura terminación de la faena de su
trabajador.

—¡Pero patrón, ya pasaron oritas los loros —! acotó el trabajador.


—Entonces cóbreselas a los loros —replicó el patrón.

Los loros han sido, en todos los tiempos, un azote para los chacreros; y no puede concebirse
chacra de maíz del subtrópico, en que estas voraces aves no estén presentes. No es que se come
el grano de maíz, con el cual se hartaría pronto, su costumbre es engullirse tan sólo el embrión o
germen del maíz, tirando el sobrante como desperdicio.

Hace unos cuantos decenios, las bandadas de loros se acercaban a las chacras con su habitual e
ininterrumpido parloteo. Pero he aquí la admirable evolución de este pájaro, hoy se acerca a las
chacras en total silencio; planea sobre ellas, y desciende sin hacer el menor ruido, que pudiera
percibir el pajarero o cuidador de la chacra.

El hombre, con la destrucción de los bosques, ha propiciado la notable reducción de estas


bandadas de aves muy pintorescas y típicas que ahora no tienen más recurso que acudir a los
sembríos del hombre, para no perecer de hambre.

El loro tiene en su parloteo, un lenguaje muy expresivo que denota alegría, optimismo, penuria
o desesperación. Los hombres que vivimos atentos a la voz de la naturaleza —comunicativa y
parlante, creemos interpretar estos lenguajes entendibles tan sólo por las personas que amamos
y admiramos la naturaleza. Pero los percibimos tan solos, los que convivimos con ella
íntimamente, recibiendo permanentemente una señal de amor y belleza.

En los meses cercanos a mayo y junio, las bandadas de loros que sobrevuelan, exteriorizan en su
parloteo alegre y optimista, la abundancia de alimentos por todos los ámbitos. A fines de año,
cuando la cercanía del invierno es próxima, los sembríos y los bosques han agotado sus frutos,
la escasez y la penuria se sienten en el ambiente, entonces se refleja elocuentemente en el
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parloteo triste de los loros, con esporádicos gritos de angustia. Esta tristeza armoniza
admirablemente con el estado anímico del hombre del campo, que ha terminado sus cosechas de
naranjas y café, principales. productos de la zona. Y si no ha ahorrado y aprovisionado su
despensa, su espíritu tendrá mayores motivos para acongojarse con el quejumbroso lamento del
lorito, compañero y horero, del subtrópico ecuatoriano.

Otra ave muy típica de Balsapamba, es el Gavilán común, de menor tamaño y distinto canto que
el del cerro. Ampliamente descrito en páginas anteriores, esta es un ave de rapiña, que figura en
el escudo de la Parroquia de Balsapamba, por cuanto algunos historiadores creen que Angas o
Ankas— antiguo tambo de mucha importancia en la colonia—, tiene su origen etimológico en
esta ave; pero es un vocablo que puede significar muchas otras cosas, como, por ejemplo, Valle.
El gavilán en referencia, es cazador empedernido de pájaros de tamaño pequeño; así como de
ratones y otros animales. Ocasionalmente ataca a los pollos de los finqueros lugareños; le gusta
el clima soleado y odia la penumbra.

En las frescas mañanas subtropicales, cuando la campiña se halla envuelta en la típica neblina, y
el sol aparentemente pugna por imponer sus dorados destellos contra la bruma y niebla, como
único aliado del astro rey se destaca este gavilán, que se eleva hacia el firmamento y vuelve a
posarse nerviosamente una y otra vez, emitiendo un chillido melodioso, como clarinadas de
triunfo en la batalla que nuestro viejo sol —dios Inca- , da todos los días contra las porfiadas
nubes, que en el subtrópico se enseñorean con demasiada frecuencia.

El Gallinazo

Un ave muy típica de los trópicos, es indudablemente el Gallinazo, una especie de Buitre de
América. Se lo califica a veces como un ave rapaz, siendo mas bien de carroña. Lo admirable es
su parentela muy cercana, al majestuoso Cóndor Andino, Gigante de nuestros Andes.

En la zona de nuestros subtrópicos existen dos especies: el uno, llamado "común"; y el otro,
"Chulpán"; este último de talle mucho más grande y de cabeza colorada, contrario al primero —
el común que la tiene negra.

El Chulpán es mucho menos numeroso que el Común, talvez se deba este detalle, por haber sido
perseguido con más saña, ya que sus enormes, largas y fuertes plumas, se han usado durante
191
siglos en la fabricación de los "aventadores", que se precisaba para separar la paja o cas-cara del
arroz, café y otros productos pilados, en el clásico y ya desaparecido Pilón de madera.

Hace unos tres decenios podía verse todavía un espectáculo algo repugnante y de tipo salvaje.
Aborígenes de paso por estos lugares, mataban a palos a uno de estos ejemplares, para luego
rociarse todo el cuerpo con la sangre de la víctima; igualmente se hacían cruces en la espalda y
el pecho con el mismo líquido. Preguntados por el motivo de | su proceder, han respondido que
es para contra y a la vez cura, para el "mal hechizo “o "brujería".

Antiguamente, cuando Balsapamba sufría los gravísimos azotes de fiebres palúdicas, era de
rigor decir de las gentes:

"En Balsapamba los gallinazos caen de los pingos de las casas, ya muertos con el paludismo".
Cuando el autor de estas letras puso su pie por primera vez en este paraíso subtropical, la
primera impresión fue indudablemente, ver la gran cantidad de estas aves posadas en los pingos
(cumbrera) de las casas tapadas con el clásico Cade, que era para proteger este material de
cubierta. Infaliblemente se aseguraba un madero a todo lo largo de la cumbrera con unos
horcones; esta pieza servía de maravilla a estos pajarracos donde aparentemente, fijaban su
centro de operaciones para lanzarse hacia las plazas, con cualquier probabilidad de obtener
algún desecho humano o animal.

La herramienta principal del Gallinazo lo constituye su increíble poder del olfato, como su
agudo poder visual; su bienestar está estrechamente ligado a estas innatas habilidades suyas.

Cuando los primeros rayos del sol sobrepasan la cordillera, el gallinazo, desde algún árbol
corpulento de las cuchillas que circundan el lugar, se lanza al vacío en busca de una corriente de
aire ascendente, y mientras no la halle, aletea pesadamente unos instantes y vuelve a posarse en
algún vegetal, esperando que el sol abrigue el aire; fenómeno que I producirá leve brisa puesto

192
que el aire caliente tiende a elevarse (como en los globos), produciendo columnas de aire
ascendente que sustentarán al ave.

Una vez que halló esta columna, comenzará a dar círculos sobre ella sin apartarse, hasta que
esta lo eleve cada vez más alto; y si el día lo permite —por su clima despejado y libre de lluvias
—, ascenderá hasta

unos dos mil metros sobre el nivel del mar. Llegada a esta altura, ya habrá —mediante su
increíble poder del olfato y vista— descubierto alguna carroña; y sin más, se dirigirá hacia ella
en fácil planeo, sin dar un solo aletazo, lugar donde permanecerá todo el día, siempre que el
clima permanezca estable y se lo permita.

En caso, de presentarse mal tiempo en el momento de su planeo ascendente, simplemente


desistirá en su empeño, y lo podremos ver posado en un sitio bajo, o a su vez en la playa del río;
verlo allí siempre significa o presagia lluvias o mal tiempo, lo cual no lo deja volar por falta de
visibilidad; inclusive su desarrollado olfato estará visiblemente disminuido, por el ambiente
saturado de humedad.

Se cree que el gallinazo es de carácter violento con sus congéneres, pues vive con ellos en
constante riña; igualmente se lo tilda de cobarde y desconfiado. Creo que este último detalle lo
ha salvado de perecer o extinguirse.

Conocedores de esta ave aseveran que la hembra pone de uno a tres huevos, y el macho ayuda a
empollarlos; el desarrollo de las crías es muy lento. Se cree que existen más de 14 especies en el
mundo entero, y se hallan en franca extinción. Todos tenemos el deber de protegerla.

Esta ave es muy despreciada por los hombres, talvez se deba esto a sil color o a sus hábitos de
alimentación; nadie quiere siquiera hacer alguna alusión sobre ella, y solamente se la nombra
para hacer una mención desagradable. Sirva este trabajo para desagraviar a la pobre criatura,
que tiene derecho de sobrevivir como cualquier otro ser sobre la tierra.

Aunque parezca increíble, el gallinazo tiene un pariente muy noble, considerado el Rey de los
Andes, ya lo mencionamos: es el Cóndor que habita en las Cordilleras andinas de toda la
América del Sur.
193
Al Cóndor se le considera como el símbolo de lucha de las razas primitivas; el nombre aborigen
es Cuntur. Por su altivez y majestuosidad, consta en los Escudos de cuatro naciones
sudamericanas: Ecuador, Bolivia, Colombia y Chile.

El Cóndor es de plumaje negro azulado (igual al de su despreciado pariente), lustroso; su parte


delantera de las alas, es negro azabache
para terminar en un tono gris y orillado de blanco; golilla blanca entorno del cuello, y una cresta
roja de la cual está exenta la hembra.

Esta ave, orgullo sudamericano, también se halla en extinción; en algunos países todavía se la
caza a tiros, especialmente para comercializar sus plumas.

Del francés Eduardo André, que visitó al Ecuador en 1.880, vamos a lomar unos párrafos para
mejor conocimiento de algunos rasgos adicionales de esta mitológica y rara ave. Se trata de la
cacería del Cóndor; dice así el relato:

"Pronto el camino se hizo intransitable para las muías y hubo necesidad de echar pie en tierra, e
ir a la descubierta, con la carabina bajo el brazo y la cartuchera repleta, y el machete
sólidamente sujeto a la cintura.

íbamos advertidos que los cóndores suelen atacar. Y no habiendo dado todavía unos
cuatrocientos pasos subiendo oblicuamente a través de las rocas, cuando al salvar una piedra
vertical que descansaba en una estrecha comiza, me encontré cara a cara con dos de aquellas
aves, macho y hembra. Ante mi presencia, se pusieron a volar ruidosamente por encima de mi
cabeza; me eché la carabina a la cara, y disparé dos veces. Uno de los cóndores cae palpitante a
mis pies, al borde del precipicio. Era la hembra.

Apenas tuve tiempo de acercarme a ella y rematarla, cuando una inmensa sombra cubre la roca;
levanté los ojos y vi como el macho se me lanzaba como un rayo, con las patas y las garras por
delante. Tomar el fusil por el cañón y propinar un vigoroso culatazo al agresor, es cuestión d£
un instante, pero vuelve a la carga, y con un furioso aletazo casi me precipita desde la comiza al
vacío. Afortunadamente el Sr. G., que me seguía de cerca, dispara sus dos tiros contra el otro
cóndor, que le atacaba a su vez.
194
Ante el refuerzo inesperado, nuestro enemigo huye. Nos quedamos con la primera víctima y
muy complacidos de haber salido tan bien librados".

Para terminar con este tema, debo aclarar que el cóndor tiene su

habitat siempre en lo alto de la cordillera, y personas entendidas en el asunto, aseveran que en


ocasiones esta ave a veces vuela hasta más de 7.000 metros de altura. El cóndor no podría vivir
en el litoral, por cuanto necesita de fuertes y constantes vientos para mantenerse en el aire.
Ofidios.

Cuando se escribe sobre un tema, es preciso consultar a todos los autores que hayan abordado
dicho tema, preferentemente los de este, lugar, caso de haberlos; así también, como contribuir
con los propios conocimientos e investigaciones llevadas a cabo.

Balsapamba antiguamente era zona roja, en cuanto a abundancia y variedad de reptiles se


refiere. Se cree que en el mundo existan unas 1.600, o más, variedades de culebras. Sólo de la
llamada Equis —especie muy peligrosa—, hay 16 variedades; y 17 clases, de la serpiente Coral.

Algunos expertos aseveran que en el Ecuador hay más especies que en el Brasil, donde se han
clasificado 36 de ellas. Según cálculos, al año mueren unas 60.000 personas mordidas por estos
ofidios, en el mundo entero.

El Profesor Rafael Bazantes, dice:

"La dormilona, que durante el día pasa hecho un ovillo, y devanándose durante la noche —
tiempo durante el cual es furiosa—, hace el terror de los montubios. El bejuquillo, larga y
delgada, de unos cuatro metros de longitud, se entrenada y vive de huésped de las hojas de
plátano. La Coral, de hermosos colores y matices, es fábula del montubio.

La Sayama de montaña, la más gruesa de las especies —creen que esta devora a las demás—,
siendo nuestro concepto y el de muchos montubios que sirven más bien para la
"GENERACIÓN" de las especies viboreznas, como en adelante citaremos un caso. Las del Sol
195
y de la Luna, llamadas así por su color, rojo encendido la primera, y blanco mate la segunda. La
Urcubala, más grande que la Sayama de montaña. La Chonta, negra lustrosa, casi tan grande
como la anterior; al correr azota los lados con su cuerpo, fuertemente. La Guayjera, llamada
también Tigrilla, por su color jaspeado de negro y amarillo. La Guaruma, que tiene la cola
parecida a la cabeza, lo que hace creer a los montubios que es "bicéfala".

"Víboras entre las más temibles —continúa el Prof. Bazantes— están las siguientes: Equis rabo
de hueso; equis sobrecama (matacaballo), Sa más grande; equis jerga".

Además, indica Bazantes: "Que la Sayama de montaña es la más gruesa de las especies; creen
algunas gentes que esta devora a todas las demás. Pero según el concepto del Prof. Bazantes,
estas más bien sirven para la "generación" de las especies viboreznas.

Según él, cuando la hembra está en estado de celo, un sin número de machos Sa rodea,
acometiéndose unos a otros; en ocasiones, después de la lucha, aquel que resulta ser el
encariñado, se introduce de cabeza por la boca de la hembra, la cual abre las fauces
desmedidamente, y se va hasta el fondo, hasta la cloaca fecal de aquella que hace de "vaina".

Queda entonces al parecer, un solo individuo con dos rabos o colas; la que se introduce queda
algo así como un tercio de su cuerpo afuera de las fauces de ¡a que las tiene abiertas, y que hace
de vaina o estuche". Prosigue el profesor:

"Nosotros observamos este caso entre una Sayama Urcubala, de dos o más metros de longitud
con una Tuna equis—jerga, de igual tamaño; aquella había hecho de vaina, y esta última de
estoque. La cohabitación entre los ofidios tiene que ser muy diferente de las demás especies
animales terrestres. La biología de los ofidios nos da la clave de su terrorífica monstruosidad".

Muy curiosas son las observaciones del profesor, en afirmar que la culebra macho se introduce
con todo su cuerpo, por la boca de la hembra, hasta la cloaca fecal para fecundarla. Pero esto
tiene su lógica. Estos estudios los había escrito el Sr. Profesor a principios del presente siglo,
cuando en estos lugares —y otros de la provincia—, los conocimientos científicos sobre estos
tópicos no eran difundidos ampliamente, como hoy en día.

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Lo que el profesor Bazantes vio, es el acto en que una serpiente devoraba a otra de sus
congéneres. Para que el lector tenga una información más exacta sobre el tema, me permito
añadir a estas notas el siguiente relato:

"En el jardín Zoológico de Londres, estuvo encerrada, en una

jaula, una culebra pitón de más de tres metros de largo, con otra culebra de menor tamaño,
además había otra de dos metros de largo. El cuidador se había ausentado por unos instantes del
lugar, y cuando regresó se encontró con la ingrata sorpresa de que en la jaula había tan solo una
serpiente, la más grande, de tres metros.

Averiguando los hechos a los espectadores del Zoológico, se llegó a la conclusión que las dos
culebras de mayor tamaño, atacaron casi al | mismo tiempo a la más pequeña, de unos dos
metros de largo; cada una1* por un extremo, comenzaron a devorarla simultáneamente; el
asunto se complicó cuando las dos serpientes, en su afán de devorar, se encontraron frente a
frente, y una de ellas, la más grande de todas, comenzó a devorar a su similar, hasta que no
quedó rastro de ella. Todo esto sucedía ante la mirada atónita de decenas de espectadores en el
zoológico".

Esto, aparentemente, parece algo fantástico, fuera de lo real; pero tome en cuenta el lector, que
una culebra, una vez que comenzó a tragarse algo, tiene que continuar tragándose todo el bulto,
o morirá si no lo hace; este fenómeno se debe a la configuración de sus colmillos, que están
lanzados hacia atrás, en el momento de tragar. Se sabe de una enorme culebra Pitón, que
accidentalmente enredó sus colmillos con una cobija; tuvo que tragársela para librarse de ella.

El Pitón inclusive ha tragado a hombres, ya que una vez mordido tiene necesariamente que
tragarse la totalidad del bulto.

Aunque algunos naturalistas no dan crédito a las historias que «hablan de Anacondas de doce
metros de largo, no puede ponerse en duda la minuciosa relación hecha por la Real Sociedad
Geográfica de Londres, en 1.910, que mencionó que se había matado un ejemplar de 19 metros
y medio de longitud; y que un individuo de la expedición, le habló de otra de 24 metros y medio
de largo. Estos ejemplares se encuentran tan solo en la Amazonia.

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Actualmente, en la zona de Balsapamba, hay muy pocas culebras, y el peligro de ser atacado por
una de ellas, es muy remoto. En verdad, atravesar la cinta asfáltica de una ciudad, y aun de este
pueblo, es más peligroso que atravesar la campiña lugareña. Hay mucha gente que tiene
verdadero pánico por la "montaña" o subtrópico ecuatoriano; por cierto, sin ningún fundamento.

El hombre, así como ciertos animales, están evolucionando con un instinto de prevención contra
los ofidios; la actitud del perro confirma esta aseveración. El can, generalmente ataca a todo
animal sin importarle el tamaño, inclusive al león nativo de este lugar; pero cuando se trata de la
culebra, el can se mantiene a prudencial distancia, ladrando y describiendo círculos, pero sin
acercarse lo suficiente, como para ser ofendido.

Ü» La culebra que ha sobrevivido en esta zona mayormente, es la llamada Chonta; algunas


personas creen que hay dos especies; la negra y la azulada. Me permito describir la Chonta
negra, que es la de mayor tamaño y posee una increíble velocidad, que es una de sus
características. Muchas personas creen que esta culebra devora a las otras especies, lo cual
puede ser muy probable.

Habiendo vivido en el campo durante 45 años, puedo recordar muchos episodios de encuentros
con estos reptiles; pero solamente me permito describir uno de ellos, el que me causó más susto:
Un día, la mujer de un trabajador que vivía frente a mi casa, con un grito verdaderamente
angustioso, me avisaba que una culebra de gran tamaño se estaba comiendo uno de sus pollitos,
justamente en el patio detrás de su casa.

Con gran prisa y curiosidad, me dirigí al lugar de los hechos, y efectivamente, una gran Chonta,
de unos tres metros de largo y de muy gruesa contextura, yacía en el corral. Con la cabeza
erguida me miraba con cierta curiosidad; prontamente y con mucha cautela, para no asustarla,
extraje del cerco del corral un carrizo —el más fuerte—, de unos dos metros de largo; lo levanté
con los dos brazos y le asesté un fortísimo golpe, algo atrás de la cabeza. El carrizo se partió,
quedando en mis manos tan solo un retazo de unos 30 centímetros, arma con la que me batí en
retirada desesperadamente, ya que la serpiente se paró en forma de una espiral con sus fauces
abiertas, y venía hacia mí.

198
En un momento dado yo me quedé, como se dice, entre la espada y la pared, ya que un bordo
no me permitía retirarme más. No sé qué habrá asustado a la culebra, que el momento menos
pensado giró en redondo y sólo alcancé a ver como se deslizaba sobre el pasto, veloz-mente
hacia la quebrada, donde desapareció. Creo que fue el grito angustio de Gloria, la mujer del
mayordomo, el que espantó al reptil, que prácticamente me tenía corralado.

Contrariamente a la Chonta, la Equis no es muy ligera en cuanto a su traslación, ni huye


cobardemente cuando está en peligro; y cuando lo hace, es con altivez y prudencia. Esta clase
de culebra —como ya dije—, es muy temible; pero este animal siempre trata de eludir al
hombre, no
desea tener ningún contacto con él, salvo cuando se siente acosada, tocada o estropeada por el
hombre o algún animal, accidentalmente.

En tal caso, se recoge en un rollo o espiral, en cuyo centro, en posición algo elevada, ubica su
terrible cabeza, lugar desde el cual puede lanzar mordidas con gran precisión y velocidad, de ser
necesario. Una vez que ha mordido, se alejará a prudente distancia, donde permanece en actitud
vigilante, lista a lanzar otro ataque, de ser preciso.

Todo el mundo cree que la Chonta azota a la gente a propósito; lo que realmente sucede, es que
su violenta arrancada, azota los lados, cuando el hombre la sorprende en las cercanías de los
senderos.

El habitat de la Chonta lo constituyen los espesos follajes junto a las rocas grandes, donde
encuentra oquedades o cuevas; lugares en que tiene oportunidad de cazar pájaros en los ramajes
tupidos. Jamás ataca al hombre sin ser previamente molestada, o peor que eso, acosada.

Las culebras en el Ecuador, no está todavía debidamente clasificadas; lo mismo puede decirse
de las plantas y animales. Esto debe constituirse en un reto para la juventud actual. En el mundo
viejo, todos los vegetales, animales y pájaros, han sido clasificados exhaustivamente hace
cientos de años, y no es posible que en Sudamérica no se halla todavía totalizado esta gigantesca
tarea.
El gran botánico ecuatoriano, Misael Acosta Solís, tiene fama internacional por sus exhaustivos
estudios hechos sobre increíble cantidad de vegetales. Pero, para mi parecer, la tarea es

199
verdaderamente colosal, y se necesitará de muchísimos estudiosos, para emprender y llevar a
feliz término esta tarea. En lo referente a la fauna, nos espera igual cosa.

FIERAS Y OTROS ANIMALES

El Oso es un cuadrúpedo de gran tamaño, y se halla en vías de

tinción. Su lugar de vida es la profundidad de la jungla subtropical; su pelaje, Sana o cerda, es


de color pardo oscuro y sumamente áspero. En raras ocasiones irrumpe en maizales haciendo un
gran destrozo.

En la zona alta del subtrópico se puede continuamente determinar su presencia, por su método
de agobiar o tronchar —como dicen los campesinos- a la palmera enana, llamada Palmito, que
produce el fruto del mismo nombre. El oso, con su mano o zarpa, simplemente troncha la parte
alta del palmito, y con sus poderosas mandíbulas y dientes, extrae la sabrosa comida, quedando
como testigo irrefutable de su paso, la palmera así dejada por el comensal señor oso.
El Oso habita en todos los continentes, menos en Australia. El ejemplar de Norteamérica, es
mucho más grande que el nuestro, llegando a pesar fácilmente las 400 libras.

Una rama de la familia de los osos es naturalmente, el oso hormiguero; animal bastante exótico,
de un aspecto algo desconcertante. Se alimenta —como su nombre lo indica—, de hormigas y
colmenas de comejenes, donde escarba y alborota a estos insectos, para luego extender su
lengua casi redonda, larga y cubierta de un líquido espeso y pegajoso, donde las hormigas
quedan atrapadas para ser ingeridas maquinal-mente. El Oso es un animal carnívoro, aunque se
alimenta también de vegetales y frutos varios.

El Oso de Alaska e islas vecinas, es el mayor carnívoro del mundo; llega a pesar hasta más de
600 kilos (algo más de 13 quintales) tiene la costumbre de pararse en dos patas para caminar, y
así erguido alcanza a medir 2,80 metros de estatura; se alimenta de pequeños animales, frutos y
pescado, que con mucha habilidad pesca.

200
Se cree que en América del Sur existe una sola especie: el Hucumarí u Oso de anteojos, así
llamado por tener un círculo claro alrededor de cada ojo, siendo su cola negra o por lo menos
pardo oscuro.

El Cabeza—mate o Cabezemate, es un animal carnívoro muy audaz; su nombre proviene de una


mancha amarilla en la parte alta de la cabeza. De vez en cuando es sumamente agresivo, dicen
que así se porta cuando se halla en estado de celo, o anda con hembras; en tales condiciones,
una vez al autor de estas notas, se le pusieron los pelos de punta, cuando un ejemplar de estos se
le enfrentó.

Caminaba sobre un madero atravesado en una trocha; el animal gruñía ferozmente enseñando
sus poderosos colmillos, con la totalidad de su pelaje erizado. La acémila, en otras
circunstancias muy mansa, casi me precipita a tierra; el chillido de este animal, es un
imponderable tono agudo y salvaje. Su andar es algo típico, simultáneamente adelanta mano y
pata de un mismo lado, lo que le da un aspecto de andar pesado y bambolelarnte a la vez.

El león americano o puma, es un mamifero de la familia de los félidos; habita desde la


Patagonia hasta el Canadá, y desde el Atlántico hasta el Pacifico.

Es de color rojizo amarillento oscuro, y su vientre y partes internas de las patas, son mucho más
claras. Mide más o menos unos 110 centímetros de largo, con una cola de 65 centímetros. Es un
gran trepador, capaz de subirse a un árbol de un solo salto. En una noche es capaz de explorar
muchos kilómetros a la redonda.

Huye del hombre y de los perros; rara vez ataca al ser humano, pero es muy resuelto cuando
padece hambre. Suele permanecer oculto cerca del abrevadero o comedero de venados, guantas,
guatusas y otros animales menores. Ataca también al ganado vacuno y caballar, a los borregos y
chanchos; sus ataques son sorpresivos: se lanza sobre el lomo de las víctimas, y luego de
derribarlos les destroza la garganta; los arrastra al monte y los devora, cuando se trata de
animales menores. De los animales grandes, sólo bebe la sangre, y come sólo una pequeña
parte, la que más apetezca. Cuando el león es atacado por los perros, con mucha frecuencia mata
a alguno de ellos.

201
Cierto compadre mío, que tenía unos sembríos en el cerro de Tiandiagote, mató tres leones entre
1.950 y 1.960. El Sr. Medardo Bosques, vecino del recinto Santa Lucía, de esta parroquia de
Balsapamba, igualmente tiene a su haber varios pumas muertos.

Cuentan sus vecinos, que hace pocos años uno de estos leones atacó, mató y arrastró, un
chancho de propiedad de Don Medardo, el mismo que armado de su escopeta, prestamente
siguió el rastro del felino, que dejaba tras de sí una huella muy visible, pues el chancho era de
gran tamaño; el felino se lo llevaba a ratos por trechos, arrastrándolo, lo cual facilitaba su
seguimiento.

Luego de seguir varios kilómetros, Don Medardo llegó al monte, y en una quebrada oscura y
profunda, encontró a su chancho ya muerto; luego de unos instantes vio a unos cuantos metros,
dentro de la oscura y espesa jungla, brillar dos carbones encendidos —los ojos del león—, que
se aprestaba a dar caza, irónicamente, al cazador.

Don Medardo, que no es ningún novato en la cacería de estos felinos, rápidamente echo el arma,
cargada con metralla gruesa, a la mejilla, y apuntó justo en medio de los rojos—azulados ojos.
Antes que el león tuviera tiempo de darle el abrazo mortal que suele brindar, las municiones le
penetraron en el cráneo y tan solo alcanzó a dar un leve salto; pero su postrer rugido, hizo
retumbar a la montaña, e indudablemente al cazador, quien hizo traer de su propiedad una
acémila, y con la ayuda de sus amigos y familiares, cargó a las víctimas en la muía; a un lado el
león, y en el otro el chancho gordo, y así retornó triunfalmente a su recinto.

Un raro hecho no suficientemente explicado, es ¿por qué el león ataca con frecuencia antes de
tormentas o tempestades fuertes

Así, la noche entre el 18 y 19 de diciembre de 1.982, un león, en las faldas del cerro
Tiandiagote, atacó y mató cuatro terneros de mi propiedad, que se hallaban amarrados algo
distantes del ganado mayor; empero, se comió tan solo unas cuantas libras y los arrastró a la
profundidad del bosque cercano. Esa noche llovió intensamente, algo así como 10 horas
continuas. Así verifiqué la teoría que esta fiera ataca en tiempo tormentoso. Pero. ¿por qué lo
hace?

202
Talvez su instinto ancestral —resultado de la evolución le aconseja llenar su despensa para
prevenir períodos difíciles; para sobrevivir a las inclemencias climáticas que otea
anticipadamente.

Localizados que fueron los bovinos en referencia, algunas personas allegadas y familiares,
optaron por dar caza al animal, razonando que regresaría a comer el fruto de sus rapiñas. Pero
no consiguieron avistar al felino. Ya lo habían dicho otros cazadores, que este no suele regresar
al sitio de sus víctimas.

Debo puntualizar, que los terneros mencionados se hallaban amarrados, de lo contrario el león
no se habría atrevido a dar caza a estos ani-

malitos, por cuanto el instinto de manada es muy desarrollado en los bovinos sueltos en
potreros, no así, el de los confinados. Me permito explicar el caso.

A pesar de la domesticación, en algunos animales ha sobrevivido el instinto defensivo de la


manada. Algunas veces, como ganadero que soy, he podido percatarme que, estando un hato de
ganado bovino pastando tranquilamente, alguno de ellos, por asustarse de un perro o de alguna
persona extraña del lugar, por ejemplo, emite una pitada o mugido fuerte y estridente, algo así
como un bramido, a cuya señal acuden decenas de animales y convergen hacia el lugar de donde
proviene el angustioso grito, listos a destrozar con cornamentas y pezuñas, al agresor.

Una vez tuve un mal momento, cuando de pronto me encontré en medio de un torbellino de algo
más de cien bovinos. Sucedió que fui llamado para ver una vaca de muy buena calidad —creo
que era la mejor que tenía—, y que se enfermó; le apliqué una dosis de penicilina, pero la
enfermedad ya había hecho de las suyas, o la vez que el animal era alérgico al producto
inyectado. La vaca se estremeció y cayó violentamente a tierra, no sin antes emitir un bramido
con tono lastimero pero fortísimo —cosa de estremecer la tierra y el bosque cercano—

Y gran sorpresa Todos los animales (más de cien), llegaron en estampida, levantadas las colas y
en una actitud estremecedora; yo me alejé del lugar en vista de la temeraria actitud de los
animales. Por fortuna todos se acercaban a la vaca muerta y comenzaron a oler, especial-mente
la sangre que le había manado de las narices; con sus pezuñas rasgaban el suelo alrededor del

203
cadáver. Luego de media hora de resoplidos, aradas y nuevos bramidos, iniciaron su retiro, no
sin lanzarme unas cuantas miradas irrespetuosas con su respectivo resoplido
.
Sin temor a equivocarme sostengo que la aparición del león en las zonas pobladas, se debe
especialmente a la desaparición de los anima-les que caza naturalmente el león, entre ellos los
puercos saínos y los venados. Algunas personas creen que se trata del mismo animal que recorre
las diferentes zonas montañosas del lugar, llegando en momentos a traspasar también la
cordillera alta, haciendo ataques esporádicos por diferentes lugares. Esto queda totalmente
descartado, por el hecho de que ya se ha dado caza a un buen número de ellos.

En cierta época en Kauman, África, una tigresa cebada con carne humana, había matado más de
400 personas en el transcurso de algunos años; simplemente sorprendía a las lavanderas
solitarias en las veras de los ríos, o a labradores del campo, prefiriendo generalmente al sexo
débil como a los niños que se hallaban desprevenidos.

Cuando el Gobierno Colonial del referido territorio, comenzó a dar caza al animal, tuvieron que
seguir sus rastros a través de cientos de kilómetros. El animal se mostraba sumamente esquivo e
inteligente, de nada servía tratar de cazarlo junto a los restos humanos dejados por la
fiera.

Cuando finalmente se le dio caza, pudo constatarse que se trataba de una tigresa de muy
avanzada edad, con su dentadura totalmente gastada, e indudablemente, imposibilitada de dar
raza a los animales silvestres, tuvo que dedicarse a ¡as presas fáciles e indefensas, que se le
presentaban. Igualmente pudo comprobarse que esta anciana tigresa, andaba acompañada de
unos dos cachorros, los que seguramente también tomaron gusto a las presas humanas.

Sin duda, aquí no se trata de un león cazador de humanos, pero hubo una época, hace menos de
10 años, en la zona del recinto de San Cristóbal, un ejemplar de nuestro león amagó la región;
con insistencia atacaba a los animales domésticos de muchas casas del lugar, a pesar de los
perros y del hombre, que evita rigurosamente. Esto hacía pensar en que podría tratarse de un
animal de mucha edad, o con algún defecto físico, que le impedía dar caza a sus presas naturales
del bosque.
204
Según cuentan personas de edad madura, ha habido casos que este león, ha traspasado la
Cordillera Andina, y encontrándose con un rebaño de ovejas y chanchos, ha matado decenas de
ellos o todos. Se dice que este felino enloquece cuando ve una manada o rebaño grande; lo
contrario al león africano, que solamente mata lo que ha de menester para su diario sustento.

Hace un par de años, en el cerro grande, cercano a Las Juntas, un león mató a una yegua y su
potrillo; se cree que el felino atacó al potrillo, y su madre pereció en defensa de su crío.
Últimamente, en El Salto, sitio a un par de kilómetros de la población de Balsapamba, una

jauría logró acorralar en lo alto de un árbol, aun león algo pequeño todavía; este de un salto
subió al árbol —como es su costumbre—, pero no sin antes matar a un par de canes. La piel de
este león lo tiene un familiar mío.

El jaguar.
Es conocido por el lector, que en América no hay tigres, estos viven en Asia y África; lo que si
existe es el jaguar, rey de los felinos americanos. Posee una destreza y fuerza formidable; su
ferocidad es igual o aún mayor que la del tigre; además, es un soberbio trepador de árboles, y un
resistente nadador.

El leopardo africano es un equivalente al jaguar americano; la Pan-tera negra de la India,


también tiene muchas similitudes con el jaguar; la pinta de este es mucho más fina y bella que la
del Tigre.
En la vía a Tiandiagote, hace unos años, los pasajeros de una camioneta, tuvieron la oportunidad
de avistar a un animal de estas características; aseveran que dicha fiera, al aver el vehículo, hizo
demostraciones muy elocuentes de su fiereza, según testigos presenciales.

Otro caso, del cual doy absoluta fe por tratarse de una fuente muy veraz y seria, es la de un
finquero establecido en las cercanías de Chiriaco, y que responde al nombre de Adán
Ribadeneira Villena, quien dice lo siguiente:

205
"Estando de cacería en la zona de Chiriaco, de súbito me encontré a unos cuantos metros de
distancia, a un animal de gran tamaño, el mismo que al verme gruñó, y con una de sus zarpas
destrozó un pequeño arbusto que se hallaba cerca de mí, en visible demostración de su enojo".

Al preguntársele ¿por qué no le disparó estando con el arma al brazo y de cacería?, contestó que
su escopeta tan solo estaba cargada de metralla regular, como para cazar una guatusa o alguna
pava del monte, no para una fiera de tales características. Y añade Ribadeneira:

"Pero este no era el león que yo conozco perfectamente, era una fiera con pintas muy bonitas,
además, el cuerpo era de forma más alargada".

Hay otras fuentes adicionales que aseveran la presencia de este felino; lo que aún no se ha
establecido, es si se trata de uno o varios animales; prefiero creer en lo primero.

Como conclusión, debo puntualizar que en el territorio alto de Balsapamba, está plenamente
comprobado ¡a presencia de! leopardo americano, o sea, el Jaguar, rey de las fieras americanas.

LA FLORA
Reiteradamente he dicho que este libro no tiene la finalidad de describir la totalidad de la Flora
y Fauna, sino más bien resaltar aquellas particularidades que involucran y concitan al hombre en
su economía, sus costumbres y sus curiosidades.

Damos inicio a este tema, con una planta muy conocida por todos, y a cuya economía
Balsapamba, en el pasado, ha estado estrechamente ligado. Se trata de la CASCARILLA,
vegetal que se ha reproducido espontáneamente en la zona, y, es más, aparentemente ha existido
en estado silvestre antes de las colonizaciones del lugar. ¡Qué sabia es la Naturaleza

Junto a la enfermedad, medra la medicina, reza el dicho, pues siendo Balsapamba una de las
zonas más amagadas por la Malaria o Paludismo, también en este mismo lugar se producen
muchas variedades de cascarillas, y en especial la Cascarilla roja, estimada como la mejor
productora del Sulfato de Quinina, fármaco que es el específico para combatir tan terrible mal.
206
Luis A. Martínez, en su novela "A la Costa", en una parte hace alusión a esta enfermedad
reinante en esta zona, cuando en un párrafo referente al paso por Balsapamba, dice: "El dueño
de la posada aparentemente transpiraba gérmenes de paludismo". Martínez conoció este paraje
el siglo pasado.

Conocido es el relato referente a la Condesa de Chinchón, esposa del Virrey del Perú, a quien
los médicos la dieron por desahuciada. El Virrey y sus amigos sentían dolor y angustia al ver
perdidas las esperanzas. Pero un Jesuíta pidió verla, y le dio a beber una preparación de
cascarilla, dizque procedente de Guaranda. La Virreina mejoró total y completamente, como un
gran milagro.

207
Es fácil deducir que dicha cascarilla procedía de Balsapamba, ya que esta planta no se produce
en Guaranda, y como único subtrópico penetrable y viable cercano a Guaranda, era
Balsapamba, se deduce los motivos que nos conducen a creer que el fármaco que curó a la
Virreina, tenía procedencia Balsapambeña. Lógica conclusión, si el Jesuíta médico, hubiera
dicho que el producto procedía de Balsapamba en el Perú nadie habría entendido donde queda
aquel jugar; consecuentemente, ¡era necesario nombrar una conocida y cercana ciudad de ese
lugar. . . Guaranda!, naturalmente.

La Condesa de Chinchón, luego regresó a España llevando un cargamento de polvo del


milagroso medicamento.

El Ecuador posee el mayor número de las especies de cascarilla, y entre ellas la de mayor valía:
la C. SUCCIRUBRA, que es la llamada roja.

La quinina fue introducida en Europa desde 1.640, pues no se conocía el árbol hasta entonces;
fue Condamine quien la descubrió y en su honor, Humbold y Bonpland, lo llamaron
CHINCHONA CONDAMINE.

La cascarilla en un tiempo fue uno de los artículos de mayor exportación del Ecuador; este
producto, durante la Segunda Guerra Mundial, subió a precios muy altos, pero
desgraciadamente no es posible acelerar su producción más rápido, ya que la planta demora
cerca de 10 años hasta producir una cosecha apreciable de Cascarilla. Estos precios altos, en
cierta manera perjudicaron a los sembríos, puesto que se los esquilmó inmisericordemente, y
aún más, desataron una ola de robo del producto en los árboles.

El motivo de la gran subida del fármaco, fue la Guerra Mundial Las fuerzas aliadas que
combatían en muchas islas del Pacífico, infestadas de Paludismo, contra los japoneses,
precisaban del medicamento. Luego que estas islas productoras cayeron en manos de los
japoneses, se encareció más el producto.

El Gobierno de los Estados Unidos, hasta comenzó a fomentar desesperadamente, la producción


en el Ecuador; y en el Oriente Ecuatoriano se establecieron grandes semilleros, de cuyas
plantaciones se trajo varios miles de plantas a Balsapamba.

208
En esa época se desató una verdadera fiebre por la Cascarilla de Balsapamba. También se
explotó muchas otras variedades, como la cascarilla "macho", y otras de menor rendimiento, las
que inclusive, fraudulentamente en algunos lugares del Ecuador, fueron mezclados
con la roja.

En aquella época, desde Guayaquil vinieron tradicionales exporta-dores del producto, con la
finalidad de adquirir tierras para efectuar siembras; pero esa gente aparentemente, no poseían la
más mínima noción sobre dicho cultivo. Según se pudo notar entonces, ellos creían que se
trataba de un cultivo de ciclo corto, corno el arroz, por ejemplo.

Dice el refrán: No hay mal que dure cien años"; desgraciadamente tampoco "hay bien que dure
cien años". Y por los años de 1,946, apareció en el mercado una Quinina sintética, elaborada
químicamente. Este producto tuvo muy buen resultado.

El que escribe las presentes notas, se curó en el año de 1.947 con este nuevo fármaco, que
apareció con la marca de METOQUINA; eran unas pastillitas amarillas, y suficiente era tomarse
36 de estas en el transcurso de varios días, para curar totalmente esta fiebre y, lo que, es más,
esta no tenía los efectos secundarios de la Quinina vegetal. El único efecto notable era, que,
durante el tratamiento, la piel del paciente exudaba un tinte amarillento, que teñía el puño y el
cuello de la camisa, con dicho color.
En esa época reinaba aún un total desconocimiento sobre esta enfermedad tropical que es el
Paludismo. Personas aparentemente instruidas, hablaban del "gusano" del paludismo, y en el
lugar había por lo menos dos "boticarios" que preparaban un brebaje a base de Quinopodio, que
no era otra cosa que un Vermífugo.

Estos medicamentos condujeron a más de un palúdico a "mejor vida". La peligrosidad del


fármaco se manifestaba cuando era absorbido en su totalidad —o en gran parte— por el
organismo, la falta de purgas previas ocasionaba efectos desastrosos; con la intoxicación, bajaba
la presión sanguínea, y la falta de irrigación cerebral, producía, sino la muerte, por lo menos
invalidez total o parcial. Todavía viven en nuestra zona, por lo menos media docena de personas
con impedimentos físicos, resultado de las famosas curas.

209
A pesar de los os por el Quinopodío, debo reconocer que este también ha hecho mucho bien.
Dice d refrán: A grandes males, grandes remedios. Efectivamente, en el clima subtropical, que
antes era más acentuado su rigor y su humedad, se necesitaba de un Vermífugo de efectos algo
drásticos.

Otra drástica curación, muy recomendada por algunas personas, era que el que estaba con
ataque de fiebre palúdica, se encaminara a una chorrera o catarata del río Cristal, y pararse bajo
ella durante algunos minutos. Esta brutal cura, según aseveración de muchas personas, ha dado
excelentes resultados, lo cual pongo en duda.

Otras curaciones han consistido en tomarse una copa de aguar-diente, en la cual previamente se
halla vertido algunas cucharadas de cascarilla seca y molida; y otros tan solo han colocado en la
botella de dicho licor, algunas cascaras secas de dicho vegetal. Esta bebida, muy acertadamente
la han tomado muchas personas del lugar tanto como un preventivo, como también de curativo,
con muy buen éxito, cuando todavía existía este mal.

Los meses de julio y agosto, eran los de mayor incidencia de la enfermedad; y esto inducía a ¡as
personas a creer que el árbol FERNÁN—SÁNCHEZ, fuere el causante de la fiebre, ya que es
en agosto, cuando este vegetal se cubre íntegramente de flores rojizas de una hermosura
incomparable. Muchas personas creían con absoluta certeza que suficiente era pasar por debajo
de su ramaje, para contraer la terrible fiebre palúdica.

Otras personas creían que los causantes de la enfermedad eran: el plátano morado, la papaya, la
naranja y otras frutas tropicales; ya que las gentes que venían de la sierra a las cosechas, comían
abundantemente estas frutas, con el resultado consiguiente.

La incidencia de las fiebres palúdicas en Balsapamba, era muy grande. Como mencioné en otro
capítulo, se consideraba al lugar como zona roja; y persistía en muchos lugares del Ecuador, el
relato aquel de: "En Balsapamba los gallinazos caían de las cumbreras de las casas, ya muertos a
la calle por efecto del paludismo. Aseveración que es absolutamente falsa, ya que este mal no
ataca a las aves de especie alguna.

210
El mal del Paludismo consiste en un parásito en la sangre humana, que ataca los glóbulos rojos,
produciendo una anemia aguda en el paciente, y la transmisión, cornos todo el mundo lo sabe
actualmente, es por intermedio del mosquito Anofeles, y posiblemente también por otros
insectos todavía no bien identificados.

Pero prosigamos con la descripción de la cascarilla. Se dice que el Ecuador, o mejor dicho, la
Presidencia de Quito, tuvo fama de ser el país de la Quina. Inglaterra, en 1.860, comisionó a Mr.
Apruce para que comprara plantas y semillas en la Presidencia de Quito. Estas —dice la historia
— se sacaron de las montañas de Guaranda, en un total de 637 plantitas, pagando por ellas 400
pesos.
Estas plantas las condujeron a la India Oriental, que luego fue uno de los más grandes
productores mundiales de Quina, y desde luego, nuestro más grande competidor.

Como ya mencionamos, el principal ingrediente que se extrae de la cascarilla, es el Sulfato de


Quinina, pero también revisten importancia la Quinidina, Chinchonina y Chinchonidina.
Seguramente, el lugar de donde, se extrajo las plantas, fue el que desde hace mucho se le
conocía por la abundancia de este vegetal, y es de aquí de Balsapamba, y no de otro lugar, de
donde los ingleses se llevaron las semillas para luego plantarlas en la India, en 1.860.

Aparentemente, antes de exportarse la cascarilla a Norteamérica y Europa, mucho de este


producto se vendía para Colombia. Dice el Rvmo. Antonio Bermeo, al respecto:

"Todavía resuena al oído los nombres de los ciudadanos colombianos que establecieron
agencias comerciales en diferentes puntos de la Provincia de Bolívar. De las montañas
bolivarenses, recuas de bestias cargadas de quina, iban a Guaranda y Babahoyo, donde los
Prado, los Tello, concentraban enormes cantidades. Los Viteri, los Solarte, los Obando, no se
ocupaban sino de comprar cascarilla".

Finalmente debo añadir que la propagación de este vegetal, por semilla, ha sido siempre muy
difícil. En la Parroquia de Balsapamba, sólo Don Juan Gómez, ya fallecido, tenía el secreto de
la siembra por este medio. La siembra por estaca era la más practicada, pero prende

211
tan solo en un 5 o/o, aproximadamente; en consecuencia, la propagación de este vegetal ha sido
siempre tarea difícil. A esto se debe que no han, existido verdaderos y grandes bosques, a pesar
de su importancia económica en diversas épocas.

La madera del palo de la Cascarilla es muy estimada, ya que, por su sabor amargo, no es
atacado por los insectos, como por ejemplo el comején (termes). Pero hoy, este vegetal está
siendo víctima de un virus que ataca el cuello del tronco, muy parecido a la enfermedad llamada
"mal de machete”.

Así ha concluido una época de oro de uno de los productos exportables más cotizados, que
Balsapamba se ufanaba poseer y cultivar, y cuyas semillas desde este pueblo, han sido llevadas
a través efe mares y océanos a otros continentes, para poseer lo que Balsapamba tenía en
abundancia y de mejor calidad mundial.

Pocas personas se han detenido a pensar que las divisas (dólares) que hoy produce el petróleo,
principalmente, antes lo producían casi puramente, los productos agrícolas exportables; esto es:
café, cacao, tagua y cascarilla, por los cuales, durante muchos decenios, el Gobierno se ha
proveído de los dólares, pagando al exportador un valor muy inferior al del mercado de cambio.
Esta disimulada esquilma, en verdad ha mantenido a los trópicos y subtrópicos, agobiados en la
pobreza, debiendo ser, por el contrario, la región donde más debería estar distribuida la riqueza
nacional. Pero que es lo que ha pasado con los pueblos que han generado divisas para todos los
menesteres de la República, durante generaciones; se encuentran sumidos en la pobreza, con sus
edificios de madera apolillados, sin ningún recuerdo de la época de oro de sus nobles productos.
Detengámonos a pensar en la tremenda injusticia que se ha mantenido contra el campesino
durante decenios o generaciones, de sustraerle más o menos la quinta parte de cada dólar. Pero
cuando este campesino tuvo necesidad de comprar su principal herramienta, el machete, tenía
que pagarla con un valor del dólar del mercado. Yo me pregunto, ¿por qué no se le ha ocurrido a
ningún Gobierno subvencionar la herramienta que más dólares y alimento produce en el
Ecuador?; es más, debería regalárselo al campesino en bandeja de plata.

212
El Alobillo.

El árbol del Alobillo constituye unas de las cosas raras y exóticas de esta región. Su
multiplicación es espontánea sobre los mil metros sobre el nivel del mar, y se le ve vegetar hasta
más de los dos mil metros.

Su rareza consiste en producir una intensa inflamación en la piel humana; esta influencia
maligna la poseen tanto las hojas, los tallos, los troncos, y hasta su leña; e inclusive la gente cree
que la sombra del árbol es suficiente para enfermar; y otros van más allá todavía, diciendo que
basta verlo de lejos para enfermar.

Luego de buscar por todos los medios alguna información que pudiera conducirme hacia la
verdad, encontré un artículo en una revista Argentina, en la que efectivamente se confirmaba el
efecto de un árbol, allá llamado AURERA, que describía en detalle, los efectos nocivos de este
árbol. Pude darme cuenta de que se trataba de la misma planta que existe en el Ecuador; pero en
dicho artículo no se da una pauta de la enfermedad en cuanto se refiere a su evolución, curación
y prevención, pero es fácil colegir que se trata de una enfermedad alérgica.

El autor de estas letras, ha machacado y estrujado las hojas, para luego frotarlos en el rostro, sin
que esto produjera el más leve síntoma de irritación cutánea. Esto n o implica que no sea verdad
lo aseverado por la mayoría de los pobladores con respecto a los efectos nocivos que la planta
producía en otras personas, sino que yo en particular, no tengo alergia a este vegetal; aunque he
visto y constatado el desastroso resultado que produce en otras personas.

¿Cómo se explica la gente común el hecho de que una personas sean susceptibles al alobillo, y
otras no?. Para dar contestación a esta pregunta, es preciso esbozar la esencia de los principios
de la medicina aborigen, la que posiblemente tiene muchos miles de años, la que parcialmente
todavía se practica en algunos lugares.

No convendría a los intereses de este libro, tratar de esclarecer minuciosamente la totalidad de


los fenómenos de una medicina ancestral; pero me propondré resumir en pocas palabras, la
esencia y espíritu de ella. Cuando un individuo enferma, el curandero trata de averiguar si la
enfermedad tiene origen en el frío o en el calor; caso de ser causan-

213
te el primero, convendrá administrar "cosas" cálidas caso de ser de calor, habrá que suministrar
medicamentos "frescos". Para llegar más breve a un diagnóstico, será preciso averiguar al
paciente, si este habitualmente padece enfermedades originadas en el calor, o enfermedades de
origen, frío; por cuanto toda persona habitualmente por su experiencia, sabe si padece de frío, o
de calor; origen de todas las enfermedades.

Inteligenciados con la descripción que antecede, entenderemos que el hombre común dice: A mí
no me "coje" el alobillo, yo soy "pasado" de frío; tan sólo enferma a los "pasados" de calor.
Otros sostienen lo contrario de esto. Cuando realmente se trata de una enfermedad alérgica a la
que algunos individuos están predispuestos y otros no.

Reflexionando sobre el raro hecho de que aún este vegetal ataca a las personas que pasan a
cierta distancia de él, da lugar a creer que las hojas expelen alguna toxina que se impregna en el
aire; sin querer dar una explicación científica, resumiré el posible mecanismo de la manera
siguiente:
Los vegetales descomponen el agua y el anhídrido carbónico del aire en oxígeno, el cual retorna
a la atmósfera; este bien podría estar impregnado, saturado o contaminado con la sustancia
tóxica que llamaré ALOTOXINA, la que aspiramos junto con el oxígeno por los poros de la
piel.

Tengo poderosos motivos para creer que aún no se ha hecho una investigación exhaustiva sobre
este vegetal, ya que en la mayoría de las veces que un enfermo ha ingresado al hospital para su
curación, se le ha enviado a la sala de aislamiento, presumiéndose que se trata de Viruela
común, por cuanto la Alobilla también produce unas pústulas parecidas a las que brotan cuando
se tiene viruela; y regularmente, 3p' luego de curarse el enfermo "alobiado", contrae la
gravísima viruela, por contagio en la sala de aislamiento.

Desearía motivar a los jóvenes profesionales, para que emprendan una investigación que
conduzca a una pauta científicamente explicada, sobre esta poca conocida enfermedad.

214
El Asan (Alsophila Australis).

En el subtrópico ecuatoriano, vegeta un helecho gigante llamado Asan. Su configuración nos


hace creer que se trata de una palmera, apreciación totalmente errónea.

Se trata como ya se dijo, de un helecho gigante de los que existió en la edad carbonífera (Era del
Pangea), ya que en las rocas se ha encontrado vestigios de estos helechos gigantescos, que en
épocas 4$ remotas formaban verdaderos bosques, cubriendo gran parte de la superficie terrestre.
Es admirable que este vegetal haya existido y sobrevivido millones de años, sin experimentar
verdaderos cambios; por eso este helecho concita y ha concitado un inusitado interés en los
científicos, y en general entre los estudiosos, a través de todos los tiempos.

Leía hace poco un artículo sobre la flora de un país centroamericano, en el cual destacaba con
cierto alarde que en dietas lugar se producía el árbol helecho o helecho gigante. Nosotros
miramos lo nuestro a veces con desdén, y sin darle la importancia que se merece.

Cuando el gran Vital Alzar, explorador de mares, ríos y continentes, posó su mirada en los
montes y montañas que circundan a Balsapamba, exclamó:

¡Esto es realmente bello, bello; es el paraíso!; y de inmediato hizo que sus cámaras de
Televisión enfocaran el inigualable paisaje lugareño, con sus naranjales, ríos y palmeras de
cade.

La Balsa

Es un árbol tropical de América, de la familia de las bombáceas; su madera es la más liviana de


las conocidas, pues la variedad más ligera pesa tan solo la cuarta parte del corcho, sin que por
ello disminuya su cohesión y resistencia, flotando en el agua puede sostener diez veces su
propio peso. La madera de roble pesa 14 veces más que la Balsa.

215
La Balsa se corta con un cuchillo filoso, como si tuera mantequilla, pero tiene una elasticidad
casi como la del caucho. Esta madera tuvo una inusitada demanda durante la última guerra
mundial; su uso, tanto en aviones como en barcos, tuvo múltiples aplicaciones, como también

para salvavidas, balsas, boyas y como material de relleno, aislante y anti- acústico.
Posiblemente este producto forestal también terminó ya su época dorada, pues sus inmediatos
competidores son las espumas plásticas y sintéticas.

Uno de los inconvenientes de la Balsa, reside en su capacidad de absorber gran cantidad de agua
cuando se halla sumergido mucho tiempo en el agua, defecto que disminuye su capacidad de
flotación. Esto lo han comprobado varios exploradores que atravesaron el Pacífico en
memorables hazañas, como la Kon-Tiki, y la Balsa del Pacífico. Cuando Colón llegó a tierra
americana, informó extensamente al Rey de España, sobre una madera muy ligera, enviando,
además, muestras de ella.

El árbol de la Balsa supera en veces los 40 metros de altura, y fácilmente su tronco puede
exceder los 80 centímetros de diámetro. Este árbol crece generalmente en los derrumbes,
deslaves, cauces de ríos y arroyos. ¿Por qué? ¿Por la sabia disposición de la Naturaleza?

El fruto de la balsa son unas bayas que contienen la lana de Balsa, muy apreciada para muchos
menesteres; esta lana tiene dos consignas, la una consiste en servir de paracaídas—planeador,
para transportar las semillas que van asidas fuertemente lo más lejos posible. Así lo da a
entender la naturaleza, de acuerdo al vehículo de traslación que ha provisto a la semilla.
El otro motivo es para reforestar todos los barrancos, playas y cauces del río, afectados por
derrumbes, deslaves y erosiones. ¿Cómo lo hace?.

Regularmente, después de algunos días de lluvia o de una fuerte tempestad que ha causado
destrozos y deslaves, hace uno o varios días de sol fuerte; esto es precisamente lo que esperan
las bayas maduras de la balsa, para eclosionar y librar miles de paracaídas, cada uno con su
respectiva semilla, y enviarlos al sitio predestinado. Si el lugar donde cae a tierra la semilla, está
cubierto ya de arbusto o árboles, la sutil lana se enredará en la primera rama que encuentre, y
quedará aprisionada; pero si la semilla cae en un derrumbe, deslave o erosión, con las primeras

216
gotas de lluvia quedará fuertemente adherida. Y si llueve, la lana aprisionará alguna tierra,
quedando definitivamente sembrada la semilla.

Contrariamente a la que queda atrapada en el follaje. Pero así no concluye el papel


encomendado a este vegetal, pues una vez que va creciendo, va renovando constantemente sus
hojas, las cuales son ásperas y muy angulosas, lo que permite que se anclen firmemente al
terreno, formando pequeños diques que atrapan la tierra en tránsito por efecto de las lluvias.
Dentro de pocos años, en el derrumbe habrá considerable capa de tierra vegetal, sanando una
herida inflingida por las propias fuerzas de la Naturaleza.

La balsa posee además otros mecanismos que fomentan este proceso anti-erosión, muy
elocuentemente, pero sería muy largo explicarlo.

El lector, que con paciencia ha seguido este articulo le percatará que difícilmente un cohete
espacial puede llevar consigo más sabios dispositivos de los que la Naturaleza ha dotado a la
Balsa, con el fin específico de aplicar un "vendaje" a la tierra que ha sido herida por el clima de
esta zona de alta pluviosidad, agravado por una topografía muy abrupta.

En la época de oro de la balsa, innumerables convoyes descendían por el Río Guayas y sus
afluentes, formando verdaderas plataformas compuestas de troncos de este árbol. En estas
plataformas, los "boyeros" instalaban una ramada o choza, con todo lo necesario para viajar con
la familia, inclusive la estufa y los bastimentos para muchos días de navegación» Luego
llegaban al Puerto de Guayaquil donde negociaban el cargamento, retornando con los bolsillos
repletos de billetes, e iniciar otra tala de árboles con idéntico fin. Aún hoy en día, puede verse
esta clase de comerciantes en plena faena.

Ya en otro capítulo de este libro se ha hablado de la procedencia etimológica de Balsapamba,


que es originario de dos voces: español y quichua, respectivamente.

En el simpático cuaderno LOOR A BALSAPAMBA EN SU CENTENARIO editado con


mucho acierto y con un contenido de mucha altura, aconseja un articulista se escriba
Balsapamba con "s" y no con "z"; luego de hacer una nutrida exposición sobre el asunto,
finalmente pide disculpas para que su modesto trabajo no sea tomado como una "crítica

217
destructiva". Puede estar tranquilo el autor del artículo, por cuanto Balsapamba, se escribe con
ese cerca de treinta años. El Himno de Bal-

sapamba, escrito por el Profesor José María de la Pared, cuyo original reposa en mis archivos,
está escrita Balsapamba con ese, y esto en el año 1.963.

Pero luego de abordar ampliamente este tema, no puede dejar de mencionarse que el nombre
oficial de Balsapamba se escribe con zeta, y así seguirá constando en los documentos oficiales
indefinidamente, mientras no se haga la tramitación que —creo—, debe ser similar a la que una
persona está obligada a efectuar cuando desea cambiar su apellido; y si esa persona tiene ya más
de cien años, imagino que el trámite debe ser más engorroso.

Para mí, Balsapamba se puede escribir también Balzapamba; ambas maneras son aceptables: el
uno por derivar de Balsa; y el otro, por el oficial, usado durante más de cien años.
El Matapalo

El Matapalo es un árbol corpulento del trópico y subtrópico ecuatoriano. Pertenece a la familia


de los anacardiáceos americanos, o sea, de la familia de los que producen el caucho. Es una
planta parásita, como veremos más adelante; el nombre de Matapalo es muy elocuente, ya que
esta mata a su protector dentro de poco tiempo. El mecanismo es como sigue:

En alguna oquedad, rama seca o encuentro rama — tronco de un árbol cualquiera, los pájaros
depositan — luego de comerse la parte comestible—, alguna semilla de esta planta, que
rápidamente echa raíces, las que se abren en todas las direcciones. Pasados algunos años, tienen
totalmente estrangulado al árbol que les dio cabida y del cual vive a expensas, este último puede
ser un chilco, palmera de cade, guarumo —para nombrar a los más preferidos por el parásito—
matapalo.

Luego de pasar algunos años más, el dueño de casa o árbol protector, habrá desaparecido
totalmente, estrangulado y devorado por el ^ vegetal al que dio albergue, sombra y protección,
acunándole en su seno durante años. Este vegetal debe ser la encarnación de la ingratitud, y se
218
lo debiera citar como ejemplo de ella. Decir: Tu eres como el Matapalo, debería ser el peor
insulto.

Existe una gran diversidad de Matapalos unos son de hoja muy grande, y otros de hoja fina. Sea
cual fuere la especie, las hojas son de una consistencia cauchosa; todas producen una savia
blanquecina; pero la especie que más la tiene es el llamado Matapalo—lechero. Esta especie es
muy estimada para ser convertido en estacas para cercos —vivos, ya que, plantados, de
inmediato echan raíces y retoños, con la consiguiente ventaja.

Algo muy interesante es lo que mencionan algunas personas, diciendo que del matapalo "se
hace" el catzo; por decir que el catzo (escara- bajo) se convierte en un vegetal, esto es, en
Matapalo.

Sobradamente conoce el lector que un insecto no puede convertirse en vegetal, y viceversa; pero
será muy difícil convencer a nuestras gentes que el matapalo "no" nace del catzo. Puesto que la
mayoría de las personas alguna vez ha podido observar que del catzo ha nacido una plantita de
matapalo, por cada una de las patas; desde el tronco, desciende una raicecita hasta llegar el
talón, donde sale fuera del insecto y se prende en el medio donde está ya adherido el escarabajo.

Doy la razón al campesino que ve convertido un insecto en vegetal, siempre saliendo las raíces
y el tronco, por idénticos lugares. Lo que realmente sucede es lo siguiente:

La naturaleza con su incomparable evolución a través de millones de años, ha favorecido la


convivencia o simbiosis entre vegetales e insectos; estos últimos seguramente se alimentan con
las semillas de Matapalo, y una vez que el insecto cumplió su ciclo biológico, es decir, muere,
las semillas en su organismo inician su germinación. La que primero germinó, expande sus
raíces por todo el organismo del escarabajo, dando el aspecto ya descrito arriba. Sirviendo
inclusive de recipiente germinador, ¡Volantes ya que puede trasladarse posiblemente, a muchos
kilómetros de distancia del lugar!

219
Así, los vegetales se valen de sus frutos para ampliar sus horizontes, y de esta manera estimular
su propagación; pero en el caso arriba descrito, el insecto sirve inclusive de portador y
recipiente germinador.

Se dice que la Naturaleza se complace en todo sentido, por todos los medios aumentar y
extender sus dominios. Hemos visto como lo hace el Matapalo; pero la sabia naturaleza ha
establecido la conveniencia

mutua tanto para el insecto como para el vegetal. Pues mientras el insecto se alimenta de las
semillas del vegetal, y este, en recompensa difunde las semillas para que sus descendientes
tengan más oportunidades alimenticias; a cambio el vegetal (Matapalo), recibe como
retribución, el que su comensal con sus potententes alas, lleve su especie por otros ámbitos,
haciendo las veces de recipiente germinador. Es así como se nota la recíproca y mutua
convivencia.

Existe un Matapalo de tipo lechero, de hoja muy fina y de ramas que cuelgan casi
verticalmente; este árbol es de extraordinaria belleza y produce varias cosechas de una cereza
rojiza y dulce, con gran cantidad de semillas diminutas.

(Darwin liego a la conclusión de que una flor y una abeja podían ir poco a poco... mo-
dificándose y adaptándose mutuamente de la forma más perfecta y de que durante los últimos
ochenta millones de años, aproximadamente, los insectos y las plantas hablan evolucionado
influyéndose mutuamente, hasta llegar a una simbiosis que resultaba beneficiosa para ambas
partes.)

El Matapalo, en general, ha sido siempre muy apreciado como productor de leña, especialmente
el tipo rosado; pero últimamente en el litoral se lo ha estado usando con mucho éxito para
madera; igual cosa se está haciendo en esta zona, en vista de la escasez de los tradicionales
árboles madereros.

Hay que añadir que algunas de las especies de matapalo, no matan a su patrón, sino que se
sirven de él como sostén. Lanzando una raíz hacia la tierra, comparten en amistad el alimento y
espacio; esto se ve especialmente cuando el patrón es una palmera de cade.

220
Hay varias especies de matapalos, su número pasa de ocho. Hay también por lo menos, una
especie de Matapalo que tiene hojas caducas (los Epífitas, parece ser), que crecen sobre otros
árboles, pero sin realmente nutrirse de ellos; y si así lo hacen, es cuando el tutor ya ha perecido
y su madera se encuentra carcomida, entonces sí se nutre de su víctima introduciéndole sus
raíces.

Para finalizar, debo puntualizar que este árbol en sudamérica está increíblemente difundido;
creo que se podría acumular suficiente información sobre él, como para escribir un voluminoso
libro.

El Cade.

Una palmera muy típica en Balsapamba, es el Cade, pero generalmente no se la considera ni


clasifica como palmera, pero en realidad si lo es.

Aparentemente existen dos variedades: la que produce taguas con su comida exterior algo
morada; y la que produce una comida de aspecto algo blanquecino. Este vegetal tiene también
un gran promotor: la guatusa. Este es un roedor, muy apreciado por los cazadores, que tiene la
inexplicable costumbre de enterrar la pepa o tagua, luego de servirse de su nutritiva envoltura;
los demás animales que se sirven de este fruto no se dan el trabajo de "sembrar" la semilla. Sin
embargo, la ardilla también coopera de cierta manera para el cumplimiento del propósito que
mencionábamos. Lo hace así:

Regularmente el gajo de taguas se halla a cierta altura del suelo, distancia que dificulta que los
animales puedan servirse del fruto; es allí donde entra en acción la ardilla, pues escarba
afanosamente en el racimo de taguas las más apetitosas y oleaginosas; éstas, tumbadas a tierra,
sirven a toda clase de animales, inclusive a los animales domésticos.

La palmera de cade brinda al hombre innumerables servicios directos e indirectos; vamos a


enumerar algunos de ellos en orden de importancia:

221
La paja, llamada también cade, ha servido y sirve para techar sus viviendas; para este efecto, de
cada hoja se hace dos tejas (si así puede llamarse), doblando sobre sí la parte barbada, y
quedando el llamado hueso, hacia atrás. Estas tejas o cadejos, se las reúne en una pila circular
muy parecida a un bohío indio, pero de poca altura, con el propósito —según el decir de las
personas—, "de que se pudra", término que, como salta a la vista, es totalmente inadecuado;
debería decirse para curtirse o fermentarse, personalmente preferiría el segundo término, ya que
una vez que se hallan apitonadas las hojas o tejas, se las tapa con hojas de plátano u otros
materiales, produciéndose en el interior de la pila calor y biogas, las cuales en poco tiempo
eliminan la clorofila.
La desaparición de ésta, es señal que el material está ya apto para

techar; caso de que este fermento no se haya llevado a cabo correcta-mente, los insectos, como
lo es una cierta langosta, darán rápida cuenta del techo, con la consiguiente sorpresa para el
dueño de la casa.

Debo hacer notar que en este fermento tienen mucha responsabilidad ciertas bacterias y hongos.
Cuando el fermento se ha llevado a cabo correctamente, se podrá notar en los cadejos un polvito
blanquecino, que no es otra cosa que un hongo. Este detalle no tendría importancia de
mencionarse, de no ser porque este polvo produce en algunas personas susceptibles, una
erupción bastante rebelde que en caso de ser muy sensible la persona, puede ser fatal.

Realmente lo malo del Cade para tapar las casas, es su poca duración, pues no va más allá de 6
y 8 años; y lo bueno de este material, es su excelente efecto aislante del calor, frío, lluvia y
ruidos.
Hay muchas personas del subtrópico que optaron por cambiar el techo de cade, en gran parte
por estética, y como es natural, por servir de refugio para insectos y roedores. Pero luego del
cambio de cade a cinc, el dueño de casa añorará su incomparable techo de paja, que le
proporcionaba total e incomparable frescura en horas de sol intenso; y aislamiento y calor, en
las noches frías.

Con el techo de cinc, el dueño de casa en días de sol intenso, alguna vez se verá obligado a salir
de ella por no resistir el calor inclemente; y en momentos de lluvias torrenciales, frecuentes en
esta zona, le parecerá que el mundo se le viene encima, y a veces no podrá conciliar el sueño,
222
por el impacto que las gotas de lluvia hacen en este material, produciendo un ruido intenso. Los
efectos referidos, son más notables en las casas de campo que no tienen cielo raso,
generalmente.
Es necesario mencionar también, que los cadejos o tejas de cade, servían antiguamente no sólo
para techar, sino también para el cerra-miento de la choza o casa de vivienda, cuando así lo
exigía la premura de alguna construcción.

El producto del cade, cuya fama ha rebasado las fronteras, es la Ta-gua, marfil vegetal que ha
sido usado extensamente para botonería y fabricación de toda clase de baratijas, desde anillos
hasta aretes.

Una vez un campesino se fabricó, con una tagua, su propia dentadura postiza. La fama y utilidad
de la tagua declinó con la aparición de los plásticos. El valor de una medida de un cajón, era de
veinte sucres, cuando en ese entonces, un trabajador ganaba un sucre cincuenta centavos,
diarios. Este valor de la tagua despertó en cierta época una verdadera fiebre, la fiebre de la
Tagua, entre 1920 y 1.935. Hay que recordar que tan solo había que recolectarla, sin hacer
ningún gasto de cultivo ni siembra.

Otro importante producto del cade han sido sus fibras, las cuales se extrae del tronco, y que son
de mucha utilidad para ¡a fabricación de escobas y cabos para la ganadería, ya que en invierno
esta fibra se conserva mucho tiempo sin ser atacada por los elementos. Hoy casi no se la usa
para este propósito, por la aparición de los plásticos.

El producto que ocupa el cuarto lugar en orden de importancia es el llamado "Huagra Chango",
que no es otra cosa que el tallo tierno que se extrae del tronco del cade con inaudito esfuerzo,
pero real mente vale la pena, ya que este puede pesar hasta unas 25 libras y aún más. Sirve para
la preparación de la tradicional Fanesca ecuatoriana. Hoy este sabroso alimento se lo está
comercializando hasta en forma enlatada, y posee gran demanda en el exterior, con el nombre
de palmito.

223
Desgraciadamente, para obtener este producto se precisa talar al cade, lo que constituye una
pérdida. En el Ecuador existe una severa reglamentación prohibiendo terminantemente la- tala
de esta palmera, bajo fuertes sanciones para los infractores. Pero esta ley como muchas otras, ha
quedado "escrita", sin que jamás se la haya aplicado. Hoy ya no le importa a nadie cosas tan
triviales, existiendo bajo el suelo un mar de petróleo aparentemente inagotable.

El Cade vegeta en Balsapamba profusamente, no se le ve así en otros subtrópicos ecuatorianos.


Aparentemente esta palmera es autóctona de este lugar. Otra de sus características es su fuerte
enraizamiento; por varias ocasiones se ha podido ver que esta palmera resiste los más duros
golpes sin ceder.

También se lo ha podido comprobar/cuando en el lugar se han producido volcamientos de buses


o camiones; esta palmera no ha cedido,

al contrario, ha detenido al vehículo en cualquier condición de fuerza de impacto. Esto se debe


principalmente a su sistema de raíces muy entretejidas en el suelo, además de cierta elasticidad
del tronco.

El Guabo.

Es un árbol de las leguminosas; en este lugar hay varias especies, algunas autóctonas y otras de
procedencia litorales y foráneas.

El guabo no produce aquí ningún fruto que tenga importancia económica; sin embargo, se lo ha
usado intensamente como sombra del cafeto. Dice el sembrador: "El guabo es amigo del café".
Así lo presiente, por cuanto este vegeta extraordinariamente bien bajo la sombra del guabo; pero
regularmente, el hombre común no tiene la más mínima idea del porqué. A continuación, me
permitiré aclarar este asunto.

Muchos de nosotros sabemos que el nitrógeno es el compuesto principal de los abonos tanto
químicos como naturales; el aire que respiramos contiene enorme cantidad de nitrógeno (cuatro
quintas partes), pero por desgracia este elemento no lo podemos tomar así tan fácilmente, es
decir, no se lo puede liberar.

224
Sin embargo, las plantas leguminosas (como el Guabo), pueden tomar este elemento del aire, e
incorporarlo a su servicio para crear raíces, ramas y hojas; estas últimas son las que más lo
tienen. Esto lo sabe la mujer que cultiva flores, que el abono de la hoja de guabo, es excelente
para estimular las plantas; muchas veces más vale añadir un manojo de hojas de guabo
semidescompuestas, que un poco de abono artificial.

Los científicos sostienen que el rayo, en las tempestades, libera gran cantidad de nitrógeno del
aire. Las fábricas de abonos nitrogenados lo liberan —o extraen— del aire, pero con mucho
esfuerzo, sometiéndolo a enormes presiones, que gastan ingente energía.
La naranja.

El cultivo más tradicional de Balsapamba es la naranja, fruto que ha dado fama a este lugar.
Alguna vez he dicho, que la parroquia de Balsapamba debía haberse llamado Naranjapamba.

La naranja pertenece a los cítricos, que son originarios de la India y Asia Oriental; cuando ya
había empezado la era cristiana, comenzó a cultivarse en las orillas del Mediterráneo. La
naranja dulce en Europa muchos años después, luego fue llevada a América por los portugueses
y españoles.

El árbol de la naranja es ahora típico del sur de España e Italia; se le considera como un árbol
símbolo de la luz de las regiones del mediodía. Las flores del naranjo simbolizan por su parte,
las bodas, y son adorno de rigor en el traje de la novia.

Balsapamba ya no produce ni siquiera el 2 o/o de naranja que producía en su tiempo de mayor


apogeo, que fue talvez entre 1.945 y 1.960. Y no solamente producía la mayor cantidad de
naranja, sino la de mejor calidad de esta fruta en todo el Ecuador.

La naranja de Balsapamba, en su buena época, producía tanta abundancia de1 frutos, que
muchas veces los árboles se partían o rajaban sus ramas por el excesivo peso del carguío, y eso
que no se practicaba ni podas ni limpiezas, menos aún abonamientos. Los propietarios vivían
con una holgura amplia, cosechando permanentemente todo el tiempo, sin necesidad de sembrar
cada año; inclusive apenas se hacía un desbroce anual.

225
Muchos atribuyen esta drástica disminución de la producción a que la tierra ya está cansada;
otros, que debería podarse los árboles; y algunos más, aseveran que "las matas están llenas de
musgos y líquenes".

A base de experiencias obtenidas en este cultivo, creo poder desvirtuar estas aseveraciones. En
primer lugar: el cansancio de la tierra no puede constituir un motivo, ya que naranjales que se
han plantado en tierras nuevas, vírgenes, tienen similar aspecto y producción, que los viejos.
¿Y la poda de los árboles? La enfermedad se inició precisamente en huertos donde más se ha
practicado las podas, como son los huertos del Sr. Héctor Aguirre, y otros.

Hay quienes creen que el mal reside en que las matas están llenas de muzgos y líquenes; esto no
es la causa de la enfermedad, sino más bien

el resultado de ella, ya que la planta no emite nuevos brotes, o lo hace escasamente,


favoreciendo así, la proliferación de estas plagas. Además, el citricultor no los limpia, por no
obtener rentabilidad. Indudablemente se trata de una enfermedad viral, como por ejemplo, la
llamada "Tristeza de los Citros”, que se ha difundido totalmente por todos los lugares que se
cultiva los citros.

Desgraciadamente ninguna solución ha dado las autoridades correspondientes, como sería, por
ejemplo, hacer una investigación a base de ensayos, huertos experimentales, plantación de
huertos resistentes a la enfermedad, en fin, algo corresponde hacer para dar con la pauta de la
enfermedad. Deberá existir algún medio para que los naranjales salgan de esta postración, y con
ella el subtrópico, exhuberante y feraz.

Es preciso hacer conocer otras poderosas causas que han motivado las enfermedades de los
cítricos, como también del Cafeto, en los subtrópicos ecuatorianos, en especial Balsapamba La
Amazonia, considerada como el "pulmón del mundo", ha sido gravemente afectada en su
ecología, por la insistente y colosal tala de los bosques naturales; esto ha producido entre otras
calamidades, el trastorno del clima, posiblemente no solo en Sudamérica, sino más allá del
continente-y de los mares.

226
El Brasil ha optado por contrarrestar resueltamente la tala de millones de hectáreas de bosques
en su territorio. ¿Cómo? Reforestando miles y miles de hectáreas con pinos, otro tanto con
eucalipto, y así, con otras especies. El resultado no se hizo esperar: millones y millones de
árboles muertos, atacados con toda clase de enfermedades virales e insectos. La naturaleza
enseñó al hombre, con estos resultados, algo que ya lo sabía: ¡Es inconveniente sembrar muchos
árboles de la misma especie, en un espacio determinado; ya que eso produce el estallido de toda
clase de plagas e insectos, hongos y virales.

No es fácil explicar el mecanismo del que se sirven las plagas en las circunstancias ya
mencionadas, pero intuyo que debe funcionar más o menos así:
Un insecto determinado que se alimenta de la hoja de un árbol determinado, donde encuentra su
alimento preferido, proliferará; abundantemente; pero una vez consumida todo el follaje tierno,
obtendrá

la escasez y se producirá la muerte del insecto, siempre que los árboles vecinos fuesen de otra
especie no apta para sus requerimientos alimenticios. Pero en el caso de ser los árboles o
vegetales cercanos, comestibles a la plaga, esta irá expandiéndose sin control y sin barreras, por
las, miles de hectáreas disponibles para la voracidad del supuesto insecto.

En el subtrópico ecuatoriano, y en especial en Balsapamba, las raíces de los naranjos


posiblemente se encuentran entretejidas con las del árbol vecino (otro naranjo), disputándose
entre sí el alimento. ¿Cómo no va a difundirse una enfermedad viral, si su habitat lo tiene en sus
raíces? Cosa igual ha sucedido con los Cafetales, que se hallan infectados por la saturación de
cultivos en este lugar, y en otros.

A pesar de la escasa producción actual de la naranja de Balsapamba, y de su desmejorada


calidad, todavía persiste el anuncio de los vendedores naranjeros, en Quito y otras ciudades, de
la república: naranja de Balsapamba ¡naranja de Balsapamba!, como un espectro de otros
tiempos La calidad dé esta naranja ha calado muy hondo en las generaciones pasadas, y así
sobrevive hasta nuestros días, en la mente de consumidores y distribuidores.

En su mejor tiempo, Balsapamba producía alrededor de 50 millones de naranjas al año. Luego,


lenta pero constantemente, fue declinando su producción; inclusive el precio del producto fue
deteriorándose al iniciarse la producción en escala comercial, de Bucay, no por su calidad, sino
227
por su cantidad, que venía en vagones de ferrocarril produciendo sustanciales bajas en el
mercado quiteño, especialmente. Luego inició su entrada a Quito, la naranja de Santo Domingo,
la que también afectó apreciablemente nuestro mercado.

La industrialización de la naranja en esta provincia, hasta cuando se escribe este estudio, ha


constituido un total fracaso; después de muchos aspavientos, finalmente comenzó a "embalarse"
la naranja de Caluma, cuando realmente todo el mundo esperaba que se elabore concentrados,
jugos, condensados o conservas. Igualmente se hablaba sobre envasar el jugo en cartones
desechables, para consumo popular, en vez de las bebidas gaseosas tan ampliamente
consumidas en el trópico ecuatoriano.

Según indicios veraces, la naranja comenzó a cultivarse en la zona de

Balsapamba, al inicio del siglo pasado, siendo posiblemente el primer lugar en el Ecuador,
donde se cultivó. Algún transeúnte involuntariamente dejó caer alguna semilla al servirse de
este fruto, en el trayecto del famoso sendero; y una vez, los escasos habitantes, probaron el
magnífico fruto sembrándolo esperanzadamente, dando así fama y lustre a este hermoso rincón
patrio.

El cafeto

El Cafeto es un arbusto originario de Etiopia, el cual comenzó a exportarse por el puerto


Arábico de Moca, en el Mar Rojo. El gran botánico Linneo, dio el nombre botánico de
COFFEA ARÁBICA, a la especie de Café que producía Arabia, y que pertenece a la familia de
las rubiáceas.
Dice la leyenda que fueron los pastores de Arabia quienes descubrieron que sus cabras no
dormían de noche, entregándose más bien a carreras y retozos. Tratando de encontrar el origen
de esta anomalía/se halló que tal efecto procedía de unas hojas y granos que comían los
animales. Entonces los pastores optaron por hacer una infusión de los granos, y notaron que el
producto procedente del misterioso arbusto, los mantenía activos y despiertos en las noches que
debían cuidar de los rebaños.

El café primero se difundió en el Oriente Medio. Los peregrinos que viajaban a la Meca, bebían
café para no dormirse en las vigilias. Se cree que el café llegó a Francia e Inglaterra por 1650.
228
El café en Balsapamba se reproduce hasta de manera silvestre y espontánea; este cultivo a través
de sus aproximadamente cien años de cultivo en este lugar, ha experimentado grandes altibajos
en su demanda y precios. Una gran época de oro de este grano se inició por los años de 1.947,
subiendo su precio a más de 150 sucres; luego, en 1.949, alcanzo 325 sucres; y al siguiente
año, 1.950, llegó a la increíble suma de 540 sucres; constituyendo dicho precio, en esa época, un
verdadero escándalo.

Luego, en 1.952, el grano de café se cotizó en el mercado de Guayaquil sobre los seiscientos
sucres; llegando al año siguiente a 700 sucres. En 1.954, el café llegó a superar los mil sucres
por quintal. Estos pre-

cios eran motivados por factores climatéricos que habían afectado al mayor productor del grano:
Brasil, pues las heladas destruyeron muchos sembríos. Como siempre, en el transcurso de la
historia del hombre, "La desgracia de unos, motiva la felicidad de otros".

En 1.955 comenzaron a declinar los precios del entonces llamado "grano de oro"; pero fue
indudablemente entre 1950 y 1965 que Balsapamba tuvo una época de verdadera prosperidad,
sembrándose cafetos hasta en el último rincón de las parcelas. En época de la cosecha, había
inusitado movimiento de comercio del producto hacia el puerto de Guayaquil, así como Inter
parroquial, ya que los comerciantes acaparaban grandes cantidades de cereza madura para
procesarlos.

En la época de mayor prosperidad de la era cafetalera lugareña, un español muy próspero en el


ramo de ferretería en Guayaquil, inició en un lugar cercano a las Guardias, llamado San Pedro,
una extensa plantación de cafetos; y para el procesamiento del grano, importó una costosa
maquinaria, única en su género en el Ecuador. Además, vinieron técnicos centroamericanos para
supervigilar y asesorar los cultivos y el procesamiento del producto. El fracaso fue rotundo,
especialmente por el motivo de hallarse los plantíos fuera del cinturón cafetalero usual, que aquí
no supera los 1.600 metros sobre el nivel del mar.

229
Indudablemente, sobre esta altura, el Cafeto prende de manera excelente; además puede
producir alguna cosecha buena si el verano ha sido de tendencia seca. Pero pasado este lapso, el
arbusto, con la humedad reinante crece desorbitadamente sin producir el esperado grano; y así
se perdieron en San Pedro, millones de sucres por la falta de asesoramiento adecuado, o talvez
por demasiado asesoramiento inadecuado de los técnicos cafetaleros centroamericanos.

De una u otra manera, la era aurífera del café, en nuestra zona, ha llegado a su ocaso, lo que es
muy penoso para este pueblo y para todo el Ecuador. Balsapamba produce todavía un café de
una calidad muy especial, que los exportadores siempre ansiaban adquirir para mezclarlo con
granos de otras procedencias. El café de altura, como el balsapambeño, es de los llamados
suaves, igual o mejor que el de los colombianos, quienes siempre obtienen un precio muy
superior al de los brasileros o africanos.

Para Balsapamba y muchas regiones como esta, con una topografía accidentada, la agricultura
siempre será difícil y penosa, no pudiéndose operar una máquina, tractor o desbrozadora de
ruedas; motivo que encarece enormemente los cultivos de cualesquiera índoles que fuesen. En
consecuencia, es tan solo el tradicional machete el que hace de herramienta obligada; pero a
esta, las futuras generaciones no la desean operar bajo ninguna circunstancia, considerándole
como último escalón o categoría de trabajo, por muy recio y penoso. De aquí que los jóvenes
que egresan de los centros de educación de nivel medio, así fuesen agrícolas, no regresan al
campo de sus mayores; ya que estiman, que el haber ingresado al colegio, es para superar la
etapa de trabajador campesino, y la meta es un empleo estatal tras de un escritorio.

Como el cultivo del café ha constituido la primera riqueza de la zona por mucho tiempo, y
habiendo desaparecido casi por completo, conviene esbozar en este mismo tema, alguna posible
solución a la problemática agrícola de este lugar.

Hay varias posibilidades, pero una de las de mayor envergadura es la silvicultura, o siembra de
bosques en gran escala, por millones de árboles. Quizás esta siembra, después de 10 o 15 años,
pueda proveer suficiente material para una o varias fábricas de madera prensada, muebles o de
construcción. La siembra inicial necesitará mucha mano de obra, lo que deberíase financiar
mediante un préstamo a largo plazo que aporten los bancos a 20 y 30 años. No sería difícil
obtenerlo, por cuanto nuestra situación geográfica sobre la cuenca del Río Guayas, constituye el
230
lugar ideal para la forestación, ya que este lugar con sus plantaciones, mantendrá el caudal de
los ríos en óptimos niveles para sostener un adecuado riego en la zona baja de la Cuenca del Río
Guayas, condición indispensable para la buena producción.

La Cuenca del Río Guayas, es la zona más fértil de la costa del Pacífico. Se ha calculado que
esta región holgadamente podrá sostener 20 millones de habitantes en un futuro cercano.
Nosotros, con la zona subtropical, nos convertiremos en la gran despensa maderera de esta
región, inclusive se exportará el excedente. Este proyecto tendría importancia nacional, y sería
como un plan piloto para otros lugares.

En tanto de curra el lapso de 15 años para iniciar la tala maderera, entre los espacios vacíos se
cosechará lo tradicional, incrementándose

también la siembra del plátano, que cada vez tiene más demanda en esta zona, por la facilidad
con que puede comercializárselo, motivo de la crónica escasez de alimentos que padece el
pueblo y el mundo entero.
El pueblo, en general, deberá constituirse en una gran empresa solidaria, una cooperativa
forestal de grandes proporciones, aportando con sus tierras y trabajo o individualmente uno de
ellos, para percibir los dividendos que le corresponde al iniciarse la tala del bosque, que sería
rotativa.
Para poblar los bosques deberíase de escoger árboles autóctonos: jiguas, laurel, cándelo;
también el guayacán se da aquí perfectamente. Debemos considerar las experiencias ya acogidas
en el capítulo anterior, en el cual nos referíamos a la reforestación de la Amazonia. Habría que
tomar en cuenta rapidez de crecimiento, resistencia a las enfermedades, calidad de madera, y
otras por el estilo.

Como conclusión, es preciso aclarar que la zona de Balsapamba tiene un excelente clima para el
rápido crecimiento de las especies forestales.

El Plátano

El Plátano en el Ecuador constituye un importante renglón como divisa y como alimento.


Pertenece a la familia de las MUSACES; se cree que es conocido desde el principio de la
humanidad y su origen son las selvas tropicales del sur de la India, y de la Península Malaya.
231
Mas tarde se lo encontró en África y en las Islas Canarias. En la época de la conquista, se
introdujo en Centro América, de donde se dispersó por todo el continente americano.

A España, fue nevado por los árabes, quienes lo cultivaron en Egipto desde el siglo XVII. Los
mahometanos según el Corán, lo llamaron "fruto del Paraíso"; a pesar de su altura al plátano no
se lo considera un árbol, sino una planta herbácea, la mayor de todas.
En el Ecuador se conoce como diez especies de plátano, de diferentes colores, sabores y más
características. En estado verde constituye la. "papa" del subtrópico; este uso es
económicamente el más importante de estas zonas; esta aplicación, como si fuera una
legumbre, es

muy acertada. Desgraciadamente no poseemos tablas alimentarias para hacer comparaciones,


pero intuyo que esta "papa", contiene más sustancias nutritivas que la papa tradicional, la cual
está saturada de increíbles cantidades de productos químicos, como son: fungicidas,
insecticidas, acaricidas, y más productos nocivos a la salud humana.

En Balsapamba, el plato típico lo constituye el "Sancocho de plátano", que es un caldo de carne,


con plátano y otras legumbres. Cierto 0 vecino decía:
— El Santo de mi devoción es el San—cocho, le tengo una fe total, y lo hago objeto de mi
devoción diaria.

A más de ser el Ecuador el país que más plátano exporta de (a especie llamada banano, también
está exportando el tipo Barraganete y otros, en conteiner refrigerados. El plátano en general, es
una buena respuesta a un mundo con hambre, producto de su explosión demográfica
incontenible; inclusive es el fruto que mayormente se consume en el Ecuador y muchos países
del mundo.
La conversión del plátano en harina ha dado muy buen éxito, y siendo el Ecuador importador en
gran escala del trigo, sería conveniente que se obligara a los fabricantes de pan a usar un
porcentaje tolerable en la harina de plátano, para la supervivencia de las fábricas de harina de
plátano, y desde luego, ahorrar gran cantidad de divisas.

232
Ecuador también en un tiempo fue el principal productor de cacao, quedando relegado por los
países africanos de este noble producto, Conviene que el Ecuador trate de mantener el liderazgo
en cuanto a primer productor bananero del mundo.

EL RIO CRISTAL

Tenemos que insistir que en "EL MAPA DE LA PROVINCIA DE QUITO" de Pedro Vicente
Maldonado, "sacado a luz por orden y a expensas de su Majestad", en el año de 1.750, consta el
río Cristal con el nombre de Río Cristóbal. Esto ya se aclaró en otro capítulo, pues se trata de un
error de imprenta. Consecuentemente estimo que el Río Cristal se llamaba así, desde hace más
de trescientos años.

El Río Cristal ha hecho noticia por la destrucción de la infraestructura vial, en los años; 1.947,
1.953, 1.972, 1.983 y 1.984. Desde antes del año 1.946 no ha sido posible recabar noticia de
daños considerables, dignos de mencionarse. Personas de mucha edad, hoy ya fallecidas, han
aseverado que antes de 1.946 no ha habido grandes destrucciones, esto se debe talvez al hecho
de que no existían todavía puentes y caminos susceptibles a la destrucción del río.

Los primeros puentes de hormigón se hicieron por el año de 1 ,937 el uno en el punto Variante,
que todavía está en pie cuando se escribe este estudio; y el otro, en el sector Cristal,
desaparecido en el año de 1.953. Aseveran mis informantes que antes, en este último punto,
existía un puentecito de madera (carrozable), que sirvió cerca de 20 años, y sólo en pocas
ocasiones esta construcción se veía afectada levemente por el río Cristal. Esta versión nos hace
creer que, a principios de este siglo, no hubo alta pluviosidad como algunos metereólogos
sostienen.
Igualmente, en el punto "Pizagua”, existía hasta 1.972, parte de la estructura de hierro de un
puente mandado a construir por el Presidente Eloy Alfaro; no recuerdo exactamente el año de
construcción, el que constaba en una placa de exhibía dicho puente, pero en las postrimerías del
siglo pasado.

El hecho de que el puente de Pisagua, construido a fines del siglo pasado no fue barrido por el
río, constituye señal de ausencia de aluviones de consideración de esa época. Sin embargo
233
observamos que las playas de los cauces del río Cristal, están erosionadas, desde antes de! siglo
presente; se puede calcular que entre los años de 1.830 a 1.860, se produjeron fuertes deslaves.
Estas estimaciones se basan en la cantidad de tierra vegetal depositada sobre el lecho pétreo de
los lugares estudiados. Además, para reforzar mi teoría, me permito citar unos párrafos de
Michael T. Hamerly, Doctor en Historia y estudios Latinoamericanos, aparecido en el cuaderno
de Historia y Arqueología de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, No. 38 de 1.971, en la
página No. 6, de dicha publicación, dice:

"El dilatado invierno de 1.824-1.825, trajo consigo no solamente una epidemia de paludismo,
sino un cambio crítico y permanente de la hidrografía costeña.

Antes de ese invierno fuerte y prolongado, el Río Zapotal desembocaba en el Río Pueblo viejo,
el cual desaguaba en el Río Babahoyo o Guayas, entre Pimocha y Samborondón, formando así
estos tres ríos, el entonces curso principal del Guayas. Pero debido a las lluvias excesivas de los
años ya mencionados, el Río Zapotal dejó de desembocar en el Río Pueblo viejo, y se unió
como en la actualidad, al Caracol. Desde ese momento el pueblo de Caracol comenzaba a
desplazar a Pueblo viejo, como puerto principal río arriba".

Otro dato que corrobora esta aseveración es el traslado de la pobla población de Sabaneta al
sitio actual de Montalvo. Según fuentes autorizada por los embates de un río; esto debe haber
sucedido después de L820 ya que el 7 de noviembre de dicho año, los patriotas —según la
historia—, pernoctaron en Sabaneta, señal que sobrevivía todavía1 dicha población (se asegura
que Sabaneta fue trasladado al sitio Playas de Montalvo a fines del siglo pasado)

Referente al traslado de esta población, existe también otra versión, que sostiene que Sabaneta
fue trasladado al lugar de "Playas", hoy Cantón Playas de Montalvo, simplemente por quedar
fuera de la habitual ruta, habiendo sido rectificada la vía Flores.
Lo que, si puede asegurarse con absoluta certeza, es que la deforestación del presente siglo, es la
que ha causado las inusitadas crecidas del Río Cristal en los últimos decenios, ya que los
bosques hacen las veces de moderadores en los efectos tanto de sequía, como de las
catastróficas crecidas de los ríos. Veamos cómo se producen estos fenómenos.
234
El bosque en el invierno, con su capa de hojas, ramas y más desechos vegetales, impide que el
agua de lluvia corra libremente por la ladera al arroyo y de inmediato al río. La capa descrita,
hace las veces de dique—esponja, deteniendo el agua e infiltrándola, propiciando así, la
absorción hacia las capas profundas. Y veamos el resultado de este proceso:
Si el agua se infiltra a la tierra, no habrá aluviones, y lo que es aún mejor, esta agua atravesará
cientos, quizás miles de metros de capas de tierra, roca y arcilla, demorando meses para surgir
en forma de manantial por las bases de las montañas, produciendo el milagro de mantener el
caudal del río en verano, cuando más lo necesita el hombre. Conse-

cuentemente, es un hecho que fa deforestación produce erosión, aluvión y sequía.

En la zona de Balsapamba existe todavía un río cuyo cauce ha sido desforestado muy
escasamente, se trata del río Zarza, cuyas aguas han m sido captadas para abastecer de agua
potable a la Parroquia de Balsapamba, con mucho acierto. Este río recorre largos trechos
cubiertos de bosque aún virgen, y por tal motivo esta fuente no se enturbia; y de suceder esto, es
por poco tiempo, y en raras ocasiones.

Luego de puntualizar los probables motivos de las crecidas del Río Cristal, nos permitimos
aludir las magnitudes de los trastornos ocasionados por este caprichoso y a la vez bello río.
En el año 1.946 se produjo una formidable crecida del río Cristal, a cuya consecuencia se
erosionó un kilómetro de carretera en el sitio Las Peñas. En esa época, el carretero recorría una
especie ele saliente rocosa en partes; y en otras, depósitos aluvionales, todo lo cual desapareció
en una noche de tormenta y la consecuente crecida del río; esta era la única vía carrozable entre
Quito y Guayaquil, de entonces.

Por fortuna se logró establecer un trasbordo por la playa, al otro lado del río, teniendo los
usuarios que atravesar frágiles puentes de caña, con enormes cantidades de mercaderías
destinadas al interior de la República. Recordamos cómo se estibaba por las endebles cañas,
hasta tanques de combustibles, que, por su volumen, casi no cabían.
235
En un momento dado ocurrió la tragedia; se partió el puente con varias decenas de personas que
en el estaban». Muchos lograron capear las enfurecidas olas; algunos más, por el azar del
destino, fueron lanzados a la playa; y otros —nunca se sabrá exactamente cuántos—, pagaron
con su postrer tributo.

Con ingentes esfuerzos se volvió a esculpir un terraplén en la pronunciada ladera, casi vertical
al cerro Las Peñas. En esa época aún no había los buldozers ni las perforadoras neumáticas,
todo había que hacerlo a mano, con herramientas convencionales y primitivas.

El costo de la mano de obra fue enorme, alcanzó la suma de Un millón de sucres, monto que se
consideró excesivo. El Ministro de Obras

Publicas, Montero Vela, fue duramente criticado; se le acusó de despilfarro, negociado e


incompetencia. Esta obra costó además, vidas humanas, pues una carga de dinamita estalló por
la imprudencia de su manejo, causando inválidos, ciegos, y enlutando a la región. Todo esto
causó el Río Crista cuyas aguas en verano se deslizaban cristalinas, mansas e impasibles, por las
hermosas frondas del Valle de Balsapamba.

El año de 1.953, en una noche de intensa lluvia, desapareció el puente de cemento armado en el
sitio Playa Cristal, construido en 1.936 Esta desgracia dejó a ambos lados del desaparecido
puente, grandes convoyes de carros inmovilizados; más tarde se estableció el trabordo y se
improvisó un badén.

El Gobierno contrató a la compañía SIMAR de nacionalidad italiana, para que construyera un


puente provisional, el que entró en servicio a mediados del año 1.954. El puente era de
construcción mixta, y para los muros del encausamiento se usó el entonces nuevo método de
"Gaviones", que a la postre demostró ser inconveniente en ríos de montaña.

La creciente en que desapareció el puente del río Cristal de la playa del mismo nombre, el año
1.943, no se destruyó el puente de la Variante, el mismo que ha resistido ya cerca de cincuenta
años. Ahora en el año de 1.983, ha sido construido uno nuevo de dos pistas, que tiene visos de
desafiar los siglos venideros.

236
El puente construido por la SIMAR en el año 1.954, se derrumbó el 19 de abril de 1.972, año
que fue de alta pluviosidad, igual que 1.973 La noche en que se cayó el puente, no había llovido
apreciablemente en esta zona; en la estación pluviométrica del Cristal, se midió tan solo 65,5
milímetros; pero en las cabeceras de la cordillera, indudablemente había llovido
torrencialmente.

El día 7 de marzo de 1.972 (la noche en que fue derrocado Velasco Ibarra), hubo aluvión
formidable, pero tan sólo del río Saltos (afluente del Cristal); este arrasó sembríos y antiguas e
idílicas playas a todo lo largo de su recorrido, produciendo ingentes daños y pérdidas.

Todo el sector de San Vicente, San Cristóbal, Tamboloma y lugares aledaños, quedaron
incomunicados, ya que por esa época la compañía

Hidalgo, en sus trabajos de ensanchamiento e intención de rectificar el Torneado, había


taponado esa vía en las cercanías de Gualasay. La removida de millones de metros cúbicos de
material; fue decisiva causa de los daños en los puentes del río Cristal, juntamente con la alta
pluviosidad de esa difícil época, que soportaron los lugares señalados; inclusive el fenómeno se
hizo sentir hasta más allá de playas de Montalvo, cuyo perímetro urbano se aconsejaba
"evacuar" por el inminente peligro que pendía sobre ese lugar, por la amenaza del temible Río
Cristal.

La tragedia que sufrieron los pueblos de nuestros recintos fue algo tangible. Nosotros
construimos —en aquella época—, una Tarabita de uso público gratuito, y luego un puente, ya
que, en las obras públicas, no se daban por aludidas, Sería muy largo entrar en detalles sobre las
titánicas luchas que sostuvimos contra la adversidad; pero este libro no constituye mi
autobiografía, en consecuencia, no vamos a entrar en más detalles.

En el invierno, de 1,972, dos hechos paralelos sembraron la destrucción y el pánico; el uno, la


alta pluviosidad; y el otro, los intensos movimientos de tierra hechos en Gualasay y las
Guaradias. A causa de ellos, la parroquia de Montalvo sufrió momentos de angustia y terror, ya
que el río, por su gran arrastre pétreo, variaba su curso caprichosamente. Así, un día sus furiosas
aguas bajaban paralelas con la vía Flores, destruyendo una gran cantidad de viviendas; pero, el
momento menos pensado, en que parecía inminente el paso del río por media población,

237
cambiaba de curso, bajando por el otro costado de la vía Flores, destruyendo también buena
cantidad de viviendas, para cambiar de nuevo y emprendérselas con otro sector.

Esta curiosa actitud del río, las gentes lo atribuían a fenómenos y fuerzas sobrenaturales, cada
uno a su saber. Las horas de peligro sufridas, dejaron a algunas personas con efectos sicológicos
y traumas; talvez jamás superables.

En Balsapamba reinaba similar estado de ánimo en algunas personas, las cuales aseveraban
haber visto bajar por el río, de tumbo en tumbo, a la "paila de cuatro orejas'; otros juraban haber
visto y oído como descendió la "caja ronca", con todas las de ley. Muchos atribuían estas
desgracias y penurias a "Julano", que convivía con la comadre; y otros, a "mengano", que
disque convivía con su propia hija; y añadía la señora

Dioselina: Mientras no les "cargue los diablos" a toda esta gente malvada que vive en pecado
mortal, este castigo ha de seguir nomás hasta acabar con todos...

La mencionada paila de cuatro orejas, y la caja ronca, son artículos de leyendas populares, que
tiene muy hondas raíces ancestrales en los pueblos ecuatorianos.

La crecida del río Salto ese mismo año, revistió características inusuales. Ese día había hecho
sol todo el día, y no había caído una gota de agua en las cercanías de Balsapamba; pero más o
menos a las cinco de la tarde con treinta minutos, todo el mundo salió de sus casas a especiar de
donde procedía un ruido sordo, profundo y continuo, que inclusive hacía trepidar levemente el
suelo.
Por el lado del cerro de Chilcaloma se oía gritos y silbidos continuos sin que nadie se percatara
de lo que realmente estaba por acontecer, hasta que alguien dijo: es el río Salto.

Efectivamente, entre las sombras crepusculares, pudimos ver una inmensa muralla negra de
piedras, troncos, árboles, puentes y ganados, que avanzaban arrolladoramente por el valle; lo
más típico y palpable era ver como los árboles desaparecían al paso del monstruo enfurecido.
Esto aconteció a las seis y media de la tarde del día 7 de marzo de 1.972. "El retumbar del río
contra el firmamento, y a su vez contra las altas colinas que nos circunda, multiplicaban el
estruendo; y un halo de terror y angustia se posaba sobre los hombres, animales domésticos y
238
toda criatura viviente; por suerte ya no teníamos mucho que perder, ya los puentes habían
desaparecido semanas antes.

Recuerdo que aquella época, mucha gente pasaba las noches en vela, escuchando los ruidos del
río, con su insistente acarreo de material pétreo; los truenos, que se alejaban perdiéndose en los
altos murallones de la cordillera y confundiéndose con el estrépito de los derrumbes, y el
insistente caer de la lluvia en el techado.

Pocas eran las personas que tenían la suficiente serenidad para conciliar el sueño; la mayoría,
así fuese inconscientemente, ¿trataban de diferenciar? los cuatro sonidos predominantes: la
lluvia en el techado; los truenos; el estrépito de los derrumbes; y, el incesante rugido del río.

La manifestación de estos cuatro elementos, cuando se les podía diferenciar, causaba miedo;
pero cuando arreciaban, al extremo de confundirse en uno solo, producían verdadero terror.

Los resultados de la estación Pluviométrica a mi cargo, que nos da las incidencias climatéricas
de Balsapamba desde 1.959, nos hacen llegar a la conclusión de las irregularidades del clima,
pues no se deja manejar con la ductilidad que desearían los metereólogos.

La mayoría de los estudiosos establecen ciclos de 4, 8, 10, 15 o 18 años. Este último ciclo lo ha
establecido el Ing. Magio Peña, en un muy interesante estudio, que lo sintetizamos así:

La corriente de Humbolt tiende a acercarse y alejarse de la costa en forma rítmica con


regularidad; el mayor alejamiento la lleva a 200 millas de la costa, y cuando llega a esta
distancia nuevamente comienza a acercarse hasta llegar a solamente 110 millas. Llegando a este
punto nuevamente inicia el movimiento de alejamiento. Entre acercarse y alejarse hay un ciclo
de 18 años divididos en 9 años para cada movimiento. Esta investigación, a mi parecer una de
las serias, la he sintetizado aquí. Hay otros estudios que sostienen que los ciclos son de 9 a 10
años.

Científicos de los Estados Unidos de América predicen que estamos empezando a comprender
el mecanismo que causa el fenómeno de "El Niño". Se ha establecido muchas teorías, pero la
239
mayoría no ha dado resultados prácticos. Tan solo un científico norteamericano, Forrest Miller,
pronosticó con dos años de anticipación que desde el mes de octubre de 1.982, habría muchas
lluvias en el Ecuador. Efectivamente, este fenómeno se presentó desde fines de septiembre de
1.982.

Nuestro metereólogo y astrólogo Don Eloy Ortega, pronosticó a principios de 1.982, que el año
sería bueno para la agricultura. El estudio del Ing. Magio Peña, demuestra en sus cuadros de
incidencias, que en 1.982—1.983, apenas salíamos del círculo "mínimo seco", para entrar en un
círculo "seco lluvioso". Es más, en 1.989 recién llegaremos al círculo "máximo lluvioso".
El lector notará que es muy difícil establecer CICLOS Y PERIODOS exactos para el
comportamiento del clima, pues el tiempo no se deja encasillar en tales conceptos fijos, que el
hombre así los desearía

para aprovechar circunstancias adversas en su favor, en vez de sufrir pérdidas cuantiosas de


materiales y vidas.

Winston Churchil, gran estadista inglés, expresó con acierto:

"Lo malo de los metereólogos, es que la mitad del tiempo se ocupan en predecir el clima; y la
otra mitad, en explicar porque no se ha cumplido el pronóstico".

Una autoridad mundial en metereología es el Ingeniero Rasmusson, del Centro de Análisis del
clima de NOAA, en Camp Springs, Maryland, quien explica:

"La interacción de El Niño, o también llamada "oscilación sureña", se origina cuando la presión
atmosférica en Indonesia, normalmente baja, empieza a ascender; los vientos alisios ecuatoriales
amainan de imprevisto, cambian de tumbo y empiezan a soplar de Occidente a Oriente. No
tenemos la menor idea de porqué ocurre esto".

Esa franqueza es la que se necesita para continuar investigando, y descubrir las verdaderas
causas de los trastornos climáticos.

240
Los bruscos y desastrosos cambios de clima en el Ecuador, hicieron que INOCAR (Instituto
Oceanográfico de la Armada del Ecuador), investigara el calentamiento del agua del Pacífico; y
se llegó a la conclusión que dichas temperaturas marinas, habían aumentado entre 4 y 6 grados
centígrados. Se deduce lógicamente, que a más calor del agua, más evaporación; a más
evaporación, más lluvias. ¿Por qué el calentamiento del agua?

Cuando los vientos del este dejan de empujar hacia el occidente las cálidas aguas ecuatoriales,
estas se estancan frente a la costa, el calor que emana de la superficie humedece la atmósfera y
origina los torrenciales aguaceros.

Los efectos no solo se dejan sentir en una sola parte del globo terráqueo; ya lo dice un antiguo
dicho: el exceso de lluvia en un lugar, ocasiona, sequía en otro. Al otro lado del Pacífico, en
Australia, las Filipinas, el sur de África, Sri Lanka y el sur de la India centenares de personas
han muerto de hambre causada por la sequía, mientras en el continente americano, han muerto
por exceso de lluvias.

Este fenómeno que se ha descrito, abarca una enorme extensión del planeta. Se cree que
proviene desde Indonesia, o Sri Lanka, que se halla en el Golfo de Bengala, en la India.

LAS ESTACIONES

Ya mencionadas las incidencias, penurias y pérdidas provocados por los ciclos excesivos de
lluvias, corresponde hablar ahora respecto al sido de sequías.

En el decenio del cincuenta, trabajamos en las faldas del cerro Tiandiagote; el verano se
prolongó por noviembre y diciembre asolando campos, potreros, sembríos y bosques. El ganado
pasaba todo el día junto a los arroyuelos, sólo pastaba con los primeros rayos del sol, y
retornaba al ocaso. El bosque mostraba una espesa capa de hojas caídas de los árboles agostados
por la escasa humedad reinante en la atmósfera y el suelo.

Es fácil deducir que la hojarasca, maderos y troncos secos, con el sol incandescente, podían
prenderse en cualquier momento, y de hecho así sucedía. Cierta vez el fuego producido y
avivado por un viento nocturno —pues era la una de madrugada—, traspasó la cordillera y
subió a la cúspide del cerro Grande.
241
Las enormes llamas se levantaban hacia el cielo, y ascuas encendidas se disparaban por los aires
para ir a caer a gran distancia, con la velada misión de producir nuevas hogueras. El fuego
trepaba a las copas de los árboles donde consumía las hojas marchitas y los musgos secos; la
fuerte brisa hacía que el incandescente enemigo saltara de copa en copa de cada árbol.

Las voraces llamas alcanzaban la mancha de tunda, ocasionando que cada compartimiento de
esta caña estallara como si estuviera llena de pólvora, parecía el tableteo de una ametralladora.
Un gigantesco tronco, rezago de algún árbol milenario, ardiendo como si fuese combustible
líquido, se desplomaba a tierra lanzando por los aires sin fin de chispitas rojas y blancas al
estrellarse contra el suelo, dando un espectáculo maravillosamente bello. Belleza que entristecía
el alma, pues tras de ella quedaba una estela de miles de vegetales y animales montaraces,
destruidos y/o muertos.

Una enorme palmera atalaya, en la cúspide de la cordillera, bate desesperadamente sus hojas
con la furiosa embestida del aire caliente que procede a las ávidas llamaradas que cada vez más
ascienden la ladera. Algunas enormes rocas despeñáscanse al ser recalentados sus cimientos, y
estrepitosamente van dejando a su paso una estela de chispas que señala el ígneo camino cual si
fuese un gigantesco cometa espacial.

Desde todos los lugares de Balsapamba, se podía mirar el espectáculo de los cerros y montañas
encendidos, un espectáculo maravilloso y triste a la vez.

Don Manuel salió con algunos trabajadores, su mujer y sus hijos, a tratar de apagar el fuego. Por
fortuna, de noche había caído una leve garúa, y aparentemente el fuego se había extendido en
todos los cerros a la redonda; preo comenzó a hacer un sol muy fuerte todos los días. Cerros que
en años pasados permanecían protegidos por un manto de neblina, este año se agostaron con la
sequía producida por el fuerte sol de la temporada.

La señora Josefina se aprestaba a sacar la olla de colada del improvisado fogón en la choza,
pues eran las once de la mañana y pronto vendría el Manuel con la gente, para almorzar. De
pronto se escuchó un reventón, y a continuación una densa humareda envolvió a la choza. Doña
Josefina salió a ver lo que pasaba, y se percató que enormes lenguas de fuego subían por la
242
ladera. Apresuradamente sacó a sus dos tiernos vástagos y se puso a salvo en la colina más
cercana al mismo instante que su esposo y los trabajadores también lo hacían.

Los hombres, forzando su voluntad contra el innato instinto de conservación, trataron de sacar
lo más importante de la choza, según ellos desde luego. Casi asfixiados, sacaron lo que más
pudieron, y no era precisamente lo que doña Josefina esperaba; el grito de protesta, se ahogó al
ver como llegaban jadeantes y con el terror pintado en sus rostros.
Para sorpresa de todos, las llamaradas cambiaron de rumbo, el humo dejó entrever que la
chocita no se había quemado. Rápidamente regresaron a terminar de hacer su labor, pero quizá
una ascua incandescente, topó la cumbrera de la casa y esta comenzó a quemarse, pero
advertido el peligro, fue conjurado prontamente.

243
La explicación a este relato, se basa en que el sorpresivo incendio del monte en la ladera más
baja de la choza, era consecuencia de troncos encendidos que en días pasados habían rodado a la
quebrada, donde se consumieron por algún tiempo. El sol fuerte —como dice el relato—, es
muy probable que haya prendido nuevamente los maderos próximos a la choza, que bien pudo
terminar en desastre.

En los siguientes días, el fuego se presentó amenazador por todos los alrededores de la
propiedad de Don Manuel, quien, junto con otros propietarios, trataron de contener el fuego
haciendo una especie de mangas de dos metros de ancho, producto de la observación hecha al
ver que el inexorable enemigo, no atravesaba pequeños senderos o caminos vecinales.

Los vecinos trabajaban duramente de la siguiente manera: mientras unos iban al frente, los
macheteros; otros, los hacheros/tumbaban árboles y arbustos; unos más, apartaban estos; y a
continuación, los últimos con azadones y palas, quitaban la tierra vegetal susceptible de
consumirse por las llamas. Al llegar la hora del almuerzo, todos compartían su respectivo y
tradicional tonga o fiambre, de la manera más democrática, como lo suele hacer la gente del
campo.

De pronto, mientras descansaban, alguien gritó ¡Fuego!, y pudieron percatarse que, en la loma,
el fuego había contaminado un carrizal, junto a la línea de defensa. Algunos troncos ya habían
traspasado dicha línea de seguridad. Inmediatamente se acordó establecer una segunda línea de
defensa.

Los animales que bajaban de la montaña precipitadamente, pasaban 1 a lado de ellos, unos
agonizantes, otros quemados, y unos más, terminaban a sus pies, calcinados. Nadie pensaba en
asir cualquiera de las escopetas junto al yauquin grande, para matar a algún animal en su huida.
Hombres y animales estaban en peligro por el mismo enemigo: el fuego.
Aunque todos los hombres resultaron con leves quemaduras, el cerco realizado en las
propiedades mangueadas, resultó un éxito: aunque el fuego continuó su acción desvastadora
durante algunas semanas más. Por el bajío, se observaba fácilmente a muchos animales,
especialmente venados, que habían huido de su habitat natural; ahora se encontraban en sitios
donde eran fácil presa de cazadores y perros vagabundos.

244
Por fin, una noche de diciembre un piadoso manto de nubes cubrió a toda la zona; aún no llovía,
pero ya las hojas, maderos y raíces, habían absorbido del aire, aunque sea moléculas del
precioso líquido vital. A la noche siguiente, cayó una levísima garúa. Los fuegos artificiales de
los altos cerros que nos circundan, habían desaparecido; las nubes envolvían los bosques y
montañas, siendo mudos testigos dé la destrucción del ecosistema, que también indirectamente,
destruía la salud y bienestar del hombre.

Durante unas semanas enteras todas las noches, caía una pertinaz llovizna. Este cambio del
tiempo^ era presentido por animales del lugar; al igual que el dolor en heridas o fracturas viejas,
de los ancianos y enfermos. Merece mencionarse los siguientes, con respecto a esto:

En Europa Central, en los Alpes, en ciertas épocas del invierno, irrumpe desde el sur (Italia),
una corriente tibia que asciende a los Alpes, para luego descender en los llanos violentamente;
esta corriente ocasiona que se derritan las nieves y, consecuentemente, los ríos aumenten de
caudal, produciendo catástrofes. Esta corriente es conocida con el nombre de "Foehen"; y cosa
rara, muchos ancianos sienten dolor en sus huesos, heridas o lesiones recibidas. Tal vez estos
sean los mecanismos de los que nos dota la naturaleza para prevenirnos de las tragedias.

Pero volvamos al relato. La tempestad se anunciaba con grandes nubarrones, y vientos fuertes, y
pronto comenzaron a caer gotas gruesas de lluvia contra la sedienta tierra. Luego los
relámpagos, con sus respectivos truenos, perfilaron claramente las cimas de la alta cordillera,
dando la impresión, por sus alternados destellos, de que se diga:

"Está jugando el cerro Tiandiagote con el cerro Changuil a la pelta de fuego". Recordemos lo
que decían los Puruhaes respecto al Chimborazo con el Tungurahua; son casi las mismas
palabras. Al primero se le llamaba "Cari", y al segundo, "Huarmi". Hace aproximadamente 30
años, una noche oscura el firmamento se iluminó con sucesivos destellos, cosa que me causó
curiosidad. Tratando de averiguar de que se trataba, cierta persona que me topé en el camino a
la parroquia, me contestó la frase antes mencionada. Insatis-

245
fecho con la explicación, proseguí mi camino hacia la población, y al llegar a la plaza principal,
descubrí que se estaba realizando una soldadura eléctrica, a un tractor de Obras Públicas en
reparación. Los reflejos eran el motivo del raro espectáculo.

Según la historia de Federico González Suárez, "A los cerros se los personificaba dándole
atributos humanos, así como se solía hacer con los utensilios de uso diario, como una olla de
barro, la que Inclusive tenía cara humana".

En los trópicos y subtrópicos ecuatorianos, muchas veces, horas antes de una tormenta o
tempestad, hace su aparición el "Comején ala do", lo cual es ya signo inequívoco decreciente,
tempestad o tormenta. Algunas veces el insecto se presenta durante y después de la tempestad.
Según el hombre del pueblo, si el insecto es el comején negro, la situación va a ser peor.

El caso de este insecto es digno de estudiarse. ¿Por qué la naturaleza ha previsto que este
insecto enjambre precisamente el momento de un trastorno climático, cuando otros insectos,
como la abeja, escogen el día más soleado, entre las 11 y las 13 horas? Seguramente para no
correr riesgos de lluvias, hasta poder instalarse y enfrentar la noche con buenas probabilidades
de vivir.

En cambio, el otro insecto, que vive de la celulosa de la madera, donde hace sus colmenas para
multiplicarse necesita de las noches tormentosas, por que es cuando los árboles son estropeados,
quebrados y rajadas sus ramas, sin faltar los que son descuajados de raíz, labor que el comején
aprovecha para formar su nuevo hogar, desprendiéndose de sus alas en el momento de penetrar
en las fisuras de los maderos violentados.

La tempestad continúa, aumentando el caudal del río, el cual arrastra lodo, arbustos, troncos,
raíces y piedras, que al chocar entre sí y mezclarse con el olor a tierra y raíces trituradas,
impregnan el ambiente de un olor a pólvora.

Dicen las leyendas del lugar, que las noches oscuras de creciente y tormenta, son noches de
brujas y aparecidos, los que salen de sus tum-

246
bas frías y desoladas, para deambular por playas y caminos; otros, montados en una escoba,
recorren por cerros y quebradas, para darse cita en algún lugar desconocido y tenebroso, y
convertidos en lechuzas, emiten chillidos espeluznantes y estremecedores.

Mas de una persona sostiene haber visto al "caminante solitario". La leyenda nos dice que a las
12 de la noche —oscura y tormentosa—,Don José, que ya se había acostado, oyó frente a su
casa el inconfundible resonar de casco de bestia, y de inmediato una voz ronca llamó a su
abuelo (muerto hace cincuenta años), pidiendo posada. Don José, mirando por la ventana y con
la claridad de un relámpago, alcanzó a ver a un jinete descabezado montado en una muía, que
picaba al animal para desaparecer por la esquina en medio de las chispas producidas por el
casco

Al mismo tiempo, un relámpago y el continuado trueno, estremecieron la casa hasta los


cimientos. A Don José se le erizaron los cabellos, y un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo;
can un solo golpe, cerró la ventana para no continuar viendo el espeluznante cuadro.

Una vez que ha cesado la tempestad, a la mañana siguiente la cordillera se presenta con un
paisaje límpido; con una claridad absoluta. Es como, si la tempestad hubiese lavado el aire,
mostrando un paisaje diáfano y alegre, después de una lóbrega noche. Es como si la naturaleza
se avergozara de la impetuosidad, furia y rigor innato, demostrando ahora su magnanimidad.

La brisa mañanera, calentada por un todavía perezoso astro rey, vibra suavemente el follaje de
árboles y arbustos; los pájaros alegre-mente saltan entre las ramas, compartiendo la alegría de
una mañana radiante y llena de esperanzas.

En alas de una sutil brisa, nos llega el susurro tranquilizante del río que mansamente vuelve a su
cauce habitual, como abochornado de su actitud prepotente y desafiante en la noche ya ida.
Acunado entre una sucesión de quebradas, ríos, cerros y cuchillas, a 750 metros sobre el nivel
del mar sobre un estrato antiguo del río, se enseñorea un hermoso e importante pueblo
subtropical: Balsapamba. Junto a él pasan las límpidas aguas del Río Cristal, que
orgullosamente

247
recibe el tributo generoso de los ríos El Salto, Jorge, Chorrera, Chiriaco y gran cantidad de
arroyos.

Más abajo, frente a las peñas, el río Cristal recibe al Muña Yaco, temible por sus inusitadas
crecidas y el causante en gran parte, de la mala fama que se tiene del río Cristal, por sus daños y
destrozos.

La campiña Balsapambeña de una exuberancia subtropical con vegetación desbordante y


lujuriosa, tiene una topografía agreste, con cerros y quebradas profundas; pero en sus lomerías
posee innumerables parajes de ensueño, y fértiles valles donde se enseñorean los tupidos
naranjales, entretejidos con cafetales y platanales. El forastero, al mirar esta vegetación, cree
que se trata de un bosque virgen, cuando en realidad está viendo continuos e ininterrumpidos
huertos que suben y bajan siguiendo la topografía agreste del terreno, hasta perderse en las
lejanías del horizonte cordillerano.

El clima de Balsapamba es paradisiaco; los viajeros del altiplano y de la costa, sienten el aire
tibio e impregnado de un perfume suave y reconfortante.

A fines de mayo y principios de junio, la estación invernal declina bruscamente, y el aire se


satura aún más de aromas de las frondas y frutos madurando; además los vegetales aumentan tal
delicia aromática, al eliminar su exceso de humedad acumulado en el invierno.

Justamente a fines de estos meses, nuestros hombres están revisando sus equipos de faena para
iniciar las cosechas del café, otrora emporio de riqueza. Hay que revisar aparejos, sacos, la
despulpadora de café; recocer el tendal, herrar las bestias para el transporte del café y naranjas;
componer los puentes y badenes para el paso sobre arroyos y ríos, y más que todo, rozar los
huertos para que las faenas de la cosecha se lleven a cabo con la facilidad requerida.

Detengámonos a un instante en una huerta de la época, para percibir sus típicos rasgos: El
gorjeo de las aves silvestres resuena alegremente en los enramajes de los naranjales; la maleza
recién cortada satura el aire con ese olor típico a yerba seca; un gavilán emite su reclamo,
posando en una balsa muy alta de la loma cercana; las tórtolas dejan oír sus tímidos lamentos de

248
las no muy lejanas frondas; una delicada brisa, nos trae desde el fondo del valle, el murmullo
del río Cristal.

249
Los cafetos exhiben sus rojas y hermosas cerezas ya maduras en las ramas bajeras; junto a los
frutos, crecen las codiciadas hermosas orquídeas, no deseadas por el hombre campestre, pues las
considera competidoras en la lucha diaria; sin embargo, sus hermosas flores alimentan el alma.
No sólo de pan vive el hombre, dijo el gran Maestro, dos mil años atrás.

El centro de la antigua parroquia de Balsapamba, con absoluta certeza estuvo situado en la plaza
hoy conocida como Eloy Alfaro, ya que por tradición, personas de mucha edad han asegurado
que la primera iglesia o capilla del lugar, se hallaba en el sitio que hoy es jardín de los herederos
del difunto Sr. Genaro Aguirre. Igualmente hemos sido testigos que el primer Cementerio
estuvo situado en el sitio donde hoy es la escuela Manuel J. Calle, es decir, como era la
costumbre de la época, el cementerio lindaba con la iglesia.

Digo, testigos, porque en el ensanchamiento del patio de la escuela, asomaron gran cantidad de
osamentas en el mismo, prueba irrefutable de la existencia del camposanto en ese lugar.

En el año 1.804, por Cédula Real dada en Arajuez, se prohibió que los cementerios estén junto a
los templos, y desde luego, junto a la población. Posiblemente fue en dicha época —o algo más
tarde—, que el camposanto se instaló al otro lado del río, en la parte plana que circunda la casa
de los herederos del fallecido Sr. Holger Vargas. Desde este lugar, el cementerio se trasladó al
sitio en que se halla actualmente, por la dificultad del traslado de los cadáveres al otro lado del
río, en temporada invernal.

Este nuevo cementerio —el tercero—, se estableció en la llamada Chorrera. Posiblemente su


origen fue fortuito, siendo los primeros sepultados, los combatientes revolucionarios del año
1.895, que luego mencionaré.

Estimo que la población de Balsapamba debió tener su origen en un reducido número de casas
en 1.700. En 1.775, es posible que hayan existido unas 10 viviendas o chozas de paja, forradas
de guarumos y techadas con la paja de cade, pertenecientes a gente blanca o mestiza, que inició
la construcción del primer templo, por el año de 1.780. Los caminantes, comerciantes y
momentáneos pasajeros, seguramente dejaban buena limosna, dada su arraigada religiosidad.

250
Los clérigos, eran tantos en época de la Colonia, que el ilustrísimo señor Oviedo, Obispo de
Quito, en 1.640, llegó a decir que para cada individuo había un clérigo en su diócesis; lo
contrario de hoy en día, en que los seminarios están casi vacíos.

Se asevera que Balsapamba estuvo fuera de la ruta del Camino Real, ya que esta vía bordeaba el
margen izquierdo del Río Cristal. Esto es algo relativo, ya que el constante cambio del curso de
los ríos, derrumbes y otros factores, modificaban a momentos las rutas habituales. Sabemos que
para poner un puente de caña, también hoy usados, se precisa de un lugar en que el río tenga un
cauce angosto y profundo, con sus costados firmes y de ser posible, rocosos. Estos puentes
desaparecen de la noche a la mañana, por la impetuosidad que poseen los ríos de montaña. Es
preciso recordar también, que las vías más aceptables, eran las que bordeaban las playas de los
ríos, en las cuales no se formaban los terribles camellones, ya descritos en su oportunidad.

Para reforzar mis argumentos, cabe recordar que antes del aluvión del año 1.946, el carretero, en
el sector de las peñas, bordeaba al río por una playa de pocos metros de altura y esta desapareció
cuando se produjo el azote mencionado. Las Obras Públicas tuvieron que abrir una nueva vía,
escopleando y taladrando ¡a roca nativa, procedimiento que hubiese sido imposible en época
colonial y republicana, en sus cien primeros años, por no contar con los medios adecuados:
explosivos, tractores, taladros neumáticos y otros. En ese entonces simplemente se habría
improvisado un sendero por la otra orilla del río Cristal.

En estos cambios de ruta deben haberse suscitado frecuentemente a través de milenios por estos
senderos históricos.

La playa en la cual se asienta hoy el pueblo de Balsapamba, es de origen aluvional, cuyos


estratos, según cálculos del autor de este libro, debe tener aproximadamente unos 3.000 años.
Cálculo basado en el espesor de la tierra vegetal que posee dicho lugar, y que se estableció
cuando tuvo lugar la instalación de la canalización, ya hace años. Igualmente, en aquella época
se encontró muchos vestigios de asentamientos y utensilios (hachas de piedra).

La parroquia de Balsapamba se halla en una especie de remanso, protegido por un saliente


rocoso que existía en el lugar, llamado "caño-

251
tal", el mismo que desapareció con el ensanchamiento de la vía Flores. Sin embargo, la
desaparición de dicho afloramiento, no constituye un peligro, por cuanto la población está ya
bastante alta sobre el río. Cuando hablamos de seguridad, se entiende que ésta se prolongará por
algunos decenios o quizás centurias. Expliquemos esto un poco más.

El valle del río Cristal, a través de miles de años, ha venido profundizando o ahondando el lecho
del río; este proceso continuará inexorablemente, y tal vez después de 10.000 años, habrá
barrido con el apacible valle -o estrato donde hoy se halla el pueblo de Balsapamba, puesto que
el río se habrá profundizado unos 100 metros a razón de un centímetro por año.

Prueba de este irremediable futuro, lo constituye un artículo de prensa intitulado "El Mundo se
acerca a su fin", en el cual, científicos y físicos del mundo, habían detectado ejemplos de
envejecimiento protónico, lo que evidenciaba que el universo no es eterno; de ser así, todo lo
que conocemos —aquí y en el espacio—, algún día se desintegraría.

La teoría del envejecimiento protónico postula que el protón —una de las dos clases de
partículas integrantes del núcleo del átomo—, existe sólo durante 1031 años, antes de
desintegrarse en pequeñas partículas, y transformarse en energía. Aclaró que 1031 es una
cantidad igual, a 10, seguido de treinta ceros.

Añade jocosamente el articulista, que todavía hay tiempo para cenar, reproducirse, tomar unas
vacaciones, disfrutar de la jubilación; se entiende que el final vendrá inexorablemente, pero en
un proceso de millones de años. Esta frase de que todavía hay tiempo para vivir, bien vale
aplicársela a la erosión del valle del río Cristal.

Los cálculos hipotéticos mencionados, hacen estimar que el río Cristal, en los últimos 10.000
años, ha profundizado el valle en unos 100 metros verticales. Esto puede calcularse fácilmente,
ya que sobre esta cota encontramos que el valle se ensancha en forma de "U". El lector que
tenga cierta afición a la Geología, con facilidad hallará los cien metros erosionados en forma de
V; y sobre esta cota encontrará el valle en forma de "U", erosionado por el glaciar. Cálculos
basados en la hipótesis de que la última era glacial terminó hace unos 10.000 u 11.000 años.

252
Las dataciones geológicas y arqueológicas que constan en este libro, son hipotéticas, ya que no
contamos hasta el momento de escribirlo, con excavaciones estratográficas, dataciones de
Carbono 14, o hidratación de la obsidiana, para poder aclarar estas fascinantes teorías que aún
permanecen ocultas en la noche de los tiempos. Pero volvamos a nuestro pueblo.

Por este famoso sendero han trajinado miles de taciturnas caravanas de indios, muchos de ellos
arrancados de sus tierras violentamente, para ser conducidos a punta de lanza y látigo, a
desiertos, páramos y tierras extrañas, cargando en hombros a sus ancianos, niños, enfermos e
inválidos.

Cuando el 29 de Agosto de 1.533, los españoles mataron a Atahualpa y a más de dos mil indios,
los familiares del último rey muerto, robaron su cadáver y lo llevaron a Quito, donde lo
enterraron secretamente. Según deducciones históricas, el cadáver fue transportado por caminos
secretos, esto es, no por el camino habitual entre Cajamarca y Quito, que pasaba por
Tomebamba y Liribamba.

Esto nos hace pensar, que el cadáver fue llevado por este sendero, todavía no hollado ni
trajinado por los españoles. Según la historia de Pareja Diezcanseco:

"Por los altos caminos de los Andes, los indios alzaron al cielo un lamento, un alarido, una
oración fúnebre; las mujeres dando lastimeros ayes, trataban de ahorcarse con sus propios
cabellos".
Por este histórico sendero han trajinado innumerables huestes alzadas en armas por las más
diversas causas: conquista, dominación, liberación, revolución, contrarrevolución; impulsados
por los más diversos sentimientos humanos, nobles e innobles, cobardes y valientes, traidores y
leales, por codicia, gloria, venganza, intolerancia, amor, odio.

Por aquí han transitado huestes de indígenas armados de lanzas de chonta y huaracas con los
más diversos propósitos. Han resonado los pasos de los soldados, los sables, las espuelas y las
autoritarias voces de mando. Por aquí han pasado los cañones, armas y municiones para las
gestas históricas y heroicas de la independencia.

253
Y por estos caminos han regresado tanto los gloriosos ejércitos luego de vencer innumerables
batallas, como también los guerreros vencidos, quedando muchos a la vera del camino para
siempre, y empapando el sendero con sangre heroica.

En libros y películas de ciencia—ficción, admiramos el inefable deseo del hombre de conocer el


pasado, retroceder siglos para ver y oír la voz de los grandes protagonistas de la historia.
Se dice que algún día el hombre inventará "La Máquina del Tiempo* que le permitirá
"retroceder" en el tiempo cientos y miles de años. Lo que parece una idea descabellada, quizá no
lo sea. Veamos como funcionaría:

Se sostiene que un sonido cualquiera no es otra cosa que la vibración del aire; el sonido de la
bocina de un auto no será audible para el hombre después de pocos segundos de producido, sin
embargo, esta vibración persistirá durante años o quizás siglos, y la función de "La máquina del
tiempo", es precisamente detectar estas vibraciones, amplificándolas y multiplicándolas, para
que el hombre pueda oírlas y verlas nuevamente.

Asimismo, las ondas de radio y televisión están en el aire, alrededor de nosotros, nadie ha
tratado de verlas u oírlas; sin embargo, allí están, lo sabemos y no lo dudamos; para verlas y
oírlas se necesita de aparatos sofisticados: radio y televisión.

Las ondas vibradoras de las voces y hechos del pasado, están en el aire que nos circunda, y
mientras no tengamos una máquina del tiempo, no los podemos ver ni oír. Estoy plenamente
convencido de que algún día la tendremos.

Hemos visto en vivo y en directo frente a nuestros televisores como el hombre puso su pie en la
luna por primera vez, diciendo:

"Esto es un pequeño paso, pero representará un paso gigantesco en el avance tecnológico de la


humanidad"; no creamos que esos pasos gigantescos ya han concluido, pues grandes sorpresas
nos reservan el futuro; conquistas sin límites, para bien o mal de la civilización.

254
255
GESTAS HEROICAS
__________________________________________
En 1.892, Luis Cordero asumió el poder constitucional del Ecuador. Este Gobierno propugnaba
una nueva corriente política e intelectual: el Progresismo; que, conservando la fe católica,
practicaban la tolerancia y amplitud.

Una vez iniciada la administración, Cordero organizó un gabinete de concentración, con


liberales, conservadores y progresistas; esta actitud condujo a gravísimos enfrentamientos
armados, y la mayor efervecencia popular, sobrevino por la llamada "venta de la bandera".
Acontecimientos que sucedió así:

El Gobierno de la República de Chile trataba de vender un barco de guerra al Japón, él cual se


hallaba en guerra con la China, Como Chile anteriormente se había declarado neutral en dicho
conflicto asiático, y no quería quebrantar su pronunciamiento, pidió al Gobierno del Ecuador
que le ayude a simular que el crucero lo había vendido a nuestro país, y que este lo vendiera a
Japón.

El Gobierno de Cordero, sin percatarse del enorme lío que suscitaría este trato, en vez de
rechazarlo, puso el mayor interés en efectuarlo. Inmediatamente, talvez sin que muchos
entendieran a cabalidad la esencia del acto consumado, al Gobierno se lo tildó de venta de la
bandera, negociado y peculado; e inicióse una sublevación armada. Toda explicación fue inútil,
y la actitud represiva que ejerció el Gobierno, mas bien acrecentó los ánimos. Hubo momentos
en que el mismo Presidente de la República tuvo que salir, con el fusil en mano, a sofocar los
levantamientos de Quito.

La llamada venta de la bandera era uno de los principales motivos del advenimiento de la
Revolución Liberal de 1.895; se proclamaba que era necesario reivindicar el honor nacional
ultrajado. En varios pueblos de la Provincia de Bolívar, se formaron juntas para deliberar y
acordar las medidas a tomarse; muchos optaron por levantarse en armas.

256
La Junta Revolucionaria de Quito comisionó en Guaranda a los doctores Gabriel Ignacio
Veintimilla, Facundo Vela y el cura José María Cisneros, para la toma de la plaza de Guaranda;
y estos, en reuniones secretas, incitaron al pueblo a la lucha armada. A La Revolución], muchas
familias sacrificaron sus bienes y/o vidas. La juventud bolivarense acudió al llamado.

El Gobernador de la Provincia de Bolívar en ese entonces, Sr. José Silva, y el Comandante


Darío Montenegro, al percatarse de la inminente insurrección, optaron por reprimir y perseguir a
los conspiradores. El Gobierno Central de Quito a su vez ordenó la formación de un batallón
gobiernista, el cual se conformó contente fanática y empleados públicos, como los del Estado de
Aguardiente.

De la interesante revista "Historia, Cuento y leyenda de la ciudad de Benalcázar", publicada en


1.965, tomaremos algunos pasajes muy útiles, por considerarlos la mejor versión.

"El 6 de Abril de 1.895, el Crnel. Vargas convocó a sus adeptos en Chimbo y con las
precauciones del caso, se reunieron en cierto lugar convenido. Les manifestó que había llegado
la hora de avanzar sobre la plaza de Guaranda, según una comisión enviada por el Dr.
Veintimilla con quien de antemano se hallaba en comunicación, y les suministró escopeta,
revólveres y machetes.

A las 9 de la noche, burlando la vigilancia del Jefe Político, Sr. Toribio Verdesoto, salieron con
dirección a Guaranda tomado las alturas del cerro Susanga, para evitar ser descubiertos.
Venciendo la reciedad del temporal, la lluvia y la lobreguez de la noche, llegaron a Curgua, en
donde encontraron dos postas enviado por el Dr. Veintimilla con el fin de indicarles el lugar por
donde debían hacer el avance a la población.

Los jóvenes salidos de Quito, a las órdenes de los coroneles Emilio María Terán y Julio
Andrade, acababan de ser vencidos en San Miguel de León (Cotopaxi), pero pudieron
reorganizarse y eligieron como Jefe de Operaciones, al valiente militar Coronel Francisco
Hipólito Moncayo.

Conocido este particular, el directorio de Riobamba despachó al

257
Mayor Villacrés, con el objeto de participarles sobre la toma de la plaza de Guaranda e
invitarlos para esa expedición, manifestando, además, que jóvenes chimbeños se prestaban
voluntariamente a la lucha. La respuesta no se hizo esperar:

Señor Comandante Araujo: Aplaudimos resolución, Municiones escasas, pero marcharemos a


compartir con ustedes el triunfo.

f.) Coronel Terán

Las fuerzas del Coronel Terán juntamente con los patriotas riobambeños, guarandeños y
chimbeños, después de acordar el plan de ataque, manda un Comisionado, el Sr. Julio Thomas,
para que recorriera y diera un informe de la situación de las fuerzas del gobierno. Los
expedicionarios, informados sobre las posesiones-enemigas, avanzaron tomando el noreste de la
población de Guaranda, en donde se unieron con las guerrillas de los señores Ramón Almeida,
Gabriel Galarza y Froylan Benavides".

El importante combate del 9 de abril de 1.895, considerado como el primer triunfo de las armas
liberales en la República, tuvo su teatro de operaciones en Guaranda y sus cercanías. A
continuación, me permito transcribir el parte de guerra del Coronel Emilio María Terán sobre la
batalla.

REPÚBLICA DEL ECUADOR - EXPEDICIÓN DEL CENTRO ESTADO MAYOR


GENERAL - Guaranda, abril 11 de 1895

Señor Director de la Guerra, Coronel D. Francisco Hipólito Moncayo. Cumplo con el deber de
pasar a S. Señoría el detalle del combate del 9 del presente, entre nuestras fuerzas y las del
gobierno, que hacían la guarnición en esta plaza.

Nuestra Tropa no contaba en la parroquia de Guanujo, sino con 88 hombres, incluyendo la


oficialidad, debido a que más de 60 de los nuestros se vieron obligados a pernoctar en diferentes
puntos del camino de Totorillas a Guaranda, ya rendidos por la fatiga del viaje; ya perdidos en
las tortuosas quebradas y sendas que habíamos recorrido en toda la

258
noche; ya, finalmente, debido a la falta de los muchísimos caballos que en el trayecto se nos
quedaron muertos o cansados, en la violenta marcha del ejército.

Cuando apenas habíamos llegado a Guanujo, resueltos a esperar a nuestros compañeros que
muy pronto deberían incorporarse, nuestra j^ descubierta de 5 hombres, al mando del
Ingeniero del Ejército, Sr. Agustín Martínez y Mayor José Manuel Vela, se vio forzada a
sostener fuego con el enemigo que había avanzado hasta las últimas colinas, situadas como
formidables atalayas, hacia el campo por donde debíamos continuar la marcha para la ciudad de
Guaranda.

El combate estaba empezado su Señoría, y cediendo a las circunstancias, a fin de evitar el


sacrificio de esos pocos valientes, distribuí a nuestros compañeros en cuatro secciones,
compuesta cada una de 20 hombres: la una, que debía ocupar el centro; dos, los flancos
respectivos; y la otra, la reserva, compuesta del Estado Mayor y de algunos soldados del
Escuadrón "Vengadores de la Patria", al mando del Coronel Dn. Julio Andrade. En esta forma,
llenos de valor y entusiasmo, avanzaron los soldados de la Honra Nacional, desde la plaza de
Guanujo hasta el lugar donde se había parapetado el enemigo, resuelto abatirlo sin ninguna
exposición de parte suya.

Consta a su Señoría que, tanto Jefes, como Oficiales y soldados, dejaron sus caballos a más de
una legua de la ciudad de Guaranda, expresando su decidido empeño de quedar en el campo
"muertos o vencedores".

Como las fuerzas del gobierno habían formado una línea de combate en toda la extensión de las
colinas de occidente, nuestras guerrillas hábilmente se repartieron en todo el frente de las
posiciones enemigas, guiadas por el valeroso jefe de nuestro escuadrón, Don Víctor Manuel
Arroyo. Puedo asegurar a su Señoría, que en los primeros momentos de la acción, se trabaron
combates parciales entre cada una de aquellas, y un grupo de los soldados del gobierno, quienes
no pudiendo resistir el ataque de nuestros héroes, que avanzaban a paso de vencedores, tuvieron
que abandonar sus trincheras y replegarse fuego en retirada, a los parapetos de la ciudad;
soportando desde entonces los fuegos convergentes de nuestras guerrillas, que principiaron a
descender a la población de un modo violento y decidido, aun antes que el enemi-

259
go consiguiera ocultarse en los innumerables parapetos que, generalmente, ofrece una ciudad de
las condiciones topográficas de Guaranda.

El pánico al parecer, se apoderó del enemigo y, su Señoría, comprendiendo esta circunstancia,


me ordenó que entrase la reserva, si así puede llamarse un grupo de valientes que sin disparar,
caminaban casi unto a la vanguardia. Obedeciendo a su Señor la este mandato, lo dividí en
guerrillas de 10 hombres, la una "a mi mando, y la otra al del intrépido Coronel Julio Andrade;
con quien, como consta a su Señoría, habíamos convenido en que una guerrilla atacara al centro
y al flanco de la parte izquierda de nuestra línea; y la de mi mando, al centro y flanco de la
derecha. En honor de nuestros compañeros y como un acto de justicia, recuerdo de su Señoría
que después de pocos momentos, la reserva disputó a la vanguardia el honroso puesto que
desempeñaba con ardor y decisión inimitables.

Había llegado el instante que trescientas bocas de fuego pretendieron enervar el patriotistmo de
los defensores de la patria: las guerrillas comandadas, por los señores Mariano Hidalgo, Dr.
Abel Panchana, Ángel Araujo, Dr. Julio Fernández, Delfín Triviño, Javier Dávalos, Dr. José
Elías Troncoso, Manuel Páez, Francisco Portilla y Mario Zaldumbide, recibían en las bocacalles
de la ciudad el nutrido fuego de las tropas de gobierno que se habían apoderado de varias casas
particulares y de las primeras esquinas de la población, ante los certeros tiros de nuestras
pequeñas pero infatigables guerrillas.

Es necesario —exclamó su Señoría—, decidir el combate, jóvenes patriotas; pocos disparos y


adelante. La voz de un jefe como Su Señoría, en todo momento y en todas partes indiferente en
el peligro, resuelto en toda situación, encarnó en nuestros jefes, oficiales y. soldados, una
especie de valor fabuloso cuando más reñido era el fuego de nuestro obstinado enemigo;
circunstancia que por un instante puso en peligro la vida de los jóvenes compañeros míos.

0k. Una de las guerrillas del Gobierno no había descendido aún al centro de la ciudad y desde
las alturas, fusilaba por las espaldas a nuestros héroes; hasta que fue menester que los jóvenes
José Ignacio Holguin, Teófilo Quirola, Leónidas Suárez y Mario Zaldumbide, guardaran una
posición para esperarla y destrozarla, como así pasó, disparándose hasta quemarropa.

260
Conformándose el ataque a los deseos de Su Señoría, todas nuestras guerrillas contornearon la
ciudad a excepción de la parte sur, donde iba replegándose el enemigo y reforzando los
cuarteles de la Policía y "Columna Bolívar". Las casas del Gobernador, Comandante de Armas
y Don Aurelio del Pozo, castillos inexpugnables desde los que nos causa-ron las mayores
desgracias los enemigos de la Patria, cayeron ante su gloriasa enseña.

El ataque de nuestros valientes se verificó de manera simultánea decididamente, hasta que


ganamos parte de la población y pudimos afrontarnos con las fuerzas del gobierno en los lugares
mayormente defendidos, mientras a la izquierda y parte de la vanguardia, se rendían. Varias
casas que por sus condiciones sirvieron de fuertes del enemigo, como la de don Aurelio Pozo,
situada en la esquina norte de la Plaza, en la cual nuestro valiente Coronel Andrade acompañado
de su guerrilla, tomó a 19 prisioneros.

El ala derecha y el centro llegó a tomarse, como consta a Su Señoría, el cuartel de Policía y la
casa del Sr. Comandante de Armas, cuya posesión nos costó la vida de algunos valerosos y
bizarros jóvenes, que llevaron su bravura al extremo de recibir el fuego del enemigo a cien
metros de distancia, con el objeto de proteger la entrada a aquélla. El mayor Arroyo, unido a los
señores Páez y Holguín Troncoso, Dr. Eduardo Arias, Dr. Julio Fernández, Mario Zaldumbide y
otros de esa talla de valientes, circundaron la casa mientras pude penetrar en ella y tomarla por
asalto, con los señores Rafael Rodríguez Zambrano, Dr. Alejandro Villamar, Luis Montalvo,
Mariano Jaramillo y otros, en las que haciendo un paréntesis, podemos anotar los nombres de
los chimbeños Crnel. Reynaldo Quijano, Miguel Vargas, Froilán Benavides, Montenegro,
Higinio Terán, cuya actuación como ya vimos, eran los iniciadores de la toma de la Plaza de
Guaranda. Tenemos también a Luis Montalvo, Julio Jaramillo, cuyo entusiasmo no decayó
nunca.

Dueños de casi toda la ciudad, restaba únicamente a nuestros bravos compañeros la rendición
del cuartel de la "Columna Bolívar", a la cual con estoico valor concurrieron los jóvenes de
Riobamba y Guano a dar el último golpe a esta gloriosa acción, que debía acabar con el
patriótico 0 esfuerzo de los doctores Gabriel Ignacio Veintimilla y Facundo Vela, quienes, en lo
más fragoso del combate, se afiliaron entre "Los Vengadores de la Patria". Muertos el
comandante de la guardia y centinela,

261
muerto también en los umbrales de dicho cuartel uno de nuestros soldados defensores de la
Honra Nacional, sellaron, en la Plaza de Guaranda, la reivindicación del decoro ecuatoriano.

Si por un deber de justicia, por merecido tributo al valor de nuestros héroes, me viese obligado a
encarecer el nombre de algunos compa-; ñeros, sería menester a todos nuestros jefes, oficiales y
soldados. ¿Quién no quiso ser el primero en el mayor peligro?; Su Señoría talvez se vio
obligado a reprimir muy a menudo la temeraria abnegación de nuestros jóvenes, así como estos,
velaban con amor y respeto por la existencia de su Señoría, puesto a merced de los esbirros más
de una ocasión.

La toma de esta plaza ha costado a la nación la muerte de 47 soldados del gobierno, mientras
nosotros hemos redimido el estigma de nuestra bandera con la vida de algunos de nuestros
hermanos y compañeros: Jaime Pólit, Antonio Redín, Manuel Sánchez, Néstor Cajas González,
Eudoro En dará y Ángel María Alegría (guarandeños), que dejaron de existir por vivir siempre
en nuestros corazones.

En orden de los heridos, el gobierno ha tenido solo uno, mientras que de nuestra parte contamos
con los señores: Dr. Facundo Vela, Andrés Gallegos, Genaro Ricaurte, Daniel Granizo, Rodolfo
Mera, Luis Hidalgo, José Manuel Vela, Luis Lalama y Abel Meza, cuya sangre derramada con
valor en aras de la Patria, fecundará mil héroes más que la defiendan.

Ninguno de los 120 prisioneros de guerra ha sufrido el menor daño de nuestra parte. La
hidalguía de los "Vengadores de la Patria" llegó al extremo de conceder a aquéllos, toda
garantía, hasta su propia libertad. Doscientos ochenta rifles Remington, algunos miles de
cartuchos, bayonetas y otros equipos militares tomados en esta plaza, han avigorado nuestra
expedición rica en héroes como en armas y pertrechos.

Para terminar, ofrezco a Su Señoría, a nombre de nuestras fuerzas, un tributo de admiración a la


serenidad con que Su Señoría supo conducir a la victoria, a este grupo de valientes y abnegados
patriotas.

El Dios de los Ejércitos extiende sobre la frente de los Héroes, la corona del triunfo.
El Coronel Jefe del Estado Mayor General.
f.) Emilio María Terán
262
El combate de Balsapamba

El 15 de Abril de 1.895, salió por orden del Ministro de Guerra y Marina, General José María
Sarasti, el batallón número 3 de línea desde Babahoyo con dirección a Guaranda, con el fin de
someter a esta ciudad al gobierno del Presidente Dr. Luis Cordero.

El autor del presente libro deja sentada su protesta por no hacerse constar en el calendario cívico
de la Provincia de Bolívar, el combate' de Balsapamba; igualmente, en importantes
publicaciones cantonales y provinciales, se ha omitido la descripción de este importante
combate en el que menudearon las acciones temerarias de un puñado de valientes bolivarenses.

Confirmada la noticia en Guaranda de la salida del enemigo desde Babahoyo, 25 jóvenes de la


columna existente, recorrieron varias parroquias cercanas con el fin de reclutar voluntarios.
Entre las fuerzas de la columna, se encontraban los señores Gabriel y Ciro Galarza, César
Augusto Larrea, César Vizueta, Elías Lombeida, José y Calixto Cárdenas, Heleodoro Chauvin,
Manuel, César y Miguel Eudoro Vela, y otros. Previo requerimiento, el señor Andrés Salazar
llegó a Guaranda con algunos de sus compañeros y contingentes de cabalgaduras para la
movilización.

El 14 de abril salieron estas fuerzas con dirección a Balsapamba, pasando por Chimbo y San
Miguel, en donde se unieron a los grupos comandados por el Coronel Miguel S, Vargas, Manuel
Albán, Comandante Darío Morejón, y otros. En San Miguel se organizaron los combatientes
con el nombre de "Columna Exploradora"; este reducido número de jóvenes, pues no pasaba de
cuarenta, con arrojo y temeridad acordaron ir a combatir al enemigo.

El nombre de "columna Exploradora", era acertado, pues explorar solamente debía ser la meta
de estos valientes jóvenes, ya que las tropas de gobierno ahora venían reforzadas, para retomar
la plaza de Guaranda perdida hace apenas una semana; pero la temeridad de estos jóvenes no
tuvo límites, además del escaso número, estaban mal armados, ya * que los rifles de que
disponían, no pasaban de diez, con una dotación de cuatro proyectiles por cada uno; los demás
tenían carabinas, revólveres y machetes.

263
Se dice que, en vista de la tremenda inferioridad numérica, y la escasez de armamento, el
Coronel Vargas llevaba a la vanguardia "camaretas" con el fin de intimidar al enemigo,
haciéndolos creer que se trataba de disparos de cañón.

El 15 de Mayo desfilaron los exploradores a las alturas de Chuchi, allí permanecieron en un


rancho. Mientras tanto, una fracción del enemigo había avanzado hasta Gualasay, y al saber la
ubicación de los exploradores, regresaron a Tamboloma y seguidamente a Balsapamba, donde
se ubicaron en la propiedad del Coronel Manuel Albán.

Los bolivarenses, el 16 de Mayo por la noche, llegaron al recinto de Santa Lucía, donde
pernoctaron. A las dos de la madrugada emprendieron marcha muy prudente; a las cinco y
media de la mañana. llegaron a la hacienda Cristal, en donde dejaron las cabalgaduras y
atravesaron el río del mismo nombre. A las 6 a.m., el Coronel Vargas, antes de que la
Vanguardia llegue al lugar convenido, enciende la primera camareta. El enemigo tiene tiempo
para armarse y repeler el ataque, pero fue más rápida la arremetida de los bolivarenses, tanto,
que algunos habían avanzado al patio mismo de la hacienda donde estaba el enemigo
parapetado.

Iniciado el combate, el enemigo apenas sostuvo una hora de lucha, y creyendo que estaba
viéndoselas con un crecido número de atacantes, se declaró en franca derrota, abandonando
apreciable cantidad de armamento y municiones. Los revolucionarios, al oír silenciar el fuero
enemigo y envueltos en densa neblina —característica del lugar—, se imaginaron ser vencidos y
se. replegaron a la población de Balsapamba, hasta que, sosegados los ánimos, se dieron cuenta
de lo acontecido.

En el combate murió el valeroso Comandante Darío Morejón, quien, con pocos soldados de la
vanguardia, avanzó a escasos pasos de la casa en que se hallaba el enemigo, de tal manera que
combatió casi a quemarropa. También salió herido de gravedad, el joven Froilán Benavides,
quien murió pocas horas después; igualmente cayó peleando valientemente, el joven Manuel
Albán, hijo del Comandante del mismo nombre.

Los triunfadores regresaron a Guaranda en donde volvieron a organizarse con el nombre de


"Columna Bolívar". El Coronel Miguel S. Vargas fue nombrado Comandante de Armas; a éste,
luego de! combate de Balsapamba, le pusieron el mote de "Coronel Camaretas".
264
Según el Profesor Bazantes:

"En la época de 1.895 existía en Chimbo y en todos los pueblos, una gran brecha entre
gobiernistas y revolucionarios, estos últimos, gente de clase media; en días de fiesta, iban bien
vestidos o emperejilados los gobiernistas cometiendo toda clase de atropellos con sus
opositores; les hacían descalzarse ipso facto para pisar lodo, por orden del jefe Político o del
Comisario; en cambio para los del gobierno había libertad hasta de parrandear. La vida se hacía
odiosa para la juventud que ansiaba ir a la guerra, antes que continuar bajo el duro gobierno de '
entonces.

Llegó el 9 de Abril de 1.895, y una gran mayoría de jóvenes de los pueblos de este lugar, sin
caudillo de ninguna clase, con sólo los acuerdos que antes habían tenido con el Dr. Gabriel i.
Veintimilla en las reuniones que hacían en la Asunción, acudieron con el arma al brazo para
engrosar las filas revolucionarias, que en esa memorable fecha se constituían. El primer fogeo
se dio en las calles de Guaranda con las fuerzas del Gobierno, las cuales fueron derrotadas.

En esa acción tomaron parte el antes mencionado Mayor Morejón y los jóvenes de Chimbo,
señores Mariano, Montenegro, Secundino Ribadeneira, Reinaldo Quijano, los Zavala, Cisneros,
Rubio, Vaca, Froilán Benavides, Hernández, y el más tarde célebre Coronel Miguel S. Vargas.

El día 17 del mismo mes y año, los revolucionarios al mando del señor Comandante Merino —
que las hacía de Director de la Guerra—, combatieron en la Chorrera, hacienda de la familia
Albán de San Miguel contigua a Balsapamba, con las fuerzas del Gobierno salidas desde
Babahoyo, comandadas por el ñaruso Recalde. Maltrechas y derrotadas quedaron las fuerzas
revolucionarias, no menos que, en vergonzosa retirada, las gobiernistas, que no supieron
aprovechar del momento para aniquilar con los revolucionarios; estas estaban casi
completamente desarmadas, mientras que aquellas, hasta en número, disciplina y armamento,
superaban con quinto y tercio.

El ya entonces Comandante Rafael Darío Morejón, el segundo después del Comandante


Merino, combatió bravamente con ese coraje propio de su valor probado en las campañas del 83
contra la Dictadura del General Veintimilla y rematado en el 9 de Julio del año citado, con la

265
toma de Guayaquil. En la lucha, a Morejón se' le encasquilló su fusil después de largo fogeo que
hizo sobre el enemigo; desde el puesto de avanzada se le arrojaron los enemigos, entre ellos un
negro; primera-mente le hirieron en la ingle de un tiro y luego lo victimaron a
bayonetazos no obstante de haberse defendido —tendido en tierra a causa de la herida— con el
propio fusil de su enemigo. La lucha fue titánica y desigual por parte del héroe de la jornada
que rindió con su vida —cubierto de laureles— al principio de la Gesta del Partido Liberal. En
^esa misma acción salieron malamente heridos y murieron posteriormente, los jóvenes
revolucionarios Manuel Albán, y Froilán Benavides.

Con la muerte del Comandante Morejón en el combate de Balsa-pamba, muchos compañeros,


amigos y admiradores que habían visto sus brillantes disposiciones sobre el plan de combate
que iban a darse —las cuales en mala hora fueron contrariadas por el Director de la "Guerra,
Comandante Merino—, se separaron de las filas revolucionarias, no tanto por la separación del
mando del caudillo Gabriel I. Veintimilla, sino porque, como decían: "Hemos quedado sin jefe".

El Congreso del año de 1.896 reconoció los importantes servicios del que en vida fue el señor
Comandante Morejón, a favor de la causa liberal, y decretó la concesión del grado de Coronel.
La viuda del ahora nombrado Coronel, gozó por varios años el Montepío Militar
correspondiente".

Aclaremos lo que dieron por llamar "Coronel Camaretas" —dice el profesor Bazantes—. "El día
domingo 14 de abril de 1.895, de paso por Guaranda hacia Chimbo, almorzaba en casa de la
señora María Dolores de Bazantes —hermana del Comandante Morejón—en la Asunción, tanto
el citado jefe como el Comandante Merino. En el momento del almuerzo la anfitriona
recomendaba a los jefes que llevaran dos camaretas para que, cargadas, se las reventaran de
frente sobre el cuartel enemigo, o a la primera avanzada, ya que sabíase que de Babahoyo salían
las tropas gobiernistas para aplastar la revolución. La tertulia la oímos nosotros.

Indudablemente los jefes se dieron por bien aconsejados, y desde Chimbo hicieron Nevar la
camareta de doña Nieves Abril la mejor para detonaciones en las fiestas. La ejecución de la
cargada y reventada se le había encomendado al Sargento Mayor Miguel Sánchez Vargas, pero
se le adelantó Higinio Terán entusiasta y fogoso revolucionario, que contaba con decidida
servidumbre acompañante, entre los que estaba el indio Juan Quincha, muy práctico en el
manejo de esta clase de artillería.
266
Una hora antes de que ocuparan posiciones nuestros revolucionarios, Terán había ocupado ya la
plaza de Balsapamba, distante casi un kilómetro del lugar donde se hallaba el enemigo. Una vez
allí ordenó a su artillero colocar la pieza en el centro de la plaza y dispararla con dirección al
cielo. Esto alarmó a ¡os beligerantes, que, de una y otra parte, se apresuraron a entrar en
combate. Los resultados ya los conocemos.

En tanto que el más tarde célebre Coronel Camaretas, don Sánchez Vargas, ni siquiera asomó
las orejas en el momento de la chamusquina, la cual desbandó a los revolucionarios. Conocida
la muerte del Comandante Morejón, salió del cuarto de su madre la señora Cristina Sánchez —
residente en Balsapamba—, quien montó un caballo y tomó la delantera de los derrotados,
camino a la sierra. A la tarde paró en un tambo, al que seguían llegando los demás derrotados, y
en donde se unieron con el joven Reinaldo Quijano, quien le reprochó su conducía acusándole:
de ser el causante de la muerte del señor Comandante Morejón (pues alguien que no sabía,
mencionó que fue el capitán Vargas quien reventó la camareta).

Vargas no supo disculparse porque en verdad ignoraba quien mismo fue é1 que disparó la pieza.
Terán, que era persona vivaracha, viendo que el fatal suceso se debía más a él que al otro, se
puso del lado de Quijano, dándole para el futuro el mote de "El Coronel Camaretas" a don
Miguel Sánchez Vargas.

La camareta con todo, hizo el bien de alejar al ejército gobiernista a Babahoyo, pues temió de la
artillería revolucionaria".

El Profesor Bazantes asevera que estas referencias se apoyan en los relatos de varios
combatientes de la Batalla de Balsapamba".

Una persona de la parroquia asegura que entre los años de 1.924, al ensancharse el carretero en
la Chorrera, cercano al sitio del combate, fueron halladas las osamentas de tres de los
combatientes de la batalla de Balsapamba. Creo firmemente que la inhumación de las víctimas
en dicho lugar, sirvió luego como pretexto casual para establecerse un nuevo cementerio, ya que
el antiguo, allende del río, dificultaba los enterramientos en temporada invernal, por la crecida
del Río Cristal.

267
EL ADVENIMIENTO DEL VEHÍCULO
MOTORIZADO
Recién en el segundo decenio del siglo veinte, apareció según afirman los ancianos, esa
máquina infernal, considerada por muchas personas en ese entonces, como el monstruo de
hierro. Se trata del automóvil. Esa máquina, los arrieros de Ambato, Riobamba y Guaranda la
consideraban una obra de Satanás; los curas instaban al arrepentimiento, pues todo aquello era
señal de la proximidad del juicio final.

En el libro ' EN TIERRAS DE BOLÍVAR", cuyo autor es César Augusto Saltos, escritor,
novelista e historiador guarandeño, de quien tenemos los mejores conceptos, consta un artículo:
"La Entrada del Primer Automóvil a Guaranda"; el cual transcribiré para mejor ilustración al
lector:

"El primer automóvil entró a Guaranda el día martes 28 de junio de 1.919, a las 2:30 de la tarde.
Los habitantes se encontraban almorzando; otros, encaminándose a sus casas; la mayor parte de
los niños, llegando de las escuelas; de pronto se dejó escuchar un ruido que iba acercándose a la
ciudad.

— ¿Qué puede ser, pero porqué ese ruido? —eran las interrogativas que hacía la gente.
Tras breves minutos, la respuesta la traía Modesto Calderón, que piloteaba, su carro; un
automóvil que por primera vez llegaba a la ciudad, recorriendo luego por una y muchas calles,
con gente que se disputaban un puesto en sus asientos, con el objeto de darse un paseo.
Entonces si era de ver como los animales que, hasta ese día tranquilamente habían recorrido sus
calles llevando leña para la venta, aventaban por el aire la carga y disparándose en precipitada
carrera, buscaban salida por cualquier lugar.
Los muchachos no concurrieron a la escuela, quizás tampoco

268
a la comida de sus casas; los profesores lo propio. Las viejas beatas, santiguándose una y otra
vez, pronto volvieron a cerrar las puertas creyendo que era el Anticristo, que ya hacía su
advenimiento al mundo. Las cocineras abandonaron sus lugares de trabajo, y muy tarde se
dieron cuenta de ollas con comida quemada, derramada o vaciada por los perros, únicos seres en
casa.

La visita del primer carro a Guaranda, fue suficiente para que la provincia entera se pusiera a
componer los puentes y caminos de herradura, y por ellos pasó el primer vehículo a Chimbo,
San Miguel, y otra media docena de pueblos del interande", (así describe César Augusto Saltos
la primera entrada vehicular a Guaranda.)

El Gobernador a los Jefes Políticos, y estos a los Tenientes Políticos de todas las Parroquias,
impartieron la orden de hacer mingas de inmediato para el ensanchamiento de la Vía Flores, por
el inminente paso del primer vehículo. En aquella época, el Teniente Político era una autoridad
investida de muchas atribuciones, y los ciudadanos acudían masivamente a las mingas, para
toda clase de obras comunales; de igual manera, se obligaba al ciudadano a suministrar
gratuitamente materiales para la construcción de templos, puentes, mercados, escuelas; estas
contribuciones eran de rigor hasta mediados del siglo veinte. No sé si la Constitución Política de
entonces señalaba que "Todo trabajo debía ser remunerado, ninguna persona puede ser obligada
a realizar un trabajo gratuito o forzoso"…..

La verdad es que en dicha época tanto el Jefe Político como el Teniente Político ordenaban, y
no era raro que las autoridades tomaren represalias contra, los enemigos políticos que militaban
en el bando opuesto, tal como asevera Bazantes en una narración anterior. Hay que puntualizar
que en raras excepciones se trataba despóticamente a la gente, sean estos blancos, indios o
campesinos de condición humilde; generalmente se las tuteaba. Desgraciadamente aún quedan
rezagos de esa época en muchas oficinas públicas contemporáneas y ciertas personas que
"presumen" de defender a los marginados.

Es necesario recalcar que el primer automóvil que entró a la capital de la Provincia de Bolívar,
no continuó su camino por la vía Flores, pues habría sido un suicidio. Pero, la aparición del
primer vehículo produjo una verdadera fiebre por habilitar los caminos de herradura,

269
para dar paso al posible arribo del primer vehículo. Se sostiene que la orden de hacer mingas,
partía del Supremo Gobierno, el mismo que trataba de que a toda costa, y en el más breve lapso,
se inaugure la vía carrozable entre las dos ciudades principales del Ecuador: Guayaquil y Quito.
En 1.922, salió desde Guayaquil a Babahoyo (en lancha) el primer automóvil. Al llegar a la
parroquia de Balsapamba más que rodando, cargado por cuadrillas de mingueros, fue preciso
derribar los pasamanos de diversos puentes, puesto que estorbaban el paso del vehículo y sus
porteadores.

— Esa máquina era más ancha que una yunta de bueyes -decían algunas personas.
Alertados por muleros que salían de la costa, muchos mingueros y curiosos se precipitaron al
encuentro de la llegada del primer vehículo. Lo encontraron en el sector de Chaupiaco,
encunetado y con su máquina apagada; luego de enderezarlo y colocarlo nuevamente en el
camino, un robusto mecánico dio una docena de vueltas a la manivela. Los curiosos se
acercaron confiadamente al armatoste para tocarlo, pero este súbitamente arrancó, produciendo
estruendo, explosiones y humareda, que hizo salir despavoridos a los espectadores
atropelladamente; al final: contusos, golpeados, pisoteados. . . y contentos de haber visto la
máquina; otro por ahí, al ayudar a levantar la máquina encunetada, agarró un fierro caliente. .

Al llegar a la Parroquia de Balsapamba, buen número de personas se hallaban congregadas.


Luego de saborear la famosa naranja balsapambeña, los pilotos invitaron a las autoridades y
gente notable del pueblo, a dar varias vueltas por calles y plazas. Después de unas horas
emprendieron viaje hacia la cordillera, reto imponente para el endeble vehículo.

Tosiendo, explosionando y echando humaredas, llegó el vehículo al recinto de San Vicente,


lugar en el cual coincidentemente celebraban por primera vez la fiesta de su Patrono. Según
versión de los sobrevivientes de aquella época fue una fiesta inigualable. La juventud del lugar
con la ayuda de profesoras, había preparado una obra teatral: "El Rey Herodes", cuyo papel
estelar lo representó un Sr. Verdesoto (ya falle-

270
cido), que sorprendió con su actuación, y además de aplausos, recibió el premio de ser aceptado
por su amor esquivo durante años.

Entre una multitud avanzaba hacia San Vicente el primer vehículo. Una Banda de músicos (de
hojas de café), trató de dar la bienvenida a los intrépidos pilotos y sus acompañantes, tocando la
tradicional pieza ALZA QUE TE HAN VISTO (de origen colonial y autor anónimo); pero el
infernal estruendo producido por las máquinas, no permitía oír algo de lo que se tocaba; los
músicos desistieron con su ensayo.

Cuando el piloto apagó el motor —no sin antes emitir satánicas explosiones—, y puso pie en
tierra, una ola de alegres trasnochadores y bailarines, envalentonados por unos tragos, se
acercaron al exótico personaje recién llegado y llevándole a la primera casa, lo agasajaron con
felicitaciones, alimento y licor.

Piloto y acompañantes aceptaron de buen agrado la invitación de los priostes al baile y la


diversión, pero más que todo, trataron de inquirir a los presentes sobre la distancia, gradientes y
condiciones del camino a seguir adelante. Luego de agradecimientos y emotiva despedida,
fuertes manivelazos echaron a andar el vehículo; entre humareda y explosiones, ruido y
polvareda, se alejó el vehículo dando saltos sobre los mal alisados camellones y desigualdades
del camino. Desapareció por la vuelta de la casa de Don Segundo. El recinto con su fiesta quedó
vacío, la muchedumbre corría tras del anticristo (según algunas críticas)

Las cuadrillas de trabajadores ya se habían adelantado para igualar la cuesta que llega a San
Cristóbal; tuvieron que subir el vehículo en peso por la loma; en ese tiempo todavía no existían
curvas como la llamada curva "del Diablo", que, en el momento de escribirse este artículo, está
siendo rectificada.

Los mingueros y cuadrillas en este sector, comenzaron a trabajar arduamente ensanchando,


rellenando, desmontando, ya que la topografía era cada vez más abrupta. El Teniente Político en
persona ayudaba y ordenaba, puesto que la orden para hacer pasar el vehículo, la había emitido
directamente el Sr. Presidente de la República, José Luis Tamayo que consistía en dar todo
apoyo, cooperación y facilidades, para feliz culminación del raid Guayaquil —"Quito, por la
tradicional e histórica Vía Flores.
271
Era un asunto de mucha importancia el establecer o aparentar por lo menos, por parte del
Gobierno, de la existencia de una vía carrozable entre las principales ciudades del Ecuador. El
Sr. Ministro de Gobierno ya estaba presto para dar la gran noticia del arribo del primer vehículo
de Guayaquil, a los señores representantes de países acredita-dos en el Ecuador. La noticia dará
la vuelta al mundo, y con este gigantesco paso, se dará más prestigio al Ecuador.

Luego de innumerables peripecias, el vehículo llegó al recinto del Puzo (hoy Santa Lucía), ya
algo maltrecho; asegurados algunos de sus componentes con cabrestos de ganado y uno que otro
bejuco (lianas); pero los pilotos con magnífico ánimo y fortalecidos con uno que otro trago de
aguardiente, comedidamente brindado por los pobladores, se-guían haciendo frente a las
dificultades, dominando las asperezas del terreno, que cada vez se hacía más difícil.

Por la tarde, la caravana con el vehículo se detuvo por lo agreste del camino que requería de
abundante mano de obra para el ensanchamiento y rectificación de grandes trechos de la vía. Lo
arduo del trabajo hizo que los viajeros se vieran detenidos por algunos días, para luego llegar a
Tamboloma; recinto desde el cual telegráficamente se reportaron y pidieron al Sr. Gobernador,
refuerzo de mingueros para poder franquearían difícil ascenso.

Después de inauditos trabajos, llegaron a Gualasay de inmediato al camino por el Tambo de


Gobierno (en esa época todavía no existía el camino por Cochabamba), camino rocoso y difícil
que había que habilitar con barras para procurar algún ensanchamiento.

El camino de Cochabamba se abrió en tiempo del Gobierno del Dr. Isidro Ayora, de grata
recordación para la Provincia de Bolívar, ya que se preocupó mucho por la vialidad y proveyó
de Agua Potable a Chimbo y Balsapamba. El camino del Tambo de Gobierno creó dificultad al
primer paso vehicular, por su rocosa estrechez. La gente de Balsapamba y recintos aledaños,
regresó en su totalidad; pero cuadrillas de la sierra de refresco, vinieron a órdenes de los jefes
políticos de San Miguel y de Chimbo.

Testigos presenciales de dicha época aseguran que este vehículo no

272
llegó a la capital de la República, a pesar de los innumerables esfuerzos desplegados y del
auspicio de las autoridades provinciales y nacionales. Se afirma que este vehículo se destrozó
totalmente al precipitarse por una ladera rocosa del Páramo de Tililag.

Habiendo hecho referencia al Dr. Isidro Ayora por su donación de Agua Potable a Chimbo,
merece mencionarse que esta ciudad —según los chimbeños—, fue la primera en obtener dicho
servicio en la Provincia de Bolívar. Y existe una jocosa anécdota al respecto:

Después de ser ya Presidente de la República el Dr. Isidro Ayora, y de paso por Chimbo, uno de
los habitantes del lugar, el Sr. Benjamín Calderón, en completo estado de embriaguez
temerariamente hace parar el vehículo y le dice el Sr. Dr. Ayora.

"Sr. Presidente, Benjamín Calderón, el cholo baboso le saluda, sin beca ni empleo de Gobierno;
por Ud, Sr. Presidente muy agradecido bebo esta agua", al tiempo que se inclinaba al surtidor y
bebía el líquido. Se dice que Ayora se bajó del vehículo y puso algo en manos de Calderón, para
luego proseguir su viaje.

Resta añadir que fue Isidro Ayora y su Gobierno, quien puso gran énfasis en mejorar la Vía
Flores, apreciando su gran importancia de vía más corta entre las dos ciudades más grandes del
Ecuador; Guayaquil y Quito.

Insospechadamente, coti el paso del primer vehículo por estas carreteras, se inauguró el
transporte motorizado. Antes habíamos mencionado que en el territorio que hoy es Provincia de
Bolívar, el principal filón de riqueza residía en el transporte y comercio durante muchos siglos.
Fue el advenimiento del Ferrocarril Guayaquil — Quito, el que acestó un golpe mortal a la
economía provincial; pero luego, desde los años de 1.935 más o menos, la provincia fue
recuperando lenta-mente algo del tráfico y comercio perdido, ya que el transporte camionero —
más rápido y ágil—, comenzó a incrementarse rápidamente.

Después de pocos lustros se abrió la vía por Santo Domingo de los Colorados — Queved0; vía
que asestó nuevamente un tremendo impacto a la economía de la Provincia de Bolívar; sin
embargo, muchos vehículos mantenían esta ruta, especialmente había un convoy de trans-

273
porte de víveres desde la ciudad de Ambato, los días Lunes por la noche, derivado de su gran
feria (considerada una de las más grandes de Sudamérica), que por medio de esta vía, abastecían
a la ciudad de Guayaquil.
La apertura de la vía por Pallatanga, asesta un golpe más al transporte y comercio de la
Provincia de Bolívar.

274
275
LA APARICIÓN DEL COMETA HALLEY
A PRINCIPIOS DE ESTE SIGLO

______________________________________________________________________

Hemos descrito con algunos detalles inéditos, el advenimiento del transporte motorizado, con su
impacto e incredulidad de muchas personas, que relacionaban estos acontecimientos con un
futuro de malos presagios, pues recordaban que hace unos 15 años, en abril de 1.910, hubo
igualmente gran conmoción por los funestos augurios que trajo la aparición de un gigantesco
cometa en el firmamento.

Un resplandor rojizo teñía de sangre campos y montañas. El núcleo del cometa que en esa época
se presentó, era de un color obscuro; la masa nebulosa que rodeaba la cabeza, de un rojo pálido;
y la cola de un color amarillo. Según el decir de la gente, el cometa poseía una segunda cola de
color más pálido y más recta— la primera tenía forma de abanico— y corta.

La influencia de este fenómeno se interpretaba como algo catas-trófico; los curas anunciaban el
Apocalíptico fin del mundo; simplemente por psicosis, la gente veía lagrimear a los Santos;
muchos otros, de tanto rezar caían vencidos por el sueño; hasta los perros aullaban largas horas
en las noches, acrecentando más el temor.

La aparición de este cometa en la antigüedad también se la relacionaba con toda clase de


acontecimientos desgraciados: la toma de Jerusalén por los romanos; el asesinato de Julio
César;" el suicidio de Nerón; la muerte de Carlomagno, etc.

La ciencia ha probado hoy, que estos astros siguen su órbita de acuerdo a las leyes del Universo,
y no pueden tener intervención de los acontecimientos humanos.

276
Para que el lector comprenda más a fondo el sentir de las gentes de lo acontecido en aquel
aciago año de 1.910, me permito traer a colación unos párrafos de la gran novela de Eliecer
Cárdenas: "Polvo- y Cenizas"; cuya historia gira alrededor de los hechos de Naún Briones,
bandolero lojano cuyas hazañas pertenecen a la mitología popular: Eliecer Cárdenas, cuencano,
es uno de los autores ecuatorianos más reconocidos.

"Fue en ese año, contaba Chivo Blanco, el año del gran cometa rojo, de esa estrella alocada que
caminaba por el cielo anunciando a los cristianos el fin del mundo y la hambruna, la sequía, la
enfermedad. Entonces a la gente le dio la juatera de andar escondiendo todo cuanto tenían:
puñados de esterlinas o simples costales de trigo, estribos de plata o tristes granos de maíz. Yo
solo pude esconder el miedo que siempre le tuve a la cárcel y, mocito, me largué con unos
paisanos conocidos, a robar lo que otros no querían tener entre manos, cuando el fin del mundo
llegara enredado a la cola inmensa de esa estrella andariega que llamaban cometa.

Hurgamos en quebradas, bajamos por las paredes de los pozos se-cos, cavamos a las orillas de
los ríos sin corriente; desenterrando espejos con marcos de plata, arcones con casimires
envueltos en papeles embreados; sacamos a la luz del sol puñados de esterlinas, chales finos del
Perú, relojes, rosarios de concha y perla/faldas de tafetán. Y todo iba a parar a nuestras alforjas.

Una tarde, en la travesía larga y cansona del Camino Grande que va desde Célica a Zapotillo,
vimos, yo y mis conocidos, unas sombras lentas, de negro, caminando sofocados bajo ese sol de
sequía, y vimos que llevaban entre sus manos cajitas de cuero, cofres de madera pintada,
alforjas de cáñamo. Casi todas eran mujeres, y sólo dos hombres sin color, también de negro
como las mujeres. Les dije a mis paisanos ahora es cuando, éstos de seguro van a enterrar
maravillas para no tener nada cuando venga el fin del mundo.

Yo sólo manejaba machete en esos años, porque era peligroso andar con un arma de fuego entre
manos, a lo mejor un milico liberal, de esos que andaban cazando a los alzados, pensaba que no
le quería al gobierno y te finaba sin pedir explicaciones. Y parecía fácil la cosa: sólo mujeres y
un par de mamarrachos con cara de zoquete. Como una apa-

277
rición, me figuro, saltó al camino plantándome con el machete que cortaba el aire en equis.

Alto ahí, grité, y esas mujeres de negro, y esos hombres atontados no se pudieron mover de puro
susto. Les miré los ojos miedosos, las bocas abiertas que no decían nada. Robo y soy matón, les
grité para espantarlos más, entréguenme todo lo que están llevando. Una voz de hombre medio
tartamudo, me respondió entonces que, ignorante impío, lo que se llevaban eran cosas de Dios;
que las Novicias de la Divina providencia cargaban desde su viejo convento hasta el seguro
caserón de la parroquia de Zapotillo las cosas de Dios, sagradas.

El hombre que habló estaba blanco como papel. Las mujeres de negro dejaron de asustarse para
empezar con ruegos y lloros que las dejara pasar, que debían seguir su camino, que no fuera tan
malo, que lo que llevaban sólo a Dios pertenecía.

Siempre he sido curioso y me emperré en saber lo que llevaban en esas cajitas, en esos arcones
que parecían no pesar porque hasta unas novicias flacas los cargaban. Volvía gritarles, haciendo
en el aire figuras con mi machete, no escondan lo que traen, abran las cajas, muestren, quiten las
piolas y las reatas de las alforjitas y déjenme ver las cosas que dicen son de Dios.
Mis conocidos, entre los matorrales guardábanse las dagas, los machetes, con bastante respeto
por esas novicias que caminaban con los tesoros de Dios bajo ese sol-de candela, me dijeron que
les deje pasar, como rogándome, sin codiciar las cosas que solo al Justo Juez pertenecían. Pero
yo pensé: si todo el mundo es de Nuestro Señor, yo, por ser parte del mundo soy de Dios, y lo
que yo tenga también será de Dios, y no robaré a Dios porque a él nadie puede quitarle nada,
porque todo es suyo.

Así pensando tranquilo, les dije a las monjitas, a los hombres cobardes que las acompañaban,
que abrieran rápido sus cajas, sus alforjas. Muchas manos obedecieron sin chistar y desataron
los nudos que protegían los tesoros de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Me acerqué atento,
moviendo el machete entre mi mano rápida y vi, brillando al trasluz de unos tules blancos, un
gran copón dorado que titilaba al sol pesado, reflejando el color oscuro de mi machete.

278
Vi una custodia desarmada en piezas, radiante, con rubíes como gotas frescas de sangre entre el
filigrana de los bordes; vi las patenas que me reflejaron afeado y amarillo, y la cucharita de
plata con que los curas remueven la sangre de Nuestro Señor Jesucristo; vi collares y aretes
arrancados a imágenes, medallones y exvotos, punzones de oro blanco, misales de concha y
perla. Y supe de lo rico que era Dios.

Las novicias y los hombres cobardes me dejaron tantear, con atrevimiento, con irreverencia,
esas cosas sagradas. Pero tanta riqueza, Naún, tanto trabajo de los hombres para el Dueño de
Todo que no puede agarrar ni una pieza de la custodia siquiera, pensando en que me faltaría
ambición para llevarme tanto, y robando aquello sería perseguido por todos; maldecido, moriría
pronto, como perro que no supo a quién mordió. Sigan andando, les dije, cerrando los cofres,
atando las soguillas de las alforjas, sintiéndome nada ante el poder de Dios.

Pero entonces, como tentación del diablo, me fijé en los ojos grandes de la novicia que llevaba
el cáliz. Vi su cara limpia, redonda, fresca, y me gustaron sus tetas bien apretadas bajo el
vestido negro. También me gustó el miedo manso, suave con que se dejó mirar por mí, el jadeo
asustado con que adivinaba mi intención. Y dije entonces, no me llevo nada pero ella se va
conmigo, aunque Dios rompa el cielo y me mate con rayos.

La mujer, temblando, haciéndose chiquita y afeándose en un susto inmenso, me dijo que ella
también era de Dios. Las otras novicias y los hombres cobardes no quisieron decir nada,
retrocedieron separándose. Y ella estaba indefensa, sintiendo mis ganas, poniéndose las manos
sobre el pecho, como si suplicara, me rogara que no, que sólo Dios.

Pero yo pensé entonces en unas piernas gordas y duras bajo el hábito, en mordiscos y labios
juntándose a los míos. Y ella se movió, dejó en el suelo, el cofre del copón y sus sandalias
levantaron polvo en una fuga a la maleza reseca, más allá del camino, lejos de las otras novicias,
de los hombres cobardes que no la defendían. Y salté, como loco, por matas, me espiné en
zarzas y me cansé en una carrera larga persiguiendo a esa mujer que sólo quería ser de Dios, de
sus manos de aire, de sus labios de viento. Solo pensaba en lo que haría después, cuando la
alcanse, bien lejos de sus compañeras, de los hombres cobardes, de mis amigos y ella, vencida
por el cansancio de sus piernas se extendió sobre

279
la tierra, cerró los ojos y me esperó con unas uñas duras, sus dientes afilados.

Y yo nunca pude entender su coraje, la rabia con que sus zarpas se prendieron a mis ojos
queriendo arrancarlas, la porfía con que sus duras rodillas me golpeaban, una y otra vez, en el
sitio mismo de la hombría. Sin ojos casi, vencido por la furia, temiendo morir o ser lisiado, no
supe cuando mi machete, como enloquecido, empezó a herir su cuerpo suave y duro, sus
entrañas vacías, sus huesos jóvenes.

Ya estaba muerta cuando abrí los ojos y, entre la neblina del asesino y mis párpados lastimados,
pude ver los tajos frescos sobre su cara redonda y blanca, los labios partidos, la nariz rota. Que
desperdicio de carne, que donosa más terca, que monjita, pensé con pena y rabia, tirando el
machete entre la maleza. Mi primer muerte, Naún. Hasta en sueños la veo, siempre, así, muerta
y desperdiciada. . ."

Así refería Chivo Blanco a Naún Briones sus múltiples fechorías, facilitadas por la aparición del
cometa rojo que sembraba inusitado terror en hombres y animales.

El cometa al que hemos hecho referencia es el Cometa Halley que debe su nombre al célebre
astrónomo inglés Edmundo Halley. Pues fue el quien, informado de la aparición de otros
semejantes en 1.456,1.531 y 1.607, concluyó que era el mismo y anunció su próxima aparición
para 1.759, 1.835 y 1.910, es decir, con un intervalo de 75 ó 76 años; ya que hay pequeñas
variaciones por la acción posible de otros planetas más distantes, que producen atracción y
perturbaciones en el campo magnético de los cometas, adelantando o atrasando su órbita, y
consecuentemente, su aparición.

La aparición del cometa a veces puede ser con cola y a veces sin ella; unas veces es muy
luminoso, y otras, mucho más pálido. Según algunos observadores y científicos, a veces se ha
visto brillar aun cometa con una intensidad siete u ocho veces mayor que la luminosidad
normal, y luego de varias horas, volver a tomar su luz normal e incluso, llegar bajo de ésta.
Estas variaciones repentinas, para las cuales no se encuentra causa alguna externa, revelan la
presencia de alguna luz inherente producida por las materias constituyentes del cometa, bajo la
influencia del Sol.
280
El año pasado —en 1.983, en Bristol, Inglaterra, se firmó con la "Britiesh Aerospace", un
contrato por 55 millones de dólares para construir un satélite que con el nombre de "Gioto", será
enviado en Julio de 1.985, al encuentro del Cometa Halley, cuya cola tendrá que atravesar luego
de hacer un viaje de 150 millones de kilómetros en 8 meses.

El satélite tomará gran cantidad de película en un encuentro de 4 horas, m datos que serán de
gran importancia para la ciencia y la humanidad. El lanzamiento del satélite se hará en Koruro,
Guayana Francesa, y la velocidad del mismo será de 70 kilómetros por segundo.

La visita que nos hará nuevamente el Cometa Halley en 1986, será recibida esta vez, libre de
temor y funestos presagios, pero con gran curiosidad científica, sedientos de muchas respuestas
que aún no han sido contestadas, pero que serán aclaradas con la tecnología que hoy se halla a
nuestro alcance.

Entre esas preguntas sin respuesta podemos mencionar las siguientes: ¿Aparecerá el cometa, o
se habrá desintegrado en su recorrido de 76 años por e! espacio?; la desintegración es muy
remota, pero. . .

Otra pregunta sería: ¿Aparecerá el Cometa Halley muy luminoso u opaco en el lapso de esos 76
años?; una pregunta más podría ser ¿Llegará el Halley adelantadamente o con retraso? pues
ambas posibilidades pueden ocurrir. La velocidad de unos cometas disminuye poco a poco,
mientras que la de otros aumenta gradualmente haciendo sus órbitas hiperbólicas, de modo que
podrían desaparecer en el espacio exterior.

Si de Ñápoles, bella ciudad italiana, se decía " ¡Ver Ñapóles y morir!", lo mismo podría decirse
del cometa Halley para las pocas personas que tienen la suerte de verlo dos veces: " ¡Ver al
cometa Halley, y morir!". Es muy posible que este fenómeno Halley será explotado
comercialmente en toda clase de bienes usufructuarios.

Este cometa vagabundo que regresa luego de 76 años, volverá a ver este mundo, pero Heno de
cambios: dos guerras mundiales han azotado a la humanidad. La primera, que se inició en 1.914,
llegó a movilizar 65 millones de hombres, de los cuales 8 y medio millones murieron.

281
La Segunda Guerra Mundial, iniciada en 1.939, según datos dignos de todo crédito, produjo las
siguientes pérdidas.

4 y medio millones de muertos entre las huestes aliadas;


5 millones de muertos en los países del eje;
14 millones de civiles muertos; y, 35 millones de heridos...

Pero además el Cometa Halley encontrará a su regreso, un mundo donde la humanidad se


duplica cada 20 años; un mundo superpoblado donde miles de seres humanos mueren cada año
de hambre, problema mundial sin visos de solución. Talvez un control de la natalidad a
aplicarse en el mundo entero, limitaría esta explosión demográfica y conllevaría a la humanidad
hacia senderos de mayor bienestar, seguridad y progreso.

Otro cuadro que presenciará el Halley a su retorno, es la tremenda contaminación ambiental, la


que en muchas partes del mundo, como en el norte europeo, está matando millones de árboles y
plantas resta saber cuánto demorará este mal en atacar fatalmente al hombre.
Pero no todo lo que ha acontecido en ese lapso de 76 años, que demora el Cometa Halley en
visitarnos nuevamente, ha sido desdichado. El descubrimiento casual de la Penicilina por Sir
Alexander Fleming en 1.928, así como las sulfas y una amplia gama de antibióticos, han
permitido al hombre poner al alcance de sí mismo una medicina mejor y en constante avance
para su supervivencia.

Pero un paso trascendental que dio la humanidad, fue la conquista del satélite de la Tierra, la
Luna, para cuya ejecución nececitó gran cantidad de recursos materiales, humanos y
tecnológicos.
Pero también el Gran Cometa Rojo encontrará en los seres humanos, un deseo vehemente, un
desesperado afán de investigación para encontrar una cura a la más terrible enfermedad que
azota al hombre contemporáneo: el cáncer, responsable de una de cada diez muertes en el
mundo.
Alguna vez, la reaparición del Cometa Rojo fue relacionado con grandes victorias militares,
como la de Guillermo I, El Conquistador, quien dominó en 1.066 a Inglaterra, después de haber
vencido al Rey Harold en la batalla de Hastings.

282
Si hemos de creer en presagios, esperemos que sean buenos, que la aparición del gran Cometa
Hailey sea el preludio o anuncio de que la ciencia encuentre cura al más grande mal que azota a
la humanidad: el Cáncer.

283
BIBLIOGRAFÍA
______________________________________________________________________

ÓSCAR EFREN REYES: Breve Historia del Ecuador


JUAN DE VELASCO: Historia Antigua
FEDERICO GONZALES SUAREZ: Historia General del Ecuador
Editorial Salvat: Temas Claves
AUGUSTO CESAR SALTOS: Tierras de Bolívar
LEÓNIDAS GAYBOR: Monografía del Cantón de San Miguel de Bolívar.
JOSÉ MARÍA DE LA PARED (Profesor): Folletos Inéditos
RAFAEL BAZANTES (Profesor): El Corregimiento de Chimbo
NERVO LÓPEZ VACA (Licenciado): Monografía de la Parroquia de Balsapamba
ANTONIO BERMEO (Rvdo.): La Primera Misión Geodésica venida al Ecuador.
HERMAN FLORES (Licenciado): Síntesis Histórica del Cantón de San Miguel de Bolívar.
Editorial Salvat: Historia del Ecuador
Varios colaboradores: Cuaderno Loor a Balsapamba en su centenario
D. CUBROSS PEATTIE: Agassiz, explorador de la Edad de hielo
ELIESER CÁRDENAS: Polvo y Cenizas
J.D. RATCLIFF: Los Orígenes del Hombre
I VAN SONDERSON El Misterio de los Mamuts Congelados
RONALD CHILLER; La Terrible fuerza que moldeó a nuestro planeta
RALPH ANDRIST: Huellas de la Edad de Hielo
BETTY FRIEDEN: Viene otra Edad de Hielo
Enciclopedia Ilustrada Cumbre
NERVO ANDRADE TERÁN (1.965): revista Historia, Cuento y
Leyenda de la ciudad de Benalcázar.

284
COLECCIÓN CULTURA POPULAR
OBRAS PUBLICADAS

_____________________________________________________

No. 1
ASFÓDELOS, por Elisa C. Marino de Carvajal y Morayma Ofir Carvajal.
No. 2

SOBRE LA ROCA, por Nilo de la Torre V.


No. 3
MANUEL DE ECHEANDÍA, por Pedro Manrique A.

285
No. 4
CRISIS HISTÓRICAS DE LA ECONOMÍA NACIONAL
José H. González G.
No. 5
FANTASÍAS, por María Tapia de Velasco
No. 6
CUADERNOS DE LA EDAD FELIZ, por Teresa León de Noboa
No. 7
VALORES BOLIVARENSES (2da. Edición)
No. 8
EL CORREGIMIENTO DE CHIMBO, por Rafael J. Bazante
No. 9
SEMBLANZA DE ECHEANDÍA, por José H. González G.
No. 10
NUESTRA HERENCIA FILOSÓFICA, por Gabriel Secaira A.
No. 11
LA CASA ENCANTADA, por Luis E. Falconi H.
No. 12
NOTAS HISTÓRICAS DE BOLÍVAR, por Gabriel Secaira A.
No. 13
NARRACIONES, por J. Arturo Salazar

286
No. 14
CARTAS A MIS HIJOS, por Carlos González G.
No. 15
LA MAGIA Y EL MISTERIO DE LAS PALABRAS, por Lennyna Boada L.
No. 16
ESCORZOS, por Gabriel Secaira A.
No. 17
LA PRIMERA MISIÓN GEODÉSICA VENIDA AL ECUADOR, por Mons. Antonio Bermeo
No. 18
ASPECTOS ECONÓMICOS DE LA PROVINCIA DE BOLÍVAR, por José H. González G.
19
BOLÍVAR Y ROCAFUERTE, por Hornero Vásconez B.
No. 20
YO ERA UN POETA PROVINCIANO, por Carlos Bazante
No. 21
LA ESTILÍSTICA EN EL QUIJOTE, por Mons. Antonio Bermeo
No. 22
PROCESO EVOLUTIVO DE LA SOCIOLOGÍA, por Lautaro León A.

287
No. 23
BOLÍVAR DESDE LOS PUNTOS DE VISTA SOCIOLÓGICO, POLÍTICO Y JURÍDICO,
por Ángel León Carvajal
No. 24
PETALOS SUELTOS, por Ángel León Alarcón
No. 25
MONOGRAFÍA DE LA PARROQUIA SAN LORENZO (autores varios)
No. 26
CUADERNOS OLVIDADOS, por Teresa León de Noboa
No. 27
LOS MAESTROS BOLIVARENSES Y COMENTARIOS,
por Homero Vásconez B.
No. 28
TEMAS BOLIVARENSES (autores varios)
No. 29
COPOS DE ESPUMA, por Ángel Miguel Arregui S.
No. 30
RONDAS INFANTILES, por América Carvajal de Córdova
No. 31
SENDERO MILENARIO, por Eugenio Gloor W.

288
ÍNDICE
BIOGRAFÍA DE EUGENIO GLOOR WEBER………………………………………...3
PROLOGO………………………………………………………………………………5
LA GEOGRAFÍA ACTUALIZADA Y CONDENSADA………………………………9
LA APARICIÓN DEL HOMBRE SOBRE LA TIERRA……………………………...11
LA APARICIÓN DEL HOMBRE EN EL
CONTINENTE AMERICANO………………………………………………………...17
LA CULTURA TUNCAHUAN Y PURUHA…………………………………………21
LOS INCAS……………………………………………………………………………30
LA RUTA DE PEDRO DE ALVARADO……………………………………………35
EL CAMINO REAL Y EL CAZICAZGO DE ANGAS………………………………37
LA PRIMERA MISIÓN GEODÉSICA VENIDA
A LA REAL AUDIENCIA DE QUITO………………………………………………59
LAS GRANDES CATÁSTROFES EN EL
TIEMPO DE LA COLONIA…………………………………………………………...74
PRIMERAS MANIFESTACIONES CONTRA EL
COLONIAJE ESPAÑOL………………………………………………………………81
LA GESTA HEROICA DEL NUEVE DE OCTUBRE Y SU
CULMINACIÓN EN LA BATALLA DE CAMINO REAL…………………………95
BALSAPAMBA CHIMBO Y SAN MIGUEL EN LOS
ALBORES DE LA REPÚBLICA……………………………………………………105
CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE BOLÍVAR Y LOS
CAMINOS DE ANTAÑO……………………………………………………………113
LOS PRIMEROS COLONIZADORES DEL SUBTRÓPICO………………………123
ANGAS Y BALSAPAMBA SU COLONIZACIÓN FLORA
FAUNA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA E INCIDENCIAS
CLIMÁTICAS………………………………………………………………………...141
OTRA VERSIÓN: SÍNTESIS HISTÓRICA DEL
CANTÓN DE SAN MIGUEL DE BOLÍVAR………………………………………144
GESTAS HEROICAS………………………………………………………………...253
EL ADVENIMIENTO DEL VEHÍCULO MOTORIZADO…………………………265
LA APARICIÓN DEL COMETA HALLEY A PRINCIPIOS
DE ESTE SIGLO……………………………………………………………………...273
289
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………...281
COLECCIÓN CULTURA POPULAR………………………………………………283

290

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