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Platón

Platón distingue entre el mundo sensible, cambiante y contingente, y el mundo inteligible de las Ideas, que representa la auténtica realidad. En el mito de la caverna de La República, los prisioneros solo ven sombras del mundo exterior, hasta que uno sale y descubre la verdad fuera de la caverna, pasando del conocimiento sensible al racional. La idea suprema del Bien es la que da origen a todo conocimiento verdadero.
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Platón

Platón distingue entre el mundo sensible, cambiante y contingente, y el mundo inteligible de las Ideas, que representa la auténtica realidad. En el mito de la caverna de La República, los prisioneros solo ven sombras del mundo exterior, hasta que uno sale y descubre la verdad fuera de la caverna, pasando del conocimiento sensible al racional. La idea suprema del Bien es la que da origen a todo conocimiento verdadero.
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Platón

1. Paso del mundo sensible al inteligible.

En "La República" de Platón, el mito de la caverna ilustra el paso del desconocimiento al conocimiento. Un grupo de
prisioneros vive en una cueva y desconoce la existencia de un mundo exterior. Su realidad se limita a las sombras
proyectadas en la pared. Sin embargo, uno de los prisioneros se libera y descubre la verdadera realidad fuera de la
cueva.

Platón distingue dos mundos: el mundo sensible y el mundo de las Ideas. El mundo sensible es el de las cosas
cambiantes y contingentes, mientras que el mundo de las Ideas representa la auténtica realidad, ordenado bajo la
idea suprema del Bien. Las Ideas son universales, inmutables e imperecederas.

Dentro de la cueva, las sombras y las apariencias engañosas corresponden al mundo sensible, manifestadas por la
"doxa". Según Platón, el conocimiento verdadero no se obtiene a través de la "pistis", basada en la observación y la
experiencia, ya que está sujeta al cambio.

Cuando el prisionero se libera, ingresa al mundo inteligible y se encuentra con el fuego, las estrellas y la luna,
representando la "dianoia" o razón discursiva asociada a las matemáticas. Al contemplar el Sol, símbolo del Bien
supremo, el prisionero alcanza el "nous" y comprende la idea del Bien.

El proceso por el cual el prisionero descubre el Sol se llama "regressus", el ascenso de la parte racional del alma hacia
el conocimiento supremo. Luego, al regresar a la cueva para compartir su descubrimiento, se produce el
"progressus". Los filósofos, quienes han experimentado el regressus, tienen la responsabilidad de difundir la verdad
y guiar a otros hacia el mundo inteligible.

2. Dialéctica, opinión, Idea de Bien.

DIALÉCTICA: Ascensión del mundo sensible al inteligible en Platón que implica varios grados de conocimiento. La
doxa se refiere al mundo sensible y se divide en eikasia, conocimiento de las imágenes, y pistis, conocimiento de los
objetos mismos. La episteme se ocupa del mundo inteligible y se divide en dianoia, que abarca los primeros objetos
inteligibles como las matemáticas, y nous/noesis, que se ocupa del resto del mundo inteligible, especialmente de la
Idea del Bien. La dialéctica permite acceder al mundo de las ideas y alcanzar la idea suprema: el Bien. Es un proceso
intelectual y cuenta con un importante apoyo emocional al que Platón llama "amor".

OPINIÓN: Divide Platón el conocimiento en ciencia (episteme) y opinión (doxa). La opinión se basa en la percepción
de un mundo sensible y cambiante, donde las cosas son simples copias de las Ideas. Platón considera que las cosas
sensibles no pueden ser verdaderamente conocidas porque no son auténticamente reales. Dentro de la opinión,
existe una jerarquía: la imaginación (eikasia) se ocupa de las cosas sensibles y la creencia (pistis) implica juicios sobre
objetos materiales, pero no alcanza el verdadero conocimiento.

La ciencia es el conocimiento de lo universal e inmutable: las Ideas. Es superior a la opinión porque accede a la
verdad y se ocupa del mundo inteligible, la auténtica realidad. Este conocimiento se obtiene a través de la
comprensión racional y no a través de los sentidos, que solo generan opiniones.

IDEA DE BIEN: La idea de bien es la superior en el sistema platónico, pues es la causa de todas las demás, el principio
del ser y de la inteligibilidad de todas las ideas. De ella depende toda la realidad. Se representa en el mito de la
caverna como la luz del sol, que da origen al conocimiento verdadero, a la ciencia. Aquellos que llegan al
conocimiento del bien mediante la dialéctica serán los gobernantes ideales. La filosofía platónica es idealista: todo
está orientado al bien porque este es la causa de todas las cosas rectas y bellas y la meta del conocimiento filosófico.

3. Sócrates, Aristóteles, Nietzsche

Platón-Sócrates:

La filosofía de Sócrates se divide en cuatro aspectos principales. En primer lugar, defiende una concepción
absolutista de la verdad y los valores morales, oponiéndose a los sofistas y al relativismo. Tanto Sócrates como
Platón sostienen que hay verdades absolutas, objetivas y universales.
Platón
En cuanto a la educación y la dialéctica socrática, Platón acepta la visión educativa de Sócrates pero cuestiona
algunos de sus planteamientos, especialmente en relación con la reminiscencia. Además, Platón difiere de Sócrates
en su concepción de la dialéctica.

Sócrates buscaba definiciones esenciales, creyendo que había una característica común a todos los valores que
permitiría distinguir unas cosas de otras. Platón lleva esta idea más allá y las convierte en realidades inmateriales
llamadas Ideas.

Por último, el intelectualismo moral afirma que la virtud se basa en el conocimiento. Sócrates establece tres
principios: la virtud es conocimiento, el vicio es ignorancia y nadie actúa mal conscientemente. Platón aplica este
aspecto al ámbito político, proponiendo un gobierno justo. Funda la Academia para formar a los gobernantes y
permitir que la filosofía actúe como una medicina política.

Platón-Aristóteles:

En ética, Sócrates y Platón sostenían que el que más sabía era el que hacía el bien, mientras que Aristóteles
discrepaba y afirmaba que quien más sabía a veces tenía la mejor disposición para hacer el mal.

En política, Platón abogaba por una aristocracia basada en el conocimiento como la mejor forma de gobierno,
mientras que Aristóteles defendía una combinación de democracia y aristocracia como la forma ideal de gobierno.

En metafísica, tanto Platón como Aristóteles consideraban que la ciencia debía estudiar algo universal y eterno. Sin
embargo, Platón hablaba de esencias separadas de las cosas, mientras que Aristóteles sostenía que las esencias no
podían existir separadas de las cosas concretas.

En antropología, Aristóteles difería de la concepción platónica del alma. Mientras Platón veía al cuerpo como una
prisión para el alma, Aristóteles afirmaba que alma y cuerpo no estaban separados y que el alma moría con el
cuerpo. Aristóteles también asignaba al alma tres facultades: vegetativa, sensitiva y racional.

En física, Platón no consideraba que fuera una ciencia, ya que se centraba en los sucesos del mundo sensible,
mientras que Aristóteles la consideraba como la verdadera ciencia.

En epistemología, Platón sostenía que el conocimiento se alcanzaba mediante el paso del mundo sensible al mundo
inteligible y defendía que conocer es recordar. En contraste, Aristóteles proponía un enfoque empirista basado en
los sentidos como fundamento del conocimiento.

Platón-Nietzsche

En el estudio del ser, Platón divide el mundo en dos, el sensible y el racional. Nietzsche critica este dualismo y
considera que la invención de un mundo diferente al nuestro es un síntoma de resentimiento hacia la vida. En
cuanto a la epistemología, Platón da más importancia a la razón que a los sentidos, mientras que Nietzsche opina
que los sentidos nos proporcionan información directa sobre la vida. Platón se guía por valores apolíneos, mientras
que Nietzsche alude a los dionisiacos.

En el plano antropológico, Nietzsche propone un hombre vitalista, que sea creativo, posea una voluntad ascendente
y cree sus propios valores. Platón vuelve a utilizar el dualismo para separar un alma inmortal que pertenece al
mundo inteligible y preexiste al cuerpo, denominando la unión de alma-cuerpo como accidental.

En cuanto a lo moral, Nietzsche contradice a Platón, tachando su moral como algo contrario a la vida. Platón
continúa el intelectualismo moral de Sócrates, una teoría clave para entender el bien, la justicia y la verdad.
Nietzsche piensa que los valores son aquellos que favorecen la vida y la satisfacción corporal.

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