Leyenda de la
Mazorca de
Oro
Dice una antigua leyenda que,
hace mucho tiempo, vivía una
familia de campesinos sin
recursos. Apenas tenían un
campo de maíz que solo la
madre se dedicaba a trabajar.
La mujer lo recolectaba y lo vendía, también cuidaba de sus
cinco hijos. Mientras, su esposo solo se dedicaba a dar
paseos por el campo.
Un día, estaba tan cansada que no pudo trabajar suficiente
y apenas obtuvo unas pocas monedas. La mujer se puso a
llorar desconsolada. Pronto, vio que en el campo de maíz
había algo que resplandecía. Cuando se aproximó se percató
de que se trataba de una mazorca de oro.
La campesina mostró el tesoro a su marido e hijos, y les
advirtió que solo lo compartiría con aquellos que valoraran la
tierra y la familia. Desde ese día, su esposo y sus hijos
colaboraron en el campo familiar. Asimismo, la familia vendió
la calabaza y pudo ampliar sus terrenos, lo que les permitió
obtener más dinero y no pasar más penurias.
Leyenda de la
Mazorca de
Oro
Dice una antigua leyenda que,
hace mucho tiempo, vivía una
familia de campesinos sin
recursos. Apenas tenían un
campo de maíz que solo la
madre se dedicaba a trabajar.
La mujer lo recolectaba y lo vendía, también cuidaba de sus
cinco hijos. Mientras, su esposo solo se dedicaba a dar
paseos por el campo.
Un día, estaba tan cansada que no pudo trabajar suficiente
y apenas obtuvo unas pocas monedas. La mujer se puso a
llorar desconsolada. Pronto, vio que en el campo de maíz
había algo que resplandecía. Cuando se aproximó se percató
de que se trataba de una mazorca de oro.
La campesina mostró el tesoro a su marido e hijos, y les
advirtió que solo lo compartiría con aquellos que valoraran la
tierra y la familia. Desde ese día, su esposo y sus hijos
colaboraron en el campo familiar. Asimismo, la familia vendió
la calabaza y pudo ampliar sus terrenos, lo que les permitió
obtener más dinero y no pasar más penurias.