INSTITUTO MEXICANO DE PSICOONCOLOGÍA
MAESTRIA EN TANATOLOGÍA 46 A
DR. ISIDRO SOSA VEGA
ANTROPOLOGÍA DE LA MUERTE
ANALISIS DE LA PELICULA
¨”LA BALADA DE NARAYAMA”
MARIA DE LOURDES RAMIREZ BUENO
La vida, del latín vitae, es definida por el Diccionario de la Real Academia-
española como aquella “fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra
el ser que la posee”. Se entiende por vida el “estado de actividad de los seres
orgánicos y la unión del alma y del cuerpo o como el espacio de tiempo que
transcurre desde el nacimiento hasta la muerte” (2009.
http://www.rae.es/rae.html.)
El concepto desde el punto de vista biológico, conceptualizando a la vida de forma
objetiva como una fuerza o actividad refiriéndose al proceso por medio del cual los
seres vivos realizan o permiten poner en acción o actividad la energía o fuerza. En
ese sentido la importancia de la vida se encontrará también en ese conjunto de
procesos que se realizan mientras un ser vive, estableciendo un término de
finalización.
Ante esta dualidad, el pensamiento trata de responder la interrogante si ¿será
posible hablar de la vida sin mencionar la muerte?; respecto a ello tenemos que la
propia vida es el camino hacia la muerte, desde que nacemos estamos destinados
a morir, aún ningún ser vivo ha adquirido la característica de la inmortalidad. De
acuerdo con este pensamiento podríamos señalar que la vida y la muerte en sí
podrían ser un sólo acto, por lo tanto, es casi imposible hablar de vida sin hacer
referencia muerte, y no podríamos hablar de la muerte sin antes admirar la vida.
El maestro Sotelo Salgado, en su obra “La legalización de la eutanasia” cita a Luis
Recasens Siches, quien define a la vida desde el punto de vista biológico como
“…las suma de propiedades mediante las cuales un organismo crece, se
reproduce y se adapta a su ambiente; la calidad por la cual un organismo difiere
de los cuerpos inorgánicos u orgánicos muertos”. Ahora bien, el citado autor, dice
que, desde el punto de vista sociológico, “Vida es todo lo que hacemos; pero esto
no sería vida si no nos diéramos cuenta C. S (2002) La legalización de la
eutanasia. En C. Velasco.
De acuerdo con este pensamiento podríamos señalar que la vida y la muerte en sí
podrían ser un sólo acto, por lo tanto, es casi imposible hablar de vida sin hacer
referencia de la muerte, y no podríamos hablar de la muerte sin antes admirar la
vida.
Ahora bien, por lo regular el hombre cuando se acerca a la etapa final del ciclo de
la vida trata de prolongar ese lapso de tiempo y se ve inmerso en sacrificios que
implican un propio sufrimiento o dolor principalmente por el rechazo a morir, al
sentir desgastadas las funciones naturales del cuerpo al percibir el paso del
tiempo en el aspecto físico y por muchos otros factores como la soledad y falta de
salud; pero que en mayor medida por negarse a aceptar la realidad y entender que
no puede eludir la muerte, sino que sólo le queda esperar el momento de su
llegada.
Entonces tenemos que la muerte en sí como fin de la vida, es un acontecimiento
inevitable y que por más que queramos impedir su llegada no tendríamos éxito,
pues ese fin llega de una manera en el que el propio hombre no pude interferir,
debido a que a pesar de todo no ha sido posible manipularla; en ese sentido,
García y Escrivá (1997) señalan que la vida no es disponible ni renunciable, el
hombre alcanza su máxima realización justamente cuando acepta su propia
muerte.
La muerte como acontecimiento natural que pone fin a la vida, llega en el
momento y circunstancias que el hombre no puede evitar, la única posibilidad que
se tiene es manejar situaciones o circunstancias para que la muerte acontezca
con el mayor placer posible. Lo que se desea es que acontezca de forma
tranquila, con el menor sufrimiento, evitar actos violentes o dolorosos, que
marquen la última etapa de nuestras vivencias; ante ello, se plantea la posibilidad
de lograr, para todos o en su defecto para una mayoría, una buena muerte, un
deceso adonis, que se convierta en un acontecimiento tan bonito y esperado como
lo es nacimiento
Ahora bien, sí el hombre no puede evitar la muerte, habrá que encontrar los
mecanismos que en la actualidad le permitan obtener el derecho al anhelado
deseo de una buena muerte, cambiando la mentalidad de esperar solamente a
que suceda tal acontecimiento, sino que se busque que cuando llegue la muerte
esta sea de una forma tranquila y sin sufrimiento e inclusive puede ser adelantada
o determinada por el hombre. Si se sustenta en el deseo propio de obtener una
muerte tranquila y sin sufrimiento, la voluntad de la propia persona, sería
reconocida y con ello se dejaría a ella misma la carga moral de disponer de su
propia vida.
Ante ello se tiene entonces que cuando el hombre tenga la facultad de inducir la
muerte, es porque lo realizará de la mejor manera posible y con el fin de evitar el
sufrimiento, dolor o agonía de una persona, que así lo ha dispuesto y no para
provocar simplemente la muerte. Reconocer que las cosas de la vida son
transitorias y que las pérdidas son comunes, deben lograr generar un crecimiento,
y que si, al final hay algo más para poder procesar tales perdidas, y se le atribuye
el nombre de duelo.
Todo se maneja por intervalos de edad, para estudiar, trabajar, recibir servicios,
participar en actividades, hasta el tener un lugar en la sociedad. Aumentado la
ansiedad por no llegar a la muerte, no teniendo claro que entre más se viva, más
pronto se muere. Por último, con lo que logro concluir, es que somos mortales, y
como seres humanos nos basamos en los principios de placer y dolor, desde que
una diminuta célula, debe cumplir con un ciclo de vida, y que existen diversos tipos
de vida para cualquier organismo.
ANALISIS DE LA PELICULA
Japón, finales del siglo XIX. Una aldea perdida en las montañas al norte del país.
Para soportar los rigores del invierno y la escasez de alimento sus habitantes
tienen una serie de tradiciones que les permiten sobrevivir. Entre ellas está la que
ordena a los hijos abandonar a sus padres en el cercano monte Narayama cuando
cumplen 70 años y se convierten en una carga para los demás. Entre sus
leyendas figura la del Dios de la montaña que espera a los ancianos, aunque
nadie ignora que esta costumbre es la única forma de asegurarse de que el pueblo
tenga comida suficiente antes de la cosecha.
“El anciano está hecho para morir”, se dice corrientemente.2 Esta formulación una
tanto brutal comprueba sin embargo una verdad antropológica, al término de su
vida, el hombre no tiene más que esperar que su desenlace fatal; ya muerto
socialmente (la jubilación), a menudo padece también la declinación (orgánica o
mental), preludio de la desaparición definitiva Louis, V. T. (1983). Antropologia de la
muerte
La estructura de vínculos familiares, y la comunidad -pueblo- está formada por un
conjunto de familias. Se deduce por el film que se trata de un sistema patriarcal,
pues son las mujeres las que han de acudir a vivir a casa del esposo. De hecho, el
ceremonial de matrimonio apenas existe. Es, más bien, un 'proceso' que comienza
en la casa de la lluvia, entra en la casa de la casa del árbol. A partir de aquí se
inicia el proceso del matrimonio, que se puede considerar consolidado cuando la
pareja tiene un hijo. Se trata también de un sistema patrilineal pues la vía
hereditaria pasa de primogénito (masculino) a primogénito (masculino).
La familia de la casa del árbol es el hermano mayor, el cabeza de familia, que se
casa con Tamaian tras la muerte de su primera mujer, Takeian -a la que vemos
muy enferma. Es él, el hermano mayor, el que manda y toma las decisiones en la
familia. Es el heredero del estatus y los bienes materiales -evitándose así la
división de tierras. Aunque en la práctica, en esta familia, parece ser su madre,
Orín - la abuela. Orín tiene sesenta y nueve años; su marido era Riei y avergonzó
a toda su familia al no tener el valor de subir a su madre al monte Narayama,
según se narra en el film.
“La diversidad de las actitudes que se encuentra parece estar en relación directa
con las condiciones socioeconómicas del medio considerado. Esto es fácil de
comprobar a través de algunos ejemplos corrientes. En las sociedades En las
sociedades pobres, desposeídas, que viven en el límite de la miseria, los ancianos
suelen ser abandonados; no sólo se les niega el alimento, sino que además se los
abandona cuando el grupo emprende una larga peregrinación”. Louis, V. T. (1983).
Antropologia de la muerte.
El argumento se centra en Orin, todavía vigorosa y con una magnífica dentadura a
sus 69 años. Es tal su fortaleza que hasta su nieto inventa canciones donde se
pregunta si su abuela no será una bruja, mismas que son repetidas por los otros
habitantes del pueblo. Esta será la menor de las preocupaciones de Orin en su
último año de vida, ya que antes de que regrese el invierno deberá procurarle una
nueva esposa a su hijo mayor Tatsuhei, evitar que su hogar sea usurpado por la
nueva pareja de su nieto, averiguar el paradero de su esposo, desaparecido
treinta años antes, e incluso intervenir en la vida amorosa de su hijo menor,
“Pero en el momento en que sus fuerzas declinan, y no bien comienzan a dar
muestras de senilidad, se pone término a su existencia, ya despojándolos del
alimento que les estaba destinado, ya abandonándolos en lugar desierto sin su
consentimiento, si es que no se los sacrifica ritualmente por haberse vuelto
inútiles” Louis, V.T. (1983) Antropología de la muerte
Se trata de una sociedad agraria, pues aunque se ve cómo pescan truchas, cazan
con escopeta, lo que nos indica que data seguramente sobre el siglo. XIX, un
periodo medianamente reciente; añádase que solo se ve que cacé el primogénito,
esto es, Tatsue- liebres, y tienen un escueto repertorio de animales domésticos.
Su principal objeto de esfuerzos es el cultivo del arroz y la patata.
Debido al momento histórico en que se desarrolla -que como hemos comentado,
se trata de apenas dos siglos atrás- podemos aventurarnos a clasificarla de
campesina. En cuanto a la fase de producción añadiríamos que todos participan
de ella. Todos ayudan y se esfuerzan en sacar adelante los campos y las tareas.
Respecto a la fase distributiva se percata en el film que se trata de una sociedad
de subsistencia. Todo lo obtenido se distribuye dentro de la misma familia para
propio consumo - o casi todo. No hay prácticamente intercambio, tan solo con el
vendedor de sal para conseguir esta.
El dinero no aparece. El vendedor de sal es el que actúa como celestina y
contacto entre los diversos pueblos del valle. Habría de destacarse también
el infanticidio y el senecticidio. El infanticidio se da en menor medida. La economía
es sumamente ajustada, y una boca más que alimentar resulta inconcebible. El
senecticidio, en cambio, está más estructurado y desarrollado, camuflándose entre
las faldas de las creencias religiosas que tienen.
Cuando Orin sorprende a su hijo menor en el arrozal un simple paneo revela el
punto de vista de la anciana. La imagen ralentizada, cuando Tatsuhei habla de la
última vez que vio a su padre, nos indica la presencia de los muertos, recurso que
se repite cuando el mismo Tatsuhei finalmente cumple con su obligación como
hijo, tal como lo marca la tradición.
La balada de Narayama constituye una muy buena película para reflexionar sobre
la asunción de la propia muerte, de que la vejez no es sólo un tiempo para
convertirse en inútil a la sociedad sino un tiempo para prepararse. Se trata, sin
lugar a dudas, de un film duro, pero con un estilo poético que nos obliga a
reflexionar sobre la antropología de la muerte en la que los rituales y las
tradiciones son el pan de cada día en todo el planeta y en todas las épocas.
Los ancianos se encuentran en una situación complicada. Los niños, aunque no
lleven alimento a casa, lo llevarán en el futuro. Los ancianos han dejado atrás este
tiempo. Son conscientes de lo valioso que resulta su parte de alimento para la
supervivencia del resto de la familia, sobre todo en épocas de escasez. Tanto es
así que, llegado el momento, se despiden de su grupo familiar, y se alejan en la
nieve “simplemente se dejan morir
REFENCIAS
ANON;SF. LA ORTOTANANCIA COMO DERECHO MORAL,S.L.,S.N
SOTELO, C. (2004) LA LEGISLACION DE LA EUTANACIA, MEXICO CARDENAS EDITORES
LOUIS, V. T. (1983). ANTROPOLOGIA DE LAMUERTE . En V. T. LOUIS. MEXICO: FONDO DE CULTURA
ECONOMICA.
TORRES, B.M.R (1999). LAMUERTE Y SUS VENTAJAS , MEXCICO . FONDO DE CULTURA ECONOMICA
http://www.rae.es/rae.html.