MÓDULO 3 - DESARROLLO DEL SER
HUMANO
3.1. TENDENCIAS HUMANAS
Maria Montessori desarrolló su método a través de la observación y la experimentación. La
pedagogía científica consiste en hacer un experimento pedagógico con material de enseñanza y
esperar la reacción del infante.
Poner la atención en sus alumnos permitió a la creadora de esta metodología identificar una serie
de tendencias humanas y las etapas por las que pasa un niño durante su proceso de desarrollo y
aprendizaje.
Las tendencias humanas hacen referencia a las características comunes de todos los individuos,
independientemente del lugar o la época en la que vivan. Maria Montessori y su hijo, Mario
Montessori, teorizaron este concepto y se fijaron en lo innato de la especie humana.
En este sentido, observaron que, a diferencia de otros animales, los humanos no se vuelven
autónomos a una corta edad, sino que deben aprender mucho en distintos ámbitos.
Por ejemplo, tienen que aprender a hablar, para lo cual deben practicar la
pronunciación de los sonidos y asimilar un código para comunicarse con palabras;
dicho de otra forma, deben construir su lenguaje. Sin embargo, los humanos tienen
una capacidad innata para adquirirlo, más allá del idioma en el que se críen; del
mismo modo, están programados biológicamente para aprender a moverse e
integrarse a los códigos sociales del medio en que viven (Poussin, 2019).
Esta capacidad innata de aprendizaje, Maria Montessori la identifica como nebulæ. En otras
palabras, es el potencial que tienen los niños para construirse y está condicionado por el entorno
al que están expuestos durante la infancia. Por este motivo, si no se expone a un niño a una
lengua, no aprenderá a hablar.
Esta particularidad es, según Montessori, la mayor fuerza de los humanos y lo que los hace libres.
Estas son las tendencias que identifican Maria y Mario Montessori:
● Trabajo. Maria Montessori defendía que a través del trabajo los niños construyen su
verdadero ser. Les proporciona sensaciones de logro y de autoestima.
● Orientación. Es la capacidad de reconocer una situación en relación con el entorno, ya sea a
nivel físico, emocional, intelectual o social. Es una tendencia que aparece en la primera
infancia, cuando los pequeños establecen puntos de referencia.
● Exploración. Es una tendencia esencial para la supervivencia y está relacionada con el uso
de los sentidos y el movimiento. Se manifiesta muy temprano en la vida de un niño y requiere
de la investigación y el descubrimiento. Aunque en un inicio es limitada y está estrechamente
ligada a los sentidos, cuando el niño crece se amplían sus horizontes de exploración.
● Observación. Es una tendencia que se desarrolla desde el nacimiento. Es necesario que los
pequeños observen para que entiendan su entorno y tomen decisiones correctas.
● Abstracción. Esta es la tendencia que diferencia a los humanos de los animales. Los niños
adquieren la capacidad de visualizar eventos futuros y expresar emociones que no son
tangibles, especialmente a partir de los 6 años.
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● Perfeccionamiento. La tendencia a la perfección, presente en la mente de los niños, no es
algo impuesto, sino que es una capacidad interna que les proporciona satisfacción y alegría
ante los logros que consideran “perfectos”, por ejemplo, cuando manipulan los materiales.
● Orden. El orden externo es una tendencia importante porque los pequeños de 0 a 6 años
absorben el entorno que los rodea directamente en la estructura de su cerebro. Es decir,
cuando los niños gozan de un orden interior son capaces de mantener un equilibrio en el
entorno de una forma más flexible. Asimismo, también hacen frente al desorden.
● Repetición. La tendencia a la repetición de ciertas tareas hace que los pequeños puedan
alcanzar una gran concentración. Esta tendencia no solo proporciona el dominio de un
ejercicio en concreto, sino también una mayor capacidad de concentrarse.
● Comunicación. La comunicación permite la transmisión de pensamientos, información y
sentimientos entre personas. Es el enlace de entendimiento que incluye tanto la palabra
escrita como la hablada y las expresiones y gestos, así como el arte, la música y la danza.
● Manipulación. Después de la exploración, aparece la tendencia a la manipulación, que
implica tocar el entorno para entenderlo.
● Concentración. La concentración hace que los niños fijen su atención, evitando las
distracciones. Esta tendencia es la primera condición necesaria para el aprendizaje.
● Precisión. Algunas actividades, tareas y movimientos requieren de cierta precisión para que
los niños obtengan un resultado satisfactorio.
Según la creadora del método Montessori, todos los individuos están hechos para aprender
permanentemente, para adaptarse a una evolución continua. Por este motivo, los niños desde la
infancia son “trabajadores, experimentadores, exploradores, curiosos de todo” (Poussin, 2019).
3.2. ETAPAS DEL DESARROLLO
Montessori defendía que los pequeños aprenden en función de un esquema que está dividido por
etapas. Se pueden distinguir cuatro etapas, que van desde la infancia hasta los 24 años.
La dinámica de construcción de una persona no es lineal y presenta transformaciones importantes
en periodos concretos. Un ejemplo de ello son la primera infancia y la adolescencia, donde el
sujeto presenta cambios radicales, tanto en el plano físico como el psíquico.
Estas etapas están subdivididas en dos fases: la primera, de apertura a la vida, y la segunda, de
cierre. Es decir, presentan un periodo de consolidación y de preparación para pasar a la siguiente
etapa del desarrollo.
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Montessori hablaba de una sucesión de nacimientos y de embriones para definir el proceso de
desarrollo del niño durante la infancia. Así pues, antes de nacer, todas las necesidades del
embrión son atendidas por parte de la madre.
Al nacer el bebé, la separación entre madre e hijo se va realizando de forma muy progresiva. El
nacimiento supone la aparición del “embrión espiritual”, que de los 0 a los 3 años se construye
como un ser consciente de sí mismo y distinto de sus progenitores.
La siguiente fase es la del “embrión social”, que corresponde con la etapa de los 3 a los 6 años,
y es en la que el niño amplía sus relaciones con los demás de forma progresiva.
El uso de la palabra embrión denota cierta vulnerabilidad del niño durante las fases de desarrollo
en la infancia. En este sentido, Montessori defendía que si el entorno no proporciona los elementos
adecuados, el desarrollo del niño no se efectúa correctamente.
La pedagoga también añadió el concepto de “embriones intelectuales” para referirse al
desarrollo intelectual, que se superpone al físico. Por este motivo, durante la primera infancia son
importantes los dos desarrollos:
Hay que considerar ambos procesos cuando se trata de la primera infancia, ya que el
niño tiene tanto necesidades físicas como psíquicas. Si se desatiende un proceso u
otro, el niño puede recoger impresiones falsas e incomprensiones, que a la vez pueden
tener consecuencias graves y traducirse en la aplicación de esquemas de desarrollo
desviados que falsearán la forma en que percibirá las experiencias posteriores
(Poussin, 2019).
Durante el periodo embrionario, el infante adquiere todas las características de su especie, que
dependen de los medios que se le ofrecen. Las propiedades que adquiere son las siguientes:
● coordinación de movimientos;
● elaboración del lenguaje;
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● desarrollo de relaciones;
● construcción de la capacidad de abstracción.
3.2.1. Características de las etapas
Las etapas del desarrollo corresponden con la adquisición de ciertas características por parte
de una persona, así como con el logro de potenciales o la satisfacción de unas necesidades
específicas.
Por este motivo, es imprescindible que las personas cuenten en cada etapa del desarrollo con un
entorno adecuado y una preparación y actitud del adulto adaptada al momento concreto.
A continuación, se presentan las principales capacidades y/o características que se
adquieren en cada etapa (Poussin, 2019):
● 0 – 6 años. El niño va adquiriendo independencia progresivamente. Alcanza “el dominio de sí
mismo, de los movimientos, del lenguaje, del entorno inmediato, de las herramientas de uso
cotidiano, de los códigos sociales”.
● 6 – 12 años. En esta etapa el pequeño explora, interroga y desarrolla un conocimiento
teórico e intelectual, así como un sentido moral y espiritual. También “adquiere las
competencias sociales necesarias para la vida en grupo y la colaboración”.
● 12 – 18 años. La llegada a la adolescencia hace que el o la joven cambie y su sensibilidad
evoluciona considerablemente. Quiere encontrar su lugar y adquirir mayor autonomía.
También se interesa por las grandes causas.
● 18 – 24 años. En esta última etapa “’el hombre pequeño’ deja de ser un niño”. Es el proceso
en el que se separa, alcanza una mayor autonomía y llega a la madurez.
Aparte de los cambios físicos e intelectuales, las etapas del desarrollo también marcan la
aparición de las distintas tendencias humanas y características comunes en todos los seres, que
se han explicado en el apartado anterior.
Aunque en un primer momento Montessori centró sus estudios en las primeras edades,
posteriormente los extendió a toda la infancia. De esta manera, se convirtió en una de las pocas
pedagogas en proporcionar propuestas y una visión amplia para cada edad.
No obstante, cabe destacar que Montessori siempre se interesó más por la primera infancia ya
que, según ella misma, es la etapa en la que se producen los mayores cambios en la evolución de
una persona.
3.3. PLANOS MENTALES
La mente de los niños también va cambiando a medida que crecen y aprenden. De esta manera, y
teniendo en cuenta las etapas del desarrollo anteriores, Maria Montessori identificó cuatro
planos mentales por los que pasan los pequeños durante su crecimiento (INIB, 2020).
● mente absorbente;
● mente razonadora;
● mente humanística;
● mente especialista.
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3.3.1. Mente absorbente
La mente absorbente es la que un ser humano desarrolla desde su nacimiento hasta los 6 años.
Esta etapa se encuentra dividida en dos momentos: de los 0 a los 3 años, denominado “mente
inconsciente”, y de los 3 a los 6 años, que recibe el nombre de “mente consciente”.
Montessori define este plano mental como la capacidad del infante de construirse a sí mismo,
integrando todas sus experiencias, sensaciones, sentimientos y emociones. Es un proceso que se
lleva a cabo mediante la observación.
En el primer ciclo, que se da entre los 0 a los 3 años, los niños van aprendiendo de forma
inconsciente, absorbiendo todo lo que les rodea. Aun así, es el momento en el que empiezan a
comprender la diferencia entre lo real y lo imaginario.
Por otro lado, la fase de los 3 a los 6 años supone una etapa de aprendizaje que se efectúa de
manera consciente. En este momento, los pequeños comienzan a adquirir algunas habilidades,
como la concentración y la memoria, para realizar juegos o tareas, asignadas tanto en casa como
en la escuela.
Así pues, también empiezan a entender las consecuencias de sus actos y son capaces de
memorizar algunos pasos o elementos de sus actuaciones.
3.3.2. Mente razonadora
A partir de los 6 años, la mente absorbente se convierte en una mente razonadora, hasta los 12
años. En esta fase mental, los niños recurren a la imaginación para representar lo que no se puede
ver y lo que vuelve posible la abstracción. No utilizan el imaginario fantástico.
En este sentido, Montessori destacaba que es importante ayudar a los niños a distinguir entre lo
real y lo imaginario pero, al mismo tiempo, no debilitarlos, manteniendo su credulidad. Cabe
mencionar también, que es en esta etapa en la que van adquiriendo la capacidad para responder
a los interrogantes básicos: por qué, cómo y cuándo.
Esto es posible porque ya han desarrollado de manera considerable sus competencias
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intelectuales que, a la vez, les permiten alcanzar sus objetivos. Montessori destaca los siguientes
rasgos de este plano mental en su libro Educación de las Potencialidades Humanas, citado por el
Instituto Neurológico Integral Beremia (2020):
[…] la educación entre los seis y los doce años no es una continuación de la etapa
anterior, pero se basa en dicha etapa. Dice que, en lo psicológico, cambia
decididamente la personalidad y conforme lo ha determinado la naturaleza durante
este periodo, el niño adquiere todo cuanto tiene que ver con la cultura.
Entre las competencias adquiridas destacan la memoria de trabajo, la capacidad de
concentración, la adaptabilidad mental que les permite cambiar de tarea o comportamiento según
la observación y la capacidad de planificar y organizar las acciones.
Además, también empiezan a establecer sus primeras relaciones sociales y se despierta en ellos la
curiosidad por cuestiones más complejas.
3.3.3. Mente humanística
El plano de la mente humanística corresponde al periodo comprendido entre los 12 y los 18
años. En la pedagogía Montessori, esta etapa también se separa en dos fases, igual que la
primera. La creadora de este método defendía que tanto en la primera infancia como en la
adolescencia es cuando se producen más cambios en el ser humano, tanto físicos, como
psicológicos e intelectuales.
La pubertad pertenece al primer estadio, que va de los 12 a los 15 años, aunque también se
denomina como fase de configuración o creación, ya que se relaciona con un “nuevo
nacimiento para el ser humano”.
La segunda fase, la adolescencia, va de los 15 a los 18 años y coincide con la consolidación de
sentimientos y actitudes del ser humano para comportarse como un adulto. Estoimplica un
aumento de la responsabilidad y del compromiso dentro del entorno en el que se desarrolla el
joven.
En este segundo periodo es cuando se desarrolla la conciencia social del ser humano, que tiene
que ver con el conocimiento de uno mismo y con su comportamiento dentro de la sociedad.
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Es importante tener en cuenta que durante la mente humanística se producen cambios que hacen
que el niño se convierta en un joven. Hecho que requiere de una adaptación al entorno social en el
que se desenvuelve y de una mayor atención y orientación por parte de los familiares y guías.
3.3.4. Mente especialista
La mente especialista es la que corresponde al último plano de desarrollo del ser humano, que
va de los 18 a los 24 años. En esta etapa, el niño ha pasado a adulto y se tiene que enfrentar a la
vida real, por lo que debe definir con responsabilidad la forma de actuar dentro de la sociedad.
Los valores morales, éticos y espirituales son los que condicionan esta fase y los que se refuerzan
a través de las vivencias y experiencias del sujeto a lo largo de su desarrollo.
Se puede definir como el final de la formación del ser humano, que se prepara para dar el salto a
la vida profesional e involucrarse de forma activa en la sociedad en la que vive.
RESUMEN
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● Las tendencias humanas son las características comunes en todos los seres humanos, es
decir, aquello que les es innato y que les permite desarrollarse.
● Las tendencias que identifican Maria y Mario Montessori son: trabajo, orientación, exploración,
observación, abstracción, perfeccionamiento, orden, repetición, comunicación, manipulación,
concentración y precisión.
● El desarrollo de una persona se puede separar en cuatro etapas, según Montessori, que van
desde la infancia hasta los 24 años. La primera infancia y la adolescencia son dos de los
periodos más importantes por las transformaciones que se producen.
● El embrión espiritual es el niño que, de los 0 a los 3 años, se construye como un ser
consciente de sí mismo, mientras que el embrión social va de los 3 a los 6 años y tiene que
ver con las relaciones con otras personas. El desarrollo intelectual es lo que se conoce como
embrión intelectual.
● Las etapas del desarrollo corresponden con la adquisición de ciertas características por parte
de una persona, así como con el logro de potenciales o la satisfacción de unas necesidades
específicas. Las fases son: 0 – 6 años, 6 – 12 años, 12 – 18 años y 18 – 24 años.
● Maria Montessori identificó cuatro planos mentales por los que pasan los niños durante su
crecimiento: mente absorbente, mente razonadora, mente humanística y mente especialista.
● La mente absorbente es la que un ser humano desarrolla desde su nacimiento hasta los 6
años. Esta etapa se encuentra dividida en dos momentos: de los 0 a los 3 años, denominado
“mente inconsciente”, y de los 3 a los 6 años, que recibe el nombre de “mente consciente”.
● La mente razonadora aparece de los 6 a los 12 años, el periodo en que los niños recurren a la
imaginación para representar lo que no se puede ver y lo que vuelve posible la abstracción.
También asimilan la capacidad de concentración, la adaptabilidad mental y la memoria de
trabajo.
● El plano de la mente humanística corresponde al periodo comprendido entre los 12 y los 18
años. Tiene un primer estadio, la pubertad, que va de los 12 a los 15 años y se conoce como
el nuevo nacimiento del ser humano; y un segundo, llamado adolescencia, que va de los 15 a
los 18 años y coincide con la consolidación de sentimientos y actitudes.
● La mente especialista es la que corresponde al último plano de desarrollo del ser humano,
que va de los 18 a los 24 años. En esta etapa, el niño ya es un adulto que se enfrenta a la
vida real, por lo que debe definir con responsabilidad su forma de actuar dentro de la
sociedad.
AUTOEVALUACIÓN
Contesta las siguientes preguntas y practica las bases teóricas de este capítulo. No olvides
analizar y responder de acuerdo a lo que entendiste.
1. ¿Cuáles son las tendencias humanas identificadas por Maria y Mario Montessori?
2. ¿Qué es el embrión espiritual?
3. ¿Qué capacidades o características presentan los niños y niñas de los 6 a los 12 años?
4. Indica los dos momentos en los que se divide la mente absorbente.
5. ¿En qué etapa se adquiere la capacidad de responder a los interrogantes básicos?
6. Define la mente especialista.
SOLUCIONARIO
1.¿Cuáles son las tendencias humanas identificadas por Maria y Mario Montessori?
Las tendencias humanas que identificaron Maria y Mario Montessori son: trabajo, orientación,
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exploración, observación, abstracción, perfeccionamiento, orden, repetición, comunicación,
manipulación, concentración y precisión.
2. ¿Qué es el embrión espiritual?
Es la etapa de los 0 a los 3 años en la que el bebé se construye como un ser consciente de sí
mismo y distinto de sus progenitores.
3. ¿Qué capacidades o características presentan los niños y niñas de los 6 a los 12
años?
En la etapa de los 6 a los 12 años, los niños y niñas exploran, interrogan y desarrollan un
conocimiento teórico e intelectual, así como un sentido moral y espiritual. También adquieren las
competencias sociales necesarias para la vida en grupo y la colaboración.
4. Indica los dos momentos en los que se divide la mente absorbente.
La etapa de la mente absorbente se divide en la mente inconsciente, de los 0 a los 3 años, y en la
mente consciente, que va de los 3 a los 6 años.
5. ¿En qué etapa se adquiere la capacidad de responder a los interrogantes básicos?
En la etapa de la mente razonadora.
6. Define la mente especialista.
La mente especialista es la que corresponde al último plano de desarrollo del ser humano, que es
de los 18 a los 24 años. En esta etapa, el niño ya es un adulto que se enfrenta a la vida real, por lo
que debe definir con responsabilidad su forma de actuar dentro de la sociedad.
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