La justicia es un concepto ético que tiene diversas definiciones y que a su vez es
subjetivo. Para cada persona la justicia significa una cosa distinta, pero como
definición general es actuar con objetividad, verdad e igualdad otorgando lo que
cada uno merece. Parece importante comentar un concepto tan amplio para poder
entrar un poco en contexto sobre lo siguiente.
La Justicia Alternativa es una herramienta para la solución de conflictos que forma
parte del Nuevo Sistema de Justicia Penal. Tiene como propósito lograr un
acuerdo entre los involucrados a través de la voluntad, la cooperación y el diálogo.
El Nuevo Sistema de Justicia Penal cuenta con la Justicia Alternativa para
solucionar los conflictos a través del diálogo entre las personas involucradas y es
aplicable para los casos no graves. Este tipo justicia permite que los particulares
resuelvan sus problemas sin necesidad de ir con un juez, ya que da oportunidad a
las partes para ponerse de acuerdo a través de la voluntad, la cooperación y la
comunicación.
Aunque en algunas fuentes puedan referirse a esta ley como nueva, no es así, ya
que es desde la Constitución de Cádiz donde podemos encontrar un antecedente.
Al efecto, el uso de mecanismos de solución de conflictos alternativos al proceso
judicial, no es un sistema inventado por el legislador mexicano, sino que es un
fenómeno que desde antaño y actualmente se encuentra presente en los distintos
países, tanto para hacer frente a las demandas de los justiciables como para
responder a las nuevas formas de comercialización, comunicación y producción
derivadas de la globalización. La constitucionalización actual del uso de medios
alternativos en la resolución de conflictos en la carta magna federal y local, zanja
el debate doctrinal sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los
métodos alternativos en México. Ciertamente el uso de medios alternativos se
extiende al ámbito penal, terreno vedado para la justicia alternativa, pues desde la
Constitución centralista de 1836 y las Bases Orgánicas de la República Mexicana
de 1843 permitieron emplear el uso de mecanismos alternativos en las causas
criminales.
Los métodos alternativos son sistemas, mecanismos o instrumentos para
solucionar conflictos sin echar andar la maquinaria judicial, es decir la controversia
se resuelve sin entrar en el ámbito del Poder Judicial, estos métodos caminan en
paralelo al sistema judicial. Apreciándose el protagonismo de las partes al
implicarse en la solución del conflicto, las partes con ayuda de un tercero neutral
encuentran una solución a medida de sus necesidades. La mención de
“alternativo” no debe entenderse como pretensión y búsqueda de privatización de
la justicia, se trata de acercar la justicia a los ciudadanos, pues son los propios
ciudadanos legos los que intervienen solucionando el conflicto y fomentando la
armonía en la sociedad.
La intervención del Estado se reserva exclusivamente aquellas áreas donde es
imposible solucionar extrajudicialmente el conflicto. Entendiendo el conflicto como
producto de las relaciones en sociedad, si el individuo ocasiona el conflicto, el
mismo debe actuar en consecuencia solucionándolo, acudir o no a la vía judicial
ordinaria para resolver el conflicto penal, es un acto de voluntad que encierra en sí
mismo el ejercicio de una libertad pública. Con ello, de ningún modo se afecta el
derecho constitucional de tutela judicial efectiva; por el contrario, esta tutela es
perfectamente compatible con el derecho de las partes de dirimir sus problemas
por cauces extrajudiciales.
Actualmente La Justicia Alternativa es uno de los cambios más importantes en la
Reforma Penal, ya que es un método de solución de conflictos rápido y eficaz, en
el que se evita que tanto la víctima como el imputado tengan un desgaste
económico y emocional como representa ir por la vía de un litigio penal.
Este procedimiento significa una suma de voluntades, porque las partes están
dispuestas a llegar a acuerdos que las favorecerán a través del apoyo de una
persona neutral capacitada para encontrar una solución pacífica, es decir, un
mediador o conciliador.
En el estado de Sinaloa esta ley entro en vigor el 15 de mayo de 2013 y
posteriormente se le hizo una reforma el 30 de mayo de 2014, en el articulo dos de
dicho documento se estipula que esta Ley tiene por objeto fomentar la convivencia
comunitaria e inducir a una cultura de paz social para que los conflictos que surjan
en materia penal y sean susceptibles de ello, se solucionen a través del dialogo
con ayuda de especialistas, mediante mecanismos alternativos de solución de
controversias, así como el establecer la regulación de los principios, bases,
requisitos, condiciones y procedimiento de los mismos.
Existen principios rectores que prevén las leyes de justicia alternativa y no todos
los estados de la republica tienen a todos los principios como necesarios (en el
caso de Sinaloa si se encuentran todos), esto nos permite deducir que no hay una
forma general de establecer criterios para la utilización de los principios rectores
de la justicia alternativa; por ende, eso evita que las personas conozcan
normalmente y su utilidad práctica a la hora de resolver un conflicto. Por tal
motivo, a continuación, se abordan de manera breve dichos principios.
Principio de voluntariedad. Este principio es elemento sine qua non para que se
inicie un procedimiento dentro de la justicia alternativa, ya que la voluntad de las
partes debe existir para iniciarlo y poder así dirigir un conflicto de manera
extrajudicial.
Principio de confidencialidad. En la justicia alternativa, los participantes deben
mantener en estricta confidencialidad el asunto que se está sometiendo al
procedimiento, principalmente por dos razones: en primer lugar, porque las partes
expresan sus necesidades y, en segundo lugar, porque muestran sus
pretensiones. Por lo tanto, al mantener en secreto esas diferencias, los
involucrados se respetan entre sí.
Principio de imparcialidad. Por virtud de este principio, el tercero debe ser, además
de neutral, imparcial, lo que implica no tener favoritismo hacia una de las partes,
no inclinar su actuar hacia otra ni establecer diálogos parciales; con ello se
construyen caminos que llevarán a lograr un acuerdo final.
Principio de flexibilidad. Podemos entenderla como el conjunto de actitudes que
deben tomar las partes y el Estado en un conflicto, a fin de llegar a acuerdos
satisfactorios, sin necesidad de que existan actos formales que dilaten la
aplicación de la justicia y que pongan en riesgo una posible solución con base en
la negociación racional de las partes.
Principio de neutralidad. Con el propósito de que las partes se reconozcan y se
comprometan, en la justicia alternativa el mediador debe asumir una actitud
profesional y mantenerse justo en medio de la comunicación en el proceso, sin
inclinarse hacia el lado alguno; ello propicia la confianza en ambas partes.
Principio de legalidad. La justicia alternativa, aunque se realiza de manera privada,
no se debe alejar de las disposiciones legales que contempla el orden jurídico
nacional e internacional, por lo que todos los acuerdos se deben hacer con base
en la ley, el respeto a los derechos humanos y la buena fe.
Principio de equidad. La equidad constituye el instrumento que busca dar un
equilibrio a las relaciones jurídicas dentro de la sociedad en la aplicación de la ley,
asegurando la convivencia pacífica y la vigencia de un orden igualitario y justo. A
menudo se exige la incorporación de medidas específicas para compensar ciertas
desventajas que cualquiera de las partes podría enfrentar en algún procedimiento.
Con la aplicación efectiva de estos principios, se busca que la justicia alternativa
pueda coadyuvar de manera directa en la problemática existente y resultar de gran
ayuda para resolver los conflictos entre particulares, puesto que el fin último de la
justicia es solucionar problemas y, si además se cuenta con la participación
colaborativa de los involucrados, su resolución no sólo será de manera equitativa
para las partes, sino también de fondo, es decir, no abra necesidad de aplicar
algún otro recurso jurídico. Por lo tanto, la justicia alternativa debe ser un
mecanismo eficaz para concluir de manera definitiva y expedita los conflictos, y no
una vía para prolongarlos.
La justicia alternativa es promotora de la cultura de la paz; se presenta como una
opción que realmente les proporciona a las personas la posibilidad de participar en
la solución de sus propios conflictos y, lo más importante, son quienes toman la
decisión final. Sin duda, esto representa un gran avance para los particulares, que
no tienen que acudir ante los tribunales para dirimir sus controversias.
De forma gradual se ha ido incrementando la aplicación de diversos medios
alternos de solución de conflictos, algunos con más éxito que otros, pero resulta
trascendente que se acojan en buenos términos. Sin embargo, no hay una
generalización en la difusión y aplicación de estos medios en las entidades
federativas, lo que tiende a demeritar su utilización.
La justicia alternativa es una nueva forma de solucionar conflictos, pero no de la
forma tradicional, sino que se presenta como la posibilidad real de conceder
protagonismo total a las partes involucradas en una diferencia de intereses, para
que juntas logren un acuerdo que ponga punto final a su problema.