¿Qué es la apostasía y cómo puedo reconocerla?
La apostasía, de la palabra griega apostasía, significa "un desafío a un sistema establecido o autoridad; una
rebelión; un abandono o abuso de fe". En el mundo del 1º siglo, la apostasía era un término técnico para la
revuelta política o deserción. Y al igual que en el primer siglo, la apostasía amenaza el cuerpo de Cristo hoy.
La Biblia advierte acerca de personas como Arrio (c. 250-336 D.C.), un sacerdote cristiano de Alejandría, Egipto,
que fue entrenado en Antioquía a comienzos del cuarto siglo. Acerca de 318 D.C., Arrio acusó a Alejandro obispo
de Alejandría de suscribirse al Sabelianismo, una falsa enseñanza que afirmó que el Padre, Hijo y Espíritu Santo
eran simplemente roles o modos asumidos por Dios en varios momentos. Arrio estaba decidido a enfatizar en la
unicidad de Dios; sin embargo, fue demasiado lejos en su enseñanza de la naturaleza de Dios. Arrio negó la
Trinidad y presentó lo que pareció ser en la superficie una diferencia insignificante entre el Padre y el Hijo.
Arrio argumentó que Jesús no era homoousios (de la misma esencia) como el Padre, pero era homoiousios (de
esencia similar). Solamente una letra griega – la iota (i) – separaba las dos. Arrio describió su posición de esta
manera: "El Padre existió antes que el Hijo. Hubo un tiempo cuando el Hijo no existía. Por lo tanto, el Hijo fue
creado por el Padre. Luego, aunque el Hijo era el más alto de todas las criaturas, no era de la esencia de Dios".
Arrio fue muy astuto e hizo lo mejor para poner a la gente a su lado, llegando incluso a componer una canción que
enseñó su teología, la cual él trató de enseñar a todos los que le escucharían. Su naturaleza encantadora, su
posición reverenciada como un predicador y como quien vivía en la negación de sí mismo, contribuyeron también
a su causa.
Respecto a la apostasía, es crítico que todos los cristianos entiendan dos cosas importantes: (1) Cómo reconocer la
apostasía y a los maestros apóstatas; y (2) por qué la enseñanza apóstata es tan mortal.
Las Formas de la Apostasía
Para identificar y combatir completamente la apostasía, es importante que los cristianos entiendan sus diversas
formas y los rasgos que caracterizan sus doctrinas y maestros. En cuanto a las formas de la apostasía, hay dos
tipos principales: (1) el alejarse de las doctrinas claves y verdaderas de la Biblia y caer en las enseñanzas heréticas
que proclaman ser la doctrina cristiana "real"; y (2) una renuncia completa a la fe cristiana, que resulta en un
abandono completo de Cristo.
Arrio representa la primera forma de apostasía — una negación de verdades cristianas fundamentales (como, por
ejemplo, la divinidad de Cristo), que inicia un descenso hacia una desviación completa de la fe, que es la segunda
forma de apostasía. La segunda forma casi siempre comienza con la primera. Una creencia herética se convierte
en una enseñanza herética que se divide y crece hasta contaminar todos los aspectos de la fe de una persona, y
entonces se logra la meta de Satanás, que es un total alejamiento del cristianismo.
Un ejemplo reciente de este proceso es un estudio de 2010 realizado por el prominente ateo Daniel Dennett y
Linda LaScola llamado "Predicadores Que No Son Creyentes". El trabajo de Dennett y LaScola relata la historia
de cinco diferentes predicadores que con el tiempo fueron presentados con y aceptaron enseñanzas heréticas sobre
el cristianismo y ahora se han alejado totalmente de la fe y son o panteístas o ateos clandestinos. Una de las
verdades más inquietantes destacadas en el estudio, es que estos predicadores mantienen su posición como
pastores de iglesias cristianas con sus congregaciones ignorantes del verdadero estado espiritual de su líder.
Se advirtió sobre los peligros de la apostasía en el libro de Judas, que sirve como un manual para entender las
características de los apóstatas como los narrados en el estudio de Dennett y LaScola. Las palabras de Judas son
tan relevantes para nosotros hoy como lo fueron cuando Judas las escribió en el primer siglo; así que es
importante leer y entenderlas cuidadosamente.
Las Características de la Apostasía y de los Apóstatas
Judas era el medio hermano de Jesús y un líder en la iglesia primitiva. En su carta del Nuevo Testamento, él
describe cómo reconocer la apostasía e insta insistentemente a aquellos en el cuerpo de Cristo a contender
ardientemente por la fe (vs. 3). La palabra griega traducida "contendáis ardientemente" es un verbo compuesto del
cual obtenemos la palabra "agonizar". Es en el tiempo presente y significa que la lucha será continua. En otras
palabras, Judas nos está diciendo que va a haber una lucha constante contra falsas enseñanzas y que los cristianos
deben tomarlo tan en serio que incluso "agonicemos" en medio de la lucha en que estamos inmersos. Por otra
parte, Judas aclara que todo cristiano está llamado a esta lucha, no sólo los líderes del cuerpo local. Así que es
fundamental que todos los creyentes afilen sus habilidades de discernimiento para que puedan reconocer y
prevenir la apostasía en medio de ellos.
Después de instar a sus lectores a contender ardientemente por la fe, luego Judas destaca la razón: "Porque
algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación,
hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo" (versículo 4). En este versículo, Judas proporciona a los cristianos tres características de
la apostasía y de los maestros apóstatas.
En primer lugar, Judas dice que la apostasía puede ser sutil. Judas utiliza la frase "han entrado encubiertamente"
(que no aparece en ningún otro libro de la Biblia), para describir la entrada de los apóstatas en la iglesia. En el
griego extra bíblico, el término describe la astucia de un abogado que, a través de una argumentación inteligente,
se infiltra en las mentes de los funcionarios del Tribunal y corrompe su pensamiento. La palabra significa
literalmente "entrar de lado; entrar furtivamente; difícil de detectar". En otras palabras, Judas dice que es raro que
la apostasía comience de una manera abierta y fácilmente detectable. En cambio, se parece mucho a la predicación
de Arrio en la cual solamente una sola letra distingue su doctrina de la verdadera enseñanza de la fe cristiana.
Describiendo este aspecto de la apostasía y su peligro subyacente, A. W. Tozer escribió: “Tan hábil es el error en
imitar la verdad, que los dos están siendo constantemente confundidos uno por otro. Se necesita gran
discernimiento en estos días para saber cuál de los hermanos es Caín y cuál es Abel". El apóstol Paul también
habla del comportamiento agradablemente exterior de los apóstatas y sus enseñanzas: “Porque éstos son falsos
apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:13-14). En otras palabras, los apóstatas no parecerán malos
en el exterior ni dirán palabras escandalosas de herejía al comienzo de su enseñanza. En lugar de negar la verdad
abiertamente, los apóstatas la torcerán para que se ajuste a sus propios planes; pero, como ha señalado el Pastor R.
C. Lensky, "Las peores formas de iniquidad consisten en las perversiones de la verdad".
En segundo lugar, Judas describe a los apóstatas como "impíos" y como aquellos que usan la gracia de Dios como
una licencia para cometer actos injustos. Comenzando con "impíos", Judas enumera dieciocho rasgos poco
favorecedores de los apóstatas para que sus lectores puedan identificarlos más fácilmente. Judas dice que los
apóstatas son impíos (vs. 4), moralmente pervertidos (vs. 4), niegan a Cristo (vs. 4), mancillan la carne (vs. 8), son
rebeldes (vs. 8), gente que blasfema a los ángeles (vs. 8), son ignorantes de Dios (vs. 8), proclaman visiones falsas
(vs. 10), autodestructivos (vs. 10), murmuradores (vs. 16), criticones (vs. 16), andan según sus propios deseos (vs.
16), personas que usan palabras arrogantes y adulaciones falsas (vs. 16), burladores de Dios (vs. 18), los que
causan divisiones (vs. 19), sensuales (vs. 19) y finalmente (y no es de extrañar), carentes del Espíritu/no salvos
(vs. 19).
En tercer lugar, Judas dice que los apóstatas "niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Vs.
4) ¿Cómo hacen esto los apóstatas? Pablo nos dice en su carta a Tito: “Todas las cosas son puras para los puros,
mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a
toda buena obra” (Tito 1:15-16). A través de su comportamiento injusto, los apóstatas muestran a su verdadero yo.
A diferencia de un apóstata, un verdadero creyente es alguien que ha sido liberado del pecado a la justicia en
Cristo. Con Pablo, preguntan a los apóstatas que promueven el comportamiento libertino: “¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos
aún en él?" (Romanos 6:1-2).
Pero la falsa enseñanza de los apóstatas muestra también su verdadera naturaleza. Pedro dice, "Pero hubo también
falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente
herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina" (2
Pedro 2:1). Otro aspecto de los verdaderos creyentes es que han sido liberados de la oscuridad espiritual a la luz
(Efesios 5:8) y por lo tanto no negarán las verdades fundamentales de la Escritura como lo hizo Arrio con la
divinidad de Jesús.
Finalmente, la señal de un apóstata es que eventualmente decae y se aparta de la verdad de la Palabra de Dios y Su
justicia. El apóstol Juan indica que esto es una marca de un creyente falso: "Salieron de nosotros, pero no eran de
nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:19).
Las Ideas Tienen Consecuencias
Dios toma en serio la apostasía y la falsa enseñanza se evidencia por el hecho de que cada libro del Nuevo
Testamento, excepto Filemón, contiene advertencias acerca de la falsa enseñanza. ¿Por qué? Simplemente porque
las ideas tienen consecuencias. Pensar bien y su fruto produce virtud, mientras que pensar mal y su acción
acompañante resulta en castigos no deseados. Por ejemplo, los campos de exterminio camboyano de los años
setenta fueron el producto de la cosmovisión nihilista de Jean Paul Sartre y su enseñanza. El líder del Khmer
Rough, Pol Pot, vivió la filosofía de Sartre hacia el pueblo de una manera clara y aterradora, que fue articulada de
esta manera: "Protegerte no es ningún beneficio. Destruirte no es ninguna pérdida".
Debe recordarse que Satanás no vino a la primera pareja en el Jardín con un armamento externo o un arma
sobrenatural, sino que vino a ellos con una idea. Y fue esa idea que les condenó a ellos y al resto de la humanidad,
siendo el único remedio la muerte sacrificial del Hijo de Dios.
La gran tragedia es que, consciente o inconscientemente, el maestro apóstata condena a sus incautos seguidores.
Uno de los versos más temibles en todas las Escrituras proviene de los labios de Jesús. Hablando a Sus discípulos
acerca de los líderes religiosos de su época, dijo, "Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al
ciego, ambos caerán en el hoyo" (Mateo 15:14). Jesús afirma que no son sólo los falsos maestros que van a la
destrucción, sino que también sus discípulos los siguen. El filósofo cristiano Soren Kierkegaard lo expresó de esta
manera: "Porque nunca se ha sabido que un tonto, cuando se va por un mal camino, lleva a varios otros con él".
Conclusión
En el año 325 D.C., el Concilio de Nicea se convocó principalmente para retomar el tema de Arrio y su enseñanza.
Para gran desilusión de Arrio, el resultado fue su excomunión y una declaración hecha en el credo Niceno que
afirma la divinidad de Cristo: "Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible e invisible. Creo en un Solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho”.
Arrio pudo haber muerto hace siglos, pero sus hijos espirituales están todavía con nosotros hasta este día en la
forma de sectas como los Testigos de Jehová y otros que niegan la verdadera esencia y persona de Cristo.
Lamentablemente, hasta que Cristo regrese y cada enemigo espiritual haya sido removido, la cizaña como ésta
estará presentes entre el trigo (Mateo 13:24-30). De hecho, la Escritura dice que la apostasía va a empeorar a
medida que se acerque el retorno de Cristo. En aquel momento [los últimos días] “Muchos tropezarán entonces, y
se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán" (Mateo 24:10). Pablo les dijo a los Tesalonicenses que
una gran apostasía precedería la segunda venida de Cristo (2 Tesalonicenses 2:3) y que el fin de los tiempos se
caracterizaría por tribulación y charlatanes religiosos huecos: "en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Porque habrá hombres… que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita"(2
Timoteo 3:1-2,5).
Es crítico, ahora más que nunca, que cada creyente ore por discernimiento, combata la apostasía y contienda
ardientemente por la fe que ha sido entregada una vez por todas a los Santos.
Qué es Apostasía:
La apostasía es la acción y efecto de apostatar. Apostatar, por su parte, significa abandonar o romper
públicamente con la doctrina que se profesa.
La palabra, como tal, proviene del griego ἀποστασία (apostasía), y se compone de απο (apo), que significa “fuera
de”, y στασις (stasis), que significa “colocarse”.
En un sentido religioso, la apostasía vendría a ser la renuncia o abjuración pública de la religión que se
profesa.
Asimismo, cuando de quien se trata es de un clérigo, implica la ruptura con la orden o institución a que este
pertenece.
Del mismo modo, apostasía puede designar el acto en el cual un religioso ha incurrido en el incumplimiento de
sus obligaciones clericales. De allí que la apostasía, en estos términos, sea considerada un acto de vicio, de
corrupción de la virtud de la piedad, y su consecuencia sea la salida irregular del religioso de la orden.
Por otro lado, apostasía es un término que también se ha venido usando, por extensión, en el campo de la política,
para hacer referencia a aquella persona que rompe con sus convicciones doctrinarias.
Apostasía en la Biblia
La Biblia menciona algunos actos de apostasía que es conveniente señalar. Juan, por ejemplo, sostiene que la
apostasía es dejar de seguir a Jesús. Por su lado, Hebreos advierte: “Tened cuidado, hermanos, no sea que en
alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo” (III: 12).”
Por otra parte, Timoteo anuncia: “El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de
la fe, escuchando a espíritus engañadores y doctrinas de demonios (1 Timoteo, IV: 1). De allí que en Tesaloninces
se alerte: “No os engañe nadie de ninguna manera, porque [Jesucristo] no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesaloninces, II: 3).
En este sentido, la apostasía se relaciona con declinar de seguir el camino de la doctrina señalada por Jesucristo,
bien sea por una renuncia voluntaria, bien sea en favor de seguir otros caminos espirituales que, desde luego,
desde el punto de vista del cristianismo, contrarían la fe y la verdad de Dios.
Apostasía en el cristianismo
Como apostasía se denomina, en el seno de la Iglesia cristiana, el rechazo por parte de una persona, anteriormente
cristiana, de la doctrina y la fe predicada por Jesucristo. En este sentido, es un concepto que se emplea para
describir la renuncia, voluntaria y consciente, de la fe en Dios y en los dogmas del cristianismo. Así, la apostasía
vendría a ser el proceso de desconversión cristiana.
Apostasía
La apostasía (del latín apostasĭa, a su vez del griego antiguo ἀπoστασία: απο apo ‘fuera de’ y στασις stasis
‘colocarse’1) es la negación, la renuncia o la abjuración de la fe, en una religión. Asimismo, se refiere al acto del
clérigo que prescinde usualmente de su condición, e incumple, así, con sus obligaciones clericales. Es, igualmente,
el abandono de un partido para entrar en otro, o el cambio de opinión o de doctrina.
En griego moderno, el término equivalente Αποστασία (apostasía) no siempre implica connotaciones religiosas,
como puede verse en el caso de la apostasía de 1965 (en griego, Αποστασία του 1965), en un uso no religioso.
Hoy en día, la apostasía es reclamada por la ciudadanía como un derecho, como parte integrante del derecho a la
libertad de conciencia2 y a la libertad de culto.34 Las personas piden constar como apóstata o que se elimine todo
registro de pertenencia a un determinado grupo de creyentes y que deje de incluírseles, a los efectos pertinentes,
como miembros del grupo, sobre todo en aquellos casos en que la adscripción se produjo sin tomar en cuenta su
opinión.56
Introducción
La palabra apostasía en castellano tiene en el lenguaje común un sentido limitado a la religión, aunque la
definición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia la aplica de igual manera al ámbito de las
opiniones y doctrinas en general.7 Apostatar formalmente consiste en seguir un trámite cuya finalidad es el
borrado de los datos de los apóstatas de todos los registros religiosos, para que ya no estén contabilizados como
miembros de esta religión. Se aplica en particular a la cancelación de los datos recogidos en los registros de
bautismos, debido a que es el sacramento que sella la adhesión de las personas a la Iglesia católica. En este caso,
se habla a veces de desbautizo o desbautismo.89 La constancia de apostasía puede consistir en añadir una nota en
el margen del libro de bautismos que indique la condición de apóstata.10
El acto formal en sí no suele estar previsto por las religiones[cita requerida], lo que impide a menudo que la
apostasía se formalice mediante un proceso interno a la religión. La doctrina católica prevé un acto formalizado de
apostasía al que no otorga valor de no pertenencia a la Iglesia católica,11 y existen diócesis que niegan la
posibilidad hacer constar la apostasía.12 En consecuencia, en la época contemporánea, las personas deseosas de
apostatar solo pueden recurrir al amparo de las leyes del Estado en el que residen para formalizar su desafiliación
de la religión de la que son miembros. Las nuevas leyes sobre protección de datos13 han supuesto la única vía
legal para que se pudiera hacer efectiva la apostasía frente a las religiones.
La apostasía en diferentes religiones
En el islam
La apostasía en el islam (en árabe ارتداد, irtidād o ridda) se define como el rechazo en palabras o actos del islam
por parte de quien ha sido su seguidor. La apostasía del islam es objeto de controversia, pues mientras que para
muchos musulmanes, sobre todo desde una perspectiva rigurosa, es condenable con la pena de muerte según la
Sharia (ley islámica) aplicable en varios países (Arabia Saudí, Kuwait, Mauritania, Sudán, Afganistán hasta el
2001...), para otros no debe ser castigada, basándose en varias citas del Corán,14 entre ellas:
Ciertamente, hemos hecho descender sobre ti esta escritura divina, que expone la verdad, en beneficio de toda la
humanidad. Y quien elija ser guiado por ella, lo hace por su propio bien, y quien elija extraviarse, se extravía solo
en detrimento propio; y tú no tienes poder para determinar su destino. (Qur’an 39: 41)
Sin embargo, hay países que consideran que lo anterior es compatible con sanciones penales, aunque no prevén la
pena de muerte.15
Las cuatro Madh'hab (escuelas de la jurisprudencia islámica —Fiqh—) y los doce Shi'a Jafari (juristas
principales) acuerdan que un hombre musulmán cuerdo que apostatare debe ser ejecutado.16
La diferencia en el castigo con la apostasía femenina es que la mujer debe ser metida en prisión y ejecutada solo
en casos determinados. De acuerdo con Wael Hallaq, ninguna de las leyes de apostasía viene del Corán.17
Opinión legal sobre apostasía mediante una fetua para un hombre que se convierte al cristianismo.
Los actos que constituyen apostasía incluyen
el ateísmo
el agnosticismo
el politeísmo
la adoración a una forma material de Dios
la renuncia o abjuración a la fe musulmana
el cuestionamiento de que Mahoma fuera profeta
acciones blasfemas (como la quema del Corán)
posiciones contrarias a los ulemas
En la sociedad islámica, la apostasía se prueba con el testimonio acordado de dos musulmanes adultos.
En documentos de la Iglesia católica
Artículo principal: Apostasía en el cristianismo
Se encuentra una línea general de significados de la palabra apostasía en todas las acepciones ofrecidas por la
RAE. Frente a la herejía, la apostasía supone un abandono o negación total de la doctrina original. Es decir, en
lugar de negar un dogma o idea determinada se niega la doctrina completa. Por otro lado, mientras que el apóstata
o el hereje niegan o modifican la doctrina, el pagano es aquel que nunca ha pertenecido formalmente a dicho
conjunto doctrinal o a las instituciones que lo representan.
Se pueden encontrar diversas referencias al término apostasía en el Catecismo de la Iglesia católica, entre las que
destaca el número 817, en el que se describe como una ruptura que lesiona la unidad de la Iglesia, junto con la
herejía y el cisma. La Iglesia católica lo considera un pecado de extrema gravedad, pues no rechaza un dogma de
fe concreto, como es el caso de la herejía, sino que rechaza voluntariamente la fe cristiana por completo.18
El propio Catecismo, en el número 2089, incluye la apostasía entre los pecados contra la virtud de la fe: La
incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. Se llama
herejía a la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y
católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de
la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.
La definición de apostasía se encuentra en el Código de Derecho Canónico, canon 751: Apostasía es el rechazo
total de la fe cristiana. Como delito, en el canon 1041.2 se establece que la apostasía implica por sí misma la
inadecuación para la ordenación sacerdotal.
Es posible la defección de la Iglesia católica por "un acto formal" (cánones 1086 y 1124 del Código de Derecho
Canónico). La naturaleza de tal acto está explicada claramente en la carta circular 10279/200611 del Pontificio
Consejo para Interpretación de los Textos Legislativos a los presidentes de las Conferencias episcopales. El acto
debe implicar
a) la decisión interna de salir de la Iglesia católica por un acto de apostasía, herejía o cisma;
b) la actuación y manifestación externa de esta decisión;
c) la recepción por la autoridad eclesiástica competente de la decisión.
Sin este acto formal de defección de la Iglesia católica, nadie queda excluido de ella, ni siquiera por los actos más
graves de infidelidad: "la herejía formal o (menos aún) herejía material, el cisma y la apostasía no constituyen a
solas un acto formal de defección, si no son concretizados externamente y si no son manifestados en la debida
manera a la autoridad eclesiástica".11
Pero la apostasía manifestada debidamente por ese acto formal tampoco constituye una exclusión de la Iglesia.
Esa misma comunicación 10279/2006 del Vaticano afirma en su punto 6 que la apostasía será anotada mediante la
expresión defectio ab Ecclesia catholica actu formali en el libro de bautismos (cfr. can. 535, § 2). En el punto
siguiente, aclara: Queda claro, en cualquier caso, que el vínculo sacramental (...) de pertenencia a la Iglesia (...)
es una unión ontológica permanente y no se pierde con motivo de ningún acto o hecho de defección.11
Con o sin apostasía (o siendo esta formal o informal), debido al carácter sacramental del bautismo, según la
Iglesia católica aún los apóstatas permanecen bautizados y no pueden, en caso de arrepentimiento, ser nuevamente
bautizados porque ya lo están. Como efecto del bautismo, son considerados miembros de la Iglesia, aunque en
rebeldía; pero no fuera de la Iglesia.19
En las Iglesias protestantes
Dentro de la gran variedad de Iglesias protestantes, se puede definir la apostasía como cualquier doctrina que se
aparte de las Escrituras (Biblia), pues se considera que esta es la base fundamental; es también el abandono de la
fe y la interpretación errónea de la doctrina.
Para algunas Iglesias Protestantes, especialmente para las evangélicas y otras corrientes de línea fundamentalista,
la apostasía es algo común en estos días y de ello acusan a otras confesiones de carácter liberal.202122 Estos
mismos sectores no comparten la unión entre distintas religiones o corrientes: lo llaman ecumenismo y lo
consideran apóstata.23
Aunque ciertas Iglesias evangélicas fundamentalistas2425 o conservadoras valoren como apóstatas a otras Iglesias
protestantes y otras confesiones religiosas, numerosas Iglesias protestantes (luteranas, anglicanas, metodistas,
presbiterianas y evangélicas) no comparten ese concepto de la apostasía y admiten diversas interpretaciones de la
doctrina haciendo más hincapié en los conceptos que las unen. Muchas son además miembros de organismos
internacionales que reagrupan distintas Iglesias cristianas, no solo protestantes, como el Consejo Mundial de
Iglesias, la Conferencia de Iglesias Europeas,26 la Alianza Evangélica27 y la Comunión Mundial de Iglesias
Reformadas,28 entre otros.29
El teólogo Lonnie D. Kliever, catedrático de la Southern Methodist University, compara la dinámica de separación
del apóstata de un grupo religioso al que antes amaba con un divorcio lleno de amargura. "Tanto el matrimonio
como la religión requieren un alto grado de compromiso e implicación; cuanto mayor sea la implicación, más
traumática la ruptura; cuanto más haya durado el compromiso, más urgente es la necesidad de culpar al otro del
fracaso de la relación".30
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Por otro lado, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sostiene que la apostasía bíblica se refiere,
en tiempos de las Escrituras, al periodo posterior a la muerte de Jesucristo y los apóstoles originales, donde la
Iglesia comenzó a decaer a causa de disensiones internas, por persecución y otros motivos, lo cual provocó una
apostasía, o alejamiento de las doctrinas originales, dando pie a otras religiones y a los falsos profetas, asociados
al oscurantismo.31
La apostasía en la legislación
En la legislación española
El Estado español garantiza tanto el derecho fundamental a la libertad religiosa y de culto como el derecho a la
apostasía. La Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de libertad religiosa (BOE de 24 de julio) en su artículo
segundo, apartado 1, epígrafe a, estipula: "La libertad religiosa y de culto garantizada por la Constitución
comprende, con la consiguiente inmunidad de coacción, el derecho de toda persona a profesar las creencias
religiosas que libremente elija o no profesar ninguna; cambiar de confesión o abandonar la que tenía; manifestar
libremente sus propias creencias religiosas o la ausencia de las mismas, o abstenerse de declarar sobre ellas".32
Hay que tener en cuenta que, en virtud del principio de primacía del Derecho Internacional sobre el Derecho
interno, no es de aplicación a la Iglesia católica, que se rige por los acuerdos de 1979 entre el Estado español y la
Santa Sede.
El derecho de cancelación, conocido como "derecho de oposición", se extiende a las bases de datos y registros de
cualquier organismo. En ese sentido, la Agencia Española de Protección de Datos ampara a los ciudadanos en
virtud de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. Si un
organismo se niega a dicho borrado, vulnera el artículo 16 de la referida Ley Orgánica, así como los artículos 31,
32 y 33 del Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, que la desarrolla.33 La aplicación de este principio a los
libros de bautismo fue inicialmente apoyada por una sentencia de la Audiencia Nacional el 23 de octubre de
2007.34 El Tribunal Supremo, en una sentencia del 19 de septiembre de 2008, rechazó que los libros parroquiales
de bautismo puedan entenderse constitutivos de un fichero, en el sentido que regula Ley Orgánica 15/99, ni en
estos casos el dato que en los mismos se refleja, es inexacto, o no puesto al día o incompleto (ya que el bautismo
tuvo efectivamente lugar).3536 El Tribunal Supremo de España ha continuado manteniendo esta jurisprudencia en
posteriores recursos.37 La Agencia Española de Protección de Datos recurrió esta interpretación ante el Tribunal
Constitucional y ante el propio Supremo, denegados los recursos.38