La maldición de los faraones.
El 22 de noviembre de 1922 el arquólogo inglés Howard Carter hizo un fabuloso
descubrimiento en el Valle de los Reyes, cerca de Tebas, actual Luxor.
El sepulcro descubierto por Carter pertenecía a Tutankamón, heredero de Akenatón el
Hereje, que reinó entre 1353 a.C. y 1336 a.C. y fue el primer faraón momoteísta de la
historia del país. Adoraba a un solo dios: Atón, el astro Sol.
A la muerte de su padre, ascendió al trono siendo un niño Tutamkamón y falleció de
un golpe en la cabeza a los 18 años.Se desconoce las circunstancias de la muerte, pero
se certificó que el craneo estaba fracturado. En términos históricos, la relevancia de este
faraón fue la de restaurar la antigua religión y devolver la capital a Tebas.
Fue enterrado en el Valle de los Reyes, donde Carter descubrió su tumba. Haciendo
excavacionbes en ese lugar, en un momento, se encontró con un sepulcro y a través de
una pequeña abertura que iluminó con una vela, descrubrió “destellos de oro por todas
partes”. Fue tal la emoción que hizo un agujero en la esquina superior, y así pudo acceder
a una antecámara con estatuas de animales raros y objetos de oro. Allí fue donde
encontraron la lápida con la amenazante inscripción :LA MUERTE DESPLEGARÁ SUS
ALAS SOBRE AQUEL QUE ALTERE LA PAZ DEL FARAÓN.Carter registró el
descrubrimiento, y temeroso de que la advertencia asustara a los trabajadores, decidió
con una aristócrata inglés que también ayudó en la excavación de la tumba, Lord
Carnarvon, retirar la placa. El 17 de febrero de 1923 se decidió perforar la cámara
funeraria, yen un nuevo espacio con magníficos sarcófagos de oro los estaban
esperando y luego de varias horas pudieron extraerlo y comenzar a estudiar las distintas
capas hasta llegar a la de oro que cubría el rostro del faraón niño.
A finales de marzo de 1923, Lord Carnarvon enfermó, estuvo con fiebre muy alta
durante doce días y el 5 de abril murió.
Luego ocurrieron dos hechos curiosos, una enfermera declaró que justo cuando la
familia se acercó a la cama del difunto se fue la luz, todo El Cairo quedó a oscuras y en
Inglaterra, los criados sostuvieron que esa misma noche, el fox terrier preferido de Lord
Carnarvon empezó a aullar y no paró hasta morir de forma abrupta.
Pocos días después de la muerte del Lord inglés, el arqueólogo estadounidense
Arthur Mace, que había colaborado en el descrubrimiendo del sepulcro de Tutankamón,
entró en coma de forma inesperada y en unos días falleció.
También murió de fuertes fiebres inesperadas, George Jay Gould, hijo de un financiero
que tambiémn había entrado en la tumba.
El radiólogo Douglas Reid, que sometió a la momia a rayos X, tuvo el mismo destino
que los demás tras enfermar de un extraño mal. Junto a ellos, trece personaas que
también trabajaron en la excavación murieron, frente a ello, la prensa no tardó en hacerse
eco de la “maldición de los faraones”, lo que dio lugar a ríos de tinta y un velo de
presuntas explicaciones todas relacionadas con “la maldición” y lo que estaba grabado en
la lápida: LA MUETE DESPLEGARÁ SUS ALAS SOBRE AQUEL QUE ALTERE LA PAZ
DEL FARAÓN.
1. A partir de la lectura del título :