CABALÁ
PARA PRINCIPIANTES
Una introducción a la sabiduría oculta
Rav Michael Laitman
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Este libro se basa en los seminarios impartidos por el Rav, doctor Michael
Laitman, quien adquirió su sabiduría y métodos de estudio de su maestro el
Rabí Baruch Shalom Ashlag, el cual continuó los pasos de su padre, el Rabí
Yehuda Leib Ashlag, quien a su vez seguía al Ari, al Rabí Shimon Bar Yochai y
cabalistas que durante generaciones le precedieron.
El objetivo de este libro es asistirle en su encuentro inicial con el mundo
espiritual.
Benzion Giertz
Editor
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INDICE
Introducción 4
¿Qué es la Cabalá? 7
¿Por qué estudiar la Cabalá 9
¿Quién es cabalista? 11
Historia de la Cabalá y del Zohar 13
¿Quién puede estudiar Cabalá? 18
¿Cómo estudiar la Cabalá? 20
Espiritualidad y Cabalá 23
Reencarnación y Cabalá 24
El lenguaje de los cabalistas: Ramas 27
Observando la realidad a través de la Cabalá 29
Música cabalística 33
Dudas más frecuentes 34
El mago omnipotente… que no podía estar solo 39
Información sobre Bnei Baruch 43
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INTRODUCCION
Las leyes de la naturaleza, nuestro lugar en el mundo y nuestro
comportamiento han sido estudiadas por científicos y filósofos durante miles de
años.
Además de las suposiciones lógicas, la ciencia utiliza información e
investigaciones cuantificables. Pero nuestros científicos e investigadores han
descubierto que cuanto más avanzan en sus estudios más oscuro y confuso se
muestra el mundo.
El progreso que la ciencia ha aportado a nuestro mundo es incuestionable, pero
limitado. El mundo interior del hombre, su alma, su comportamiento y sus
fuentes de motivación no pueden medirse con las herramientas de los
científicos. El hombre, el constituyente más numeroso de la creación, sigue sin
tener conocimiento del papel que juega en el universo.
El hombre siempre ha buscado respuestas a las preguntas básicas sobre la vida:
¿Quién soy? ¿Qué objetivo tiene mi vida aquí? ¿Por qué existe el mundo?
¿Seguimos existiendo después de que nuestro cuerpo físico complete su tarea?
En este mundo de presiones constantes, algunos encuentran satisfacción
pasajera en las técnicas orientales, en métodos de relajación o minimizando sus
deseos y expectativas personales para reducir su sufrimiento. Algunas formas
de meditación, nutrición y ejercicio físico y mental tranquilizan los instintos
naturales del hombre y le permiten encontrarse más cómodo en su estado físico.
Estos procesos le enseñan a reducir sus expectativas pero lo ponen en conflicto
con sus verdaderos deseos.
Nuestra experiencia de vida nos demuestra que tenemos ilimitados deseos,
pero nuestros recursos para satisfacerlos son limitados. Esta es la razón por la
que es imposible evitar por completo el sufrimiento. Y este es, precisamente el
tema de la Cabalá.
La Cabalá responde a las preguntas básicas de la vida.
Estas preguntas básicas del ser humano añaden otra dimensión al sufrimiento
humano. No nos permiten sentirnos satisfechos ni siquiera cuando esta o
aquella meta ha sido alcanzada. Cuando conseguimos el objetivo por el que
hemos estado luchando, inmediatamente empezamos a sentir otro placer
insatisfecho. Esto impide al hombre disfrutar de otros logros y su sufrimiento
se renueva. Retrospectivamente, el hombre se da cuenta de que ha pasado la
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mayor parte de su tiempo esforzándose en conseguir objetivos que le han
aportado muy poco placer aparte del éxito en sí.
Todos, cada uno a su manera, intentamos responder a estas preguntas desde las
fuentes de información de que disponemos. Cada uno de nosotros formulamos
nuestra propia percepción del mundo basándonos en nuestra propia
experiencia. La realidad y la vida cotidiana ponen nuestra percepción
constantemente en duda, haciéndonos reaccionar, mejorar o cambiar. Para
algunos de nosotros este proceso ocurre a un nivel consciente, para otros,
inconscientemente…
La Cabalá se dirige a todos aquellos que buscan aperturas de consciencia.
Enseña a adquirir un sentimiento esencial de la esfera espiritual – la sexta esfera
– que afecta nuestra vida en este mundo. Esto nos permite percibir el mundo
superior – el Creador – y conseguir control sobre nuestras vidas.
La Biblia, el Zohar, El árbol de la vida y otras fuentes espirituales auténticas se
redactaron para enseñarnos cómo progresar en los ámbitos espirituales, para
estudiarlos y adquirir conocimientos espirituales. Nos explican cómo encontrar
el camino hacia un mundo espiritual y en qué consiste.
A través de las generaciones, los cabalistas han escrito muchos libros en
diferentes estilos según los tiempos en los que vivían. Se crearon cuatro
lenguajes en total para introducirnos en la realidad espiritual: el lenguaje de la
Biblia (que incluye los Cinco Libros de Moisés, los Escritos y los Profetas), el
lenguaje de las leyendas, el lenguaje legalista y el lenguaje de la Cabalá, una
manera de describir el sistema de los mundos superiores espirituales y cómo
llegar a ellos.
No son caminos distintos, sino aspectos del mismo tema, en diferentes
formatos.
El cabalista Baal HaSulam escribe en su libro Los frutos de los sabios:
“La sabiduría interna de la Cabalá es la misma que la de la Biblia, el Zohar y las
leyendas; la única diferencia entre ellas es el tipo de lógica. Es como una lengua
ancestral traducida en cuatro idiomas. Es evidente que la sabiduría en sí no cambió en
absoluto con las traducciones. Lo único a considerar es cuál es la más conveniente y
aceptada para su transmisión.”
Al leer este libro, el lector podrá realizar los primeros pasos hacia una
comprensión de las raíces del comportamiento humano y las leyes de la
naturaleza.
Este libro es innovador en su descripción de los principios que plantea la
Cabalá. Esta dirigido a cualquiera que esté interesado en conocerse mejor, en
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entender las razones del sufrimiento y el placer y en encontrar las respuestas a
las grandes preguntas de la vida,
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¿Qué es la Cabalá?
La Cabalá es un método simple y preciso que investiga y define la posición del
ser humano en el universo. La sabiduría de la Cabalá nos dice por qué existe el
hombre, por qué nace, por qué vive, cuál es el propósito de su vida, de dónde
viene y hacia dónde va cuando completa su vida en este mundo.
Es el único método para alcanzar el mundo espiritual. Nos enseña acerca de él,
y al estudiarlo vamos desarrollando un sentido adicional. Con la ayuda de este
sentido podemos establecer contacto con los mundos superiores.
La Cabalá no es un estudio abstracto o teórico, sino por el contrario, muy
práctico. El hombre aprende acerca de sí mismo, quién es y cómo es. Aprende lo
que debe hacer ahora para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su
investigación hacia su propio interior.
Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. Es por eso que
la Cabalá se denomina "La Sabiduría Oculta". A través de ella, la persona
experimenta cambios internos, que sólo ésta siente o sabe que están sucediendo.
Es una actividad, propia, específica y peculiar, ocurre en el interior del ser
humano.
La palabra "Cabalá" se deriva del verbo en hebreo "lekabbel", es decir, recibir. La
Cabalá describe los motivos de las acciones como "el deseo de recibir". Este
deseo se refiere a la recepción de diversas clases de placeres. Para ello, cada
uno está dispuesto, en general, a invertir un gran esfuerzo. La cuestión es:
¿Cómo alcanzar el máximo placer pagando el mínimo precio? Cada quien
intenta responder a esta pregunta a su manera.
Este deseo de recibir se desarrolla y crece de acuerdo a un orden determinado.
Al principio, busca el placer de los sentidos, luego va tras el dinero y el honor.
Un deseo aún más poderoso lo vuelve sediento de poder. Quizá después
desarrolle la búsqueda de la espiritualidad, la cual representa la cúspide de la
pirámide. Quien reconoce cuán grande es esta meta, comienza a buscar los
medios para alcanzarla.
Al pasar por las etapas del deseo, la persona se familiariza con sus habilidades
y limitaciones.
La Cabalá se ocupa de lo que no podemos apresar ni controlar. No sabemos
cómo son creados los sentimientos. Nos maravillamos ante las experiencias de
lo dulce, lo amargo, lo agradable, lo áspero, etc. No logramos construir
instrumentos científicos para examinar nuestros sentimientos, ni siquiera en el
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campo de la Psicología, de la Psiquiatría y demás ciencias humanas. Los
factores de la conducta permanecen ocultos a nuestro entendimiento.
La Cabalá es como la matemática de los sentimientos; toma todos nuestros
sentimientos y deseos, los divide y da una fórmula matemática exacta para cada
fenómeno, a cada nivel, para cada tipo de comprensión y de sentimiento.
Es un trabajo de sentimientos combinados con intelecto. Para los principiantes,
utiliza geometría, matrices y diagramas. Los que avanzan encontrarán una
ciencia exacta que examina los sentimientos. Al estudiar, sentirán cada
sentimiento, y a la vez lo comprenderán. Sabrán qué nombre darle, según su
poder, dirección y carácter.
La sabiduría de la Cabalá es un método antiguo y probado, mediante el cual el
ser humano puede recibir una conciencia superior, alcanzando la
espiritualidad. Este es su objetivo real en el mundo. Si alguien siente un deseo y
un anhelo de espiritualidad, podrá darle cauce mediante la sabiduría de la
Cabalá, otorgada por el Creador.
La palabra "Cabalá" describe la meta del cabalista: alcanzar todo aquello de lo
que el ser humano sea capaz, como ser pensante, la más elevada de todas las
criaturas.
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¿Por qué estudiar Cabalá?
Al estudiar los textos cabalísticos, una persona común aprende cosas que
anteriormente estaban ocultas. Sólo tras adquirir el sexto sentido mediante este
estudio, podrá ver y sentir lo que previamente no estaba revelado.
Los cabalistas no transmiten el conocimiento de la estructura del Mundo
Superior o espiritual sin un motivo válido. Existe un fenómeno de máxima
importancia en sus escritos; todos tenemos la posibilidad interna de desarrollar
este sexto sentido [Ver el capítulo "Cabalá y espiritualidad"].
Puede suceder que, al acercarse a las materias cabalísticas, al principio no se
comprenda lo que se lee. Para entenderlas correctamente hay que invocar la
llamada "Luz Circundante", la que de manera gradual nos mostrará nuestra
realidad espiritual. Los términos "corregir" y "corrección" se utilizan en la
Cabalá para describir un cambio en el deseo de recibir; es decir, de recibir las
cualidades del mundo espiritual y del Creador.
Todos poseemos este sexto sentido, el sentido espiritual aún dormido, conocido
como "El punto del corazón". La Luz que eventualmente habrá de llenarlo –el
sexto sentido a desarrollar-, se encuentra enfrente.
El sexto sentido es también llamado "Vasija Espiritual" (Kli) y existe aún sin
realidad material. La vasija espiritual de una persona común no se encuentra
todavía lo suficientemente desarrollada como para percibir el mundo espiritual.
Si se estudian adecuadamente los escritos originales de la Cabalá, esta Luz
ilumina el punto del corazón y comienza a desarrollarlo. El punto se agranda,
expandiéndose hasta permitir la entrada de la Luz Circundante. La entrada de
la Luz en el punto del corazón provoca en nosotros la percepción espiritual.
Este punto es el alma de la persona.
Nada es posible sin la ayuda superior, sin el descenso de la Luz Circundante
que nos ilumina gradualmente el camino. Aunque no reconozcamos dicha Luz,
existe una conexión directa entre el punto del corazón y la Luz que ha de
llenarlo, según el plan superior. Estudiar libros de Cabalá permite conectarse
con la fuente de la Luz, sintiendo poco a poco un gran deseo de espiritualidad.
Este proceso se conoce como "segula" (remedio).
El rabino Yehuda Ashlag escribió en la Introducción al Estudio de las Diez
Sefirot: "En efecto, ¿Por qué los cabalistas ordenaron a todos estudiar Cabalá? Es
grandioso y meritorio divulgar la incomparable maravillosa cualidad del
estudio de la sabiduría de la Cabalá; aunque no entiendan lo que están
estudiando, el tremendo deseo de entender despertará las luces que rodean su
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alma. Esto significa que todos tienen garantizada la posibilidad de acceder
eventualmente a los maravillosos logros que Dios previó para nosotros al
planificar la Creación. Quienes no lo logren en esta encarnación, lo harán en
otra, hasta que se cumpla la intención del Creador."
Aunque no logremos realizarlo, las luces circundantes permanecerán esperando
para que preparemos nuestras vasijas para recibirlas.
Y así cuando alguien, aunque carezca de las vasijas, se comprometa con esta
sabiduría, invocando los nombres de las luces y las vasijas que le pertenecen y
le esperan, éstas brillarán hasta cierto grado sobre él. Pero sólo penetrarán en
su alma interior cuando sus vasijas estén listas para aceptarlas. La Cabalá es el
único medio de crear la vasija para recibir la Luz del Creador.
La Luz que recibimos cuando nos entregamos a la sabiduría atrae un encanto
celestial, confiriéndonos una abundancia de santidad y pureza que nos acerca a
la realización.
La Cabalá es especial pues permite saborear la espiritualidad incluso desde la
etapa inicial de su estudio, haciendo que uno la prefiera al materialismo. De
este modo, se va depurando la voluntad en la medida de la propia
espiritualidad, alejándonos de las cosas que antes nos atraían, como un adulto
que abandona los juegos infantiles.
¿Por qué necesitamos la Cabalá? Porque la Cabalá nos ha sido entregada como
un trampolín para el cambio. Nos ha sido otorgada para que podamos conocer
al Creador. Estas son las únicas razones por las cuales nos ha sido concedida.
Quien estudie Cabalá para auto-modificarse y para conocer al Creador,
alcanzará el nivel en que comenzará a ver que puede mejorar sin sufrimiento.
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¿Quién es Cabalista?
Un cabalista es una persona común que no posee ninguna habilidad, talento u
ocupación especial. No tiene por qué ser considerado un sabio, ni tener una
expresión de beatitud en su rostro.
El cabalista es un investigador que estudia su propia naturaleza utilizando un
método preciso, probado y que ha resistido la prueba del tiempo. A lo largo de
la historia, los cabalistas han estudiado la esencia de sus existencias utilizando
herramientas simples que todos podemos emplear hoy en día: sentimientos,
intelecto y corazón.
En algún momento de su vida, tomó la decisión de buscar un camino que le
ofreciera respuestas creíbles a las preguntas que lo perturbaban. Mediante un
método de estudio preciso, pudo adquirir un sentido adicional, un sexto
sentido, el sentido espiritual.
Mediante este sentido, percibe las esferas espirituales tan claramente como
nosotros nuestra realidad aquí y ahora; recibe conocimiento acerca de las
esferas espirituales, los mundos superiores y la manifestación de las fuerzas
superiores. Estos mundos se denominan "superiores" porque se encuentran más
allá, más arriba que el nuestro.
El ser humano va ascendiendo desde su nivel espiritual actual a su nivel
espiritual siguiente o Mundo Superior. Este movimiento lo va llevando de un
Mundo Superior al siguiente.
Constituyen las raíces a partir de las cuales se ha desarrollado todo lo que existe
aquí, todo lo que llena nuestro mundo, incluyéndonos a nosotros mismos. El
cabalista se encuentra al mismo tiempo en nuestro mundo y en los mundos
superiores. Esta cualidad es común a todos los cabalistas. Ellos reciben la
información real que nos circunda y perciben dicha realidad. Por eso pueden
estudiarla, familiarizarse con ella y transmitírnosla.
Nos proponen un método nuevo para conocer la fuente de nuestras vidas y
conducirnos hacia la espiritualidad. Nos ofrecen este conocimiento en libros
escritos en un lenguaje especial. Leídos de cierta forma especial, estos libros se
convertirán en naves que nos permitirán a nosotros descubrir también la
verdad por nuestros propios medios.
En los libros que han escrito, los cabalistas nos transmiten técnicas basadas en
experiencias personales. Desde su amplísima perspectiva, encuentran la manera
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de ayudar a quienes vendrán después, a fin de que suban la misma escalera
que ellos. Este método se denomina "La sabiduría de la Cabalá".
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Historia de la Cabalá y del Zohar
El primer cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham. El percibió las
maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador y los
mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones
siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para alcanzarlo. La
Cabalá se transmitió oralmente durante muchos siglos. Cada estudioso agregó
su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento
acumulado, en los términos de las almas de su generación.
La Cabalá se siguió desarrollando después de que la Biblia (los 5 libros de
Moisés) fuera escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el
Segundo (586 a. de E.C. – 515 a. de E.C.), ya se la estudiaba en grupos. Luego de
la destrucción del Segundo Templo (70 E.C.) y hasta nuestra generación hubo
tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cabalá, en los
cuales aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio.
El primer período tuvo lugar durante el siglo II cuando el libro del Zohar fue
escrito por el rabino Shimon Bar Yochai, el “Rashbi”, alrededor del año 150
E.C., quien era alumno del conocido rabino Akiva (40 E.C.– 135 E.C.). El rabino
Akiva y muchos de sus discípulos fueron torturados y asesinados por los
romanos, al sentirse amenazados por sus enseñanzas de la Cabalá. Tras la
matanza de 24,000 discípulos del rabino Akiva, él y el rabino Yehuda Ben Baba
autorizaron al Rashbi a transmitir a las generaciones futuras la Cabalá que le
habían enseñado. Por cierto, él y cuatro más fueron los únicos en sobrevivir.
Tras la captura y encarcelamiento del rabino Akiva, el Rashbi escapó con su hijo
Eliezer. Vivieron en una cueva durante 13 años.
Salió de la cueva con el Zohar, un método cristalizado para el estudio de la
Cabalá y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser
humano puede lograr durante su vida en este mundo. El Zohar nos relata que él
y su hijo alcanzaron el nivel denominado "Eliahu (Elías) el Profeta", lo cual
significa que el profeta mismo vino a enseñarles.
El Zohar está escrito de forma única, a través de parábolas y se presenta en
arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos. Nos dice que el
arameo es el "inverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. El rabino Shimon
Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma
de alcanzarla, metódicamente dictando su contenido al rabino Aba, quien
redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos
de ello.
El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante los
cuales las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada
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generación. Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de
la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y plenitud.
El rabino Shimon Bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación.
Escribió e interpretó muchos temas cabalísticos que fueron publicados y son
conocidos hasta el día de hoy. El libro del Zohar, por su parte, desapareció
después de ser escrito.
Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una
cueva cerca de Safed en Israel. Fueron encontrados varios siglos después por
residentes árabes de la zona. Un día, un cabalista de Safed compró pescado en
el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el
que estaba envuelto. Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto
de las piezas, reuniéndolas en un libro.
Esto sucedió porque en la naturaleza de las cosas ocultas está el que sea
descubierta en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e
ingresan a nuestro mundo. De este modo el Zohar ha sido revelado a lo largo
del tiempo.
Pequeños grupos de cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. El rabino
Moshe de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España.
El segundo período es muy importante para la Cabalá de nuestra generación. Es
el período del Ari, el rabino Itzjak Luria, autor de la transición entre los dos
métodos de estudio de la Cabalá. En los escritos del Ari aparece por primera
vez el lenguaje puro de la Cabalá, de la cual él proclamó el comienzo de un
período de estudio abierto y masivo.
Nació en Jerusalén en 1534. Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo
llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío. Allí se ganó la vida a través del
comercio, pero dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cabalá.
Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo,
estudiando el Zohar, los libros de los primeros cabalistas y los escritos de otro
miembro de su generación, el "Ramak", el rabino Moisés Cordovero.
En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó
inmediatamente a enseñar Cabalá. Su grandeza fue pronto reconocida; todos los
sabios de Safed, profundos conocedores de la Sabiduría oculta y de la revelada,
vinieron a estudiar con él, volviéndose famoso. Durante un año y medio, su
discípulo Haim Vital transcribió las respuestas a muchas de las preguntas que
surgían durante sus estudios.
El Ari nos legó un sistema básico para el estudio de la Cabalá, el cual sigue
vigente hasta el día de hoy. Algunos de estos son conocidos por nosotros como
"Etz Hahayim" (El Árbol de la Vida), "Sha’ar Hakavanot" (El Portal de las
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Intenciones), "Sha’ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. Murió
siendo aún joven, en 1572. Respetando su última voluntad, sus escritos fueron
archivados para que su doctrina no fuera revelada antes de tiempo.
Los grandes cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que
su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio. Por lo tanto, muchas
veces prefirieron esconder e incluso quemar sus escritos. Sabemos que Baal
Hasulam quemó y destruyó la mayor parte de sus escritos. Resulta significativo
que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido. Lo que se revela
en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una
segunda vez.
El rabino Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran
ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital,
quien la organizó como Las Ocho Puertas. Mucho después, un grupo de
estudiosos encabezados por el nieto del rabino Vital rescató de la tumba otra
parte de los escritos.
Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en
grupos. A partir de allí, su estudio prosperó durante 200 años. En el gran
período Hassidut (1750 – fines del S. XIX), prácticamente todo gran rabino era
un cabalista. Surgieron principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak,
Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cabalá
decayó hasta casi desaparecer por completo.
El tercer período se agrega un método adicional a las doctrinas del Ari,
redactado en nuestra generación por el rabino Yehuda Ashlag, autor del Sulam,
la interpretación del Zohar y de las enseñanzas del Ari. Este método resulta
particularmente apropiado para las almas de nuestra generación.
El rabino Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam
del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un
profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en
Varsovia. En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino
de Givat Shaul, en Jerusalén. Ya estaba inmerso en la redacción de su propia
doctrina cuando comenzó a escribir el comentario del Zohar en 1943,
finalizando en 1953. Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio
de Givat Shaul en Jerusalén.
Lo sucedió su hijo mayor, el rabino Baruj Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros
se estructuran según las instrucciones de su padre, éstos elaboran con elegancia
los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión.
El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo
después de su casamiento su padre le permitió integrar los selectos grupos de
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estudio de la sabiduría oculta: la Cabalá. Rápidamente se le autorizó dar clase a
los principiantes.
Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método
especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, al igual
que su progenitor, en mantener un modo de vida muy modesto. A lo largo de
su vida trabajó de zapatero, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo
exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y
a la enseñanza de la Cabalá. El Rabash murió en 1991.
El rabino Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para
nuestra generación. Es el único de su generación que ha escrito un comentario
completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari. Estos libros y los
ensayos de su hijo, el rabino Baruj Ashlag, el Rabash, son la única fuente a la
que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior.
Al estudiar sus escritos estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos
del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años).
Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues, nos
permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos hoy, usándolos
como trampolín hacia la espiritualidad.
El método del Baal Hasulam sirve para todos. En HaSulam (escalera) construyó
en sus escritos, asegura que ninguno de nosotros sienta temor al estudio de la
Cabalá. Todo aquel que estudie Cabalá durante tres a cinco años accederá a las
esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina", nombre de lo
que está arriba (más allá) de nosotros y que aún no percibimos. Tomando como
guía los libros del rabino Yehuda Ashlag alcanzaremos la auténtica corrección.
El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender
los mundos superiores. Aumenta nuestra voluntad de conocer nuestras raíces y
de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de auto-
realizarnos.
Los tres grandes cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo
como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como
Rabí Yehuda Ashlag. Cada ocasión correspondió al momento oportuno de
madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para
enseñar el método adecuado.
Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar. Lo que fue
escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la
generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a
interpretarlo en términos de Cabalá. Estos escritos también fueron archivados y
luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra
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generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a
estudiar la Cabalá y auto corregirse ya.
Vemos que el Zohar le habla a cada generación. A medida que pasan las
generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre
dicho libro a su modo, según las raíces de su alma.
Al mismo tiempo, se intenta ocultar los escritos cabalísticos para que quienes
sientan la necesidad de buscarlos, los descubran por sí mismos. los cabalistas
evidentemente saben que el proceso de cambio requiere de dos condiciones: el
momento adecuado y la madurez del alma. Somos testigos de un suceso muy
interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era
en el estudio de la Cabalá.
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¿Quién puede estudiar Cabalá?
Cuando se habla de la Cabalá suelen mencionarse los siguientes argumentos:
"Uno puede volverse loco estudiando Cabalá"; "sólo se puede estudiar Cabalá
sin peligro después de los cuarenta años"; "hay que ser casado y tener por lo
menos tres hijos antes de embarcarse en su estudio"; "a las mujeres les está
prohibido estudiar Cabalá", etc.
La Cabalá está abierta a todos aquellos que deseen verdaderamente
autocorregirse para alcanzar la espiritualidad. La necesidad proviene del
impulso del alma hacia la corrección. En realidad el único criterio para
determinar si alguien está listo para estudiar la Cabalá es su deseo de
corregirse. Este deseo debe ser genuino y libre de presiones externas, ya que
sólo nosotros podemos descubrirlo por nosotros mismos.
El gran cabalista Ari expresó que, a partir de su generación, todos, hombres,
mujeres y niños, podían y debían estudiar la Cabalá. El cabalista más
importante de nuestra generación, Yehuda Ashlag, "Baal Hasulam", nos legó un
nuevo método de estudio para esta generación, adecuado para cualquiera que
desee profundizar.
Encontramos el camino a la Cabalá cuando, no satisfecho ya con las
retribuciones materiales, nos volcamos al estudio en busca de respuestas,
aclaraciones y nuevas oportunidades, por no encontrar en este mundo
soluciones a las cuestiones significativas acerca de nuestra existencia. En
general, la expectativa de encontrar respuestas ni siquiera es cognitiva,
simplemente nos interesa, lo consideramos necesario.
Con frecuencia nos preguntamos: ¿Quién soy? ¿Por qué nací? ¿De dónde
vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué existo en el mundo? ¿Estuve ya aquí? ¿Volveré
a aparecer? ¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? ¿Puede evitarse de
alguna manera? ¿Cómo puedo lograr placer, plenitud y paz mental? De forma
somera, sentimos que sólo fuera del ámbito de este mundo encontraremos las
respuestas.
Sólo conociendo y percibiendo los mundos superiores se pueden contestar estas
preguntas y la única forma de hacerlo es a través de la Cabalá. Mediante su
sabiduría, el hombre ingresa a los mundos superiores con todos sus sentidos.
Estos mundos contienen las razones de su existencia aquí. Toma el control de su
vida, alcanzando de este modo su objetivo: tranquilidad, placer y plenitud,
estando todavía en esta tierra.
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En la "Introducción al Estudio de las Diez Sefirot" está escrito: "Si contestáramos
de todo corazón tan sólo una célebre pregunta, estoy seguro de que todas las
dudas e inquietudes se esfumarían de nuestro horizonte. Y esta pequeña
pregunta es: ¿Para qué sirven nuestras vidas?".
Cualquiera que se acerque a estudiar Cabalá movido por esta interrogante, es
bienvenido como aprendiz. Quien sienta esta inquietud y se pregunte
constantemente: "¿Para qué sirven nuestras vidas?", logrará un estudio serio. Es
el impulso que insta a buscar respuestas.
Por desgracia, hoy no existe suficiente deseo de estudiar la verdadera Cabalá.
La gente busca curas rápidas. Quieren saber de magia, de meditación y de
sanación cabalísticas. No les interesa realmente la revelación de los mundos
superiores o cómo alcanzar los dominios espirituales. Esto no constituye un
deseo genuino de estudiar Cabalá.
Si ha llegado el momento oportuno y la necesidad está presente, uno buscará un
marco de estudio y no quedará satisfecho hasta que lo encuentre. Todo depende
de la raíz del alma y de ese punto del corazón. Un deseo auténtico de descubrir
y percibir en sí los mundos superiores nos conducirá al camino de la Cabalá.
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¿Cómo estudiar la Cabalá?
El objetivo básico de la Cabalá es el logro de la espiritualidad. Para ello sólo se
necesita la instrucción correcta. Quien estudie Cabalá correctamente progresará
sin esforzarse, pues no puede haber coerción en la espiritualidad.
No debemos olvidar que la meta del estudio es descubrir la conexión entre uno
mismo y lo que está escrito. Por eso, los cabalistas volcaron en sus textos sus
logros y experiencias, no para adquirir conocimiento acerca de cómo está
construida y cómo funciona la realidad, de lo cual se encarga la ciencia. La
intención de los textos cabalísticos es permitir el entendimiento y la asimilación
de la verdad espiritual.
Si alguien se acerca a los textos para obtener espiritualidad, éstos se convertirán
en una fuente de Luz y lo corregirán. Si se acerca a ellos para obtener sabiduría,
serán para él tan sólo sabiduría. La fuerza que cosechará y el ritmo de su
corrección serán proporcionales a su necesidad interna.
Esto significa que, si estudiamos correctamente, cruzaremos la barrera entre
este mundo y el mundo espiritual. Ingresará a un ámbito de revelación interior,
alcanzando la Luz. Esto se conoce como la " bella señal". Si no se logra, significa
que hemos sido negligentes en la calidad o en la cantidad de nuestros esfuerzos;
no nos esforzamos lo suficiente. No se trata de cuánto estudiamos, sino de cuán
ocupados estábamos en nuestros estudios. Si experimentamos este deseo,
podremos lograr la espiritualidad. Sólo entonces se nos abrirán las puertas del
cielo para penetrar en otra realidad o dimensión. Un estudio correcto de la
Cabalá nos permitirá acceder a este nivel.
Abrazar la Cabalá no implica simplemente evitar las cosas lindas para no
provocar los propios deseos. La corrección no proviene del autocastigo, sino
que resulta de la realización espiritual. Cuando uno logra la espiritualidad,
aparece la Luz y lo corrige.
Este es el único cambio real. Todos los demás son hipócritas. Te equivocas si
crees que adoptando un aspecto agradable lograrás la espiritualidad. No
sobrevendrá la corrección interior, pues sólo la Luz puede corregir. El propósito
del estudio es invitar a la Luz correcTorá. Por lo tanto, cada uno debería trabajar
sobre sí mismo para lograrlo.
La presencia de cualquier presión o cualquier tipo de reglas o regulaciones
obligatorias, revela la mano del hombre y no de los mundos superiores.
Además, la armonía interna y la tranquilidad no son prerrequisitos para el
20
logro de la espiritualidad; aparecerán como resultado de la corrección. Pero no
debemos creer que esto sucederá sin esfuerzo de nuestra parte.
El camino de la Cabalá rechaza absolutamente cualquier forma de coerción.
Garantiza una mirada a la espiritualidad, llevándonos a preferirla por encima
del materialismo. Luego, concretamos ese deseo apartándonos de las cosas
materiales a medida que éstas dejan de ser atractivas o necesarias.
Estudiar la Cabalá de forma incorrecta, aún con las mejores intenciones, puede
alejarnos de la espiritualidad. Este tipo de estudiante fracasará inevitablemente.
Es por eso que en la antigüedad se prohibió el estudio de la Cabalá a quien no
estuviera preparado para ello, a menos que fuera bajo circunstancias especiales.
Los maestros tomaban todas las medidas necesarias para asegurar que sus
alumnos estudiaran correctamente por lo que los estudiantes eran sometidos a
ciertas restricciones.
Baal Hasulam describe estas razones al comienzo de su Introducción al Estudio
de las Diez Sefirot. Sin embargo, si comprendemos estas limitaciones como
condiciones para la comprensión correcta de la Cabalá, veremos que buscan
evitar que los estudiantes tomen un camino equivocado.
Lo novedoso es que ahora contamos con más de un lenguaje, mejores
condiciones y una determinación más fuerte para el estudio de la Cabalá. Dado
que las almas sienten la necesidad de estudiarla, cabalistas como Baal Hasulam
han escrito comentarios que nos permiten estudiar sin errores. Ahora,
cualquiera puede estudiar Cabalá mediante sus libros.
Para estudiar adecuadamente, se recomienda a los estudiantes concentrarse
sólo en los escritos del Ari y Ashlag (Baal Hasulam y Rabash) en sus versiones
originales.
Entre los lenguajes que estudian los mundos espirituales, entre la Biblia (que
incluye los cinco libros de Moisés, los Escritos y los Profetas) y la Cabalá, ésta
última es la más útil y directa. Quienes la estudian no pueden errar en su
comprensión. No usa los términos de este mundo, sino que posee un
diccionario especial que indica directamente las herramientas espirituales para
los objetos y fuerzas espirituales y su correlación.
Constituye por lo tanto el idioma más útil para que el estudiante progrese
interiormente y se autocorrija. No corremos riesgo de confundirnos si
estudiamos los escritos del Baal Hasulam.
Hace cientos de años, era imposible encontrar libros de o sobre Cabalá. Esta se
transmitía exclusivamente de un cabalista a otro, sin llegar nunca al hombre
común. Hoy tenemos la situación inversa. Se desea que el material circule entre
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todos, convocando a todos a participar de este estudio. Al profundizar en estos
libros, crece el deseo de espiritualidad, por lo cual la Luz Circundante, el
mundo real oculto para nosotros, comienza a reflejar sobre quienes desean
acercarse, un encanto especial de espiritualidad que los hace anhelar más y más.
La espiritualidad se logra estudiando los libros correctos, es decir, libros
escritos por un auténtico cabalista. Los textos de la Biblia son textos de Cabalá.
Son libros que los cabalistas se escribieron unos a otros para intercambiar ideas
y ayudarse mutuamente en el estudio. Quien posea sentimientos espirituales
podrá comprobar que estas obras le ayudan a continuar su crecimiento y
desarrollo. Es como realizar una visita guiada a un país extranjero. Con la
ayuda de un libro de referencia, el viajero puede orientarse mejor y encontrar su
paradero.
Necesitamos textos adecuados a nuestras almas, escritos por cabalistas de
nuestra generación o de la anterior, pues en cada generación descienden
distintos tipos de almas que requieren diversos métodos de enseñanza.
El estudiante debe tener cuidado al elegir su maestro de Cabalá. Ciertos
autodenominados "cabalistas" enseñan incorrectamente, por ejemplo, que la
palabra "cuerpo" se refiere a nuestro cuerpo físico, o que la mano derecha
simboliza la caridad y la izquierda la valentía. Esto es exactamente lo que tenían
en mente los cabalistas y la Biblia con la estricta prohibición: “No harás para ti
escultura, ni imagen alguna de cosa…” (Deuteronomio 5, 8)
Por qué hay quienes interpretan y enseñan de esta manera? Primero que nada,
ellos mismos no comprenden el lenguaje cabalístico de las ramas [Ver el
capítulo “El Lenguaje de los cabalistas: Ramas”]. Si hubiera una conexión
directa entre las fuerzas espirituales y nuestros cuerpos físicos habría sido
posible enseñar a las personas a ser exitosas en la vida y a sanar su cuerpo
desde el punto de vista físico mediante la espiritualidad.
Es cierto que las personas se ven atraídas por la sabiduría de la Cabalá con la
esperanza de ser más exitosas. Todos hemos sido creados con el deseo de recibir
placer. Es nuestro instinto básico, pero a través de la instrucción, algunos de
nosotros podemos alcanzar la espiritualidad y la eternidad. Otros, sin la
apropiada instrucción, viven bajo la ilusión que han logrado la espiritualidad y,
en realidad, lo que han hecho es perder la oportunidad de alcanzarla en esta
vida.
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Espiritualidad y Cabalá
El ser humano es incapaz de efectuar un movimiento que no signifique alguna
ganancia para él. Esta ganancia es el combustible que lo mantiene en marcha.
Puede ser a corto o largo plazo. Si uno siente que no habrá beneficio presente ni
futuro, detendrá inmediatamente su accionar. El ser humano no puede existir
sin sentir que ganará algo.
La Cabalá enseña al hombre a recibir. Para lograr la espiritualidad, toda
persona debe expandir su voluntad de recibir y no desviarse de ella. Debe
desplegar su voluntad de absorber todos los mundos, incluido éste. Es el
propósito para el cual fuimos creados. No hace falta volverse monje, asceta o
retirarse de la vida. El judaísmo, por el contrario, obliga al hombre a casarse,
tener hijos, trabajar y llevar una vida plena, pues el mundo está construido para
conducirnos de modo adecuado y preciso al mejoramiento.
Sin embargo, debe aprender a recibir, a utilizar correctamente su voluntad sin
limitarla. Nada debe ser abandonado, todo ha sido creado por algún motivo y
no es necesario apartarse de la vida.
Puede suceder que alguien que comienza a estudiar la Cabalá no tenga
sentimientos espirituales y se lance al estudio con la ayuda de su intelecto. Pero
es el corazón el que debemos abrir mediante nuestro intelecto. Un corazón
desarrollado discrimina lo correcto de lo incorrecto y nos conduce naturalmente
a las acciones y decisiones correctas.
los cabalistas comienzan por enseñar espiritualidad en pequeñas dosis para que
los estudiantes acrecienten su voluntad de recibir más Luz, más conciencia y
más percepción espiritual. Una voluntad más poderosa trae aparejados más
profundidad, mayor comprensión y mayores logros, permitiendo que la
persona alcance su mayor nivel posible de espiritualidad, hasta las raíces de su
alma.
23
Reencarnación y Cabalá
Ninguno de nosotros es un alma nueva, todos hemos acumulado experiencias
de vidas previas en otras encarnaciones. En cada generación, a lo largo de los
últimos seis mil años, descendieron almas que ya habían estado aquí en
ocasiones anteriores. No son almas nuevas, sino con alguna forma diferente de
desarrollo espiritual.
Las almas descienden a la Tierra de acuerdo a un orden determinado: ingresan
al mundo de forma cíclica. Su número no es infinito: vuelven una y otra vez,
progresando en su corrección. Los nuevos cuerpos físicos que ocupan son más o
menos parecidos, pero los tipos de almas que descienden son diferentes. Esto es
lo que se conoce popularmente como reencarnación. los cabalistas usan la
expresión "desarrollo de las generaciones".
Esta interrelación o conexión entre el alma y el cuerpo colabora con la
corrección del alma. Nos referimos al ser humano como "alma" y no como
"cuerpo". El cuerpo en sí puede ser reemplazado, como se reemplazan hoy en
día los órganos. El cuerpo es útil sólo como recipiente desde dónde el alma
puede actuar. Cada generación se parece físicamente a la anterior, pero difieren
una de otra porque en cada oportunidad las almas bajan con la experiencia
acumulada de sus vidas previas aquí. Llegan con sus fuerzas renovadas por su
estadía en el cielo.
Por lo tanto, los objetivos y deseos de cada generación difieren de los de la
generación anterior. Esto explica el desarrollo específico de cada una de ellas.
Inclusive la generación que no alcance el deseo de conocer la verdadera
realidad o el reconocimiento divino, cumplirá su tarea a través del sufrimiento.
Esa será su forma de progresar hacia la auténtica realidad.
Todas las almas se originan en una, llamada "el alma del primer hombre". Esto
no se refiere al Adán que conocemos, sino a una realidad espiritual interna.
Partes del alma del primer hombre descienden al mundo para encarnar,
tomando forma de cuerpos y provocando la conexión entre el cuerpo y el alma.
La realidad está diseñada para que las almas desciendan y se autocorrijan. Al
encarnar aumentan su nivel 620 veces respecto al nivel inicial. El orden en que
descienden a encarnar en esta realidad va de sutiles a densas.
El alma del primer hombre consta de muchas partes y muchos deseos, algunos
sutiles, otros densos, según su cantidad de egoísmo y crueldad. Llegan a
nuestro mundo primero las partes sutiles y luego las densas, con sus
correspondientes requerimientos de corrección. Al corregir los deseos más
sutiles, pueden luego ayudar a corregir los más densos, los más problemáticos.
En su descenso al mundo, las almas han adquirido experiencia a través de su
sufrimiento. Esto se conoce como "el camino del sufrimiento", ya que esta
experiencia desarrolla el alma. Cada vez que reencarna, aumenta su impulso
inconsciente de buscar respuestas a las preguntas acerca de su existencia, de sus
raíces y de la importancia de la vida humana.
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Existen, según esto, almas que son más y menos desarrolladas. Las más
desarrolladas tienen tal enorme urgencia de reconocer la verdad, que no
soportan limitarse a los confines de este mundo. Si se las provee de
herramientas correctas, libros adecuados e instrucción acorde, llegarán a
reconocer el mundo espiritual. La Cabalá también distingue entre almas
descendentes más o menos puras o refinadas, según la medida de la corrección
requerida. Las que requieren una corrección mayor son llamadas "menos
refinadas".
Las distintas almas descendentes requieren diferentes guías y correcciones,
específicas para cada generación, así como líderes adecuados para conducir su
progreso espiritual. En sus libros y grupos de estudio transmiten el método de
descubrimiento de la verdadera realidad más adecuado para su generación. En
esta era mediática, pueden aparecer por televisión, por radio o más
comúnmente por Internet.
Al principio (antes de que apareciera el alma del Ari), reinaba una era de
acumulación de experiencia y de persistencia en el mundo. Progresaban hacia la
corrección con su mera existencia. El sufrimiento acumulado agregó urgencia
en la búsqueda del alivio. El deseo de dejar atrás el sufrimiento fue la fuerza
motivadora del desarrollo de las generaciones.
Cuando en el siglo XVI, apareció el Ari, declaró que a partir de su generación,
los hombres, las mujeres y los niños de todas las naciones podían y debían
introducirse en la Cabalá. Había llegado el momento del desarrollo
generacional en que las almas descendentes podían reconocer la verdadera
realidad, completando su corrección con el propio método del Ari. Podían
cumplir lo que se esperaba de ellas.
Aún en su cuerpo físico, el alma tiene un solo deseo: retornar a sus raíces. Los
cuerpos físicos, en su deseo de recibir, las arrastran de vuelta a este mundo.
Pero el ser humano desea conscientemente elevar su espíritu. El esfuerzo
resultante de la gran fricción creada por esta dicotomía le ayuda a elevarse 620
veces por encima de su nivel anterior. Si un alma no completa su tarea,
reencarnará en el mundo con más necesidad de corrección.
A veces creemos que debemos negar nuestros deseos y anhelos para ser más
exitosos en la próxima reencarnación. Pensamos que no deberíamos desear
nada sino un poco de alimento y estar tirados al sol como un gato. Sin embargo,
en la realidad ocurre todo lo contrario, pues la próxima vez seremos aún más
crueles, demandantes, exigentes y agresivos.
El Creador quiere que nos colmemos de placeres espirituales, que seamos
plenos. Esto sólo es posible a través de un deseo enorme. Sólo mediante un
deseo corregido podremos alcanzar realmente el mundo espiritual,
tornándonos fuertes y activos. Un deseo pequeño no nos hará mucho daño,
pero tampoco mucho bien. El deseo "corregido" sólo funciona a partir del
estímulo correcto. No lo poseemos automáticamente, sino que lo adquirimos
mediante el estudio correcto de la Cabalá.
Existe una pirámide de almas, basada en el deseo de recibir. En su base se
encuentran muchas almas con pequeños deseos terrenales, buscando una vida
confortable de tipo animal: comida, sueño, sexo. El nivel siguiente, con menor
25
número de almas, contiene aquéllas que desean adquirir riqueza. Se trata de
personas deseosas de dedicar su vida entera a hacer dinero y aún a sacrificarse
en aras de la riqueza.
A continuación se encuentran las que harían cualquier cosa con tal de controlar
a los demás, gobernar y alcanzar posiciones de poder. Otras aún menos
numerosas poseen un deseo todavía mayor por conocer: son los científicos y
académicos que pasan su vida empeñados en un descubrimiento específico, sin
interesarse por ninguna otra cosa.
El deseo más intenso, compartido sólo por unos pocos, es el de alcanzar el
mundo espiritual. Todos están incluidos en la pirámide.
El hombre a su vez posee la misma pirámide de deseos en su interior, la cual
debe invertir, de modo que el peso vaya al deseo más puro, el deseo infinito de
verdad. Debe rechazar y descartar sus deseos terrenales, poniendo todos sus
esfuerzos y energía en aumentar el deseo de espiritualidad. Lo logrará
estudiando de la manera correcta.
Cuando realmente buscamos aumentar el anhelo de espiritualidad, la Luz
Circundante, el mundo espiritual oculto, comienza a reflejarse en nosotros,
provocándonos desear aún más. En esta etapa, resulta crucial estudiar en grupo
bajo la guía de un cabalista [ver el capítulo "Cómo estudiar Cabalá"].
El mayor cambio que observamos en las almas que descienden hoy, radica en
su deseo definido de lograr un sistema espiritual. Hasta la gente común busca
algo más allá de este mundo, algo espiritual.
Aunque esta "espiritualidad" todavía incluye todo tipo de atajos, trucos mágicos
y grupos esotéricos que prometen respuestas a sus seguidores, indica una
búsqueda de la auténtica realidad. Si las almas de esta generación aumentan
más su deseo, probablemente hagan surgir un método nuevo adecuado para
ellas.
En los últimos quince años se ha activado y acelerado el descenso de las nuevas
almas. Su deseo es mucho mayor y más genuino. Quieren lograr la auténtica
verdad y nada más.
Cuando comprendamos realmente cómo se nos aplica y nos afecta la realidad,
dejaremos de hacer lo prohibido e insistiremos en hacer lo correcto. Entonces
percibiremos la armonía existente entre nosotros y el verdadero mundo.
Mientras tanto, abusamos y luego nos damos cuenta de que hemos abusado. No
podemos escapar a dicha situación. Es por ello que la humanidad se encuentra
en un callejón sin salida, inmersa en dificultades cada vez mayores.
Descubriremos que no nos queda otra alternativa sino reconocer el mundo
espiritual del cual formamos parte. Este reconocimiento nos conducirá a una
nueva situación, en la que comenzaremos a actuar concientemente al unísono y
no como individuos aislados.
Todos estamos conectados en una alma, de una generación a otra. Compartimos
una responsabilidad colectiva. Es por ello que el cabalista es considerado
"fundador del mundo". Afecta al mundo entero y el mundo entero lo afecta a él.
26
El lenguaje de los cabalistas: Ramas
Cuando pensamos o sentimos algo y deseamos transmitírselo a otra persona
para que también lo sienta utilizamos palabras. Existe un consenso
generalizado acerca del uso de las palabras y sus significados. Si calificamos a
algo de "dulce", la otra persona imagina inmediatamente el mismo sabor. Pero,
¿cuánto se acerca su concepto de lo dulce al nuestro?, ¿cómo podríamos
comunicar mejor nuestras percepciones manteniendo el uso de palabras?
Las percepciones de los cabalistas superan nuestro nivel. No obstante, ellos
desean transmitirnos su admiración por cosas que no tienen significado para
nosotros. Para esto, utilizan instrumentos tomados de nuestro mundo: con
frecuencia palabras, a veces notas y en ocasiones otros medios.
los cabalistas escriben acerca de sus experiencias y percepciones en los mundos
superiores, acerca de las fuerzas superiores y de lo que descubren allí. Escriben
para otros cabalistas, pues la interacción de sus estudios es esencial y fructífera.
Luego sus escritos llegan a quienes aún no han sentido la espiritualidad,
aquellos para quienes aún se encuentra oculta.
Como en el mundo espiritual no existen palabras que puedan describir sus
percepciones espirituales, los cabalistas las denominan "Ramas", una palabra
tomada de nuestro mundo. De allí que el lenguaje de los libros de Cabalá se
conoce como "Lenguaje de las Ramas". Este lenguaje toma prestados términos
de nuestro mundo para identificar percepciones espirituales. Como cada cosa
del mundo espiritual tiene su equivalente en el mundo físico, cada raíz del
mundo espiritual tiene el nombre de su rama.
Al no poder describir con precisión nuestras percepciones, ni medirlas o
compararlas, acudimos a toda clase de términos auxiliares.
El rabino Yehuda Ashlag escribe en su "Estudio de las Diez Sefirot" (Parte I.
Mirando a nuestro interior) “…los cabalistas eligieron un lenguaje especial al
que se le denomina “Lenguaje de las Ramas”. Nada sucede en este mundo que
no tenga sus raíces en el mundo espiritual. Todo en este mundo se origina en el
mundo espiritual y luego desciende. De esta forma, los cabalistas encontraron
un lenguaje ya elaborado, con el cual transmitir fácilmente sus logros oralmente
unos a otros o por escrito para las generaciones futuras. Tomaron los nombres
de las ramas del mundo material: cada nombre es autoexplicativo, indicando su
raíz de origen en el sistema del Mundo Superior."
Para cada fuerza y acción de este mundo existe una fuerza y acción en el mundo
espiritual que es su raíz. Cada fuerza espiritual se correlaciona con una sola
fuerza, su rama en el mundo material.
Acerca de esta correlación directa se ha escrito: "No hay brizna nada que crezca
abajo que no tenga un ángel arriba instándolo a crecer." Es decir, no hay nada
en nuestro mundo que no tenga su fuerza correspondiente en el mundo
espiritual. A causa de esta correlación directa, y porque la espiritualidad no
contiene palabras -sólo sensaciones y fuerzas- los cabalistas utilizan los
27
nombres de las ramas de este mundo para referirse a las correspondientes raíces
espirituales.
El Baal Hasulam prosigue, diciendo: "Con estas explicaciones, ustedes
comprenderán lo que a veces parece en los libros de Cabalá una terminología
extraña para el espíritu humano, en particular en los textos básicos, como el
Zohar o los libros del Ari. Surge la pregunta: ¿Por qué los cabalistas utilizaron
una terminología tan corriente para expresar ideas tan elevadas? La explicación
es que ningún idioma ni lengua del mundo podría ser utilizado de forma
razonable, excepto el especial lenguaje de las Ramas, basado en las raíces
superiores correspondientes. ... Si a veces se utilizan expresiones extrañas, es
porque no queda otro remedio; no debemos sorprendernos. Lo bueno no puede
reemplazar lo malo, y viceversa. Debemos siempre transmitir exactamente la
Rama o incidente que designe a su raíz superior como lo dicte la ocasión,
elaborándolo hasta encontrar la definición exacta."
El mundo espiritual es abstracto: allí las fuerzas y las sensaciones funcionan sin
el ropaje de "animal", "mineral", "vegetal" o "parlante". El estudiante repite una
y otra vez las ideas principales de la sabiduría cabalística: "lugar", "tiempo",
"movimiento", "carencia", "cuerpo", "partes del cuerpo" u "órganos",
"corresponder", "besar", "abrazar", hasta percibir en su interior la sensación
correcta para cada idea.
Para concluir, debemos observar que algunos así llamados "instructores de
Cabalá" transmiten a sus estudiantes interpretaciones equivocadas. El error
surge del hecho de que los cabalistas escribieron sus libros utilizando el
Lenguaje de las Ramas, usando términos de nuestro mundo para expresar ideas
espirituales. Quienes no comprenden el uso correcto del lenguaje caen en el
error. Enseñan que existe una conexión entre el cuerpo y la vasija espiritual,
como si la vasija espiritual incluyera al cuerpo, considerándolo parte del órgano
espiritual, de modo que por medio de una acción física se pudiera realizar algo
espiritual. Las ramas forman parte integral de la Cabalá, y sin su uso, no se
puede estudiar Cabalá.
28
Observando la realidad a través de la Cabalá
Todo lo que sabemos acerca de nuestro mundo está basado en estudios
humanos. Cada generación estudia nuestro mundo y transmite su conocimiento
a la siguiente. De esta forma, cada generación comprende el marco en el que ha
de moverse y su posición relativa respecto a las demás generaciones. En cada
era, la humanidad utiliza el mundo circundante.
Lo mismo ocurre en el plano espiritual. Cada generación de cabalistas, desde
Abraham en adelante, estudia y descubre los mundos espirituales. Al igual que
en la investigación científica, transmiten el conocimiento adquirido a las
generaciones siguientes. En este mundo poseemos un sentido general llamado
"deseo de recibir", con cinco receptores (los cinco sentidos). Cuando alguien
sufre una corrección, obtiene el sexto sentido, conocido como " sentido
espiritual" y funciona según estos cinco sentidos.
Los científicos también utilizan sólo sus cinco sentidos. Solemos considerar
"objetivo" cualquier instrumento de precisión, de avanzada, técnico, mecánico u
otro. Sin embargo, en última instancia, lo que hay es un ser humano
examinando, midiendo y evaluando los resultados de la investigación, con sus
cinco sentidos. Obviamente, no puede suministrar una respuesta exacta y
objetiva a lo realizado por los sentidos. En cambio la Cabalá, fuente de toda
sabiduría, sí puede hacerlo.
Al comenzar a estudiar la realidad, descubrimos que no podemos estudiar ni
comprender lo que está más allá, por lo que permanece desconocida, no
revelada para nosotros. Al no poder verla, tocarla o saborearla, nos
preguntamos si realmente existe. Sólo los cabalistas que alcanzan la Luz
abstracta superior más allá de nuestros sentidos pueden comprender
verdaderamente nuestra auténtica realidad.
los cabalistas nos informan que más allá de nuestros sentidos sólo existe la Luz
abstracta superior, carente de forma, llamada “creación”. Imaginen que nos
encontramos en medio de un océano, en un mar de Luz. Percibimos distintas
sensaciones aparentemente incorporadas allí, en la medida que lo permite
nuestra capacidad de comprensión. No oímos lo que acontece fuera. Lo que
llamamos "escuchar" es en realidad la respuesta de nuestros tímpanos a los
estímulos externos. Simplemente sabemos que nuestro tímpano reacciona
dentro de nuestro oído. Lo evaluamos internamente y lo aceptamos como un
acontecimiento externo. No sabemos lo que está realmente sucediendo fuera de
nosotros, sólo percibimos la reacción de nuestros sentidos ante ello.
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Lo mismo sucede con los demás sentidos: vista, gusto, tacto y olfato. Nunca
podemos salir de nuestra "caja". Lo que sea que afirmemos acerca de los
acontecimientos externos es en realidad la imagen que pintamos en nuestro
interior. Esta restricción es imposible de superar.
El estudio de la Cabalá puede ayudarnos a ampliar los límites de nuestros
sentidos naturales para lograr el sexto sentido, con el cual conoceremos la
auténtica realidad fuera y dentro de nosotros mismos. Ésta es la verdadera
realidad. Mediante ella, podremos experimentar la reacción externa de nuestros
sentidos. Si dirigimos correctamente nuestros cinco sentidos, podremos ver la
verdadera imagen de la realidad. Sólo necesitamos interiorizar las
características del mundo espiritual.
Es como una radio que sintoniza una determinada longitud de onda. La
longitud de onda existe fuera de la radio, la cual recibe y reacciona. El ejemplo
se aplica a nosotros también. Si tenemos aunque sea una mínima chispa del
mundo espiritual, comenzaremos a sentirla en nuestro interior.
A lo largo de su evolución, el cabalista adquiere más y más características
espirituales, conectándose así con todos los niveles del mundo espiritual, todos
construidos según el mismo principio. El estudiante de Cabalá comprende,
percibe, evalúa y trabaja con todas las realidades, tanto materiales como
espirituales, sin diferenciarlas. Alcanza el mundo espiritual mientras se
encuentra inserto en este mundo. Percibe ambos mundos sin fronteras
divisorias entre ellos.
Sólo quien experimente esta verdadera realidad puede ver las razones de lo que
le acontece aquí. Entiende las consecuencias de sus actos. Por primera vez se
torna verdaderamente práctico, viviendo y percibiendo todo y sabiendo qué
hacer consigo mismo y con su vida.
Antes no podía saber para qué nació, quién es y cuáles son las consecuencias de
sus actos. Todo se incluía en los límites del mundo material y lo abandonaba en
el mismo estado que ingresó.
Entretanto, nos encontramos todos en el nivel llamado "este mundo". Nuestros
sentidos están igualmente limitados, por eso vemos todos la misma imagen.
Baal Hasulam escribe: "Todos los mundos superiores e inferiores están
incluidos en el hombre." Esta frase es clave para quien se interesa en la
sabiduría de la Cabalá y en vivir la realidad circundante. Esta realidad incluye
los mundos superiores y este mundo, juntos forman parte del ser humano.
Ahora comprendemos el mundo mediante elementos materiales o físicos. Al
estudiar, agregaremos elementos adicionales que nos permitirán descubrir
cosas que hoy no podemos ver.
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Nuestro nivel es muy bajo, pues estamos ubicados en diagonal opuesta al nivel
del Creador. Comenzamos a elevarnos a partir de este nivel al corregir el deseo.
Entonces descubrimos otra realidad circundante, aunque en realidad no cambió
nada. Cambiamos nosotros en nuestro interior y en consecuencia nos volvemos
conscientes de los otros elementos que nos rodean. Más tarde, estos elementos
desaparecen y percibimos que todo se debe exclusivamente al Creador, al
Todopoderoso. Los elementos que comenzamos a descubrir gradualmente se
denominan "mundos".
No debemos imaginar la realidad espiritual, sino percibirla. Imaginarla nos
aleja de su alcance. los cabalistas alcanzan los mundos superiores a través de
sus sentidos, así como nosotros alcanzamos el mundo material. Los mundos se
interponen entre nosotros y el Creador, ocultándolo de nosotros. Como dice
Baal Hasulam, es como si nos filtraran la Luz. Vemos la realidad circundante
distorsionada. De hecho, podemos decir que no hay nada entre nosotros y el
Creador.
Estas interferencias, los mundos entre nosotros, son máscaras colocadas sobre
nuestros sentidos. No lo vemos en su verdadera forma, vemos sólo elementos
fracturados. En hebreo, el origen del término "olam" (mundo) es "alama"
(ocultar). Parte de la Luz se transmite, parte se oculta. Cuanto más elevado es el
mundo, menos se oculta.
Los habitantes de este mundo pintan diversas imágenes de la realidad. La
lógica dictamina que la realidad debería ser uniforme para todos. Sin embargo,
uno escucha una cosa, otro otra; éste ve una cosa, aquél otra.
Baal Hasulam lo ilustra mediante el ejemplo de la electricidad: en nuestros
hogares hay tomacorrientes que contienen energía abstracta que enfría, calienta
y crea vacío o presión según las características propias del artefacto que se le
conecta. Pero, la energía no tiene forma propia, es abstracta. El artefacto revela
el potencial de la electricidad.
Podemos decir lo mismo de la Luz superior, el Creador sin forma. Cada uno
percibe al Creador según su nivel de corrección. Al iniciar el estudio, es posible
que la persona perciba sólo su propia realidad y ninguna fuerza superior.
Gradualmente irá descubriendo, mediante el uso de sus sentidos, la verdadera
realidad expandida. Al avanzar, si corrige todos sus sentidos según la Luz
Circundante, no habrá ninguna separación entre él y la Luz, entre el hombre y
el Creador, como si no hubiera ninguna diferencia entre sus características. Se
logra entonces la santidad, el nivel más elevado de espiritualidad.
¿Cómo podrá un principiante dominar esta ciencia si ni siquiera puede
comprender a su maestro como corresponde? La respuesta es muy simple. Esto
sólo es posible elevándonos espiritualmente por encima de este mundo. Para
31
ello debemos liberarnos de todo rastro de egoísmo material y considerar el
logro de los valores espirituales como nuestro único objetivo. Anhelo y pasión
sólo por lo espiritual en nuestro mundo, ésta es la llave para el Mundo
Superior.
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Música cabalística
"Melodías del mundo que está por venir"
El rabino Yehuda Ashlag, autor del comentario HaSulam del Zohar, expresó
verbalmente sus percepciones espirituales en sus numerosos estudios
publicados. También escribió canciones y compuso melodías basadas en ellas.
La música en sí refleja el modo en que una persona se siente en el mundo
espiritual. Lo que la hace tan especial es que todos pueden comprenderla,
aunque no hayan alcanzado el nivel espiritual del compositor. Al escuchar la
música del Baal Hasulam, tal como nos fue transmitida por su hijo, el rabino
Baruj Ashlag, tenemos la oportunidad de experimentar los sentimientos
espirituales de estos prominentes cabalistas.
El cabalista transita dos etapas opuestas en la espiritualidad: la agonía,
resultante del alejamiento del Creador, y el deleite resultante del acercamiento a
Él. La sensación de alejamiento produce música triste que se expresa en una
oración suplicando por la cercanía. La sensación de acercamiento al Creador
produce música alegre que se expresa en una oración de gratitud.
Es así que percibimos dos distintos estados de ánimo en la música: añoranza y
deseo de unificación al alejarse, y amor y alegría al descubrir la unificación.
Ambos estados juntos expresan la unificación del cabalista y el Creador.
La música irradia al oyente con una Luz maravillosa. No necesitamos poseer
ningún conocimiento previo, pues carece de palabras. Sin embargo, su efecto
sobre nuestros corazones es rápido y directo. Escucharla una y otra vez
constituye una experiencia especial.
Las notas están compuestas siguiendo reglas cabalísticas. Fueron elegidas según
el patrón de construcción del alma humana. El oyente las siente penetrar
profundamente en su alma, sin resistencia. Esto se debe a la conexión directa
que existe entre nuestras almas y las raíces de las notas.
En 1996 y 1998 se editaron dos CD de la música del Baal Hasulam y del Rabash.
Las melodías son presentadas tal como el Rav Dr. Laitman las escuchó de su
mentor, el rabino Baruj Ashlag (Rabash), hijo mayor y continuador de los
caminos de Baal Hasulam.
33
Dudas más frecuentes
P: Me he estado preguntando acerca de mi lugar en el mundo. No sé si la
Cabalá es para mí. ¿De qué trata y en qué me beneficiaría su estudio?
R: La Cabalá responde a una pregunta común: ¿Cuál es la esencia de mi vida y
de mi existencia? La Cabalá es para quien busca respuestas, él es el indicado
para estudiarla. La Cabalá muestra al ser humano la fuente y por lo tanto, el
propósito de su vida.
P: Siempre pensé que la Cabalá era secreta. De repente, se ha vuelto el nuevo
tema de moda. ¿Cómo sucedió esto?
R: Durante miles de años estuvo prohibido difundir la Cabalá. Sólo en el siglo
XX, cuando se publicaron los libros del cabalista, rabino Yehuda Ashlag, se nos
brindó la posibilidad de estudiarla sin restricciones. Sus escritos apuntan a
ayudar a gente como tú, sin conocimientos previos de Cabalá. Está permitido
difundirla ampliamente, enseñándola a cualquiera que esté buscando los
elementos espirituales ausentes de su vida.
P: ¿Es cierto que el rabino Ashlag pensaba que la Cabalá debía enseñarse a
todos, judíos y gentiles, por igual? ¿Piensan Uds. que el gentil tiene su lugar en
el proceso de corrección, o está pensado para ser estudiado sólo por judíos? y,
¿en qué consiste el proceso de corrección?
R: Habrás leído en la Biblia que al final de la corrección todos conocerán a Dios,
desde el más joven al más anciano, sin distinción de sexo ni de raza. La Cabalá
se ocupa del ser humano y del deseo de recibir, creado por Dios. Este deseo de
recibir incluye a todas las criaturas. Por lo tanto, todos los que deseen participar
del proceso de corrección pueden hacerlo. La corrección consiste en cambiar las
propias intenciones de egoístas a altruistas, por ejemplo, de beneficiosas para
uno mismo a beneficiosas para el Creador. Se espera que toda la humanidad
participe de este proceso.
P: Me interesa saber más acerca de la Cabalá. ¿Es necesario para un principiante
como yo estudiar primero la Biblia y la ley oral y escrita durante muchos años
antes de empezar a aprender Cabalá o puedo comenzar ahora?
R: No hay prerrequisitos para estudiar Cabalá. Todo lo que se necesita es la
propia curiosidad y la voluntad de aprender. Mediante su estudio, uno aprende
a parecerse al mundo espiritual en acciones y pensamientos.
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P: Oí decir que un rabino o estudiante de Cabalá le echó un conjuro a alguien
para que muriera. Mi pregunta es: ¿Es esto posible?, y si así fuera, ¿existe un
conjuro que se pueda decir? También he comprado varios libros referentes a
prácticas mágicas "buenas" y quisiera saber si Uds. me podrían orientar en la
dirección correcta alcanzada por estos libros.
R: No sé qué libros habrás comprado, pero no se ocupan de la auténtica Cabalá.
La Cabalá no es magia. Podrás entenderla mejor leyendo y estudiando. Te
recomendamos diversas lecturas, por ejemplo, los artículos que preparamos
respecto a las etapas del desarrollo del ser humano en su camino espiritual.
Aunque es importante estudiar con un maestro y en grupo, puedes acceder a
algunos de esos artículos mediante nuestro sitio web, libros y tienda online.
P: Hace siete años comencé a buscar a Dios, el Creador, el Padre. Entretanto, mi
vida entera fue destruida y perdí todo lo que me era querido. Un día le dije:
"¡No descansaré hasta que me contestes! ¡Eres todo lo que me queda!" Ahora he
comenzado a percibir luces alrededor de la gente y de los animales. ¿Es esto
una manifestación de Cabalá? Quiero conocer a Dios y crecer espiritualmente.
R: Tu situación es precisamente la que motiva al ser humano a estudiar Cabalá.
El camino hacia el conocimiento de Dios es muy difícil y requiere un estudio
específico. Y sólo después de que se devele una percepción espiritual, uno
comprende que las percepciones anteriores eran sólo productos de su
imaginación. No se puede percibir a Dios sin ascender a los mundos superiores
mediante la transformación de las características egoístas en altruistas.
P: Entiendo que la palabra "Cabalá" proviene del verbo hebreo "recibir". ¿Qué
significa y para qué recibir?
R: Al principio de todo, sólo existía el Creador. Creó un deseo generalizado de
recibir. Este deseo de recibir se llama el Primer Hombre. Para permitir al Primer
Hombre comunicarse con el Creador, este deseo generalizado de recibir fue
dividido en muchas partes. El propósito de la Creación es lograr la comunión
con el Creador porque sólo en dicho estado puede el ser humano lograr
plenitud, tranquilidad eterna y felicidad.
P: ¿Esto implica que, en un futuro lejano, habrá de nuevo un solo hombre?
R: La Cabalá no se ocupa de nuestro cuerpo físico, sino de nuestro componente
espiritual. El Mundo Superior es como una criatura, un alma, cuyas partes se
proyectan en un mundo inferior (el que percibimos) en el que nos sentimos
distintos uno de otro. Para decirlo más fácil: nos sentimos separados unos de
otros porque estamos limitados por nuestro egoísmo, a pesar del hecho de que
todos somos realmente un solo cuerpo espiritual. Por lo tanto, la separación
existe sólo en nuestra percepción errónea, porque de hecho somos todos uno.
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P: ¿Qué conceptos encontraré en el Zohar y quién lo escribió?
R: El libro del Zohar explica cómo uno en este mundo puede alcanzar la fuente
de su alma. Este camino, o escalera, consiste en 125 pasos. El autor del Zohar
debe haber transitado todas estas etapas. El rabino Yehuda Ashlag afirma que
el Zohar fue escrito por el rabino Shimón Bar Yojai. Mientras el rabino Yehuda
Ashlag existió en este mundo, creó el comentario del Zohar, el cual se sigue
usando hasta hoy en día. Ocupa el mismo lugar espiritual que Shimon Bar
Yojai, el autor del Zohar.
P: ¿Están Uds. asociados con otros rabinos u otros centros de Cabalá?
R: Bnei Baruj no está conectado de ningún modo con ningún grupo u
organización que se ocupe de Cabalá.
P: ¿Tienen bibliografía o material de estudio en inglés, francés o español que me
pudieran enviar?
R: Lamentablemente no existen libros serios e intachables de Cabalá en ningún
idioma basados en fuentes auténticas; por ejemplo, los de Shimon Bar Yojai, el
Ari, el rabino Ashlag, etc. El Centro Bnei-Baruj ha creado un curso básico de
Cabalá mediante su sitio Web y está publicando más libros sobre este tema. Las
lecciones online y los libros aparecerán en diversos idiomas, incluyendo el ruso.
P: No fui criado en la religión judía. Creo que hay más dioses y más espíritus
santos, etc. que los mencionados por la Cabalá. Y acaso ¿no es el propósito de la
Creación el otorgarle al ser humano una vida mejor en este mundo, así como en
el mundo por venir? Si miro a mi alrededor, veo qué lugar terrible este mundo
puede llegar a ser.
R: Sólo existe el Creador y el ser humano. El propósito de la creación es permitir
el ascenso a los mundos superiores aún estando en este mundo. Esto sucede
cuando los pensamientos y deseos humanos son equivalentes a los
pensamientos y deseos de los mundos superiores, tema que se enseña en la
Cabalá. Quien desee ascender y alcanzar la meta de la creación (que es la meta
personal de cada ser humano en la vida, pues si no debe retornar a este mundo
después de su muerte), debe considerar positivamente a toda la Creación.
P: Estoy empezando a comprender que debo ser responsable de mis propias
acciones, de mi propio ego. Quisiera alcanzar un mayor nivel espiritual en mi
vida. ¿Cómo empiezo?, y si estudio Cabalá, ¿podré actuar libremente?
R: Uno debe imaginar siempre que se encuentra frente a Dios, el Poder
Supremo. Todo el que estudie Cabalá y ascienda a cierto nivel espiritual puede
adquirir capacidades del Poder Supremo y utilizarlas a su antojo. Cuanto más
elevado sea su nivel espiritual, el cabalista logrará características y poderes más
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similares a los del Creador. El cabalista será capaz de actuar tan libre e
independientemente como el Creador.
P: Leí en algún lado que existe un lugar en la Torá que contiene los 72 nombres
de Dios y que transmite un mensaje al ser leído. También, que si se consideran
los caracteres hebreos en forma vertical, aparecen en columnas de tres
caracteres y cada columna contiene una palabra referida a Dios. No sé si lo han
notado, pero Dios suele ocultar las cosas a la mirada ordinaria, como aquí.
¿Podrían enviarme una copia de dicha parte de las Escrituras en hebreo?
R: La Cabalá utiliza muchos conceptos matemáticos como matrices, geometría,
números, gráficos, caracteres y letras, etc. Estos acercamientos son códigos
mostrados en la Biblia, los cuales nos suministran información acerca de temas
espirituales y su interconexión. Cada nivel espiritual posee un nombre y el
número equivalente a la suma de las letras del nombre. La transformación de
un nombre a un número se denomina "Gematria". Estos códigos aluden a los
niveles espirituales que deberíamos alcanzar.
P: Vivo en Londres. No soy judío, pero en los últimos años me he interesado en
la Cabalá y también he desarrollado un creciente interés personal por el
judaísmo. ¿Puede aconsejarme acerca de cómo proseguir mis estudios?, ¿existe
algún representante o miembro suyo en Inglaterra que pueda contactar?
R: No existen cabalistas de renombre fuera de Israel. Sin embargo, le
aconsejamos comenzar a estudiar, visitar nuestro sitio Web y enviarnos
preguntas y consultas.
P: La Cabalá parece tener ideas similares a todas las principales tradiciones
místicas como el Budismo. ¿Existe alguna diferencia importante?, de ser así,
¿por qué elegir este camino y no otro?. Si no la hay, ¿por qué no lo reconocen
los cabalistas?
R: La idea general de todas las religiones y grupos místicos consiste en
comulgar con una entidad superior. Cada uno tiene sus propias razones para
querer comulgar con esta entidad. Por ejemplo, algunos desean disfrutar una
vida feliz y próspera en este mundo para recibir abundancia, salud, seguridad,
un futuro mejor. Desean entender este mundo lo mejor posible para organizar
mejor sus vidas. Otros desean aprender cómo manejarse en el mundo por venir
después de la muerte. Ambos objetivos son egoístas y surgen del egoísmo
humano.
La Cabalá no se ocupa de todos estos motivos. Su meta es más bien transformar
la naturaleza humana para permitirle tener cualidades similares a las del
Creador.
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Los demás "caminos de espiritualidad" si bien hablan de liberarse de los deseos
egoístas, apuntan a disminuir el sufrimiento humano, dándole libertad y
prosperidad. Otra vez el propósito es egoísta.
El método cabalístico afirma que el ser humano debe usar todo lo que tiene en
este mundo para ofrendar al Creador. Pero para lograr esta intención, necesita
poder percibirlo y sentir que Él disfruta de sus acciones. Quien estudia Cabalá
comienza a entender su significado por su propia percepción del Creador.
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El mago omnipotente… que no podía estar solo
Autor: Rav Dr. Laitman
¿Saben por qué solamente los ancianos cuentan historias y leyendas? ¡Porque
las leyendas son la cosa más inteligente del mundo! Todo cambia en el mundo,
pero las auténticas leyendas permanecen. Las leyendas son sabiduría y
narrarlas requiere de mucho conocimiento y de destreza para ver cosas que
otros no ven. Para eso hay que haber vivido mucho, razón por la que sólo los
ancianos saben narrar leyendas. Como está escrito en el mayor y más antiguo
libro de magia: ¡" Un anciano es alguien que ha adquirido sabiduría"!
A los niños les encanta escuchar leyendas porque poseen imaginación y cerebro
para encarar todo y no únicamente lo que los demás pueden ver. Si un niño
crece pero igual sigue viendo lo que los demás no ven, se torna sabio e
inteligente, "adquiere sabiduría". Y como ve lo que los demás no ven, sabe que
la imaginación es real. Sigue siendo un niño, un "niño sabio", como está escrito
en el "Zohar", el libro de magia más grande y más antiguo.
Había una vez un mago grande, noble y de buen corazón, con todos los
atributos que se suelen mencionar en los libros infantiles, pero, como tenía tan
buen corazón, no sabía con quien compartirlo, no tenía a nadie a quien amar,
con quien pasar el tiempo, con quien jugar... también necesitaba sentirse
deseado, pues es muy triste estar solo.
¿Qué podía hacer? Pensó en crear una piedra, pequeñita pero hermosa, y quizás
allí encontraría la respuesta. "Tocaré la piedra y sentiré que hay algo
constantemente a mi lado, y ambos nos sentiremos bien, porque es muy triste
estar solo."
Agitó su varita y en ese instante apareció una piedra justo como la que quería.
Se puso a tocarla, a abrazarla y a hablarle, pero la piedra no respondía. Se
mantenía fría y no reaccionaba. Hiciera lo que le hiciese, la piedra seguía siendo
un objeto insensible. Esto no le convino al mago para nada. ¿Por qué no
contestaba la piedra? Probó creando otras piedras, y luego rocas, colinas,
montañas, llanuras, la Tierra, la Luna y la Galaxia. Pero con todas lo mismo...
nada. Se seguía sintiendo solo y triste.
En su tristeza, se le ocurrió que en vez de piedras, podría crear una planta de
hermosas flores. La regaría, le daría aire y sol, le tocaría música... y la planta
sería feliz. Y ambos estarían contentos, porque era triste estar solo.
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Agitó su varita y al instante apareció una planta justo como la que quería.
Estaba tan contento que se puso a bailar a su alrededor, pero la planta no se
movió ni bailó con él ni siguió sus movimientos. Sólo respondía de la manera
más simple a los dones del mago. Si la regaba, crecía, si no, se moría. Esto no le
alcanzaba al mago de buen corazón que anhelaba entregarlo todo. Tenía que
hacer algo más, porque es muy triste estar solo. Creó entonces todo tipo de
plantas de todos los tamaños: bosques, selvas, huertos, plantaciones y
alamedas. Pero todas se portaban igual que la primera planta... y nuevamente
se encontró solo.
El mago pensó y pensó. ¿Qué podía hacer? ¡Crear un animal! ¿Qué clase de
animal? ¿Un perro? Sí, un lindo perrito que estuviera siempre con él. Lo llevaría
a pasear y el perro brincaría, haría piruetas y correría de un lado a otro. Al
volver a su palacio (o más bien a su castillo, dado que era un mago), el perro
estaría tan contento de verlo que correría a saludarlo. Ambos serían felices,
pues es muy triste estar solo.
Agitó su varita... ¡y allí estaba! Un perro justo como el que él quería. Lo cuidó,
lo alimentó, le dio de beber y lo acarició. Hasta corrió con él, lo bañó y lo sacó a
pasear. Pero el amor perruno se limita a estar cerca de su amo, donde quiera
que esté. El mago sufría al ver que su perro no podía corresponderle, aunque
jugara tan bien o fuera a todas partes con él. Un perro no podía ser su amigo de
verdad, no podía apreciar lo que hacía por él, no comprendía sus pensamientos,
sus deseos ni todas las molestias que se tomaba por él. Pero justo eso era lo que
el mago anhelaba. Produjo otras criaturas: peces, aves, mamíferos, todo en
vano, ninguna lo comprendía. Era tan triste estar solo.
El mago se sentó y reflexionó. Comprendió que un amigo de verdad debía ser
alguien que lo buscara, que deseara mucho estar con él, que fuera como él,
capaz de amar como él, de comprenderlo,... que se le pareciera... que fuera su
compañero. ¿Compañero? ¿Amigo de verdad? Debería ser alguien cercano a él,
que comprendiera sus dones, que pudiera corresponderle y darle algo a su vez.
Los magos también desean amar y ser amados. Entonces ambos estarían
contentos, porque es muy triste estar solo.
Entonces el mago pensó en crear un hombre. ¡El podría ser su amigo de verdad!
Podría ser como él... sólo necesitaría alguna ayuda para ello. Entonces ambos se
sentirían bien, porque es muy triste estar solo... Pero para poder sentirse bien,
primero debería sentirse solo y triste sin el mago...
El mago agitó nuevamente su varita y creó al hombre a la distancia. El hombre
no percibía la existencia de un mago, autor de todas las piedras, las plantas, las
colinas, los campos y la luna, la lluvia, los vientos, etc., un mundo entero lleno
de cosas hermosas, incluyendo computadoras y fútbol, que lo hacían sentir bien
y falto de nada. El mago, por su parte, seguía sintiéndose triste por estar solo. El
hombre no sabía que había un mago que lo había creado, que lo amaba y que lo
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estaba esperando y que decía que juntos se iban a sentir bien porque es muy
triste estar solo.
Pues, ¿cómo podría un hombre que se siente contento, que tiene de todo, hasta
una computadora y el fútbol, que no conoce al mago, desear encontrarlo,
conocerlo, acercársele, amarlo, ser su amigo y decirle: "Ven, nos sentiremos bien
ambos, pues es muy triste estar solo sin ti"? Una persona conoce sólo lo que la
rodea y hace lo que hacen las personas que están próximas, habla acerca de los
mismos temas, desea las mismas cosas: no ofender, pedir regalos de buena
manera, una computadora, fútbol. ¿Cómo podría saber que existe un mago que
está triste por estar solo?
Pero el mago, en su compasión, busca constantemente, y cuando el momento ha
llegado, agita su varita y llama a su corazón. El hombre piensa que está
buscando algo y no se da cuenta de que es el mago que lo está llamando." Ven,
nos sentiremos bien ambos, porque es muy triste estar solo sin ti."
Entonces el mago agita nuevamente su varita y el ser humano lo siente.
Comienza a pensar en él, en que sería bueno estar juntos, porque es muy triste
estar solo, sin el mago. Otro giro de la varita y el hombre siente que existe una
torre mágica llena de bondad y poder en la que el mago lo espera y sólo en la
cual se sentirán a gusto, porque es muy triste estar solo...
Pero ¿dónde se encuentra esta torre? ¿Cómo puede alcanzarla? ¿Cuál es el
camino? Desconcertado y confuso, se pregunta cómo puede encontrar al mago.
Sigue sintiendo el movimiento de la varita en su corazón y no puede conciliar el
sueño. Ve por doquier magos y torres de poder y hasta pierde el apetito. Esto
sucede cuando alguien desea mucho algo y no lo encuentra, y se siente triste de
estar solo. Pero para ser como el mago: sabio, grande, noble, compasivo,
amoroso, no alcanza con un ademán de la varita: el hombre debe aprender a
obrar maravillas por sí mismo.
Entonces el mago, secreta y sutilmente, gentil e inocuamente, lo va guiando
hacia el más grande y más antiguo de los libros de magia, el Libro del Zohar,
indicándole el camino hacia la torre de poder. El ser humano lo toma para
encontrarse pronto con el mago, hacerse su amigo y decirle: "Ven, estaremos
bien juntos, porque es muy triste estar solo."
Pero un elevado muro rodea la torre, y muchos guardias lo ahuyentan,
impidiéndoles estar juntos y sentirse bien. El hombre se desespera, el mago se
esconde en la torre tras puertas trancadas, el muro es alto, los guardias alertas
lo rechazan, nada puede pasar. ¿Qué sucederá? ¿Cómo podrán estar juntos y
sentirse bien dado que es triste estar solo?
Cada vez que el ser humano desfallece y cuanto más se desespera, siente de
repente un movimiento de la varita y se precipita nuevamente hacia los muros,
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tratando de evadir a los guardias ¡a cualquier precio! Quiere forzar las puertas,
alcanzar la torre, trepar los peldaños de la escalera y alcanzar al mago.
Y cuanto más avanza y se acerca a la torre y al mago, más vigilantes, fuertes y
arduos se tornan los guardias, despellejándolo sin piedad.
Pero a cada vuelta el hombre se torna más valiente, más fuerte y más sabio.
Aprende a realizar él mismo toda clase de trucos y a inventar cosas que sólo un
mago puede inventar. Cuanto más rechazado es, más desea al mago, más lo
ama, y desea más que nada en el mundo estar con él y ver su rostro, porque
será bueno estar juntos, y aunque le regalen todo el universo, sin el mago se
siente solo.
Entonces, cuando ya no soporta más estar sin él, se abren las puertas de la torre
y el mago, su mago, corre hacia él diciendo: "Ven, estaremos bien juntos,
porque es muy triste estar solo."
Y a partir de allí se vuelven amigos leales, muy cercanos y no existe placer más
exquisito que ése entre compañeros por siempre. Están tan bien juntos que
apenas recuerdan lo triste que era estar solos...
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