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Amparo Directo en Revisión 3463/2012 Quejoso:: Cuestionario

Este documento resume un amparo directo en revisión que cuestiona la detención de un individuo por parte de elementos del ejército mexicano y la sentencia posterior en su contra por delitos relacionados con drogas. El Tribunal Colegiado negó la protección constitucional solicitada y ahora el caso está siendo revisado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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Amparo Directo en Revisión 3463/2012 Quejoso:: Cuestionario

Este documento resume un amparo directo en revisión que cuestiona la detención de un individuo por parte de elementos del ejército mexicano y la sentencia posterior en su contra por delitos relacionados con drogas. El Tribunal Colegiado negó la protección constitucional solicitada y ahora el caso está siendo revisado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

QUEJOSO: **********

PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIO: JULIO VEREDÍN SENA VELÁZQUEZ

SUMARIO

El Juez Quinto de Distrito en el Estado de Chiapas, instruyó proceso penal en la


causa ********** y por sentencia declaró a ********** penalmente responsable de la
comisión de los delitos contra la salud, en la modalidad de narcomenudeo por
posesión simple de cocaína, y lo condenó a cumplir las penas de cuatro años diez
meses de prisión y ciento un días multa. Inconforme con esa resolución el
sentenciado interpuso el recurso de apelación que fue resuelto por el Segundo
Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito, en la sentencia dictada en el toca penal
**********, en el sentido de modificar la sentencia condenatoria. La modificación
consistió en señalar que en caso de que el sentenciado promoviera cualquier
asunto relacionado con el procedimiento de ejecución, debía quedar a disposición
del Juez de Distrito Especializado en Ejecución de Penal en tuno, o al juez de la
causa, según corresponda. Esta última resolución constituyó el acto reclamado en
juicio de amparo directo penal **********, resuelto por el Segundo Tribunal
Colegiado del Vigésimo Circuito, el cual resolvió negar la protección constitucional
solicitada. El presente asunto versa sobre el análisis de los agravios de
constitucionalidad expresados por el quejoso con motivo del recurso de revisión
que interpuso contra la referida determinación.

CUESTIONARIO

¿Le surte razón al recurrente al señalar que el Tribunal Colegiado omitió


pronunciarse sobre el tema planteado en su demanda de amparo, relativo a que
los elementos del Ejército no cuentan con facultades constitucionales para realizar
patrullajes, y por ende, las pruebas derivadas de su detención resultan ilícitas? Y,
¿es verdad, como lo afirma el recurrente, que el Tribunal Colegiado realizó una
incorrecta interpretación de la hipótesis de detención en flagrancia, prevista por el
artículo 16 de la Constitución Federal?

México, Distrito Federal, La Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en la sesión correspondiente al veintidós de
enero de dos mil catorce, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la que se resuelven los autos relativos al amparo directo en


revisión 3463/2012, promovido por **********, en contra de la sentencia
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

dictada el once de octubre de dos mil doce, por el Segundo Tribunal


Colegiado del Vigésimo Circuito, en el juicio de amparo directo
**********.

I. ANTECEDENTES

1. De las constancias de autos consta, como hechos probados, que


aproximadamente a las trece horas del tres de marzo de dos mil once,
los elementos del Décimo Séptimo Batallón de Infantería del Ejército
Mexicano, **********, ********** y **********, transitaban por las calles del
municipio de Reforma, Estado de Chiapas, cuando una persona del
sexo masculino ―quien por su seguridad no proporcionó su
nombre―, los abordó para informarles que en la calle Solosuchiapa,
colonia Une, un sujeto estaba, aparentemente, vendiendo droga;
persona de la que proporcionó sus características.

2. Los soldados se trasladaron al lugar referido y, al llegar, observaron la


presencia de una persona que coincidía con la descripción aportada,
por lo que los elementos castrenses se acercaron para cuestionar al
sujeto, quien dijo llamarse ********** y llevaba una bolsa negra de
plástico en la mano derecha, la cual le solicitaron que les permitiera
inspeccionar, y de esta forma descubrieron que contenía una arma de
fuego de uso exclusivo del Ejército, dinero, once envoltorios con
cocaína y diversas “piedras” del mismo narcótico. Por tal motivo,
detuvieron a ********** y aseguraron los objetos referidos.

3. Los elementos militares presentaron a ********** a disposición del


Agente del Ministerio Público de la Federación en Pichucalco, Estado
de Chiapas, quien integró la indagatoria respectiva y lo consignó el
cinco de marzo de dos mil once ante el Juez del Ramo Penal del

2
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

Distrito Judicial de Pichucalco, Chiapas, en auxilio de la Justicia


Federal1.

4. El juez penal del fuero común que conoció de la causa ordenó remitir
los autos al juez de Distrito en el Estado de Chiapas, en turno. Así, el
Juez Quinto de Distrito en esa Entidad Federativa radicó el asunto, lo
admitió y ordenó su registro como causa penal número **********.

5. Seguido el proceso por sus etapas, el treinta y uno de enero de dos


mil doce, el juez federal dictó sentencia condenatoria en contra de
**********, a quien declaró penalmente responsable de la comisión de
los delitos contra la salud, en la modalidad de narcomenudeo, en la
variante de posesión simple de cocaína, previsto y sancionado por el
artículo 477, en relación con la tabla contenida en el artículo 479,
ambos de la Ley General de Salud; así como del delito de portación de
arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea,
previsto y sancionado en los artículos 83, fracción III, en relación con
el 11, inciso d), de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos,
ambos en términos del artículo 13, fracción II, del Código Penal
Federal. Por tanto, lo condenó a cumplir las penas de cuatro años,
diez meses de prisión y ciento un día de multa.

6. Inconforme con esa resolución, el sentenciado interpuso recurso de


apelación, a través del Defensor Público Federal, cuyo conocimiento
correspondió al Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito, en el

1
********** rindió declaración ante la Representación Social el cuatro de marzo de dos mil once en
la que, asistido de su defensor particular, afirmó que los hechos habían sucedido tal como lo
habían referido los elementos militares, y señaló que se dedicaba a vender cocaína y que su patrón
le proporcionó el arma de fuego que le encontraron para que se la guardara. Deposado que ratificó
en su declaración preparatoria rendida ante la autoridad jurisdiccional.

3
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

toca penal **********. Tribunal que el diez de abril de dos mil doce
resolvió modificar la sentencia condenatoria.

7. Dicha modificación consistió en que en caso de que el sentenciado


promoviera cualquier asunto relacionado con el procedimiento de
ejecución, debía quedar a disposición del Juez de Distrito
Especializado en Ejecución de Penas en turno, o al juez de la causa,
según corresponda.

8. Esta última determinación constituye el acto reclamado en el juicio de


amparo, origen del recurso de revisión que nos ocupa.

II. TRÁMITE

9. Demanda de amparo. ********** promovió, a través del Defensor


Público Federal, juicio de amparo directo mediante escrito presentado
el nueve de mayo de dos mil doce ante el Segundo Tribunal Unitario
del Vigésimo Circuito. Como autoridad responsable señaló al
Magistrado titular de dicho órgano jurisdiccional y como acto
reclamado la sentencia definitiva dictada el diez de abril de dos mil
doce en el toca penal **********. La parte quejosa precisó que se
violaron en su perjuicio los derechos humanos consagrados en los
artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos2.

10. Trámite del juicio de amparo. El Magistrado Presidente del Segundo


Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito admitió y registró la demanda
de amparo bajo el número de expediente **********, mediante un
acuerdo dictado el veintidós de mayo de dos mil doce. La sentencia

2
Estos datos se desprenden del escrito de demanda de amparo que obra en el cuaderno del juicio
de amparo directo penal **********.

4
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

fue dictada el once de octubre de dos mil doce, en ella se determinó


negar el amparo solicitado por el quejoso.

11. Interposición del recurso de revisión. El quejoso promovió, por


conducto de su defensor de oficio, un recurso de revisión mediante
escrito presentado el treinta de octubre de dos mil doce, ante el
Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito. Mediante un
acuerdo dictado al día siguiente, el Magistrado Presidente de dicho
órgano jurisdiccional remitió el asunto a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación3.

12. Trámite del recurso ante la Suprema Corte de Justicia de la


Nación. El Presidente de este Alto Tribunal, mediante acuerdo dictado
el nueve de noviembre de dos mil doce, admitió el recurso y lo registró
bajo el número 3463/2012. Señaló que el recurso se hacía valer en
contra de un fallo en el que se realizó la interpretación de los artículos
16 y 21 de la Constitución Federal, al pronunciarse sobre la detención
del quejoso, realizada por elementos del Ejército Mexicano bajo la
hipótesis de flagrancia de delito; asimismo, ordenó que se turnara el
expediente al Ministro José Ramón Cossío Díaz , en términos de los
artículos 37, 81, párrafo primero, y 86 párrafo primero, del Reglamento
Interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

13. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se


avocó al conocimiento del presente asunto, por medio del acuerdo
dictado el quince de noviembre de dos mil doce, por el Presidente de
la misma; asimismo, se ordenó que se remitiera el asunto al Ministro
3
El Magistrado remisor manifestó que la ejecutoria recurrida no contiene decisión sobre
constitucionalidad de alguna ley, ni interpretación directa de algún precepto de la Constitución
Federal.

5
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

José Ramón Cossío Díaz, para la elaboración del proyecto de


resolución correspondiente.

III. COMPETENCIA

14. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


legalmente competente para conocer del presente recurso de
revisión4, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 107, fracción
IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 84,
fracción II, de la Ley de Amparo, vigente hasta el dos de abril de dos
mil trece; 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación y en relación con los puntos Primero y
Tercero, en relación con el Segundo, fracción III, del Acuerdo General
número 5/2013, de trece de mayo de dos mil trece, del Pleno de este
Alto Tribunal5. Lo anterior, porque el recurso fue interpuesto contra una
resolución pronunciada en un juicio de amparo directo, promovido en
contra de una sentencia definitiva de segunda instancia, dictada en un
procedimiento penal de la que afirma el quejoso que existió omisión de
pronunciarse sobre la interpretación de los artículos 16 y 21 de la

4
En atención a que la demanda de amparo se interpuso antes de la entrada en vigor de la Ley de
Amparo, Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 2 de abril de 2013 y vigente a
partir del día siguiente, acorde a lo dispuesto por los tres primeros artículos transitorios del decreto
de expedición, para la resolución del presente juicio de amparo se observarán y aplicará la anterior
Ley de Amparo publicada por el mismo medio de difusión de la Federación el 10 de enero de 1936,
actualmente abrogada.
Las normas transitorias de referencia establecen:
“PRIMERO. La presente Ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial
de la Federación.
SEGUNDO. Se abroga la Ley de Amparo, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de enero de 1936, y se derogan todas las disposiciones que se opongan a lo
previsto en la presente Ley.
TERCERO. Los juicios de amparo iniciados con anterioridad a la entrada en vigor de la presente
Ley, continuarán tramitándose hasta su resolución final conforme a las disposiciones aplicables
vigentes a su inicio, salvo lo que se refiere a las disposiciones relativas al sobreseimiento por
inactividad procesal y caducidad de la instancia, así como al cumplimiento y ejecución de las
sentencias de amparo. […]”.
En consecuencia, se hace la nota aclaratoria que toda mención realizada en la presente ejecutoria
respecto a la Ley de Amparo, Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, deberá entenderse a la publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de enero de 1936, que entró en vigor en la misma fecha de divulgación, y sus
reformas, que se mantuvo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece.
5
Publicado el veintiuno de mayo de dos mil trece, en el Diario Oficial de la Federación.

6
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

Constitución Federal. Por lo demás, se estima innecesaria la


intervención del Tribunal Pleno, debido a que la materia sobre la que
versa el amparo es de naturaleza penal, la cual es especialidad que
corresponde a esta Primera Sala.

IV. OPORTUNIDAD

15. El Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, dictó la


sentencia recurrida el jueves once de octubre de dos mil doce. La
sentencia fue notificada por lista a las partes el martes dieciséis de
octubre de dos mil doce y surtió sus efectos al día hábil siguiente:
miércoles diecisiete de octubre del año en cita. En consecuencia, el
término de diez días para la interposición del recurso previsto en el
artículo 86 de la Ley de Amparo empezó a correr a partir del jueves
dieciocho y concluyó el miércoles treinta y uno de octubre de dos
mil doce, una vez descontados los días veinte, veintiuno, veintisiete y
veintiocho de octubre de la anualidad referida, al ser sábados y
domingos respectivamente. Ello con fundamento en los artículos 23 de
la Ley de Amparo, y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación. Por lo tanto, si el recurso que nos ocupa se interpuso el
martes treinta de octubre del presente año, ante el Segundo Tribunal
Colegiado del Vigésimo Circuito, entonces es claro que su
presentación se realizó dentro del plazo legal.

V. PROCEDENCIA

16. Como cuestión preferente, en el presente asunto deberá primero


dilucidarse si el recurso de revisión resulta procedente y, en su caso,
determinar si los agravios formulados por la parte recurrente resultan

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

suficientes para revocar o modificar la sentencia del Tribunal


Colegiado.

17. Por tanto, para estar en condiciones de fijar la materia de análisis del
presente asunto, conviene traer a colación los argumentos de
constitucionalidad que fueron esgrimidos a lo largo de la secuela
procesal por lo que al amparo se refiere. De este modo, se sintetizan
los argumentos de constitucionalidad contenidos en los conceptos de
violación, la sentencia recurrida y el recurso de revisión interpuesto.

18. Concepto de violación. En el segundo concepto de violación6, el


defensor público del quejoso adujo que le causaba perjuicio que la
autoridad responsable calificara como fundado pero inoperante el
agravio relativo a la falta de facultades de los elementos del Ejército
para realizar patrullajes, pues estableció que si bien era verdad que no
existe disposición expresa que faculte a los miembros de las fuerzas
armadas a efectuar patrullajes, y que conforme a lo establecido en el
artículo 21 de la Constitución Federal, la persecución de los delitos es
competencia del Ministerio Público y la policía bajo su autoridad;
también lo era que la detención del sentenciado se había dado con
motivo de una denuncia anónima, lo cual no podía considerarse ilegal,
de acuerdo a lo establecido por el artículo 16 de la Norma
Fundamental.

19. El quejoso alegó que, de origen, la actuación de los elementos


castrenses se encontraba viciada de ilicitud, pues éstos realizaban
patrullajes sin estar facultados para ello. Además, destacó que la
autoridad responsable reconoció que los integrantes del Ejército no se

6
En la demanda de amparo se desarrollaron tres conceptos de violación, de los cuales, el primero
y el tercero versan sobre temas de legalidad, que no es competencia de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación. El primer concepto de violación trata sobre irregularidades en el seguimiento
de la cadena de custodia; mientras que el tercero se ocupa de la incorrecta valoración del material
probatorio.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

encontraban facultados legalmente para realizar patrullajes, pues


dicha función era propia de los cuerpos policiacos.

20. Sin embargo, agregó que contrario a lo expuesto por la autoridad


responsable, la actuación de los elementos militares no derivó de la
instalación de un retén fijo, sino que se dio como resultado de
actuaciones meramente policiacas. En este sentido, afirmó que los
aprehensores no iban en auxilio de alguna corporación policiaca o de
algún agente del Ministerio Público, por lo que no era aplicable el
criterio expuesto en la tesis aislada “SALUD, DELITO CONTRA LA.
INTERVENCIÓN DE MILITARES EN AUXILIO DEL MINISTERIO
PÚBLICO” 7, citada por el Tribunal Unitario. Por tal motivo, reiteró que
los elementos del Ejército no contaban con autorización para realizar
el referido patrullamiento, no obstante lo expresado por el militar
**********, en el sentido de que sí contaban con la orden escrita de su
mando superior.

21. En este orden de ideas, el recurrente argumentó que ciertamente el


artículo 16 de la Constitución Federal prevé que en el caso de
flagrancia cualquier persona puede detener al infractor; sin embargo,
esa hipótesis se hubiese actualizado si los integrantes del Ejército se
estuvieran dirigiendo a su cuartel o algún puesto de control, y en el
trayecto presenciaran la comisión de un delito, pero no como sucedió
en el caso, que estaban realizando patrullajes con la finalidad de
realizar una investigación, supuesto no previsto en el artículo
constitucional en cita.

7
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación, séptima época, volumen 69, segunda parte,
materia penal, p. 41.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

22. Así, señaló que su detención fue resultado de un patrullamiento que


tenía como finalidad el de realizar una investigación, pues los militares
manifestaron que habían recibido una denuncia anónima en relación a
una persona que se encontraba realizando actividades ilícitas.
Además, afirmó que no se encontró al quejoso realizando alguna
operación de venta de droga, sino que únicamente se le encontró
cuando estaba en el lugar donde fue detenido y sostenía una bolsa de
color negro en la mano; razón por la cual se le realizó una revisión en
su persona en la que se encontró un arma, droga y dinero; lo cual no
actualiza la hipótesis de detención por flagrancia.

23. Además, afirmó que los elementos del Ejército, al recibir una denuncia
anónima y no estar facultados para realizar labores de patrullamiento o
policiacas, debían comunicarle la situación a la autoridad competente,
a fin de que ésta se avocara a investigar lo denunciado, y así actuaran
en auxilio de otra corporación, pero no realizar la investigación motu
proprio, como sucedió en el caso.

24. Finalmente, reiteró que la actuación de los elementos castrenses no


estaba apegada a las disposiciones legales correspondientes, por lo
que era claro que se estaba ante prueba ilícita y, por ende, carente de
valor probatorio.

25. Consideraciones en la sentencia recurrida. El Segundo Tribunal


Colegiado del Vigésimo Circuito calificó como infundado el segundo
concepto de violación planteado por el quejoso, en el que afirmó
esencialmente que los elementos del Ejército Mexicano carecen de
facultades para realizar patrullajes.

26. Precisó que si bien de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 21 de la


Constitución Federal, la persecución de los delitos es competencia del

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Ministerio Público y de la policía bajo su mando, lo cierto es que la


actuación de los militares, como motivo de la detención del quejoso, se
dio con base en el supuesto de detención en flagrancia, previsto por el
artículo 16 del mismo ordenamiento; por lo que consideró que las
diligencias practicadas por los elementos aprehensores no invaden la
jurisdicción de las autoridades investigadoras federales.

27. El Tribunal Colegiado sostuvo que los militares que intervienen en la


detención de quienes cometen delitos contra la salud, forman parte de
una corporación que labora en la campaña contra el narcotráfico. Sin
embargo, de acuerdo con lo establecido por el artículo 117 del Código
Federal de Procedimientos Penales, toda persona que en ejercicio de
funciones públicas tenga conocimiento de la probable existencia de un
delito que sea perseguible de oficio, debe participarlo de forma
inmediata al Ministerio Público.

28. Aunado a lo anterior, invocó el artículo 126 del Código Federal de


Procedimientos Penales, el cual establece que cuando una autoridad
auxiliar del Ministerio Público practique diligencias de averiguación
previa, deberá remitir a éste, dentro de los tres días de haberlas
concluido, el acta o actas levantadas y todo lo relacionado con éstas; y
si hubiesen detenidos, la remisión se hará sin demora y se observará
lo previsto en los diversos artículos 193 y 194 del ordenamiento citado.

29. En esas condiciones, el Tribunal Colegiado estimó que los aspectos


anteriores fueron cumplidos, pues del análisis de las constancias
procesales advirtió que las actuaciones militares fueron remitidas al
representante social federal en la misma fecha en la que acontecieron
los hechos, el cual a su vez radicó la averiguación previa; en

11
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

consecuencia, determinó que la intervención de los elementos


castrenses en la averiguación de los hechos considerados como
delictivos, no era contrario a la ley.

30. Sustentó lo anterior con el criterio contenido en la jurisprudencia del


Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
38/2000, de rubro: “EJÉRCITO, ARMADA Y FUERZA AÉREA. SU
PARTICIPACIÓN EN AUXILIO DE LAS AUTORIDADES CIVILES ES
CONSTITUCIONAL (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 129 DE LA
CONSTITUCIÓN)”8.

31. Por tanto, el órgano colegiado determinó que no era posible restarle
valor a los elementos de prueba aportados por los elementos del
Ejército, por no constituir prueba ilícita, contrario a lo estimado por la
parte quejosa.

32. Agravios. En su único motivo de disenso, la parte recurrente plantea


que le causa perjuicio que la autoridad responsable haya calificado
como infundado su concepto de violación, no obstante haber aceptado
que la persecución de los delitos es competencia del Ministerio Público
y la policía que se encuentra bajo su mando, función que no le
corresponde a los miembros de las fuerzas armadas. Manifiesta que
debe subsistir la afirmación jurídica del Tribunal Unitario, en la que
afirmó que los integrantes del Ejército no cuentan con facultades
constitucionales ni legales para realizar patrullajes, en virtud de que el
Tribunal Colegiado fue omiso en pronunciarse al respecto.

33. Por otro lado, señala que los integrantes del órgano colegiado
pretendieron justificar el patrullaje preventivo de los militares,
realizando la interpretación de la hipótesis de detención en flagrancia
8
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XI,
correspondiente a abril de 2000, materia constitucional, p. 549.

12
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

prevista en el artículo 16 de la Constitución Federal. El recurrente


afirma que si bien es correcta la afirmación de la autoridad
responsable, en el sentido de que cualquier persona puede detener a
otra cuando está cometiendo un delito en flagrancia, lo cierto es que
esa interpretación no es genérica, sino que debe ser acorde a cada
caso, realizando la verificación de los puntos siguientes:

1) la calidad del sujeto o sujetos que realizaron la detención;


2) la función que éstos desempeñaban al momento de realizar la
detención; y,
3) las acciones que realizaba el sujeto detenido que reflejen, en su
caso, que se encontraba cometiendo un delito en flagrancia.

34. Respecto al primer y segundo inciso, de las constancias que obran en


la causa, el recurrente asevera que los sujetos que realizaron la
detención tienen la calidad de integrantes de la Secretaría de la
Defensa Nacional, y que llevaban a cabo patrullajes en la ciudad de
Reforma, Estado de Chiapas, función que no les corresponde como
miembros de las fuerzas armadas.

35. Sobre el tercer inciso, afirma que para la correcta interpretación de lo


previsto por el artículo 16 de la Constitución Federal, en torno a la
detención en flagrancia, dicho precepto se debió analizar en relación
con el precepto 193 del Código Federal de Procedimientos Penales,
para verificar si el recurrente se encontraba en alguna de las hipótesis
contenidas en la referida norma legal, es decir, si fue detenido: a) al
momento de estar cometiendo el delito; b) como resultado de su
persecución material inmediatamente después de cometer el delito; o,
c) cuando inmediatamente después de haberlo cometido, haya sido

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

señalado por la víctima, testigo presencial o quien hubiera intervenido


con éste en la comisión, o cuando existan objetos o indicios que
presuman fundadamente que intervino en el delito.

36. No obstante lo anterior, el recurrente asevera que fue detenido por


encontrarse sosteniendo en la mano una bolsa de plástico, lo cual de
ningún modo actualiza alguna de las hipótesis contenidas en el
numeral citado del código adjetivo penal. Además, reitera que la
actuación de los elementos del Ejército se originó de un patrullamiento
que tenía la finalidad de realizar una investigación, y de ser el caso,
detener a personas reportadas como responsables de actividades
delictivas, función que le corresponde al Ministerio Público, de acuerdo
con el artículo 21 de la Norma Fundamental.

37. Ahora bien, respecto a la detención del recurrente, éste indica que los
elementos aprehensores supuestamente recibieron una denuncia
anónima en la que les indicaron que en la calle Solosuchiapa había
una persona con ciertas características que al parecer estaba
vendiendo droga; sin embargo, de las manifestaciones de los militares
no se advierte que lo hayan encontrado realizando dicha operación,
sino reitera que sólo estaba sosteniendo una bolsa de plástico color
negro, lo cual no constituye la comisión de un delito en flagrancia.

38. En este sentido, afirma que el Tribunal Colegiado realizó una


incorrecta interpretación del artículo 16 de la Constitución Federal,
pues a juicio del recurrente, respecto a la atribución que tiene
cualquier persona de detener a un sujeto que se encuentre
cometiendo un delito en flagrancia, su correcta apreciación sería que a
simple vista se vea que el activo lo está realizando y no, como sucedió
en el caso, detener a alguien que se encuentra en la vía pública
sosteniendo una bolsa. Además, agrega que un integrante del Ejército

14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

que no está encargado de la función policiaca, no tiene la atribución de


requerir a algún sujeto que sea revisado en su persona y sus
pertenencias, sino que al tener noticia de algún sujeto que pudiera
estar cometiendo un ilícito, debe comunicarlo a la autoridad
competente como lo es el Ministerio Público o a algún elemento de la
corporación policiaca.

39. El recurrente manifiesta que si bien el Tribunal Colegiado invocó el


artículo 117 del Código Federal de Procedimientos Penales, el cual
dispone que toda persona que en ejercicio de sus funciones públicas
tenga conocimiento de la probable existencia de un delito perseguible
de oficio, está obligada a comunicárselo inmediatamente al Ministerio
Público; lo cierto es que incurrió en una confusión, pues dicho numeral
hace referencia a la probable existencia de un delito, mientras que el
artículo 16 de la Norma Fundamental trata sobre la detención por
flagrancia, tópicos completamente distintos.

40. Finalmente, el recurrente argumenta que el Tribunal Colegiado


interpretó de manera incorrecta el artículo 123 del Código Federal de
Procedimientos Penales, al considerar que los integrantes de las
fuerzas armadas son una autoridad auxiliar al Ministerio Público.
Destaca que si bien de acuerdo con la tesis invocada por la autoridad
responsable, las instituciones castrenses pueden actuar en auxilio de
las autoridades civiles cuando así lo soliciten estas últimas; en el caso
concreto, no se advierte que alguna autoridad civil hubiese solicitado
el apoyo de los integrantes del Ejército para realizar patrullajes, o bien,
que se encontraran apoyando a alguna corporación policiaca, por lo
que resulta inaplicable la tesis referida por el órgano colegiado.

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

41. De las consideraciones anteriores, el recurrente concluye que la


actuación de los elementos castrenses es ilegal, pues no cuentan con
facultades para realizar funciones de seguridad pública, ya que ello les
corresponde a los cuerpos de policía federales, estatales y
municipales, por lo que las pruebas aportadas por los militares
aprehensores resultan ilícitas y, por ende, carentes de valor
probatorio.

42. Una vez resumidos los conceptos de violación esgrimidos por el


quejoso, la sentencia recurrida y los agravios expresados por el ahora
recurrente, es posible determinar que en el presente asunto se
cumplen los criterios para la procedencia del recurso de revisión 9, en
tanto que de la lectura de la demanda de amparo se advierte la
existencia de un planteamiento concreto que proponía adoptar una
interpretación de los artículos 16 y 21 de la Constitución Federal, en
relación a la facultades de los miembros de las fuerzas armadas del
país para realizar detenciones en flagrancia.

43. En efecto, del estudio de los conceptos de violación, resulta claro que
la intención del quejoso era solicitar la interpretación de los preceptos
16 y 21 de la Constitución Federal, al considerar que del contenido de
los mismos no es posible advertir que los elementos castrenses
cuenten con facultades para realizar patrullajes que tengan el fin de
investigar delitos y realizar detenciones en flagrancia, pues dicha tarea

9
Se trata de las reglas establecidas en la fracción IX del artículo 107 de la Constitución Federal; la
fracción V del artículo 83 de la Ley de Amparo, y la fracción III del artículo 10 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación, en donde se señala que para que un recurso interpuesto
contra las sentencias dictadas por los Tribunales Colegiados de Circuito en los amparos directos
sea procedente, es necesario que las mismas decidan sobre la inconstitucionalidad de normas
legales o establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal, o bien
que dichas resoluciones omitan hacer un pronunciamiento al respecto, cuando se hubieran
planteado en la demanda. Además, es necesario que la cuestión de constitucionalidad tenga la
potencialidad de llevar a la fijación de un criterio de importancia y trascendencia. Estos requisitos
de procedencia han sido interpretados y clarificados en numerosas tesis jurisprudenciales y
aisladas de esta Suprema Corte y desarrollados normativamente por el Acuerdo Plenario 5/1999, el
cual detalla los criterios de identificación de los asuntos que la Corte estimará importantes y
trascendentes, y que tienen en cuenta la factura de los agravios, y la existencia o inexistencia de
criterios sobre el tema ya sentados por la Corte con anterioridad.

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

fue encomendada por el Constituyente al Ministerio Público y la policía


que está bajo su mando. Planteamiento de interpretación de preceptos
constitucionales que fue calificado como infundado por parte del
Tribunal Colegiado, al precisar que el supuesto de la detención era
distinto, por lo que no era posible asumir el planteamiento de
interpretación constitucional argumentado por el recurrente. Y en su
expresión de agravios, el recurrente expresa argumentos que
combaten dicha determinación.

44. Ahora bien, es verdad que esta Suprema Corte de Justicia de la


Nación ha establecido que la petición abstracta al Tribunal Colegiado
para que realice la interpretación directa de un precepto constitucional,
no actualiza el supuesto de procedencia del recurso de revisión al
omitir dicho estudio. Sin embargo, dicho supuesto se actualiza
únicamente cuando hay una simple petición sin que el quejoso
exponga propiamente un planteamiento de esa naturaleza. Al
respecto, esta Suprema Corte también ha precisado que para ello no
es exigible como requisito esencial e imprescindible que la expresión
de los conceptos de violación se haga con formalidades tan rígidas,
sino que será suficiente que en alguna parte del escrito se exprese la
causa de pedir, señalando la lesión o agravio que el quejoso estima le
causa la resolución impugnada.

45. En ese sentido, respecto al caso en concreto se concluye que aun


cuando el quejoso no expresó literalmente en la demanda de amparo
que solicitaba la interpretación de conceptos constitucionales; ello no
es necesario para que se realice su estudio, en atención a la
apreciación de la causa de pedir en su demanda de garantías. Es por
ello que al existir un planteamiento en la demanda de amparo en el

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

que el quejoso solicitó la adopción de una interpretación específica de


los artículos 16 y 21 de la Constitución Federal, en relación a las
facultades de los miembros de las fuerzas armadas para realizar
detenciones como resultado de patrullamientos, argumentación que no
fue asumida por el Tribunal Colegiado al resolver el amparo directo, y
lo cual fue impugnado por el recurrente en sus agravios; resulta
procedente el recurso de revisión, para efectos de determinar si
efectivamente los argumentos del recurrente son suficientes para
revocar o modificar la sentencia recurrida.

46. Al respecto, resulta aplicable el criterio expuesto en la tesis de


jurisprudencia del Tribunal Pleno, de rubro: “CONCEPTOS DE
VIOLACIÓN. PARA QUE SE ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR
CLARAMENTE EN LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA CAUSA DE
PEDIR”10.

VI. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

47. Problemática a resolver. Esta Primera Sala determina que la


cuestión que debe resolverse en el presente asunto consiste en
determinar si los argumentos planteados en los agravios por la parte
quejosa son suficientes para revocar o modificar la sentencia dictada
10
El texto de la tesis es el siguiente: “El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
considera que debe abandonarse la tesis jurisprudencial que lleva por rubro "CONCEPTOS DE
VIOLACIÓN. REQUISITOS LÓGICOS Y JURÍDICOS QUE DEBEN REUNIR.", en la que, se exigía
que el concepto de violación, para ser tal, debía presentarse como un verdadero silogismo, siendo
la premisa mayor el precepto constitucional violado, la premisa menor los actos autoritarios
reclamados y la conclusión la contraposición entre aquéllas, demostrando así, jurídicamente, la
inconstitucionalidad de los actos reclamados. Las razones de la separación de ese criterio radican
en que, por una parte, los artículos 116 y 166 de la Ley de Amparo no exigen como requisito
esencial e imprescindible, que la expresión de los conceptos de violación se haga con formalidades
tan rígidas y solemnes como las que establecía la aludida jurisprudencia y, por otra, que como la
demanda de amparo no debe examinarse por sus partes aisladas, sino considerarse en su
conjunto, es razonable que deban tenerse como conceptos de violación todos los razonamientos
que, con tal contenido, aparezcan en la demanda, aunque no estén en el capítulo relativo y aunque
no guarden un apego estricto a la forma lógica del silogismo, sino que será suficiente que en
alguna parte del escrito se exprese con claridad la causa de pedir, señalándose cuál es la lesión o
agravio que el quejoso estima le causa el acto, resolución o ley impugnada y los motivos que
originaron ese agravio, para que el Juez de amparo deba estudiarlo.”
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XII,
correspondiente a agosto de 2000, materia común, p. 38.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

por el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito. De este


modo, las preguntas que se deben responder para resolver el presente
recurso son las siguientes:

 ¿Le surte razón al recurrente al señalar que el Tribunal


Colegiado omitió pronunciarse sobre el tema planteado en su
demanda de amparo, relativo a que los elementos del Ejército no
cuentan con facultades constitucionales para realizar patrullajes,
y por ende, las pruebas derivadas de su detención resultan
ilícitas?

 ¿Es verdad que el Tribunal Colegiado realizó una incorrecta


interpretación de la hipótesis de detención en flagrancia, prevista
por el artículo 16 de la Constitución Federal?

48. ¿Le surte razón al recurrente al señalar que el Tribunal Colegiado


omitió pronunciarse sobre el tema planteado en su demanda de
amparo, relativo a que los elementos del Ejército no cuentan con
facultades para realizar patrullajes, y por ende, las pruebas
derivadas de su detención resultan ilícitas?

49. En parte de su único agravio, el recurrente afirma que el Tribunal


Colegiado fue omiso en pronunciarse respecto al planteamiento que
hizo en su demanda de amparo, en relación a que los integrantes del
Ejército no cuentan con facultades constitucionales ni legales para
realizar patrullajes, por lo que debe subsistir la afirmación del Tribunal
Unitario, en la que manifestó que efectivamente no tienen dichas
facultades.

50. El recurrente manifiesta que no fue detenido cometiendo un delito en


flagrancia, sino que la detención se originó de un patrullamiento que

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

tenía la finalidad de realizar una investigación, función que le


corresponde al Ministerio Público, de acuerdo con lo previsto por el
artículo 21 de la Constitución Federal. En consecuencia, plantea que
al no contar los miembros de las fuerzas armadas con facultades
constitucionales ni legales para realizar patrullajes, las pruebas
aportadas por éstos son ilícitas y, por tanto, carentes de valor
probatorio.

51. Ahora bien, como se vio en párrafos precedentes, en la sentencia de


amparo el Tribunal Colegiado determinó que si bien de acuerdo con el
artículo 21 de la Constitución Federal, la persecución de los delitos es
competencia del Ministerio Público y de la policía bajo su mando, lo
cierto es que las actuaciones realizadas por los elementos del Ejército,
con motivo de la detención del quejoso sorprendido en flagrante delito,
se dio con base a lo dispuesto por el artículo 16 de la Norma
Fundamental, en el sentido de que cualquier persona puede
aprehender al indiciado, poniéndolo sin demora a disposición de la
autoridad competente. En consecuencia, consideró que las diligencias
practicadas por los elementos militares, a raíz de la detención del
quejoso en flagrante comisión de delito, no constituyen actos
intromisorios o conculcatorios de la jurisdicción de las autoridades
investigadoras federales.

52. Adicionó, a partir de retomar las consideraciones jurídicas que


comprende el criterio jurisprudencial “EJÉRCITO, ARMADA Y
FUERZA AÉREA. SU PARTICIPACIÓN EN AUXILIO DE LAS
AUTORIDADES CIVILES ES CONSTITUCIONAL
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 129 DE LA
CONSTITUCIÓN)”11, que los militares que intervienen en la detención
11
El texto de la tesis es el siguiente: “La interpretación histórica, armónica y lógica del artículo 129
constitucional, autoriza considerar que las fuerzas armadas pueden actuar en auxilio de las
autoridades civiles, cuando éstas soliciten el apoyo de la fuerza con la que disponen. Por esta
razón, el instituto armado está constitucionalmente facultado para actuar en materias de seguridad

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

de quienes cometen delitos contra la salud, forman parte de una


corporación que labora en la campaña contra el narcotráfico.

53. Así, estableció que los requisitos legales de la actuación, establecidos


por los artículos 117 y 126 del Código Federal de Procedimientos
Penales, fueron cumplidos cabalmente, porque del análisis de las
constancias procesales se advertía que las actuaciones militares
fueron remitidas al representante social federal en la misma fecha en
que acontecieron los hechos, quien radicó la averiguación previa el
mismo día, por lo que la intervención de los elementos militares no era
contraria a la ley. Por tanto, concluyó que al resultar ilícita la actuación
de los militares, los elementos de prueba otorgados por éstos
constituía prueba lícita y, en consecuencia, tenían pleno valor
probatorio.

54. Como es posible advertir de lo anterior, el Tribunal Colegiado no


atendió el argumento del quejoso relativo a que, de origen, la
actuación de los elementos del Ejército fue ilícita al no contar con
facultades para realizar patrullajes y detenciones por flagrancia de
delito. Ello fue así en virtud de que consideró que la actuación de los
militares, con motivo de la detención del quejoso, se dio bajo la
hipótesis de detención en flagrancia, prevista en el artículo 16 de la
pública en auxilio de las autoridades competentes y la participación en el Consejo Nacional de
Seguridad Pública de los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, quienes
por disposición de los artículos 29, fracción I, y 30, fracción I, de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, tienen a su mando al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, no atenta
contra el numeral señalado del Código Supremo. Además, la fracción VI del artículo 89
constitucional faculta al presidente de la República a disponer de dichas fuerzas para la seguridad
interior. Por estas razones, no es indispensable la declaratoria de suspensión de garantías
individuales, prevista para situaciones extremas en el artículo 29 constitucional, para que el
Ejército, Armada y Fuerza Aérea intervengan, ya que la realidad puede generar un sinnúmero de
situaciones que no justifiquen el estado de emergencia, pero que ante el peligro de que se
agudicen, sea necesario disponer de la fuerza con que cuenta el Estado mexicano sujetándose a
las disposiciones constitucionales y legales aplicables.”
Tesis del Pleno publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época,
tomo XI, correspondiente a abril de 2000, materia constitucional, p. 549.

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

Constitución Federal. Por tanto, le resultó innecesario realizar la


interpretación solicitada por el quejoso.

55. Lo anterior es así dado que la interpretación que al respecto solicitó el


quejoso en su demanda de amparo, estaba encaminada a que el
Tribunal Colegiado determinara si los elementos del Ejército Mexicano
cuentan o no con facultades constitucionales para realizar patrullajes
y, por ende, si la detención del quejoso resultaba apegada a derecho,
así como si las pruebas aportadas con motivo de dicha detención eran
lícitas.

56. En otras palabras, a partir del contexto del planteamiento del quejoso y
los hechos del caso concreto, consideró que no era necesario realizar
un análisis constitucional sobre las facultades de los militares para
realizar patrullajes de seguridad pública, porque la detención del
quejoso no derivó del supuesto referido, sino de que elementos del
Ejército lo detuvieron en circunstancias de comisión de delito flagrante.

57. En esas condiciones, al haber considerado el Tribunal Colegiado que


la detención del quejoso se dio por flagrancia, hipótesis prevista por el
artículo 16 de la Constitución Federal, la cual establece que cualquier
persona puede detener a quien se sorprenda cometiendo un delito
flagrante, poniéndolo de inmediato a disposición de la autoridad
competente, resulta infundado lo aducido por el recurrente en el
sentido de que el órgano colegiado dejó de atender el tema de
interpretación solicitado, pues la legalidad de la detención la analizó a
la luz de la excepción relativa a la flagrancia, para lo cual resultaba
innecesario realizar la referida interpretación. Por tanto, dicha situación
no implicó que el Tribunal Colegiado incurriera en una omisión de
interpretación, pues lo cierto es que no se actualizó una obligación por
parte de la autoridad responsable de realizar la interpretación de los

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

preceptos constitucionales, bajo la óptica propuesta por el recurrente,


porque el supuesto del caso analizado no implicaba definir las
facultades de actuación de los elementos del Ejército, dado que se
actualizó una hipótesis de restricción de libertad personal autorizado
por la Constitución Federal con motivo de la comisión de un delito
flagrante.

58. Dicho criterio encuentra sustento en la tesis aislada de esta Primera


Sala de rubro: “INTERPRETACIÓN DIRECTA DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL. PARA DETERMINAR SI EXISTE
OBLIGACIÓN DE REALIZARLA DEBE DISTINGUIRSE SI SE
TRATA DE ACTOS NEGATIVOS U OMISIVOS”12.

59. Una circunstancia similar se advirtió por esta Primera Sala, al resolver
el amparo directo en revisión 2778/2011 13. En ese caso, se planteó
analizar la facultad de los elementos del Ejército para realizar
detenciones en retenes militares. Sin embargo, se advirtió que ese

12
El texto de la tesis es el siguiente: “Cuando se alega que el Tribunal Colegiado del conocimiento
no realizó la interpretación directa de algún precepto de la Constitución Federal en un juicio de
amparo directo, debe distinguirse si se trata de actos negativos u omisivos. La diferencia entre ellos
radica en que los estados de inacción no están conectados con alguna razón que suponga el
incumplimiento de un deber, mientras que las omisiones sí. Esto es, las cosas que simplemente no
hacemos no tienen repercusiones en términos normativos; en cambio, otras cosas que no
hacemos, pero que teníamos el deber de hacer, constituyen omisiones. De este modo, se concluye
que el hecho de que un Tribunal Colegiado no haya llevado a cabo la interpretación a que alude el
quejoso en sus agravios, no implica que haya incurrido en el incumplimiento de algún deber, pues
para que exista la obligación de realizar dicha interpretación -en el sentido de establecer los
alcances de una norma constitucional-, se requiere que: 1) el quejoso lo hubiese solicitado; 2)
quede demostrado que algún precepto constitucional (o parte de él) es impreciso, vago o genera
dudas; y 3) dicho precepto se hubiera aplicado al quejoso sin haber despejado racionalmente esas
dudas, en menoscabo de sus garantías.”
Precedente: Amparo directo en revisión 978/2007. **********. 4 de julio de 2007. Mayoría de tres
votos. Disidentes: Sergio A. Valls Hernández y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Ramón Cossío
Díaz. Secretario: Roberto Lara Chagoyán.
Publicada en el Seminario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XXVI,
correspondiente a septiembre de 2007, materia común, p. 386.
13
Ponente: Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, resuelto por unanimidad de cinco
votos, en la sesión de la Primera Sala de veintidós de mayo de dos mil trece.

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

supuesto no se colmó porque el quejoso fue detenido por la comisión


de un delito en flagrante.

60. La anterior determinación nos lleva a plantear el segundo


cuestionamiento que el recurrente precisó en su único agravio: ¿Es
verdad que el Tribunal Colegiado realizó una incorrecta
interpretación de la hipótesis de detención en flagrancia, prevista
por el artículo 16 de la Constitución Federal?

61. En efecto, como quedó establecido en el resumen del único agravio, el


recurrente también aduce que en la sentencia reclamada el Tribunal
Colegiado justificó el patrullaje preventivo de los militares
aprehensores realizando la interpretación de la hipótesis de detención
en flagrancia, prevista en el artículo 16 de la Constitución Federal.

62. A su juicio, para determinar si en cada caso se actualiza o no la figura


de detención el flagrancia, es necesario verificar los siguientes
elementos: a) la calidad del sujeto o sujetos que realizaron la
detención; b) la función que éstos desempeñaban al momento de
realizar la detención; y c) las circunstancias o acciones específicas
que realizaba el sujeto que reflejan, en su caso, que se encontraba
cometiendo un delito en flagrancia. Por ello, una correcta
interpretación del artículo 16 de la Constitución Federal, debió
realizarse por el Tribunal Colegiado en relación con el citado artículo
193 Código Federal de Procedimientos Penales.

63. En este sentido, el recurrente estima que de las manifestaciones de


los elementos aprehensores, no es posible advertir que lo hubiesen
encontrado realizando alguna operación de venta de droga, sino por el
contrario, de lo expresado por los integrantes del Ejército, se
desprende que el recurrente únicamente se encontraba en la vía

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

pública empuñando en su mano derecha una bolsa de plástico color


negro, lo cual de ninguna forma actualizaba alguna de las hipótesis de
flagrancia previstas en el artículo 193 del Código Adjetivo Penal.

64. Así, afirma que es incorrecta la interpretación que realizó el Tribunal


Colegiado respecto al artículo 16 de la Constitución Federal, porque
en opinión del recurrente, la atribución de cualquier persona para
detener a alguna persona que se encuentre cometiendo un delito en
flagrancia, requería que a simple vista se advierta que el sujeto activo
lo está realizando, situación que no sucedió en el caso concreto, que
se le encontró en la vía pública sosteniendo una bolsa en sus manos.
Por lo que tampoco existe atribución de dicho particular de requerir al
sujeto activo que sea revisado en su persona y sus pertenencias, sino
que debe dar parte de la situación a una autoridad competente para
ello.

65. Del presente agravio, se desprende que el recurrente esencialmente


se duele de la incorrecta interpretación del artículo 16 de la
Constitución Federal; sin embargo, el planteamiento es evidentemente
contradictorio con el cuestionamiento anterior, en el que se alegó la
omisión por parte del Tribunal Colegiado de pronunciarse respecto a la
interpretación de los artículos 16 y 21 de la Constitución Federal, para
determinar si los elementos del Ejército tienen o no facultades para
realizar patrullajes y detener en flagrancia. En efecto, de haber existido
una omisión en la interpretación constitucional solicitada al Tribunal
Colegiado del conocimiento, no sería posible que, a su vez, éste
hubiera realizado una incorrecta interpretación respecto al mismo
artículo 16 de la Constitución Federal.

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

66. Ahora bien, recordemos que en el primer cuestionamiento planteado


en el presente asunto, esta Primera Sala determinó que no existió la
omisión de interpretación constitucional alegada por el recurrente, en
virtud de que el Tribunal Colegiado consideró que el estudio era
irrelevante pues la detención del quejoso se dio bajo la hipótesis de
flagrancia, prevista por el artículo 16 de la Constitución Federal.

67. Al dar respuesta a dicho cuestionamiento, el Tribunal Colegiado


específicamente estableció que si bien de acuerdo con lo dispuesto
por el artículo 21 de la Constitución Federal, la persecución de los
delitos es competencia del Ministerio Público y la policía bajo su
mando, lo cierto era que las actuaciones de los elementos del Ejército
se dieron con motivo de la detención del quejoso que fue sorprendido
en flagrante delito, hipótesis prevista por el artículo 16 del mismo
ordenamiento, en la que se establece que cualquier persona puede
aprehender al indiciado, poniéndolo sin demora a disposición de la
autoridad competente. Por tanto, concluyó que las diligencias
practicadas por los referidos militares no constituyen actos
intromisorios o conculcatorios de la jurisdicción de las autoridades
investigadoras federales.

68. Cuestiones con las que de ninguna manera puede considerarse que
se realizó una interpretación constitucional. Cabe recordar que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que la cita de
algún precepto de la Constitución y la narración de la forma de
aplicación de su contenido, no constituye interpretación constitucional
alguna, toda vez que el tribunal de mérito no desentrañó el contenido
de la norma constitucional, ni determinó su sentido y alcance a través
de un análisis gramatical, histórico, lógico o sistemático; supuestos de
procedencia para que pueda afirmarse que se realizó una
interpretación directa de un precepto constitucional.

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

69.
69.
Análisis que deriva de la aplicación del criterio establecido por el Pleno de este
Alto Tribunal, en la jurisprudencia 46/91, con rubro: “REVISIÓN EN
AMPARO DIRECTO. LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE UN
PRECEPTO CONSTITUCIONAL, COMO SUPUESTO DE
PROCEDENCIA, EXISTE CUANDO A TRAVÉS DE ELLA SE
DETERMINAN EL SENTIDO Y EL ALCANCE JURÍDICOS DE LA
NORMA CONSTITUCIONAL SOBRE LA BASE DE UN ANÁLISIS
GRAMATICAL, HISTÓRICO, LÓGICO O SISTEMÁTICO”14.

70. Así como de la jurisprudencia 36/2002, suscrita por esta Primera Sala,
de título: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LA INVOCACIÓN EN
LA SENTENCIA DE UN PRECEPTO CONSTITUCIONAL, NO PUEDE
CONSIDERARSE COMO LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DEL
MISMO Y, POR TANTO, NO SE SATISFACE EL REQUISITO DE
EXCEPCIÓN DE PROCEDENCIA DEL REFERIDO RECURSO”15.

14
La tesis establece lo siguiente: “Para determinar si en la sentencia de un juicio de amparo directo
se efectúa la interpretación directa de un precepto constitucional, no basta que el Tribunal
Colegiado de Circuito lo invoque o lo aplique en su sentencia, sino que es necesario que dicho
Tribunal desentrañe y explique el contenido de la norma constitucional, determinando su sentido y
alcance con base en un análisis gramatical, histórico, lógico o sistemático. Por consiguiente, si la
sentencia recurrida no contiene ninguna interpretación en estos términos, no se da el presupuesto
necesario para la procedencia del recurso de revisión en el amparo directo.”
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, octava época, tomo VIII,
correspondiente a noviembre de 1991, materia común, p. 39.
15
El texto de la tesis establece: “El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
sostuvo en la tesis de jurisprudencia P./J. 46/91, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, Octava Época, Tomo VIII-Noviembre, página 39, que para determinar si en la
sentencia de un juicio de amparo directo existe o no interpretación directa de un precepto
constitucional, no basta que la parte inconforme con dicho fallo manifieste que en la citada
resolución el Tribunal Colegiado de Circuito hizo tal interpretación, sino que es necesario que,
efectivamente, se interprete el sentido y alcance de algún precepto constitucional. En
consecuencia, no puede considerarse que se efectúa la interpretación directa de un precepto
constitucional, cuando en la sentencia de amparo el Tribunal Colegiado simplemente invoque
algunos preceptos constitucionales, ya que el juicio constitucional se contrae, precisamente, en una
adecuada referencia de tales preceptos, de modo que su cita, para la solución de la controversia
respectiva, no sólo se encuentra inmersa como presupuesto indispensable al efecto; sino que la
aislada aplicación efectuada por los órganos de amparo, no colma el requerimiento de
excepcionalidad de procedencia del recurso de revisión conforme a los rasgos citados, pues arribar
a una determinación en sentido opuesto, daría lugar a aceptar que todas las sentencias de amparo,
por el hecho de haberse fundado en la cita de artículos de nuestra Carta Magna, son impugnables,
con riesgo de violar la regla general de irrecurribilidad de dichos fallos.”
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XV,
correspondiente a junio de 2002, materia común, p. 130.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

71. En este sentido, es posible establecer que el Tribunal Colegiado en


realidad no realizó una interpretación del artículo 16 de la Constitución
Federal, al dar respuesta al segundo concepto de violación del
quejoso, en lo relativo a la detención en flagrancia, pues en realidad lo
que hizo fue analizar desde un ámbito de mera legalidad dicho
supuesto aplicándolo al caso concreto.

72. Ahora bien, se estima trascendente precisar que esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación ya se ha pronunciado anteriormente en
relación a la temática de justificación de las hipótesis de detención,
permitidas por la Constitución Federal, como limitante a la garantía de
no afectación de la libertad personal de los individuos.
Consideraciones que es oportuno reiterarlas para efecto de
complementar el análisis exhaustivo del presente recurso de revisión,
interpuesto por quien tiene el carácter de sentenciado en un juicio
penal. En efecto, esta Primera Sala, al resolver el juicio de amparo
directo 14/201116, estableció los parámetros diferenciadores que
operan en la detención por flagrancia o caso urgente. 17

73. Lo que sostuvo esta Sala es que el artículo 16 constitucional consagra


un régimen general de libertades a favor de la persona, entre las
cuales está ―por supuesto― el derecho a la libertad personal 18. La
estructura de este precepto constitucional se traduce en dos distintas
formas de proteger los derechos: los dos primeros párrafos de dicho
artículo los consagran positivamente,19 y los párrafos subsecuentes
16
Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz, resuelto en sesión de 9 de noviembre de 2011 por
unanimidad de cuatro votos.
17
Dicho criterio fue reiterado por esta Primera Sala en el amparo directo en revisión 2470/2011 y
en el amparo en revisión 495/2012, resueltos en sesión de 18 de enero de 2011 y 30 de enero de
2013, respectivamente, por unanimidad de votos, siendo Ponente en ambos el Ministro José
Ramón Cossío Díaz.
18
“Libertad personal” es entendida aquí ―al igual que en un amplio sector de la doctrina y los
órganos del derecho internacional― como una categoría específica equivalente a la libertad de
movimiento o libertad deambulatoria.
19
(REFORMADO, D.O.F. 18 DE JUNIO DE 2008)
Art. 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

señalan las posibles restricciones a las mismas; es decir, en qué


supuestos el Estado puede generar afectaciones válidas a este
derecho y bajo qué condiciones.

74. En este sentido, se trata de dos formas de proteger los derechos,


basada en la pretensión que subyace al hecho de que las limitaciones
estén establecidas en la Constitución, dirigida a que funcionen como
garantías de legalidad a favor de la persona, pues ordenan al Estado a
que ciña su actuar a los confines de las atribuciones allí establecidas.
Es decir, el Estado no puede limitar tales derechos en supuestos
distintos a los previstos por la Constitución.

75. Para ello es importante la alusión al artículo 7.2 de la Convención


Americana sobre Derechos Humanos, el cual prohíbe las afectaciones
al derecho a la libertad personal salvo por las condiciones y causas
fijadas de antemano por la Constitución. Literalmente dispone:

Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las


causas y en las condiciones fijadas de antemano por las
Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes
dictadas conforme a ellas.

76. De ahí que deba estimarse que en materia de libertad personal, la


norma fundamental también delimita exhaustivamente los
supuestos que permiten su afectación (la orden de aprehensión,
las detenciones en flagrancia y caso urgente). Éstos y las

(ADICIONADO, D.O.F. 1 DE JUNIO DE 2009)


Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y
cancelación de los mismos, así como a manifestar su oposición, en los términos que fije la ley, la
cual establecerá los supuestos de excepción a los principios que rijan el tratamiento de datos, por
razones de seguridad nacional, disposiciones de orden público, seguridad y salud públicas o para
proteger los derechos de terceros.

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

formalidades que deben respetar se prevén del tercer al séptimo


párrafo del artículo 16 constitucional:

[…] No podrá librarse orden de aprehensión sino por la


autoridad judicial y sin que preceda denuncia o querella de un
hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena
privativa de libertad y obren datos que establezcan que se ha
cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el
indiciado lo cometió o participó en su comisión 20.

La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión,


deberá poner al inculpado a disposición del juez, sin dilación
alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La
contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal.

Cualquier persona puede detener al indiciado en el


momento en que esté cometiendo un delito o
inmediatamente después de haberlo cometido,
poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más
cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio
Público. Existirá un registro inmediato de la detención.

Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así


calificado por la ley y ante el riesgo fundado de que el
indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre
y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por
razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público
podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención,
fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.

En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la


consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la
detención o decretar la libertad con las reservas de ley. […].

20
El texto de este párrafo anterior a la reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho ―texto
aplicable a este asunto por no haber entrado en vigor al momento en que se dictó sentencia al
inculpado― decía: “No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que
preceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado cuando menos
con pena privativa de libertad y existan datos que acrediten el cuerpo del delito y que hagan
probable la responsabilidad del indiciado.” Vale la pena recalcar que éste es el único párrafo
constitucional materia de análisis en este apartado que, para efectos de este caso, no puede
tomarse como vigente, pues en términos del artículo segundo transitorio del decreto de reforma de
dieciocho de junio de dos mil ocho, este párrafo forma parte del régimen acusatorio cuya entrada
en vigor depende de la adecuación por parte de las legislaturas locales, con el tope de ocho años.
No obstante esto, para efectos del análisis concerniente al derecho de libertad personal, es
irrelevante el cambio en virtud de que este párrafo, tanto en su versión previa a la reforma como en
su versión posterior, exige que sea la autoridad judicial quien emita la respectiva orden de
aprehensión ―punto esencial del desarrollo que se hará a continuación―.

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

77.
77.
A criterio de esta Primera Sala, el orden en que el constituyente permanente
situó estos supuestos no es casual. Por regla general, las
detenciones deben estar precedidas por una orden de
aprehensión. Los casos de flagrancia y urgencia son excepcionales;
el primero porque, como se verá más adelante, para su configuración
se requiere que, de facto, ocurra una situación particular y atípica; el
segundo porque también requiere la actualización de condiciones
apartadas de lo ordinario implicadas en la expresión: “ante el riesgo
fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia,
siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por
razón de la hora, lugar o circunstancia”.

78. Así, el escrutinio de la autoridad judicial debe ser la condición


rectora y preferente en el régimen de detenciones. Es decir, en
principio, toda detención debe estar precedida por una autorización
emitida por un juez tras analizar si la solicitud de la autoridad
ministerial para aprehender a un individuo, cumple con las
formalidades requeridas por la Constitución.

79. ¿A qué obedece la posición preferente del escrutinio judicial en


materia de detenciones? A que es el juez quien ―por su posición de
independencia orgánica y su función de contrapeso con respecto a los
demás poderes del Estado― mejor puede cumplir con la encomienda
de anteponer el respeto por el respeto de los individuos y dar eficacia
a la Constitución. Mientras el Ministerio Público tiene el deber de
perseguir el delito y, por tanto, tiene interés en que las detenciones se
ejecuten, la autoridad judicial tiene el llamado institucional de fungir
como un contrapeso, esto es, como un tercero imparcial, capaz de

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

invalidar detenciones contrarias a los derechos recogidos por la


Constitución.

80. Esta deferencia al juez no es superflua. La función jurisdiccional es


ejercida por servidores públicos cuyo ingreso, permanencia y ascenso
está condicionado por los principios de excelencia, objetividad,
imparcialidad, profesionalismo e independencia. En efecto, la
formación del juez (integrante tanto del Poder Judicial de la
Federación como de la judicatura de los estados de la República) está
orientada a maximizar un perfil que reúna tales características 21.

81. Ahora bien, la exigencia de que toda medida restrictiva del derecho a
la libertad personal esté primordialmente autorizada por una autoridad
judicial, no sólo está contemplada por la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sino también por la Convención
Americana de Derechos Humanos, concretamente por su artículo 7º,
disposición a la cual hay que atender con motivo de la reforma al
artículo 1º constitucional22, de nueve de junio de dos mil once que

21
Al respecto, el artículo 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece que la carrera judicial se debe regir por los principios de excelencia, objetividad,
imparcialidad, profesionalismo e independencia. Así mismo, el artículo 116, fracción III del mismo
ordenamiento nos establece que la independencia de los magistrados y jueces (pertenecientes al
Poder Judicial de los Estados) deberá estar garantizada, en el ejercicio de sus funciones, por las
Constituciones y las Leyes Orgánicas de los Estados. Refuerzan estos criterios las jurisprudencias
de rubro: “PODERES JUDICIALES DE LOS ESTADOS. MARCO JURÍDICO DE GARANTÍAS
ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 116, FRACCIÓN III, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL”. (P./J.
101/2000 , Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XII, Octubre de 2000, Página:
32); “MAGISTRADOS DE LOS PODERES JUDICIALES DE LOS ESTADOS. EN LA
INTERPRETACIÓN DE SUS CONSTITUCIONES, EN LA PARTE RELATIVA A SU
DESIGNACIÓN, DEBE OPTARSE POR LA QUE RESPETE LOS PRINCIPIOS CONSAGRADOS
EN EL ARTÍCULO 116, FRACCIÓN III, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL”. (P./J. 108/2000,
Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XII, Octubre de 2000, Página: 13); y
“PODERES JUDICIALES LOCALES. LA VULNERACIÓN A SU AUTONOMÍA O A SU
INDEPENDENCIA IMPLICA VIOLACIÓN AL PRINCIPIO DE DIVISIÓN DE PODERES”. (P./J.
79/2004, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XX, Septiembre de 2004, Página:
1188).
22
(REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011)
“Artículo 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
(ADICIONADO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011)

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

obliga a todas las autoridades del país, incluida por supuesto esta
Primera Sala a regir su actuar de conformidad con los derechos
humanos garantizados tanto en la Constitución como en los tratados
internacionales de los que México forma parte. Dicho artículo señala
literalmente lo siguiente:

Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal

1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad


personales.

2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las


causas y en las condiciones fijadas de antemano por las
Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes
dictadas conforme a ellas.

3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento


arbitrarios.

4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de


las razones de su detención y notificada, sin demora, del
cargo o cargos formulados contra ella.

5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada sin


demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley
para ejercer funciones judiciales, y tendrá derecho a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en
libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
(ADICIONADO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011)
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos
que establezca la ley.
(ADICIONADO, D.O.F. 14 DE AGOSTO DE 2001)
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que
entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes.
(REFORMADO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011)
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

podrá estar condicionada a garantías que aseguren su


comparecencia en el juicio.

6. Toda persona privada de su libertad tiene derecho a


recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste
decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o
detención y ordene su libertad si el arresto o la detención
fueran ilegales. En los Estados Partes cuyas leyes prevén
que toda persona que se viera amenazada de ser privada de
su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal
competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal
amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido.
Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.

7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los


mandatos de autoridad judicial competente dictados por
incumplimientos de deberes alimentarios.

82. Así, el escrutinio judicial en materia de detenciones es, por tanto, una
especie de regla primaria, cuya ejecución debe ser privilegiada
siempre que sea posible. No existe tal posibilidad cuando se
actualizan los supuestos excepcionales previstos por el mismo artículo
16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Como
ya se advertía, uno de ellos es el caso de detenciones en flagrancia.

83. La relevancia del tema obligó a esta Primera Sala a buscar un


concepto claro y orientador de lo que debe entenderse por flagrancia
como supuesto de justificación a la restricción de la garantía de
libertad personal. Al revisar el reconocimiento histórico del concepto
―como supuesto que autoriza la “detención ciudadana” esto es, la
detención ejecutada por cualquier particular― descubrimos que ha
estado inmerso en el texto constitucional desde su redacción original e
incluso lo estuvo en la Constitución histórica de mil ochocientos
cincuenta y siete. Su artículo 16 establecía:

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona,


familia, domicilio, papeles y posesiones, sino en virtud de

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y


motive la causa legal del procedimiento. En el caso de
delito infraganti, toda persona puede aprehender al
delincuente y a sus cómplices, poniéndolos sin demora a
disposición de la autoridad inmediata.

84. Desde el texto original del constituyente del mil novecientos diecisiete,
hasta la reforma del tres de septiembre de mil novecientos noventa y
tres, el artículo 16, en lo relativo, establecía:

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona,


familia, domicilio, papeles y posesiones, sino en virtud de
mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y
motive la causa legal del procedimiento. No podrá librarse
ninguna orden de aprehensión o detención, sino por la
autoridad judicial, sin que preceda denuncia, acusación o
querella de un hecho determinado que la ley castigue con
pena corporal, y sin que estén apoyadas aquéllas por
declaración, bajo protesta, de persona digna de fe o por otros
datos que hagan probable la responsabilidad del inculpado,
hecha excepción de los casos de flagrante delito en que
cualquiera persona puede aprehender al delincuente y a
sus cómplices, poniéndolos sin demora a disposición de
la autoridad inmediata.

85. De septiembre de mil novecientos noventa y tres, hasta antes de la


reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho, el cuarto párrafo del
artículo 16 disponía:

[…] En los casos de delito flagrante, cualquier persona puede


detener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de
la autoridad inmediata y ésta, con la misma prontitud, a la del
Ministerio Público. […]

86. Actualmente, el quinto párrafo del artículo 16 constitucional ―apenas


reformado en junio de dos mil ocho― prevé la siguiente descripción:

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

[…] Cualquier persona puede detener al indiciado en el


momento en que esté cometiendo un delito o inmediatamente
después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a
disposición de la autoridad más cercana y ésta con la misma
prontitud, a la detención.23 […]

87. Como se ve, la razón por la cual se reconoce a la flagrancia como


supuesto que admite la detención sin orden judicial, no ha variado:
resultaría absurdo impedir que los ciudadanos comunes pudieran
detener a quien a todas luces está ejecutando un delito frente a ellos,
perfectamente apreciable por los sentidos.
88. Aunque la figura siempre ha estado recogida por el texto
constitucional, fue hasta la última reforma del dos mil ocho que el

23
Cabe anotar que este párrafo ya se encuentra en vigor, pues no se encuentra entre las
excepciones a que se refiere el régimen transitorio de la reforma del dos mil ocho. Las únicas
excepciones sobre el artículo 16 constitucional a la regla general de entrada en vigor (al día
siguiente de la publicación del decreto) se encuentran contenidas en los artículos que a
continuación se trascriben:
“D.O.F. 18 DE JUNIO DE 2008.
Primero. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial
de la Federación, con excepción de lo dispuesto en los artículos transitorios siguientes.
Segundo. El sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos segundo y
decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución,
entrará en vigor cuando lo establezca la legislación secundaria correspondiente, sin exceder el
plazo de ocho años, contado a partir del día siguiente de la publicación de este Decreto.
En consecuencia, la Federación, los Estados y el Distrito Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias, deberán expedir y poner en vigor las modificaciones u ordenamientos legales que
sean necesarios a fin de incorporar el sistema procesal penal acusatorio. La Federación, los
Estados y el Distrito Federal adoptarán el sistema penal acusatorio en la modalidad que
determinen, sea regional o por tipo de delito.
En el momento en que se publiquen los ordenamientos legales a que se refiere el párrafo anterior,
los poderes u órgano legislativos competentes deberán emitir, asimismo, una declaratoria que se
publicará en los órganos de difusión oficiales, en la que señale expresamente que el sistema
procesal penal acusatorio ha sido incorporado en dichos ordenamientos y, en consecuencia, que
las garantías que consagra esta Constitución empezarán a regular la forma y términos en que se
substanciarán los procedimientos penales.
Tercero. No obstante lo previsto en el artículo transitorio segundo, el sistema procesal penal
acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero,
cuarto y sexto; 19, 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor al día siguiente de
la publicación del presente Decreto en el Diario Oficial de la Federación, en las entidades
federativas que ya lo hubieren incorporado en sus ordenamientos legales vigentes, siendo
plenamente válidas las actuaciones procesales que se hubieren practicado con fundamento en
tales ordenamientos, independientemente de la fecha en que éstos entraron en vigor. Para tal
efecto, deberán hacer la declaratoria prevista en el artículo transitorio Segundo.
Cuarto. Los procedimientos penales iniciados con anterioridad a la entrada en vigor del nuevo
sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero;
17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución, serán
concluidos conforme a las disposiciones vigentes con anterioridad a dicho acto.”

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

órgano reformador de la Constitución introdujo por primera vez una


definición del concepto. Anteriormente sólo se preveía una especie de
prerrogativa a favor del ciudadano y de la autoridad (de cualquiera, en
realidad) para aprehender al autor de un delito en el caso de
flagrancia. Fue la Suprema Corte de Justicia de la Nación quien, en su
Quinta Época, comenzó a generar interpretaciones sobre el alcance
de su significado. Como se verá a continuación, ellas favorecieron un
sentido restrictivo y literal del concepto. Destacan los siguientes
criterios (énfasis añadido):

FLAGRANTE DELITO. No debe confundirse el delito con las


consecuencias del mismo; delito flagrante es el que se está
cometiendo actualmente, sin que el autor haya podido huir:
"el que comete públicamente y cuyo perpetrador ha sido
visto por muchos testigos, al tiempo mismo en que lo
consumaba"; por tanto, considerar flagrante un delito
porque se miren sus consecuencias, constituye un grave
error jurídico, y la orden de aprehensión que se libre por las
autoridades administrativas, contra el autor probable del
hecho que ocasiona esas consecuencias, constituye una
violación al artículo 16 constitucional24.

FLAGRANTE DELITO. Las autoridades administrativas sólo


pueden librar órdenes de aprehensión, en los casos de
flagrante delito, y no puede considerarse tal, si ha
transcurrido ya un tiempo cualquiera, desde su comisión,
y las autoridades tienen noticias de él por los informes
de sus inferiores25.

24
La tesis aislada del Pleno está publicada en el Semanario Judicial de la Federación, quinta
época, tomo XVII, materia penal, p. 478. Genealogía: Apéndice 1917-1985, Novena Parte, segunda
tesis relacionada con la jurisprudencia 85, página 131. Su precedente es el amparo penal en
revisión 163bis/25. **********. 21 de agosto de 1925. Mayoría de siete votos. Disidentes: Salvador
Urbina y Jesús Guzmán Vaca. La publicación no menciona el nombre del ponente.
25
La tesis aislada del Pleno está publicada en el Semanario Judicial de la Federación, quinta
época, tomo XX, materia penal, p. 175. Su precedente es el amparo administrativo en revisión
1817/26. **********. 19 de enero de 1927. Unanimidad de nueve votos. La publicación no menciona
el nombre del ponente.

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

FLAGRANTE DELITO, CASO EN QUE NO PUEDE


CONSIDERARSE QUE EXISTE. Si el presidente municipal y
el inspector de policía de determinado lugar, informan que la
detención del quejoso se debió a que recibieron una llamada
telefónica para detener al quejoso, quien trataba de cometer
un delito y, que por eso fue detenido, es claro que aquél
no fue aprehendido en flagrante delito y que la detención
es violatoria de los artículos 14 y 21 constitucionales 26.

LIBERTAD, PRIVACIÓN ILEGAL DE LA. Aun cuando es


verdad que conforme lo dispone el artículo 117 del Código
Federal de Procedimientos Penales, toda persona que, en
ejercicio de sus funciones públicas tenga conocimiento de la
probable existencia de un delito que deba perseguirse de
oficio, está obligada a participarlo inmediatamente al
Ministerio Público, trasmitiéndole todos los datos que tuviere,
poniendo a su disposición, desde luego a los inculpados, si
hubieron sido detenidos, también es cierto que la parte final
de este precepto, presupone incuestionablemente la
existencia de un caso de flagrante delito, cometido
públicamente y cuyo perpetrador ha sido visto y
sorprendido por testigos, al tiempo mismo en que lo
consumaba, pues de lo contrario, una detención en
diversas condiciones violaría los derechos consignados
en el artículo 16 constitucional27.

89. En síntesis, de acuerdo con la connotación acogida por la Suprema


Corte de Justicia de la Nación en la Quinta Época, un delito flagrante
se configura cuando (y sólo cuando) se está cometiendo actual y
públicamente, esto es, cuando el autor es visto y sorprendido por
muchos testigos mientras consuma la acción, sin que pueda huir.
Como criterio negativo tenemos que, en forma ejemplificativa, de
acuerdo con esa interpretación de la Corte, una detención en
26
La tesis aislada de la Primera Sala está publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
quinta época, tomo LV, materia penal, p. 231. Su precedente es el amparo penal en revisión
7128/37. **********. 12 de enero de 1938. Unanimidad de cuatro votos. La publicación no menciona
el nombre del ponente.
27
La tesis aislada de la Primera Sala está publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
quinta época, tomo LXXXIV, materia penal, p. 1733. Su precedente es el amparo penal directo
2041/45. **********. 10 de mayo de 1945. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona
el nombre del ponente.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

flagrancia no es aquélla en la que se detiene con fundamento en una


simple sospecha sobre la posible comisión de un delito.

90. Así, para la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la connotación


del término flagrancia tenía un sentido realmente restringido y acotado,
en un claro favorecimiento del alcance del derecho a la libertad
personal. No obstante, con el paso del tiempo, algunos órganos
legislativos locales y el Congreso de la Unión adscribieron al concepto
una connotación de mucha mayor amplitud que tuvo reflejo en los
ordenamientos procesales penales ―una que eventualmente dio lugar
a la incorporación de la figura ampliamente conocida en la doctrina y la
praxis como “flagrancia equiparada”―.

91. Esta acepción se distingue por admitir que el momento de la flagrancia


comprende un número de horas completamente desvinculado con la
inmediatez a la que originalmente apelaba el concepto, al menos
según las primeras interpretaciones realizadas por la Suprema Corte
de Justicia de la Nación. A modo de ejemplo conviene citar que en el
caso de la legislación federal ese plazo equivalía, hasta antes de una
reforma al Código Federal de Procedimientos Penales de veintidós de
enero de dos mil nueve, a cuarenta y ocho horas después de cometido
el delito. La acepción encontraba sustento en el artículo 193, fracción
III, de dicho código, en los siguientes términos (énfasis añadido):

Artículo 193. Se entiende que existe flagrancia cuando:


I. El inculpado es detenido en el momento de estar
cometiendo el delito;
II. Inmediatamente después de ejecutado el delito, el
inculpado es perseguido materialmente, o
III. El inculpado es señalado como responsable por la
víctima, algún testigo presencial de los hechos o quien

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

hubiere participado con él en la comisión del delito, o se


encuentre en su poder el objeto, instrumento o producto
del delito, o bien aparezcan huellas o indicios que hagan
presumir fundadamente su participación en el delito;
siempre y cuando se trate de un delito grave, así
calificado por la ley, no haya transcurrido un plazo de
cuarenta y ocho horas desde el momento de la comisión
de los hechos delictivos, se haya iniciado la averiguación
previa respectiva y no se hubiera interrumpido la
persecución del delito.
[…]28.

92. Es crucial referir que el último cambio constitucional (el de la reforma


de dos mil ocho) obedeció a la intención expresa de erradicar la
posibilidad de que en la legislación secundaria se introdujera la
“flagrancia equiparada” y, con ello, evitar abusos contra la libertad
deambulatoria de los individuos. La falta de especificidad en la
descripción constitucional había generado un contexto que, durante el
proceso de reforma, fue calificado como laxo o permisivo y
expresamente se optó por su modificación.

93. Un importante retrato de la práctica que se pretendió erradicar está


expuesto en el Informe del Grupo de Trabajo de la Comisión de
Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas sobre la
Detención Arbitraria, acerca de su visita a México en noviembre de
dos mil dos (informe publicado el diecisiete de diciembre de dos mil
dos).29 En él se analizaron las condiciones en las que México acataba
la prohibición contenida en el artículo 9.1 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos según la cual: “Nadie podrá ser sometido
28
Actualmente, dicha fracción III establece:
Artículo 193.- Cualquier persona podrá detener al indiciado: […]
III. Inmediatamente después de cometer el delito, cuando la persona sea señalada por la víctima,
algún testigo presencial de los hechos o quien hubiere intervenido con ella en la comisión del
delito, o cuando existan objetos o indicios que hagan presumir fundadamente que intervino en el
delito. Además de estos indicios se considerarán otros elementos técnicos.
29
El Informe puede ser consultado en la siguiente dirección electrónica http://daccess-dds-
ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G02/160/10/PDF/G0216010.pdf?OpenElement (última fecha de
consulta: 17 de octubre de dos mil once).

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su


libertad, salvo por causas fijadas por la ley y con arreglo al
procedimiento establecido en ésta”.

94. Pues bien, en el informe el Grupo señaló que si bien se había


encontrado en las autoridades una apertura y un deseo de mejorar el
control de las detenciones, persistían dificultades para poner en
práctica los medios para combatir la arbitrariedad. Al respecto, citó dos
ejemplos: “la presunción de inocencia que no está expresamente
establecida en la legislación, y la figura de la "flagrancia equiparada"
que otorga una suerte de "cheque en blanco" para detener a las
personas.” En el capítulo relativo a “temas de preocupación” advirtió
literalmente lo siguiente (énfasis añadido):

B. Relación entre flagrancia equiparada y detención


arbitraria

39. La "flagrancia equiparada" reposa sobre una concepción


extensiva del concepto de "flagrancia" que permite detener a
una persona no sólo cuando la comisión del delito es actual y
en esa circunstancia su autor es descubierto, o cuando el
delito acaba de cometerse, sino cuando la persona, durante
el período de 72 horas que sigue a la comisión del delito, es
sorprendida con objetos, huellas o indicios que revelan que
acaba de ejecutar el delito. El delito ha sido cometido y la
persona es detenida después de ser descubierta y
perseguida. La consecuencia de la "flagrancia
equiparada" es que permite arrestos sin orden judicial
sobre la base de simples denuncias o declaraciones
testimoniales, tal como el Grupo de Trabajo pudo
comprobar en sus entrevistas con numerosos detenidos.
Este supuesto de flagrancia es incompatible con el principio
de la presunción de inocencia y genera tanto riesgos de
detenciones arbitrarias como de extorsiones. […]

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

95. Como se puede apreciar, los actores del proceso de reforma


constitucional dieron cuenta de este contexto y determinaron limitar la
posibilidad de legitimar detenciones no autorizadas judicialmente, bajo
la excusa de que se trata de detenciones en flagrancia.

96. A partir de esta reforma, la flagrancia vuelve a aludir a la inmediatez a


la que se refería la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sus
primeras interpretaciones del concepto en la Quinta Época. De esta
forma, su significado readquiere un sentido literal y restringido,
donde lo que flagra es lo que arde o resplandece como o fuego o
llama30.

97. Un delito flagrante es aquel (y sólo aquel) que brilla a todas luces. Es
tan evidente e inconfundible que cualquiera es capaz de apreciarlo por
los sentidos y llegar a la convicción de que se está en presencia de
una conducta prohibida por la ley. Para reconocerlo no se necesita ser
juez, perito en derecho o siquiera estar especialmente capacitado: la
obviedad inherente a la flagrancia tiene una correspondencia directa
con la irrelevancia de la calidad que ostenta el sujeto aprehensor.

98. Esta nueva interpretación (obligada por la reforma de dos mil ocho)
vuelve a dar sentido a la idea de que, ante un delito flagrante,
cualquiera puede detener al sujeto activo del delito, pues ―como se
ha insistido― tanto particulares como autoridades pueden apreciar la
comisión del delito sin que para ello tenga relevancia si alguno de ellos
cuenta con una investidura determinada.

99. De este modo, tal como lo precisó esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver el amparo directo 14/2011 31,
la flagrancia siempre es una condición que se configura ex ante a
30
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el verbo flagrar
significa arder o resplandecer como fuego o llama.

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

la detención. Esto implica que la policía no tiene facultades para


detener ante la sola sospecha de que alguien pudiera estar
cometiendo un delito o de que estuviera por cometerlo o porque
presuma que esté involucrado en la comisión de un delito objeto de
investigación, si no cuenta con una orden de detención del órgano
ministerial. Tampoco puede detener para investigar. Pues una
detención en flagrancia no es aquélla en la que se detiene con
fundamento en una simple sospecha sobre la posible comisión de un
delito.

100. Adicionalmente habrá que precisar que, tratándose de delitos


permanentes, la anterior precisión es especialmente importante. Si la
persona no es sorprendida al momento de estar cometiendo el delito o
inmediatamente después de ello, no es admisible que la autoridad
aprehensora detenga, sorprenda al inculpado y después intente
justificar esa acción bajo el argumento de que la persona fue detenida
mientras cometía el delito. La flagrancia resplandece, no se escudriña.

101. Por otro lado, la referencia a una actitud sospechosa, nerviosa o a


cualquier motivo relacionado con la apariencia de una persona, no es
una causa válida para impulsar una detención amparada bajo el
concepto “flagrancia”, pues ésta siempre tiene implícito un elemento
sorpresa (tanto para los particulares que son testigos como para la
autoridad aprehensora). En contraste, cuando no hay ese elemento
sorpresa ―porque ya se ha iniciado una investigación que arroja datos
sobre la probable responsabilidad de una persona― la detención
requiere estar precedida por el dictado de una orden de aprehensión

31
Resuelto por unanimidad de cuatro votos, de los señores ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo,
José Ramón Cossío Díaz en sesión de nueve de noviembre de dos mil once

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

102. Al tenor de las razones expresadas, en las que se justifica la


excepción constitucional de afectación a la libertad personal, en el
precedente indicado, esta Primera Sala determinó cuál era el proceder
que debe seguirse para efectuar una detención cuando la autoridad
tiene conocimiento, mediante una denuncia, de que en un determinado
lugar se está cometiendo un delito.

103. Ello, a partir de las denuncias informales que versan sobre delitos
cometidos en flagrancia (es decir, aquellos que se están cometiendo o
bien que se acaban de cometer). Ese decir, de aquellas denuncias que
no se rinden ante el Ministerio Público en las condiciones de
regularidad formal que deben operar ordinariamente. Esto, por la
urgencia implícita al concepto de flagrancia. Como ejemplos de
denuncias informales tenemos: llamadas a la policía (anónimas o no)
de particulares que son víctimas o testigos del delito; o aquellas
denuncias de testigos o víctimas que se realizan directa y
presencialmente ante la policía y que también versan sobre hechos
delictivos recién cometidos o que se están cometiendo.

104. Estos lineamientos generales que han de acatarse son:

a) Una vez que la policía recibe información de que en un lugar


público se está cometiendo o se acaba de cometer un delito,
debe ―inmediatamente y de ser posible― informar a la
autoridad ministerial a efecto de que ésta, con los elementos de
información que tenga disponibles, solicite a la autoridad judicial
que libre una orden de aprehensión contra quienes sean
señalados como probables responsables. El agotamiento de esta
acción siempre debe ser favorecido, en virtud del principio de

44
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excepcionalidad de las detenciones no autorizadas


judicialmente32.

b) De cualquier forma, por la urgencia que caracteriza a las


circunstancias descritas, no es necesario que la policía espere a
recibir la autorización judicial para desplegarse hasta el lugar de
los hechos a fin de detener la comisión del delito y aprehender al
sujeto activo. Esto, con fundamento en el quinto párrafo del
artículo 16 constitucional33.

105. Sin embargo, para que la detención en flagrancia pueda ser válida (es
decir, guardar correspondencia formal y material con la normativa que
rige el actuar de la policía) tiene que ceñirse al concepto constitucional
estricto de flagrancia; esto es, tiene que darse alguno de los siguientes
supuestos:

1. La autoridad puede aprehender al aparente autor del delito si


observa directamente que la acción se está cometiendo en ese
preciso instante, esto es, en el iter criminis.

32
Al respecto, el artículo 274 del Código Federal de Procedimientos Penales dice:
Artículo 274. Cuando la Policía Judicial tenga conocimiento de la comisión de un delito que se
persiga de oficio, sólo cuando por las circunstancias del caso, la denuncia no puede ser formulada
directamente ante el Ministerio Público, levantará una acta, de la cual informará inmediatamente al
Ministerio Público, en la que consignará:
I.- El parte de la policía, o en su caso, la denuncia que ante ella se haga, asentando
minuciosamente todos los datos proporcionados por uno u otra;
(REFORMADA, G.O. 3 DE MAYO DE 1999)
II.- Las pruebas que suministren las personas que rindan el parte o hagan la denuncia, así como
las que se recojan en el lugar de los hechos, ya sea que se refieran al cuerpo del delito o a la
probable responsabilidad de sus autores; cómplices o encubridores, y
III.- Las medidas que dictaren para completar la investigación.
33
Esto no torna irrelevante el deber de informar, cuando sea posible, al Ministerio Público de los
datos denunciados, pues a partir de ese momento éste puede iniciar una investigación, relacionar
datos y empezar a investigar de modo eficiente y veloz.

45
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2. La autoridad puede iniciar la persecución del aparente autor del


delito a fin de aprehenderlo si, mediante elementos objetivos, le
es posible identificarlo y corroborar que, apenas en el momento
inmediato anterior, se encontraba cometiendo el delito
denunciado.

106. De acuerdo a los parámetros previamente delimitados, esta Primera


Sala sostuvo que el control judicial ex post a la privación de la libertad
en flagrancia debe ser especialmente cuidadoso. El juez debe
ponderar si la autoridad aprehensora contaba con datos suficientes
que le permitieran identificar con certeza a la persona acusada. Y
debe evaluar el margen de error que pudo haberse producido tomando
como base la exactitud y precisión de los datos aportados por la
denuncia.

107. No obstante la delimitación anterior, en el presente caso el recurrente


plantea una problemática jurídica que requiere de un análisis de
constitucionalidad que es previo a la determinación de la legal
detención en flagrancia. En decir, cuáles son las condiciones que
justifican un acto de molestia para el gobernado, con motivo de un
señalamiento por denuncia informal de que la persona está
cometiendo un delito, el cual no objetivamente visible, sino que es
descubierto con motivo del acercamiento que tiene la policía hacia el
individuo. Así como aquellos casos, en los que el propio
comportamiento del individuo de lugar a configurar una sospecha
razonada de que está cometiendo un ilícito penal.

108. En este contexto, a partir del planteamiento del recurrente, se


considera importante precisar qué debe entenderse por una sospecha
razonada y cómo es que la existencia de la misma pueda justificar un
control preventivo provisional por parte de la autoridad policial. Para

46
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ello, resulta necesario precisar los parámetros constitucionales bajo los


cuales deben llevarse a cabo dichos controles, para posiblemente
realizar detenciones por delitos cometidos en flagrancia.

109. En principio, debe establecerse que la finalidad de estos controles no


es encontrar pruebas de la comisión de alguna conducta delictiva en
particular, sino que se realizan con el objetivo de prevenir algún
posible delito, de salvaguardar la integridad y la vida de los agentes de
la policía, o bien, para corroborar la identidad de alguna persona con
base a información de delitos previamente denunciados ante la policía
o una autoridad.

110. Lo cual excluye la posibilidad de qué autoridad pueda detener a una


persona, sin una causa razonable mínima que lo justifique, como
cuando objetivamente se aprecia que se está cometiendo un delito y
se pretende ocultar su realización. Pues de otra manera, como se ha
precisado, se justificaría que por cualquier circunstancia abstracta,
como la apariencia física de las personas, su forma de vestir, hablar o
comportarse, pueda ser detenido y sujeto a revisión, cuando no es
evidente desde una óptica objetiva que existen circunstancias que
permitan justificar la precitada sospecha de que se está cometiendo un
delito. Lo cual de acontecer sería notoriamente un acto
inconstitucional.

111. De manera que para que se justifique la constitucionalidad de un


control preventivo provisional es necesario que se actualice la
sospecha razonada objetiva de que se está cometiendo un delito y no
una simple sospecha que derive del criterio subjetivo del agente de la

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autoridad, basado en la presunción de que por la simple apariencia del


sujeto es posible que sea un delincuente.

112. Ahora bien, regresemos al cuestionamiento del recurrente. Esta


Primera Sala determina que la realización de un control preventivo
provisional debe ser motivado inicialmente por la sospecha razonable
de los agentes, lo cual debe ser acreditable empíricamente en virtud
de que se justifique la presunción de que alguien está cometiendo un
delito o lo acaba de cometer. Dichas circunstancias deben coincidir
objetivamente con los objetos materiales del ilícito, los sujetos, lugares
y horarios descritos por las víctimas o testigos de algún delito en las
denuncias que haya recibido la policía previamente.

113. Del planteamiento del recurrente, se cuestiona la detención que


precede de la clase de denuncias informales que versan sobre delitos
cometidos en flagrancia (es decir, aquellos que se están cometiendo o
bien se acaban de cometer). En otras palabras, lo referente a todas
aquellas denuncias que no se rinden ante el Misterio Público en las
condiciones de regularidad formal que deben operar ordinariamente.
Esto, por la urgencia implícita al concepto de flagrancia. Como
ejemplos de denuncias informales tenemos: llamadas a la policía
(anónimas o no) de particulares que son víctimas o testigos del delito;
o aquellas denuncias de testigos o víctimas que se realizan directa y
presencialmente ante la policía y que también versan sobre hechos
delictivos recién cometidos o que se están cometiendo.

114. Asimismo, es importante considerar que el comportamiento inusual de


las personas, como las conductas evasivas y/o desafiantes frente a los
agentes de la policía, así como cualquier otro comportamiento que
razonablemente pueda ser interpretado dentro de determinado
contexto como preparatorio para la comisión de algún delito, puede

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justificar un control preventivo provisional. Únicamente bajo estas


condiciones, la policía estaría en posibilidad de llevar a cabo un control
provisional preventivo.

115. Así, los parámetros que dan pauta a la detención por sospecha
razonable, derivan de condiciones específicas que distan de aquellos
casos en que la detención de una persona se realiza por un agente de
la autoridad en virtud de haber presenciado que se estaba cometiendo
el delito. En la actualización de la sospecha razonada, no existen la
condición fáctica descrita, la comisión del delito no es evidente y
apreciable de forma directa, pero existen condiciones circunstanciales
que justifican la realización de un control preventivo provisional por
parte de los agentes de la autoridad. Ya sea porque exista una
denuncia informal o anónima o porque el sujeto exteriorice acciones
que objetivamente den lugar a considerar que se pretende ocultar la
realización de un delito. Pero serán las condiciones fácticas de estas
circunstancias las que determinan el grado de intensidad del control
preventivo por parte de la autoridad.

116. Una vez agotado ese requisito, deberá considerarse el grado de


intensidad de la conducta de la que deriva la sospecha razonable para
determinar el control preventivo, siendo éstos directamente
proporcionales. En ese tenor, existen dos grados:

117. Un control preventivo de grado menor implicaría que los agentes de la


policía pudiesen limitar provisionalmente el tránsito de personas y/o
vehículos con la finalidad de solicitar información a la persona
controlada, como por ejemplo su identidad, ruta, motivos de su
presencia, etcétera. Asimismo, el agente de la policía estaría en

49
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posibilidad de realizar una revisión ocular superficial exterior de la


persona o del interior de algún vehículo.

118. Un control preventivo de grado superior, motivado objetivamente por


conductas proporcionales y razonablemente sospechosas, implicaría
que los agentes policiales estarían en la posibilidad de realizar sobre
la persona y/o vehículos un registro más profundo, con la finalidad
fundamental de prevenir algún delito, así como para salvaguardar la
integridad y la vida de los propios agentes. En estas condiciones,
dichos agentes podrían además registrar las ropas de las personas,
sus pertenencias, así como el interior de los vehículos. Esto ocurriría,
por ejemplo, si las circunstancias objetivas y particulares que rodean
a un delito y al sujeto activo corresponden ampliamente con las
descritas en una denuncia previa, o bien si los sujetos controlados
muestran un alto nivel de desafío o de evasión frente a los agentes de
autoridad. En resumen, una persona violenta o que intente darse a la
fuga, puede ser objeto de un control preventivo más intenso.

119. En este sentido, si tras un control provisional preventivo legítimo los


agentes de la policía advierten la comisión flagrante de algún delito, la
detención del sujeto controlado será lícita y, en consecuencia, también
lo serán las pruebas descubiertas en la revisión que, a su vez, tendrán
pleno valor jurídico para ser ofrecidas en juicio.

120. A partir de toda la información anterior, podemos identificar cuál es el


proceder que, a la luz de la Constitución, debe seguirse para efectuar
un control provisional preventivo y, en su caso, una detención cuando
la autoridad tiene conocimiento, mediante una denuncia informal, de
que en un determinado lugar se está cometiendo un delito.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3463/2012

121.
121.
De manera que, como lo precisó esta Primera Sala en el referido precedente,
amparo directo 14/2011, el juez que ratifica una detención en la que no
es necesario esperar una orden de aprehensión (flagrancia y caso
urgente) debe conducirse de acuerdo con el espíritu de la constitución,
de otorgar al gobernado la seguridad de que no será aprehendido por
agentes del Estado por el sólo hecho de que alguien lo ha señalado
como delincuente, sin aportar datos concretos que pudieran corroborar
esa acusación.

122. La delimitación del concepto flagrancia, precisó esta Primera Sala,


obedeció a la intención de favorecer el derecho a la libertad personal.
Por tanto, el control judicial ex post a la privación de la libertad en
flagrancia debe ser especialmente cuidadoso. El juez debe ponderar si
el ciudadano o la autoridad aprehensora contaba con datos suficientes
que le permitieran identificar con certeza a la persona acusada. Y
debe evaluar el margen de error que pudo haberse producido tomando
como base la exactitud y precisión de los datos aportados por la
denuncia.

123. En suma, a juicio de esta Sala, quien afirma la legalidad y


constitucionalidad de la detención debe poderla defender ante el juez.
El principio de presunción de inocencia se proyecta hasta esta etapa
del proceso (hasta la detención) y, por tanto, quien afirma que la
persona capturada fue sorprendida en flagrancia, tiene la carga de la
prueba. Este escrutinio posterior a la detención es de suma
importancia, pues el descubrimiento de que se está ante una situación
de ilegal privación de la libertad debe desencadenar el reproche y la
exigencia de responsabilidad que jurídicamente correspondan.

51
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124. De todo lo expuesto resulta claro que, como se estableció al principio


del presente apartado, el Tribunal Colegiado del conocimiento, al dar
respuesta al segundo concepto de violación del quejoso, en realidad
no hizo una auténtica y original interpretación constitucional
relativa al tema de detención en flagrancia, hipótesis contenida en
el artículo 16 de la Constitución Federal, sino lo que únicamente
determinó bajo un análisis de estricta legalidad, que el quejoso fue
detenido bajo dicho supuesto.

125. El Tribunal Colegiado estableció que la detención del quejoso, se dio


con motivo de que fue sorprendido cometiendo un delito flagrante, lo
cual es amparado por lo dispuesto en el artículo 16 de la Constitución
Federal. Además, consideró que en el caso, lo previsto por los
artículos 117 y 126 del Código Federal de Procedimientos Penales,
fue cumplido por las autoridades aprehensoras, pues del análisis de
constancias procesales se advierte que las actuaciones de los
militares fueron remitidas al representante social federal, en la misma
fecha en que acontecieron los hechos (tres de marzo de dos mil once),
quien a su vez, ese día radicó la averiguación previa, por lo que la
intervención de dichos agentes no es contrario a la ley.

126. Aunado a lo anterior, citó el criterio emitido por el Pleno de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de rubro: “EJÉRCITO,
ARMADA Y FUERZA AÉREA. SU PARTICIPACIÓN EN AUXILIO DE
LAS AUTORIDADES CIVILES ES CONSTITUCIONAL
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 129 DE LA
CONSTITUCIÓN)”34, para sustentar el criterio de que los miembros de
34
El contenido de la tesis es del tenor siguiente: “La interpretación histórica, armónica y lógica del
artículo 129 constitucional, autoriza considerar que las fuerzas armadas pueden actuar en auxilio
de las autoridades civiles, cuando éstas soliciten el apoyo de la fuerza con la que disponen. Por
esta razón, el instituto armado está constitucionalmente facultado para actuar en materias de
seguridad pública en auxilio de las autoridades competentes y la participación en el Consejo
Nacional de Seguridad Pública de los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional y de
Marina, quienes por disposición de los artículos 29, fracción I, y 30, fracción I, de la Ley Orgánica
de la Administración Pública Federal, tienen a su mando al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, no

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las fuerzas armadas cuentan con facultades para participar en


cuestiones de seguridad pública en apoyo de las autoridades civiles.

127. Consideraciones que, como ya se expuso, son congruentes con el


criterio emitido por esta Primera Sala del Alto Tribunal, en relación a la
detención de personas que son sorprendidas cometiendo un delito en
flagrancia, como resultado de una denuncia previa informal y la
sospecha razonable de que el sujeto efectivamente se encontraba
cometiendo el ilícito.

128. Así, como ya se dijo, lo establecido por el Tribunal Colegiado de


ninguna manera puede considerarse que se realizó una interpretación
constitucional, pues como esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha señalado, la cita de algún precepto de la Constitución y la
narración de la forma de aplicación de su contenido, no constituye
interpretación constitucional alguna, toda vez que el tribunal de mérito
no desentrañó el contenido de la norma constitucional, ni determinó su
sentido y alcance a través de un análisis gramatical, histórico, lógico o
sistemático; supuestos de procedencia para que pueda afirmarse que
se realizó una interpretación directa de un precepto constitucional.

129. Afín de las razones expuestas en el presente apartado, esta Primera


Sala considera que el agravio en el que el recurrente afirma que el
Tribunal Colegiado realizó una incorrecta interpretación del artículo 16
atenta contra el numeral señalado del Código Supremo. Además, la fracción VI del artículo 89
constitucional faculta al presidente de la República a disponer de dichas fuerzas para la seguridad
interior. Por estas razones, no es indispensable la declaratoria de suspensión de garantías
individuales, prevista para situaciones extremas en el artículo 29 constitucional, para que el
Ejército, Armada y Fuerza Aérea intervengan, ya que la realidad puede generar un sinnúmero de
situaciones que no justifiquen el estado de emergencia, pero que ante el peligro de que se
agudicen, sea necesario disponer de la fuerza con que cuenta el Estado mexicano sujetándose a
las disposiciones constitucionales y legales aplicables.”
Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo XI,
correspondiente a abril de 2000, materia constitucional, p. 549.

53
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de la Constitución Federal, en torno al concepto de detención por


flagrancia, debe ser calificado como infundado, pues como ya se
expuso exhaustivamente, el órgano colegiado en realidad no hizo una
interpretación constitucional original y auténtica, sino que simplemente
estableció que el supuesto de detención del quejoso, se ajustaba a la
permisión constitucional de restricción de la libertad personal por la
comisión de un delito flagrante.

VII. DECISIÓN

130. Consecuentemente, ante lo infundado de los argumentos contenidos


en el único agravio del recurrente, lo procedente es, en la materia de
la revisión de este Alto Tribual, confirmar la sentencia impugnada y
negar el amparo solicitado. En virtud de lo anterior, esta Primera Sala

RESUELVE:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se confirma la sentencia


recurrida.

SEGUNDO. La justicia de la Unión no ampara ni protege a **********


en contra de la autoridad y acto precisados en el apartado segundo de
esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen; y, en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.

Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz (Ponente),

54
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Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García


Villegas y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Firman el Presidente de la Sala y el Ministro Ponente, con el


Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe.

PRESIDENTE:

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

PONENTE:

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.

EL SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA:

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.

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En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y 18 de la


Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

JVSV/crg

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