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Cuando Las Bendiciones Llegan Sin Pedirlas

La mujer sunamita recibió la bendición de poder concebir un hijo a pesar de que ella no había podido concebir antes y no lo había pedido. Ella mereció esta bendición por su humildad al invitar regularmente al profeta Eliseo a comer en su casa a pesar de su estatus, y por invertir generosamente en el reino de Dios al construir un cuarto para Eliseo y equiparlo. Las personas que reciben bendiciones sin pedirlas son humildes, comparten generosamente de lo que tienen, y son solícitos para invertir en
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Cuando Las Bendiciones Llegan Sin Pedirlas

La mujer sunamita recibió la bendición de poder concebir un hijo a pesar de que ella no había podido concebir antes y no lo había pedido. Ella mereció esta bendición por su humildad al invitar regularmente al profeta Eliseo a comer en su casa a pesar de su estatus, y por invertir generosamente en el reino de Dios al construir un cuarto para Eliseo y equiparlo. Las personas que reciben bendiciones sin pedirlas son humildes, comparten generosamente de lo que tienen, y son solícitos para invertir en
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CUANDO LAS BENDICIONES LLEGAN SIN PEDIRLAS

2 REYES 4:8-17
INTRODUCCIÓN:

En los caminos de Dios hay muchas personas que viven amargadas


porque no reciben lo que piden, pasan su vida pidiendo milagros y
favores de Dios, pero esas bendiciones no llegan a su vida.

Pero también podemos encontrar personas y familias que aun sin


pedirlas reciben bendiciones de parte del Señor, son personas que no
andan por la vida persiguiendo las bendiciones, sino que, al contrario,
las bendiciones los siguen a ellos.

En esta preciosa historia que hemos leído para comenzar, encontramos


a una mujer que, sin pedirlo, sin buscarlo, recibió la gran bendición de
poder tener un hijo, pues ella no había podido concebir un hijo (vs 14-
17).

Veamos entonces en esta historia que hace la diferencia para poder


recibir las bendiciones cuando muchas veces no las hemos pedido, qué
necesitamos para ser sorprendidos por las bendiciones de Dios en
nuestra vida.

¿QUIENES SON LOS QUE RECIBEN BENDICIONES AUN SIN


PEDIRLAS?
LOS DE CORAZON HUMILDE (VS 8)
 
Esa mujer llamada únicamente como “La sunamita” era una mujer
importante en su ciudad, era una mujer seguramente con una condición
social y económica alta, pero tenia la humildad de invitar a su mesa al
profeta Eliseo.
 
Cuantos de nosotros que somos cristianos no tenemos una actitud
hospitalaria con los hermanos de nuestra iglesia, muchas veces solo nos
relacionamos con las personas de ciertos recursos dentro de la iglesia,
pero menospreciamos a los humildes de nuestra congregación.
 
La palabra de Dios nos dice que hay bendiciones de parte de Dios para
los que son humildes de corazón (Proverbios 22:4) Riquezas, honra y
vida.
 
LOS QUE COMPARTEN DE LO QUE TIENEN (2 REYES 4:8 b)
 
Esa mujer Sunamita invitaba a Eliseo a comer a su casa de lo que ella
tenía en casa, compartía con Eliseo de sus alimentos.
 
Esa mujer NO LE DECÍA: Profeta Eliseo ¡un día lo voy a invitar a comer!
 
Muchos de nosotros prometemos dar de lo que vamos a recibir,
ofrecemos ayudar de lo que algún día tendremos, prometemos y
ofrecemos de lo que llegaremos a tener, pero NO COMPARTIMOS DE LO
QUE TENEMOS HOY, pero las bendiciones si las exigimos para hoy.
 
La palabra de Dios compara a esas personas con las nubes sin
agua (Proverbios 25:14)

LOS QUE SON SOLICITOS PARA INVERTIR EN EL REINO DE DIOS


(2 REYES 4:9-13)

Según el diccionario la palabra SOLÍCITO significa: Alguien diligente y


servicial.
 
La mujer sunamita no solamente se quedó con darle comida al profeta,
ella sabía que ese profeta era siervo de Dios, ella sabía que invertir en
Eliseo era invertir en el reino de Dios, por eso invirtió de sus bienes para
construir un cuarto donde Eliseo se quedase cuando llegara a su ciudad.
 
Ella y su esposo no solamente invirtieron en construir un cuarto, sino
que también en equiparlo con lo básico para la comodidad del profeta:
Cama, mesa, silla y candelero.
 
La mujer Sunamita y su esposo eran una pareja muy sabia, porque
invirtieron en Dios y su profeta, invirtieron en el reino de Dios y el Señor
honra al que cuida de sus intereses (Proverbios 27:18)
 
La palabra de Dios nos muestra que no es sabio descuidarnos de lo que
invertimos en su Reino, en su iglesia, en su casa (Hageo 1:5-10)
 
ESTA HISTORIA DE LA SUNAMITA Y ELISEO NOS CONFIRMA LO
QUE NUESTRO SEÑOR JESUS NOS ENSEÑO (HECHOS 20:35): Mas
bienaventurado es dar que recibir.

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