Universidad Santo Toms.
Curso: Teologa.
Materia: mariologa.
Prof. Pbro. Nelson Medina, O.P.
Estudiante: Rudinei Orlandi.
Mara en la zarza ardiente.
Queremos en este breve escrito hacer alguna reflexin escolstica sobre Mara la madre
de Dios, en la teofana de la zarza ardiente. Se usar de dados histricos, pero tambin con un
tinte de espiritualidad. Queremos ver como Gregorio de Nisa asocia Santa Mara virgen a la
zarza que arda y no se quemaba.
Bblicamente se sabe algunas cosas sobre el pasaje de la zarza ardiente que presenci
Moiss en el Desierto mientras pastoreaba las ovejas de su suegro Jetro, Ex 3,1-6. Es en donde
Dios da a Moiss la misin de liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, pasando por el desierto hasta llegar a la tierra prometida. Y tambin ah se explica porque, en medio a tantas naciones politestas, Israel es la nica monotesta, solo cree en el Dios de Moiss, que es el Dios de
Abraham, Isaac y Jaco. Pero el problema de nuestro escrito es qu tiene que ver este pasaje del
inicio del Antiguo Testamento con Mara, la que dio la luz a Cristo en el Nuevo Testamento?
Como ya decimos en un principio, la Inmaculada Concepcin es la respuesta.
Gregorio de Nisa en el S. IV nos da la luz sobre nuestro problema. En la obra vida de
Moiss encontramos lo siguiente Lo que era figurado en la llama y en la zarza, fue abiertamente
manifestado en el misterio de la Virgen. Como sobre el monte la zarza arda sin consumirse, as
la Virgen dio a luz, pero no se corrompi. Lo primero que hay que decir es que es una analoga
en donde se pueden sacar algunos elementos para la reflexin.
La zarza es Mara, aquella de Nazaret que no tuvo miedo de confiar en el ngel y le dijo
s al plan divino de la salvacin. Acept arriesgarse, incluso a la muerte, por colaborar con Dios
en el plan que devolvi al hombre el acceso a la vida eterna. El fuego es el pecado, que tan difundido hoy por los medios econmicos, quema el hombre y a los pocos va destruyendo, consumiendo su vida. El pecado por lo tanto no atraves a la vida de Mara, no la consumi. Ella es
por lo tanto la zarza del nuevo testamento que no se consume.
Este pasaje nos revela tambin el misterio de la Virgen: luz de Dios por la cual l ha iluminado a todo el
mundo. Como la zarza no se consuma, as la Virgen qued intacta en su alumbramiento; no se marchit la
flor de su virginidad.1 (NISA, II, cap. III).
Mara es la inmaculada, es decir, el fuego del pecado no la consumi, sino que permaneci virgen antes, durante y despus del parto. Es la zarza ardiente que no se consumi en nada
siquiera, con el pecado. Mara es la zarza que ardi, pero no se quem, no se corrompi sino que
se mantuvo inmaculada. Como la zarza que no se consuma, ella tambin se qued intacta mismo
dando la luz al Verbo. Como ella mismo dijo a Bernardita en Lurdes de Francia en 1858, yo soy
la inmaculada concepcin. Lo que apuntaba Gregorio de Nisa en su analoga ella misma viene a
confirmar mucho tiempo despus en una de sus apariciones.
En las primeras vsperas de la solemnidad de Santa Mara Madre de Dios, cantamos En la
zarza que Moiss vio arder sin consumirse, reconocemos tu virginidad admirablemente conservada. Madre de Dios, intercede por nosotros. La tradicin de la Iglesia, de la cual proviene la
antfona, tambin confirma este hecho. La zarza que no se consume es la Inmaculada Concepcin de Mara.
Al dar la luz al verbo, el fuego deja de ser pecado para ser luz, es la luz que ilumina y calienta el mundo. Porque el Verbo es el cordero que quit el pecado del mundo. Mara es la zarza
ardiente que sigue quemndose sin consumirse para propagar la luz del mundo que es Cristo. Se
consume intercediendo por todos como en aquellas bodas que se haba acabado el vino. Cumpliendo la misin de la cruz, Mujer, ah tienes a tu hijo, hijo, ah tienes a tu madre, Jn 19,2627. Ella es la madre de aquellos que son hijos de un mismo Padre y arde de amor por ellos.
Como dice el himno de akathistos, salve o rama del fruto incorrupto, azucena de intacta belleza,
columna de sacra pureza, virgen y esposa. Es el himno de agradecimiento de los beneficiarios
de la gracia santificante, es decir, el hombre.
Ocurre un proceso inverso a la lgica humana. El fuego es quemado por la zarza y no lo
contrario. Es decir, el pecado no consume la virginidad de Mara, sino que ella, al dar la luz al
hijo colabora para que el hijo purifique el fuego del pecado, quite el pecado del mundo. El fuego
que tambin era el pecado qued entonces purificado por el misterio de la cruz. Misterio que
(Cita original) esta passagem nos ensina o mistrio da Virgem: a luz da divindade, que graas a seu parto, ilumina a
vida humana, guardou incorrupta a sara que ardia sem que a flor da virgindade se secasse no parto.
1
tuvo la gran contribucin del Fiat hgase de Mara en aquel momento de gracia para toda la
humanidad.
El fuego que arde en el desierto da luz y calor. Lo mismo Mara, arde en el desierto de la
vida del hombre, dando luz y calor para que nuca pierda de vista aqul que es el camino, la verdad y la vida. Es el fuego del espritu santo, que sin quemar su humanidad, trae el mundo la luz y
el calor, que alumbra y mueve la vida del hombre. Como la zarza que al arder sin quemarse serva de combustible para el fuego que no se apaga, as tambin es Mara, ella es combustible del
fuego, de la luz y del calor que lleva el hombre al encuentro del padre. Este combustible nunca
acaba porque ella sigue intercediendo por nosotros.
El Catecismo de la Iglesia Catlica, en el n. 724, dice:
En Mara, el Espritu Santo manifiesta al Hijo del Padre hecho Hijo de la Virgen. Ella es la zarza ardiente
de la teofana definitiva: llena del Espritu Santo, presenta al Verbo en la humildad de su carne dndolo a
conocer a los pobres (cf. Lc 2, 15-19) y a las primicias de las naciones (cf. Mt 2, 11).
Como moiss liber el pueblo judo de la esclavitud de Egipto, Mara, libera el hombre de
la esclavitud del pecado. Adems de intercesora y medianera de todas las gracias, ella es tambin
liberadora, porque particip activamente en el proceso de liberacin del hombre del pecado. Ella
no liber como tal, pero se don del todo para que viniera al mundo aqul que iba liberar, por eso
indirectamente es liberadora. Present al mundo el libertador. Sin Mara no hay Jess, (Beata
Madre Teresa de Calcuta).
La zarza ardiente en el desierto es la teofana de Mara que acepta consumirse por el
fuego del Espritu Santo para que la luz, que es Cristo viniera al mundo. Ella es la inmaculada,
que no se consumi con el pecado, dio la luz al salvador y continu siempre virgen. Es la intercesora, que como la zarza no se consuma, as ella tambin no se cansa de interceder por nosotros
al Padre.
Referencias.
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NISA, San Gregorio de. (335-394). Sobre la vida de Moiss. Documenta catholica omnia.
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