Un parte médico positivo indica que el papa Francisco se recupera con una “leve mejoría”
El comunicado de la tarde indica que Bergoglio no ha sufrido más crisis respiratorias, la insuficiencia renal “no causa preocupación” y algunos resultados de análisis han mejorado


El parte médico de la tarde de hoy lunes sobre la salud del papa Francisco, de 88 años e ingresado desde el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma con una neumonía bilateral, es por primera vez abiertamente positivo, respecto a los últimos tres días: habla de una “leve mejoría”, aunque su estado siga siendo “crítico”, y apunta varios avances reseñables. “Tampoco en la jornada de hoy se han registrado episodios de crisis respiratorias asmáticas. Algunas pruebas de laboratorio han mejorado. El seguimiento de la insuficiencia renal leve no causa preocupación”, dice el comunicado, que se ha adelantado una media hora, a las 18.39, respecto a lo habitual.
Además, la nota indica que “la oxigenoterapia continúa, pero con un flujo y porcentaje de oxígeno ligeramente reducidos”. También subraya que el Papa ha retomado el trabajo esta tarde, otro síntoma de vuelta a la normalidad. Si hasta ahora el pronóstico era reservado, hoy se señala: “Dada la complejidad del cuadro clínico, los médicos, prudentemente, no cambian aún el pronóstico”.
Este parte refuerza el optimismo que comenzó esta mañana, tras la crisis asmática que el Papa sufrió el sábado, junto con varias complicaciones, e hizo saltar las alarmas. El comunicado incluso ha restado importancia a la insuficiencia renal, detectada el sábado, y que era un motivo de preocupación en las últimas horas.
El Vaticano ya comentó esta mañana que el Papa “está de buen humor, no tiene dolor y sigue la terapia”, tras haber pasado una buena noche. También apuntó que come normalmente y a veces se levanta, como estos días. El comunicado de esta tarde también indica que recibió la comunión por la mañana. “Por la tarde ha llamado al párroco de Gaza para expresarle su cercanía paternal. El Papa Francisco agradece a todo el pueblo de Dios que se ha reunido en estos días para rezar por su salud”, concluye la nota vespertina.
El viernes, los médicos resumieron su situación diciendo que “su vida no corre peligro, pero no está fuera de peligro” y que “basta poquísimo para desequilibrarlo”. Es lo que ocurrió el sábado, con una crisis asmática prolongada, que requirió suministrarle oxígeno, y la detección de una anemia, un nivel bajo de plaquetas y una insuficiencia renal inicial leve. Fue necesario hacerle una transfusión. Las condiciones de Jorge Mario Bergoglio siguen siendo “críticas”, repetía el último parte médico de ayer domingo, en un tono de máxima prudencia, tras recuperarse de la crisis. Hoy el comunicado refleja más indicios de que la crisis del sábado puede haberse dejado atrás. El horizonte, en cualquier caso, es el de una larga hospitalización.
Hasta ahora el Papa siempre ha estado consciente, lúcido, ha comido con apetito y a veces se ha levantado y pasado el día sentado. También ha realizado algunas tareas de su trabajo cotidiano, y hoy eso vuelve a señalarse en el parte. Por ejemplo, esta mañana se han hecho públicos cuatro nombramientos de obispos, entre ellos el de Eloy Alberto Santiago, en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife.
El Vaticano también ha anunciado que esta noche, a las nueve, todos los cardenales presentes en Roma, la Curia y los fieles que lo deseen, se reunirán en la plaza de San Pedro para rezar un rosario por la salud del Papa. La cita se repetirá cada noche, a partir de ahora, en los próximos días. Hoy presidirá la ceremonia el secretario de Estado, número dos de la Santa Sede, Pietro Parolin.
El último parte médico hasta ahora era el de ayer domingo, que tenía connotaciones tanto positivas como negativas. Por un lado, revelaba que tras la crisis asmática del sábado, el episodio más grave de recaída estos días, el Papa ya no había sufrido más incidentes de este tipo. No obstante, seguía con suministración de oxígeno mediante cánulas nasales. El Pontífice también recibió ayer dos trasfusiones que elevaron sus índices de hemoglobina y estabilizaron sus niveles de plaquetas, que habían caído en la víspera. En cambio, la parte más negativa era la novedad de una “insuficiencia renal inicial leve”, aunque los médicos indicaban que estaba bajo control. Hoy este obstáculo parece superado, por el momento.
La terapia funciona, pero necesita tiempo
El cuadro general es que la terapia de antibióticos y fármacos contra la neumonía parece estar funcionado, pero Francisco necesita tiempo para salir de peligro. “Está como un hombre de 88 años con una infección polimicrobiana: virus, hongos y bacterias”, indicaron los médicos el viernes, que precisaron que el Pontífice no tiene ninguna otra patología y su corazón “está perfecto”.
El Papa, que desde 2023 sufre problemas respiratorios en cuanto llega el frío, fue ingresado el 14 de febrero tras arrastrar durante al menos diez días una bronquitis que no terminaba de curarse. También debido, en parte, a su insistencia en seguir manteniendo su ritmo habitual de trabajo. Él mismo contó en una audiencia pública que padecía la bronquitis; le costaba respirar y en dos ocasiones delegó la lectura de su discurso. El domingo 9 de febrero llegó a presidir la misa al aire libre en la plaza de San Pedro, pese al intenso frío. Finalmente, el 14 de febrero, tras mantener las audiencias programadas y dado que le fatigaba cada vez más respirar y hablar, decidió acudir al hospital Gemelli.
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