"Nunca sucedió así": Gladiator 2 y el error histórico de la película en el que coinciden todos los expertos
El cine de Hollywood está lleno de imprecisiones que denuncian los expertos, y Gladiator 2, la última gran película de Ridley Scott no es precisamente una excepción a la regla.

Paramount Pictures
Pocas películas han dividido tanto a la crítica y al público como Gladiator 2. Para algunos, se trata de una digna secuela del clásico protagonizado por Rusell Crowe hace ya un par de décadas. Otros, en cambio, piensan que la secuela de Ridley Scott es vistosa y muy espectacular, pero que no tiene la esencia ni el acierto de la primera entrega, e incluso la catalogan de “parodia”.
En cualquier caso, y sea cual sea tu opinión sobre la película, hay algo que no deja de dar de qué hablar: sus imprecisiones históricas. Más allá del tema de los tiburones pululando por los coliseos, o los feroces y algo extraños monos, hay un supuesto error que no solo se da en la película, sino también en casi todos los films sobre romanos y gladiadores que se han realizado.
El fallo histórico de Gladiator 2
Si piensas en un enfrentamiento de gladiadores, probablemente imaginas a un emperador romano sentado en su trono, rodeado de una multitud y decidiendo la suerte de un combatiente con un gesto del pulgar. ¿Arriba para salvar la vida? ¿Abajo para condenarlo? Esta imagen, perpetuada por películas como Gladiator, está tan arraigada que cuesta imaginarla como una invención. ¡Si hasta tiene emoticono!
Sin embargo, los expertos no tienen nada claro que fuese así realmente. El gesto del pulgar como decisión de vida o muerte tiene su origen en interpretaciones un tanto equivocadas de los textos clásicos. La frase en latín pollice verso romana, ha sido traducida de manera ambigua. Literalmente, significa “con el pulgar vuelto”, pero no especifica en qué dirección.
El escritor Juvenal, en sus Sátiras, menciona cómo el público podía señalar su deseo de vida o muerte para los gladiadores, pero no detalla si el pulgar hacia arriba o abajo correspondía a cada opción. Esta falta de claridad abrió la puerta a interpretaciones posteriores, especialmente durante el Renacimiento, cuando los artistas y escritores europeos comenzaron a idealizar el mundo romano.
La confusión se consolidó en el siglo XIX gracias a una pintura de Jean-Léon Gérôme titulada Pollice verso (1872). En ella, el emperador muestra el pulgar hacia abajo mientras los gladiadores esperan su sentencia. Luego, esta obra influiría a los cineastas de Hollywood, incluido el propio Ridley Scott, quien se inspiró directamente en esta pintura para escenas de Gladiator.
No solo una cuestión de vida o muerte
Por si todo esto fuese poco, la decisión de la vida o la muerte no siempre recaía únicamente en el emperador o en el público. El organizador de los juegos (editor) tenía la última palabra, ya que financiaba el evento y tenía intereses específicos en los gladiadores, que no eran simples peones sino inversiones valiosas. Entrenarlos costaba tanto dinero como tiempo.
Además, lo más probable es que, al menos en muchos casos, los gritos de la multitud jugaran un papel más importante que los gestos en la decisión final. Más allá de los pulgares, se moviesen como se moviesen estos, es más fácil imaginar al público gritando para dar su opinión sobre dejar vivir o no a un gladiador.
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Etiquetas: Cine