A la Comunidad Universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Con profunda pena y recogimiento, comunicamos el sensible fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, quien ha partido a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio de la Iglesia, desde su vocación sacerdotal hasta su ministerio como Obispo de Roma, siendo un magnífico ejemplo de vida cristiana, de entrega humilde y de amor incondicional por los más necesitados.
Como Universidad, tuvimos la especial satisfacción de haberlo acogido como alumno en sus primeros años de formación en el camino hacia el sacerdocio jesuita. Este vínculo nos llena de gratitud y nos une aún más profundamente a su memoria y a su legado.
Su ministerio apostólico se caracterizó por una profunda humildad y por un compromiso constante con los más pobres, los excluidos y los que sufren. Fue incansable en su llamado a la paz en el mundo, elevando su voz en defensa de la dignidad humana y el bien común.
Su estilo de liderazgo pastoral buscó siempre el diálogo y la escucha, promoviendo una Iglesia abierta, cercana y misericordiosa. Nos recordó, una y otra vez, que el perdón y la compasión deben estar en el centro de la vida cristiana, y nos invitó a no juzgar con dureza, sino a acompañar con ternura, especialmente a quienes han cometido errores.
Para las universidades católicas, su llamado fue claro y profundo, y quedó explícitamente expresado en el Pacto Educativo Global, una iniciativa que promovió con firmeza y esperanza. En ella nos instó a impulsar una educación más inclusiva, humana y sostenible, orientada a formar personas comprometidas con la fraternidad, la solidaridad y el cuidado de la Casa Común.
Elevamos nuestras oraciones por su eterno descanso y nos unimos en la esperanza que brota de la fe en Cristo Resucitado. Damos gracias a Dios por su fecundo ministerio y por el testimonio de un pastor que supo guiar con valentía y ternura al Pueblo de Dios.
Que su legado siga iluminando nuestra Misión como Universidad Católica, al servicio de la verdad, la justicia y la paz.
Que el Señor, a quien sirvió con fidelidad y amor, lo reciba en su gloria.
Fraternalmente,
Nelson Vásquez Lara
Rector