La Scuderia anunció la incorporación de un nuevo paquete para el GP de Emilia-Romagna para tratar de encauzar una temporada que comenzó complicada.
Las enormes expectativas que rodeaban el día a día de Ferrari antes del comienzo de la 76ª temporada de Fórmula 1 se derrumbaron en apenas cinco fechas. La llegada de Lewis Hamilton para convertirse en compañero de Charles Leclerc no hizo más que acrecentar el sueño de los tifosi de reverdecer viejos laureles en la escudería que no gana un título de pilotos de 2007 y de Constructores desde 2008. Pero el rendimiento de la SF-25 no fue el esperado, especialmente para el heptacampeón, quien desanda cada Gran Premio envuelto en frustración y desazón. Su ilusión de contar con un auto que le caiga mejor a su estilo puede llegar en Imola.
Ferrari confirmó que para la séptima cita, el GP de Emilia-Romagna que se disputará el 18 de mayo, llevará un paquete de actualizaciones con el que esperan mejorar el rendimiento de su auto. Es usual que los equipos arranquen la temporada europea con novedades en los coches, habrá que ver si en el caso d ela Rossa generan el resultado esperado. Ya en Baréin, los ingenieros del team estrenaron una modificación en el fondo del SF-25, pero en el caso de Hamilton no generó un cambio significativo.
En el duelo interno con su compañero, el monegasco ganó en cuatro de las cinco clasificaciones para competencias principales y terminó en el podio en Arabia Saudita al finalizar tercero, lejos del séptimo lugar de Hamilton. El heptacampeón tuvo un momento de brillo al lograr la pole en la qualy para el sprint de China, carrera que finalmente ganó de punta a punta. Fue un oasis en un profundo desierto.
“No hay ningún aspecto positivo hoy, solo el podio de Charles que es genial para el equipo. Pero para mí no fue nada agradable. No tengo una respuesta para dar sobre los problemas que tengo con el auto. No hay nada, intento mantener el equilibrio, sentir el coche, pero no hay nada en particular. Soy lento”, dijo Lewis tras la carrera en el callejero de Jeddah. Imola puede ser un mojón en la campaña del inglés con Ferrari o un nuevo capítulo de desilusión.